¿Superstar?

El sueño de toda su vida era ser una cantante, mucho más, quizás hasta llegar a ser una vocalista de algún sello conocido, ¿por qué no? ¿Y qué mejor lugar para encaminarse a ese sueño que consiguiendo cómo cantar en bares, pubs y clubes? Ya era tarde y por suerte ya no tenía nada más que hacer para su escuela, mayor razón para salir y respirar un rato, cantar incluso podía llegar a relajarla de vez en cuando, pero aquel día quería pasarla bien en lo que quedara de noche.

Tras entrar al club se encontró con que aquella noche era una de micrófono abierto, de karaoke. Perfecto, pensó mientras sonreía para sí. De momento había alguien cantando ya, por lo que decidió ir a la barra a pedir algo mientras quien fuera que estuviera en escena terminara su labor- Un Bellini-Martini por favor -pidió una vez sentada en la barra, agradeciendo en cuanto lo tuvo en la mano. El bar no estaba demasiado repleto ni demasiado vacío, cantidad justa y adecuada para no sentirse incómoda en aquel lugar, de todos modos no era tan grande como para albergar a muchas personas como para perderse en medio de una multitud. Realmente esperaba que aquello no ocurriera.

Cuando ya la gente aplaudía, bebió al seco lo que quedaba de su trago (que realmente ya no era mucho) y se puso de pie, encaminándose hacia el escenario y hacia el técnico de sonido, entregándole su mp3, que convenientemente siempre llevaba consigo- ¿Qué tal si pones la 55, darling? -pidió antes de subir al escenario, donde las luces estaban apagadas mientras el joven que cantaba se bajaba y ella subía. En el momento en que inició la música, se sujetó al micrófono y comenzó a cantar, acompañando su voz con el movimiento de su cuerpo al sentir la música.

Trago de Aria:

Allan adoraba ir a los Pubs y los Bares de Glass City, ciertamente era lo que más había extrañado en su tiempo fuera. Su fracasado viaje le había tirado los humos hasta el suelo, estaba demasiado derrotado como para encarar al pelirrojo, por lo que prefirió escapar hasta el bar más cercano. Quien sabía donde pasaría la noche, quizás encontraría a alguien con quien enrrollarse, pasar una noche no-tan-tranquila, pero ¿Qué más daba? Hace mucho no tenía una buena noche de sexo, no le importaría que terminara de esa forma.

Sus ojos se desviaron directamente a la muchacha que se aproximaba al escenario. Le llamó la atención su largo cabello, y el color de éste. Ciertamente prefería a las mujeres de cabello largo y rostros infantiles, un pequeño fetiche ¿tal vez? La siguió con la mirada sentado en la barra de tragos, desanzando su cabeza sobre una de sus manos, se mantuvo fijo en la dirección por el tiempo que duró la canción de la muchacha. Al finalizar aplaudió dirigiéndose hasta el karaoke.-...Buena voz, preciosa~- Le dijo al momento en que sus miradas se cruzaron, con esa pícara sonrisa que le caracterisaba. Apresuró el paso subiendo el escalón para quedar frente al micrófono, y comenzó



El muchacho solía ponerle mucha pasión al cantar, terminaba algo cansado y con un poco de surdor en su rostro. Incluso mientras cantaba no perdió de vista a la muchacha y al terminar se dirió hacia ella, sentándose a su lado.- Qué tal estuvo eso, señorita?- Sonrió moviendo su cabello que obstruía un poco la vista de su único ojo visible.

Nada más terminar, teniendo un pie en el primer escalón desde arriba del escenario, un chico se le aproximó para darle un cumplido y subir después de ella a cantar. Vaya, primera vez que me lanzan un cumplido tan directamente -pensó sorprendida, siendo lo más usual que recibía los aplausos o piropos muy mal hechos, incluso hasta proposiciones bastante indecorosas, por decir lo menos.

Se devolvió al lugar en el que estaba en la barra (o lo más parecido posible) para tener una vista del escenario, recargando su espalda en la barra para observar, más bien escuchar al chico. No parecía mucho mayor que ella, si es que no de la misma edad, cabello negro y peinado cual emo sobre uno de sus ojos, hasta incluso recordándole uno que otro personaje de animación, de esos japoneses. Curvó sus labios en una sonrisa, el chico no cantaba nada de mal y no tenía mala elección, y de hecho era sumamente apasionado al punto de cantar, incluso no supo determinar si el sudor que caía por su rostro era por esa emoción o por la calidez de las luces del escenario.

- Nada mal, chico, nada mal -le contestó al joven al alzar la copa con el líquido que estaba bebiendo en aquel momento, habiéndolo pedido no hacía mucho- Tampoco tienes mala voz chico, ¿no te he visto por ahi? -y la verdad es que lo preguntaba sinceramente, no por un intento de coqueteo. Al ser de su misma edad, era probable que le hubiera visto en la academia, después de todo no siempre coincidía todo el 3er año en sus horarios.

-Ishishishi~-Rió trás el halago de la muchacha llevando una de sus manos, cubierta por el chaleco morado oscuro que usaba, a continuación la observó con cierta pircardía de arriba a abajo, en forma sutil, no quería asustar a la chica, más debía aceptar que le gustaba lo que veía.-Puees~...Es un poco difícil que nos hayamos visto antes...acabo de llegar a la ciudad- Comentó sin quitarle la vista de encima. Se volteó hacia el barman para pedir simplemente una copa de vodka, no le gustaban las bebidas mezcladas ni demasiado rebuscadas. Sólo algo simple y fuerte.

-Aunque...-volvió a hablar haciendo una pequeña pausa a lo que le entregaban el vaso.-En realidad no podría llamarme nuevo, más bien soy como un...Viajero!-Rió nuevamente, como si lo que hubiera dicho fuera algo ridículo. Esas palabras las había robado de alguien a quien realmente no podía pasar, sí, había sido una burla de la cual solo él podía reir.

Se preguntó cuando sería el momento preciso para encontrarse con su onii-san, o si le daría con la puerta en la cara, después de todo una buena excusa de desaparecer no existía, solo un orgullo herido y vergüenza de volver con las manos vacías...¿Qué haría Kei en estos momentos...? Por un instante su mente vagó entre sus pensamientos...pero no era tiempo para eso, ¿verdad? Necesitaba relajarse.

Bebió un poco del vaso para voltearse de lleno sobre la muchacha.- Hm~~ Por lo que puedo ver...debes ser aún estudiante...¿Le atiné? A que sí, soy bueno con estas cosas!- Su mirada entre pícara y sensual se volvió un tanto infantil, le encantaba jugar y no podía evitarlo. Además de que le gustaba conocer gente nueva en sobremanera, no para relacionarse afectivamente claro estaba, pero le ayudaba a sentirse un poco más cómodo en esa ciudad que ahora parecía distante y solitaria.

No pudo evitar mirar algo extrañada al chico tras escucharle reír de esa manera, lo mismo iba para las larguísimas mangas de su chaleco. Hasta notaba que el chico le observaba de cierta manera que era imposible no notar, era sutil, sí, pero ella también era observadora así que le devolvió la mirada, quizás con menos picardía que el otro- Ya veo, entonces quizás fue mi imaginación... o quizás me confundí -sentenció mientras bebía otro poco- ¿Vodka, eh? No eres de experiencias blandas y suaves, por lo que se ve -comentó entre pícara e irónica al observar lo que el otro pedía de beber.

- Así que un viajero, ¿eh? -preguntó casi para si, moviendo el vaso en sus manos como lo haría con una copa de vino, aunque de todos modos seguían extrañándole esas reacciones de parte del otro, tan explosivas y fuera de lugar, parecía un loco, pero no de los peligrosos... al menos de momento- Sí... soy estudiante, tercer año en Musette -comentó sin más. No era el primero que adivinaba que era una estudiante, aún así...- ¿Qué fue lo que me delató? ¿Seguro que no nos conocemos? -preguntó con curiosidad, hasta con un poco de suspicacia- Puedes ser bueno deduciendo, pero si no lo haces sin pistas, simplemente es un golpe de suerte...

-Seguramente ha sido tu imaginación...digo ¿quién podría olvidar esta carita?- dijo entre risas apuntando su rostro con el dedo índice. Efectivamente este muchacho tenía el ego por sobre las nubes y estaba muy /quizás demasiado/ seguro de si mismo. Dejó el vaso a un lado para volver a responderle.-Así es. Viviendo al extremo...o algo así. No me gusta ponerle adornitos a las cosas.- Parecía una analogía simple, pero sí, Aria había dado en el clavo al decifrar solo con un vaso de vodka como era Allan. Gustaba vivir cosas de frentón, sin amortiguadores, sin cuidados innecesarios, ni tampoco arrepentimientos. Por ello la mayor parte del tiempo tenía problemas con otros, por esa misma razón solían odiar su forma de ser. Poco le importaba.

-Yup, algo así- respondió ladeando el líquido de un lado a otro, prestando atención a su sutil movimiento.-Más bien, se podría decir que terminé mi viaje y vuelvo como perro arrepentido con la cola entre las piernas~- aclaró modificando su sonrisa a una algo resignada y melancólica, expresión que cambió enseguida volviendo a aquella despreocupada mirada hacia la muchacha.-Pff...Pues...no hay que ser un genio para notar la cara de niña que llevas-le apuntó sosteniendo la copa con sus manos mientras su índice señalaba el rostro ajeno.

-Y bueno, una niñita como tú no debería estar por estos lares, ¿no crees?-Su expresión se diferenció por la sensualidad que ejercía con la mirada-Podría aparecer algún hombre con intenciones un poco...Uhm...¿cuál es la palabra que busco?...Ah, pederastas-

Arqueó una ceja al escuchar sus comentarios. ¿Cuál era su problema de atraer gente con serios problemas de ego? ¿Sería alguna especie de imán que tenía? Negó con la cabeza y movió su mano frente a su rostro a modo de abanico para quitarle importancia al asunto- Sólo fue ironía... yo más que no olvidar tu cara no olvidaría un ego así, créeme, últimamente tengo un problema para atraer sujetos así, no es broma... ¿Será esta carita? -preguntó, imitando el tono de voz y la reacción del otro, apuntando a su rostro como lo habría hecho hace un rato, aunque a veces no sabía si la risa del otro se le hacía odiosa o contagiosa.

- Así que vives al extremo, ¿eh? -preguntó de forma casi retórica, siendo más que obvia la respuesta tras lo dicho por el joven pelinegro- Perro arrepentido.... ¿dramas amorosos? ¿Errores que lamentar? ¿Seguro que no has salido de una telenovela? -inquirió algo risueña, jugando con el trago en su vaso.

En el segundo en que mencionó su "cara de niña" no pudo menos que sentirse indignada- Hey, ¿es una broma? Por lo que sabemos, bien podemos tener la misma edad, señorito... -y era verdad, hasta se veía menor que él aquel chico, aún más por su baja estatura- Así que tú tampoco te quedas atrás... -comentó con algo de sorna, recalcando lo que acababa de pensar- Mira, que por lo que yo ya te he dicho, por tales motivos tampoco deberías tú... yo no sé tú, pero al menos yo soy mayor de edad -dijo sin más, encogiéndose de hombros- Además suelo venir a cantar más que a beber... tampoco digamos que soy alcohólica... con un par para refrescar la garganta me basta...

Se echó a reír ante sus comentarios- ¡¿Pederasta?! -preguntó entre una risa casi histérica- ¡Tendría que ser un renacuajo para que alguien a mi lado se considere pederasta! Eso o tener unos 20 años de diferencia... te he dicho que ya soy mayor de edad... ¿Acaso te hiciste cirugía plástica y tienes 40 años? -quiso saber, burlona.

Sonrió hacia la chica, divertido viendo cómo intentaba ser burlona con él. Era una persona tan odiosa que difícilmente estas cosas le hacían salir de sus cabales, sólo terminaban por echarle más leña al fuego con respecto a su forma de ser.-¿Ego? ¿yo? Absolutamente, es parte de mi encanto~- a continuación de ello negó con la mano ante la pregunta de la muchacha- No, no. Tu cara atrae gente por otras razonez, querida.-

Se acomodó contra la mesa, mirando hacia el esenario como si medirara la respuesta que seguía. ¿Una telenovela? Pues sí eso parecía su vida, una historia poco creíble y sacada de un guión ridículo y dramático- Hahaha, si supieras corregírias a "Una telenovela ridícula"-comentó mientras movía sus dedos al ritmo de la música que comenzaba a tocarse, una mezcla de tecno con rock. Su mirada estaba perdida en sus propias ideas e ilusiones, no estaba escuchando demasiado las quejas de la muchacha. ¿Tan terrible era que pensara que era más joven? Cualquiera estaría alagado de oir así.

Escuchó la mitad de los reclamos ajenos hasta la última pregunta en la cual se giró de manera automática respondiendo- ¡Exactamente!-le apuntó con el dedo índice a la par, con su vista bien abierta.-Soy un viejote intentando coquetearte, para llevarte hasta mi casa- agregó rozando con su mano sutílmente la mejilla de la muchacha.

Realmente dudaba que su ego fuera parte de su encanto, al menos para ella no lo era, sino todo lo contrario, ya había dicho su dilema con encontrar personas que calzaran dentro de un perfil tan lleno de ego como aquel... De todos modos, seguía sin comprender del todo algunas cosas que decía el chico a su lado, arqueando una ceja- ¿Otras razones? ¿Así como cuáles? -preguntó con interés, colocando su codo en la barra-

- ¿Corregiría una telenovela ridícula? -a veces no sabía si era ella, pero realmente su forma de hablar era algo críptica a veces, y prefería no preguntar para no quedar como una idiota, sin embargo, habían momentos en los cuales su curiosidad podía más que su orgullo. Sin percatarse, de forma más que inconsciente, su pie se movía al ritmo de la música que iba sonando. Tan siquiera el lugar tenía un buen ambiente de momento, hasta incluso se estaba tentando de beber algo más, mientras no fuera fuerte, claro está. De vez en cuando toleraba algo de alcohol, pero sabía medirse con él.

Le miró incrédula. Su pregunta había sido total y completamente retórica, ¿y realmente se la había contestado? Oh por favor, no podía ser verdad...

- ¿Acaso estás consciente que no te pregunté eso en serio? -en el fondo, ni siquiera podía creer que ella misma le hubiese preguntado eso en su momento. Jamás consideró que se lo tomara en serio de esa forma como para contestarle. Eso, o más bien estaba jugando con ella, no era improbable.

Ante el suave roce de la mano del otro en su mejilla, simplemente giró su rostro como alejándose de forma sutil de su mano, sin parecer descortés. No solía ser tan confianzuda a esas alturas, ante lo cual simplemente rió- No, claro que no lo eres... simplemente no puedes ser mayor que yo -agitó su mano frente a su rostro- A todo esto, Señor Viejote Pederasta, no hemos intercambiado nombres... -sugirió con un final abierto, esperando que él aceptara dicho intercambio antes de proseguir.

¿Nh~? ladeó la cabeza divertido al notar como había logrado llamar la atención de la muchacha, aunque tampoco era como si lo hubiese dudado, esa...¿cómo decirlo? Molesta forma de ser que tenía atraía a la gente por más de una razón (interés de dos tipos; uno el curioso, en el cual los demás deseaban saber el origen de este comportamiento, y dos el quiero matarte, no hay demasiado que explicar en este último). Se acercó un poco con silla y todo para acortar la distancia entre ambos.-¡Vamos! ¿A qué sabes a lo que me refiero? Digo, no es como si no supieras lo bonito y erótico de tu rostro, ¿no?-comentó como si fuera una cosa más que obvia, al menos para él.

Omitió la segunda pregunta de la chica, no era algo de lo que quisiera hablar cuando intentaba pasarla bien y, principalmente, huir de esa dramática (al punto de parecerle ridícula) realidad que le atormentaba. Si fuera por él borraría su pasado, sus heridas, sus odios, sus tristezas e incluso su felicidad...incluso a Usa. ¿Por qué? Pues era simple, aquellas cosas sólo eran un pesar en su corazón, la felicidad del ayer ahora le traía un dolor en el pecho. En su vida las sonrisas eran demasiado efímeras como para desear más, ¿para qué? ¿para que se las arrebataran y tener otra nueva razón para maldecir su existencia? No, gracias.

Ahora que lo pensaba, la pequeña esperanza de tener un refugio al cual volver había sido la razón de volver a la ciudad, unos brazos que lo arrullaran y espantaran los fantasmas que le perseguían. Una parte de su cerebro lo sabía, era una persona contradictoria que deseaba y rehuía de los lazos sentimentales.

-¿Ah, no?- jugó a inocente paloma. Claro que sabía que no iba enserio, ¿acaso la chica no conocía la ironía? Bueno, tampoco iba a molestarse por ello, le seguiría el juego era más divertido para él- ¿Quién dice que no? A poco debes tener 18 años...-comentó acercando su dedo índice al mentón.-Yo tengo 19 años...no es demasiada diferencia, pero sigo siendo mayor.- continuó divertido, como un niño que está en la dicha misma por ganar un juego tonto.

-Allan.-respondió sonriendo de forma coqueta hacia la chica.-¿Cuál será tu adorable nombre?~-.

Le miró con suma extrañeza, casi como si le hubiera dicho que atrás de ella estaba alguna celebridad reconocida y la estaba mirando- ¿Erótico...? Digo, sí, me han dicho que tengo una cara bonita, pero... No lo sé, es algo extraña tu forma de escoger las palabras... -comentó con la misma extrañeza, aún asi sonriendo un poco mientras negaba con la cabeza, casi como reconociendo que el chico no tenía remedio alguno.

Notó que ignoraba lo que le preguntaba, pero supuso que sería algo de lo que no quería hablar, y después de todo, todos siempre tienen algo de lo que no les gusta hablar, por lo que prefirió no insistir al respecto. Además él era un extraño para ella, no había razón para que le importara más allá de una conversación amena.

¿En serio no se creía que perfectamente podría ser mayor que él? Ya iba a ver....- ¡Pues claro que puedo ser mayor que tú! Y no me vengas con esa, para tu información yo tengo 19, no 18... así que creo que el que está equivocado aquí eres tú... -zanjó con una sonrisa entre victoriosa y burlona, bebiendo de golpe lo que ya le iba quedando en la copa- ¿Ves? Te lo dije, tenemos la misma edad entonces... nada más ya serán la diferencia de meses... y eso en realidad poco me importa -agregó con una risa que apenas podía escucharse entre el barullo de la música del lugar- Así que Allan, ¿eh? A mí puedes llamarme Aria -contestó al acomodarse contra la barra, dejando su espalda contra la misma- Oye Allan, ¿no te gustaría ir al patio? O a donde sea que la música no esté tan fuerte... a este paso voy a quedarme afónica y mañana tengo clases, no me conviene en absoluto... -propuso, un tanto molesta al sentir su garganta algo rígida ya.

-Es parte de mi encanto ser bastante elocuente con las palabras que escojo~-respondió. En realidad era un mal hablado, pero este va y ven de situaciones le había obligado a tomar un poco mas enserio su forma de vida, ¿aburrido? Quizás se había vuelto un tanto aburrido efectivamente, no era un niño después de todo (claramente descartanto su altura, su rostro de infante, él legamente era un adulto.) Un adulto sin remedio. -Claro, claro, poco te importaba, está más que claro, querida.-dijo con cierta ironía. Le produjo bastante gracia el notar como la muchacha se empeñó en demostrarle que tenían la misma edad, y luego terminara con esa frase de poco me importa.. Sólo se limitó a reír.

-Claro~ Te sigo donde quieras, Aria-chan- se levantó de su asiento esperando que la chica fuera primero, y le siguió, de pasada terminó por comprar una cerveza, llevándose la botella con él. El ambiente afuera del local era sumamente más agradable que en el interior, al menos podía respirarse aire y no solo el humo del cigarrillo. -¿Dijiste que estabas en tercer año, no?-hizo una pausa- Qué nostalgía recordar esa escuela...¡Me dan ganas de llorar!-comentó fingiendo un pequeño sollozo, para reponerse enseguida.-Hace unos meses iba en esa acadamia también, ¿sabes? Tal vez si me hubiera quedado un poco más hubiesemos sido compañeros de clases...¡No me habrías soportado! Hahaha- dijo divertido, porque sí, él sabía que era un hincha pelotas. En especial en la escuela.

Sólo se remitió a lanzar un resoplido por la nariz ante las ironías del pelinegro- Oh, ya cállate... -le espetó, un tanto mosqueada tras ponerse de pie con su vaso en mano, yendo hacia una especie de barandal donde podía apoyarse- Sí, soy de tercero... -le contestó, respirando al fin profundamente, sin ese aire viciado ni lleno de tabaco como en el interior, bebiendo de su vaso distraídamente- ¿Así que ibas a Musette, eh? Bueno, supongo que debo agradecer que ya no estás, creo que es cierto, dudo haberte podido soportar... -comentó de forma burlona, mirando de reojo hacia otro lado, rodando sus ojos tras eso- ¿Y qué vienes a hacer ahora a la ciudad ya que terminaste tu viaje? ¿Buscar fortuna? ¿Viejos conocidos? ¿Un novio o algo? Ugh... -se quejó al sentir un poco de asco y la visión borrosa por un segundo al sentirse mareada, bajando la mirada a su vaso- ¿Qué mierda es esto? -preguntó retóricamente con una ceja arqueada y una mueca en sus labios, dándose cuenta que ese no era su vaso, seguro había agarrado por inercia el primero que encontró a la mano sin siquiera fijarse, tan distraída que ni se fijó demasiado en el sabor. Preguntándose si tendría algo, dejó el vaso en un cenicero que estaba junto a ella y se afirmó mejor en el barandal.

Kyaaah~ La princesa ha sacado sus colmillos~-contestó a su claro enfado por la forma de ser de Allan, sólo respondió en forma de burla, fingiendo un miedo inexistente y exagerado. A continuación le siguió hacia un sitio más alejado y menos concurrido. Ciertamente respirar un poco de aire fresco ayudaba con el dolor de cabeza que se había ganado allí dentro, además de lo difícil que ya se volvía respirar en ese lugar tan repleto de personas.

Se apoyó en el mismo barandal donde se encontraba la muchacha, de espaldas al exterior dejándo su cuerpo descanzar, ayudado por sus codos-Pues, a todo aquello y más...¿eh?-se dejó caer su cabeza hasta el límite que su cuello se lo permitía cargándose un poco hacia Aria, la cual no parecía sentirse del todo bien.-¿A poco ya te haz embriado? Hoho~ Lucky, Aria-chan...si es así...¡te meterás en un gran lío!- Sonrió. El chico no era alguien considerado de naturaleza, por lo que preocupación por la chica...nada de eso. Sólo lo vería como una oportunidad para pasarla bien con la pobre.

-Si gustas te llevo a casa...¡Soy un caballero!-comentó entre broma y verdad.

La cabeza le daba un poco de vueltas, y el sabor amargo que le había dejado en la boca el sorbo que había bebido estaba por darle náuseas, con lo cual comprobaba que lo que había cogido no era en absoluto su vaso. Nop, para nada, el vaso hasta tenía una forma distinta, ¿cómo podía haber sido tan despistada?- No es eso... -gruñó un poco ante el comentario de Allan- Agarré otro vaso.... no me fijé.... -¿que acaso le habían echado un calmante para caballos a esa cosa?- Ey, que te calles... -volvió a gruñir, algo cabreada por sus bromas tan cantarinas. Claro que se iba a meter en problemas si volvía así a la escuela y al dormitorio- ¿Tú? ¿Llevarme a casa? No te creo... ugh.... -hizo un gesto de estar al borde de las náuseas, cubrió su boca para evitar el ataque y cerró sus ojos, soportándolo. Intentó enderezarse con intenciones de apoyarse en el barandal e intentó enfocar la mirada sin mucho éxito.

-Yo me largo.... -dio un paso adelante y sintió que sus piernas se volvían de gelatina. Los pocos reflejos que le iban quedando la ayudaron a extender una mano para apoyarse en una columna que había cerca de ella- Perfect... -masculló cabreada. Por lo visto no le quedaría otra que depender de la ayuda de un chico que bien podría aprovechar la oportunidad para dejarla en medio de la calle si se le venía en gana sólo para ganarse una buena risotada.