Lost in thought [L]

por **Camille R. Cryzard** Dom Sep 13, 2015 5:43 pm

"-Caminaba en busca de alguien, tenía que verlo, pensaba que si lo veía, los pensamientos incorrectos que inundaban su cabeza se irían, pero mientras caminaba se vio detenida por un brazo fuerte que envolvió su cintura.
-¿A donde vas?
- A casa -Respondió casi sin pensar, sin mirar a la persona junto a ella, pero como si fuera un gesto común estiró su brazo para rodear los hombros del otro, era una posición algo incómoda para caminar ya que ella era más baja que la persona en cuestión, pero era algo normal, algo que acostumbraban.
-No me mientas -Dijo el hombre mientras el agarre en su cintura se tensaba
Ella cerró los ojos y de igual manera tensó el agarre que tenía en el cuello del otro, no se movió, hasta que repentinamente sintió los labios del otro pegados en su mejilla, como siempre, pero de alguna manera, se sintió diferente. Aquel agarre en su cintura lejos de asfixiarla, la hacía sentir ligera, vulnerable ante aquel hombre, pero ello no le molestaba, por gesto instintivo rodeó el cuello del otro con su otro brazo y apretó su agarre con fuerza, sentía su olor, sentía cómo el beso del otro le clavaba levemente por la salida de una insipiente barba que si bien no se veía, se sentía, era un hombre, no un niño.
Sabía que bastaba que moviera su cabeza unos centímetros y sus labios se encontrarían, pero se contuvo, estaba mal, no sabía porqué, pero le parecía que lo estaba. El hombre que debía encontrar desapareció de sus pensamientos y de repente sintió cómo los labios que se encontraban pegados a su mejilla se deslizaban suavemente los centímetros que faltaban para encontrar sus labios..."

-Camille despertó sobresaltada, llevó su mano derecha a sus labios por inercia, no había logrado sentir aquel beso, no sabía qué había pasado ¿A quien debía encontrar? ¿Quien estaba con ella? No había visto su rostro, no había reconocido su voz, pero las sensaciones la inundaban y hacían sentir inquieta, se levantó rápidamente y fue al baño para darse una ducha rápida, se vistió con un sobrio vestido color rosa pálido con blanco invierno, uno de sus vestidos de verano ya que el clima frío al fin le parecía agradable y salió de la casa.

Vestido de Camille:

Sus pensamientos estaban en cualquier lugar menos en sus acciones, salió de la casa sin sus llaves, sin su perro, Alexander, apenas con su bolso y sin revisar lo que éste contenía, caminó y caminó, repasando su sueño en su cabeza una y otra vez, sintiendo cómo su mejilla aun picaba levemente por el contacto de la barba de aquel hombre, cómo aun sentía la fuerte presión sobre su cintura, le parecía que todo eso era tan real como si hubiera sucedido, le faltaba el aliento por lo rápido que caminaba, pero no se detuvo, giró por las calles de Glass City sin ver por donde iba, sin prestar la más mínima atención hasta que de repente se detuvo por el cansancio, no podía más, le parecía haber corrido kilómetros y al parecer así había sido, miró a su alrededor y no supo donde se encontraba, pestañeó un par de veces al verse rodeada de lugares que no se parecían en nada al lindo entorno del centro de Glass City.

¿Donde se encontraba?

por Invitado Miér Dic 23, 2015 6:51 pm

-Tsk...

Recién llegado a la ciudad por ordenes de su "Padre", debía buscar a alguien e irse de ahí cuanto antes, pero en el intertanto debía hacerse pasar por uno de los tantos aspirantes a "artista" que llegaban a ese lugar.

-Cantante y una mierda

Rezongaba mientras metía su mano a su bolsillo y sacaba un cubo de azúcar para masticar al menos sentir que tenía algo delicioso en sus labios, tenía tanta hambre que sería capaz de comer al primer vagabundo que se topara, había decidido ir a ese lugar de la ciudad a cazar pues si alguien desaparecía de seguro nada lo notaría, sin embargo, un olor particular llegó a su nariz, un olor a sangre joven y fresca. Se relamió los labios y caminó en la dirección que le indicaba su nariz hasta que vio a una joven que parecía perdida.

-Que cliché

Soltó una carcajada y caminó decididamente hacia ella, notando que era muy bella y tenía un aire diferente y por ese motivo, su sangre se le antojó aun más. Se detuvo justo frente a ella y sin decir una palabra la tomó por la cintura con firmeza y la hizo caminar con él hacia un callejón cercano, acorralándola contra la pared.

-Tengo hambre

Sentenció antes de acercar su nariz al cuello de la chica y clavar sus dientes en ese lugar.

por **Camille R. Cryzard** Miér Dic 23, 2015 7:44 pm

Continuó caminando en busca de alguna señalización que pudiera ayudarla a volver a la parte de la ciudad que conocía o un taxi, revisó nerviosamente su bolso y se dio cuenta de que había salido sin sus llaves y sin su celular, con suerte tenía algo de dinero y todo por haber salido tan apresuradamente- Soy una tonta... -Murmuró mirando en todas direcciones, estaba completamente perdida.

Repentinamente vio que alguien se acercaba y se puso rígida, era una persona muy alta y que no podía ver bien desde esa distancia, pero comenzó a caminar con mayor rapidez, esperando que el extraño la evadiera, pero para su sorpresa se detuvo justo frente a ella, más cerca de lo que a su costumbre parecía apropiado, frunció el ceño y alzó la mirada para increpar al hombre, pero las palabras quedaron atoradas en su garganta, la vista de aquel extraño la dejó muda, era un hombre alto, con espalda ancha, muy atractivo, su agarre en su cintura tan parecido al de su sueño la dejó sin más palabras, solo pudo balbucear- ¿Q-qué hace? -No tuvo tiempo de reaccionar, asustarse, nada, repentinamente estaba en ese callejón con aquel hombre desconocido pegado a su cuerpo.

N-no... -Dijo al escuchar que el otro tenía hambre y al parecer pretendía alimentarse de ella, movió sus brazos en afan de resistirse, pero los colmillos del otro estaban clavados en su cuello, ante la primera succión un escalofrío recorrió todo su cuerpo y sus labios soltaron un incontenible gemido- Aaahh... - Aquello ¿Se sentía bien? Su rostro se sonrojó y sus ojos se abrieron completamente ante la sorpresa que aquello le provocaba ¿Seguía soñando?.

por Invitado Miér Dic 23, 2015 8:04 pm

Quédate quieta pequeña imbécil

Dijo tomando sus dos pequeñas manos con una de las suyas y subiéndolas por sobre la cabeza de ella tomó dos sorbos más de aquella sangre, era única, fría y refrescante, casi adictiva, aun así, no se contuvo al escuchar aquel gemido.

Con que además de estúpida eres una sucia ¿Eh?

Sonrió de medio lado y lamió el lugar donde brotaba sangre en ese momento, con su mano libre desató el lazo que la otra llevaba al cuello y de un tirón abrió su camisa, haciendo volar los botones por todos lados y exponiendo sus claviculas y escote.

Eres bastante plana.

Murmuró al notar la falta de busto de la otra, pero su piel era blanca como el marfil, perfecta, repentinamente algo se apoderó de él y quiso marcar su piel, dejar una huella en ella, una huella de que el fue el primero en pasar por ahí, por lo que clavó sus colmillos en la clavicula derecha de la chica, la sangre salía con facilidad pues su corazón estaba acelerado y se relamía los labios con gusto ante lo fría que ésta estaba. Bajó un poco más y mordió el seno derecho de la chica y succionó con más fuerza, bebiendo trago tras trago, lo haría hasta saciarse.

Tu sangre es como un refresco ¿Porqué?

Preguntó autoritariamente mientras la obligaba a darse vuelta y bajaba su ropa para exponer sus hombros y la mitad de su espalda tan blanca como toda su piel.

por **Camille R. Cryzard** Miér Dic 23, 2015 8:22 pm

-No podía moverse, no sabía qué hacer, las sensaciones bloqueaban sus pensamientos y ni siquiera sabía cómo defenderse de una criatura como esa que con una mano la inmovilizaba completamente. ¿Sucia? Al escuchar esas palabras se sonrojó y evitó su mirada, su cuerpo reaccionaba contrario a sus pensamientos, la lengua del otro recorría su cuello, otro escalofrío, otro gemido incontenible, no entendía porqué todo eso se sentía tan bien.

Ignoró sus burlonas palabras y se mordió el labio inferior para contener más sonidos al sentir la mordida sobre el hueso de su clavícula, un lugar bastante sensible del que ella no tenía idea. Pero cuando mordió su seno y sintió su lengua juguetear ahí no pudo contenerlos más- Aaahh... N-no... Nnnhh... -Negaba con sus palabras, pero su respiración se tornaba rápida y una extraña especie de placer la invadía. Mientras era volteada y sintió su suave piel chocar contra el concreto de la pared. -Por... -Intentó concentrarse y que fluyera su poder de hielo a sus manos para liberarse, pero no le fue posible, había perdido ya mucha sangre y estaba débil desde que dejó el hospital, otro escalofrío al sentir el aliento del otro por su nuca- T-tengo poderes... T-tengo poderes de Hielo... Aaahh... A-alejate de... Mmh...Mi -Amenazó a duras penas.

por Invitado Miér Dic 23, 2015 8:33 pm

Alejó el cabello de la rubia de su camino y olisqueó su nuca y hombros, antes de clavar sus colmillos ahí y beber varios tragos largos, era delicioso. Escuchó sus palabras y entendió, pero al parecer sus poderes eran inservibles así que tomó con brusquedad su mentón y la obligó a dar vuelta su cabeza hacia su hombro

Cállate.

Mandó antes de acercarse, morder el labio de la joven y tomar sus labios en un agresivo beso con aquel delicioso sabor a sangre, su lengua invadió la boca de la joven en busca de cada gota de sangre que se escapara, lamiendo de vez en cuando sus labios mientras bajó una de sus manos y la metió entre su falda, subiendo hasta su entrepierna.

Estas toda mojada aquí y dices que pare, eres una mentirosa, pequeña estúpida.

Rompió su ropa interior de un tirón y con sus dedos directamente sobre su intimidad comenzó a estimularla mientras volvía a su espalda y mordía con fuerza para seguir succionando aquella deliciosa sangre. Todas las humanas eran iguales, se excitaban, les encantaba ser mordidas y eso le facilitaba su trabajo. Cambió de lado y mordió el otro hombro de la chica mientras sus dedos se movían cada vez más rápido sobre su intimidad.

Ésto te gusta, admitelo.

Ordenó mientras volví a acercarse al cuello de la otra y la mordía nuevamente, bebería hasta estar completamente saciado, poco le importaba la suerte de esa mujer.

por **Camille R. Cryzard** Miér Dic 23, 2015 9:24 pm

-Al sentir que aquel hombre la besaba sus ojos se abrieron por sorpresa, nunca antes nadie la había besado, siguió el ritmo por instinto, con torpeza, preguntándose porqué lo hacía- AAAhhh... -Un gemido que fue casi un grito abandonó sus labios al sentir los dedos del hombre sobre sus partes más íntimas, sus movimientos eran bruscos y certeros, su clítoris era estimulado de tal manera que sus piernas comenzaron a temblar y de sus labios no paraban de salir gemidos y súplicas para que se detuviera- Nnhhh... Por favor... B-basta... AAaaahh...

Empuñó sus manos y cerró sus ojos, quería llorar, pero no habían más lágrimas que derramar ni lamentos que pidieran detener al otro, su cuerpo se encontraba tan estimulado que su mente iba y venía en ocasiones... La cara de su hermano repentinamente apareció y se sintió desesperada por unos momentos, su primer beso, la primera vez que alguien la tocara, ella quería... Se detuvo en seco ¿En qué estaba pensando? Su hermano jamás la vería de esa forma, nunca... Quizás así era mejor, si el otro bebía hasta la última gota de su sangre y ella dejaba que jugara a su antojo con ella, todo acabaría, su primer beso, se había ido, estaba siendo tocada por otras manos, ya no importaba.

-Hazlo más fuerte -Dijo finalmente mientras se mordía el labio inferior, lentamente se sentía desfallecer por la falta de sangre y de voluntad de seguir peleando con aquel extraño.

por Invitado Miér Dic 23, 2015 10:46 pm

¿Más fuerte?

Repentinamente sintió una punzada de excitación, aquella chiquilla parecía querer más y él se lo daría con gusto ya que aun no se sentía saciado y comenzaba a entretenerse. Notó que la chica comenzaba a desfallecer y aquello lo hizo enojar

¡Hey!

Llamó fuertemente mientras le daba un par de bofetadas en el rostro para despertarla

No te he dado permiso de dormirte, aun no termino contigo

Sentenció metiendo su mano a su bolsillo y forzando un cubo de azúcar por entre los labios de la chica para mantenerla despierta y poder seguir divirtiéndose, la volteó nuevamente y se deshizo de su sostén dejando a la vista sus pequeños pero perfectos senos, blancos como el marfil al igual que el resto de su cuerpo, jamás tocados, no podía esperar por ser el primero en hacerlo, tomó a la chica por los muslos y la alzó, dejando su espalda apoyada en la pared y apretándola con su miembro que comenzaba a despertar ante aquella muchacha.

Más fuerte entonces

Dijo mientras empujaba contra ella, fingiendo fuertes embestidas directamente sobre su intimidad mientras tomaba entre sus dientes uno de los pezones de la chica y lo mordía con fuerza, mordiendo una sección más grande luego para poder beber su sangre mientras con su lengua, seguía jugueteando con su pezón.

Vas a ser completamente mía, ¿escuchaste? Mía hasta el final.

Indicó, con la clara intención de tomar todo de ella, hasta la última gota de su preciosa sangre

por **Camus R. Cryzard** Vie Dic 25, 2015 5:51 am

Como siempre había sido un día de trabajo extenso, llegaría con buenas noticias a casa. Camille iba a ser entrevistada en uno de los programas de televisión de glass city que ayudaban a idols emergentes. El buen manejo de las palabras del conde había servido al igual que el portafolio que armó con mucho esmero.

Llegando a la mansión fue recibido por su fiel perro Alexander, como era costumbre de ambos.

Su sacó colgado, una caricia a su perro y la casa en silencio...

-Silencio?...ni siquiera un ruido?- Ya es hora de la cena...-quizás Camille había salido...eso era lo que pensó en su momento.

Subió las escaleras, nada, ni en el estudio, ni en su alcoba.

Suspiró-prepararé la cena...-Alexander se quedó en la puerta, expectante y mientras los minutos pasaban Camus tranquilamente se dedicaba luego de mucho tiempo a una tarea que Camille había tomado estos últimos días.

La noche cayó-...-los ojos del conde se dirigieron a su perro y este comenzó a emitir ruidos de desespero-Mantente tranquilo, le llamaré...

Y en cuanto lo hizo escuchó la melodía desde la habitación aledaña-...Tsk, dejó el celular aquí...-Alexander se acercó con algo en su boca y se lo entregó al conde-qué es esto?- Eran las llaves de Camille.¿ Por qué cometer un error tan grande como ese? ella no sabía a que hora regresaría a casa, salir sin ellas era una tontería.

Que descuidada...-las apretó en sus manos mientras su fiel can se acercaba aun emitiendo pequeños sonidos - Estará bien, tranquilo, es una mujer que sabe defenderse.

"Confío en ella...en ese sentido"

Encuentra su rastro, Alexander, vamos por ella..- el animal olfateó un pañuelo de la condesa y esperando a que su dueño buscase sus cosas se dirigió a la puerta. Se encaminaron un rato por la ciudad, más cuando Camus notó el peculiar cambio entre las zonas que siempre frecuentaba Camille a un lugar más bien pobre y más destartalado, se preguntó sinceramente si esto era una coincidencia...algo estaba mal.

Llévame rápido con ella- dicho y hecho, el perro trotó con su amo detrás siguiéndole de cerca y cuando doblaron en un callejón la vista de Camus pareció congelarse. Nunca pensó encontrarse con aquella escena, nunca en su vida. Inclusive, el hecho de no asimilar aquel suceso creó en el conde una falta de calma que en su vida había sentido. Irascible, incluso más que cualquier vez en su vida.

Se escuchó gruñidos de parte del can, más cuando el aire comenzó a enfriarse de forma brusca. Dio unos pasos hacia atrás, dejando a su dueño por delante.

Como...osas...-susurró y el piso, las paredes, incluso ahora el aire empezaba a escarcharse y la brisa que antes era algo más cálida se transformó en un gélido llamado a la alerta. Cuando el conde miró directamente al vampiro se descontroló transformándose así en una ventisca tan fuerte que mantener los ojos abiertos era casi imposible.

Muy poco le importaba ahora si alguien veía su estado, muy poco importaba si congelaba a ese hombre, o si causaba un revuelo, no iba a permitir que aquel desconocido siguiera manchando de esa manera tan vulgar a Camille- ALÉJATE DE ELLA!!-inquirió alzando su mano al frente y el callejón completo se transformó en hielo, comenzando a congelar las extremidades del asqueroso sujeto que osaba tocar a su hermana- CAMILLE!!-gritó con su profunda voz para hacerle reaccionar y que viniese a su lado.-CAMILLE!!

por Invitado Vie Dic 25, 2015 6:12 pm

Estar con aquella muchacha que notaba que era completamente virgen le excitaba mucho más, de alguna manera sádica adoraba haber tomado por primera vez sus labios y su cuerpo, ahora solo quedaba una cosa más y podría seguir divirtiéndose. Pero la muchacha parecía comenzar a perder el sentido nuevamente, a lo que respondió con una bofetada aun más fuerte para despertarla

Te dije que despertaras, no es divertido si no te oigo gritar. Gritarás y me pedirás que siga, hazlo ahora.

Observó a la muchacha y al escuchar las palabras sonrió lascivamente.

¿Quieres más?

Comenzó a desabrochar el botón de su pantalón y su miembro erguido acarició directamente la intimidad de la muchacha, sin penetrarla, hasta que repentinamente comenzó a sentir frío y escuchó un grito. Furioso por ser interrumpido arregló su ropa, dejó caer a la muchacha al suelo sin miramientos y se volteó para ver quien demonios era

¿Que demonios crees que estás haciendo?

Sus brazos comenzaban a congelarse, pero de un rápido sacudón se quitó el hielo de una vez y se acercó con paso firme al extraño

¿Así que ésta perra se llama Camille? ¿Quien eres tú para intervenir con mi cazería?

Lo tomó con su fuerza descomunal por la camisa y lo acercó hacia si con violencia, el parecido que éste compartía con la chica lo hizo pensar que debía ser un familiar, por lo que burlonamente dijo

¿Vienes por ella? Pues llegas tarde, tomé sus labios, todo su cuerpo me pertenece, mis marcas están en él, ya de nada te sirve.

Una risa malvada, algo maníaca abandonó sus labios

Ahora, deja que termine mi cena y luego puedes llevarte el cuerpo, no me interesaría tener que lidiar con un cadáver.

Lo soltó y se dio media vuelta para volver a tomar a la muchacha y terminar lo que hacía, haciendo caso omiso a las protestas del otro.

por **Camille R. Cryzard** Vie Dic 25, 2015 8:30 pm

-Gritó aun más fuerte al sentir la mordida en su seno, sentía que ya no podía soportar más sensaciones, el placer, el dolor, la culpabilidad... Todo eso junto a la enorme perdida de sangre que ya llevaba la hicieron sentir que se desmayaba nuevamente, sus sentidos se iban y todo se comenzó a tornar oscuro, hasta que la bofetada del otro la sacó de tal estado y la obligó a despertar. Temblando ligeramente, remojó sus secos labios con su lengua, soltando un pequeño quejido ya que su labio inferior se encontraba hinchado a causa de la mordida proferida por el otro anteriormente.

-C-continúa... Por favor... -Pidió a duras penas y asintió con su cabeza ante su pregunta, aunque cada vez que lo hacía su pecho dolía enormemente. Su mente quedó en blanco por un segundo al sentir el miembro del otro palpitar directamente sobre su sexo, cerró fuertemente los ojos y por primera vez un sollozo abandonó sus labios. Perdería su virginidad con aquel hombre, en aquel sucio callejón en lugar de con la persona que su corazón amaba y como había soñado, pero nuevamente la voz de la razón habló en su cabeza: "Él nunca te amará así, menos ahora, mira lo sucia que estás, conformate, morirás hoy..." -Si... -Murmuró y cerró los ojos con fuerza en espera de lo que pasaría a continuación.

Tal era su estado de semi inconsciencia que no sintió la fría brisa ni escuchó el grito que partió el aire, solo sintió su adolorido cuerpo golpear el suelo con fuerza cuando el otro la soltó, por instinto trató de subir y cerrar su camisa y cubrirse con sus brazos ya que los botones de ésta habían sido rotos por el agresivo hombre, su espalda dolía ya que al parecer el roce de la pared le había hecho daño, sin mencionar las mordidas propinadas antes. Su falda cayó sola para cubrir sus piernas y ahí se quedó por unos momentos hasta que la ventisca la azotó. Ella conocía esa ventisca, pero no estaba segura de si se trataba de su mente que intentaba llevarla a él con desesperación o eso realmente estaba sucediendo.

Repentinamente escuchó la voz de su hermano llamarla por su nombre y eso le devolvió algo de conciencia- Camus... -Murmuró sintiendo como de sus ojos brotaban lágrimas que la ventisca congelaba, intentó ponerse de pie y pudo apenas, apoyándose de la pared e intentando llegar a la figura de su hermano que parecía muy lejana a ella en ese momento, pero sus piernas no soportaron el peso de su cuerpo y cayó nuevamente, justo entre el enfrentamiento de ambos hombres- Camus... - Con su pequeña mano, desde el suelo tomó el pantalón de su hermano para que éste se detuviera, de lo contrario, estaba segura de que mataría al vampiro y eso no traería nada bueno para él.

por Invitado Vie Ene 01, 2016 9:12 pm

Yuma se encontraba ya molesto por toda esa situación, pero el hecho de poder molestar a la persona que lo había interrumpido era más fuerte que cualquier otra cosa, podría haberse ido en ese momento y ahorrarse problemas ¿Pero porqué no divertirse un poco más?

Se percató de que la muchacha que antes estaba más atrás ahora estaba en el suelo junto a ambos y con una sádica sonrisa en su rostro la tomó por los brazos y la levantó como si fuera tan ligera como un delgado papel, que en realidad para él, con su descomunal fuerza, era así. Dio un paso atrás y puso a la muchacha justo frente a él, afirmándola de la cintura la alzó hasta dejar su cuello cerca de su boca, utilizando su cuerpo como una especie de "escudo".

¿Es ésto lo que quieres?

Preguntó sonriendo ladinamente mientras sostenía a la chica con fuerza.

Pues, lo siento, es mia. Puedes verlo por ti mismo.

Sin miramientos separó la camisa de la chica exponiendo todo su torso desnudo, lleno de las marcas de sus colmillos en los senos, claviculas, hombros y cuello. Pasó su mano libre por la suave pierna de la chica y volvió a subir su falda

Solo me falta tomar ésto.

Indicó metiendo su mano hasta tocar nuevamente la intimidad de la chica. Ladeó su cabeza y lamió suavemente su cuello, dispuesto a morderla en aquel lugar

Ella es mía.

Repitió riendo con voz fuerte ya que en esa posición no era posible que el otro lo atacara sin hacer daño a su querida hermana.

por **Camille R. Cryzard** Mar Ene 05, 2016 1:29 am

-Su respiración lenta y dificultosa se veía en el aire casi congelado como un vapor tenue que salía desde su boca, sus ojos vidriosos apenas podían pestañear a causa de la escarcha acumulada en ellos y solo quería que su hermano se la llevara de ahí, pero su pesadilla estaba lejos de terminar.

Repentinamente sintió cómo la alzaban por los brazos y la afirmaban por la cintura, apenas oía lo que el alto vampiro decía, pero si podía ver la cara de furia y espanto de su hermano, solo oía palabras sueltas y una de esas era "Mía"... Suya... Ella era suya, él había tomado todo lo que ella había guardado celosamente para la persona que amaba, pero que nunca la amaría de vuelta... No le importaba, nunca le importó, solo quería reservar todo ese amor para entregarselo en pequeñas acciones y ahora, en las sucias palabras de ese vampiro escuchaba que todo eso estaba perdido, cuando sintió que el otro abría nuevamente su camisa estalló en llanto, apenas podía mover sus brazos para cubrirse- No mires... -Suplicó en un murmullo-

Su amado hermano la estaba vuendo de esa manera, sucia, como una cualquiera siendo tomada por un hombre al que no conocía. Apretó sus ojos al sentir la mano del hombre sobre su intimidad y lanzó un sollozo desesperado, un grito de agonía al solo pensar que su hermano estaba observando todo eso que resonó en todo aquel callejón, no podía soporarlo, no podía...

Ante su imposibilidad de reaccionar y su desesperación, el collar que la reina le había regalado como protección comenzó a brillar y logró, por unos momentos, reunir las fuerzas suficientes para repeler al otro con una estaca de hielo que salió de una de sus manos y se clavó justo en el costado izquierdo del otro. Al ser soltada dio un par de pasos temblorosos cubriéndose con los brazos hasta quedar cerca de su hermano mientras las lágrimas aun fluían por su rostro.

-Soy... Soy... -Apenas podía pronunciar palabras- N-nu...Nunca seré de na-nadie más... -Apretó sus brazos- E-stoy sucia... -Murmuró sollozando, no quería que su hermano la tocara así, no quería ensuciarlo a él también con su contaminado ser, temblaba completamente, apenas y sabía si su hermano la oía o si el vampiro había sido detenido realmente, pero no le importaba, ya nada importaba-

por **Camus R. Cryzard** Lun Jun 06, 2016 11:47 am

El autocontrol en Camus muchas veces había sido puesto a prueba pero, incluso para él esto era demasiado.

En primera instancia cuando el sujeto le tomó por la camisa un casi incontenible deseo de congelarle hasta volverlo una fina escultura de hielo y tan frágil como una fue frenado, después de todo a pesar de su aristocrática forma de verse, Camus era un caballero educado a la antigua, instruido en las artes de la batalla pero ¿cómo cometer asesinato en esta ciudad?No, debía controlarse.

Vio la escena de su hermana en el suelo, débil y casi inconsciente¿que era realmente lo que estaba suplicando mientras susurraba su nombre?

Y en su momento odió hacerlo, odió su control. Camille era tomada cual trozo de carne por el más alto, frente a él, totalmente magullada y marcada con los colmillos del que osó profanar a su querida hermana. Alexander comenzó a ladrar ferozmente-...basta...-susurró-alrededor de camus un aura de diversos azules comenzó a emanar, y detrás de Yuma comenzaban a formarse 3 estacas de hielo. Cada vez el lugar comenzaba a hacerse más frio, pero fue cuando el vampiro se abrió paso a la intimidad de Camille cuando Camus perdió el control de si mismo- BASTARDO!!!.-Su rostro se había deformado con la ira y estaba a punto de perforar al vampiro hasta que vio el resplandor en el cuello de Camille y la escena de el vampiro herido. Su reina estaba al tanto de la situación, su reina había protegido a su hermana y con ello a él mismo de cometer una barbarie.

Un silbido de parte de Camus y Alexander se transformó en el hermoso corsel blanco mientras que el conde ante la ira casi inhumana que poseía desataba una tormenta tal que seria imposible para el vampiro verlos con facilidad o siquiera moverse. Oyó los gritos curiosos de la gente al ver que en solo un callejón sucedía un evento climatologico como aquel.

Tomó entre sus brazos a Camille con una delicadeza tal y un cariño tan impropio de su persona que inclusive era imposible pensar que era el mismo hombre de voz profunda y mirada glacial- Shhh...-dijo suavemente y con ayuda de Alexander subió a la muchacha al lomo del animal lo más rápido que pudo.-Debemos irnos de aquí...

Camus estaba cansado debido a la cantidad de magia empleada para cuando pudo montar a Alexander y emprender retirada, sostenía entre ambos brazos a Camille en una suerte de jaula sobreprotectora. No podía hablar, no podía si quiera mostrar su rostro pero aún así cubría con su cuerpo el frágil de su hermana, se sentía totalmente responsable por lo sucedido y apretaba los dientes y los labios ansioso por volver y darle su merecido a aquel tipo, pero no, Camille era importante, mucho más importante.

Su rostro...no sabía que expresión tenía ¿era una mezcla entre la culpabilidad y la ira sobre si mismo? por lo mismo intentó esconderlo lo más que pudo. Ya a la lejanía y estando seguro que no eran perseguidos Camus suspiro y dejó caer su rostro entre los cabellos de Camille, su voz sonó cansada...pero extrañamente más amable que cualquiera que antes pudiera salir de su boca, un dejo de angustia también la envolvía-...Vamos a casa...ambos, juntos...-apegó más su cuerpo al de ella y con una mano la sostuvo junto a su pecho y sin emitir ni un sonido repitió en su mente lo siento, muchas veces

Alexander procuró ir rápido por los lugares más seguros para no ser vistos y ya dentro de pocos minutos por fin estaban en de nuevo en su hogar.

por **Camille R. Cryzard** Vie Jun 10, 2016 7:17 pm

Sintió la ventisca desatarse a su alrededor y por un momento su mente la dejó pensar que estaba en casa, que todo eso había sido una pesadilla, pudo creerla por un segundo, pudo sentir alivio por un segundo. Pero solo un segundo, el dolor en su cuerpo, el temblor que la gobernaba y hacía que sus dientes chocaran uno con el otro aunque no necesariamente por el frío sino que por el miedo, le hicieron volver a la realidad de su fantasía inmediatamente.

Los temblores de su cuerpo le impedían sollozar, lo cual agradeció, las lágrimas no podían avanzar por su rostro a causa del hielo y eso de igual forma lo agradeció, apenas estaba consciente de lo que ocurría, salvo que su hermano silvó para que Alexander cambiara... Ah... Alexander también estaba ahí... Dio un tembloroso paso hacia el caballo y estiró su mano para tocar su crin, deteniendose a unos centimetros... No podía tocarlo así, no, no a ese ser tan amado, bajó su mano lentamente aun temblando y conteniendo cualquier clase de sollozo y bajando su cabeza para que su largo cabello cubriera su rostro.

Repentinamente sintió las manos de su hermano tomarla, tan delicadamente como siempre, con aquel cariño que solo ella veía en él y trató de alejarse inconscientemente, dando medio paso atrás, recogiendo sus brazos protectivamente y murmurando apenas entre sus dientes castañeantes- N-n-no... Conde... N-n-no... So-o-oy in-in-indigna... N-n-no... -Un sollozo se le escapó, sonó tan desesperado que se tuvo que morder el labio inferior para suprimir cualquier clase de sonido, aunque el temblor que recorría su cuerpo no ayudaba. Su hermano, el gran conde de Silk Palace no podía rebajarse... Más que eso, la persona que ella amaba con toda su alma no podía rebajarse a eso, ella lo había perdido todo por un descuido idiota, por un sueño, por correr sin ver, por no poder resistirse a la himnosis de aquel vampiro. Aun así ¿Qué podía hacer para resistirse? estaba débil, su ropa destrozada, apenas podía moverse a causa de los temblores, Camus la tomó entre sus brazos y la subió al lomo del caballo- P-perdón Alex-x-xander -Pidió soltando otro sollozo al estar sentada sobre el animal.

Después de eso sintió a su hermano subir tras ella y sus brazos ahora la sostenían firmemente, no había escape, no podía apartarse de él, no aunque hubiera podido ya que el agarre era uno protector y que claramente no soportaría un movimiento en contra de su parte. Fue entonces que sumisamente bajó su cabeza y la escondió en el pecho de su hermano, su calor derrió la delicada capa de hielo que cubría sus pestañas y nuevamente fue capaz de llorar, aunque temblaba, no se permitió sollozar, solamente dejó que las lágrimas corrieran por su rostro. Tomó aire con anhelo, recibiendo inmediatamente aquel olor que esperaba, movimientos involuntarios se apoderaron de ella, ni siquiera sabía cómo era lo suficientemente valiente para hacerlos, pero frotó su nariz suavemente contra el pecho del mayor, moviendo su cabeza hacia los lados un momento antes de tomar otra bocanada de aquel olor para luego dejarlo ir, vencida por la culpa, las lágrimas no paraban ni creía que lo harían.

Sintió repentinamente el rostro de su hermano pegado a su cabello, su calido aliento, cerró los ojos y tuvo que reprimir otro sollozo que luchaba por abandonar sus labios, pero nuevamente no se pudo alejar, lo más probable era que ese fuera el último momento de cercanía que tendría con él, la última vez que podría tocarlo, sentir su olor...

Su hermano estaba cansado y lo notó por su voz, de todas formas había dejado claro por el gran despliegue de magia que había utilizado que había ido más allá de lo que debía o era sano para él. Se sintió preocupada inmediatamente y de repente escuchó lo que estaba diciendo... ¿No la querría tan lejos de él como fuera posible? Lo sintió apegar su cuerpo al propio y sus ojos se abrieron con sorpresa y horror en ellos- Yo... Yo... -Ya no temblaba, el calor de su hermano había sido suficiente, como siempre, solo sentía dolor por el maltrato y el dolor en su pecho por lo que había perdido. Se hizo un nudo en su garganta y aguantó, apretando sus labios y cerrando sus puños con fuerza, pero no pudo y las palabras que estaban en su cabeza fluyeron con dolor en cada sílaba, en cada letra, un dolor como el que nunca había sentido antes- Ya no tengo nada -Su voz era tan débil que apenas se escuchaba- Perdí todo lo que guardé celosamente, mis labios tienen su asqueroso sabor, mi cuerpo sus horribles marcas, todo... Perdí todo... Dejé que alguien más lo tomara... Ya no tengo nada, soy una muñeca usada, indigna de la presencia de alguien como tu -Se le escaparon un par de sollozos que ahogó contra el pecho de Camus- Perdóname... Sé que no quieres escuchar ésto, no sé ni lo que estoy diciendo... Me alejaré de ti apenas lo ordenes, hermano. -Murmuró entre lágrimas, pero con tono de voz sumiso, para nada como era ella.

Comprendió que estaban en casa cuando el caballo detuvo su marcha, no se podía mover, ni sabía qué hacer, por lo que simplemente esperó las ordenes que su hermano diera, debía estar asqueado con ella ¿Quien no lo estaría? Ella difícilmente podía llamarse a si misma una dama ahora. Apretó sus labios y trató de preparar su corazón para el último golpe, el rechazo que seguramente vendría de los labios del conde.

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