¿Superstar?

Allan adoraba ir a los Pubs y los Bares de Glass City, ciertamente era lo que más había extrañado en su tiempo fuera. Su fracasado viaje le había tirado los humos hasta el suelo, estaba demasiado derrotado como para encarar al pelirrojo, por lo que prefirió escapar hasta el bar más cercano. Quien sabía donde pasaría la noche, quizás encontraría a alguien con quien enrrollarse, pasar una noche no-tan-tranquila, pero ¿Qué más daba? Hace mucho no tenía una buena noche de sexo, no le importaría que terminara de esa forma.

Sus ojos se desviaron directamente a la muchacha que se aproximaba al escenario. Le llamó la atención su largo cabello, y el color de éste. Ciertamente prefería a las mujeres de cabello largo y rostros infantiles, un pequeño fetiche ¿tal vez? La siguió con la mirada sentado en la barra de tragos, desanzando su cabeza sobre una de sus manos, se mantuvo fijo en la dirección por el tiempo que duró la canción de la muchacha. Al finalizar aplaudió dirigiéndose hasta el karaoke.-...Buena voz, preciosa~- Le dijo al momento en que sus miradas se cruzaron, con esa pícara sonrisa que le caracterisaba. Apresuró el paso subiendo el escalón para quedar frente al micrófono, y comenzó



El muchacho solía ponerle mucha pasión al cantar, terminaba algo cansado y con un poco de surdor en su rostro. Incluso mientras cantaba no perdió de vista a la muchacha y al terminar se dirió hacia ella, sentándose a su lado.- Qué tal estuvo eso, señorita?- Sonrió moviendo su cabello que obstruía un poco la vista de su único ojo visible.

-Ishishishi~-Rió trás el halago de la muchacha llevando una de sus manos, cubierta por el chaleco morado oscuro que usaba, a continuación la observó con cierta pircardía de arriba a abajo, en forma sutil, no quería asustar a la chica, más debía aceptar que le gustaba lo que veía.-Puees~...Es un poco difícil que nos hayamos visto antes...acabo de llegar a la ciudad- Comentó sin quitarle la vista de encima. Se volteó hacia el barman para pedir simplemente una copa de vodka, no le gustaban las bebidas mezcladas ni demasiado rebuscadas. Sólo algo simple y fuerte.

-Aunque...-volvió a hablar haciendo una pequeña pausa a lo que le entregaban el vaso.-En realidad no podría llamarme nuevo, más bien soy como un...Viajero!-Rió nuevamente, como si lo que hubiera dicho fuera algo ridículo. Esas palabras las había robado de alguien a quien realmente no podía pasar, sí, había sido una burla de la cual solo él podía reir.

Se preguntó cuando sería el momento preciso para encontrarse con su onii-san, o si le daría con la puerta en la cara, después de todo una buena excusa de desaparecer no existía, solo un orgullo herido y vergüenza de volver con las manos vacías...¿Qué haría Kei en estos momentos...? Por un instante su mente vagó entre sus pensamientos...pero no era tiempo para eso, ¿verdad? Necesitaba relajarse.

Bebió un poco del vaso para voltearse de lleno sobre la muchacha.- Hm~~ Por lo que puedo ver...debes ser aún estudiante...¿Le atiné? A que sí, soy bueno con estas cosas!- Su mirada entre pícara y sensual se volvió un tanto infantil, le encantaba jugar y no podía evitarlo. Además de que le gustaba conocer gente nueva en sobremanera, no para relacionarse afectivamente claro estaba, pero le ayudaba a sentirse un poco más cómodo en esa ciudad que ahora parecía distante y solitaria.

-Seguramente ha sido tu imaginación...digo ¿quién podría olvidar esta carita?- dijo entre risas apuntando su rostro con el dedo índice. Efectivamente este muchacho tenía el ego por sobre las nubes y estaba muy /quizás demasiado/ seguro de si mismo. Dejó el vaso a un lado para volver a responderle.-Así es. Viviendo al extremo...o algo así. No me gusta ponerle adornitos a las cosas.- Parecía una analogía simple, pero sí, Aria había dado en el clavo al decifrar solo con un vaso de vodka como era Allan. Gustaba vivir cosas de frentón, sin amortiguadores, sin cuidados innecesarios, ni tampoco arrepentimientos. Por ello la mayor parte del tiempo tenía problemas con otros, por esa misma razón solían odiar su forma de ser. Poco le importaba.

-Yup, algo así- respondió ladeando el líquido de un lado a otro, prestando atención a su sutil movimiento.-Más bien, se podría decir que terminé mi viaje y vuelvo como perro arrepentido con la cola entre las piernas~- aclaró modificando su sonrisa a una algo resignada y melancólica, expresión que cambió enseguida volviendo a aquella despreocupada mirada hacia la muchacha.-Pff...Pues...no hay que ser un genio para notar la cara de niña que llevas-le apuntó sosteniendo la copa con sus manos mientras su índice señalaba el rostro ajeno.

-Y bueno, una niñita como tú no debería estar por estos lares, ¿no crees?-Su expresión se diferenció por la sensualidad que ejercía con la mirada-Podría aparecer algún hombre con intenciones un poco...Uhm...¿cuál es la palabra que busco?...Ah, pederastas-

Sonrió hacia la chica, divertido viendo cómo intentaba ser burlona con él. Era una persona tan odiosa que difícilmente estas cosas le hacían salir de sus cabales, sólo terminaban por echarle más leña al fuego con respecto a su forma de ser.-¿Ego? ¿yo? Absolutamente, es parte de mi encanto~- a continuación de ello negó con la mano ante la pregunta de la muchacha- No, no. Tu cara atrae gente por otras razonez, querida.-

Se acomodó contra la mesa, mirando hacia el esenario como si medirara la respuesta que seguía. ¿Una telenovela? Pues sí eso parecía su vida, una historia poco creíble y sacada de un guión ridículo y dramático- Hahaha, si supieras corregírias a "Una telenovela ridícula"-comentó mientras movía sus dedos al ritmo de la música que comenzaba a tocarse, una mezcla de tecno con rock. Su mirada estaba perdida en sus propias ideas e ilusiones, no estaba escuchando demasiado las quejas de la muchacha. ¿Tan terrible era que pensara que era más joven? Cualquiera estaría alagado de oir así.

Escuchó la mitad de los reclamos ajenos hasta la última pregunta en la cual se giró de manera automática respondiendo- ¡Exactamente!-le apuntó con el dedo índice a la par, con su vista bien abierta.-Soy un viejote intentando coquetearte, para llevarte hasta mi casa- agregó rozando con su mano sutílmente la mejilla de la muchacha.

¿Nh~? ladeó la cabeza divertido al notar como había logrado llamar la atención de la muchacha, aunque tampoco era como si lo hubiese dudado, esa...¿cómo decirlo? Molesta forma de ser que tenía atraía a la gente por más de una razón (interés de dos tipos; uno el curioso, en el cual los demás deseaban saber el origen de este comportamiento, y dos el quiero matarte, no hay demasiado que explicar en este último). Se acercó un poco con silla y todo para acortar la distancia entre ambos.-¡Vamos! ¿A qué sabes a lo que me refiero? Digo, no es como si no supieras lo bonito y erótico de tu rostro, ¿no?-comentó como si fuera una cosa más que obvia, al menos para él.

Omitió la segunda pregunta de la chica, no era algo de lo que quisiera hablar cuando intentaba pasarla bien y, principalmente, huir de esa dramática (al punto de parecerle ridícula) realidad que le atormentaba. Si fuera por él borraría su pasado, sus heridas, sus odios, sus tristezas e incluso su felicidad...incluso a Usa. ¿Por qué? Pues era simple, aquellas cosas sólo eran un pesar en su corazón, la felicidad del ayer ahora le traía un dolor en el pecho. En su vida las sonrisas eran demasiado efímeras como para desear más, ¿para qué? ¿para que se las arrebataran y tener otra nueva razón para maldecir su existencia? No, gracias.

Ahora que lo pensaba, la pequeña esperanza de tener un refugio al cual volver había sido la razón de volver a la ciudad, unos brazos que lo arrullaran y espantaran los fantasmas que le perseguían. Una parte de su cerebro lo sabía, era una persona contradictoria que deseaba y rehuía de los lazos sentimentales.

-¿Ah, no?- jugó a inocente paloma. Claro que sabía que no iba enserio, ¿acaso la chica no conocía la ironía? Bueno, tampoco iba a molestarse por ello, le seguiría el juego era más divertido para él- ¿Quién dice que no? A poco debes tener 18 años...-comentó acercando su dedo índice al mentón.-Yo tengo 19 años...no es demasiada diferencia, pero sigo siendo mayor.- continuó divertido, como un niño que está en la dicha misma por ganar un juego tonto.

-Allan.-respondió sonriendo de forma coqueta hacia la chica.-¿Cuál será tu adorable nombre?~-.

-Es parte de mi encanto ser bastante elocuente con las palabras que escojo~-respondió. En realidad era un mal hablado, pero este va y ven de situaciones le había obligado a tomar un poco mas enserio su forma de vida, ¿aburrido? Quizás se había vuelto un tanto aburrido efectivamente, no era un niño después de todo (claramente descartanto su altura, su rostro de infante, él legamente era un adulto.) Un adulto sin remedio. -Claro, claro, poco te importaba, está más que claro, querida.-dijo con cierta ironía. Le produjo bastante gracia el notar como la muchacha se empeñó en demostrarle que tenían la misma edad, y luego terminara con esa frase de poco me importa.. Sólo se limitó a reír.

-Claro~ Te sigo donde quieras, Aria-chan- se levantó de su asiento esperando que la chica fuera primero, y le siguió, de pasada terminó por comprar una cerveza, llevándose la botella con él. El ambiente afuera del local era sumamente más agradable que en el interior, al menos podía respirarse aire y no solo el humo del cigarrillo. -¿Dijiste que estabas en tercer año, no?-hizo una pausa- Qué nostalgía recordar esa escuela...¡Me dan ganas de llorar!-comentó fingiendo un pequeño sollozo, para reponerse enseguida.-Hace unos meses iba en esa acadamia también, ¿sabes? Tal vez si me hubiera quedado un poco más hubiesemos sido compañeros de clases...¡No me habrías soportado! Hahaha- dijo divertido, porque sí, él sabía que era un hincha pelotas. En especial en la escuela.

Kyaaah~ La princesa ha sacado sus colmillos~-contestó a su claro enfado por la forma de ser de Allan, sólo respondió en forma de burla, fingiendo un miedo inexistente y exagerado. A continuación le siguió hacia un sitio más alejado y menos concurrido. Ciertamente respirar un poco de aire fresco ayudaba con el dolor de cabeza que se había ganado allí dentro, además de lo difícil que ya se volvía respirar en ese lugar tan repleto de personas.

Se apoyó en el mismo barandal donde se encontraba la muchacha, de espaldas al exterior dejándo su cuerpo descanzar, ayudado por sus codos-Pues, a todo aquello y más...¿eh?-se dejó caer su cabeza hasta el límite que su cuello se lo permitía cargándose un poco hacia Aria, la cual no parecía sentirse del todo bien.-¿A poco ya te haz embriado? Hoho~ Lucky, Aria-chan...si es así...¡te meterás en un gran lío!- Sonrió. El chico no era alguien considerado de naturaleza, por lo que preocupación por la chica...nada de eso. Sólo lo vería como una oportunidad para pasarla bien con la pobre.

-Si gustas te llevo a casa...¡Soy un caballero!-comentó entre broma y verdad.