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Inside Pub (Yuuma) R-18
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
El contacto de su mano en mi miembro, provocó que toda la sangre se concentrara en esa zona. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, a la vez que, extrañamente, era consciente del lugar en el que estábamos.
Mantuve mi cuerpo como estaba, mas acerqué mi rostro a su cuello, para morderlo.
Estar consciente de las miradas curiosas y morbosas de los presentes, hizo que pensara en mis acciones, pero yo no quería eso; no quería tener que estar pensando en qué hacer ni cómo hacerlo, dependiendo de donde estábamos. Yo quería dejar que el instinto fuera el controlador total de mi mente y mi cuerpo.
"Estoy en un pub, en un lugar que no conozco. No se sí hay moteles o algún lugar en el que poder disfrutar del cuerpo de otro... Algo tengo que hacer."
La mordida había sido suave, acompañada de una lamida en la piel afectada. Separé mi rostro de su cuello y lo miré. Sus ojos, más bien, todo su cuerpo, me decía que quería más que mordidas, juegos y besos.
Estaba decidido.
-Nos vamos.- Agarré al pelinegro de la muñeca izquierda y, como pude, lo saqué del local. Olvidé por completo las prendas que habíamos decidido guardar, en ese momento sólo pensaba en estar solos y apoderarme de él.
Caminé, a paso rápido, a donde mi intuición me guiaba. Llevábamos un par de metros, cuando divisé un callejón, en la misma cuadra del pub. Lo examiné en un par de segundos. Era estrecho, oscuro, en el costado izquierdo había un basurero y, éste, estaba rodeado de cajas de cartón. Más adentro, noté la presencia de unas cajas que llenas de botellas vacías, formaban una muralla, como un separador de ambientes. “Perfecto”, pensé.
Entramos en el callejón y me dirigí a la parte que estaba detrás de las cajas con botellas. No tenía idea de qué encontraríamos ahí, pero, en esos momentos, me pareció el lugar adecuado. Estaba lleno de más cajas, bolsas con papeles y un bulto negro sobre ellos.
“Perfecto”, volví a repetir en mi cabeza.
Arrojé a Dante contra la muralla y me abalancé sobre él. Apresándolo con mi cuerpo, colé mi pierna derecha entre las suyas, ejerciendo presión. Sumergí mi mano derecha dentro de su polera, acariciando su torso, sintiendo las cicatrices, llegando a su tetilla y masajeándola. Mi boca también hizo su parte, fundiéndose con la del chico, invadiéndolo con mi lengua. Fue uno de esos besos que, de lo calientes que son, sofocan tu respirar.
Sintiéndome en un lugar seguro, dejé mi consciente dormir, quedar atrapado en una jaula, con la boca y los ojos vendados, amarrado de pies y manos. Como había deseado, mi instinto se apoderó de mi cuerpo por completo.
La letra de la canción que escuchamos en el pub retornó a mis oídos, sentí como mi instinto animal surgía y me controlaba. I want to feel you from the inside Esa frase resonaba en mi mente…
Rompiendo el beso húmedo, que sólo había durado unos segundos, mordí su labio, tirándolo levemente, aplicando un poco más de fuerza, sin saber si lo había roto o no. Mi mano izquierda se aventuró también por debajo de su polera, pero subiendo por su espalda. Pude sentir las leves marcas de las cicatrices, y, sobre todo, la cicatriz más reciente, creo; la que había tenido que curar en mi departamento. Comencé a acariciarla con la yema de mi dedo, pero a medio camino, la yema se tornó mi uña, y presioné, sintiendo como escamas de piel eran arrastradas por ella. Y no fue la única uña “alimentándose”, las otras también habían decidido probar de esa piel, y lo mismo hacían, en otros ángulos. Fue una sensación exquisita, porque la reacción de Dante a aquello, hizo que el casi nulo control que me quedaba, quedara en cero.
Mantuve mi cuerpo como estaba, mas acerqué mi rostro a su cuello, para morderlo.
Estar consciente de las miradas curiosas y morbosas de los presentes, hizo que pensara en mis acciones, pero yo no quería eso; no quería tener que estar pensando en qué hacer ni cómo hacerlo, dependiendo de donde estábamos. Yo quería dejar que el instinto fuera el controlador total de mi mente y mi cuerpo.
"Estoy en un pub, en un lugar que no conozco. No se sí hay moteles o algún lugar en el que poder disfrutar del cuerpo de otro... Algo tengo que hacer."
La mordida había sido suave, acompañada de una lamida en la piel afectada. Separé mi rostro de su cuello y lo miré. Sus ojos, más bien, todo su cuerpo, me decía que quería más que mordidas, juegos y besos.
Estaba decidido.
-Nos vamos.- Agarré al pelinegro de la muñeca izquierda y, como pude, lo saqué del local. Olvidé por completo las prendas que habíamos decidido guardar, en ese momento sólo pensaba en estar solos y apoderarme de él.
Caminé, a paso rápido, a donde mi intuición me guiaba. Llevábamos un par de metros, cuando divisé un callejón, en la misma cuadra del pub. Lo examiné en un par de segundos. Era estrecho, oscuro, en el costado izquierdo había un basurero y, éste, estaba rodeado de cajas de cartón. Más adentro, noté la presencia de unas cajas que llenas de botellas vacías, formaban una muralla, como un separador de ambientes. “Perfecto”, pensé.
Entramos en el callejón y me dirigí a la parte que estaba detrás de las cajas con botellas. No tenía idea de qué encontraríamos ahí, pero, en esos momentos, me pareció el lugar adecuado. Estaba lleno de más cajas, bolsas con papeles y un bulto negro sobre ellos.
“Perfecto”, volví a repetir en mi cabeza.
Arrojé a Dante contra la muralla y me abalancé sobre él. Apresándolo con mi cuerpo, colé mi pierna derecha entre las suyas, ejerciendo presión. Sumergí mi mano derecha dentro de su polera, acariciando su torso, sintiendo las cicatrices, llegando a su tetilla y masajeándola. Mi boca también hizo su parte, fundiéndose con la del chico, invadiéndolo con mi lengua. Fue uno de esos besos que, de lo calientes que son, sofocan tu respirar.
Sintiéndome en un lugar seguro, dejé mi consciente dormir, quedar atrapado en una jaula, con la boca y los ojos vendados, amarrado de pies y manos. Como había deseado, mi instinto se apoderó de mi cuerpo por completo.
La letra de la canción que escuchamos en el pub retornó a mis oídos, sentí como mi instinto animal surgía y me controlaba. I want to feel you from the inside Esa frase resonaba en mi mente…
Rompiendo el beso húmedo, que sólo había durado unos segundos, mordí su labio, tirándolo levemente, aplicando un poco más de fuerza, sin saber si lo había roto o no. Mi mano izquierda se aventuró también por debajo de su polera, pero subiendo por su espalda. Pude sentir las leves marcas de las cicatrices, y, sobre todo, la cicatriz más reciente, creo; la que había tenido que curar en mi departamento. Comencé a acariciarla con la yema de mi dedo, pero a medio camino, la yema se tornó mi uña, y presioné, sintiendo como escamas de piel eran arrastradas por ella. Y no fue la única uña “alimentándose”, las otras también habían decidido probar de esa piel, y lo mismo hacían, en otros ángulos. Fue una sensación exquisita, porque la reacción de Dante a aquello, hizo que el casi nulo control que me quedaba, quedara en cero.
Invitado- Invitado
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Sentir el calor de su falo a través de las telas de su ropa simplemente me pareció exquisito, caliente y duro, tal y como recordaba nuestro ultimo y en verdad primer encuentro. Y claro, no era estúpido como para no saber que mi acción había tentado al diablo, y asi me lo hizo saber la mordida sutil en mi cuello, esa lasciva lamida y la mirada expectante de su parte.
¿La mia? La mia era solo lujuria y ansias de más, más y más. Mis labios ligeramente separados y mi respiración acelerada que llamaban a un beso que me dejara sin aliento, más nada de eso llegó a mi. Lo único que recibí fue una violenta despedida a mi pub favorito pues prácticamente Yuuma me arrastró fuera de él. Al comienzo mi cara era una interrogación enorme, pero cuando comprendí sus intenciones y comprendí el uso y significado de ese callejón cuando él puso un pie ahí, examinándolo por algunos segundos… entonces sonreí victorioso. Seguí sus pasos ansioso por ver el descontrol y claro, por ver qué tan lejos llegaría aquel muchacho que claramente no parecía estar acostumbrado a esas situaciones, eso si mi memoria no me fallaba… él había llegado relativamente hacia poco a la ciudad, no? No espera, eso había sido hace unos meses…
La fría pared me hizo ponerle atención de nuevo y verlo abalanzarse sobre mi me sacó una expresión de genuina sorpresa, que se volvió placer al volver a sentir la presión de su cuerpo sobre el mio. Las caricias no se hicieron esperar y tampoco lo hizo mi voz. Un suspiro audible se escapó de mis labios al sentir sus manos tocar directamente mi piel la que parecía sensibilizada por todo nuestro juego previo y el alcohol. Me sentía embriagado, en más de un sentido.
Sus labios me parecieron suaves y su boca más caliente que de costumbre, no importaron los hilos de saliva derramándose por la comisura de nuestras bocas, ni el torpe choque eventual de nuestros dientes un par de veces antes de encontrar el ritmo correcto, sin detenernos hasta no tener aire para respirar.
Al separarnos creí que sería un break para ambos, pero no, mis labios continuaron siendo abusados al punto de ser rotos de una manera sutil y tan sensual que no me entraron ganas de reclamar. Ahora ambas manos ajenas me tocaban y mi temperatura comenzaba a desbordarse, mi cuerpo sentía un calambre en su parte baja y en las puntas de los dedos. Mis manos se aferraron a sus ropas cuando tocó la cicatriz más reciente que tenía, aquella con la que me había conocido.
"Argh... ngh...!"
Gemí fuerte pues aquello aún dolía, no, no era una herida abierta, pero si una que había costado horrores cerrar y ahora volvía a sentir la punzada sobre mi piel, pero lejos de causarme molestia o enfado, me sacó una risilla pervertida que acusaba a mi compañero.
Fijé mi mirada en él y sonreí con malicia, luego me abracé a su cuello de una forma inusualmente romantica y acerque mis labios a su mejilla, mi lengua se asomó para dejar una lamida posesiva sobre esta, lamida que luego se extendió hasta su oreja y transmutó a mordida acompañada por un tirón poco gentil.
“Eres un pervertido, Yuuchii~”
Acusé mientras mis caderas se movian suavemente, como si aun estuviera bailando, pero esta vez le bailaba a su pierna la que me daba un poco de consuelo.
“Te gusta hacer que duela, eh? No deberías ser un poco más responsable?”
Alcé una ceja y di una mirada a mi entrepierna.
“Alguna vez has dado una mamada en un callejon~?”
¿La mia? La mia era solo lujuria y ansias de más, más y más. Mis labios ligeramente separados y mi respiración acelerada que llamaban a un beso que me dejara sin aliento, más nada de eso llegó a mi. Lo único que recibí fue una violenta despedida a mi pub favorito pues prácticamente Yuuma me arrastró fuera de él. Al comienzo mi cara era una interrogación enorme, pero cuando comprendí sus intenciones y comprendí el uso y significado de ese callejón cuando él puso un pie ahí, examinándolo por algunos segundos… entonces sonreí victorioso. Seguí sus pasos ansioso por ver el descontrol y claro, por ver qué tan lejos llegaría aquel muchacho que claramente no parecía estar acostumbrado a esas situaciones, eso si mi memoria no me fallaba… él había llegado relativamente hacia poco a la ciudad, no? No espera, eso había sido hace unos meses…
La fría pared me hizo ponerle atención de nuevo y verlo abalanzarse sobre mi me sacó una expresión de genuina sorpresa, que se volvió placer al volver a sentir la presión de su cuerpo sobre el mio. Las caricias no se hicieron esperar y tampoco lo hizo mi voz. Un suspiro audible se escapó de mis labios al sentir sus manos tocar directamente mi piel la que parecía sensibilizada por todo nuestro juego previo y el alcohol. Me sentía embriagado, en más de un sentido.
Sus labios me parecieron suaves y su boca más caliente que de costumbre, no importaron los hilos de saliva derramándose por la comisura de nuestras bocas, ni el torpe choque eventual de nuestros dientes un par de veces antes de encontrar el ritmo correcto, sin detenernos hasta no tener aire para respirar.
Al separarnos creí que sería un break para ambos, pero no, mis labios continuaron siendo abusados al punto de ser rotos de una manera sutil y tan sensual que no me entraron ganas de reclamar. Ahora ambas manos ajenas me tocaban y mi temperatura comenzaba a desbordarse, mi cuerpo sentía un calambre en su parte baja y en las puntas de los dedos. Mis manos se aferraron a sus ropas cuando tocó la cicatriz más reciente que tenía, aquella con la que me había conocido.
"Argh... ngh...!"
Gemí fuerte pues aquello aún dolía, no, no era una herida abierta, pero si una que había costado horrores cerrar y ahora volvía a sentir la punzada sobre mi piel, pero lejos de causarme molestia o enfado, me sacó una risilla pervertida que acusaba a mi compañero.
Fijé mi mirada en él y sonreí con malicia, luego me abracé a su cuello de una forma inusualmente romantica y acerque mis labios a su mejilla, mi lengua se asomó para dejar una lamida posesiva sobre esta, lamida que luego se extendió hasta su oreja y transmutó a mordida acompañada por un tirón poco gentil.
“Eres un pervertido, Yuuchii~”
Acusé mientras mis caderas se movian suavemente, como si aun estuviera bailando, pero esta vez le bailaba a su pierna la que me daba un poco de consuelo.
“Te gusta hacer que duela, eh? No deberías ser un poco más responsable?”
Alcé una ceja y di una mirada a mi entrepierna.
“Alguna vez has dado una mamada en un callejon~?”
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 15/03/2012
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
- Spoiler:
- Lamento la tardanza, Dancchii!!! Esta es la respuesta es corta, por lo que le pasa a Yuuma~ esto de ser un libertino novato xD
Espero nos perdones ;_____;
-Un pervertido... Sé que no soy el único- logré decir, mientras sentía el ir y venir de sus caderas. Era una sensación dolorosa, pues sólo quería que nuestras ropas desaparecieran.
Al escuchar su última pregunta, por unos momentos no entendí a lo que se refería, entonces se me vino a la cabeza lo que quería decir y, honestamente, dije lo primero que se me vino a la cabeza.
-¿cómo se hace eso?- Sentí mi cabeza enfriarse y la conciencia tomando algo de poder sobre mi, pero la cantidad de sangre acumulada en mi zona baja, aún tenía poder sobre mi mente. Aún si no supiera, en estos momentos, estaba dispuesto a aprender y hacer de esta una "educativa" experiencia.
Miré a Dante, sin poder descifrar su expresión, entonces me acerqué a su oído. -Enséñame a hacerte sentir bien~- lamí su oreja e imité la mordida poco gentil que él había practicado en la mía.
Me sentí ávido por aprender aquello, sinceramente, esto de vivir sólo y no tener, ni sentir, límites, era lo mejor.
Invitado- Invitado
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
"No he dicho lo contrario, my dear boy~"
Alcancé a contestar antes de casi caerme al piso de la sorpresa por la inesperada ingenuidad (o tal vez inexperiencia) que presentaba mi compañero.
Ok, no me iba a extrañar si la respuesta a la pregunta de hacer sexo oral en un callejon era respondida con un "No". Pero de ahí a NUNCA haber hecho una mamada.... POR EL AMOR DE LUCIFER.... este chico es casi virgen para mi.
Sin darme cuenta mi propio rostro se había sonrojado ante la imagen de un pelirosado tan... inocente. Pero la admiración pronto volvió a ser malicia cuando el mismo Yuuma se encargó de sacarme de mi espasmo y traerme de vuelta a la tierra de la calentura.
"Claro que te enseñaré...~ <3"
Y con ello me relamí los labios mientras el me devolvía las caricias poco sutiles que antes yo le había propinado.
"Baja de a poco, no es bueno ser tan directo por más que lo desee ahora mismo. Anda, muerde un poco mi piel... La zona del tatuaje de dragón es particularmente más sensible...."
Mi mirada se mantuvo atenta a sus movimientos, deseaba ver como hacía aquello algo interesante y no rutinario. Lo unico que esperaba era que mi propio líbido no me jugara en contra y terminara corriendome sin siquiera haber alcanzado a sentir su boca.
Tsk... El solo pensarlo me hacía gotear...
Alcancé a contestar antes de casi caerme al piso de la sorpresa por la inesperada ingenuidad (o tal vez inexperiencia) que presentaba mi compañero.
Ok, no me iba a extrañar si la respuesta a la pregunta de hacer sexo oral en un callejon era respondida con un "No". Pero de ahí a NUNCA haber hecho una mamada.... POR EL AMOR DE LUCIFER.... este chico es casi virgen para mi.
Sin darme cuenta mi propio rostro se había sonrojado ante la imagen de un pelirosado tan... inocente. Pero la admiración pronto volvió a ser malicia cuando el mismo Yuuma se encargó de sacarme de mi espasmo y traerme de vuelta a la tierra de la calentura.
"Claro que te enseñaré...~ <3"
Y con ello me relamí los labios mientras el me devolvía las caricias poco sutiles que antes yo le había propinado.
"Baja de a poco, no es bueno ser tan directo por más que lo desee ahora mismo. Anda, muerde un poco mi piel... La zona del tatuaje de dragón es particularmente más sensible...."
Mi mirada se mantuvo atenta a sus movimientos, deseaba ver como hacía aquello algo interesante y no rutinario. Lo unico que esperaba era que mi propio líbido no me jugara en contra y terminara corriendome sin siquiera haber alcanzado a sentir su boca.
Tsk... El solo pensarlo me hacía gotear...
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 15/03/2012
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Ahora que lo pienso, si no hubiera estado con alcohol en la sangre en ese momento, habría arrancado, sonrojado y avergonzado por la poca experiencia que hay en mí en ese campo, aun cuando ya había tenido sexo con Dante anteriormente. Debería agradecer a quien sea que está mirando esto, porque el alcohol me hace más desinhibido y pueda llevar a cabo esto!!!
Si bien Dante era más bajo que yo, me di cuenta de que 10cm no hacían que yo necesitara arrodillarme para poder llevar a cabo lo que decidí hacer.
Levanté su polera hasta dejar a la vista, por completo, su tatuaje. Bajé mi cabeza, saltando la zona de su cuello, para llegar a su clavícula, la que era difícil de lamer, puesto que la polera estaba entorpeciendo el paso. No me quise amargar y bajé, hasta llegar a su tetilla derecha, percibiendo el piercing que tenía en ella. Jugueteé con él por un rato, mientras la mano que había arañado su espalda y cicatriz, estaba ahora en su costado, arañando, lentamente, sus costillas, llegando a su abdomen y recorriendo el borde de su pantalón, para comenzar a desabrocharlo. Todo aquello mientras decidí que el piercing me había aburrido y que la zona del tatuaje era más interesante. Si no había escuchado mal, Dante había dicho que era una zona sensible. Con la poca y nula luz que llegaba no podía distinguir su forma completamente, más bien podía ver una sombra bajar por su torso, hasta su pantalón.
-Ne~…- dije, luego de admirar su cuerpo por unos segundos, mientras pasaba mi mano derecha por su falo, tenso y duro, bajo su pantalón y mi mano izquierda desabrochaba aquella prenda. Decidí, finalmente, arrodillarme. –sensei… am I doing it right?-
Mi mano derecha siguió aventurándose, por su entrepierna, tocando sus nalgas. La izquierda, luego de desabrochar el pantalón, subió por el tatuaje de dragón, mientras mi boca se acercaba a la zona que más llamaba mi atención, un pantalón abultado y queriendo romperse de la presión.
Si bien Dante era más bajo que yo, me di cuenta de que 10cm no hacían que yo necesitara arrodillarme para poder llevar a cabo lo que decidí hacer.
Levanté su polera hasta dejar a la vista, por completo, su tatuaje. Bajé mi cabeza, saltando la zona de su cuello, para llegar a su clavícula, la que era difícil de lamer, puesto que la polera estaba entorpeciendo el paso. No me quise amargar y bajé, hasta llegar a su tetilla derecha, percibiendo el piercing que tenía en ella. Jugueteé con él por un rato, mientras la mano que había arañado su espalda y cicatriz, estaba ahora en su costado, arañando, lentamente, sus costillas, llegando a su abdomen y recorriendo el borde de su pantalón, para comenzar a desabrocharlo. Todo aquello mientras decidí que el piercing me había aburrido y que la zona del tatuaje era más interesante. Si no había escuchado mal, Dante había dicho que era una zona sensible. Con la poca y nula luz que llegaba no podía distinguir su forma completamente, más bien podía ver una sombra bajar por su torso, hasta su pantalón.
-Ne~…- dije, luego de admirar su cuerpo por unos segundos, mientras pasaba mi mano derecha por su falo, tenso y duro, bajo su pantalón y mi mano izquierda desabrochaba aquella prenda. Decidí, finalmente, arrodillarme. –sensei… am I doing it right?-
Mi mano derecha siguió aventurándose, por su entrepierna, tocando sus nalgas. La izquierda, luego de desabrochar el pantalón, subió por el tatuaje de dragón, mientras mi boca se acercaba a la zona que más llamaba mi atención, un pantalón abultado y queriendo romperse de la presión.
Última edición por Yuuma VY2 el Sáb Mayo 18, 2013 10:42 pm, editado 1 vez
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Comencé a dar suspiros frente a cada roce que este chico le daba a mi cuerpo. Di un pequeño brinco cuando su lengua comenzó a estimular mi tetilla, el calor de su boca me resultaba tremendamente tentador al punto que tenía que concentrarme para no obligarlo a arrodillarse y chuparmela de una vez. Y no podía hacer aquello cuando yo mismo había propuesto un poco más de juego, ¿verdad?.
Eeeeeeeeeen fin, mordí mis labios con fuerza una vez sentí mi pantalon desabrocharse y el gemido posterior fue imposible de retener cuando senti su mano tocar y presionar mi falo.
"Nghh..."
Entrecerré los ojos cuando me llamó, viendolo arrodillarse frente a mi, y lo admito, casi me corrí cuando escuché su pregunta. ¿De verdad se supone que este chico no tenía experiencia? Bufé suavemente y luego respondí.
"Yeah~ You're doing it perfectly, Yuuchii~"
Llevé mi cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared como si al extender mi cuello buscara inspirar más aire. Mis manos se posaron en sus cabellos, acariciandolos con suavidad, como si toda mi concentración se buscara refugiar en ese gesto. No quería mirar hacia abajo o la mancha húmeda dejada por el líquido preseminal ya existente en mi ropa interior se haría más y más notoria.
Finalmente cuando comenzó a acercar su rostro a mi, decidí alzar bandera blanca.
Mis manos bajaron de sus cabellos a su mentón, lo miré intensamente por algunos segundos mientras mi pulgar delineaba sus labios. Luego introduje el mismo dedo en su boca, solo para un breve y sutil contacto con su lengua y en paralelo, mi otra mano se dio la libertad de liberar finalmente mi miembro, quien agradeció el gesto.
La vista era sencillamente exquisita, tentadora, estaba seguro que cualquier gesto o acción del pelirosa me haría comenzar a gotear.
¿Desde cuando era que mi líbido me hacía sentir como un chico recién entrando en la pubertad? Aún no seré mucho más que un chico descarriado, pero en cuestiones de sexo mi resistencia era algo de lo que podía jactarme con orgullo y facilidad. ¿Porqué entonces resultaba tan dificil contenerme y mantener un aire de dominio cuando se trataba de Yuuma...?
"Tsk..." Dije por lo bajo, con las mejillas ardiendo y la respiración muy agitada.
"Vamos, abre la boca y muestrame lo buena que es tu lengua, tal y como en tus besos~"
Eeeeeeeeeen fin, mordí mis labios con fuerza una vez sentí mi pantalon desabrocharse y el gemido posterior fue imposible de retener cuando senti su mano tocar y presionar mi falo.
"Nghh..."
Entrecerré los ojos cuando me llamó, viendolo arrodillarse frente a mi, y lo admito, casi me corrí cuando escuché su pregunta. ¿De verdad se supone que este chico no tenía experiencia? Bufé suavemente y luego respondí.
"Yeah~ You're doing it perfectly, Yuuchii~"
Llevé mi cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared como si al extender mi cuello buscara inspirar más aire. Mis manos se posaron en sus cabellos, acariciandolos con suavidad, como si toda mi concentración se buscara refugiar en ese gesto. No quería mirar hacia abajo o la mancha húmeda dejada por el líquido preseminal ya existente en mi ropa interior se haría más y más notoria.
Finalmente cuando comenzó a acercar su rostro a mi, decidí alzar bandera blanca.
Mis manos bajaron de sus cabellos a su mentón, lo miré intensamente por algunos segundos mientras mi pulgar delineaba sus labios. Luego introduje el mismo dedo en su boca, solo para un breve y sutil contacto con su lengua y en paralelo, mi otra mano se dio la libertad de liberar finalmente mi miembro, quien agradeció el gesto.
La vista era sencillamente exquisita, tentadora, estaba seguro que cualquier gesto o acción del pelirosa me haría comenzar a gotear.
¿Desde cuando era que mi líbido me hacía sentir como un chico recién entrando en la pubertad? Aún no seré mucho más que un chico descarriado, pero en cuestiones de sexo mi resistencia era algo de lo que podía jactarme con orgullo y facilidad. ¿Porqué entonces resultaba tan dificil contenerme y mantener un aire de dominio cuando se trataba de Yuuma...?
"Tsk..." Dije por lo bajo, con las mejillas ardiendo y la respiración muy agitada.
"Vamos, abre la boca y muestrame lo buena que es tu lengua, tal y como en tus besos~"
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Una sonrisa triunfante (?) se dibujó en mi rostro al escuchar su última frase. La expresión de Dante, como si estuviera en el límite, me hacía sentir, realmente, bien.
Aún con el pulgar en mi boca, acerqué mi rostro a su falo y comencé a lamerlo, comenzando por la base, para luego subir lentamente hasta la punta. Todo esto sin quitar los ojos del rostro del pelinegro.
Bajé la mano izquierda, para rodear su miembro con la punta de mis dedos. La otra se encargó de bajar sus pantalones, junto con su ropa interior, para tener acceso libre a otra zona erógena del muchacho.
-Itadakimasu~- Dije, expectante, y mostrando en esa palabra, lo nervioso que realmente estaba. Nunca había practicado sexo oral, pero había visto suficiente porno como para saber la teoría. ¿O es que acaso no sería suficiente? Ya basta de dudas!!! Estaba en ese lugar por algo: hacer que aquel desgraciado de Dante no olvidara mi nombre y eso no lo iba a lograr con un recuerdo miserable, como: "Yuuma, el chico que no se atrevió a hacer una mamada".
Rodeé aquel miembro con mi boca, sintiéndolo caliente y húmedo. Primero la punta, ejerciendo presión con mi boca, luego profundicé el acto, sintiendo la invasión en mi cavidad bucal. Admito que en un principio no fue agradable, pero, curiosamente, saber que pertenecía a Dante, hizo que dejara de serlo y pudiera seguir con ello, sintiendo más excitación de la que esperé, implicando que en estos momentos estaba con dos tragos encima y, si bien estaba consciente, mi juicio no era de los mejores.
-Mmhhh- dejé escapar. Podía sentir mi cuerpo reaccionar a lo que estaba haciendo, sintiendo mi propio falo luchando contra la tela de mi pantalón. Pero aún podía esperar, creo.
Realmente quería penetrarlo y hacerlo gemir como nunca, pero, si mis oídos no me fallaban, ya había logrado lo segundo y con mi boca.
Seguí practicando la mamada, ahora con un ritmo más constante y rápido. Mi boca estaba mezclada en fluidos seminales y saliva... Caliente... "Esto es mejor de lo que pensé", me dije, "Pero puede ser aún mejor".
Sin esperar reacciones ni opiniones, introduje el dedo mayor, de mi mano derecha, en Dante. El que se deslizó nice and easy, haciendo que sintiera más ganas aún de penetrarlo con otra cosa. La reacción que mi comida tuvo, fue impagable.
Aún con el pulgar en mi boca, acerqué mi rostro a su falo y comencé a lamerlo, comenzando por la base, para luego subir lentamente hasta la punta. Todo esto sin quitar los ojos del rostro del pelinegro.
Bajé la mano izquierda, para rodear su miembro con la punta de mis dedos. La otra se encargó de bajar sus pantalones, junto con su ropa interior, para tener acceso libre a otra zona erógena del muchacho.
-Itadakimasu~- Dije, expectante, y mostrando en esa palabra, lo nervioso que realmente estaba. Nunca había practicado sexo oral, pero había visto suficiente porno como para saber la teoría. ¿O es que acaso no sería suficiente? Ya basta de dudas!!! Estaba en ese lugar por algo: hacer que aquel desgraciado de Dante no olvidara mi nombre y eso no lo iba a lograr con un recuerdo miserable, como: "Yuuma, el chico que no se atrevió a hacer una mamada".
Rodeé aquel miembro con mi boca, sintiéndolo caliente y húmedo. Primero la punta, ejerciendo presión con mi boca, luego profundicé el acto, sintiendo la invasión en mi cavidad bucal. Admito que en un principio no fue agradable, pero, curiosamente, saber que pertenecía a Dante, hizo que dejara de serlo y pudiera seguir con ello, sintiendo más excitación de la que esperé, implicando que en estos momentos estaba con dos tragos encima y, si bien estaba consciente, mi juicio no era de los mejores.
-Mmhhh- dejé escapar. Podía sentir mi cuerpo reaccionar a lo que estaba haciendo, sintiendo mi propio falo luchando contra la tela de mi pantalón. Pero aún podía esperar, creo.
Realmente quería penetrarlo y hacerlo gemir como nunca, pero, si mis oídos no me fallaban, ya había logrado lo segundo y con mi boca.
Seguí practicando la mamada, ahora con un ritmo más constante y rápido. Mi boca estaba mezclada en fluidos seminales y saliva... Caliente... "Esto es mejor de lo que pensé", me dije, "Pero puede ser aún mejor".
Sin esperar reacciones ni opiniones, introduje el dedo mayor, de mi mano derecha, en Dante. El que se deslizó nice and easy, haciendo que sintiera más ganas aún de penetrarlo con otra cosa. La reacción que mi comida tuvo, fue impagable.
Invitado- Invitado
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Oh, fuck, oh fuck, oh fuck!
No podía creer lo que veía, y es que aunque pareciera lo contrario, una mamada en un touch and go como a los que estaba acostumbrado, no es algo del todo fácil de conseguir, en especial con los paranoicos que creen que uno trae quizás que enfermedad en el cuerpo, pero me alegró saber que este muchacho no se preocupaba por ese tipo de cosas. (Por supuesto, yo tampoco tenía nada raro en el cuerpo de lo que se debiera preocupar.)
El solo tacto de sus dedos y el posterior calor progresivo de su boca sobre mi miembro hicieron que mi cuerpo se tensara, casi enterrándome contrala pared, pues mis piernas de a poco parecían perder la fuerza para lograr mantenerme en pie. No creí que el pelirosa fuera a tolerar aquello de buenas a primeras, en especial si e por medio no hay mucha experiencia. Lo que es a mi, me encanta el sabor del semen y de la piel de mis compañeros, pero era algo grotesco de admitir.
“Ah~ Mhh..~ You’re good my dear~ Nh~ ah…” Jadeé en un susurro mientras mi Mirada no se apartaba de tan linda vista, sin necesidad de la maquinita de la naranja mecánica y es que estaba deleitado con esto. Por impulso, habiendo notado que el chico parecía más que feliz de hacer aquello, me cargué un poco a mi malicia y posicioné mi pie entre sus piernas, solo para presionar su intimidad lo suficiente para generar un roce que sería la tentación del diablo.
Bien, criticas, opiniones? Quizás solo faltaba un poco más de uso de la lengua y atreverse a succionar más fuerte, pero eso era una cosa de gusto personal que, en algún otro momento, se lo dejaría saber. Claro, toda mi jodida evaluación se fue a la mierda al momento de sentir la intromisión inesperada en mi trasero.
¡Este chico era un potencial peligroso! Bastaba bajar un poco la guardia y ya atacaba como un lobo con piel de oveja.
“A-Amh..~!” tuve que cerrar los ojos, por lo general no soy tan sensible a algo tan pequeño como un dedo, pero el factor sorpresa le había dado puntos a favor, logrando hacer que mi voz sonara por tan solo una micra de segundo, derretida y necesitada.
Joder… desde cuando tan perra, danchii!? Me reproché a mi mismo.
Sujeté sus cabellos con fuerza, solo para hacerle retroceder un momento, tratando de despistarlo y discimular el temblor que había sacudido mis piernas.
“Hey… Voy a correrme en tu cara si sigues haciendo eso. ¿Quieres probar?”
No podía creer lo que veía, y es que aunque pareciera lo contrario, una mamada en un touch and go como a los que estaba acostumbrado, no es algo del todo fácil de conseguir, en especial con los paranoicos que creen que uno trae quizás que enfermedad en el cuerpo, pero me alegró saber que este muchacho no se preocupaba por ese tipo de cosas. (Por supuesto, yo tampoco tenía nada raro en el cuerpo de lo que se debiera preocupar.)
El solo tacto de sus dedos y el posterior calor progresivo de su boca sobre mi miembro hicieron que mi cuerpo se tensara, casi enterrándome contrala pared, pues mis piernas de a poco parecían perder la fuerza para lograr mantenerme en pie. No creí que el pelirosa fuera a tolerar aquello de buenas a primeras, en especial si e por medio no hay mucha experiencia. Lo que es a mi, me encanta el sabor del semen y de la piel de mis compañeros, pero era algo grotesco de admitir.
“Ah~ Mhh..~ You’re good my dear~ Nh~ ah…” Jadeé en un susurro mientras mi Mirada no se apartaba de tan linda vista, sin necesidad de la maquinita de la naranja mecánica y es que estaba deleitado con esto. Por impulso, habiendo notado que el chico parecía más que feliz de hacer aquello, me cargué un poco a mi malicia y posicioné mi pie entre sus piernas, solo para presionar su intimidad lo suficiente para generar un roce que sería la tentación del diablo.
Bien, criticas, opiniones? Quizás solo faltaba un poco más de uso de la lengua y atreverse a succionar más fuerte, pero eso era una cosa de gusto personal que, en algún otro momento, se lo dejaría saber. Claro, toda mi jodida evaluación se fue a la mierda al momento de sentir la intromisión inesperada en mi trasero.
¡Este chico era un potencial peligroso! Bastaba bajar un poco la guardia y ya atacaba como un lobo con piel de oveja.
“A-Amh..~!” tuve que cerrar los ojos, por lo general no soy tan sensible a algo tan pequeño como un dedo, pero el factor sorpresa le había dado puntos a favor, logrando hacer que mi voz sonara por tan solo una micra de segundo, derretida y necesitada.
Joder… desde cuando tan perra, danchii!? Me reproché a mi mismo.
Sujeté sus cabellos con fuerza, solo para hacerle retroceder un momento, tratando de despistarlo y discimular el temblor que había sacudido mis piernas.
“Hey… Voy a correrme en tu cara si sigues haciendo eso. ¿Quieres probar?”
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
A pesar de su intento, noté la debilidad que ganaban sus piernas. ¿Cómo? Pues el peso de su cuerpo era cada vez mayor. Mi cuerpo estaba en una posición levemente más encorvada de lo inicial.
Cuando separó mi rostro de su miembro, ya me sentí triunfante. Estoy haciendo un buen trabajo.
“¿Quieres probar?”, resonó en mi cabeza. ¿Estaba tratando de intimidarme? Como si le hubiera resultado antes.
-Contigo he probado más de un par de cosas por primera vez, ¿crees que con ésta me voy a acobardar?- Acto seguido, introduje otro dedo sin aviso alguno, el que, como el primero, se introdujo sin resistencia alguna, por su húmedo agujero.
Aquella sensación estaba comenzando a acabar la poca paciencia que había logrado ganar producto de la conversación y el desafío de hacer lo que me habían propuesto. Sumando que Dante seguía con su pie apoyado en mi miembro, preso de mi pantalón.
Mientras intentaba lograr que mi deseo de penetrarlo se calmara, aunque fuera solo un poco más, una idea apareció en mi cabeza, la que, rápidamente, se convirtió en plan. De forma express, examiné las posibilidades y me decidí por la más óptima, eficiente y placentera. Estaba seguro que el pelinegro agradecería lo elegido.
-Recuerda que mi intención es hacer de esta noche, una inolvidable, y eso va enfocado principalmente a ti, por lo tanto, esta noche, no está en mi vocabulario, o lista de posibilidades, el acobardarme, retirarme o “no probar”- Acto seguido, volví a acercar mi rostro a su falo y comencé a succionarlo, simulando, de forma instintiva un beso, el que se profundizaba poco a poco. Mi lengua acariciaba la punta, ejerciendo presión en diversos puntos, incluyendo la punta goteante. Luego decidí abordar el resto del miembro, introduciéndolo en mi zona bucal, sin dejar de presionar su extensión con mi lengua.
Su palpitar intenso podía sentirlo con aquel músculo audaz, podía sentir más fluidos inundar mi boca, los que tragaba apenas podía, dejándome una sensación pegajosa en el camino, pero no menos excitante.
Decidí continuar mi trabajo bucal, sin la ayuda de mi mano, la que se encargó, ahora, de desabrochar mi pantalón, liberando a mi hambriento, celoso y palpitante amigo.
Cuando separó mi rostro de su miembro, ya me sentí triunfante. Estoy haciendo un buen trabajo.
“¿Quieres probar?”, resonó en mi cabeza. ¿Estaba tratando de intimidarme? Como si le hubiera resultado antes.
-Contigo he probado más de un par de cosas por primera vez, ¿crees que con ésta me voy a acobardar?- Acto seguido, introduje otro dedo sin aviso alguno, el que, como el primero, se introdujo sin resistencia alguna, por su húmedo agujero.
Aquella sensación estaba comenzando a acabar la poca paciencia que había logrado ganar producto de la conversación y el desafío de hacer lo que me habían propuesto. Sumando que Dante seguía con su pie apoyado en mi miembro, preso de mi pantalón.
Mientras intentaba lograr que mi deseo de penetrarlo se calmara, aunque fuera solo un poco más, una idea apareció en mi cabeza, la que, rápidamente, se convirtió en plan. De forma express, examiné las posibilidades y me decidí por la más óptima, eficiente y placentera. Estaba seguro que el pelinegro agradecería lo elegido.
-Recuerda que mi intención es hacer de esta noche, una inolvidable, y eso va enfocado principalmente a ti, por lo tanto, esta noche, no está en mi vocabulario, o lista de posibilidades, el acobardarme, retirarme o “no probar”- Acto seguido, volví a acercar mi rostro a su falo y comencé a succionarlo, simulando, de forma instintiva un beso, el que se profundizaba poco a poco. Mi lengua acariciaba la punta, ejerciendo presión en diversos puntos, incluyendo la punta goteante. Luego decidí abordar el resto del miembro, introduciéndolo en mi zona bucal, sin dejar de presionar su extensión con mi lengua.
Su palpitar intenso podía sentirlo con aquel músculo audaz, podía sentir más fluidos inundar mi boca, los que tragaba apenas podía, dejándome una sensación pegajosa en el camino, pero no menos excitante.
Decidí continuar mi trabajo bucal, sin la ayuda de mi mano, la que se encargó, ahora, de desabrochar mi pantalón, liberando a mi hambriento, celoso y palpitante amigo.
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
“Ngh..! Ah, joder… ¿Asi que no te acobardarás hoy, eh? “
Recalqué sus palabras con una sonrisa pervertida en los labios mientras dejaba los cabellos ajenos en paz y movía mi pie solo para buscar corregir mi postura, y no parecer tan vulnerable, pero el segundo dedo me lo estaba poniendo difícil.
“Ah… no me digas~ Incluso si lo de esta noche incluye SM?”
Lamí mis labios mientras sentía como de nuevo el pelirosa me devoraba, esta vez ocupando su lengua como si hubiese leído mi mente y mi reciente crítica superficial. Retiro todo lo anteriormente dicho y es que eso se estaba sintiendo como el putisimo cielo. ¿Cómo mierda este sujeto sabía mamar bien siendo un noob? Tsk, me huele a mentira su inocencia.
Sentí como mi miembro comenzaba a derramar gotas de semen mientras él me deleitaba con su lengua, no pasó mucho hasta que mis gemidos se hicieran recurrentes, jadeantes y roncos y mi postura perdiera toda decencia. Mis piernas se flectaron y mis manos fueron a por la cabeza de Yuuma otra vez, pero esta vez solo para indicarle con una pauta de movimientos, que aumentara el ritmo de aquello, pues estaba cerca.
Sentí el calambre en mi parte baja mientras parecía, literalmente, follar con la boca de mi compañero, moviendo las caderas de forma ansiosa. Luego sentí una descarga eléctrica que me sacudió por dentro antes de llegar a correrme. No le dejé huir, le mantuve preso por los cabellos a mi falo, no dejándole otra más que tolerar y tragar el chorro de semen que expulsé. A penas sentí la primera descarga en su boca retrocedí hasta lo que el muro me permitía para quitar mi falo de la cálida cavidad, dejando el último rastro de mi eyaculación sobre la mejilla izquierda del pelirosa.
Mi pecho se movía acorde a mi desenfrenada respiración, miré al muchacho y me sentí a gusto. Se veía jodidamente sexy de aquella pervertida manera. Me reí gravemente y luego me dejé caer hasta el piso, para igualar su altura, extender mi mano hasta su mejilla y tocar el líquido blanquecino con el que le había manchado. Pegajoso.
“Maldición…. Me acabas de dejar como si yo fuera el inexperto aquí…”
Recalqué sus palabras con una sonrisa pervertida en los labios mientras dejaba los cabellos ajenos en paz y movía mi pie solo para buscar corregir mi postura, y no parecer tan vulnerable, pero el segundo dedo me lo estaba poniendo difícil.
“Ah… no me digas~ Incluso si lo de esta noche incluye SM?”
Lamí mis labios mientras sentía como de nuevo el pelirosa me devoraba, esta vez ocupando su lengua como si hubiese leído mi mente y mi reciente crítica superficial. Retiro todo lo anteriormente dicho y es que eso se estaba sintiendo como el putisimo cielo. ¿Cómo mierda este sujeto sabía mamar bien siendo un noob? Tsk, me huele a mentira su inocencia.
Sentí como mi miembro comenzaba a derramar gotas de semen mientras él me deleitaba con su lengua, no pasó mucho hasta que mis gemidos se hicieran recurrentes, jadeantes y roncos y mi postura perdiera toda decencia. Mis piernas se flectaron y mis manos fueron a por la cabeza de Yuuma otra vez, pero esta vez solo para indicarle con una pauta de movimientos, que aumentara el ritmo de aquello, pues estaba cerca.
Sentí el calambre en mi parte baja mientras parecía, literalmente, follar con la boca de mi compañero, moviendo las caderas de forma ansiosa. Luego sentí una descarga eléctrica que me sacudió por dentro antes de llegar a correrme. No le dejé huir, le mantuve preso por los cabellos a mi falo, no dejándole otra más que tolerar y tragar el chorro de semen que expulsé. A penas sentí la primera descarga en su boca retrocedí hasta lo que el muro me permitía para quitar mi falo de la cálida cavidad, dejando el último rastro de mi eyaculación sobre la mejilla izquierda del pelirosa.
Mi pecho se movía acorde a mi desenfrenada respiración, miré al muchacho y me sentí a gusto. Se veía jodidamente sexy de aquella pervertida manera. Me reí gravemente y luego me dejé caer hasta el piso, para igualar su altura, extender mi mano hasta su mejilla y tocar el líquido blanquecino con el que le había manchado. Pegajoso.
“Maldición…. Me acabas de dejar como si yo fuera el inexperto aquí…”
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
No contesté a su última pregunta. ¿S&M? Quizás en otra ocasión, si bien estaba todo dándose para una buena jornada de sexo, no sabía si tendríamos... Las herramientas necesarias para practicarlo. Sé nada respecto al S&M...
La forma en que Dante gemía y se movía, me volvía a confirmar que estaba haciendo bien mi "tarea". Sus manos en mi cabello, guiándome, hicieron que mi lado pasivos aflorara, sintiendo como disfrutaba el ser guiado por otra persona en situaciones como ésta. Me dejé guiar por esas manos, dejando que me usara para satisfacer su necesidad. Me hacia sentir avergonzado y a la vez tentado por la lujuria. Mis mejillas se sonrojaron y mis ojos estaban vidriosos.
No habían pasado ni 60 segundos, cuando las gotas de semen se transformaron en un fluido constante. Invadió mi boca y sentí que me atragantaba, pero resistí el impulso de vomitar, a cambio, aguanté con el contenido en mi cavidad bucal, extasiado. Una parte la tragué; la otra escurría por la comisura de mi boca, mientras miraba maravillado al pelinegro, dentro de lo poco que se podía ver aquella noche. Poco me preocupé por lo último de su eyaculación en mi mejilla, era nada comparado con lo de antes.
Aún en el estado de gozo, vi como Dante se deslizaba por la muralla, aún con mis dedos dentro, los que había dejado inmóviles mientras ocurría lo ya relatado. Oí su grave risa, la que me pareció realmente sensual. "¿Qué tiene este tipo que me hace hacer cosas que antes no pensaba hacer o no sabía que existían? Eres un verdadero misterio" Sonreí de vuelta, con renovada lujuria.
Antes de responder, tragué con algo de esfuerzo lo que quedaba en mi boca.
-Inexperto? Acabo de quedar ido, por unos segundos, con lo que me hiciste hacer y dices que eres el inexperto?- Moví los dedos dentro de su trasero. -Pensé que te conocías mejor.- Dije, con voz grave, para luego reírme, imitando la suya.
-A todo esto, es mi turno, no crees?- Levanté la mirada y sonreí de medio lado, desafiándolo, mas mi idea estaba lejos de hacer que me hiciera una mamada. Mi cabeza se había vuelto a llenar de ideas relacionadas con penetrarlo y sentirlo, no importa cuantas veces fuera.
Liberé mis dedos y con ambas manos levanté a Dante, acercándome a él unos centímetros, sin separarlo de la muralla. Lo senté a horcajadas sobre mi y, acto seguido, lo penetré. Sin preludio ni no más preparación que el juego anterior.
A pesar de haber tensado su cuerpo con la corrida, su ano estaba dilatado gracias a mis dedos y, por supuesto, su gran lívido. Pude sentir la jodida alta temperatura del chico, sintiendo que me derretía. "Me pregunto si habrá alguna ocasión en que pueda sentirlo con menor temperatura que yo..."
Tomé sus nalgas y lo levanté unos centímetros, para dejarlo caer; volviendo a repetir los pasos, manteniendo un ritmo constante.
La forma en que Dante gemía y se movía, me volvía a confirmar que estaba haciendo bien mi "tarea". Sus manos en mi cabello, guiándome, hicieron que mi lado pasivos aflorara, sintiendo como disfrutaba el ser guiado por otra persona en situaciones como ésta. Me dejé guiar por esas manos, dejando que me usara para satisfacer su necesidad. Me hacia sentir avergonzado y a la vez tentado por la lujuria. Mis mejillas se sonrojaron y mis ojos estaban vidriosos.
No habían pasado ni 60 segundos, cuando las gotas de semen se transformaron en un fluido constante. Invadió mi boca y sentí que me atragantaba, pero resistí el impulso de vomitar, a cambio, aguanté con el contenido en mi cavidad bucal, extasiado. Una parte la tragué; la otra escurría por la comisura de mi boca, mientras miraba maravillado al pelinegro, dentro de lo poco que se podía ver aquella noche. Poco me preocupé por lo último de su eyaculación en mi mejilla, era nada comparado con lo de antes.
Aún en el estado de gozo, vi como Dante se deslizaba por la muralla, aún con mis dedos dentro, los que había dejado inmóviles mientras ocurría lo ya relatado. Oí su grave risa, la que me pareció realmente sensual. "¿Qué tiene este tipo que me hace hacer cosas que antes no pensaba hacer o no sabía que existían? Eres un verdadero misterio" Sonreí de vuelta, con renovada lujuria.
Antes de responder, tragué con algo de esfuerzo lo que quedaba en mi boca.
-Inexperto? Acabo de quedar ido, por unos segundos, con lo que me hiciste hacer y dices que eres el inexperto?- Moví los dedos dentro de su trasero. -Pensé que te conocías mejor.- Dije, con voz grave, para luego reírme, imitando la suya.
-A todo esto, es mi turno, no crees?- Levanté la mirada y sonreí de medio lado, desafiándolo, mas mi idea estaba lejos de hacer que me hiciera una mamada. Mi cabeza se había vuelto a llenar de ideas relacionadas con penetrarlo y sentirlo, no importa cuantas veces fuera.
Liberé mis dedos y con ambas manos levanté a Dante, acercándome a él unos centímetros, sin separarlo de la muralla. Lo senté a horcajadas sobre mi y, acto seguido, lo penetré. Sin preludio ni no más preparación que el juego anterior.
A pesar de haber tensado su cuerpo con la corrida, su ano estaba dilatado gracias a mis dedos y, por supuesto, su gran lívido. Pude sentir la jodida alta temperatura del chico, sintiendo que me derretía. "Me pregunto si habrá alguna ocasión en que pueda sentirlo con menor temperatura que yo..."
Tomé sus nalgas y lo levanté unos centímetros, para dejarlo caer; volviendo a repetir los pasos, manteniendo un ritmo constante.
Última edición por Yuuma VY2 el Jue Jul 11, 2013 11:13 am, editado 1 vez
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
“Mh~ Entonces algo de orgullo me debe quedar~”
Respondí con una sonrisa satisfecha cuando el chico admitió que por un momento, lo había sacado de cualquier esquema y había disfrutado de la experiencia tanto como yo. Lamí mis labios al sentir sus dedos moviéndose, siendo de nuevo consiente de que estos seguían dentro de mi. (Sí, por un momento los había olvidado).
“Oh claro~ No podría ser tan bastardo y no dejarte disfrutar, te mereces un premio por habérmela chupado tan bien~”
Ayudé a acomodarnos y pese a que me mantenía sobre sus piernas, mi espalda seguía apoyada en la pared, de esta forma el primero que debería moverse, sería él. A penas retiró sus dedos sabía que no habría más preparación para mi pobre trasero, está bien, puedo ser un puto o lo que quieran, pero pregúntenle a cualquier homo sobre esto, y les dirá que por más costumbre, esta cosa igual duele al comienzo si es que no se ocupa lubricante.
“Ngh..” Cerré los ojos mientras sentía como iba entrando en mi, era una sensación extraña, entre ansiedad y la previa satisfacción de sentirlo en mi, como si con ello sintiera que me lo devoraba.
Me tomé de sus hombros y noté como era él quien comenzaba a marcar el ritmo, entonces decidí que era mi hora de actuar y hacerle sentir jodidamente bien. Me incorporé hacia delante, despegandome al fin de la sucia pared, apoyando mi peso contra los hombros del pelirosado, en un abrazo que lejos de ser tierno, era muy posesivo. Giré mi rostro para que mi boca quedara posicionada justo en su oído, me entretendría con cada detalle hasta que el chico se volviera aún más duro dentro de mi y se corriera, tal vez, incluso después de eso, no le dejaría ir.
“Ah… Se siente tan bien~”
Jadeé para él mientras tomaba el control de los movimientos, moviendo las caderas arriba y abajo, generando la penetración sin necesidad de que él se moviera.
“Heh~ Nuestros cuerpos parecen calzar bien, ngh…”
Agregué movimientos circulares y algunos vaivenes mientras me entretenía devorándole la oreja y la porción de su cuello que le seguía. Mordí, marqué, succioné y lami a gusto la piel hasta llegar a su hombro, al menos, hasta donde sus ropas me lo permitía.
“Eres jodidamente exquisito… Yuuchi~ Como ningún otro~”
Acompañé mis palabras con mis manos deslizándose bajo su ropa, subiendo por su espalda, enterrando ahí mis dedos, sin llegar a rasguñar, simplemente generando presión sobre su piel. Una vez lo sentí endurecerse en mi interior me relamí los labios con ansias, mi mirada era un reflejo de la lujuria y la excitación, me sentía como una bestia llevándose al infierno a un niño bueno~ Pero eso no era mas que una idealización, bien sabía que yuuma aunque parecía inocente, era un pervertido, tanto como yo.
Me dirigí a sus labios, lamiendo incluso el rastro de mi propio semen dejado en la comisura de sus labios para luego introducir mi lengua en su boca, sintiendo mi propio sabor en esta. ¿Aquello era grotesco o desagradable para algunos? A mi me encantaba el sabor y me moría por probar el suyo.
Luego de sentirme extasiado con el beso me separé de forma repentina. Sacando con cuidado su miembro de mi interior. Girando en mi propio eje quedando de rodillas, para de nuevo ir a apoyarme en la pared, sin haberme levantado del suelo, dejando mi rostro descansar ahí, en lo frio del muro, mientras uno de mis manos se extendía hasta el pelirosa y lo acercaba desde los cabellos sin mucha delicadeza hasta mi espalda. Comenzaba a impacientarme.
“Vamos…” Jadié mientras sentía su peso sobre mi cuerpo, como dos perros montados. “Jódeme más fuerte… No soy una mujer… simplemente deja que tu lado más pervertido y salvaje salga… Estaré complacido de conocerlo~” Me relamí los labios, hambriento, sediento de él y de la lujuria que poco a poco le sacaba a flote.
Respondí con una sonrisa satisfecha cuando el chico admitió que por un momento, lo había sacado de cualquier esquema y había disfrutado de la experiencia tanto como yo. Lamí mis labios al sentir sus dedos moviéndose, siendo de nuevo consiente de que estos seguían dentro de mi. (Sí, por un momento los había olvidado).
“Oh claro~ No podría ser tan bastardo y no dejarte disfrutar, te mereces un premio por habérmela chupado tan bien~”
Ayudé a acomodarnos y pese a que me mantenía sobre sus piernas, mi espalda seguía apoyada en la pared, de esta forma el primero que debería moverse, sería él. A penas retiró sus dedos sabía que no habría más preparación para mi pobre trasero, está bien, puedo ser un puto o lo que quieran, pero pregúntenle a cualquier homo sobre esto, y les dirá que por más costumbre, esta cosa igual duele al comienzo si es que no se ocupa lubricante.
“Ngh..” Cerré los ojos mientras sentía como iba entrando en mi, era una sensación extraña, entre ansiedad y la previa satisfacción de sentirlo en mi, como si con ello sintiera que me lo devoraba.
Me tomé de sus hombros y noté como era él quien comenzaba a marcar el ritmo, entonces decidí que era mi hora de actuar y hacerle sentir jodidamente bien. Me incorporé hacia delante, despegandome al fin de la sucia pared, apoyando mi peso contra los hombros del pelirosado, en un abrazo que lejos de ser tierno, era muy posesivo. Giré mi rostro para que mi boca quedara posicionada justo en su oído, me entretendría con cada detalle hasta que el chico se volviera aún más duro dentro de mi y se corriera, tal vez, incluso después de eso, no le dejaría ir.
“Ah… Se siente tan bien~”
Jadeé para él mientras tomaba el control de los movimientos, moviendo las caderas arriba y abajo, generando la penetración sin necesidad de que él se moviera.
“Heh~ Nuestros cuerpos parecen calzar bien, ngh…”
Agregué movimientos circulares y algunos vaivenes mientras me entretenía devorándole la oreja y la porción de su cuello que le seguía. Mordí, marqué, succioné y lami a gusto la piel hasta llegar a su hombro, al menos, hasta donde sus ropas me lo permitía.
“Eres jodidamente exquisito… Yuuchi~ Como ningún otro~”
Acompañé mis palabras con mis manos deslizándose bajo su ropa, subiendo por su espalda, enterrando ahí mis dedos, sin llegar a rasguñar, simplemente generando presión sobre su piel. Una vez lo sentí endurecerse en mi interior me relamí los labios con ansias, mi mirada era un reflejo de la lujuria y la excitación, me sentía como una bestia llevándose al infierno a un niño bueno~ Pero eso no era mas que una idealización, bien sabía que yuuma aunque parecía inocente, era un pervertido, tanto como yo.
Me dirigí a sus labios, lamiendo incluso el rastro de mi propio semen dejado en la comisura de sus labios para luego introducir mi lengua en su boca, sintiendo mi propio sabor en esta. ¿Aquello era grotesco o desagradable para algunos? A mi me encantaba el sabor y me moría por probar el suyo.
Luego de sentirme extasiado con el beso me separé de forma repentina. Sacando con cuidado su miembro de mi interior. Girando en mi propio eje quedando de rodillas, para de nuevo ir a apoyarme en la pared, sin haberme levantado del suelo, dejando mi rostro descansar ahí, en lo frio del muro, mientras uno de mis manos se extendía hasta el pelirosa y lo acercaba desde los cabellos sin mucha delicadeza hasta mi espalda. Comenzaba a impacientarme.
“Vamos…” Jadié mientras sentía su peso sobre mi cuerpo, como dos perros montados. “Jódeme más fuerte… No soy una mujer… simplemente deja que tu lado más pervertido y salvaje salga… Estaré complacido de conocerlo~” Me relamí los labios, hambriento, sediento de él y de la lujuria que poco a poco le sacaba a flote.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Los jadeos que entraban por mi oído, hacían con oleadas de escalofríos calientes recorrieran mi cuerpo, uno tras otro, terminando en la zona baja de mi cuerpo, sintiendo como si aquellos escalofríos arrastraran consigo cargas de sangre, que llenaban mi miembro, endureciéndolo a ratos. Creí poder entender lo que Dante quería, por lo que dejé de moverme y solo mantuve mis manos en su trasero, manteniéndolo abierto para mí, para así poder penetrarlo lo más posible, cada vez que el bajara y “tocara fondo”. Ojala pudiera llegar más adentro…, pensé, intentando controlar las ganas que nacían en mi interior, de romperlo con cada embestida que diera, si fuera yo quien marcara el ritmo.
-Mmmghh….-solté un gemido grave con la primera mordida que recibí por su parte, sintiendo sus dientes clavados, luego su lengua reemplazarlos y una succión seguir a aquello. Los movimientos que el pelinegro estaba haciendo, hacían más difícil que este lado… ¿sadista?... ¿Esto significaba ser sadista?, ¿Querer disfrutar con el placer y dolor del otro?... Al menos, era lo que quería hacer: escucharlo gemir, mientras lo penetrara tan fuerte que no pudiera, ni siquiera, recordar su nombre.
En el momento en que sus manos se colaron por debajo de mi ropa, mis manos apretaron su trasero, hundiendo las uñas en su piel, separando más sus glúteos, para poder entrar más, si era posible. Las caricias que estaba recibiendo por parte de él, se sentían deliciosas, como si quiera poder tocar más de mí, de lo que podía.
Su calor lo podía sentir, ya no solo por penetrarlo, sino que también por las caricias que me proporcionaba con sus manos. Lamentablemente, nuestras ropas nos impedían sentir más piel y calor, pero, para nuestra fortuna, nuestros rostros no estaban cubiertos y el beso que me dio, hizo que la transferencia de calor fuera mayor.
En el momento en que su lengua entró en mi boca, la mía se conectó con ésta y comenzaron aquel juego de empuja y caricias, alguna que otra succión y, en un momento, no aguanté y la mordí. No sé si fue muy fuerte o no, con lo excitado que estaba, no medí mi fuerza, pero la mordí, eso hizo que se separara de forma repentina. Lástima, no pude averiguar si había sabor a sangre en aquel beso.
Dante no solo rompió el beso, sino que también nuestra conexión, sentí una breve desesperación, puesto que no quería perder aquella conexión, pero grata fue mi sorpresa cuando se posicionó frente a la pared, entregando su trasero a mí. El tirón que recibí en el cabello, en nada ayudó a bajar la lujuria que sentía en aquellos momentos.
Al escuchar sus palabras, desesperadas por placer y acción, un gruñido salió de mi boca, audible y sediento de sexo. Podría haber arrancado sus ropas y las mías, para poder sentirnos por completo, pero no había momento para pensar en aquello, el nuevo deseo que había nacido en mí, luego de escuchar las palabras del chico, habían nublado mi mente y solo pensaba en poseerlo, como fuera y no importaba como quedara.
-Let's the game begin~- Dije, sonriendo de medio lado.
Todo esto era nuevo para mí, pero mi cabeza no estaba cuerda ni despejada, como para pensar en lo que hacía, ya habría tiempo para meditar lo que estaba haciendo en estos momentos, además, el alcohol que había dentro de mi cuerpo en estos momentos, ayudaba en nada a pensar con racionalidad.
Sin esperar a que Dante siguiera pidiendo que lo penetrara, tomé su trasero con una mano, mi miembro con la otra y lo penetré. Fue fácil y rápido, nada de gemidos de dolor, solo de placer. A continuación, comencé a moverme con rapidez, introduciéndome en él lo más posible, escuchando mis bufidos con cada embestida. Mis pulmones se llenaban con el poco aire que alcanzaban a llenar, antes de tener que botarlo abruptamente, para volver a repetir el proceso, incontables veces.
Solté las nalgas de Dante, y levanté mi torso, quedando de rodillas en el piso y con la espalda erguida. Pasé mis manos por su espalda, subiendo y luego bajando, rasguñando aquella piel blanca, pasando sobre las cicatrices que mis uñas encontraran, atravesándolas o siguiendo su camino. En una de esas subidas, tomé el pelo del chico con una mano, y lo tiré, obligándolo a levantar la cabeza, lo que más pudiera. Di un paso atrás, para separar al chico de la muralla, para que solo pudiera sostener el peso de su cuerpo con una de sus manos, puesto que con la que me quedaba libre, tomé una de ellas, por la muñeca y la puse sobre su espalda, tirando de ella, para que quedara en línea con su columna.
Teniendo dos puntos de los que “tirar”, comencé a embestirlo con mayor fuerza, empujando su cuerpo con cada penetración, casi haciendo que perdiera el equilibrio, pero logré recuperarlo, tirando mi cuerpo más atrás, logrando un ángulo de penetración tal, que sentí el cuerpo del chico temblar, ¿o fue el mío?
-Mmmghh….-solté un gemido grave con la primera mordida que recibí por su parte, sintiendo sus dientes clavados, luego su lengua reemplazarlos y una succión seguir a aquello. Los movimientos que el pelinegro estaba haciendo, hacían más difícil que este lado… ¿sadista?... ¿Esto significaba ser sadista?, ¿Querer disfrutar con el placer y dolor del otro?... Al menos, era lo que quería hacer: escucharlo gemir, mientras lo penetrara tan fuerte que no pudiera, ni siquiera, recordar su nombre.
En el momento en que sus manos se colaron por debajo de mi ropa, mis manos apretaron su trasero, hundiendo las uñas en su piel, separando más sus glúteos, para poder entrar más, si era posible. Las caricias que estaba recibiendo por parte de él, se sentían deliciosas, como si quiera poder tocar más de mí, de lo que podía.
Su calor lo podía sentir, ya no solo por penetrarlo, sino que también por las caricias que me proporcionaba con sus manos. Lamentablemente, nuestras ropas nos impedían sentir más piel y calor, pero, para nuestra fortuna, nuestros rostros no estaban cubiertos y el beso que me dio, hizo que la transferencia de calor fuera mayor.
En el momento en que su lengua entró en mi boca, la mía se conectó con ésta y comenzaron aquel juego de empuja y caricias, alguna que otra succión y, en un momento, no aguanté y la mordí. No sé si fue muy fuerte o no, con lo excitado que estaba, no medí mi fuerza, pero la mordí, eso hizo que se separara de forma repentina. Lástima, no pude averiguar si había sabor a sangre en aquel beso.
Dante no solo rompió el beso, sino que también nuestra conexión, sentí una breve desesperación, puesto que no quería perder aquella conexión, pero grata fue mi sorpresa cuando se posicionó frente a la pared, entregando su trasero a mí. El tirón que recibí en el cabello, en nada ayudó a bajar la lujuria que sentía en aquellos momentos.
Al escuchar sus palabras, desesperadas por placer y acción, un gruñido salió de mi boca, audible y sediento de sexo. Podría haber arrancado sus ropas y las mías, para poder sentirnos por completo, pero no había momento para pensar en aquello, el nuevo deseo que había nacido en mí, luego de escuchar las palabras del chico, habían nublado mi mente y solo pensaba en poseerlo, como fuera y no importaba como quedara.
-Let's the game begin~- Dije, sonriendo de medio lado.
Todo esto era nuevo para mí, pero mi cabeza no estaba cuerda ni despejada, como para pensar en lo que hacía, ya habría tiempo para meditar lo que estaba haciendo en estos momentos, además, el alcohol que había dentro de mi cuerpo en estos momentos, ayudaba en nada a pensar con racionalidad.
Sin esperar a que Dante siguiera pidiendo que lo penetrara, tomé su trasero con una mano, mi miembro con la otra y lo penetré. Fue fácil y rápido, nada de gemidos de dolor, solo de placer. A continuación, comencé a moverme con rapidez, introduciéndome en él lo más posible, escuchando mis bufidos con cada embestida. Mis pulmones se llenaban con el poco aire que alcanzaban a llenar, antes de tener que botarlo abruptamente, para volver a repetir el proceso, incontables veces.
Solté las nalgas de Dante, y levanté mi torso, quedando de rodillas en el piso y con la espalda erguida. Pasé mis manos por su espalda, subiendo y luego bajando, rasguñando aquella piel blanca, pasando sobre las cicatrices que mis uñas encontraran, atravesándolas o siguiendo su camino. En una de esas subidas, tomé el pelo del chico con una mano, y lo tiré, obligándolo a levantar la cabeza, lo que más pudiera. Di un paso atrás, para separar al chico de la muralla, para que solo pudiera sostener el peso de su cuerpo con una de sus manos, puesto que con la que me quedaba libre, tomé una de ellas, por la muñeca y la puse sobre su espalda, tirando de ella, para que quedara en línea con su columna.
Teniendo dos puntos de los que “tirar”, comencé a embestirlo con mayor fuerza, empujando su cuerpo con cada penetración, casi haciendo que perdiera el equilibrio, pero logré recuperarlo, tirando mi cuerpo más atrás, logrando un ángulo de penetración tal, que sentí el cuerpo del chico temblar, ¿o fue el mío?
Invitado- Invitado
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Noté como el chico comenzaba a darle rienda suelta no solo a su pensamiento sino también a todos sus instintos, así me lo dijo el gruñido que escuché de su parte y su advertencia de que nuestro pequeño y salvaje juego comenzaba. Me sentía como la peor de las influencias sobre éste sujeto y es que lo estaba llevando a lo más bajo de lo bajo en cuanto a sexo se trataba. Vamos, que hasta el motel más barato tiene más dignidad que hacerlo en la calle.
Inspiré una bocanada de aire cuando él me hubo penetrado, sintiendo su miembro a la perfección encajar en mi trasero. La sensación me robó un suspiro derretido y rápidamente comenzó el vaivén. Mantenía mi cabeza de medio lado para poder mirar a Yuuma de reojo, notando cuan excitado estaba al apenas poder respirar bien, eso me regocijaba el alma.
De pronto sentí el jalón de mi cabello sin ninguna clase de cortesía de su parte. Y vaya que me pareció curioso. Alcé mi cabeza lo que más pude, dejando mi espalda curva, apoyándome con mi brazo para alzar la cabeza lo que él me pedía. Salí del confort de la pared y peor aún, de un momento a otro me sentí caer al ser arrebatado uno de mis puntos de equilibrio, mi mano derecha, para ser exactos. Una exclamación de sorpresa mezclada con la pasión del momento se me escapó de los labios, formulando un gemido bastante inusual en mí. Débil y temeroso.
Sentí mayor sorpresa cuando el chico comenzó a embestir con más fuerza. Enserio, ¿qué botón había activado en este sujeto para convertirlo en esto que veía ahora? ¿En verdad era mi culpa? Me lo cuestioné mientras los gemidos comenzaban a salir libremente de mis labios, ahora más roncos y sensuales. No era necesario tener un espejo frente a mi para sentir como mi cuerpo comenzaba a reaccionar. No solo estaba duro, sino que sentía mis músculos tensos, mi cuerpo comenzaba a sudar levemente y mis ojos, estaba seguro de que estos se encontraban potenciados en su contraste. Siempre ocurría. El negro se volvía tan profundo como un pozo y el gris era casi brillante. ¿mi tatuaje? Para mi sorpresa no ardía. Solo era mi cabeza la que sentía dar vueltas y más vueltas.
“Oh-HNh..!”
Exclamé cuando el pelirosa cambió el ángulo de las embestidas, pues golpeó un punto sensible en mi interior que me hizo tensar y temblar.
“Ah… joder… Sigue así…”
Gruñí por lo bajo, sintiendo como mi miembro se movía al mismo ritmo que sus caderas. Necesitaba un poco de consuelo ahí abajo. Sin dignidad entonces incliné más el cuero hasta apoyar mi cabeza en el suelo y dejar mi otra mano libre para poder atender mis necesidades. Ahora sentía que las embestidas llegaban lo más profundo posible en un ángulo que lograba rozar las paredes de mi interior de forma tan exquisita que dentro de poco, y sin darme cuenta, comencé a babear mientras me masturbaba casi desesperado por correrme. Si me mantenía mucho tiempo así, quizás se volvería peligroso.
Comencé a contraer también mi interior de forma rítmica, después de todo no era tan desconsiderado como para no ayudar al otro a correrse primero o junto conmigo. La verdad es que me sentí un completo mentiroso y traidor conmigo mismo. Mi intensión al comienzo era llevar al chico hasta su lujuria máxima pero ahora yo mismo parecía querer apresurar y acabar rápido las cosas. Y es que aunque no lo estuviera pensando de forma consciente, no quería excederme, no quería que el puto tatuaje y el efecto de la tensión sexual en mi cuerpo me llevaran a arruinar el momento.
Pero… ¿Cuál era el problema si lo arruinaba? Después de todo era raro ya para mi estar con el mismo tipo dos veces… ¿quién dice que habría una tercera? ¿Qué era lo que yo deseaba?
Devorármelo tantas veces como fuera posible, hasta quedar completamente satisfecho.
Inspiré una bocanada de aire cuando él me hubo penetrado, sintiendo su miembro a la perfección encajar en mi trasero. La sensación me robó un suspiro derretido y rápidamente comenzó el vaivén. Mantenía mi cabeza de medio lado para poder mirar a Yuuma de reojo, notando cuan excitado estaba al apenas poder respirar bien, eso me regocijaba el alma.
De pronto sentí el jalón de mi cabello sin ninguna clase de cortesía de su parte. Y vaya que me pareció curioso. Alcé mi cabeza lo que más pude, dejando mi espalda curva, apoyándome con mi brazo para alzar la cabeza lo que él me pedía. Salí del confort de la pared y peor aún, de un momento a otro me sentí caer al ser arrebatado uno de mis puntos de equilibrio, mi mano derecha, para ser exactos. Una exclamación de sorpresa mezclada con la pasión del momento se me escapó de los labios, formulando un gemido bastante inusual en mí. Débil y temeroso.
Sentí mayor sorpresa cuando el chico comenzó a embestir con más fuerza. Enserio, ¿qué botón había activado en este sujeto para convertirlo en esto que veía ahora? ¿En verdad era mi culpa? Me lo cuestioné mientras los gemidos comenzaban a salir libremente de mis labios, ahora más roncos y sensuales. No era necesario tener un espejo frente a mi para sentir como mi cuerpo comenzaba a reaccionar. No solo estaba duro, sino que sentía mis músculos tensos, mi cuerpo comenzaba a sudar levemente y mis ojos, estaba seguro de que estos se encontraban potenciados en su contraste. Siempre ocurría. El negro se volvía tan profundo como un pozo y el gris era casi brillante. ¿mi tatuaje? Para mi sorpresa no ardía. Solo era mi cabeza la que sentía dar vueltas y más vueltas.
“Oh-HNh..!”
Exclamé cuando el pelirosa cambió el ángulo de las embestidas, pues golpeó un punto sensible en mi interior que me hizo tensar y temblar.
“Ah… joder… Sigue así…”
Gruñí por lo bajo, sintiendo como mi miembro se movía al mismo ritmo que sus caderas. Necesitaba un poco de consuelo ahí abajo. Sin dignidad entonces incliné más el cuero hasta apoyar mi cabeza en el suelo y dejar mi otra mano libre para poder atender mis necesidades. Ahora sentía que las embestidas llegaban lo más profundo posible en un ángulo que lograba rozar las paredes de mi interior de forma tan exquisita que dentro de poco, y sin darme cuenta, comencé a babear mientras me masturbaba casi desesperado por correrme. Si me mantenía mucho tiempo así, quizás se volvería peligroso.
Comencé a contraer también mi interior de forma rítmica, después de todo no era tan desconsiderado como para no ayudar al otro a correrse primero o junto conmigo. La verdad es que me sentí un completo mentiroso y traidor conmigo mismo. Mi intensión al comienzo era llevar al chico hasta su lujuria máxima pero ahora yo mismo parecía querer apresurar y acabar rápido las cosas. Y es que aunque no lo estuviera pensando de forma consciente, no quería excederme, no quería que el puto tatuaje y el efecto de la tensión sexual en mi cuerpo me llevaran a arruinar el momento.
Pero… ¿Cuál era el problema si lo arruinaba? Después de todo era raro ya para mi estar con el mismo tipo dos veces… ¿quién dice que habría una tercera? ¿Qué era lo que yo deseaba?
Devorármelo tantas veces como fuera posible, hasta quedar completamente satisfecho.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 1020
Fecha de inscripción : 15/03/2012
Re: Inside Pub (Yuuma) R-18
Creo que mi cuerpo también había temblado, puesto que la sensación quedó en mi cuerpo por unos segundos, especialmente en las piernas.
No tuve tiempo para reacomodarme y poder eliminar esa sensación, puesto que Dante ya había decidido hacer algo y aquello me tomó por sorpresa. Una grata sorpresa, por cierto~
-Ugh!....mmghhh- gemí.
Las paredes internas de su cuerpo ejercían mayor presión en mi falo y comencé a sentir como aquello me afectaba, puesto que sentí los músculos de mi cola tensarse y expandir esa sensación por mi espalda, subiendo a raudales cortos y finos, pero intensos. Pronto me correría.
Vi mi ritmo interrumpido, al sentir las entrañas del chico apretarse alrededor de mi miembro. Esos segundos me permitieron ver la expresión lasciva que su rostro había adquirido, ¿o la había tenía desde el principio? No lo recordaba, pero era una expresión que me llenó de ego y fuerzas para seguir llenándolo y disfrutándolo.
Agarré con más fuerza el pelo de Dante, tirando un poco más, provocando que su mejilla izquierda fuera la que tuviera que soportar su peso. Su brazo, el derecho, lo doblé, dejando su antebrazo cruzando la espalda, así era más fácil para mí agarrarlo por la zona que está antes de su codo, cargando sobre su cuerpo y tirando a la vez. Con un gruñido, recuperé el ritmo perdido y cargué con todo lo que me quedaba. La sensación aquella de sentir que tu cuerpo va a explotar en algún momento, cuando sientes que a ratos se acalambra y se relaja por lapsus de tiempo, cuando tu carne comienza a moverse por inercia y solo sabes que llegarás en algún momento.
Entonces, en un momento inesperado, pero esperado a la vez, tensé mi cuerpo. Un tirón al pelo de mi amante, las uñas clavándose en la carne de su antebrazo, mi torso encorvado sobre su cuerpo y mis piernas tiesas, entre las suyas. Me corrí y lo llené, soltando un gemido profundo y grave. Sentí como lo impregnaba con mi semen y no dejé de hacerlo por varios segundos. Su cuerpo me apretaba a ratos, haciendo que más espasmos recorrieran mi cuerpo.
Cuando, por fin, pude relajarme, respirar y ver lo que tenía frente a mí, estaba todo oscuro, excepto por la luz que una luna menguante botaba sobre nosotros. Dante aún estaba en el piso, en la misma posición, yo dentro de él. Solté su pelo y su brazo. Sin mover más, levanté mi torso y miré hacia el cielo. Increíble, es lo que pensé.
No tuve tiempo para reacomodarme y poder eliminar esa sensación, puesto que Dante ya había decidido hacer algo y aquello me tomó por sorpresa. Una grata sorpresa, por cierto~
-Ugh!....mmghhh- gemí.
Las paredes internas de su cuerpo ejercían mayor presión en mi falo y comencé a sentir como aquello me afectaba, puesto que sentí los músculos de mi cola tensarse y expandir esa sensación por mi espalda, subiendo a raudales cortos y finos, pero intensos. Pronto me correría.
Vi mi ritmo interrumpido, al sentir las entrañas del chico apretarse alrededor de mi miembro. Esos segundos me permitieron ver la expresión lasciva que su rostro había adquirido, ¿o la había tenía desde el principio? No lo recordaba, pero era una expresión que me llenó de ego y fuerzas para seguir llenándolo y disfrutándolo.
Agarré con más fuerza el pelo de Dante, tirando un poco más, provocando que su mejilla izquierda fuera la que tuviera que soportar su peso. Su brazo, el derecho, lo doblé, dejando su antebrazo cruzando la espalda, así era más fácil para mí agarrarlo por la zona que está antes de su codo, cargando sobre su cuerpo y tirando a la vez. Con un gruñido, recuperé el ritmo perdido y cargué con todo lo que me quedaba. La sensación aquella de sentir que tu cuerpo va a explotar en algún momento, cuando sientes que a ratos se acalambra y se relaja por lapsus de tiempo, cuando tu carne comienza a moverse por inercia y solo sabes que llegarás en algún momento.
Entonces, en un momento inesperado, pero esperado a la vez, tensé mi cuerpo. Un tirón al pelo de mi amante, las uñas clavándose en la carne de su antebrazo, mi torso encorvado sobre su cuerpo y mis piernas tiesas, entre las suyas. Me corrí y lo llené, soltando un gemido profundo y grave. Sentí como lo impregnaba con mi semen y no dejé de hacerlo por varios segundos. Su cuerpo me apretaba a ratos, haciendo que más espasmos recorrieran mi cuerpo.
Cuando, por fin, pude relajarme, respirar y ver lo que tenía frente a mí, estaba todo oscuro, excepto por la luz que una luna menguante botaba sobre nosotros. Dante aún estaba en el piso, en la misma posición, yo dentro de él. Solté su pelo y su brazo. Sin mover más, levanté mi torso y miré hacia el cielo. Increíble, es lo que pensé.
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