Inside Pub (Yuuma) R-18

No fue mucho el trayecto desde el barrio chino hasta el lugar que quería llevarlo. Era un bar al que siempre iba, pero la verdad nunca había trabajado en él, porque era de esos lugares que consideraba que solo eran para ir y disfrutar, no como una fuente laboral.

Era un Pub amplio y de estatus medio, se podía ver gente diversa y claro, el ambiente era "alternativo", la música de los 80' se hacía notar y el ritmo del pop y de músicos británicos destacaba a penas se entraba. No era raro ver a personas de dudosa sexualidad, algunos travestis y bueno, toda la variedad de gente que puedes ver tipicamente en esta clase de bares.

Pagué la entrada por los dos junto a dos covers para cada uno, adentro lo primero que hice fue dirigirme a custodia para entregar la mochila con la que iba al trabajo.

"Quieres dejar algo? Tu chaqueta?"

-Sería una buena idea- Dije, sacándome la chaqueta de color verde musgo. Quedé con una sudadera blanca y los pantalones de jeans negros, sujetos a mis caderas con un cinturón de cuero negro, con hebilla clara. –Muchas gracias- Le pasé la prenda y volví a interesarme por el lugar en el que estábamos.

Era la primera vez que iba a un lugar tan animado y diverso. Me sentí como niño al que llevaban por primera vez a un parque de atracciones: todo me llamaba la atención.

Dejé a Dante y fui a una de las murallas, en la que estaban puestos unos espejos, de distintos tamaños y en distintos ángulos. Todo se veía de forma muy extraña. Me llamó la atención también una mujer que estaba sentada en la barra, tenía el pelo largo, rubio. Vestía un short, ¿o una falda?, diminuta, junto con una polera atada al cuello y que colgaba. (Inserte aquí a Benten). “Es muy bonita”, me llamó la atención su complexión esbelta, pero algo me llamaba la atención, ¿era acaso el hecho de que sus manos fueran grandes? O ¿sus anchos hombros? Quizás era nadadora.

Me acerqué, distraído, y entonces la escuché hablar.

-Un martini extra seco, John- una voz masculina, con dejo femenino, emergió de sus labios. Me quedé helado.

Recibí su chaqueta y las pasé a custodia donde me entregaron dos fichas, que guardé en mi bolsillo, con las que luego podría retirar mis pertenencias. Al voltear noté que el pelirosa de me había adelantado y estaba explorando el lugar por su cuenta. Se me hacía de esas personas que raramente frecuentan este tipo de lugares, es más, existía la posibilidad de que esta... fuese su primera vez en uno?

Avancé hacia él rodeando la multitud, queriendo sorprenderlo por la espalda. Lo vi acercarse a la barra y se me escapó una risa al ver su expresión atónita, seguramente por el travesti que estaba a su lado, otro cliente frecuente de aquel Pub. Una vez llegué a su lado hablé en su oído para que me pudiera entender pese a la música que inundaba el lugar.

"Sorprendido o asustado?"

Dediqué una sonrisa pícara, como quién se siente cómodo en sus tierras y esperando la respuesta del pelirosa alzé la mano para saludar con un gesto simple a John, el barman. Y claro, no solo era un saludo, sino también mi forma de indicarle que quería lo de siempre, Voka para comenzar, específicamente un Blue Lagoon.

"Si quieres algo solo pídelo, yo invito."

Estaba tan helado con el hallazgo, que no escuché ni sentí a Dante acercarse, por lo que si corta frase, en mi oído, hizo que un escalofrío me recorriera por la espalda, evitando que respondiera inmediatamente. Yo y mis zonas sensibles... Sentí mis mejillas sonrojares, más, por la luz del local, sabía que no se notaría.

-Sorprendido.- Me volteé hacia él e imité lo que él había hecho: me acerqué a su oído para hablar. -Soy de campo y es primera vez que veo a un travesti tan... Convincente-

Observé que saludaba a John con familiaridad, y era obvio, estos eran sus terrenos, no debía sorprenderme si conocía a todo el barrio, incluyendo a aquel atractivo travesti.

Cuando el pelinegro me ofreció un trago, pensé en lo que me había tomado en el restaurante. Hace no mucho que había empezado a consumir alcohol, pero tenía claro que la mezcla de tragos no es buena.

Miré a John.

-John, un mojito, por favor- apunté a mi acompañante-A su cuenta-

Después de decir aquello, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Nunca había dicho algo así y se sintió extraño.

Volví a acercarme al oído de Dante y, antes de hablarle, una idea se me vino a la cabeza.

-Estoy seguro de que aún no recuerdas mi nombre.- Acto seguido, saqué la punta de mi lengua y la pasé por un leve segmento del contorno de la oreja del chico. -¿Cómo compensarás eso?

Reí con la sinceridad del chico, y claro, comprobaba que una vez más mi intuición no había fallado. Así que era su primera vez en ese tipo de cosas? De seguro ese trap no sería la primera ni la ultima cosa de dudosa sexualidad que vería aquí.

"Ahahaha!! Así me gusta~!" Dije alegra al ver como el chico intentaba adaptarse rápidamente, no parecía incomodo y eso, lo admito, me relajó.

Recibí mi trago y di un sorbo medio para comenzar. Se sentía refrescante y poco a poco me entraban las ganas de bailar, solo faltaba oír alguna de mis canciones de agrado y me lanzaría a la pista y arrastraría al pelirosa conmigo.

Mi idea se vio interrumpida por el susurro en mi oído el que me hizo dar un pequeño salto, mas no me alejé, mis ojos se abrieron y mi rostro me delató, me había pillado.

Era cierto, no recordaba su nombre y por más que intentara dudo que lo lograría sin que él me lo voviera a mencionar. La punta de su lengua, húmeda y tibia tocó mi oreja, mis ojos se entrecerraron y es que con solo ese acto la tentación me volvía a devorar el autocontrol.

Me aparté solo un paso, dando un medio giro para quedar frente a él, obligandolo a salir levemente de la barra.

"Mhhh... Supongo que como tu prefieras~ y quedes satisfecho."

Dije pícaramente mientras le sacaba la lengua y retrocedía un poco más entre la multitud. Le señalé que me siguiera cuando tuviese su trago.

Me reí al escuchar su respuesta, fue una risa de esas que anticipan una excelente noche, de esas cargadas de deseo y diversión. Si, definitivamente sería una noche inolvidable... Ojalá lo fuera para mi acompañante.

Recibí mi trago por parte de John, justo en el momento en que Dante se comenzaba a mezclar entre la multitud que disfrutaba de la música.

Sin demora lo alcancé, agarré su cuello y le planté un beso, de esos que te dejan sin aire, son húmedos y quedas temblando. Pude sentir que Dante esta desconcertado en un principio, pues su lengua no jugueteó con la mía inmediatamente, aquello me causó satisfacción. Ya comenzaría a pagar por haber olvidado mi nombre y eso sería toda la noche.

Rompí la conexión para tomar de mi trago, con tranquilidad y si tener, siquiera, la respiración afectada.

-Esta noche, me aseguraré de que no olvides mi nombre, ni mi cuerpo.- Dije, nuevamente a su oído, esta vez sin tocarlo.

Al terminar de hablar, una sonrisa malvada (?) se dibujó en mi rostro, lo que sucediera esa noche, lo usaría en mi beneficio. Me encargaría de que el pelinegro disfrutara, al igual que yo, y que no supiera de su vida, excepto mi existencia.

"Esto se pondrá bueno"

Pensé, al ponerme a bailar al ritmo de la música.

El agarre en mi cuello me hizo frenar de golpe y alzar el rostro, mirando hacia atrás para saber quién mierda había sido, cuando lo hice me encontré con una grata sorpresa, un beso que no vi venir por parte del pelirosa. No pude reaccionar al comienzo, pero luego comencé a responder melosamente con mi lengua. De hecho, estaba a punto de girarme cuando él se apartó para beber.

Gruñí.

Mis mejillas estaban sonrojadas y mi respiración ligeramente acelerada. Quería más. Sus palabras hicieron eco en mis oídos y no pude evitar lamer mis labios, anticipando todo aquello. Mi cuerpo comenzaba a arder y era difícil dejar de lado toda esa expectación.

Una buena canción comenzó y entonces opté por relajar mi mente en eso, agotar un poco mis energías para mantenerme dentro de mis cabales.

Mi cuerpo comenzó a moverse primero lento al ritmo de la introducción, luego mas rápido, con jugueteos de mis manos, de a ratos cantando trozos de la canción, acercándome y alejándome del cuerpo ajeno, bailándole a él y solo a él. Bajaba o subía con mi cuerpo pegado al suyo como si fuera mi caño personal, me giraba, lo incitaba a acercarse por mi espalda y pegarse a mi cuerpo al ritmo de la música.

Lamentablemente mi semierección no quería rendirse y eso me llevaba a solo buscar mantener el ambiente caliente entre nosotros dos.

Me dejé llevar por sus movimientos, siguiéndolo a donde fuera, acariciándolo cuando se insinuaba, bajaba cuando él lo hacia, subía cuando él subía.

En una ocasión, estando él de espalda a mi, pasé mi mano derecha por su costado derecho y la izquierda por su torso. Acerqué mi rostro a su cuello y lo lamí, cerca de la nuca, subiendo lentamente hasta la parte trasera de su oreja. Todo esto, mientras nos movíamos al ritmo hipnotizante de la música que ahora sonaba. Bajé mi mano derecha hasta llegar cerca de su entrepierna, notando la tela tensa. Esto era motivante.

Me separé de él, antes de seguir bajando y saboreándolo. Tomé lo que quedaba de mi trago, de una sola vez, provocando un "haaaaahhhggg", luego de tragar.

Dejé el vaso en un pilar que tenía una estructura para ello y volví a bailar con el chico, en eso, me percato de que un hombre se le estaba insinuando.

Mi primer pensamiento fue "Le haré saber a ese imbécil que las pertenencias de otros no se tocan", entonces, decidí hacer lo contrario. Observaría a mi acompañante, quería saber que haría en una situación como está, aunque me que ara por dentro ese golpe que quería darle al intruso.

Hace un buen tiempo que no disfrutaba el bailar de aquella manera, erótica y provocativa con algún buen compañero en la pista. Me sacaba suspiros y de a ratos jadeos que no me molestaba en retener, por supuesto, no iba a terminar gimiendo ahí, pero tampoco tenía porque esconder el hecho de que estaba disfrutando cada roce de nuestros cuerpos~

Cuando se hubo acercado a mi entrepierna mi cuerpo se tensó y en venganza presioné mi cuerpo de tal forma que mi trasero le pusiera en aprietos~ Pero solo fue un instante y es que no estábamos bailando reggaeton ni ninguna mierda así.

Mi vaso fue vaciado de igual manera, pues el calor me comenzaba a consumir, pronto iría por otro, de eso estaba seguro. Casi decidido a ir por el fui interceptado por otro sujeto que comenzaba a mostrar interés en… mi?

Ok, no es que en cada disco o pub que vaya sea el chico bonito y popular, por lo general a la mayoría le parezco un poco tosco, sí, sí, el aura salvaje supongo que se me nota de a ratos. Por eso mi sorpresa al encontrarme a alguien dispuesto a… seducirme sin siquiera haberme hablado antes.

Sonreí descaradamente y mi mirada delató la emoción del momento , no por aquel sujeto, sino por el hecho de que quién me interesaba estaba mirándonos, mirándome.

Bailando cambié las posiciones con aquel tipo, para asi poder tener contacto visual con el pelirosa, sonreí llevando mi cuerpo un poco mas cerca del otro. No planeaba restarle interés a mi acompañante, solo quería un segundo para mostrarle otra faceta de mi y es que a diferencia de lo bailado con él, ahora era yo quien jugaba el papel de dominante en ello. Mi nariz rozando su cuello, mis manos tomándolo de las caderas, acercándolo a mi, mi mirada peligrosamente encendida al punto que parecía que en cualquier momento me lo devoraría, pero al acabar la canción todo lo que hice fue susurrar en su oído y volver hacia mi pelirosa acompañante.

Lo que estaba presenciando, era sin duda interesante de ver. Aquel era un Dante que no conocía, uno que, caí en la cuenta, quizás no aparecería frente a mi de esa forma, hasta quien sabe cuando. Me causó un escalofrío notar que, a pesar de estar bailando con otro, su atención siguiera en mi, manteniendo el contacto visual.

En un momento, una sonrisa piadosa se dibujó en mi rostro, pues aquel pobre tipo parecía haber caído en una red de la que no quería escapar, más la araña solo lo quería para jugar, no alimentarse. De hecho, en el momento en que el pelinegro lo dejó, si rostro no cabía en si. Pobre perro, había sido abandonado. Mi sonrisa se marcó aún más, no había notado que había participado en un juego de dos, que no permitía más participantes.

-Vaya performance~- dije, apoyando mi espalda en el pilar y mirando a mi chico acercarse. -A rare sight, I must say-

Cuando Dante estuvo lo suficientemente cerca, levanté mi mano izquierda, poniendo la derecha en el bolsillo de mi patalón, y tomé su mentón; me acerqué lo bastante para que me escuchara, viera mi rostro y yo no necesitara gritar.

-Es mi turno de invitarte a un trago- clavé mis ojos en los suyos, claramente, ansiando algo completamente distinto a una bebida, pero lo entretenido de este juego era alargar lo inevitable y deseado, lo más posible, generar un juego de tira y afloja, en el que pierde el primero en ceder, aunque, obviamente, los dos ganan.

Acorté la distancia entre los dos, para besarlo, pero interrumpí el proceso, dirigiéndome a la barra, tomando al chico de la mano, haciendo algo que no fue consciente: entrelacé mis dedos con los suyos.

Fue divertido acercarme a él y escuchar aquellas palabras moduladas en un perfecto ingles que me erizaba los pelos. Una sonrisa más que juguetona se dibujó en mis labios y dejé que me tomara sin reparos, no me molestaba esa leve dominancia que al otro le gustaba demostrar.

"Acepto el trago~" dije pícaro, relamiendo mis labios solo para acentuar mis palabras un poco más antes de ser seducido por sus labios, y lo admito, me dejé llevar en demasía en ese beso, quedando pagando cuando repentinamente el pelirosa se apartó hacia la barra y me arrastró con él y yo, casi a tropezones, seguí sus pasos notando aquel gesto de su mano que... se sintió raro...

No sé si decir agradable o no, solo fue raro... Y por alguna razón mis mejillas se sonrojaron notoriamente. No fui capaz de quitar la mano, pero tampoco de responder el gesto. Esa clase de detalles me confundian, me asustaban... tal vez.

Una vez en la barra me hice el desinteresado, esperando a que el notara lo que había hecho o que simplemente retirara su mano, pero de ser así... lo dejaría ir?

Llegamos a la barra en unos minutos, el lugar había recibido más gente, por lo que era un poco más difícil caminar con continuidad. Pedí a John lo mismo que habíamos pedido en un inicio, y solté la mano del pelinegro, para peinar mi cabello hacia atrás, el que quedó fijo, gracias a la humedad que había adquirido con la temperatura que había en el antro.

-Si es posible, abre una cuenta a nombre de Yuuma, por favor.- Cuando terminé la frase, me percaté de mi error. Ni siquiera miré a Dante, para saber que lo había notado. Dirigí mi mano derecha a mi rostro, dejando claro que estaba frustrado por mi estupidez.

Miré a Dante y sonreí expresando algo así como: “no hay remedio”-Bueno, ahora me queda asegurar en tu mente ese nombre- Terminé la frase, mas con una expresión, completamente, distinta a la inicial; ésta era una sugerente, con un toque de picardía y lujuria.

Al rato, bartender-san nos entregó los bebestibles. Tomé el mío y volví a la pista de baile, pero busqué un lugar que fuera más apartado, oscuro. Sería más difícil para Dante resistir la tentación, pero también lo sería para mí, ¿no? Esto seguía su curso en lo interesante, esperaba que pronto cambiara a “inolvidable”.

Su mano dejó de importarme cuando se arregló el cabello. Por lo general no me gusta cuando la gente lleva el pelo muy ordenado, pero esta vez, en este ambiente, y solo por ser él, me había impresionado lo bien que se veía este sujeto con el cabello hacia atrás.

Al oír su nombre mis memorias volvieron y mi cabeza hizo un claro "ahhh... era Yuuchii~" en silencio. Sonreí malicioso y luego simplemente reí por la gesticulación del otro ante su error. Su frase a modo de salida me provocó, y es que su mirada no me lo hacía fácil, y esas indirectas muy directas me mantenían tenso.

"Estoy seguro que con esta noche no se me olvida, Yuuchii~" Respondí igual de juguetón antes de abandonar la barra y seguirle al nuevo destino dentro del local.

"Oh... shit..."

Dije en un murmullo que se perdió entre la música que de a poco cambiaba del pop al rock, a rock industrial de hecho. Y para mi sorpresa sonó una de mis canciones favoritas. No, enserio, le han puesto atención a la letra? A mi me calienta~

Comencé a moverme al ritmo de esta y cantar algunas partes, aunque claro, el que había sido violado era yo (?). Hahaha, de cualquier modo, me moví a gusto, bebiendo casi al seco mi trago el cual por supuesto, no tardó en hacer efecto, dejándome embriagado en la pista, en la oscuridad junto a Yuuma.

Una vez la letra se terminó y la canción continuó con el instrumental lo arrinconé contra una de las paredes, colocando una de mis piernas entre las suyas, continuando el movimiento viciante, rozándolo con descaro, presionándolo, regalándole mordiscos sobre su cuello y robandole un beso profundo y húmedo que no terminó sino hasta acabar la canción.

Y el mundo comenzaba a distorcionarse un poco para mí. Y aunque no estaba ebrio, tampoco podía decir que no estaba ya arriba de la pelota~

Era la primera vez que escuchaba rock industrial, sobretodo aquella canción. En un principio no pude identificar lo que decía, pero no fue necesario. Ver como Dante reaccionaba a ella, las frases que cantaba y el cambio en la atmósfera del lugar. Era como si todos hubieran entrado en un trance… y no me sentí ajeno.

El hipnotizante ritmo de la música se colaba por mi cerebro, sintiendo como si abriera los candados que encierran los deseos más íntimos en lo más profundo de mi ser.

Como si se tratara de una música tribal, me dejé llevar por el ritmo, permití que controlara mi cuerpo, que lo guiara y orientara. Pasé mis dedos por el cuello del pelinegro, acaricié su cabello, tenté su cuerpo con caricias por su espalda y torso, mientras continuábamos bailando. Imitándolo, bebí mi trago al seco, sintiendo un fuerte golpe en la cabeza, dejándome bastante mareado, mas eso pasaba a segundo plano. En este momento podía sentir que lo más importante era prestar atención a mi compañero de baile.

No sé en qué momento, quedé entre Dante y la pared, mas no me importó. Dejé que me sedujera, tocara y estimulara. Todo era increíble. Incluso ese beso, parecía estar robando mi energía vital, pero al mismo tiempo llenándome de otra. Fue un beso húmedo, sugerente y, me atrevería a decir, violador.

No permití que el beso se rompiera al terminar la canción, de hecho, agarré a Dante con las manos y los atraje a mí, exigiendo el mayor contacto posible entre nuestros cuerpos. Su alta temperatura se podía sentir fácilmente, aun cuando yo sé que todos acá estábamos con la temperatura más alta de lo normal.

Aprovechando el agarre, me separé de la muralla e hizo un giro de ciento ochenta grados, esta vez siendo yo quien arrinconaba. –I bet is not even midnight, but I want to fuck you so bad…- dije, mordiendo la oreja del chico, mientras colocaba una pierna entre las suyas, presionando con firmeza, sintiendo que su pantalón estaba tan tenso como el mío. Una de mis manos la puse en la muralla, sobre su cabeza y con la otra, acaricié la cicatriz que recorría su rostro. Si mal no recordaba, cumpliendo ciertos requisitos, ésta brillaba. “Tengo una ganas enormes de hacer que esta cicatriz reaccione…” Pensé, sorprendiéndome de aquello, pero aquella sorpresa pasó pronto a la historia. No estaba en condiciones de preocuparme por nimiedades, sólo de disfrutar con Dante y dejar llevar mi cuerpo.

Me quedé tieso unos segundos. Si había una preocupación: hacer que este demonio no me olvidara. Sonreí, lleno de malicia, codicia, lujuria y divertido. Esto aún no superaba mis expectativas y lo estaba disfrutando, realmente, disfrutando.

La forma en que Yuuma respondió a todo simplemente me dejó, por un momento, en blanco. Y es que pese a que bailar no era ningún cuento nuevo para mí, tener un compañero que se complementara tan bien conmigo si lo era. Incluso cuando la canción terminó o más bien cambió en un remix interminable de muchas otras canciones, nuestros labios y cuerpos no se alejaron. Lo agradecí.

La sed por ese chico me atacaba como si fuera un vampiro en busca de su sangre, o un caníbal que ansiaba comer hasta el último trozo de su carne. Y según me hacía entender con el nulo espacio entre nosotros, era que ambos estábamos igual, dominados por nuestros instintos más básicos y por la atracción más extraña que nos pudo unir.

No me importó el brusco giro ni las miradas curiosas de reojo que de a ratos caían sobre nuestro pequeño y sombrío rincón, pero estaba seguro que poco y nada verían, con suerte, solo destacaba el cabello rosado de mi amigo~

Su voz resonó en mis oídos como si con ello me inyectara corriente al cuerpo. Sus palabras me sedujeron de tal forma que no pude controlarme...

Separé mis piernas para darle espacio a la suya mientras me abrazaba a su cuerpo como una pantera abrazaría a su presa al cazarla, pero no era mi cacería, era yo quién estaba a punto de ser devorado, seguramente.

Una de sus manos se posó sobre mi mejilla y por poco no fui consciente de lo que estaba mirando, pero claro, aquella marca nunca podía ser ignorada. ¿Es que acaso había cambiado su color y no lo había notado…? No, por lo general de ser así la marca dolía y ahora se sentía bastante pleno, ansioso, sí, pero aún no era como para descontrolarse.

“Ah~… I wanna feel you inside me… so hot… so hard~”

Solté íntimamente en su oído mientras movía despacio mis caderas solo para dejar un pequeño espacio a mi mano derecha, la que descendió descaradamente hasta aquel bulto prominente en su pantalón el que presioné y masajeé con descaro, quería ver qué hacía, cómo reaccionaría a aquello, porque claro, aún seguíamos jugando y yo no estaba dispuesto a dejarlo joderme en ese lugar porque claro, teníamos que ser discretos en nuestro evidente descaro~