{P} WOP.

Sábado por la noche, luna llena, música a todo volumen y un par de copas (que igualmente no le afectaran porque ella no puede emborracharse por su condición de vampiro), igual a “Party Hard in the night”. O al menos es lo que decía el cartel que estaba puesto en una puertecita que llevaba a un Karaoke “subterráneo” o algo así, no terminaba de entender la estructura loca de Glass City o la estúpida manera en la que atraían a los chiquillos de 17 con complejo de adultos responsables de su virginidad para gastar dinero en copas y un poco de cocaína. En fin.

Apenas entrar allí la mezcla de sudor y cocteles la embriagó, no sabría decir de para bien o para mal, pero ya se sentía mareada. De por sí tenía una nariz bastante sensible ante los olores demasiado fuertes, que sólo disfrutaba frente a comidas picantes, no al olor a testosterona en desarrollo que estaba en el aire. Tuvo que taparse la nariz para tratar de entrar e incorporarse en una mesa, una camarera con un traje exagerado a nivel de mallas se le acercó preguntando lo que quería. Se conformó con cualquier cosa que fuera de color rojo (literal, fue lo que le dijo a la chica), y ésta se marchó con una cara de póker tras semejante pedido.

Esperando a que pasara algo interesante, la vampiro se quedó mirando al cúmulo de chiquillos que bailaban alrededor de la pista hasta que llegó su bebida, la cual consumió haciéndole un orificio con los colmillos al vasito y quitándole el color de la bebida. La camarera creyó alucinar por todo el humo y el factor fiesta que tenía el sitio, así que se fue antes de que pensara que la pelinegra se comiera la mesa o algo por el estilo. Marceline rió ante ese presentimiento, cuando algo curioso en la pista fue lo que le llamó a levantarse: Los chiquillos habían hecho un círculo y alzaban los puños mientras que gritaban algo incoherente que atrapaba la música, ¿Qué será?

- Esto me empieza a gustar~ – se dijo, levantándose de su asiento para encaminarse al círculo y abrirse paso entre los pubertos, siendo la primera en la fila – Oh… my…~ – dijo para sí, conteniendo la risa al morderse el labio inferior.

Venga, sabía que al cruzar el umbral de ese círculo de pubertos se iba a encontrar con algo grande y bueno, pero no creía que fuera TAAAAN grande. Madre trasero el que se encontró apenas llegó al frente, pero lo mejor fue la figurita que lucía esas relucientes nalgas bajo una piel morena que reclamaba a gritos un poquito de acción. Sólo por cosas de querer lucirse, hizo presencia a su despampanante figura y largo cabello flotando por encima de las cabezas de los demás para aparecerse por detrás de la chica y posar su barbilla sobre el hombro de ella, y como no, también jugueteó con su índice sobre el tatuaje de la morenaza.

- Bonito tatuaje~ ¿Quién te lo hizo? Estaba pensando hacer un autorretrato de mis colmillos entre los pechos~ – dijo, susurrándole al oído, paseando su mirada lascivamente por el cuerpo de la chica y después dedicándole una mirada picarona a los que estaban cerca de ellas que ahora la envidiaban por estar tan cerca de la hermosa muchacha.

Se paseó alrededor de ella hasta quedar frente a frente, acariciando con los dedos el hombro de la chica, pasando por su cuello hasta finalmente descansar en la clavícula. La miraba de pies a cabeza, sonriendo con un colmillo afuera sintiendo mucha satisfacción por lo que estaba frente a ella, como deleitándole la vista.

- ¿Y bien? ¿Vas a bailar pooldance usándome de sujetador o vas a esperar a que anime un poco a tus amiguitas de adelante para hacerlo? – preguntó guiñándole un ojo, con las manos en la cintura – Oh si, olvidé que tenía modales. Hay que presentarse ante la dama primero – y queriendo todavía mofar a la chica, hizo una reverencia – Marceline, tu caballero de brillante armadura. ¿Puedo saber el nombre de la dama de exuberante trasero?

- Lilith, ¿Eh? Como las flores de campo que recuerdo que me comí esta mañana – respondió con un nivel de sarcasmo que sobrepasaba los nueve mil. Algo muy usual en ella.

La muchacha tenía estilo, eso tenía que admitirlo desde ahorita. Nada más con sentir esa envidia por el traje y el tatuaje era suficiente, ¿Pero de paso que le restregara en la cara lo jodidamente atractiva que está, con esas caderas, senos y el exuberante trasero? No, no, por todos los cielos, esto no iba a quedarse así tal cual, la vampiro estaba completamente indignada por aquella actitud tan seductora, ¡Venganza! ¡Su consciencia grita “venganza”!

Se acercó sin pena ni miramientos a la muchacha hasta que sus cuerpos se encontraron peligrosamente juntos. Sus pechos eran aplastados por las montañas de Katherine, sus estómagos estaban peligrosamente cerca y ni hablar de las caderas, prácticamente estaba invadiendo el espacio personal a niveles que ninguna persona cuerda haría con un completo desconocido, ¿Pero no que eso era lo que precisamente era lo que hacían los jóvenes de ahora? Uff, miren nada más, hablando como si tuviera cincuenta años o algo así. Sonrió a medio lado, tratando de seguir los movimientos de la muchacha pese a que su cadera no fuera tan pronunciada para que se viera del a misma manera que los pseudo pasos de Lilith.

- Me gusta los retos, y tengo el presentimiento de que eres difícil de domar – susurró cerca del oído de la muchacha, riéndose un poco por la diferencia mínima de tamaño entre las dos. Acercar sus labios hasta el oído de ella sólo le hizo tomar ventaja de la situación y juguetear con sus dedos, pasando suavemente uno de sus dedos por el torso de la chica, hasta encontrarse con la prenda superior – ¿Pero sabes qué? No creo que seas imposible – y sujetó el pedazo de la prenda que separaba los pechos, como si de alguna manera estaba reclamando su atención.

Parecía que le iba valiendo madres la cantidad de personas que le estaba viendo, porque para haber empezado “suave”, la vampiro no separaba la mirada de los ojos de la chica mientras empezaba a moverse lentamente, empezando por las caderas y luego el resto de su cuerpo, algo sencillo como ir de un lado a otro sumamente lento, como si quisiera que todos le observaran fijamente, sobretodo la chica que llevaba tan cerca. El hecho de estar prácticamente apegadas sólo hacía que la vampiro se riera, puesto que sus movimientos hacían que chocara constantemente con ella, sobre todo con los pechos y las caderas por lo grande que ella la morena (y no por llamarla gorda, para nada).

La vampiro seguía sujetándole de la prenda de arriba antes de que empezara a mover poco a poco hacia atrás, separando la parte superior de su cuerpo de la chica para dejar que las caderas fueran las únicas que se mantuvieran unidas. Como si hubiera sido un breve instante en la que la chica perdía ante la gravedad, coló una de sus piernas entre las de Lilith, como si estuviera esperando a que la levantara al ritmo de la música.

Su sonrisa se extendió cuando la chica parecía estar dispuesta a jugar tanto como ella lo haría, dejándose llevar por los movimientos sugerentes de cadera y los pasos de baile sumamente lentos, perdiendo totalmente la noción de que habían personas observándoles. Unos con envidia, otros con vergüenza, ellos ya sabrán lo que pensaban de aquel dúo que se coqueteaba con el baile.

- Gracias, siempre me he considerado como alguien interesante – respondió a la muchacha cuando iban de vuelta, soltando la prenda inferior sólo para deslizar sus dedos sobre la piel de la chica hasta llegar al estómago – ¿Eso significa que para ti soy de las grandes ligas? ¿Debo considerarlo un honor?

No le dio tiempo para que pudiera responder, cuando la pelinegra ya había entrado en acción de nuevo y rodeaba la portentosa cadera de la chica con un brazo y acariciaba parte de la zona al descubierto con sus dedos, obligándolas a mantenerse juntas mientras hacía un vaivén incitante con sus caderas. La mano que estaba en su estómago recorrió nuevamente el cuerpo de la chica, deleitándose por la textura de su piel, pasando entre los pechos y la clavícula hasta depositarla en su cuello, rodeándolo con los dedos sin ser brusca. Quería tenerla cerca, buscando que siguiera su propio juego cuando la vampiro se había pegado a la chica al punto de encontrarse con su pródigo busto, sin percatarse que la canción había cambiado hace un momento.

- No espero a que consiga dominarte esta noche con un par de roces, borreguita, - murmuró, aprovechando la cercanía de su rostro con el de ella – estoy esperando a que te rindas totalmente a mis pies y me pidas lo que quieras~ – le guiñó un ojo, moviendo la mano de su cuello para acariciar la barbilla de la chica y hacer que elevara el mentón para ella, mientras la mano de su cintura seguía haciendo que ella y Lilith se quedasen pegadas.

No le había molestado en absoluto que se le acercara de aquella manera al punto de haberle robado un beso, de hecho, correspondió durante el breve lapso que estuvieron juntas y mordió su labio inferior antes de separarse, dedicándole una sonrisa traviesa. Sin duda alguna, Lilith era del tipo de muchacha sin pudor alguno que hacía lo que le daba la regalada gana, algo en lo que se parecía a Marceline y le agradaba de sobremanera. Encontrarse con alguien así no hacía ningún daño, y que acabaran jodiendo al a humanidad presente en un juego de baile prohibido tampoco le irritaba, todo lo contrario, le encantaba ver el rostro de desagradado y envidia de muchos que las veían.

Miró con detenimiento el cómo Lilith trataba de conquistarla con movimientos sumamente provocativos, y desgraciadamente lo estaba consiguiendo. Sin esperar demasiado, la vampiro se acercó hasta la muchacha, inclinándose para descansar sobre su espalda con suavidad, riendo sobre el oído de la morena.

- Naaaada mal, mi pequeña lirio – dijo, aprovechando a mover una de sus manos para pasarla a lo largo del muslo ajeno . Antes de que pudiera si quiera voltear a mirarle, Marceline ya se había deslizado por su cuerpo para quedar por debajo de ella, a pocos centímetros de tocar el suelo con su espalda mientras le sujetaba el rostro – ¿Qué otras cosas sabes hacer?

Seguía actuando rápido, reapareciendo casi por arte de magia de pie y frente a ella. Cruzó las piernas para girar y darle la espalda, comenzando a caminar hacia delante mientras sus caderas y hombros hacían movimientos lentos pero atractivos. Las personas le habrían espacio para que pudiera seguir bailando, mientras la vampiro se encontraba muy ocupada centrando su mirada hacia Lilith, mirándola por encima del hombro. Sujetó con ambas manos la prenda que le colgaba de un solo hombro y se lo retiró por encima de su cabeza, lanzándolo a sus espaldas para dejar más a la vista la camisa sin mangas de rayas que traía puesta. Algo sencillo, pero quería saber qué tanto podía molestar a su acompañante si de repente le pegaba por un baile desnudista.

Ante sus palabras, e llevó una mano al pecho con una expresión fingida (y sumamente exagerada, por cierto) de dolida, incluso con una mano en su frente para que así muchos pudieran burlarse de cómo se veía, así como ella lo hacía, pero como toda buena actriz había que saber aguantar. Fingió un pequeño puchero al verle guiñar un ojo, pero respondió a éste con una sonrisa coqueta, viendo que se alejaba de forma un tanto inesperada. Sabía que volvería, así que decidió esperarla moviendo sus caderas suavemente, como si sólo se limitara a marcar el tiempo con el mismo mientras saludaba sin mucho pudor a la gente que la veía.

La música pasó a ser un ambiente más jovial y  hasta divertido, teniendo que chasquear un poco los dedos al disfrutar el ritmo de la música, sonriendo de oreja a oreja al ver que regresaba. ¿Ya ven? Siempre vuelven por más.

Sonrió de oreja a oreja, mostrando sus colmillos y siguiendo a exuberante muchacha mientras ella se alejaba con esos pasos, dignos de una diva profesional, moviendo la cabeza ligeramente de un lado a otro. El swing no era su fuerte, ella prefería cosas que le sonaran más familiares, pero aprovechaba a bailar hasta donde sabía puesto que no era muy dada a menear el bote como su compañera lo hacía. Pensando que ése juego de “persigue y atrapa” podía ser hasta más divertido, volvió a desaparecer a la vista de todos para así reaparecer frente a Lilith, con la misma sonrisa seductora con la que se dirigía:

- ¿Te parece jugar un rato? – preguntó, acercándose peligrosamente a sus labios – Tengo ganas de verte sudar, así que te propongo algo~ Juguemos “Verdad o reto”. Asumo que sabrás las reglas básicas de esto: Dices verdad o reto, y depende de lo que responda, haces penitencia o haces una pregunta. Las preguntas y retos pueden ser de cualquier tipo, y la que aguante más tiempo se gana una sorpresa – le guiñó un ojo, tomando provecho de la cercanía para pasar su lengua por los labios de la chica, riéndose por lo bajo – Te daré el beneficio de ser la primera en preguntar o retar, cariño~

¿La macarena? Eso era un juego de niños. Sin embargo quiso dejarse “manipular” por la morena, sonriendo ante la faceta traviesa de su acompañante (aunque no es como si todo este rato no se hubiera dado cuenta de ello). Le guiñó un ojo antes de despedirse, dando media vuelta para andar hasta cerca de una mesa y así pegar un salto e incorporarse sobre el mueble, llamando la atención de algunos que estaban a su alrededor por tan extraña acción. Complacida por saber que algunos la miraban, señaló en dirección al DJ para así atraer su atención, mientras que su mano libre se ocupaba de recorrer a lo largo de su cuerpo en un divertido movimiento para provocar a Lilith mientras movía la cadera a un lado:

- Muy bien, cariño, quiero algo muy retro, tirando a los 90. Tú sabes, un pop latino que me permita seducir a una dama del público presente – dijo en voz alta, viendo cómo el DJ parecía entender a lo que se refería para agacharse y buscar en un repertorio de música. Marceline volteó a Lilith, lanzándole un beso al aire contoneándose sobre la mesa – . Esta se la dedico a mi queridísimo Lirio nocturno: Tengan cuidado con su lengua, algo me dice que llega a lugares desconocidos para el mismo hombre – Sonrió de oreja a oreja, cuando la Macarena empezó a resonar por todo el Karaoke.

La gente se miró las caras, dejando de bailar incluso por el cambio radical de música que pasaba. Voltearon directamente hacia la muchacha de cabello largo que estaba sobre la mesa, contoneándose como cualquier bailarina del video musical del 94 que movía los labios, canturreando “Dale a tu cuerpo alegría Macarena”, sin despegar la mirada ni por un segundo de Lilith. El baile, siendo uno con pasos bastante repetidos, fue reemplazado muy sutilmente por la vampiro con algunos movimientos más pronunciados a nivel de la cadera, queriendo actuar como un bufón que trataba de provocar a la reina de la fiesta.

Cuando la canción estaba a punto de terminar, Marceline bajó de la mesa y siguió haciendo los pasos de La Macarena en dirección a la morena, escuchando los gritos de burla al notar la fijeza en la mirada de la vampiro hacia Lilith, llegando a estar en frente a ella para girar y darle la espalda cuando escucha el “¡Eh, Macarena!” y entonces contonearse descaradamente frente a ella, ocasionando un par de risas en el público donde incluso se mezclaron la suya propia. El reto había terminado, pero Marceline no parecía muy satisfecha con haber cumplido, así que se acercó, todavía haciendo como si bailara la Macarena, pasando por un lado de Lilith para así murmurar a su oído:

- Me gusta morder… y muy fuerte a todo lo que veo que me gusta – le dijo, aprovechando para estirar el cuello y mordisquear el lóbulo de su oreja, riéndose sobre el oído de su acompañante – Supongo que ahora es tu turno, ¿No? Te lo voy a poner fácil: Consigue que un chico que esté con su novia se olvide de ella para tratar de ligar contigo, de lo contrario, te tocará a ti decirme un secreto “sucio” sobre ti – dijo, pasando su lengua por la orilla de su oreja antes de separarse y seguir bailando de largo, mirándole por encima del hombro para guiñarle el ojo.

Esta chica no se andaba con rodeos, fue lo primero que pensó una vez aceptado el reto. Marceline se quedó viendo a distancia sin dejar de bailar cómo sacudía ese abundante parachoques con tal de conseguir lo que quería. No esperaba que se consiguiera al primer borracho que se le cruzara en el camino, pero asumió que, como no le había dado especificaciones al respecto, lo dejó pasar. No se dignó si quiera a disimular ni un ápice cuando la veía volver, riéndose de miserable mocoso que ahora mismo parecía estar en el suelo semiconsciente, víctima de los encantos de la gattina de Katherine, aplaudiéndole al compás de la música una vez ella había regresado.

- Nada mal, primor~ – dijo como felicitación, dispuesta a cumplir su siguiente objetivo – Oh, ¿sólo eso? Creí que me pondrías algo más difícil. No será problema el robarle el aliento a más de uno – alzó los hombros, risueña, antes de volver a desaparecer de la vista de la morena, sobrevolando las cabezas de los que bailaban hecha un murciélago.

La gente no se esperaba que un murciélago llegara de repente, se transformara en una chica con piel cadavérica y de repente tratara de robarle el alma por la boca. Así le parecía más divertido que estar bailoteando entre infantes que buscaban dónde meterle mano a las chicas que querían, era más sorpresivo y le encantaba ver la cara de todos aquellos que les pareciera dignos de asustar con su primer beso (hay que aceptarlo, más de la mitad de los que estaban bailando eran vírgenes desesperados).

Un chiquillo que estaba en una esquina rezagado con un coctel, una chiquilla que parecía disfrutar de bailar con su novio, un mesero que iba bajando las escaleras (valga decir que el pobre se cayó de una forma muy graciosa), incluso el mismo Dj que no se esperaba una segunda aparición de parte de la misma chica, esos y varios más fueron cayendo ante la trampa de la vampiro que iba de allá para acá tratando de robarles el alma por la boca, aunque no sabía con certeza si cumpliría de veras la parte del reto de los siete minutos. Volvió junto a Lilith haciendo otra de sus apariciones magistrales, acercándose a ella dando pasos rápidos de baile antes de romper con el espacio personal de la muchacha:

- 5 chicas, 6 hombres – dijo, sonriéndole con picardía y dejando mostrar sus colmillos – , aunque me dejé lo mejor para el final – y sin dejarle mucho tiempo para que pudiera comprobarle el tiempo de ejecución, le tomó de la cintura y la atrajo hacia ella, colando una pierna entre las de ella para robarle un beso fogoso, obligándola a moverse al compás de la música mientras estaba a su merced.

Si fuera por ella, seguiría toda la noche, o hasta que literalmente la chica se le muriera por asfixia. Total, ella no tenía la necesidad de respirar, pero su pobre víctima si, así que la soltó hasta haber contado al menos la mitad de la canción que estaba sonando en este momento. La vampiro se separó de ella tirando de su labio interior y una vez “liberada”, se relamió los labios con descaro para juguetear con un mechón de cabello.

- Reto culminado, querida Lirio~ – dijo, llevándose un mechón de cabello hacia atrás con satisfacción – Si todavía puedes caminar, retomemos eso que me hablaste hace rato de bailar al desnudo: Te reto a que te quites la prenda de arriba que tengas, y que bailes con tus amiguitas al aire una canción completa. Te dejaré que elijas la que quieras, pero no puede ser menos de dos minutos – se “sentó” en el aire, cruzándose de brazos y piernas con la cabeza ladeada – Si crees que es demasiado vergonzoso para ti, no te preocupes, sólo tendrás que decirme cuál fue tu peor experiencia sexual, con nombre y apellido~ -le sacó la lengua, divertida.