Trabajo es trabajo (Jaden)

Las vacaciones de verano de Musette acabaron, dando comienzo al siguiente semestre.

Ayato se coló entre los estudiantes con naturalidad. Llamaba la atención pues era el único joven sin uniforme. Cuando algún funcionario le preguntaba qué estaba haciendo solo debía decir que iba a ver a su ahijado. Con eso nadie le fastidiaba pues todos sentían gran respeto por las decisiones del director. "Gracias por concederme la coartada perfecta" pensaba satisfecho.

Pero vale, vamos por parte.

Muchas cosas habían pasado esos últimos meses y Ayato tenía unas cuantas tareas que cumplir:

1.- La primera y más importante era volver a la normalidad. El trato con Marceline no dio resultado pues desde lo sucedido en el concierto de Jinguji no se volvieron a ver, por lo que necesitaba encontrar una nueva forma...y creía saber a quién recurrir. Pero no tenía la menor idea de como encontrar a esa persona y su único contacto se encontraba en la academia. Estar allí era vital para sus objetivos.

2.- Por otra parte, estaba viviendo con Momoka en su dormitorio. Ambos se aprovecharon del retiro de Laala Manaka, su antigua compañera de habitación, para poder hacer este cambio (que claramente estaba prohibido). Nadie debía enterarse, por lo que Ayato necesitaba una razón que lo justificara en caso de que alguien lo descubriera en Musette.

3.- Esa coartada surgió por milagro. Su tercer objetivo era tomar todos los trabajos que pudiera para abastecer sus gastos y poder comprar un nuevo apartamento lo más pronto posible. Por el mismo motivo quería complacer a sus superiores en todo lo que pudiera, así más curro le llegaría y mejor posicionado estaría dentro de Merveilles. Sus esfuerzos parecían rendir frutos pues hace pocos días había recibido una carta del dueño del sello informándole que debía ser el padrino de un chico de Musette, un tal Jaden H. Eliade.

Y es básicamente por este último motivo que Ayato se encontraba plantado en la entrada de la academia, viendo a los estudiantes pasar y esperando identificar a su ahijado. Lo había contactado por teléfono para acordar el encuentro pero aún no aparecía. "Bueno, si no aparece qué va. Con la excusa me basta" pensó indiferente.

Spoiler: