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{L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
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{L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Los domingos solían ser un día particularmente fastidiosos, sobretodo porque eran los días en los que la muy reconocida Keilla, baterista de Marceline and the Scream Queens, salía a tomar sus paseos matutinos en correa.
Marceline iba siendo arrastrada por la chica sin necesidad de hacer fuerza o resistencia, total, sabía que eso sería peor que inútil. Ya estaba comprobado que el cabello de Keilla tenía algo como un poder sobrenatural que siempre superaba en fuerza a cualquiera. Extrañamente, el cuerpo menudo de Guy era el único que le ha conseguido dar pelea, quedándose más de dos minutos con los pies en tierra antes de ser sacudido a todas direcciones. Bongo no tenía cómo sujetar la correa, y como hoy domingos impares son los días de oficio para la vampiro…
- ¡Maldita sea, Keilla! ¡Ve más lento, me despeinas! – decía la vampiro, corriendo todo lo que podían sus piernas porque ni flotando podía controlar el ritmo de la otra vampiro.
Keilla estaba demasiado ocupada sintiendo la brisa fresca como para que la escuchase, teniendo la lengua afuera y corriendo en cuatro patas, quitaba den medio a cualquier imbécil a falta de unas veinte neuronas que intentaba detenerla al ver a una Marceline siendo arrastrada por ella o se pasaban por pura casualidad, ese domingo era el día oficial de ver cómo más de un mojigato de instituto salía volando por los aires y aterrizaba sobre un arbusto u otra persona derribada.
Finalmente, la muchacha mitad vampiro/perro/loro/mono/cualquier animal existente se detuvo de golpe, y por poco no hace que Marceline tragase arena. Apenas y tuvo tiempo para darse cuenta de que habían parado a la playa, cuando Keilla se soltó de la correa y empezó a correr estúpidamente tras las olas, mientras que, de un último empujón, dejó a Marceline sobre una roca.
La vampiro se quedó en su sitio mientras se quitaba los zapatos, viendo cómo de ellos brotaba humo como si se le hubieran evaporado los zapatos de tal carrera que pegó. Al comprobar que ellos seguían ahí, se tiró sobre la roca mientras que el sol le golpeaba furiosamente, pero ella lo ignoró dándose media vuelta como si estuviera en su cama.
Cerró los ojos por un segundo, y no midió el tiempo que pasó, o en qué momento Keilla se había echado al agua y ahora mismo se estaba ahogando porque no sabía nadar.
Marceline iba siendo arrastrada por la chica sin necesidad de hacer fuerza o resistencia, total, sabía que eso sería peor que inútil. Ya estaba comprobado que el cabello de Keilla tenía algo como un poder sobrenatural que siempre superaba en fuerza a cualquiera. Extrañamente, el cuerpo menudo de Guy era el único que le ha conseguido dar pelea, quedándose más de dos minutos con los pies en tierra antes de ser sacudido a todas direcciones. Bongo no tenía cómo sujetar la correa, y como hoy domingos impares son los días de oficio para la vampiro…
- ¡Maldita sea, Keilla! ¡Ve más lento, me despeinas! – decía la vampiro, corriendo todo lo que podían sus piernas porque ni flotando podía controlar el ritmo de la otra vampiro.
Keilla estaba demasiado ocupada sintiendo la brisa fresca como para que la escuchase, teniendo la lengua afuera y corriendo en cuatro patas, quitaba den medio a cualquier imbécil a falta de unas veinte neuronas que intentaba detenerla al ver a una Marceline siendo arrastrada por ella o se pasaban por pura casualidad, ese domingo era el día oficial de ver cómo más de un mojigato de instituto salía volando por los aires y aterrizaba sobre un arbusto u otra persona derribada.
Finalmente, la muchacha mitad vampiro/perro/loro/mono/cualquier animal existente se detuvo de golpe, y por poco no hace que Marceline tragase arena. Apenas y tuvo tiempo para darse cuenta de que habían parado a la playa, cuando Keilla se soltó de la correa y empezó a correr estúpidamente tras las olas, mientras que, de un último empujón, dejó a Marceline sobre una roca.
La vampiro se quedó en su sitio mientras se quitaba los zapatos, viendo cómo de ellos brotaba humo como si se le hubieran evaporado los zapatos de tal carrera que pegó. Al comprobar que ellos seguían ahí, se tiró sobre la roca mientras que el sol le golpeaba furiosamente, pero ella lo ignoró dándose media vuelta como si estuviera en su cama.
Cerró los ojos por un segundo, y no midió el tiempo que pasó, o en qué momento Keilla se había echado al agua y ahora mismo se estaba ahogando porque no sabía nadar.
- Clother:
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Estaba durmiendo tranquilamente en mi habitación, cuando me desperté de estar cansado tanto tiempo acostado en mi cama, como todos los domingos me levante temprano y me vestí para ir a correr por la playa,
me puse solo una camisa de tirantes y unos shorts azules ajustados, pero antes me fui a desayunar ya que no tenia mucho tiempo porque se me estaba haciendo algo tarde comí rápido y empece a correr, el sol estaba muy fuerte y hacia mucho calor, por suerte en la playa la brisa era fresca ya que el aire soplaba con un poco de agua en ella.
Corri por la ciudad mientras llamaba la atencion de las chicas, hasta llegar a la playa donde me detuve un rato para ver las hermosas olas que caen en la suave arena, y entre ellas podia ver una persona que estaba atrapada y se esta hundiendo
-¡Esto esta mal!- Fui corriendo hacia el agua y me arrogue, empece a nadar hasta que llegue gusto donde estaba ella -¡No te sueltes!- la agarre de la mano y empece a nadar a la orilla, donde pude pisar la cargue entre mis brazos y llegamos a la orilla donde la baje y dije.
-¿Estas bien?, ¿te hiciste daño?- La mire con cierta mirada de preocupación
me puse solo una camisa de tirantes y unos shorts azules ajustados, pero antes me fui a desayunar ya que no tenia mucho tiempo porque se me estaba haciendo algo tarde comí rápido y empece a correr, el sol estaba muy fuerte y hacia mucho calor, por suerte en la playa la brisa era fresca ya que el aire soplaba con un poco de agua en ella.
Corri por la ciudad mientras llamaba la atencion de las chicas, hasta llegar a la playa donde me detuve un rato para ver las hermosas olas que caen en la suave arena, y entre ellas podia ver una persona que estaba atrapada y se esta hundiendo
-¡Esto esta mal!- Fui corriendo hacia el agua y me arrogue, empece a nadar hasta que llegue gusto donde estaba ella -¡No te sueltes!- la agarre de la mano y empece a nadar a la orilla, donde pude pisar la cargue entre mis brazos y llegamos a la orilla donde la baje y dije.
-¿Estas bien?, ¿te hiciste daño?- La mire con cierta mirada de preocupación
- Spoiler:
- Ropa de ejercicio
Invitado- Invitado
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
En cierto modo, podía escuchar como Keilla estaba pidiendo ayuda a gritos, pero como se trataba de ella, lo dejaba pasar. Se acurrucaba sobre la roca como si fuera una cama de suaves plumas, mientras la otra vampiro alzaba los brazos y pataleaba por no hundirse bajo el agua. Posiblemente ni lo hiciera, su cabello era tan grueso y portentoso que hasta parecía que flotaría como si de madera se tratase. Sólo cuando había dejado de escuchar los alaridos de su compañera fue que abrió los ojos, pensando que de verdad se había ahogado.
- Oh, genial… Tendré que lanzarme al agua para salvarla – dijo Marceline entre dientes, acomodándose el flequillo – , le voy a hacer pagar caro si se llega a arruinar mi ropa. ¡Que recién la he comprado, joder!
Se bajó de la roca con un brinco y se quitó el polvo de sus ropas, cuando empezó a caminar en dirección a donde escuchaba gritar a Keilla, hasta que se detuvo en seco al ver extrañadísima la escena: Un muchacho (buenmozo, por no decir otra cosa) con Keilla en brazos, mientras ella tosía para sacarse el agua de los pulmones… bueno, ella no es que importara mucho, lo que en realidad le impresionaba era el hecho de que un chico cualquiera haya aparecido de la nada y la salvara. Era momento para peinarse las cejas y que Marceline actuase.
Calentó rápidamente para fingir que llevaba marchando desde hace rato, y cuando empezó a correr en dirección a ellos, se encogió para disimular que estaba recuperando aire del cansancio.
- ¡K-Keilla! – exclamó, viendo a la otra vampiro con un ojo cerrado – ¿T-Te encuentras bien? ¡Por Dios que he salido a buscar ayuda y cuando vuelvo… te encuentro en la orilla, me alegra tanto!
- Eh… S-Si, Marcy, estoy bien – respondió Keilla, tosiendo todavía – ¿No viste como él me salvó? Ha estado genial. Nada muy bien, chico – volteó en dirección al joven rubio, sonriéndole de oreja a oreja antes de perder su amabilidad, tosiendo como una vieja con cáncer de pulmón.
- No, me di cuenta que te estabas ahogando y fui a buscar ayuda, pero no encontré a nadie. – y fue cuando entonces “se percató” de la presencia del muchacho, llevándose una mano al pecho para darle más realismo y teatralidad a la cosa – Gracias por salvar a mi amiga, ¿Cómo puedo recompensarte?
- Oh, genial… Tendré que lanzarme al agua para salvarla – dijo Marceline entre dientes, acomodándose el flequillo – , le voy a hacer pagar caro si se llega a arruinar mi ropa. ¡Que recién la he comprado, joder!
Se bajó de la roca con un brinco y se quitó el polvo de sus ropas, cuando empezó a caminar en dirección a donde escuchaba gritar a Keilla, hasta que se detuvo en seco al ver extrañadísima la escena: Un muchacho (buenmozo, por no decir otra cosa) con Keilla en brazos, mientras ella tosía para sacarse el agua de los pulmones… bueno, ella no es que importara mucho, lo que en realidad le impresionaba era el hecho de que un chico cualquiera haya aparecido de la nada y la salvara. Era momento para peinarse las cejas y que Marceline actuase.
Calentó rápidamente para fingir que llevaba marchando desde hace rato, y cuando empezó a correr en dirección a ellos, se encogió para disimular que estaba recuperando aire del cansancio.
- ¡K-Keilla! – exclamó, viendo a la otra vampiro con un ojo cerrado – ¿T-Te encuentras bien? ¡Por Dios que he salido a buscar ayuda y cuando vuelvo… te encuentro en la orilla, me alegra tanto!
- Eh… S-Si, Marcy, estoy bien – respondió Keilla, tosiendo todavía – ¿No viste como él me salvó? Ha estado genial. Nada muy bien, chico – volteó en dirección al joven rubio, sonriéndole de oreja a oreja antes de perder su amabilidad, tosiendo como una vieja con cáncer de pulmón.
- No, me di cuenta que te estabas ahogando y fui a buscar ayuda, pero no encontré a nadie. – y fue cuando entonces “se percató” de la presencia del muchacho, llevándose una mano al pecho para darle más realismo y teatralidad a la cosa – Gracias por salvar a mi amiga, ¿Cómo puedo recompensarte?
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Cuando baje de mis brazos a aquella chica con larga cabellera empezó a toser mucho puesto a que tenia agua en los pulmones ya que se estaba ahogando le volví a preguntar si estaba bien y ella asintió la cabeza y me dio las gracias.
-Que bueno que te vi pasando, no haba mucha gente cerca por aquí..., ten mas cuidado la próxima vez si?- Le dije con una sincera sonrisa, cuando puede escuchar una voz que gritaba keilla y pude ver al fondo una otra chica de cabello largo negro y piel pálida casi como ella.
Keilla...?, ¡Oh! debe ser el nombre de esta chica, pensé mientras la miraba y llevaba mis manos a la cintura, ¿Serian amigas?. Cuando llego la otra chica exhausta por correr una larga distancia y parecía preocupada por su amiga, una vez que terminaron su amiga me dio las gracias por salvarla y que como me podía recompensar.
-¡Oh! ¿Haci que tu eres su amiga? Deberías estar cerca de ella por se llegara pasar algo, pero bueno que se le hace- Le dije mientras me llevaba la mano derecha a la nuca - Mmmm... Recompensar..., creo que no hace falta, solo pase por que estaba haciendo ejercicio y la encontré- dijo un poco avergonzado con la mano en la nuca -Me llamo Kazuki, gusto en conocerlas, ¿que tal si descansamos un poco? tengo algo de tiempo así que podríamos platicar-
-Que bueno que te vi pasando, no haba mucha gente cerca por aquí..., ten mas cuidado la próxima vez si?- Le dije con una sincera sonrisa, cuando puede escuchar una voz que gritaba keilla y pude ver al fondo una otra chica de cabello largo negro y piel pálida casi como ella.
Keilla...?, ¡Oh! debe ser el nombre de esta chica, pensé mientras la miraba y llevaba mis manos a la cintura, ¿Serian amigas?. Cuando llego la otra chica exhausta por correr una larga distancia y parecía preocupada por su amiga, una vez que terminaron su amiga me dio las gracias por salvarla y que como me podía recompensar.
-¡Oh! ¿Haci que tu eres su amiga? Deberías estar cerca de ella por se llegara pasar algo, pero bueno que se le hace- Le dije mientras me llevaba la mano derecha a la nuca - Mmmm... Recompensar..., creo que no hace falta, solo pase por que estaba haciendo ejercicio y la encontré- dijo un poco avergonzado con la mano en la nuca -Me llamo Kazuki, gusto en conocerlas, ¿que tal si descansamos un poco? tengo algo de tiempo así que podríamos platicar-
Invitado- Invitado
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
- Oh, pero salvaste a mi amiga… Tengo que darte las gracias de alguna manera – respondió la vampiro con una sonrisa coqueta, jugueteando con uno de sus largos y oscuros mechones – Puedes pedir lo que gustes, que no te dé pena~ – le guiñó un ojo, aunque no parecía percatarse mucho de ello. Era despistado, pero eso no sería problema. Tarde o temprano estaría en las garritas traviesas de Marceline.
Ayudó a levantar a Keilla mientras el joven les ofrecía caminar a su lado, la vampiro de cabello levantado asintió varias veces, casi como si de un perrito se tratase (dígase porque la imbécil traía la lengua afuera y todo), y miró a su compañera en busca de su aprobación. Marceline le sonrió de oreja a oreja, cosa que fue suficiente respuesta para Keilla como para que terminara de incorporarse de un brinco y flotar sobre la cabeza del chico boca-abajo, mirándole desde las alturas.
- ¡Marcy! ¿Viste sus musculototototototes? – preguntó la vampiro alocada – ¡Creo que son del mismo tamaño que mi cabeza! – rió por su propio comentario, mientras la otra vampiro deseaba estamparle una sartén en toda la cara por hacerle pasar pena.
- Si, Keilla… los veo… – respondió Marceline tratando de no verse tan incómoda, queriendo desviar la atención del muchacho hacia ella cuando le sujetó con sumo cuidado de no incomodarle o sorprenderle su brazo – ¿Comenzamos? Oh, lo siento, no me he presentado todavía. Soy Marceline, es un placer – sonrió de oreja a oreja, mostrando un poco los colmillos.
Comenzaron a andar por la playa a orillas del mar, aunque Keilla obviamente se había propuesto el mantenerse lo más lejos posible de ella, así que se quedó al lado de Marceline para que Kazuki fuese el más cercano al agua. Ambas chicas parecían muy concentradas en admirar el cuerpazo de adonis de su compañero, aunque les hacía algo de gracia la carita de ángel que tenía, sobretodo Marceline, que prácticamente lo tenía de caza.
- Cuéntanos un poco de ti, Kazu~ – empezó la pelinegra, sonriéndole de la misma manera coqueta de antes – ¿A qué te dedicas?
Ayudó a levantar a Keilla mientras el joven les ofrecía caminar a su lado, la vampiro de cabello levantado asintió varias veces, casi como si de un perrito se tratase (dígase porque la imbécil traía la lengua afuera y todo), y miró a su compañera en busca de su aprobación. Marceline le sonrió de oreja a oreja, cosa que fue suficiente respuesta para Keilla como para que terminara de incorporarse de un brinco y flotar sobre la cabeza del chico boca-abajo, mirándole desde las alturas.
- ¡Marcy! ¿Viste sus musculototototototes? – preguntó la vampiro alocada – ¡Creo que son del mismo tamaño que mi cabeza! – rió por su propio comentario, mientras la otra vampiro deseaba estamparle una sartén en toda la cara por hacerle pasar pena.
- Si, Keilla… los veo… – respondió Marceline tratando de no verse tan incómoda, queriendo desviar la atención del muchacho hacia ella cuando le sujetó con sumo cuidado de no incomodarle o sorprenderle su brazo – ¿Comenzamos? Oh, lo siento, no me he presentado todavía. Soy Marceline, es un placer – sonrió de oreja a oreja, mostrando un poco los colmillos.
Comenzaron a andar por la playa a orillas del mar, aunque Keilla obviamente se había propuesto el mantenerse lo más lejos posible de ella, así que se quedó al lado de Marceline para que Kazuki fuese el más cercano al agua. Ambas chicas parecían muy concentradas en admirar el cuerpazo de adonis de su compañero, aunque les hacía algo de gracia la carita de ángel que tenía, sobretodo Marceline, que prácticamente lo tenía de caza.
- Cuéntanos un poco de ti, Kazu~ – empezó la pelinegra, sonriéndole de la misma manera coqueta de antes – ¿A qué te dedicas?
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Antes de empezar caminar por la orilla de la playa yo mas cerca para evitar de que vuelva a pasar otra cosa no deseada, estuvimos hablando sobre mi "recompensa" por haber salvado a Keilla. "Puedes pedir lo que gustes" digo la chica de cabello negro. -Pues la verdad no hay nada que realmente necesita o quiera en este momento, déjame pensarlo y te lo diré mas tarde- Le dije con una sonrisa.
Las empece a ver de arriba para abajo y halle muchas similitudes no me sorprendería si fueran familia cuando me percate de lo que estaban hablando, me sentí elogiado al ver que decían de mis músculos eran igual de grandes que una cabeza y mi condición física. Solté una pequeña risa y dije -¿Curiosidad? ¡no tienes porque!, toca- flexione mi brazo para que Keilla pudiera tocarlo y sentí como la otra chica tocaba mi otro brazo, por lo que la mire, le sonreí y flexione los 2 brazos.
Empezamos a caminar por la playa cuando la chica de pelo negro se presento con el nombre Marceline un nombre que nunca había escuchado pero le quedaba perfectamente,cuando Keilla pego un brinco y comenzó a volar a lado mio. -¡¿Eh?!, ¿Vuelan? ¡es impresionante!- dije mirándolas con curiosidad
no teníamos mucho de que hablar así que empezamos con lo normal, termino por preguntarme a que me dedica y como ya no trabajaba de forma continua en mi trabajo por los estudios le dije. -Voy a la escuela Musette, estoy en 3 grado, y tengo un pequeño trabajo de obrero cargando y transportando cosas aunque últimamente me concentro mas en los estudios- dije a lo que después pregunte -Y ustedes..., disculpen por la pregunta..., pero.... ¿no son humanas o si?-. Dije con la mano en la nuca y sonriendo con pena
Las empece a ver de arriba para abajo y halle muchas similitudes no me sorprendería si fueran familia cuando me percate de lo que estaban hablando, me sentí elogiado al ver que decían de mis músculos eran igual de grandes que una cabeza y mi condición física. Solté una pequeña risa y dije -¿Curiosidad? ¡no tienes porque!, toca- flexione mi brazo para que Keilla pudiera tocarlo y sentí como la otra chica tocaba mi otro brazo, por lo que la mire, le sonreí y flexione los 2 brazos.
Empezamos a caminar por la playa cuando la chica de pelo negro se presento con el nombre Marceline un nombre que nunca había escuchado pero le quedaba perfectamente,cuando Keilla pego un brinco y comenzó a volar a lado mio. -¡¿Eh?!, ¿Vuelan? ¡es impresionante!- dije mirándolas con curiosidad
no teníamos mucho de que hablar así que empezamos con lo normal, termino por preguntarme a que me dedica y como ya no trabajaba de forma continua en mi trabajo por los estudios le dije. -Voy a la escuela Musette, estoy en 3 grado, y tengo un pequeño trabajo de obrero cargando y transportando cosas aunque últimamente me concentro mas en los estudios- dije a lo que después pregunte -Y ustedes..., disculpen por la pregunta..., pero.... ¿no son humanas o si?-. Dije con la mano en la nuca y sonriendo con pena
Invitado- Invitado
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Era difícil no reírse de la ingenuidad de su nuevo acompañante, ¡Miren nada más la carita que había puesto cuando se dio cuenta que Keilla flotaba sobre su cabeza! Se mordió el labio para que no se percatara de sus ganas de burlarse, mirando hacia otro lado hasta que se tranquilizara y volviera a su onda coqueta de siempre. Su compañera parecía hacer lo mismo, pero ella no se molestó en disimular cuando sonrió de oreja a oreja y mostró los colmillos, hasta que se incorporó con Marceline para asentir numerosas veces ante la pregunta de su compañera vampiro.
«Así que efectivamente, es un niño…» dijo para sus adentros, cuando escuchó nuevamente el nombre de la Escuela Musette. «¿Qué demonios le habrán puesto sus padres para tenerlo así? ¿Testosterona líquida con Metadrol en el desayuno?» se preguntó, sonriendo ladina por su propio chiste. Keilla, como era de esperarse, saltó con su gran imprudencia a responder las preguntas de Kazuki:
- ¡SOMOS VAMPIROOOOOOOS! – gritó, volviéndose a poner sobre el chico para quedarse de cabeza y mostrar sus colmillos con una mueca sumamente espeluznante… que más bien parecía la que se le hacían a los bebés para que rieran, pero eso ya era cosa de Keilla.
Marceline resopló, sintiendo que la vampiro estaba atrayendo toda la atención de su acompañante cuando se supone que la idea de acompañarlo era que se centrara en Marceline. Es decir, ¿Quién podría ignorarla siendo tan guapa?
- Si bueno, la verdad es que siendo o no vampiros la gente de aquí no ser sorprende mucho por eso – corrió a responder la vampiro, mostrando los colmillos con una mueca torcida de sus labios mientras desviaba la mirada para hacerse la interesante – , es decir, casi parece que están acostumbrados a ver criaturas así yendo al mismo baño. Le quita la diversión de cuando se asustaban por ver largos colmillos y ojos rojos – volvió la vista hacia Kazuki, mirándole directamente a los ojos con sus grandes orbes oscuros, que aunque se mostraran sanguinarios por su brillante color rojo, había un brillito en ellos que hacían relucir la ironía de sus palabras – Tú tampoco es que estés muy sorprendido, ¿Verdad? Apuesto que habías visto otros vampiros por aquí, aunque tal vez no tan divertidas como nosotras – le guiñó un ojo, volviendo la mirada hacia Keilla.
- ¡Claro que no! ¡No hay otras como nosotras! ¡Vamos a jugar a algo! ¡IRÉ A BUSCAR UN PALO! – respondió Keilla, y sin darles tiempo para responder, se lanzó a la arena y fue a correr en cuatro patas al infinito y más allá, aullando como si fuera un lobo a media noche.
- Keilla es… especial… – volvió a decir Marceline, mirando extrañadísima cómo la otra vampiro se alejaba.
«Así que efectivamente, es un niño…» dijo para sus adentros, cuando escuchó nuevamente el nombre de la Escuela Musette. «¿Qué demonios le habrán puesto sus padres para tenerlo así? ¿Testosterona líquida con Metadrol en el desayuno?» se preguntó, sonriendo ladina por su propio chiste. Keilla, como era de esperarse, saltó con su gran imprudencia a responder las preguntas de Kazuki:
- ¡SOMOS VAMPIROOOOOOOS! – gritó, volviéndose a poner sobre el chico para quedarse de cabeza y mostrar sus colmillos con una mueca sumamente espeluznante… que más bien parecía la que se le hacían a los bebés para que rieran, pero eso ya era cosa de Keilla.
Marceline resopló, sintiendo que la vampiro estaba atrayendo toda la atención de su acompañante cuando se supone que la idea de acompañarlo era que se centrara en Marceline. Es decir, ¿Quién podría ignorarla siendo tan guapa?
- Si bueno, la verdad es que siendo o no vampiros la gente de aquí no ser sorprende mucho por eso – corrió a responder la vampiro, mostrando los colmillos con una mueca torcida de sus labios mientras desviaba la mirada para hacerse la interesante – , es decir, casi parece que están acostumbrados a ver criaturas así yendo al mismo baño. Le quita la diversión de cuando se asustaban por ver largos colmillos y ojos rojos – volvió la vista hacia Kazuki, mirándole directamente a los ojos con sus grandes orbes oscuros, que aunque se mostraran sanguinarios por su brillante color rojo, había un brillito en ellos que hacían relucir la ironía de sus palabras – Tú tampoco es que estés muy sorprendido, ¿Verdad? Apuesto que habías visto otros vampiros por aquí, aunque tal vez no tan divertidas como nosotras – le guiñó un ojo, volviendo la mirada hacia Keilla.
- ¡Claro que no! ¡No hay otras como nosotras! ¡Vamos a jugar a algo! ¡IRÉ A BUSCAR UN PALO! – respondió Keilla, y sin darles tiempo para responder, se lanzó a la arena y fue a correr en cuatro patas al infinito y más allá, aullando como si fuera un lobo a media noche.
- Keilla es… especial… – volvió a decir Marceline, mirando extrañadísima cómo la otra vampiro se alejaba.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Con que vampiros ehhhhh, esa fue la respuesta a mi pregunta de quienes eran esas señoritas y la verdad era la respuesta mas convincente puesto a sus colmillos y la mordida en el cuello, apesar de la respuesta, no estaba tan impresionado, estaba mas... feliz? de que hubiera alguien "especial" aparte de mi.
Estuvimos conversando un buen rato cuando dijo que era común ver criaturas o personas extrañas por esta ciudad, yo no lo sabia puesto que había llegado a esta ciudad no hace mucho. Cuando dijo que no estaba tan impresionado por verlas, porque probablemente ya allá visto vampiros le conteste.
-La verdad es que no, Keilla tiene razón Marceline ustedes son las primeras vampiro y criaturas extrañas que veo en la ciudad- Dije mientras Keilla corría en 4 patas por un palo -Si... muy diferente- Dije con una cara decepción mientras la veía correr.
-Sin embargo no estoy impresionado, porque me alegra saber que alguien es como yo, aunque no sea un vampiro tengo poderes- Le dije mirándola a los ojos, mire a mi alrededor donde encontré una piedra muy grande, de esas que parecen que están incorporadas a la playa, me acerque y con las 2 manos la levante, para luego solo sostenerla con una mano
Estuvimos conversando un buen rato cuando dijo que era común ver criaturas o personas extrañas por esta ciudad, yo no lo sabia puesto que había llegado a esta ciudad no hace mucho. Cuando dijo que no estaba tan impresionado por verlas, porque probablemente ya allá visto vampiros le conteste.
-La verdad es que no, Keilla tiene razón Marceline ustedes son las primeras vampiro y criaturas extrañas que veo en la ciudad- Dije mientras Keilla corría en 4 patas por un palo -Si... muy diferente- Dije con una cara decepción mientras la veía correr.
-Sin embargo no estoy impresionado, porque me alegra saber que alguien es como yo, aunque no sea un vampiro tengo poderes- Le dije mirándola a los ojos, mire a mi alrededor donde encontré una piedra muy grande, de esas que parecen que están incorporadas a la playa, me acerque y con las 2 manos la levante, para luego solo sostenerla con una mano
Invitado- Invitado
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Rió suavemente, todavía con esa sonrisa coqueta, al ver la expresión del muchacho cuando Keilla se había marchado. Aprovechando que por fin estaban a solas, era momento de hacer una movida Marceline. Se apegó a su brazo, tratando de mostrar interés en todo lo que decía mientras que de paso usaba la táctica de las pestañas coquetas, esas nunca pasan de moda. Cuando el joven había hablado de que también poseía “poderes” (no sin antes mirarle fugazmente de mala gana cuando le dijo que era extraña. Ella prefería el término “única y especial” aunque supo disimular su molestia), se separó de las garras de Marceline, haciéndole de cruzar de brazos, para caminar con él en dirección a la enorme roca que estaba no muy lejos de ellos.
Vale, no debió sorprenderse tanto como lo hizo al ver que el muchacho levantaba la roca como si tuviera una pluma entre los dedos, tal y como lo había hecho. Es decir, ¡Miren esos musculotes! Era obvio que podría hacerlo, pero nada más porque se tratara de un humano… No tan humano tal vez, puesto que decía tener habilidades que, más que comprobado, no eran de una persona normal.
- ¡¿Cómo es que puedes hacer eso?! – exclamó la vampiro, vistiendo su sorpresa con admiración para acercarse más plenamente a la escena y asegurarse de que de verdad fuera obra de sus músculos, y no de una máquina que escondía atrás en sus espaldas o algo por el estilo – ¡Eres impresionante, Kazu! – exclamó la vampiro, sujetando la roca desde el otro extremo a ver si podía hacer lo mismo. Técnicamente, si podría porque al ser vampiro tenía bastante fuerza, pero al ver el tamaño de esa cosa… mejor seguir haciéndose la damita delicada a ver si se ganaba al fortachón de Jojo.
Vale, no debió sorprenderse tanto como lo hizo al ver que el muchacho levantaba la roca como si tuviera una pluma entre los dedos, tal y como lo había hecho. Es decir, ¡Miren esos musculotes! Era obvio que podría hacerlo, pero nada más porque se tratara de un humano… No tan humano tal vez, puesto que decía tener habilidades que, más que comprobado, no eran de una persona normal.
- ¡¿Cómo es que puedes hacer eso?! – exclamó la vampiro, vistiendo su sorpresa con admiración para acercarse más plenamente a la escena y asegurarse de que de verdad fuera obra de sus músculos, y no de una máquina que escondía atrás en sus espaldas o algo por el estilo – ¡Eres impresionante, Kazu! – exclamó la vampiro, sujetando la roca desde el otro extremo a ver si podía hacer lo mismo. Técnicamente, si podría porque al ser vampiro tenía bastante fuerza, pero al ver el tamaño de esa cosa… mejor seguir haciéndose la damita delicada a ver si se ganaba al fortachón de Jojo.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Se aferro a mi brazo mientras caminábamos hacia la roca que iba a levantar, y era obvio que sentía interés por mi y por mi cuerpo lo cual solo termino por estimularme mas, después de decir sobre mis poderes cargue la piedra sin ningún problema mientras le "presumía" y sonreía a Marceline.
Me sentía alagado y se notaba ya que me sonroje un poco cuando Marceline me alagaba y me decía que era sorprendente, aunque como ella era un vampiro seguramente tenia poderes parecidos al mio. -Basta Marceline, solo me alagas y me haces ¡mas fuerte!- dije sonrojado y con una mano en la nuca mientras colocaba la piedra de nuevo en la arena y la rompí en 2 al pegarle con una mano, voltee para ver a Marceline con una sonrisa.
-¿Que como lo hago?- le dice mientras se sienta en una mitad de la piedra y mira al cielo como si estuviera recordando el pasado -A pesar de que era humano nunca fui de este mundo, yo soy de Fahrmann mi país natal, yo era el príncipe de aquel reino hasta que mis padres me entregaron este colla que resulto estar maldito, aunque yo nunca lo vi como una maldición sino como un don-
Me sentía alagado y se notaba ya que me sonroje un poco cuando Marceline me alagaba y me decía que era sorprendente, aunque como ella era un vampiro seguramente tenia poderes parecidos al mio. -Basta Marceline, solo me alagas y me haces ¡mas fuerte!- dije sonrojado y con una mano en la nuca mientras colocaba la piedra de nuevo en la arena y la rompí en 2 al pegarle con una mano, voltee para ver a Marceline con una sonrisa.
-¿Que como lo hago?- le dice mientras se sienta en una mitad de la piedra y mira al cielo como si estuviera recordando el pasado -A pesar de que era humano nunca fui de este mundo, yo soy de Fahrmann mi país natal, yo era el príncipe de aquel reino hasta que mis padres me entregaron este colla que resulto estar maldito, aunque yo nunca lo vi como una maldición sino como un don-
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Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Sin duda ese muchacho era alguien singular, ¿Qué otras cosas tendría ese chico consigo? Sonriendo de oreja a oreja, viendo cómo el muchacho se ruborizaba, haciendo que la vampiro riera con una mezcla de complicidad y picardía. Se sentó en el aire para ver cómo Kazuki proseguía a destruir la roca como si de una simple hoja se tratase, mirándolo con los ojos bien abiertos mientras que aplaudía y exclamaba un larguísimo “¡Ooooh!” que sólo servía para avergonzar más a su compañero.
- ¡Vaya! ¿Así que vienes de otro mundo, Kazuki? – preguntó, acercándose al chico dando un par de vueltas en el aire para ponerse de puntillas sobre la roca, inclinándose hacia él con las manos atrás en un gesto supuestamente inocente – ¿Príncipe y todo, eh? Debiste tener muchas chicas a tu alrededor siendo tan guapo – rió, estirándole una de sus mejillas con suavidad como si de un crío se tratase. En el fondo sabía que lo era, de no ser por la alta declaración de testosterona en sus pectorales de macho ibérico, podría comérselo a besos como si de una criaturita se tratase… Literalmente.
Volvió a ponerse de pie para bajar de la roca con un saltito, todavía manteniendo sus brazos atrás para mirarle por encima del hombro con el mismo gesto risueño. Miró a ambos lados, esperando que Keilla no se apareciera siendo tan inoportuna como siempre. No sabía si había llegado hasta casa para buscar un palo, dado que cerca del hotel donde estaban había un árbol de manzanas… Marceline reflexionó un poco sobre eso, era más que claro que Keilla había ido a por una rama de ese árbol.
- Bueno, ¿Por qué no me cuentas un poco más sobre tu país natal y tu reino y el collar maldito del que me hablaste? ¿Será que puedo verlo? – preguntó, haciéndole esas pestañitas inocentes que las chicas usaban para manipular a los hombres.
Se acercó hasta Kazuki para volver a sujetarle del brazo, haciendo que dos de sus dedos caminaran por lo largo de sus músculos hasta llegar al hombro, haciendo que la vampiro recostara la cabeza mientras le sonreía con toda la inocencia que podía reflejar una criatura de la noche como lo era Marceline.
- A cambio, yo puedo contarte un poco sobre la NightOsphere, ¿Te parece un trato justo? – sonrió, mostrando los colmillos.
- ¡Vaya! ¿Así que vienes de otro mundo, Kazuki? – preguntó, acercándose al chico dando un par de vueltas en el aire para ponerse de puntillas sobre la roca, inclinándose hacia él con las manos atrás en un gesto supuestamente inocente – ¿Príncipe y todo, eh? Debiste tener muchas chicas a tu alrededor siendo tan guapo – rió, estirándole una de sus mejillas con suavidad como si de un crío se tratase. En el fondo sabía que lo era, de no ser por la alta declaración de testosterona en sus pectorales de macho ibérico, podría comérselo a besos como si de una criaturita se tratase… Literalmente.
Volvió a ponerse de pie para bajar de la roca con un saltito, todavía manteniendo sus brazos atrás para mirarle por encima del hombro con el mismo gesto risueño. Miró a ambos lados, esperando que Keilla no se apareciera siendo tan inoportuna como siempre. No sabía si había llegado hasta casa para buscar un palo, dado que cerca del hotel donde estaban había un árbol de manzanas… Marceline reflexionó un poco sobre eso, era más que claro que Keilla había ido a por una rama de ese árbol.
- Bueno, ¿Por qué no me cuentas un poco más sobre tu país natal y tu reino y el collar maldito del que me hablaste? ¿Será que puedo verlo? – preguntó, haciéndole esas pestañitas inocentes que las chicas usaban para manipular a los hombres.
Se acercó hasta Kazuki para volver a sujetarle del brazo, haciendo que dos de sus dedos caminaran por lo largo de sus músculos hasta llegar al hombro, haciendo que la vampiro recostara la cabeza mientras le sonreía con toda la inocencia que podía reflejar una criatura de la noche como lo era Marceline.
- A cambio, yo puedo contarte un poco sobre la NightOsphere, ¿Te parece un trato justo? – sonrió, mostrando los colmillos.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Edad : 25
Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Terminando de contar mi pasado Marceline empezó hacerme unas pocas preguntas de curiosidad propia, al decir que tendría muchas personas sobre todo chicas por mi condición baje la mirada un poco al piso y dije con una pequeña sonrisa -La verdad es que nunca tuve mucha comunicación con otras personas que no estuvieran en el castillo, mis padres me prohibieron salir del castillo por mis poderes y por mi reputación-
-Aunque cuando me escapaba podía ir a conocer a la gente gente, pero era niño en ese entonces, no tenia esta apariencia- Dijo riendo un poco, para quitar un poco el mal momento, me jalo con cuidado una mejilla lo cual me ayudo a sonreír, empezó a rondar por mis lados hasta que decidió sentarse en una roca a mi lado, entonces me propuso contar un poco de como era mi país natal y el collar maldito y ella me hablaría sobre la NightOsphere, me preguntaba si ese era su hogar puesto que los vampiros no son originarios de la tierra que yo sepa. Agarro mi brazo, y empezó sus dedos empezaron a "caminar" en mi brazo mientras se recostaba en mi hombre y haciéndome unos ojos, lo cual hicieron recuperar mi estado de animo y ponerme de nuevo ruborizado/vigorizado.
-Pues veras, Fahrmann era un país muy colorido en todos los sentidos era famoso por sus grandes campos verdes y llenos de flores y enormes cascadas que dcsendian en los lagos y ríos, la gente a menudo hacían fiestas y celebraban con música, todos bastantes unidos y es un lugar bastante seguro- Le dije mientras la miraba acostada en mi hombro y sentía como apretaba mi brazo. -Sobre el collar..., En Fahrmann era tradición de la realeza regalar una joya o cristal a los nuevos miembros de la familia, a mi me dieron una joya que había pasado de generación en generación, el ambar en Fahrmann era signo de la fortaleza y como era el primer niño de la familia querían algo especial, por lo que fueron a sumergirlo en unas aguas espirituales de las 12 cascadas de Fahrmann, la cascada tauro, signo de la fuerza y fortaleza en Fahrmann fue la que escoguieron, y disen que alponermelo de bebe empezo a brillar el ambar y luego se apago, al poco rato empeze a usar mis poderes como si nada y esa es la historia segun mis padres-
Le dije mientras miraba el ambar en mi cuello, me pregunto que si podía ver mi collar, a lo cual le respondí con un si, no podía pasar nada porque los poderes estaban en mi, ya no en el collar y solo ha brillado con migo, me lo quite y se lo di en la mano. -Ya hablamos mucho sobre mi, ¿que tal tu?, cuéntame sobre NightOsphere-
-Aunque cuando me escapaba podía ir a conocer a la gente gente, pero era niño en ese entonces, no tenia esta apariencia- Dijo riendo un poco, para quitar un poco el mal momento, me jalo con cuidado una mejilla lo cual me ayudo a sonreír, empezó a rondar por mis lados hasta que decidió sentarse en una roca a mi lado, entonces me propuso contar un poco de como era mi país natal y el collar maldito y ella me hablaría sobre la NightOsphere, me preguntaba si ese era su hogar puesto que los vampiros no son originarios de la tierra que yo sepa. Agarro mi brazo, y empezó sus dedos empezaron a "caminar" en mi brazo mientras se recostaba en mi hombre y haciéndome unos ojos, lo cual hicieron recuperar mi estado de animo y ponerme de nuevo ruborizado/vigorizado.
-Pues veras, Fahrmann era un país muy colorido en todos los sentidos era famoso por sus grandes campos verdes y llenos de flores y enormes cascadas que dcsendian en los lagos y ríos, la gente a menudo hacían fiestas y celebraban con música, todos bastantes unidos y es un lugar bastante seguro- Le dije mientras la miraba acostada en mi hombro y sentía como apretaba mi brazo. -Sobre el collar..., En Fahrmann era tradición de la realeza regalar una joya o cristal a los nuevos miembros de la familia, a mi me dieron una joya que había pasado de generación en generación, el ambar en Fahrmann era signo de la fortaleza y como era el primer niño de la familia querían algo especial, por lo que fueron a sumergirlo en unas aguas espirituales de las 12 cascadas de Fahrmann, la cascada tauro, signo de la fuerza y fortaleza en Fahrmann fue la que escoguieron, y disen que alponermelo de bebe empezo a brillar el ambar y luego se apago, al poco rato empeze a usar mis poderes como si nada y esa es la historia segun mis padres-
Le dije mientras miraba el ambar en mi cuello, me pregunto que si podía ver mi collar, a lo cual le respondí con un si, no podía pasar nada porque los poderes estaban en mi, ya no en el collar y solo ha brillado con migo, me lo quite y se lo di en la mano. -Ya hablamos mucho sobre mi, ¿que tal tu?, cuéntame sobre NightOsphere-
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Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
De no tener ese cuerpazo de modelo de esteroides, lo habría abrazado cual peluche hasta escuchar que sus huesos se quebraban, aunque en este caso podría llegar a ser al revés. Aferrándose al brazo Kazuki como si no hubiera mañana, asintió varias veces mientras escuchaba sobre ese mundo lleno de flores y cosas rosas de lo que parecía estar hecho "Fahrmann". Seguro y a Keilla le gustaba para comerse algunas margaritas. Asumiendo que él era el chiquillo de la historia, lo miró de pies a cabeza mientras asentía con una expresión de “Nada mal”, detallando su musculatura y complexión. Si, definitivamente un collar maldito era una buena receta para aumentar el nivel de glúteos.
Con el pequeño collar entre manos, sus ojos brillaron con cierta codicia, como si se le antojara salir corriendo para jamás devolvérselo. Después de imaginarse a sí misma con la misma musculatura que el chico, pasó totalmente de esa idea codiciosa. ¿Se imaginan a Marceline como una de esas modelos súper “esterotizadas” que salían en los programas de deporte? Pff, pasaba de eso. Le gustaba verse menuda pero como una dama. Además, si quería parecer un mastodonte, para eso tenía su forma de murciélago demoniaco. Le devolvió el collar de ámbar, colgándolo en su cuello mientras flotaba frente a él, mirándolo a los ojos con una sonrisa burlona aprovechándose de la cercanía de sus rostros.
Le estiró una mejilla, guiñándole un ojo antes de volver a caer a la arena limpiamente con los pies, cruzando los brazos por detrás de su espalda, mirándole con la cabeza ladeada:
- Bueno, la NightOsphere es algo así como una dimensión alterna, llena de demonios y criaturas oscuras – empezó, dándole la espalda para caminar de una manera bastante cómica, acompañando el tono de voz como si estuviera contándole sobre una tierra tan fabulosa como Fahrmann – Allí hay todo tipo de monstruos y bestias salvajes. Es una tierra donde el cielo siempre es de color rojo y hay lava y fuego por todos lados. ¡Pero que eso no te altere! Tienen casas y cosas que comer, como carne humana y todo eso – se giró para mirar la expresión de su compañero, guiñándole un ojo – Para tu fortuna, yo dejé de beber sangre humana desde el siglo XVIII, dedicándome a una saludable dieta a base de rojo.
Para explicarle mejor de lo que hablaba, tomó la coleta que mantenía controlada su gran melena y se soltó el cabello, dejando salir a la enorme bestia que era conocido como la larga cabellera de Marceline. Con el pequeño objeto entre sus dedos, con un vívido color rojo que hacía juego a su ropa, lo acercó a sus colmillos para así extraer el color de la goma, volviéndolo una cola de color blanco. Alzó los hombros, moviendo sus manos y soltando un “Ta-da” mientras volvía a arreglarse el cabello.
Con el pequeño collar entre manos, sus ojos brillaron con cierta codicia, como si se le antojara salir corriendo para jamás devolvérselo. Después de imaginarse a sí misma con la misma musculatura que el chico, pasó totalmente de esa idea codiciosa. ¿Se imaginan a Marceline como una de esas modelos súper “esterotizadas” que salían en los programas de deporte? Pff, pasaba de eso. Le gustaba verse menuda pero como una dama. Además, si quería parecer un mastodonte, para eso tenía su forma de murciélago demoniaco. Le devolvió el collar de ámbar, colgándolo en su cuello mientras flotaba frente a él, mirándolo a los ojos con una sonrisa burlona aprovechándose de la cercanía de sus rostros.
Le estiró una mejilla, guiñándole un ojo antes de volver a caer a la arena limpiamente con los pies, cruzando los brazos por detrás de su espalda, mirándole con la cabeza ladeada:
- Bueno, la NightOsphere es algo así como una dimensión alterna, llena de demonios y criaturas oscuras – empezó, dándole la espalda para caminar de una manera bastante cómica, acompañando el tono de voz como si estuviera contándole sobre una tierra tan fabulosa como Fahrmann – Allí hay todo tipo de monstruos y bestias salvajes. Es una tierra donde el cielo siempre es de color rojo y hay lava y fuego por todos lados. ¡Pero que eso no te altere! Tienen casas y cosas que comer, como carne humana y todo eso – se giró para mirar la expresión de su compañero, guiñándole un ojo – Para tu fortuna, yo dejé de beber sangre humana desde el siglo XVIII, dedicándome a una saludable dieta a base de rojo.
Para explicarle mejor de lo que hablaba, tomó la coleta que mantenía controlada su gran melena y se soltó el cabello, dejando salir a la enorme bestia que era conocido como la larga cabellera de Marceline. Con el pequeño objeto entre sus dedos, con un vívido color rojo que hacía juego a su ropa, lo acercó a sus colmillos para así extraer el color de la goma, volviéndolo una cola de color blanco. Alzó los hombros, moviendo sus manos y soltando un “Ta-da” mientras volvía a arreglarse el cabello.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
Marceline cada vez mas aferrada a mi brazo, o mas bien no solo el brazo, sino todo mi cuerpo, me empezó a contar sobre su tierra natal "NightOsphere" mientras volaba para ponerme el collar al cual agradecí con una sonrisa. Decía que había muchos demonios y oscuridad, fuego y demonio, todo lo contrario a Fahrmann...¡Todo bien!
Escuche con curiosidad la descripción de su mundo, puesto que era muy diferente a como la pensaba, al llegar a la parte de la comida, aunque era de esperarse que sea... humanos, reaccione con una cara de desgrado, pero con una sonrisa dando a expresar que era algo incomodo.
-¿Oh así que succionas el color rojo?, que curioso...- Dije quedándome mirándole a los ojos, me levante de la piedra que había roto y me sacudí y sin darnos cuenta ya esta ocultándose el sol, mirándolo por su belleza dije -Pues yo apezar de ser de otro mundo, como lo mismo que todos- dije dando una pequeña risa
-Oh!, ahora que lo pienso hace horas que no aparece Keilla..., ¿deberíamos ir a buscarla?-
Escuche con curiosidad la descripción de su mundo, puesto que era muy diferente a como la pensaba, al llegar a la parte de la comida, aunque era de esperarse que sea... humanos, reaccione con una cara de desgrado, pero con una sonrisa dando a expresar que era algo incomodo.
-¿Oh así que succionas el color rojo?, que curioso...- Dije quedándome mirándole a los ojos, me levante de la piedra que había roto y me sacudí y sin darnos cuenta ya esta ocultándose el sol, mirándolo por su belleza dije -Pues yo apezar de ser de otro mundo, como lo mismo que todos- dije dando una pequeña risa
-Oh!, ahora que lo pienso hace horas que no aparece Keilla..., ¿deberíamos ir a buscarla?-
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Re: {L} ¿No que el sol mataba a los vampiros?
- Si, así es. Naaaaada de sangre, sólo una dieta de limpio y saludable color rojo – dijo entre risas, haciendo como si bajara unas escaleras invisibles mientras flotaba para volver al suelo, con ambas manos extendidas para ayudar a su sarcasmo – , pero no te voy a mentir: Hay días en los que me gustaría volver a los viejos tiempos, de probar sangre humana y ver que todos corren… ¿Tú no? – sonrió, haciendo que sus ojos se volvieran completamente rojos y sus colmillos se extendieran por un breve segundo para gruñirle por lo bajo, como si le pareciera apetitoso. Al parpadear nuevamente, había vuelto a ser la chica de ojos brillantes y menos sanguinarios, sonriéndole ladina.
Ciertamente, no se había dado cuenta que el rato había pasado y estaba atardeciendo. ¿Qué esperaban? Charlar con un chico apuesto pero extrañamente ingenuo a pesar de su musculatura como él hacía volar el tiempo como no tienen idea, así como también las ganas de ver si podría hacer algo divertido con el “pequeño” Kazuki que no fuera estrujar sus mejillas por toda la eternidad. Caminó hacia la orilla de la playa para mirar hacia la lejanía, haciéndose una sombrita para los ojos con la mano en su frente mientras achinaba los ojos, esperando a encontrar la figura de Keilla correteando de vuelta.
Suspiró, torciendo el gesto. Era obvio que la chica no volvería, probablemente se haya vuelto a ahogar en el mar y ni pendiente, así que, dolorosamente, le tenía que dar la razón a Kazuki. Dio unos pasos adelante, haciendo un gesto con su mano hacia su compañero para que la siguiera, esperando a dar con la vampiro pronto. En el fondo agradecía que el sol se estuviera poniendo, ya había recibido demasiado sol y sentía que se quemaba, pero la enorme muralla que era Kazuki le ayudó a mantenerse en una sombra que no la cocinara demasiado. Cuando finalmente estaba a punto de caer la noche, escuchó algo como un chapoteo, y después de eso, el aullido de algo como un lobo que peleaba por su vida para no bañarse.
- Toda tuya, compañero – dijo a Kazuki, sonriéndole a medio lado – . Como dudo que vayas a poder ver con la poca luz que queda, me quedaré de pie justo donde se está ahogando, pero de allí no podré hacer más. – alzó los hombros, y como dijo, se separó aún más de la arena para flotar por encima del agua, poniéndose justo debajo de donde parecía emerger unas burbujitas que debía ser Keilla, peleando desde hace rato por no ahogarse.
Sin embargo, con lo que no contaba la vampiro es que la chica de cabello afro se aferrara a su talón, haciéndole abrir los ojos de golpe para mirar hacia abajo y, súbitamente, ella también estuviera sumergida en el agua, peleándose no con la idea de ahogarse, sino con la idiota de Keilla que la usaba de escalera para ver si podría volver a la superficie mientras Marceline peleaba porque la dejara en paz.[/color]
Ciertamente, no se había dado cuenta que el rato había pasado y estaba atardeciendo. ¿Qué esperaban? Charlar con un chico apuesto pero extrañamente ingenuo a pesar de su musculatura como él hacía volar el tiempo como no tienen idea, así como también las ganas de ver si podría hacer algo divertido con el “pequeño” Kazuki que no fuera estrujar sus mejillas por toda la eternidad. Caminó hacia la orilla de la playa para mirar hacia la lejanía, haciéndose una sombrita para los ojos con la mano en su frente mientras achinaba los ojos, esperando a encontrar la figura de Keilla correteando de vuelta.
Suspiró, torciendo el gesto. Era obvio que la chica no volvería, probablemente se haya vuelto a ahogar en el mar y ni pendiente, así que, dolorosamente, le tenía que dar la razón a Kazuki. Dio unos pasos adelante, haciendo un gesto con su mano hacia su compañero para que la siguiera, esperando a dar con la vampiro pronto. En el fondo agradecía que el sol se estuviera poniendo, ya había recibido demasiado sol y sentía que se quemaba, pero la enorme muralla que era Kazuki le ayudó a mantenerse en una sombra que no la cocinara demasiado. Cuando finalmente estaba a punto de caer la noche, escuchó algo como un chapoteo, y después de eso, el aullido de algo como un lobo que peleaba por su vida para no bañarse.
- Toda tuya, compañero – dijo a Kazuki, sonriéndole a medio lado – . Como dudo que vayas a poder ver con la poca luz que queda, me quedaré de pie justo donde se está ahogando, pero de allí no podré hacer más. – alzó los hombros, y como dijo, se separó aún más de la arena para flotar por encima del agua, poniéndose justo debajo de donde parecía emerger unas burbujitas que debía ser Keilla, peleando desde hace rato por no ahogarse.
Sin embargo, con lo que no contaba la vampiro es que la chica de cabello afro se aferrara a su talón, haciéndole abrir los ojos de golpe para mirar hacia abajo y, súbitamente, ella también estuviera sumergida en el agua, peleándose no con la idea de ahogarse, sino con la idiota de Keilla que la usaba de escalera para ver si podría volver a la superficie mientras Marceline peleaba porque la dejara en paz.[/color]
Última edición por Marceline el Jue Dic 10, 2015 12:56 am, editado 1 vez
Marceline- Ocupación : Vocalista
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