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Life is hard [Priv. Marshall ]
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Página 1 de 1.
Life is hard [Priv. Marshall ]
Sentando en una banca alejada de las demás estaba mirando a la nada.
Cualquiera que lo viera en esos momentos, tan concentrado mirando un punto perdido en el horizonte, podría pensar que se encontraba en medio de un debate interno en el cual estaría buscando la respuesta a una gran interrogante, buscando tomar la mejor decisión a una situación que lo tenía contra la pared para salir ileso.
Pero la verdad, diferente a cualquier cosa que los demás se pudieran imaginar, es que no estaba pensando. Simplemente estaba viendo el tiempo pasar sin saber qué más hacer. Era complicado hacerlo, de hecho estar en la posición en la que se encontraba desde hace ya una hora o tal vez más, le suponía un gran esfuerzo. Pero no sabía que otra cosa hacer.
En casa siempre tuvo que cuidar a los demás, siempre tenía que estar pendiente de alguien o ayudar de alguna forma a su hermana mayor. Pero ahora estaba solo. Por su cuenta. Y no sabía que hacer. Es decir, sabía que hacer: buscar trabajo estable, no los medio tiempo que tenía actualmente, volver al departamento que compartía con un pelirrojo para dormir, tal vez pensar en una forma de recuperar el dominio de su hogar, el cual le fue arrebatado por las mismas personas a las que había cuidado durante toda su vida.
Su respiración calmada en ocasiones se detenía por pequeños segundos al recordar que estaba solo en una ciudad desconocida, jamás en su vida había estado solo! Siempre había alguien, su hermana, su gente, Marshall...
Arrugó ligeramente el entrecejo, respiró profundo y cruzó sus manos sobre su regazo, acariciando la diestra con la izquierda en un claro intento de confortarse a sí mismo, de darse algo de seguridad.
Aunque no le gustaba debía admitir que estaba perdido, no en el sentido de no saber su ubicación actual sino en no saber qué debía hacer a continuación. Su hermana le había dejado claro que no quería volver a la ciudad y que no valía la pena intentar recuperarla. Aún así sentía la necesidad de recrearla, buscar un nuevo lugar y llenarlo de vida, de gente a la cual proteger, sabía bien que ella tenía el mismo deseo.
Pero no podía. Sabía que no, pero aún así....
Subió sus piernas en la banca logrando que al sus piernas estar flexionadas sus rodillas le tocaran el pecho, lentamente abrazó sus piernas y afirmó el mentón en estas.
Ya estaba anocheciendo, la gente que pasaba disminuía a cada minutos mientras él pensaba en imitarlos.
¿Qué debía hacer?
Simplemente no tenía ganas de nada, o mejor dicho, no tenía ganas de hacer algo. Quería quedarse aquí, en esta posición y no ser molestado.
Debía volver al departamento.
Namine debía estar esperándolo si es que se dio cuenta de que salió, al menos aquel pelirrojo le dejaba cuidarlo, de esa forma podía llenar el vacío, era como cuidar a uno sus dulces ciudadanos.
Nuevamente suspiró. Tal vez en vez de volver debía ir a comer algo, no ingirió alimentos en todo el día y aquella conducta se estaba repitiendo en el tiempo. No era saludable, pero no sentía hambre.
Ahora, al ver hacia atrás y recopilar todas las nuevas conductas que había adoptado en este tiempo se daba cuenta de que podría tener aquella enfermedad llama depresión, pero a pequeña escala. O eso quería pensar.
Una enfermedad psicológica que le quitaba la ganas de todo, que lo enterraba en un vacío del cuál no sabía ni quería saber cómo salir.
Jamás había enfrentado algo así, estaba en terreno desconocido y ésto sólo aumentaba el temor e incertidumbre que sentía. Ahora al perder su hogar cayó en cuenta de que sin su gente, sin un pueblo al que cuidar no era nadie. Sólo era una pequeña persona en este mundo, solo, perdido. Un príncipe sin un reino es solo una persona más.
Y lo peor es que a nadie le importaba.
Cerró los ojos lentamente mientras apretaba con sus manos su chaqueta negra, ligera, que no lo protegía del frio que había ahora.
Solo quería dormir, tal vez si dormía al despertar volvería a su hogar, con su hermana y con su gente. Tal vez todo esto sólo era un mal sueño del que debía despertar.
Con este pensamiento dando vueltas en su mente empezó a quedarse dormido en la banca, los tenues sonidos de la calle lo arrullaban con suavidad.
¿Al despertar de este frágil sueño algo cambiaría? ¿Llegará alguien? Tal vez al despertar su ánimo suba y sienta ganas de algo.
Cualquiera que lo viera en esos momentos, tan concentrado mirando un punto perdido en el horizonte, podría pensar que se encontraba en medio de un debate interno en el cual estaría buscando la respuesta a una gran interrogante, buscando tomar la mejor decisión a una situación que lo tenía contra la pared para salir ileso.
Pero la verdad, diferente a cualquier cosa que los demás se pudieran imaginar, es que no estaba pensando. Simplemente estaba viendo el tiempo pasar sin saber qué más hacer. Era complicado hacerlo, de hecho estar en la posición en la que se encontraba desde hace ya una hora o tal vez más, le suponía un gran esfuerzo. Pero no sabía que otra cosa hacer.
En casa siempre tuvo que cuidar a los demás, siempre tenía que estar pendiente de alguien o ayudar de alguna forma a su hermana mayor. Pero ahora estaba solo. Por su cuenta. Y no sabía que hacer. Es decir, sabía que hacer: buscar trabajo estable, no los medio tiempo que tenía actualmente, volver al departamento que compartía con un pelirrojo para dormir, tal vez pensar en una forma de recuperar el dominio de su hogar, el cual le fue arrebatado por las mismas personas a las que había cuidado durante toda su vida.
Su respiración calmada en ocasiones se detenía por pequeños segundos al recordar que estaba solo en una ciudad desconocida, jamás en su vida había estado solo! Siempre había alguien, su hermana, su gente, Marshall...
Arrugó ligeramente el entrecejo, respiró profundo y cruzó sus manos sobre su regazo, acariciando la diestra con la izquierda en un claro intento de confortarse a sí mismo, de darse algo de seguridad.
Aunque no le gustaba debía admitir que estaba perdido, no en el sentido de no saber su ubicación actual sino en no saber qué debía hacer a continuación. Su hermana le había dejado claro que no quería volver a la ciudad y que no valía la pena intentar recuperarla. Aún así sentía la necesidad de recrearla, buscar un nuevo lugar y llenarlo de vida, de gente a la cual proteger, sabía bien que ella tenía el mismo deseo.
Pero no podía. Sabía que no, pero aún así....
Subió sus piernas en la banca logrando que al sus piernas estar flexionadas sus rodillas le tocaran el pecho, lentamente abrazó sus piernas y afirmó el mentón en estas.
Ya estaba anocheciendo, la gente que pasaba disminuía a cada minutos mientras él pensaba en imitarlos.
¿Qué debía hacer?
Simplemente no tenía ganas de nada, o mejor dicho, no tenía ganas de hacer algo. Quería quedarse aquí, en esta posición y no ser molestado.
Debía volver al departamento.
Namine debía estar esperándolo si es que se dio cuenta de que salió, al menos aquel pelirrojo le dejaba cuidarlo, de esa forma podía llenar el vacío, era como cuidar a uno sus dulces ciudadanos.
Nuevamente suspiró. Tal vez en vez de volver debía ir a comer algo, no ingirió alimentos en todo el día y aquella conducta se estaba repitiendo en el tiempo. No era saludable, pero no sentía hambre.
Ahora, al ver hacia atrás y recopilar todas las nuevas conductas que había adoptado en este tiempo se daba cuenta de que podría tener aquella enfermedad llama depresión, pero a pequeña escala. O eso quería pensar.
Una enfermedad psicológica que le quitaba la ganas de todo, que lo enterraba en un vacío del cuál no sabía ni quería saber cómo salir.
Jamás había enfrentado algo así, estaba en terreno desconocido y ésto sólo aumentaba el temor e incertidumbre que sentía. Ahora al perder su hogar cayó en cuenta de que sin su gente, sin un pueblo al que cuidar no era nadie. Sólo era una pequeña persona en este mundo, solo, perdido. Un príncipe sin un reino es solo una persona más.
Y lo peor es que a nadie le importaba.
Cerró los ojos lentamente mientras apretaba con sus manos su chaqueta negra, ligera, que no lo protegía del frio que había ahora.
Solo quería dormir, tal vez si dormía al despertar volvería a su hogar, con su hermana y con su gente. Tal vez todo esto sólo era un mal sueño del que debía despertar.
Con este pensamiento dando vueltas en su mente empezó a quedarse dormido en la banca, los tenues sonidos de la calle lo arrullaban con suavidad.
¿Al despertar de este frágil sueño algo cambiaría? ¿Llegará alguien? Tal vez al despertar su ánimo suba y sienta ganas de algo.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 23/03/2016
Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
-¡AH! ¡ALGO CAYO EN MI OJO! ... ¡Espera! Esto es un... ¿Camarón?
-¡Oh hermano! Eso son quince puntos adicionales.
¿Algunas vez han intentado chocar las cincos con un fantasma? Es extraño, en el sentido de que es como tocar algo baboso que llena tu mano de ectoplasma, todavía no entiendo muy bien como es que funcionan los seres del más allá pero bueno, cada día se aprende algo nuevo. Nada como que un vampiro y un fantasma pasen su tiempo libre haciendo lo que mejor saben hacer: Atormentar a las pobres almas en degracias... Tirandole camarones en la cara. No se pregunten cuanto tiempo llevabamos en ese plan porque ya hasta pareció anochecer, y ni siquiera lanzabamos camarones crudos; ¡Oh no! Más de quince cocteles de camarones habíamos gastado para hacer esto, y como más de cincuenta personas que todos se llevaron su bendición pegajosa del mar.
-Parece que ya no hay nadie... -Decía el fantasma con unos binoculares que quien sabe de donde saco y como es que funcionan para sus ojos muertos, mirando de lado a lado buscando nueva victima para el juego.
-Meeeh, muchos humanos a esta hora se encierran a su casa... ¿Que hora es? -Revise la hora en mi celular levantando una ceja; ¡Oh, es medianoche! A esta hora debería salir esa clase de persona que lo mejor sería tenerlo alejado a varios metros.- Aún nos quedan dos cocteles, ¿Esperamos a que más lleguen?
Recibí un "¿Por qué no? La noche no nos va a matar" por parte del fantasma que seguía buscando nuevas victimas con sus binoculares. Es cierto, la noche no nos puede hacer daño, miré hacía el frasco que tenía el cual solo ese líquido rojo de varias salsas combinadas tenía, no lo pensé mucho cuando le di un sorbo al mismo.
-¡Oye, un momento! ... ¿Acaso ese no es Gumball?
Y allá se fue todo lo que tome escupiendolo como fuente sobre el pobre fantasma... Más bien le atraveso hasta el tronco en donde estabamos escondidos (Entre las ramas de un árbol), de todas formas igual me miró con una expresión de asquerosidad.
-Hombre, ¿A que vino eso? -Sin decir nada tome sus binoculares para comprobar si era cierto o no.
Oh. Por. Glob. ¡OH. POR. GLOB!
-¿QUÉ? -Tallé mis ojos varias veces al bajar los binoculares y luego regresar a este en la misma dirección. Luego de un par de minutos volví a ver a Bongo, buscando respuestas del mismo.- ¿Son cosas mias o es que el estirado, refinado, señor perfección y prudencia esta justamente ACÁ.... DURMIENDO EN UNA BANCA?
-A mi no me mires, estoy tan impresionado como tu -Se llevo una mano al pecho y trastabillando trato de agarrar los binoculares que violentamente le lancé.
Baje flotando del árbol y fui acercandome poco a poco a esa banca... Y que acercarme, me quede parado justo a unos buenos metros de distancia y Bongo se puso a mi lado viendome como si esperará que le dijera algo.
-Bongo, mirá -Giré a verlo.- Estoy acá, a punto de decirle a mi ex... ¡¿Que coño le voy a decir a mi ex?!
-¿Dejarás que se quede durmiendo acá en una banca?
-¡Por supuesto que no! Soy idiota pero no soy TAN IDIOTA... No sé, esto me parace tan... ANTI-Bubba...
-Deja de quedarte parado acá y ve con él -Y así, el mismo fantasma fue el que me tuvo que arrastrar hasta estar justo en frente de la victima de la noche.
Pues ahí estaba, el gran príncipe del Candy Kingdom encogido en si mismo y durmiendo como cualquier vago en una banca en medio de una plaza a la medianoche que es total y completamente peligroso. No lo sé pero algo en esa oración simplemente no me CUADRA EN ABSOLUTO; ¿QUE HACE BUBBA DURMIENDO COMO DESAMPARADO EN MEDIO DE UNA PLAZA?
-Eeeehhhh... -Quise acercar mi mano, pero titubee un momento. Solo un momento, y con cuidado poner mi mano sobre su hombro y agitarle un poco.- Hey, despierta.
-¡Oh hermano! Eso son quince puntos adicionales.
¿Algunas vez han intentado chocar las cincos con un fantasma? Es extraño, en el sentido de que es como tocar algo baboso que llena tu mano de ectoplasma, todavía no entiendo muy bien como es que funcionan los seres del más allá pero bueno, cada día se aprende algo nuevo. Nada como que un vampiro y un fantasma pasen su tiempo libre haciendo lo que mejor saben hacer: Atormentar a las pobres almas en degracias... Tirandole camarones en la cara. No se pregunten cuanto tiempo llevabamos en ese plan porque ya hasta pareció anochecer, y ni siquiera lanzabamos camarones crudos; ¡Oh no! Más de quince cocteles de camarones habíamos gastado para hacer esto, y como más de cincuenta personas que todos se llevaron su bendición pegajosa del mar.
-Parece que ya no hay nadie... -Decía el fantasma con unos binoculares que quien sabe de donde saco y como es que funcionan para sus ojos muertos, mirando de lado a lado buscando nueva victima para el juego.
-Meeeh, muchos humanos a esta hora se encierran a su casa... ¿Que hora es? -Revise la hora en mi celular levantando una ceja; ¡Oh, es medianoche! A esta hora debería salir esa clase de persona que lo mejor sería tenerlo alejado a varios metros.- Aún nos quedan dos cocteles, ¿Esperamos a que más lleguen?
Recibí un "¿Por qué no? La noche no nos va a matar" por parte del fantasma que seguía buscando nuevas victimas con sus binoculares. Es cierto, la noche no nos puede hacer daño, miré hacía el frasco que tenía el cual solo ese líquido rojo de varias salsas combinadas tenía, no lo pensé mucho cuando le di un sorbo al mismo.
-¡Oye, un momento! ... ¿Acaso ese no es Gumball?
Y allá se fue todo lo que tome escupiendolo como fuente sobre el pobre fantasma... Más bien le atraveso hasta el tronco en donde estabamos escondidos (Entre las ramas de un árbol), de todas formas igual me miró con una expresión de asquerosidad.
-Hombre, ¿A que vino eso? -Sin decir nada tome sus binoculares para comprobar si era cierto o no.
Oh. Por. Glob. ¡OH. POR. GLOB!
-¿QUÉ? -Tallé mis ojos varias veces al bajar los binoculares y luego regresar a este en la misma dirección. Luego de un par de minutos volví a ver a Bongo, buscando respuestas del mismo.- ¿Son cosas mias o es que el estirado, refinado, señor perfección y prudencia esta justamente ACÁ.... DURMIENDO EN UNA BANCA?
-A mi no me mires, estoy tan impresionado como tu -Se llevo una mano al pecho y trastabillando trato de agarrar los binoculares que violentamente le lancé.
Baje flotando del árbol y fui acercandome poco a poco a esa banca... Y que acercarme, me quede parado justo a unos buenos metros de distancia y Bongo se puso a mi lado viendome como si esperará que le dijera algo.
-Bongo, mirá -Giré a verlo.- Estoy acá, a punto de decirle a mi ex... ¡¿Que coño le voy a decir a mi ex?!
-¿Dejarás que se quede durmiendo acá en una banca?
-¡Por supuesto que no! Soy idiota pero no soy TAN IDIOTA... No sé, esto me parace tan... ANTI-Bubba...
-Deja de quedarte parado acá y ve con él -Y así, el mismo fantasma fue el que me tuvo que arrastrar hasta estar justo en frente de la victima de la noche.
Pues ahí estaba, el gran príncipe del Candy Kingdom encogido en si mismo y durmiendo como cualquier vago en una banca en medio de una plaza a la medianoche que es total y completamente peligroso. No lo sé pero algo en esa oración simplemente no me CUADRA EN ABSOLUTO; ¿QUE HACE BUBBA DURMIENDO COMO DESAMPARADO EN MEDIO DE UNA PLAZA?
-Eeeehhhh... -Quise acercar mi mano, pero titubee un momento. Solo un momento, y con cuidado poner mi mano sobre su hombro y agitarle un poco.- Hey, despierta.
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Los momentos en que estuvo sumido en un frágil sueño acompañado con la tranquilidad, silencio y frio de la noche fueron breves pero le sirvieron para calmarse. Para preguntarse a sí mismo qué estaba haciendo. Él no era así. Se había rendido con todo y a causa del pánico se quedó paralizado por varios días sin saber qué hacer o a donde ir.
Debía retomar el ritmo, conseguir trabajo o algún proyecto que lo mantuviera ocupado, incluso podría volver a su reino para recuperarlo, arrebatándoselo de las manos a aquél estafador que auto-proclamó rey. Por el bien de su gente podría empezar una batalla que tendría un rápido fin.
Pero todos estos pensamientos se vieron interrumpidos de golpes al sentir una mano en su hombro. En seguida levantó la mirada y se encontró frente a frente con nada más ni nada menos que con su ex...
De todas las personas tenía que ser Marshall. Peor hubiera sido haberse encontrado con Marceline, al menos Marshall tendría un poco más de piedad y sensibilidad para con él tomando en cuenta su relación pasado. O tal vez le tenía resentimiento por el término de dicha relación.
Se quedó unos momentos mirándolo, con los ojos claramente llorosos a causa de los pensamientos pesimistas que estuvo teniendo desde hace varias semanas que se vinieron arrastrando hasta hace unos momentos.
Mantuvo la vista fija en los ojos ajenos, sin pensar por unos segundos hasta que procesó bien la información.
Se puso de pie rápidamente.- No estaba durmiendo.- negó sin pensarlo. Era obvio que se había quedado dormido en algún momento, pero no pensaba pasar la noche ahí. Ahí todo estaba tan sucio...- Yo...-cerró los ojos un momento mientras retrocedía un par de pasos alejándose del pelinegro, intentando formar una frase coherente que diera una razón por la cual estar así en una banca en medio del parque. Pero no encontró ninguna. Respiró profundo, enojándose consigo mismo por unos momentos al recordar que no traía su reloj con él, con ese aparato podría haberse hecho invisible, aunque no era invisibilidad de todos modos, simplemente alteraba la densidad de sus moléculas...pero los términos adecuados no eran el problema ahora.
Abrió los ojos.- Así que estabas en esta ciudad. Es algo obvio ahora que lo pienso.- siendo conocida por la cantidad de artistas que poseía y la fama mundial que muchos habían conseguido gracias a la agencia que se encuentra aquí era normal que Marshall decidiera quedarse en Glass City. -Supongo que Marceline también estará acá, verdad? -No era su intención cambiar de tema, bueno si, pero no de este modo.
¿Bonni sabría que Marceline estaba acá? Era probable que sí, a ella le gustaba tener todo bajo control, no sería sorpresa que ya lo supiera.
- Se me hace algo tarde, debo hacer las compras para la cena. Así que si me disculpas, adiós. -sonrió amablemente, como siempre hacía en las conferencias que daba en su hogar, aquella sonrisa obviamente practicada.
Dio media vuelta y se alejó, cerrando bien su chaqueta e intentando no mirar atrás para saber si su ex le seguía. Este encuentro había sido incómodo, ¿el destino le quería decir algo? No era que le molestara estar cerca de Marshall pero aún quedaban sentimientos y cosas sin decir desde que se separaron. En ocasiones se arrepentía de ello, por momentos le hubiera gustado ser egoísta y mantenerlo a su lado, pero sabía muy bien que la pasión de Marshall era la música y no iba a retenerlo a su lado, privándolo e interfiriendo en su carrera de la forma que en ese entonces estaba haciendo.
En cuanto llegue a casa debía investigar a Marshall, averiguar sus rutas o los lugares más concurridos, debía evitarlo no solo porque sería incómodo sino porque le preguntaría sobre lo que pasó, por qué se encuentra aquí ahora.
Emprendió camino hacia el supermercado más cercano, de seguro el pelirrojo con el que vivía no ha comido en todo el día así que debía comprar algo de comida rápida, o tal vez debía preparar algo sano. Ya vería al llegar ahí.
Debía retomar el ritmo, conseguir trabajo o algún proyecto que lo mantuviera ocupado, incluso podría volver a su reino para recuperarlo, arrebatándoselo de las manos a aquél estafador que auto-proclamó rey. Por el bien de su gente podría empezar una batalla que tendría un rápido fin.
Pero todos estos pensamientos se vieron interrumpidos de golpes al sentir una mano en su hombro. En seguida levantó la mirada y se encontró frente a frente con nada más ni nada menos que con su ex...
De todas las personas tenía que ser Marshall. Peor hubiera sido haberse encontrado con Marceline, al menos Marshall tendría un poco más de piedad y sensibilidad para con él tomando en cuenta su relación pasado. O tal vez le tenía resentimiento por el término de dicha relación.
Se quedó unos momentos mirándolo, con los ojos claramente llorosos a causa de los pensamientos pesimistas que estuvo teniendo desde hace varias semanas que se vinieron arrastrando hasta hace unos momentos.
Mantuvo la vista fija en los ojos ajenos, sin pensar por unos segundos hasta que procesó bien la información.
Se puso de pie rápidamente.- No estaba durmiendo.- negó sin pensarlo. Era obvio que se había quedado dormido en algún momento, pero no pensaba pasar la noche ahí. Ahí todo estaba tan sucio...- Yo...-cerró los ojos un momento mientras retrocedía un par de pasos alejándose del pelinegro, intentando formar una frase coherente que diera una razón por la cual estar así en una banca en medio del parque. Pero no encontró ninguna. Respiró profundo, enojándose consigo mismo por unos momentos al recordar que no traía su reloj con él, con ese aparato podría haberse hecho invisible, aunque no era invisibilidad de todos modos, simplemente alteraba la densidad de sus moléculas...pero los términos adecuados no eran el problema ahora.
Abrió los ojos.- Así que estabas en esta ciudad. Es algo obvio ahora que lo pienso.- siendo conocida por la cantidad de artistas que poseía y la fama mundial que muchos habían conseguido gracias a la agencia que se encuentra aquí era normal que Marshall decidiera quedarse en Glass City. -Supongo que Marceline también estará acá, verdad? -No era su intención cambiar de tema, bueno si, pero no de este modo.
¿Bonni sabría que Marceline estaba acá? Era probable que sí, a ella le gustaba tener todo bajo control, no sería sorpresa que ya lo supiera.
- Se me hace algo tarde, debo hacer las compras para la cena. Así que si me disculpas, adiós. -sonrió amablemente, como siempre hacía en las conferencias que daba en su hogar, aquella sonrisa obviamente practicada.
Dio media vuelta y se alejó, cerrando bien su chaqueta e intentando no mirar atrás para saber si su ex le seguía. Este encuentro había sido incómodo, ¿el destino le quería decir algo? No era que le molestara estar cerca de Marshall pero aún quedaban sentimientos y cosas sin decir desde que se separaron. En ocasiones se arrepentía de ello, por momentos le hubiera gustado ser egoísta y mantenerlo a su lado, pero sabía muy bien que la pasión de Marshall era la música y no iba a retenerlo a su lado, privándolo e interfiriendo en su carrera de la forma que en ese entonces estaba haciendo.
En cuanto llegue a casa debía investigar a Marshall, averiguar sus rutas o los lugares más concurridos, debía evitarlo no solo porque sería incómodo sino porque le preguntaría sobre lo que pasó, por qué se encuentra aquí ahora.
Emprendió camino hacia el supermercado más cercano, de seguro el pelirrojo con el que vivía no ha comido en todo el día así que debía comprar algo de comida rápida, o tal vez debía preparar algo sano. Ya vería al llegar ahí.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 23/03/2016
Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Entonces, era él.
El príncipe de un extraño reino se encontraba también en esta ciudad, ¿Y estaba durmiendo en una banca como indigente cualquiera? Por más que lo pensaba seguía sonando muy extraño, muy poco de él. Quería preguntar, por supuesto; más no sabía ni como formular bien las palabras y que esta salieran de mi boca (¡Claro! Para decir cualquier otra estupides se me salen sin necesidad de pensarlo lo suficiente ¿Verdad?), y tan solo ver ese par de ojos violáceos humedecidos solo hacía que mi creciente curiosidad aumentará (Y claro, mi preocupación, ¿Necesitamos dejar eso claro?).
... ¿Acaso algo le paso a él?
Es decir, han sido meses desde la última vez que hable con él justo después de... Bueno, lo obvio. Quiero decir, ¿Por qué estaría acá? ¿No deberían estar él y su hermana ocupados en otros "asuntos más importantes"?
-Pues, supongo... -Lleve una mano a mi nuca rascando la misma bajando la mirada a otra parte que no fuera el rostro del pelirosa.- Si, ella esta acá con su banda...
Que por cierto dicho miembro de esa banda se habia quedado atrás, no estaba tan lejos de ambos en realidad... Como a unos cuantos metros solamente... Y todavía usaba el par de binoculares como si estuvieramos a kilometro de distancia. ¡Oh Glob, el silencio íncomodo que se formo en medio! ¡Vamos Marshall, se hombre y di algo!
¡DI ALGO POR GROB!
-Bubba, yo...
Levemente estiré la mano hacía él, ¿Y para qué? Para ser interrumpido de forma veloz con una tonta excusa y una sonrisa falsa, lo conocía lo suficiente para saber eso. Como el gran idiota que soy solo me quede ahí mirando como este se iba tan rápido como había llegado, y la par que sentía como el fantasma se colocaba a mi lado mirandome con simpatía.
-Eso fue... Duro, creo... -¿Era eso un intento de consuelo?. Y de la nada misma saco un celular marcando rápido un número llevandolo a su inexistente oreja.- ¡Keilla! ¿A que no adivinas que paso?
Le miré soltando un gruñido y un bajo "hiss", Bongo solo se encogío de hombros hablando aún con la chica al otro lado de la línea. ¿Que iba a hacer? ¡Seguirlo, obviamente!
¿La ventaja de flotar? Es mucho más rápido que caminar.
-¡Espera! -Le tomé de la muñeca deteniendole cuando me había acercado a él, y con una simple vuelta yo mismo me había colocado frente a él, mis pies tocando la tierra y cruzando los brazos a la altura de mi pecho.
Tantas cosas que podría preguntarle, pero...
-¿Estas bien? Te ves... -Le miré de arriba abajo y de abajo arriba, al llegar a sus ojos solo levante una ceja.- ... Poco estirado.
El príncipe de un extraño reino se encontraba también en esta ciudad, ¿Y estaba durmiendo en una banca como indigente cualquiera? Por más que lo pensaba seguía sonando muy extraño, muy poco de él. Quería preguntar, por supuesto; más no sabía ni como formular bien las palabras y que esta salieran de mi boca (¡Claro! Para decir cualquier otra estupides se me salen sin necesidad de pensarlo lo suficiente ¿Verdad?), y tan solo ver ese par de ojos violáceos humedecidos solo hacía que mi creciente curiosidad aumentará (Y claro, mi preocupación, ¿Necesitamos dejar eso claro?).
... ¿Acaso algo le paso a él?
Es decir, han sido meses desde la última vez que hable con él justo después de... Bueno, lo obvio. Quiero decir, ¿Por qué estaría acá? ¿No deberían estar él y su hermana ocupados en otros "asuntos más importantes"?
-Pues, supongo... -Lleve una mano a mi nuca rascando la misma bajando la mirada a otra parte que no fuera el rostro del pelirosa.- Si, ella esta acá con su banda...
Que por cierto dicho miembro de esa banda se habia quedado atrás, no estaba tan lejos de ambos en realidad... Como a unos cuantos metros solamente... Y todavía usaba el par de binoculares como si estuvieramos a kilometro de distancia. ¡Oh Glob, el silencio íncomodo que se formo en medio! ¡Vamos Marshall, se hombre y di algo!
¡DI ALGO POR GROB!
-Bubba, yo...
Levemente estiré la mano hacía él, ¿Y para qué? Para ser interrumpido de forma veloz con una tonta excusa y una sonrisa falsa, lo conocía lo suficiente para saber eso. Como el gran idiota que soy solo me quede ahí mirando como este se iba tan rápido como había llegado, y la par que sentía como el fantasma se colocaba a mi lado mirandome con simpatía.
-Eso fue... Duro, creo... -¿Era eso un intento de consuelo?. Y de la nada misma saco un celular marcando rápido un número llevandolo a su inexistente oreja.- ¡Keilla! ¿A que no adivinas que paso?
Le miré soltando un gruñido y un bajo "hiss", Bongo solo se encogío de hombros hablando aún con la chica al otro lado de la línea. ¿Que iba a hacer? ¡Seguirlo, obviamente!
¿La ventaja de flotar? Es mucho más rápido que caminar.
-¡Espera! -Le tomé de la muñeca deteniendole cuando me había acercado a él, y con una simple vuelta yo mismo me había colocado frente a él, mis pies tocando la tierra y cruzando los brazos a la altura de mi pecho.
Tantas cosas que podría preguntarle, pero...
-¿Estas bien? Te ves... -Le miré de arriba abajo y de abajo arriba, al llegar a sus ojos solo levante una ceja.- ... Poco estirado.
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Durante un par de segundos hubo un silencio incómodo que ninguno de los dos sabía como llenar. Era extraño volver a encontrarse con Marshall, sobretodo justo después de haber pensado en él. ¿Debía disculparse por sus acciones pasadas? Mientras estuvo lejos de su reino tuvo tiempo para pensar en las cosas que había hecho y cayó en cuenta de muchos errores o actos insensibles que tuvo para con los demás.
Sentía que debía disculparse con el contrario, pero este no parecía el momento adecuado. Tampoco quería alargar más de lo debido este fortuito encuentro haciendo otro intercambio de palabras incómodas.
De todos modos ya se había alejado. No podía volver a atrás. Por ahora intentaría evadir el contacto, una parte de él quería espiar al vampiro para descubrir sus rutas, lugares que visitaba habitualmente para así poder evitarlo. Pero no podía, se suponía que intentaba ser menos malo, menos controlador con todos. Por lo que se tendría que conformar con salir de día y evitar el parque en el cual se encontraron.
Sus pensamientos se vieron nuevamente interrumpidos por su ex-. En un principio intentó desviar la mirada. Había algo en Marshall que le hacía hablar de más, que le obligaba a contar cosas que a nadie quería decir pero por algún motivo resultaban fáciles de contar en presencia del pelinegro.
Ante la pregunta se tomó un par de segundos. No era el momento adecuado para hablar, no podía, de la nada, contarle que perdió el reino y ahora vivía pretendiendo ser una persona más mientras se adecuaba al cambio. Sin embargo no quería mentirle, por lo que le dio una respuesta que estaba en el punto medio.- Estoy algo cansado, no hace mucho llegué y aún no me acostumbro a la ciudad.- contestó pasándose una mano por el cuello mientras bajaba la mirada. No era mentira, pero no era del todo la verdad. Diciendo cosas así evitaba sentirse culpable porque en vez de mentir tan solo estaba "ocultando información".
Lo bueno de ser un príncipe es que estaba acostumbrado a pretender que estaba todo bien aunque no fuera así en realidad, mostrando una sonrisa amable, cuidado sus palabras y lenguaje corporal podía hacer que todos mantuvieran la calma porque él parecía calmado. Tan sólo debía mantener esa facha de príncipe hasta el término de este encuentro y ya luego seguiría pensando en qué hacer con su vida.
-¿Y tu como estás? Supongo que ocupado con tu música.- Comenzó a caminar lentamente, metiendo las manos en sus bolsillos y tomando una postura más relajada, casi invitándolo a que lo acompañara. Podrían hablar de temas triviales mientras iban al supermercado, al menos así no parecería que el príncipe estuviera huyendo, sino que simplemente tenía otras cosas que hacer.
Su plan era escucharlo, responder unas cuantas de sus preguntas, pero en cuando éstas preguntas hicieran referencia a su estadía en la ciudad, su reino o su hermana las desviaría sigilosamente para finalmente terminar la conversación. La idea era ser lo más amable posible pero sin revelar información importante.
Sin embargo no podía confiarse de que las cosas saldrían como lo planeaba, aún sentía esa urgencia de huir para evitar todo contacto a la par que quería abrazar al contrario. Una mezcla de emociones que estaba acostumbrado a sentir, pero se lo atribuiría a los acontecimientos sucedidos hace poco y su situación actual. Una vez que encontrara un equilibrio en su vida todo mejoraría, o al menos eso esperaba.
Sentía que debía disculparse con el contrario, pero este no parecía el momento adecuado. Tampoco quería alargar más de lo debido este fortuito encuentro haciendo otro intercambio de palabras incómodas.
De todos modos ya se había alejado. No podía volver a atrás. Por ahora intentaría evadir el contacto, una parte de él quería espiar al vampiro para descubrir sus rutas, lugares que visitaba habitualmente para así poder evitarlo. Pero no podía, se suponía que intentaba ser menos malo, menos controlador con todos. Por lo que se tendría que conformar con salir de día y evitar el parque en el cual se encontraron.
Sus pensamientos se vieron nuevamente interrumpidos por su ex-. En un principio intentó desviar la mirada. Había algo en Marshall que le hacía hablar de más, que le obligaba a contar cosas que a nadie quería decir pero por algún motivo resultaban fáciles de contar en presencia del pelinegro.
Ante la pregunta se tomó un par de segundos. No era el momento adecuado para hablar, no podía, de la nada, contarle que perdió el reino y ahora vivía pretendiendo ser una persona más mientras se adecuaba al cambio. Sin embargo no quería mentirle, por lo que le dio una respuesta que estaba en el punto medio.- Estoy algo cansado, no hace mucho llegué y aún no me acostumbro a la ciudad.- contestó pasándose una mano por el cuello mientras bajaba la mirada. No era mentira, pero no era del todo la verdad. Diciendo cosas así evitaba sentirse culpable porque en vez de mentir tan solo estaba "ocultando información".
Lo bueno de ser un príncipe es que estaba acostumbrado a pretender que estaba todo bien aunque no fuera así en realidad, mostrando una sonrisa amable, cuidado sus palabras y lenguaje corporal podía hacer que todos mantuvieran la calma porque él parecía calmado. Tan sólo debía mantener esa facha de príncipe hasta el término de este encuentro y ya luego seguiría pensando en qué hacer con su vida.
-¿Y tu como estás? Supongo que ocupado con tu música.- Comenzó a caminar lentamente, metiendo las manos en sus bolsillos y tomando una postura más relajada, casi invitándolo a que lo acompañara. Podrían hablar de temas triviales mientras iban al supermercado, al menos así no parecería que el príncipe estuviera huyendo, sino que simplemente tenía otras cosas que hacer.
Su plan era escucharlo, responder unas cuantas de sus preguntas, pero en cuando éstas preguntas hicieran referencia a su estadía en la ciudad, su reino o su hermana las desviaría sigilosamente para finalmente terminar la conversación. La idea era ser lo más amable posible pero sin revelar información importante.
Sin embargo no podía confiarse de que las cosas saldrían como lo planeaba, aún sentía esa urgencia de huir para evitar todo contacto a la par que quería abrazar al contrario. Una mezcla de emociones que estaba acostumbrado a sentir, pero se lo atribuiría a los acontecimientos sucedidos hace poco y su situación actual. Una vez que encontrara un equilibrio en su vida todo mejoraría, o al menos eso esperaba.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Más que incomodo la situación también era muy extraña, y no solo por el hecho de encontrarme a este rosadito durmiendo como vago en una banca en medio de la plaza, sino que si mal no recordaba él debería de estar "muy ocupado con sus asuntos reales como para poder gastar dos míseros segundos en enviar un mensaje", aquí había algo mucho más que solo una coincidencia, más no estaba en total posición de adivinarlo pues creo que primero debería pues... No sé; ¿Ganar su confianza de nuevo u algo así?
UGH, lo sentía como si fuera la primera vez que nos conocieramos, y yo recuerdo que ni fue así de incómodo, fue más bien gracioso y doloroso... Para mí, al menos.
Comenzó a caminar y solo le ví un momento antes de suspirar reisgnado caminando tras de él, si; esta vez caminando. Bongo nos seguía de cerca también quien estaba de lo más entretenido hablando con Keila por telefono -Al parecer estaban hablando sobre un perro salchicha gigante por los comentarios que decía el fantasma-
-No, no lo estoy -Mencioné alzando un hombro, no le daba mucha importancia a mi música en este momento.- No tengo nada que hacer, mientras no tenga mánager no puedo moverme en este lugar.
No pude evitar resoplar por la nariz y fruncir el ceño; jamás en mi vida necesite un mánager, me las arreglaba yo solo tal y como pude y logré estar en la mirada de cada sello discográfico del mundo, ¿Y ahora este me obligaba si o si tener un mánager o sino no podía hacer nada? ¡Ni siquiera un pequeño concierto sin sentido! ¡Que injusto era su sistema!
Agh, como sea, eso no importa ahora. Me quede mirando a Bubba un momento mientras ambos pareciamos haber abandonado la plaza y cruzar la calle quien para suerte estaba poca transitada.
-Bonnibel -Resalté, a modo de demanda.- ¿Ella esta aqui también?
UGH, lo sentía como si fuera la primera vez que nos conocieramos, y yo recuerdo que ni fue así de incómodo, fue más bien gracioso y doloroso... Para mí, al menos.
Comenzó a caminar y solo le ví un momento antes de suspirar reisgnado caminando tras de él, si; esta vez caminando. Bongo nos seguía de cerca también quien estaba de lo más entretenido hablando con Keila por telefono -Al parecer estaban hablando sobre un perro salchicha gigante por los comentarios que decía el fantasma-
-No, no lo estoy -Mencioné alzando un hombro, no le daba mucha importancia a mi música en este momento.- No tengo nada que hacer, mientras no tenga mánager no puedo moverme en este lugar.
No pude evitar resoplar por la nariz y fruncir el ceño; jamás en mi vida necesite un mánager, me las arreglaba yo solo tal y como pude y logré estar en la mirada de cada sello discográfico del mundo, ¿Y ahora este me obligaba si o si tener un mánager o sino no podía hacer nada? ¡Ni siquiera un pequeño concierto sin sentido! ¡Que injusto era su sistema!
Agh, como sea, eso no importa ahora. Me quede mirando a Bubba un momento mientras ambos pareciamos haber abandonado la plaza y cruzar la calle quien para suerte estaba poca transitada.
-Bonnibel -Resalté, a modo de demanda.- ¿Ella esta aqui también?
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Controló el impulso de preguntar por qué no conseguía un manager así como de decirle que debía centrarse más en su carrera para salir adelante. Pero no quería meterse en los asuntos de Marshall, además de que sabía que decirle algo así sólo terminaría en una discusión y la situación ya era muy incómoda como para empeorarla con comentarios como esos.
Se tomó unos pequeños segundos para pensar bien su respuesta.- No.- le diría la verdad, ya había cometido muchos errores mintiendo y/o ocultando la información, ahora iba a intentar hacer las cosas bien.- Nos separamos hace...un par de meses. Ella está en la cabaña de nuestro abuelo en unas...vacaciones? Algo así.- No mentía, pero tampoco dijo el motivo de todo eso y esperaba que el contrario no lo preguntara o se vería obligado a mentir aunque no quisiera hacerlo. No podía simplemente decirle "nos quitaron nuestro reino", "nuestra gente eligió a otro gobernante y él nos desterró". Aún se sentía como un fracaso, aún le dolía recordar cómo la gente a la cual había creado y protegido se dejaban engañar por las palabras vacías de un extraño.
-Llegué a la ciudad hace algunas semanas. Vivir una vida así es interesante, aunque no sé por cuánto me quede.- Decidió adelantarse a las preguntas ajenas y comenzar a hablar, era lo mejor, así sería el príncipe quien hablara sin ser presionado.- No sabía que estabas aquí.- agregó para hacerle saber que no lo espiaba, una costumbre conocida de él.
A pesar de que en ningún momento se detuvieron le parecía que el camino era eterno, sentía que no avanzaban en lo más mínimo.
Nuevamente el silencio incómodo se hizo presente. Realmente no tenía ánimos de hablar por miedo a empeorar la situación, pero quedarse en silencio no ayudaban.
-¿Y que hay de Marceline? Supongo que ella está en la ciudad.- de ser así debía avisarle a su hermana. Bonnibel, hace algún tiempo dijo que le gustaría hablar con Marceline. No estaba seguro si tenía reales intenciones de hacerlo, pero aún sentía que debía informarle.
Se tomó unos pequeños segundos para pensar bien su respuesta.- No.- le diría la verdad, ya había cometido muchos errores mintiendo y/o ocultando la información, ahora iba a intentar hacer las cosas bien.- Nos separamos hace...un par de meses. Ella está en la cabaña de nuestro abuelo en unas...vacaciones? Algo así.- No mentía, pero tampoco dijo el motivo de todo eso y esperaba que el contrario no lo preguntara o se vería obligado a mentir aunque no quisiera hacerlo. No podía simplemente decirle "nos quitaron nuestro reino", "nuestra gente eligió a otro gobernante y él nos desterró". Aún se sentía como un fracaso, aún le dolía recordar cómo la gente a la cual había creado y protegido se dejaban engañar por las palabras vacías de un extraño.
-Llegué a la ciudad hace algunas semanas. Vivir una vida así es interesante, aunque no sé por cuánto me quede.- Decidió adelantarse a las preguntas ajenas y comenzar a hablar, era lo mejor, así sería el príncipe quien hablara sin ser presionado.- No sabía que estabas aquí.- agregó para hacerle saber que no lo espiaba, una costumbre conocida de él.
A pesar de que en ningún momento se detuvieron le parecía que el camino era eterno, sentía que no avanzaban en lo más mínimo.
Nuevamente el silencio incómodo se hizo presente. Realmente no tenía ánimos de hablar por miedo a empeorar la situación, pero quedarse en silencio no ayudaban.
-¿Y que hay de Marceline? Supongo que ella está en la ciudad.- de ser así debía avisarle a su hermana. Bonnibel, hace algún tiempo dijo que le gustaría hablar con Marceline. No estaba seguro si tenía reales intenciones de hacerlo, pero aún sentía que debía informarle.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
-¿Bonnibel de vacaciones? ¡Pff! Alucinante.
Más bien era una total alucinación escuchar que ambos seres rosados se habían alejado de su trabajo para tomarse algo que sus vocaularios de realeza no tenía: Vacaciones. Sin embaargo algo se sentía fuera de lugar de alguna forma, de tal manera de que pareciesé que el menor estaba ocultandomé algo; lo dije antes y lo vuelvo a repetir: Yo le conocía muy bien como para darme cuenta de sus gestos corporales decían algo diferente a lo que me estaba diciendo. Aún así me quede callado siguiendole de cerca, con lo tenso e incómodo que estaba la situación no me atrevía a abrir la boca para reclamarle sobre eso, preguntarle que es lo que no me quiere contar que es respecto tanto a él como a su hermana.
¿Cómo es que llegamos a esto? Bubba quien me evitó por mucho tiempo y Marceline quien evita a Bonnibel a toda costa. No quería admitirlo antes pero de vez en cuando Bonnie me enviaba mensajes para preguntar "como iban las cosas allá". Si que somos un cuarteto de grandes idiotas, suspiré por lo bajo por eso.
-Mmhm ~ -Mascullé, como para darle respuesta de que le estaba escuchando aún sin verle a la cara. Mantenía los bolsillos en todo momento, y ya habíamos llegado a la calle contraria ahora caminando hacía el supueto mercado que iba a explorar.- Bueno, para serte sincero yo ni sabía que existia... De repente simplemente lo vi en el mapa y dije "¡Hey! ¿Por qué no?"
Y después fue que me enteré de lo del sello y Revo y bla bla bla. Cosas que no van al caso.
-Si, ella esta bien y aqui. Esta enojada conmigo porqué a mi me admitieron en Merveilles mientras que a ella la rechazarón -Sonreí ladino ante el recuerdo, del como parecía que ella casi quisiera materme de tener la buena oportunidad.- No te preocupes, ya tenemos un plan de venganza ~
Y eso último le dije con el característico deje de travesura y malicia en mi voz. Llegamos al mercado, abrí la puerta para que entrará no sin antes hacer una reverencia a tal imagen de un príncipe encantador, además de que de seguro le molestaría eso. Bongo también entro pero él atravesó la pared espantando a un pobre anciano.
-¿Qué vas a comprar? -Le pregunté, poniendomé a su lado.
Más bien era una total alucinación escuchar que ambos seres rosados se habían alejado de su trabajo para tomarse algo que sus vocaularios de realeza no tenía: Vacaciones. Sin embaargo algo se sentía fuera de lugar de alguna forma, de tal manera de que pareciesé que el menor estaba ocultandomé algo; lo dije antes y lo vuelvo a repetir: Yo le conocía muy bien como para darme cuenta de sus gestos corporales decían algo diferente a lo que me estaba diciendo. Aún así me quede callado siguiendole de cerca, con lo tenso e incómodo que estaba la situación no me atrevía a abrir la boca para reclamarle sobre eso, preguntarle que es lo que no me quiere contar que es respecto tanto a él como a su hermana.
¿Cómo es que llegamos a esto? Bubba quien me evitó por mucho tiempo y Marceline quien evita a Bonnibel a toda costa. No quería admitirlo antes pero de vez en cuando Bonnie me enviaba mensajes para preguntar "como iban las cosas allá". Si que somos un cuarteto de grandes idiotas, suspiré por lo bajo por eso.
-Mmhm ~ -Mascullé, como para darle respuesta de que le estaba escuchando aún sin verle a la cara. Mantenía los bolsillos en todo momento, y ya habíamos llegado a la calle contraria ahora caminando hacía el supueto mercado que iba a explorar.- Bueno, para serte sincero yo ni sabía que existia... De repente simplemente lo vi en el mapa y dije "¡Hey! ¿Por qué no?"
Y después fue que me enteré de lo del sello y Revo y bla bla bla. Cosas que no van al caso.
-Si, ella esta bien y aqui. Esta enojada conmigo porqué a mi me admitieron en Merveilles mientras que a ella la rechazarón -Sonreí ladino ante el recuerdo, del como parecía que ella casi quisiera materme de tener la buena oportunidad.- No te preocupes, ya tenemos un plan de venganza ~
Y eso último le dije con el característico deje de travesura y malicia en mi voz. Llegamos al mercado, abrí la puerta para que entrará no sin antes hacer una reverencia a tal imagen de un príncipe encantador, además de que de seguro le molestaría eso. Bongo también entro pero él atravesó la pared espantando a un pobre anciano.
-¿Qué vas a comprar? -Le pregunté, poniendomé a su lado.
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Rio suavemente, algo incómodo. -Descubrimos que de vez en cuando debemos descansar.- agregó. Debía admitir que un peso se fue de sus hombros cuando el contrario no hizo más preguntas o comentarios al respecto. Ya era complicado asimilar la situación, no se quería ni imaginar cómo podría explicar lo sucedido a una tercera persona.
Sonrió ligeramente. Sería extraño que Marshall investigara antes de llegar a la ciudad, era agradable ver que no había cambiado después de tanto tiempo.
Le sorprendió que no la aceptaran, había escuchado algunas de sus canciones y, aunque no lo admitiría, asistido a uno que otro de los conciertos que realizó cerca de su reino. -Es una lástima. Realmente disfrutaba de su música.-
Suspiró al escucharle, realmente no había cambiado- No causes muchos problemas - sería una pena que decidieran echar a Marshall por una simple travesura... y esperaba que no pasara de eso.
Arrugó el entrecejo ante la reverencia, pero se guardó todo comentario sabiendo que Marshall sólo buscaba molestarlo como siempre.
-La cena.- respondió sin más. Debía cocinar algo pero no sabía qué, por lo que simplemente tomó un canasto de la entrada y comenzó a recorrer los pasillos. Metió algunas verduras antes de ir al pasillo donde se encontraba la carne. -Comparto piso con un músico, no sé qué le gusta por lo que no estoy seguro de qué comprar.- comentó justificando el por qué se quedaba mirando por los pasillos por tanto rato. Sabía que decir que vivía con alguien causaría que Marshall se molestara o que diga algún comentario fuera de lugar. Pero se terminaría enterando tarde o temprano.
Tomó una bandeja con carne y empezó a examinarla con cuidado. Algo simple estaría bien, sabía que su compañero no pondría mucha atención a la comida, mientras tuviera buen sabor sabía que lo comería.
Sonrió ligeramente. Sería extraño que Marshall investigara antes de llegar a la ciudad, era agradable ver que no había cambiado después de tanto tiempo.
Le sorprendió que no la aceptaran, había escuchado algunas de sus canciones y, aunque no lo admitiría, asistido a uno que otro de los conciertos que realizó cerca de su reino. -Es una lástima. Realmente disfrutaba de su música.-
Suspiró al escucharle, realmente no había cambiado- No causes muchos problemas - sería una pena que decidieran echar a Marshall por una simple travesura... y esperaba que no pasara de eso.
Arrugó el entrecejo ante la reverencia, pero se guardó todo comentario sabiendo que Marshall sólo buscaba molestarlo como siempre.
-La cena.- respondió sin más. Debía cocinar algo pero no sabía qué, por lo que simplemente tomó un canasto de la entrada y comenzó a recorrer los pasillos. Metió algunas verduras antes de ir al pasillo donde se encontraba la carne. -Comparto piso con un músico, no sé qué le gusta por lo que no estoy seguro de qué comprar.- comentó justificando el por qué se quedaba mirando por los pasillos por tanto rato. Sabía que decir que vivía con alguien causaría que Marshall se molestara o que diga algún comentario fuera de lugar. Pero se terminaría enterando tarde o temprano.
Tomó una bandeja con carne y empezó a examinarla con cuidado. Algo simple estaría bien, sabía que su compañero no pondría mucha atención a la comida, mientras tuviera buen sabor sabía que lo comería.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
-Si, cientos de años más tarde. Me alegra ver que ninguno de ustedes perdió su valioso tiempo en ello.
Bongo parecía intentar calmar al pobre anciano al que acababa de darle un pre-infarto, sabiendo que eso sería ya tonto de su parte porqué no cambiría el hecho de que es un fantasma, es mejor que resuelva sus cosas por si solo. Ante la frase de "No causes muchos problemas" solo le dedique un sonrisa bastante maliciosa con los ojos entrecerrados, levantando una mano con los dedos índice y medio entrelazados (El índice bajo el medio), era la señal de la mentirilla blanca, la que se supone que debería poner atrás de mi espalda y prometerle no hacer ninguna maldad, mostrándolselo más bien decía un: "No prometo nada" mudo, de todas formas el plan maestro era de Marceline, no mio; yo solo seré juez del mismo y veré todo en primera fila. ¿Qué si me preocupaba perder el empleo? Tal vez, pero hey... ¡Hay muchísimos más! Tengo todo el tiempo que quiera para esperar por el perfecto.
Aunque dudo que exista un trabajo perfecto para mis estándares.
Le segui por el pasillo mientras tomaba sus cosas, solo había poca gente en aquel mercado siendo que era tan altas horas de la noche no debería estar abierto. Un mercado que abre las 24 horas del día, el futuro. Los únicos clientes que habían son unos ancianitos, un tipo raro llevandose el licor y un grupo de adolescente de seguro drogados, porqué con solo ponerle una cara terrorífica y un gruñido salieron corriendo; sep, drogados ~
-¡Ooooh ~! ¿Su majestad esta compartiendo cuarto con alguien? Pero que gran honor debe ser eso -Tomé un tomate, dandole una mordida sacandole el rojo hasta la mitad y dejandolo con los otros después.- ¿Y dices que es un músico, eh? Apuesto a que lo he visto, ¿Como se llama? ¿Es él o ella? ¿Es lindo? ¿Podré coquetearle en el trabajo?
Bongo parecía intentar calmar al pobre anciano al que acababa de darle un pre-infarto, sabiendo que eso sería ya tonto de su parte porqué no cambiría el hecho de que es un fantasma, es mejor que resuelva sus cosas por si solo. Ante la frase de "No causes muchos problemas" solo le dedique un sonrisa bastante maliciosa con los ojos entrecerrados, levantando una mano con los dedos índice y medio entrelazados (El índice bajo el medio), era la señal de la mentirilla blanca, la que se supone que debería poner atrás de mi espalda y prometerle no hacer ninguna maldad, mostrándolselo más bien decía un: "No prometo nada" mudo, de todas formas el plan maestro era de Marceline, no mio; yo solo seré juez del mismo y veré todo en primera fila. ¿Qué si me preocupaba perder el empleo? Tal vez, pero hey... ¡Hay muchísimos más! Tengo todo el tiempo que quiera para esperar por el perfecto.
Aunque dudo que exista un trabajo perfecto para mis estándares.
Le segui por el pasillo mientras tomaba sus cosas, solo había poca gente en aquel mercado siendo que era tan altas horas de la noche no debería estar abierto. Un mercado que abre las 24 horas del día, el futuro. Los únicos clientes que habían son unos ancianitos, un tipo raro llevandose el licor y un grupo de adolescente de seguro drogados, porqué con solo ponerle una cara terrorífica y un gruñido salieron corriendo; sep, drogados ~
-¡Ooooh ~! ¿Su majestad esta compartiendo cuarto con alguien? Pero que gran honor debe ser eso -Tomé un tomate, dandole una mordida sacandole el rojo hasta la mitad y dejandolo con los otros después.- ¿Y dices que es un músico, eh? Apuesto a que lo he visto, ¿Como se llama? ¿Es él o ella? ¿Es lindo? ¿Podré coquetearle en el trabajo?
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
Suspiró largamente al escucharlo. Sabía que había sido un error contárselo, pero al menos ahora su compañero de cuarto era el centro de la conversación y eso era bueno! no quería volver a tocar el tema de por qué no estaba en su reino o dónde estaba su hermana. Todos aquellos temas sensibles habían quedado en el pasado y agradecía aquello.
-No creo que lo hayas visto; su carrera está estancada y no sale mucho de casa.- Lo cual le preocupaba. Antes de que el príncipe llegara a vivir con el joven músico éste a penas si comía algo decente, recordaba que durante el primer mes en que compartió piso con él sólo lo vio comer cheetos y bebidas energéticas. Al menos ahora comía más sanamente. -Aunque...es bastante famoso en internet.-o al menos de eso se jactaba él.-Se llama Namine, es pelirrojo y de bajo perfil. Es de los que se confunden fácilmente entre una multitud.-Sonrió levemente al pensar en él. Era de esas sonrisas sinceras sin dobles intenciones que rara vez aparecían en su rostro. Namine le recordaba mucho a su dulce gente, siempre necesitando ayuda, algo torpes y descuidados pero amables y de buen corazón. -No sé si le gusta que le coquetees, es algo tímido.-tomó el tomate que Marshall había "comido" y lo dejó en el canasto. Comenzó a llenarlo de distintas cosas; algo de carne, verdura, agua mineral y una que otra golosina para su compañero de piso. Una vez tuvo todo lo que creyó necesitar caminó hasta una de las cajas, afortunadamente no había nadie haciendo fila por lo que pagó y tan rápido como habían entrado salieron del local.
-Ya es hora de irme a casa.-se separó unos cuantos pasos de Marshall. -No te quedes tan tarde en la calle. Amanece temprano en esta ciudad.- diciendo esto le miró una última vez para comenzar a caminar en dirección a su hogar.
Esperaba haber sobrevivido a este encuentro. Ahora que sabía que Marshall y Marceline estaban en la ciudad debía tener cuidado para no encontrárselos en la calle. ¿Debía haberle puesto un rastreador a Marshall? No, se daría cuenta...después buscaría la forma de conocer sus rutas habituales y así evitarlas. Sabía que había prometido dejar de espiar a los demás pero esta sería la última vez.
-No creo que lo hayas visto; su carrera está estancada y no sale mucho de casa.- Lo cual le preocupaba. Antes de que el príncipe llegara a vivir con el joven músico éste a penas si comía algo decente, recordaba que durante el primer mes en que compartió piso con él sólo lo vio comer cheetos y bebidas energéticas. Al menos ahora comía más sanamente. -Aunque...es bastante famoso en internet.-o al menos de eso se jactaba él.-Se llama Namine, es pelirrojo y de bajo perfil. Es de los que se confunden fácilmente entre una multitud.-Sonrió levemente al pensar en él. Era de esas sonrisas sinceras sin dobles intenciones que rara vez aparecían en su rostro. Namine le recordaba mucho a su dulce gente, siempre necesitando ayuda, algo torpes y descuidados pero amables y de buen corazón. -No sé si le gusta que le coquetees, es algo tímido.-tomó el tomate que Marshall había "comido" y lo dejó en el canasto. Comenzó a llenarlo de distintas cosas; algo de carne, verdura, agua mineral y una que otra golosina para su compañero de piso. Una vez tuvo todo lo que creyó necesitar caminó hasta una de las cajas, afortunadamente no había nadie haciendo fila por lo que pagó y tan rápido como habían entrado salieron del local.
-Ya es hora de irme a casa.-se separó unos cuantos pasos de Marshall. -No te quedes tan tarde en la calle. Amanece temprano en esta ciudad.- diciendo esto le miró una última vez para comenzar a caminar en dirección a su hogar.
Esperaba haber sobrevivido a este encuentro. Ahora que sabía que Marshall y Marceline estaban en la ciudad debía tener cuidado para no encontrárselos en la calle. ¿Debía haberle puesto un rastreador a Marshall? No, se daría cuenta...después buscaría la forma de conocer sus rutas habituales y así evitarlas. Sabía que había prometido dejar de espiar a los demás pero esta sería la última vez.
P. Gumball- Ocupación : Ciudadano
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Re: Life is hard [Priv. Marshall ]
¿Naminé, uh? No un nombre que haya escuchado en Merveilles alguna vez, pero si uno que se quedará grabado en mi memoria por mucho tiempo, hasta que investigué más sobre esa persona. Creo que nuestro queridito y estirado príncipe no se dio cuenta del grave error que cometió al mencionar que su estimado compañero de piso era famosillo por el mundo de la red, y se me haría tan sencillo aprender más de esa persona, más de lo que Bubba creía; en especial porqué sabía perfectamente que tan acosador puedo llegar a ser. ¡Por favor! Nadie tiene bajo perfil, solo hay quienes son muy cautelosos, a fin de cuentas todos ellos salen a la luz del sol en lo que menos se den cuenta y es aqui donde entro yo, sacaré a ese chiquillo de su escondrijo y quizá podríamos charlar.
-Se le quitará la tímidez cuando le empiece a coquetear -Mencione, confiado de mis palabras siguiendole de cerca mientras hacía sus compras.
De mi parte tome alguna que otra golosina que compraría para pasar lo que quedaba de la noche, noche que al parecer me tocaría compartir de regreso solo con Bongo tal como sucedía desde antes. Una vez el de rosa terminaba sus compras y las empaquetaba, yo deje las mias más algo nuevo que tome en otro pasillo: Una caja de huevos. Pagué por todo eso y así, acompañe al príncipe hasta la salida. No hubo un adios, ni siquiera un hasta luego de parte de ninguno de los dos. Sino solo un reclamo de no quedarme tan tarde, con las manos en los bolsillos solo incline la cabeza a un lado, viendolé partir entonces hacía quien sabe donde, por ahora no me daría el lujo de averigüar en donde vivía y que hacía.
Porqué en verdad no tenía caso hacerlo.
-... ¿Y ahora que? -Preguntaba el fantasma que había aparecido justo a mi lado, con una lata de refresco en su mano que abrió y comenzó a beber... O eso pareciesé, porqué el líquido solo se quedaba flotando justo en donde parecía ser el comienzo de su estómago.
Sin dejar de ver hacía la dirección en donde se fue Bubba, de la bolsa que traía colgado del otro brazo saque el cartón de huevos, y lento giré a ver al fantasma con una sonrisa pícara.
-¿Qué crees? La noche es joven, y todavía hay bromas que hacer -Recibí una sonrisa y un "¡OH SI!" por parte del fantasma quien había arrojado la lata muy lejos.
No importaba que el príncipe Gumball estuviera en la ciudad, de cualquier forma lo hecho, hecho esta.
-Se le quitará la tímidez cuando le empiece a coquetear -Mencione, confiado de mis palabras siguiendole de cerca mientras hacía sus compras.
De mi parte tome alguna que otra golosina que compraría para pasar lo que quedaba de la noche, noche que al parecer me tocaría compartir de regreso solo con Bongo tal como sucedía desde antes. Una vez el de rosa terminaba sus compras y las empaquetaba, yo deje las mias más algo nuevo que tome en otro pasillo: Una caja de huevos. Pagué por todo eso y así, acompañe al príncipe hasta la salida. No hubo un adios, ni siquiera un hasta luego de parte de ninguno de los dos. Sino solo un reclamo de no quedarme tan tarde, con las manos en los bolsillos solo incline la cabeza a un lado, viendolé partir entonces hacía quien sabe donde, por ahora no me daría el lujo de averigüar en donde vivía y que hacía.
Porqué en verdad no tenía caso hacerlo.
-... ¿Y ahora que? -Preguntaba el fantasma que había aparecido justo a mi lado, con una lata de refresco en su mano que abrió y comenzó a beber... O eso pareciesé, porqué el líquido solo se quedaba flotando justo en donde parecía ser el comienzo de su estómago.
Sin dejar de ver hacía la dirección en donde se fue Bubba, de la bolsa que traía colgado del otro brazo saque el cartón de huevos, y lento giré a ver al fantasma con una sonrisa pícara.
-¿Qué crees? La noche es joven, y todavía hay bromas que hacer -Recibí una sonrisa y un "¡OH SI!" por parte del fantasma quien había arrojado la lata muy lejos.
No importaba que el príncipe Gumball estuviera en la ciudad, de cualquier forma lo hecho, hecho esta.
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
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