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{L} That it's a thriller, thriller night!
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{L} That it's a thriller, thriller night!
- Spoiler:
- Éste tema es la continuación de éste tema. Dado a que la usuaria con la que roleaba se ha ausentado/marchado del foro, no quisiera dejar a la mitad la idea que tenía con éste post, así que, cualquier interesado, es bienvenido<3
- Espera, ¿Vamos al cuarto de la morgue? – preguntó Marceline, un poco extrañada. Se detuvo a medio camino mientras miraba a Bongo con una cara de “¿Qué demonios te pasa?”.
- Eh… ¿Si? ¿Hay algún problema con eso? – respondió Bongo, devolviéndole la mirada con algo parecido a “Si pos… ¿No era esa la idea?”
- ¿Qué demonios vamos a hacer metidos en el cuarto de la morgue? Es decir, ese cuarto huele a carroña pura. Sabes que mi nariz es muy sensible y primero tengo que llevar a la niña esta a la sali… – pero cuando había volteado, la chiquilla Sasha, la pseudo-estilita de la que hablaba, ya se había marchado – … Mira, la espantaste con tu fealdad.
- ¡¿Eh?! – de no ser transparente y azul, Marceline pudo haber jurado haber visto a Bongo sonrojarse.
- En fin. Dame 5 para poder buscarla, o a mi ropa. Los trajes de enfermeran dan comezón en el trasero.
La muchacha giró sobre sus talones y empezó a caminar a zancadas en dirección opuesta, haciéndole una seña con la mano a Bongo de que volvería en unos cinco minutos. El fantasma no pensaba reclamarle, pero sí se quedó cortado cuando estaba a punto de abrir la puerta y enseñarle el maravilloso mundo de la morgue.
Marceline llegó hasta la zona central del pasillo, viendo cómo todo se movía a su alrededor (desde una cantidad inexplicable de médicos llevando quién-sabe-cuántos enfermos más hasta una revista mal posicionada que ahora cae dramáticamente al suelo), teniendo que pasar por aquella selva de batas blancas hasta finalmente llegar a la habitación en la que había estado antes, pasando por un lado de un par de enfermeras que se preguntaban si ella sería alguien nuevo o algo por el estilo. Antes de entrar, Marceline se giró a verlas, y como era de costumbre, acabó espantando a las chiquillas con un rostro desfiguradamente monstruoso que luego volvió a ser el atractivo rostro perfilado de la vampiro.
Una vez cerrada la puerta, la faena que dejó atrás acabó proyectándose en la puerta como manchas blancas y de otros colores. La vampiro vio su otra vestimenta tirada en una silla, justo como la había dejado. Se quitó el sombrerito de enfermera y lanzó descaradamente a una esquina de una patada los zapatos incomodísimos que traía. Empezó a desvestirse, cuando la puerta se abrió casi de golpe y la vampiro se encontraba de espaldas a la puerta a menos de dos metros de distancia, en ropa interior y con su camisa gris en mano.
- Se vale tocar, ¿Sabes? – preguntó a quien había entrado, sin mirar a sus espaldas como si no pasase nada.
- Eh… ¿Si? ¿Hay algún problema con eso? – respondió Bongo, devolviéndole la mirada con algo parecido a “Si pos… ¿No era esa la idea?”
- ¿Qué demonios vamos a hacer metidos en el cuarto de la morgue? Es decir, ese cuarto huele a carroña pura. Sabes que mi nariz es muy sensible y primero tengo que llevar a la niña esta a la sali… – pero cuando había volteado, la chiquilla Sasha, la pseudo-estilita de la que hablaba, ya se había marchado – … Mira, la espantaste con tu fealdad.
- ¡¿Eh?! – de no ser transparente y azul, Marceline pudo haber jurado haber visto a Bongo sonrojarse.
- En fin. Dame 5 para poder buscarla, o a mi ropa. Los trajes de enfermeran dan comezón en el trasero.
La muchacha giró sobre sus talones y empezó a caminar a zancadas en dirección opuesta, haciéndole una seña con la mano a Bongo de que volvería en unos cinco minutos. El fantasma no pensaba reclamarle, pero sí se quedó cortado cuando estaba a punto de abrir la puerta y enseñarle el maravilloso mundo de la morgue.
Marceline llegó hasta la zona central del pasillo, viendo cómo todo se movía a su alrededor (desde una cantidad inexplicable de médicos llevando quién-sabe-cuántos enfermos más hasta una revista mal posicionada que ahora cae dramáticamente al suelo), teniendo que pasar por aquella selva de batas blancas hasta finalmente llegar a la habitación en la que había estado antes, pasando por un lado de un par de enfermeras que se preguntaban si ella sería alguien nuevo o algo por el estilo. Antes de entrar, Marceline se giró a verlas, y como era de costumbre, acabó espantando a las chiquillas con un rostro desfiguradamente monstruoso que luego volvió a ser el atractivo rostro perfilado de la vampiro.
Una vez cerrada la puerta, la faena que dejó atrás acabó proyectándose en la puerta como manchas blancas y de otros colores. La vampiro vio su otra vestimenta tirada en una silla, justo como la había dejado. Se quitó el sombrerito de enfermera y lanzó descaradamente a una esquina de una patada los zapatos incomodísimos que traía. Empezó a desvestirse, cuando la puerta se abrió casi de golpe y la vampiro se encontraba de espaldas a la puerta a menos de dos metros de distancia, en ropa interior y con su camisa gris en mano.
- Se vale tocar, ¿Sabes? – preguntó a quien había entrado, sin mirar a sus espaldas como si no pasase nada.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Había estado en las canchas de Basketball de Glass City lanzando algunos tiros y haciendo algunos dribleos, al parecer había llegado un poco temprano ya que no había nadie con quien pudiera jugar un poco. Claro estaba que eso no iba a impedir que sudara un poco, pasaron aproximadamente treinta minutos cuando el primer grupo apareció. A pesar de llevar poco tiempo residiendo en la ciudad ya algunos grupos lo tenían identificado y ese que acababa de llegar no era la excepción.
-¿Regresaste por mas?-
Dijo una voz un tanto fuerte y grave de uno de los miembros del grupo que se acercaba un tipo alto que por lo menos le sacaba unos diez centímetros de altura, de peso ya no hablarlo por que a pesar de que tenia unos grandes brazos su cuerpo no estaba totalmente musculoso como el de Aomine. Detuvo el rebote del balón para después sostenerlo en su mano derecha y lanzar un tiro a la canasta.
-Si no mal recuerdo, la ultima vez ustedes perdieron y dudo mucho que esta vez sea diferente.-
El tipo alto de cabellos oscuros un tanto revueltos escupió hacia un lado y le lanzo el balón con fuerza en dirección al rostro, Aomine lo detuvo con la mano extendida y se lo regreso con la misma fuerza. Un grupo mas llego en ese momento los cuales parecía ser conocidos del peli azul, al final se jugo un partido de tres contra tres. El resultado no fue nada alentador Aomine no les permitió anotar ni un solo punto, lo cual por obvias razones no acabo de la mejor manera y terminaron arreglándolo por medio de los puños.
Al final los tres integrantes del equipo rival acabaron hechos trizas en el suelo, pero desgraciadamente uno de ellos consiguió reventarle una botella de vidrio sobre la cabeza. Los que hizo que corriera un pequeño río de sangre que caía desde por encima de su frente y bajaba hasta su ojo izquierdo, había pensado en llegar a su departamento y lavarse un poco. Pero los mareos le indicaban que seguramente necesitaría un poco mas de agua, por fortuna no estaba muy lejos del hospital Saint-Rémy, a pesar de estar con media cara llena de sangre no logro que lo atendieran de inmediato por lo que decidió atenderse a si mismo.
Entrando a la primera habitación en la que se pudo escabullir, utilizo el hombro para forzar la puerta pero para su sorpresa esta estaba abierta. Por poco y se caía de bruces si no fuera por que alcanzo a meter un pie al frente para no caer, por otra parte la habitación no se encontraba vacía y una chica comenzó a gritarle. El cerro la puerta detrás de el para después pasar por un lado de la chica para tratar de buscar algo que le fuera de utilidad entre los muebles.
-Como puedes darte cuenta no puedo ver mucho, así que no te preocupes de que vea lo que haces.-
-¿Regresaste por mas?-
Dijo una voz un tanto fuerte y grave de uno de los miembros del grupo que se acercaba un tipo alto que por lo menos le sacaba unos diez centímetros de altura, de peso ya no hablarlo por que a pesar de que tenia unos grandes brazos su cuerpo no estaba totalmente musculoso como el de Aomine. Detuvo el rebote del balón para después sostenerlo en su mano derecha y lanzar un tiro a la canasta.
-Si no mal recuerdo, la ultima vez ustedes perdieron y dudo mucho que esta vez sea diferente.-
El tipo alto de cabellos oscuros un tanto revueltos escupió hacia un lado y le lanzo el balón con fuerza en dirección al rostro, Aomine lo detuvo con la mano extendida y se lo regreso con la misma fuerza. Un grupo mas llego en ese momento los cuales parecía ser conocidos del peli azul, al final se jugo un partido de tres contra tres. El resultado no fue nada alentador Aomine no les permitió anotar ni un solo punto, lo cual por obvias razones no acabo de la mejor manera y terminaron arreglándolo por medio de los puños.
Al final los tres integrantes del equipo rival acabaron hechos trizas en el suelo, pero desgraciadamente uno de ellos consiguió reventarle una botella de vidrio sobre la cabeza. Los que hizo que corriera un pequeño río de sangre que caía desde por encima de su frente y bajaba hasta su ojo izquierdo, había pensado en llegar a su departamento y lavarse un poco. Pero los mareos le indicaban que seguramente necesitaría un poco mas de agua, por fortuna no estaba muy lejos del hospital Saint-Rémy, a pesar de estar con media cara llena de sangre no logro que lo atendieran de inmediato por lo que decidió atenderse a si mismo.
Entrando a la primera habitación en la que se pudo escabullir, utilizo el hombro para forzar la puerta pero para su sorpresa esta estaba abierta. Por poco y se caía de bruces si no fuera por que alcanzo a meter un pie al frente para no caer, por otra parte la habitación no se encontraba vacía y una chica comenzó a gritarle. El cerro la puerta detrás de el para después pasar por un lado de la chica para tratar de buscar algo que le fuera de utilidad entre los muebles.
-Como puedes darte cuenta no puedo ver mucho, así que no te preocupes de que vea lo que haces.-
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
- Bien, pues entonces me aseguraré de que no veas cómo te pido prestado el dinero de tu cartera sin devolvértelo – respondió casi de inmediato, con una sonrisa como si estuviese tarareando una canción.
Se puso su camisa gris y el sujeto le pasó por un lado, atrayendo su atención. Al principio le había sorprendido la altura del sujeto, ¡Era realmente alto! Y parece que también era gala de un atractivo que no estaba nada mal. Marceline se inclinó un poco como para verle la cara, pero el rastro de sangre que recorría su cara y parte del hombro le fastidiaba la visión. Refunfuñó, dejando los pantalones a un lado para acercarse flotando al sujeto, queriendo ver lo que hacía.
Le miró de pies a cabeza, encontrando que, en efecto, el rastro de sangre venía desde su cabeza. Se elevó un poco para estar por encima de la cabeza del chico, y como si de polvo se tratase, le empezó a apartar los pocos pedazos de cristal, no muy grandes pero igual de peligrosos, de su bonita cabellera azul oscura. Sus dedos se mancharon con un poco de su sangre, pero poco le importó al saborear el color rojo de esta y limpiarse el líquido con una bata de laboratorio colgada de por allí. Pues le tocaba hacer de la enfermera Marcy otra vez.
- ¿Y qué dices que te pasó para que llegaras así de machucado, bonito? – preguntó ya en el piso y poniéndose la misma bata manchada, con los brazos cruzados hacia atrás como si fuera una niñita – Puedo ayudarte si quieres, como estás ciego dudo que puedas encontrar lo necesario para arreglarte, ¡Estás hecho un desastre! – caminó en el aire (literal) para ubicarse al otro lado del muchacho, quitándole algunos restos de lo que sea con lo que chocó o le golpearon del hombro por el cual escurría sangre – Prometo no inyectarte nada sin tu consentimiento~ – le guiñó un ojo, sacándole la lengua.
Se puso su camisa gris y el sujeto le pasó por un lado, atrayendo su atención. Al principio le había sorprendido la altura del sujeto, ¡Era realmente alto! Y parece que también era gala de un atractivo que no estaba nada mal. Marceline se inclinó un poco como para verle la cara, pero el rastro de sangre que recorría su cara y parte del hombro le fastidiaba la visión. Refunfuñó, dejando los pantalones a un lado para acercarse flotando al sujeto, queriendo ver lo que hacía.
Le miró de pies a cabeza, encontrando que, en efecto, el rastro de sangre venía desde su cabeza. Se elevó un poco para estar por encima de la cabeza del chico, y como si de polvo se tratase, le empezó a apartar los pocos pedazos de cristal, no muy grandes pero igual de peligrosos, de su bonita cabellera azul oscura. Sus dedos se mancharon con un poco de su sangre, pero poco le importó al saborear el color rojo de esta y limpiarse el líquido con una bata de laboratorio colgada de por allí. Pues le tocaba hacer de la enfermera Marcy otra vez.
- ¿Y qué dices que te pasó para que llegaras así de machucado, bonito? – preguntó ya en el piso y poniéndose la misma bata manchada, con los brazos cruzados hacia atrás como si fuera una niñita – Puedo ayudarte si quieres, como estás ciego dudo que puedas encontrar lo necesario para arreglarte, ¡Estás hecho un desastre! – caminó en el aire (literal) para ubicarse al otro lado del muchacho, quitándole algunos restos de lo que sea con lo que chocó o le golpearon del hombro por el cual escurría sangre – Prometo no inyectarte nada sin tu consentimiento~ – le guiñó un ojo, sacándole la lengua.
- Spoiler:
- Siento si ha salido medio corto, últimamente los post de Marcy me han salido así< / 3 Procuraré ser más constante y sacar un poco más la imaginación para la próxima<3
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Eran muy pocas las personas que se atrevían a hablarle al joven de cabellos azul oscuro de esa manera, pero a pesar de eso no le había molestado el comentario sobre su cartera. Todo lo contrario le había hecho sacar aquella sonrisa desafiante de lado que Aomine acostumbraba realizar cuando algo interesante se le ponía enfrente y tal parecía que la chica no era la excepción.
Cuando la chica comenzó a retirar los restos de vidrio Daiki sintió un par de pequeños pinchazos sobre la cabeza, pero nada que lo hiciera reaccionar. Realmente lo sintió pero continuo como si nada buscando en las estanterías sin tener mucho éxito aparentemente, aunque claro tomando en cuenta que casi no podía ver prácticamente andaba a tientas.
-Supongo que no toda la gente sabe aceptar una derrota y por desgracia fue descuidado para que pudieran hacerme esto.-
A pesar de que les había propinado una paliza de grandes magnitudes, el orgullo de Aomine se sentía hasta cierto punto herido por el hecho de que habían logrado lastimarlo. El mismo se repetía dentro de su cabeza “Esto no volverá a pasar” bien dicen que de los errores se aprende y aquello había sido una lección de vida para el joven de orbes azules. Le pareció ver que la chica flotaba por los aires como si pudiera caminar sin tocar el suelo, abrió y cerró los parpados de sus ojos para después sacudir un poco la cabeza y despabilar un poco. Al parecer el golpe le estaba haciendo ver visiones, pero cuando la miro de nuevo esta ya traía una bata puesta por lo que él se sentía un poco más dentro de la realidad.
-Aomine Daiki ¿Cuál es tu nombre?-
Pregunto mientras dejaba los estantes en paz y se echaba un paso atrás para sentarse en el primer lugar que vio disponible, con la cara hacia el suelo. Para que la chica lo pudiera examinar fácilmente. No sabía que tan grave era la herida pero esperaba que solo se tratara de una herida superficial, la cual solo habría que limpiar y esterilizar.
-La ayuda no me vendrá mal, tal parece que no puedo hacer mucho en estos momentos.-
Hizo un pequeño suspiro para el mismo, al ver que algunas gotas de sangre caían desde su cabello para impactar contra el suelo, por suerte aun no empezaba a sentir mareos por la pérdida de sangre. Tampoco era de que se tratara de mucha pero por alguna razón los golpes en la cabeza siempre eran un tanto escandalosos, le vino a la mente más de una ocasión donde jugando había golpeado a un rival en la cabeza “accidentalmente” y la sangre brotaba de una manera un tanto irreal para haberse tratado solo de un golpe.
Cuando la chica comenzó a retirar los restos de vidrio Daiki sintió un par de pequeños pinchazos sobre la cabeza, pero nada que lo hiciera reaccionar. Realmente lo sintió pero continuo como si nada buscando en las estanterías sin tener mucho éxito aparentemente, aunque claro tomando en cuenta que casi no podía ver prácticamente andaba a tientas.
-Supongo que no toda la gente sabe aceptar una derrota y por desgracia fue descuidado para que pudieran hacerme esto.-
A pesar de que les había propinado una paliza de grandes magnitudes, el orgullo de Aomine se sentía hasta cierto punto herido por el hecho de que habían logrado lastimarlo. El mismo se repetía dentro de su cabeza “Esto no volverá a pasar” bien dicen que de los errores se aprende y aquello había sido una lección de vida para el joven de orbes azules. Le pareció ver que la chica flotaba por los aires como si pudiera caminar sin tocar el suelo, abrió y cerró los parpados de sus ojos para después sacudir un poco la cabeza y despabilar un poco. Al parecer el golpe le estaba haciendo ver visiones, pero cuando la miro de nuevo esta ya traía una bata puesta por lo que él se sentía un poco más dentro de la realidad.
-Aomine Daiki ¿Cuál es tu nombre?-
Pregunto mientras dejaba los estantes en paz y se echaba un paso atrás para sentarse en el primer lugar que vio disponible, con la cara hacia el suelo. Para que la chica lo pudiera examinar fácilmente. No sabía que tan grave era la herida pero esperaba que solo se tratara de una herida superficial, la cual solo habría que limpiar y esterilizar.
-La ayuda no me vendrá mal, tal parece que no puedo hacer mucho en estos momentos.-
Hizo un pequeño suspiro para el mismo, al ver que algunas gotas de sangre caían desde su cabello para impactar contra el suelo, por suerte aun no empezaba a sentir mareos por la pérdida de sangre. Tampoco era de que se tratara de mucha pero por alguna razón los golpes en la cabeza siempre eran un tanto escandalosos, le vino a la mente más de una ocasión donde jugando había golpeado a un rival en la cabeza “accidentalmente” y la sangre brotaba de una manera un tanto irreal para haberse tratado solo de un golpe.
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Contenta de saber que el chico había aceptado jugar el mismo concurso de comentarios sarcásticos e indirectas, Marceline sonrió de oreja a oreja y le indicó (aunque no pudiera verla precisamente) para que se sentara, a lo que aprovechó para ubicarse detrás de él y así quitarle los restos de vidrio que todavía estaban en su cabeza. No es como si fuera una experta en esto de la enfermería, pero sabía que todavía restaban algunos fragmentos pequeños que quizás extraerlos con los dedos como si estuviera jugando Pesca Loca sería una muy mala idea, así que se dedicó a extraerlos con sumo cuidado con pinzas y todo eso. Por un momento se sintió como un mono buscando piojos.
Se asomaba de vez en cuando para ver si al chico le molestaba lo que hacía, al verlo tan tranquilo, ella siguió en lo suyo. Cuando parecía haber terminado, le volvió a examinar la cabeza para asegurarse de que no faltaba nada, localizando después el lugar exacto de donde surgía la sangre. Se dijo a si misma un “¡Bingo!” y se aproximó a unos cajones para buscar algo con qué limpiarle la sangre.
- Marceline Abadeer, aunque solo por ser tú, dejaré que me llames Marcy – respondió al peliazul, levantando una jeringa con un contenido verde de dudosa procedencia como si estuviera pensando el inyectarlo. Se volteó para verlo un segundo con una sonrisa algo siniestra, pero después lo guardó para recoger un par de vendas y otras cosas – Tal parece que estás en lo cierto, Mine. ¿Te molesta si te digo así? – sonrió, volviendo a ubicarse detrás del muchacho.
Siguió excavando en su cabello y llenándose los dedos de la sangre del peliazul, sintiendo una extraña sensación al tener el líquido pegajoso y tentador en sus manos. Sacudió un poco la cabeza, empezando a atender la herida del chico, presionando sobre la herida con un vendaje mientras que con su otra mano le limpiaba la sangre de la cara.
- Ya debes de saberlo, pero en el fondo es bueno que estés sangrando tanto – dijo para no dejar tan silenciosa la habitación, por no decir que le gustaba el tono grave del chico al hablar – No te has hecho nada grave, lamentablemente no serán necesarias las inyecciones. Tienes una cabeza bastante dura, Mine~
Al ver que el sangrando se había detenido, acabó por hacer unos últimos arreglos antes de empezar a vendarle la cabeza. Una vez hecho esto, la vampiro volvió frente a él como si estuviera admirando una obra de arte recién terminada. Para no tener ningún doctorado, parecía haberlo hecho bien. Sonrió de oreja a oreja, con los pies separados de la tierra.
- Está hecho, cariño, pero deberías quedarte otro poquito para descansar. No vaya a ser que te dé algo a mitad de la calle – dijo entre risas, dándole la espalda para poder chuparse los dedos.
Se asomaba de vez en cuando para ver si al chico le molestaba lo que hacía, al verlo tan tranquilo, ella siguió en lo suyo. Cuando parecía haber terminado, le volvió a examinar la cabeza para asegurarse de que no faltaba nada, localizando después el lugar exacto de donde surgía la sangre. Se dijo a si misma un “¡Bingo!” y se aproximó a unos cajones para buscar algo con qué limpiarle la sangre.
- Marceline Abadeer, aunque solo por ser tú, dejaré que me llames Marcy – respondió al peliazul, levantando una jeringa con un contenido verde de dudosa procedencia como si estuviera pensando el inyectarlo. Se volteó para verlo un segundo con una sonrisa algo siniestra, pero después lo guardó para recoger un par de vendas y otras cosas – Tal parece que estás en lo cierto, Mine. ¿Te molesta si te digo así? – sonrió, volviendo a ubicarse detrás del muchacho.
Siguió excavando en su cabello y llenándose los dedos de la sangre del peliazul, sintiendo una extraña sensación al tener el líquido pegajoso y tentador en sus manos. Sacudió un poco la cabeza, empezando a atender la herida del chico, presionando sobre la herida con un vendaje mientras que con su otra mano le limpiaba la sangre de la cara.
- Ya debes de saberlo, pero en el fondo es bueno que estés sangrando tanto – dijo para no dejar tan silenciosa la habitación, por no decir que le gustaba el tono grave del chico al hablar – No te has hecho nada grave, lamentablemente no serán necesarias las inyecciones. Tienes una cabeza bastante dura, Mine~
Al ver que el sangrando se había detenido, acabó por hacer unos últimos arreglos antes de empezar a vendarle la cabeza. Una vez hecho esto, la vampiro volvió frente a él como si estuviera admirando una obra de arte recién terminada. Para no tener ningún doctorado, parecía haberlo hecho bien. Sonrió de oreja a oreja, con los pies separados de la tierra.
- Está hecho, cariño, pero deberías quedarte otro poquito para descansar. No vaya a ser que te dé algo a mitad de la calle – dijo entre risas, dándole la espalda para poder chuparse los dedos.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Aomine fue paciente mientras la chica hacia lo suyo, al parecer los pedazos más pequeños y finos eran los que más molestaban ya que estaban un tanto incrustados en el cuero cabelludo. De todas formas el seguía con su clásica actitud desinteresada y neutra, podía sentir la herida palpitante así como el calor de la sangre al correrle de la misma.
-Haz lo que mejor te plazca.-
Claro estaba que el chico de cabellos azules ahora casi rojos, no le incomodaban ese tipo de cosas. Pero también era cierto que no era alguien muy sociable, la gente que era más apegada a él sabía cómo “Sobrellevarlo” por qué se trataran de entenderlo sin duda sería algo un tanto complicado. Un poco de tensión se liberó de sus músculos cuando Marceline Abadeer le dio la buena noticia, el juraba que se vería forzado a salir del hospital con unas cuantas puntadas y no era muy dado a estarse cuidado.
-Me lo han dicho antes.-
Hizo su peculiar y característica sonrisa de lado después de afirmar las palabras de Marcy, realmente tenía que agradecer el hecho de tener la cabeza así de dura. De lo contrario hace ya mucho tiempo que se la hubiese roto, Aomine no opuso ninguna clase de resistencia cuando esta comenzó a vendarle la cabeza cierto era que si aguantaba aquella venda hasta llegar la noche seria todo un logro para él. Aunque claro estaba que por lo menos por ese día se alegraría un poco de sus actividades diarias, sus pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de la chica de cabellos oscuros como la noche.
-Sera mejor que te haga caso.-
Ya había sentido un poco de mareos al llegar al hospital y estaba seguro que los seguiría sintiendo si se ponía de nuevo de pie y se marchaba al apartamento, realmente no tenia en esos momentos nada que fuera tan importante como para tener que salir de hay corriendo por lo que siguiendo las instrucciones de la chica se recostó para después colocarse el antebrazo derecho sobre la frente para bloquear la luz.
-Gracias.-
Dijo Aomine antes de cerrar un poco los ojos, le daba gusto a verse topado con ella ya que de alguna manera no lo lleno de preguntas ni llamo a la policía para que declarara que había pasado como los médicos que le habían atendido en otros casos habían hecho. Lo menos que quería en aquellos momentos era tener que estar dando explicaciones que a su punto de vista eran meramente innecesarias y estaban de más.
-Oye Marcy ¿a qué hora terminas tu turno?-
Muy típico de él era el hecho de no estar haciendo rodeos y preguntar las cosas directamente, otra persona hubiese hecho un poco de conversación antes de preguntar algo así de buenas a primeras pero estaba más que claro que Aomine no era como la gente promedio. No tenía grandes ataduras en la lengua y por supuesto no temía decir lo que pensaba aunque eso terminara mandándolo al hospital.
-Vamos a buscar algo de comer en cuanto salgas, es mi “forma” de agradecerte ¿Qué dices?.-
-Haz lo que mejor te plazca.-
Claro estaba que el chico de cabellos azules ahora casi rojos, no le incomodaban ese tipo de cosas. Pero también era cierto que no era alguien muy sociable, la gente que era más apegada a él sabía cómo “Sobrellevarlo” por qué se trataran de entenderlo sin duda sería algo un tanto complicado. Un poco de tensión se liberó de sus músculos cuando Marceline Abadeer le dio la buena noticia, el juraba que se vería forzado a salir del hospital con unas cuantas puntadas y no era muy dado a estarse cuidado.
-Me lo han dicho antes.-
Hizo su peculiar y característica sonrisa de lado después de afirmar las palabras de Marcy, realmente tenía que agradecer el hecho de tener la cabeza así de dura. De lo contrario hace ya mucho tiempo que se la hubiese roto, Aomine no opuso ninguna clase de resistencia cuando esta comenzó a vendarle la cabeza cierto era que si aguantaba aquella venda hasta llegar la noche seria todo un logro para él. Aunque claro estaba que por lo menos por ese día se alegraría un poco de sus actividades diarias, sus pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de la chica de cabellos oscuros como la noche.
-Sera mejor que te haga caso.-
Ya había sentido un poco de mareos al llegar al hospital y estaba seguro que los seguiría sintiendo si se ponía de nuevo de pie y se marchaba al apartamento, realmente no tenia en esos momentos nada que fuera tan importante como para tener que salir de hay corriendo por lo que siguiendo las instrucciones de la chica se recostó para después colocarse el antebrazo derecho sobre la frente para bloquear la luz.
-Gracias.-
Dijo Aomine antes de cerrar un poco los ojos, le daba gusto a verse topado con ella ya que de alguna manera no lo lleno de preguntas ni llamo a la policía para que declarara que había pasado como los médicos que le habían atendido en otros casos habían hecho. Lo menos que quería en aquellos momentos era tener que estar dando explicaciones que a su punto de vista eran meramente innecesarias y estaban de más.
-Oye Marcy ¿a qué hora terminas tu turno?-
Muy típico de él era el hecho de no estar haciendo rodeos y preguntar las cosas directamente, otra persona hubiese hecho un poco de conversación antes de preguntar algo así de buenas a primeras pero estaba más que claro que Aomine no era como la gente promedio. No tenía grandes ataduras en la lengua y por supuesto no temía decir lo que pensaba aunque eso terminara mandándolo al hospital.
-Vamos a buscar algo de comer en cuanto salgas, es mi “forma” de agradecerte ¿Qué dices?.-
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Trató de no ahogarse de la risa con sus propios dedos cuando escuchó al muchacho, pensando en lo “lanzado que era”. Disimuló que había tenido algo como una tos o cualquier cosa al azar antes de limpiarse con un pañuelo la poca sangre que estaba en sus dedos y en su cara, antes de desecharle y mirar de reojo al chico con una sonrisa pícara y una mirada inocentona como de quién no se esperaba una pregunta como esa en un momento tan inoportuno.
- Pueeeees si te soy sincera, mi turno terminó hace un par de minutos. Me estaba cambiando cuando entraste, así que prácticamente lo que te hice fue un servicio comunitario – admitió con un deje infantil, riéndose con los ojos cerrados – Igual y no pensaba cobrarte, creo recordar que no se nos permite cobrar extra a los pacientes a menos que sean casos “excepcionales” – y resaltó el “no se nos permite” como si de verdad estuviera incluida en el paquete del personal de aquel sitio, pero como (supuestamente) era buena disimulando las cosas, bastó con otra risita burlona y juguetear con un mechón de cabello para que no se notara – Creo tener una idea de a lo que se refieren, pero lo que trato de decirte es que podemos ir a donde quieras.
Se aproximó a la silla donde, por enésima vez, había dejado su ropa tirada. Se subió los pantalones y se arregló la bufanda como si nada, y en menos de un par de minutos ya estaba vestida y bien arreglada, como toda señorita. Cuando iba a hacerle la señal para abrir la puerta y darse una vuelta o dos por el hospital como para disimular que el chico estaba descansado, su mente explotó (metafóricamente hablando) al haber acordado algo importante:
- Oh, ahora que lo pienso… Hace un rato le dije a un amigo que lo vería en la puerta de la morgue – dijo, no se sabía si para el muchacho o para ella, mientras pegaba la mirada al techo como pensativa – Y ya pasaron los diez minutos que se supone que tardaría, aunque en realidad le pedí cinco…
Y otra idea surgió de su cabeza, sonriendo ampliamente en una idea que la gente común no sabría si calificar como buena o bizarra. Sin mucho cuidado, sujetó el brazo del muchacho y lo abrazó como si fuera una niña pequeña.
- ¿Por qué no me acompañas? No creo que te vayan a regañar, estás acompañado de Marcy~
- Pueeeees si te soy sincera, mi turno terminó hace un par de minutos. Me estaba cambiando cuando entraste, así que prácticamente lo que te hice fue un servicio comunitario – admitió con un deje infantil, riéndose con los ojos cerrados – Igual y no pensaba cobrarte, creo recordar que no se nos permite cobrar extra a los pacientes a menos que sean casos “excepcionales” – y resaltó el “no se nos permite” como si de verdad estuviera incluida en el paquete del personal de aquel sitio, pero como (supuestamente) era buena disimulando las cosas, bastó con otra risita burlona y juguetear con un mechón de cabello para que no se notara – Creo tener una idea de a lo que se refieren, pero lo que trato de decirte es que podemos ir a donde quieras.
Se aproximó a la silla donde, por enésima vez, había dejado su ropa tirada. Se subió los pantalones y se arregló la bufanda como si nada, y en menos de un par de minutos ya estaba vestida y bien arreglada, como toda señorita. Cuando iba a hacerle la señal para abrir la puerta y darse una vuelta o dos por el hospital como para disimular que el chico estaba descansado, su mente explotó (metafóricamente hablando) al haber acordado algo importante:
- Oh, ahora que lo pienso… Hace un rato le dije a un amigo que lo vería en la puerta de la morgue – dijo, no se sabía si para el muchacho o para ella, mientras pegaba la mirada al techo como pensativa – Y ya pasaron los diez minutos que se supone que tardaría, aunque en realidad le pedí cinco…
Y otra idea surgió de su cabeza, sonriendo ampliamente en una idea que la gente común no sabría si calificar como buena o bizarra. Sin mucho cuidado, sujetó el brazo del muchacho y lo abrazó como si fuera una niña pequeña.
- ¿Por qué no me acompañas? No creo que te vayan a regañar, estás acompañado de Marcy~
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Una pequeña risa un tanto picara se dibujó en los labios de Aomine, obviamente Marcy desconocía el hecho de que él no estaba asegurado por tal hospital. Simplemente había entrado hay por el simple y sencillo hecho de que era el que le quedaba más a la mano, por una parte era perfecto que la chica de cabellos oscuros no supiera nada al respecto y mientras escuchaba con atención cada una de las palabras que ella decía. En su mente se iban formando los distintos escenarios que podían presidir a lo que estaba ocurriendo, aunque bueno el peli azul se dio cuenta en aquel momento de que no había necesidad de quebrarse la cabeza lo mejor sería dejar que todo pasara de manera natural y espontánea.
-Me agradan esas palabras.-
Si Aomine era directo en sus acciones obviamente daba preferencia a las personas que actuaban de la misma manera y tal parecía que Marcy era una chica que no le daba tantas vueltas al asunto, aquello le comenzaba a agradar en ella. Era muy raro conocer personas que gozaran de tal don, la mayoría disfrutaba de dar largas a casos simples y sencillos lo cual hacia que Daiki se aburriera y comenzara a bostezar. Las palabras de la chica fueron claras y concisas, la morgue no era un lugar que despreciara del todo y sin duda era una excelente oportunidad para conocerlo. Se comenzó a reincorporar lentamente de su letargo, primero sentándose en donde se había encontrado descansando y luego poniéndose de pie.
-No tengo ningún inconveniente.-
Aquella mirada salvaje y afilada apareció de nuevo en aquellos ojos de color azul oscuro, tan desafiante eh intensa como era su costumbre. No era que ir a la morgue supusiera un gran reto pero sin duda Marcy despertaba algo en el que lo hacía reaccionar de aquella manera, concretamente Aomine desconocía de qué se trataba pero seguramente con el tiempo lo descubriría. Sacudió un poco sus ropas y trata de arreglarse un poco, como si aquello fuera posible después de hacer estar manchado de su propia sangre.
-Te sigo Marcy.-
-Me agradan esas palabras.-
Si Aomine era directo en sus acciones obviamente daba preferencia a las personas que actuaban de la misma manera y tal parecía que Marcy era una chica que no le daba tantas vueltas al asunto, aquello le comenzaba a agradar en ella. Era muy raro conocer personas que gozaran de tal don, la mayoría disfrutaba de dar largas a casos simples y sencillos lo cual hacia que Daiki se aburriera y comenzara a bostezar. Las palabras de la chica fueron claras y concisas, la morgue no era un lugar que despreciara del todo y sin duda era una excelente oportunidad para conocerlo. Se comenzó a reincorporar lentamente de su letargo, primero sentándose en donde se había encontrado descansando y luego poniéndose de pie.
-No tengo ningún inconveniente.-
Aquella mirada salvaje y afilada apareció de nuevo en aquellos ojos de color azul oscuro, tan desafiante eh intensa como era su costumbre. No era que ir a la morgue supusiera un gran reto pero sin duda Marcy despertaba algo en el que lo hacía reaccionar de aquella manera, concretamente Aomine desconocía de qué se trataba pero seguramente con el tiempo lo descubriría. Sacudió un poco sus ropas y trata de arreglarse un poco, como si aquello fuera posible después de hacer estar manchado de su propia sangre.
-Te sigo Marcy.-
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Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
No estaba segura si es que era de encariñarse rápido con las personas o últimamente ha estado muy sensible, pero la seguridad con la que Aomine trasmite sus palabras le hace creer que el chico sería capaz de acompañarla al infierno como si fueran a comprar pan en la panadería de al lado. Cada vez le gustaba más ese swig que tenía el chico.
Ayudó al muchacho a incorporarse y le arregló la ropa quitándole unos retos pequeños de cristal (posiblemente de la botella con la que le habían lastimado su hermosa cabecita) y ofreciéndole una chaqueta que encontró entre unos estantes para que se ocultara cualquier rastro de sangre que posiblemente estén pasando por alto en la camisa del muchacho, y cuando parecían estar listos para salir a la faena del hospital, apenas y abrir la puerta vieron una camilla cruzar a toda máquina, seguida de tres o cuatro médicos que atendían al posible nuevo anotado de la morgue.
Dado a que no recordaba muy bien el camino, decidió seguir a los tipos (aunque a paso lento, porque el pobre de Aomine podría destriparse en el camino) hasta que los perdieron de vista al cruzar por segunda vez a la izquierda, como si hubieran estado yendo en círculos por todo ese rato. Restándole importancia al asunto, decidió darse un par de vueltas con su acompañante buscando unas botas rojas flotantes. Para ser un fantasma, Bongo era pésimo a la hora de esconderse.
- Que no te extrañe ver unas botas rojas flotantes. Es más, avísame si las ves, ése es nuestro sujeto~ – dijo divertida a Aomine, dedicándole una sonrisa acolmillada mientras seguía abrazándole – Creo que si vamos a la derecha llegaremos pronto a la morgue, entre más olor a muerto haya mejor.
Y como anillo al dedo, pronto escuchó una vocecilla que parecía decir su nombre. ¡Ése debía ser el fantasmucho!
- Acelera el paso, Mine~ No quiero arrastrar otro cadáver hasta su cama, y menos si es un cadáver tan lindo.
Ayudó al muchacho a incorporarse y le arregló la ropa quitándole unos retos pequeños de cristal (posiblemente de la botella con la que le habían lastimado su hermosa cabecita) y ofreciéndole una chaqueta que encontró entre unos estantes para que se ocultara cualquier rastro de sangre que posiblemente estén pasando por alto en la camisa del muchacho, y cuando parecían estar listos para salir a la faena del hospital, apenas y abrir la puerta vieron una camilla cruzar a toda máquina, seguida de tres o cuatro médicos que atendían al posible nuevo anotado de la morgue.
Dado a que no recordaba muy bien el camino, decidió seguir a los tipos (aunque a paso lento, porque el pobre de Aomine podría destriparse en el camino) hasta que los perdieron de vista al cruzar por segunda vez a la izquierda, como si hubieran estado yendo en círculos por todo ese rato. Restándole importancia al asunto, decidió darse un par de vueltas con su acompañante buscando unas botas rojas flotantes. Para ser un fantasma, Bongo era pésimo a la hora de esconderse.
- Que no te extrañe ver unas botas rojas flotantes. Es más, avísame si las ves, ése es nuestro sujeto~ – dijo divertida a Aomine, dedicándole una sonrisa acolmillada mientras seguía abrazándole – Creo que si vamos a la derecha llegaremos pronto a la morgue, entre más olor a muerto haya mejor.
Y como anillo al dedo, pronto escuchó una vocecilla que parecía decir su nombre. ¡Ése debía ser el fantasmucho!
- Acelera el paso, Mine~ No quiero arrastrar otro cadáver hasta su cama, y menos si es un cadáver tan lindo.
- Spoiler:
- Ains, ¡Siento la demora! No me he pasado mucho por el foro, como habrás visto. Espero que las vacaciones lleguen pronto TwT
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
La chaqueta que Marcy le había ofrecido le seria de mucha utilidad ya que la playera que traía, ya parecía más un andrajo que otra cosa. Así que sin dudarlo mucho se la saco por encima de los hombros para después tirarla en un cesto de basura, a continuación procedió a colocarse la chaqueta que le había proporcionado la chica de oscuros cabellos anteriormente. Una sensación de frescura recorría sus pectorales así como sus abdominales, los omoplatos de la espalda también se sentían más cómodos gracias a la chaqueta.
La mirada del peli azul se afilo como la de un depredador justo antes de caer sobre su presa y asintió ligeramente hacia Marcy para indicarle que estaba listo para dirigirse a aquel lugar que ella quería ir, Aomine se percató en cuanto comenzaron a andar que aún le quedaban rastros de aquel mareo a causa de la pérdida de sangre. Aun que nada tan grave que no pudiera manejar, siguió a la interesante chica por los pasillos del hospital y poco a poco comenzó a sentirse recuperado.
De cierta forma parecía una broma cruel que el hecho de comenzar a caminar le aliviara de sus males, cualquiera pensaría que lo mejor era guardar reposo aunque claro no todo el mundo cuenta con una condición física como la de él. ¿Botas flotantes? Aquello sin duda sonaba algo extraño aunque quizá no era exactamente lo que estaba pensando.
-Correcto.-
Contesto el joven de orbes azul oscuro mientras se mantenía atento a su entorno para encontrar aquellas botas rojas, conforme comenzaron a acercarse a su destino enseguida se pudo detectar sutil pero indudablemente el olor de la muerte. Aomine no lo presenciaba muy seguido pero no era algo que le causara nauseas ya que era muy dado a enterrar animales muertos que encontraba a un lado de los caminos por donde transitaba, así que más de una vez le toco conocer uno o dos olores realmente terribles.
-No te sientas con tanta suerte, es solo una herida superficial.-
Le dijo a Marcy para después dibujar aquella risa de lado que tanto le gustaba hacer, un cierto instinto de curiosidad cruzo por sus mente ya que era la primera vez que entraba a la morgue de ese hospital y sin duda habría cosas muy interesantes hay dentro.
La mirada del peli azul se afilo como la de un depredador justo antes de caer sobre su presa y asintió ligeramente hacia Marcy para indicarle que estaba listo para dirigirse a aquel lugar que ella quería ir, Aomine se percató en cuanto comenzaron a andar que aún le quedaban rastros de aquel mareo a causa de la pérdida de sangre. Aun que nada tan grave que no pudiera manejar, siguió a la interesante chica por los pasillos del hospital y poco a poco comenzó a sentirse recuperado.
De cierta forma parecía una broma cruel que el hecho de comenzar a caminar le aliviara de sus males, cualquiera pensaría que lo mejor era guardar reposo aunque claro no todo el mundo cuenta con una condición física como la de él. ¿Botas flotantes? Aquello sin duda sonaba algo extraño aunque quizá no era exactamente lo que estaba pensando.
-Correcto.-
Contesto el joven de orbes azul oscuro mientras se mantenía atento a su entorno para encontrar aquellas botas rojas, conforme comenzaron a acercarse a su destino enseguida se pudo detectar sutil pero indudablemente el olor de la muerte. Aomine no lo presenciaba muy seguido pero no era algo que le causara nauseas ya que era muy dado a enterrar animales muertos que encontraba a un lado de los caminos por donde transitaba, así que más de una vez le toco conocer uno o dos olores realmente terribles.
-No te sientas con tanta suerte, es solo una herida superficial.-
Le dijo a Marcy para después dibujar aquella risa de lado que tanto le gustaba hacer, un cierto instinto de curiosidad cruzo por sus mente ya que era la primera vez que entraba a la morgue de ese hospital y sin duda habría cosas muy interesantes hay dentro.
- Marcy:
- Si me percate ligeramente, pero tomatelo con calma la universidad no me ah dejado mucho tiempo libre últimamente
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
- ¿Si caes inconsciente por el olor a muerto me dejarías darte el boca-a-boca? Se ve que eres bueno para eso. – dijo con una sonrisa divertida, aferrándose al brazo del contrario con ese deje de coquetería que le nacía cada vez que le veía esa sonrisita competitiva en él. ¡Era tan adorable!
Como bien era dicho, pronto acabó por localizar a Bongo, cuya existencia fantasmal estaba en un largo pasillo que, curiosamente, daba a la morgue. Como habían quedado a verse allí, era probable que le haya estado esperando todo ese rato en silencio hasta que se cansó y empezó a llamarla. De haberla salido a buscar, probablemente acabase por espantar a medio hospital, y, sinceramente, no era idea de Bongo hacerlo tan temprano.
- ¡A buena hora es la que se te ocurre venir! Llevo quince minutos esperándote, ¿Qué has estado haciendo todo este rato? – dijo Bongo, mirándole de mala manera. Todavía no se había percatado de la presencia del peliazul - Mira que los doctores se pasan a cada rato por aquí, es muy fastidioso tener que esconderme en la maceta a cada rato, y por si fuera poco… – fue entonces cuando levantó la vista y se encontró con el muchacho al que ella se aferraba - ¿Quién es él? No, más importante aún, ¡¿Por qué lo trajiste aquí?! ¿Qué no ves que puede hacer un escándalo?
- Estás muy estirado, Bongo. – respondió la vampiro con desinterés, recostando la cabeza del brazo del humano - Él es Aomine, es la razón por la que me tardé. El pobrecito había sufrido un accidente y me pareció muy descortés de mi parte no atenderlo durante mi turno~
- ¿“Durante tu turno”? – dijo extrañado, mirando de pies a cabeza al muchacho.
- No seas maleducado, Bongo. Vamos allá, ¿Qué es eso que querías mostrarme?.
- ¡Oh! Sí, bueno, estem…. –Bongo se dio vuelta, no sin antes dedicarle una última mirada a Marceline y al chico que la acompañaba - V-Venga, es por aquí.
El fantasma usó sus botas para abrir la puerta, algo que le hizo soltar una risita a la vampiro de lo gracioso que había sido la escena. Nada más entreabrir la puerta el olor a muerto que desprendía el sitio era digno de compararlo con un basurero, ¡Con razón esa gente entraba con mascarilla! O era que no lo limpiaban o era que los muertos tenían ese olor en éste nuevo siglo. La vampiro escondió la cara en el brazo del muchacho mientras que se acostumbraba al putrefacto olor. Bueno, quizás no era tan feo, pero con el tema de su nariz sensible cualquier olor desagradable era peor que hacerle ingerir un algodón de azúcar.
- No creas que estoy llorando, es cosa de la cebolla. – dijo a Aomine, volviendo a mirar hacia el frente con los ojos achinados hasta que finalmente se adaptó al repugnante hedor que se colaba por sus fosas nasales – A ver, Bongo, ¿A qué va la visita a la morgue?
El fantasma había estado rebuscando entre algunas camillas y otros compartimientos donde almacenaban a los cadáveres, como si buscara algo. Pronto salió un “¡Ajá!” de sus labios, y se volteó en dirección a sus compañeros con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Vampiro y caballero, les presento a mi familia!. – dijo Bongo, señalando con los brazos extendidos a una filita de tres o cuatro cadáveres recién llegados. Probablemente los que habían arrastrado hace poco cuando ellos buscaban la puerta a la morgue.
- ¿Qué? ¿Venimos aquí por una reunión familiar?
- Más o menos. Hace poco me enteré de un accidente que tuvieron mis tátara-tátara-tátara-tátara-tátara….
- La presentación es para hoy, Bongo.
- … tátara-tátara sobrinos, y creí que sería divertido una reunión entre fantasma. A fin de cuentas, dicen que los muertos vivientes son los que hacen las mejores fiestas.
- Espera, ¿Qué quieres decir con eso?
- ¡Ya verás! – y de pronto, las camillas empezaron a temblar.[/b]
Como bien era dicho, pronto acabó por localizar a Bongo, cuya existencia fantasmal estaba en un largo pasillo que, curiosamente, daba a la morgue. Como habían quedado a verse allí, era probable que le haya estado esperando todo ese rato en silencio hasta que se cansó y empezó a llamarla. De haberla salido a buscar, probablemente acabase por espantar a medio hospital, y, sinceramente, no era idea de Bongo hacerlo tan temprano.
- ¡A buena hora es la que se te ocurre venir! Llevo quince minutos esperándote, ¿Qué has estado haciendo todo este rato? – dijo Bongo, mirándole de mala manera. Todavía no se había percatado de la presencia del peliazul - Mira que los doctores se pasan a cada rato por aquí, es muy fastidioso tener que esconderme en la maceta a cada rato, y por si fuera poco… – fue entonces cuando levantó la vista y se encontró con el muchacho al que ella se aferraba - ¿Quién es él? No, más importante aún, ¡¿Por qué lo trajiste aquí?! ¿Qué no ves que puede hacer un escándalo?
- Estás muy estirado, Bongo. – respondió la vampiro con desinterés, recostando la cabeza del brazo del humano - Él es Aomine, es la razón por la que me tardé. El pobrecito había sufrido un accidente y me pareció muy descortés de mi parte no atenderlo durante mi turno~
- ¿“Durante tu turno”? – dijo extrañado, mirando de pies a cabeza al muchacho.
- No seas maleducado, Bongo. Vamos allá, ¿Qué es eso que querías mostrarme?.
- ¡Oh! Sí, bueno, estem…. –Bongo se dio vuelta, no sin antes dedicarle una última mirada a Marceline y al chico que la acompañaba - V-Venga, es por aquí.
El fantasma usó sus botas para abrir la puerta, algo que le hizo soltar una risita a la vampiro de lo gracioso que había sido la escena. Nada más entreabrir la puerta el olor a muerto que desprendía el sitio era digno de compararlo con un basurero, ¡Con razón esa gente entraba con mascarilla! O era que no lo limpiaban o era que los muertos tenían ese olor en éste nuevo siglo. La vampiro escondió la cara en el brazo del muchacho mientras que se acostumbraba al putrefacto olor. Bueno, quizás no era tan feo, pero con el tema de su nariz sensible cualquier olor desagradable era peor que hacerle ingerir un algodón de azúcar.
- No creas que estoy llorando, es cosa de la cebolla. – dijo a Aomine, volviendo a mirar hacia el frente con los ojos achinados hasta que finalmente se adaptó al repugnante hedor que se colaba por sus fosas nasales – A ver, Bongo, ¿A qué va la visita a la morgue?
El fantasma había estado rebuscando entre algunas camillas y otros compartimientos donde almacenaban a los cadáveres, como si buscara algo. Pronto salió un “¡Ajá!” de sus labios, y se volteó en dirección a sus compañeros con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Vampiro y caballero, les presento a mi familia!. – dijo Bongo, señalando con los brazos extendidos a una filita de tres o cuatro cadáveres recién llegados. Probablemente los que habían arrastrado hace poco cuando ellos buscaban la puerta a la morgue.
- ¿Qué? ¿Venimos aquí por una reunión familiar?
- Más o menos. Hace poco me enteré de un accidente que tuvieron mis tátara-tátara-tátara-tátara-tátara….
- La presentación es para hoy, Bongo.
- … tátara-tátara sobrinos, y creí que sería divertido una reunión entre fantasma. A fin de cuentas, dicen que los muertos vivientes son los que hacen las mejores fiestas.
- Espera, ¿Qué quieres decir con eso?
- ¡Ya verás! – y de pronto, las camillas empezaron a temblar.[/b]
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Sonrió un poco al escuchar las palabras de la chica, mientras le permitía libre mente tomarse de sus fuertes y torneados brazos. No era muy normal tener a una chica colgada de ellos pero había algo en Marcy que le inspiraba aquel deje de curiosidad, Aomine se llevó una gran sorpresa al ver a Bongo aunque no le dio mucha importancia pensando que esas alucinaciones eran causadas por la pérdida de sangre y el golpe.
-Bongo, interesante.-
El chico de orbes azul oscuro comenzó a seguir a Bongo con la sensual Marcy acompañándolo muy de cerca, cuando las puertas se abrieron un olor a descomposición de apodero de la sala y por un momento estuvo a punto de olvidar que estaba en un hospital. Quizá decir que estaba en un cementerio era más adecuado aunque claro la morgue era solo la ante sala para el panteón. Aunque algunos pobres tal vez nunca tendrían la suerte de terminar en alguna tumba bajo tierra o por lo menos en una urna hechos cenizas ya que muchos de ellos terminarían como especímenes de estudio por quien sabe cuánto tiempo.
Aomine resguardo a Marcy en su pecho y la rodeo con sus brazos para dejarle un poco más de tiempo para que se acostumbrara a aquel “deleitante” aroma que ahora se encontraba acompañándolos, presto atención a las palabras de Bongo abriendo un poco los ojos a la última parte de estas y poniendo una cara de extrañado cuando termino de hablar. ¿Me estará tomando el pelo ese tal Bongo? Se preguntó el chico a si mismo mientras veía como las camillas comenzaban a temblar.
Aquello sin duda parecía alguna especie de broma o de jugarreta de día de brujas, pero en realidad ya no sabía si lo estaba imaginando o si en realidad estaba ocurriendo. Aun que para ser sinceros el preferiría que estuviera ocurriendo ya que sería de las primera veces que podría encontrarse en una situación de aquel estilo y claro estaba no había pensado en que podía pasar por algo así cuando llego a Glass City.
-¿Qué edad tiene Bongo?-
Claro que tantos tátara tátara tátara tátara no eran normales, por su aspecto Aomine no podía deducir a que época pertenecía Bongo pero seguramente Marceline tendría aquella información, parecía una chica lista y había demostrado cierta habilidad en lo que hacía.
-Bongo, interesante.-
El chico de orbes azul oscuro comenzó a seguir a Bongo con la sensual Marcy acompañándolo muy de cerca, cuando las puertas se abrieron un olor a descomposición de apodero de la sala y por un momento estuvo a punto de olvidar que estaba en un hospital. Quizá decir que estaba en un cementerio era más adecuado aunque claro la morgue era solo la ante sala para el panteón. Aunque algunos pobres tal vez nunca tendrían la suerte de terminar en alguna tumba bajo tierra o por lo menos en una urna hechos cenizas ya que muchos de ellos terminarían como especímenes de estudio por quien sabe cuánto tiempo.
Aomine resguardo a Marcy en su pecho y la rodeo con sus brazos para dejarle un poco más de tiempo para que se acostumbrara a aquel “deleitante” aroma que ahora se encontraba acompañándolos, presto atención a las palabras de Bongo abriendo un poco los ojos a la última parte de estas y poniendo una cara de extrañado cuando termino de hablar. ¿Me estará tomando el pelo ese tal Bongo? Se preguntó el chico a si mismo mientras veía como las camillas comenzaban a temblar.
Aquello sin duda parecía alguna especie de broma o de jugarreta de día de brujas, pero en realidad ya no sabía si lo estaba imaginando o si en realidad estaba ocurriendo. Aun que para ser sinceros el preferiría que estuviera ocurriendo ya que sería de las primera veces que podría encontrarse en una situación de aquel estilo y claro estaba no había pensado en que podía pasar por algo así cuando llego a Glass City.
-¿Qué edad tiene Bongo?-
Claro que tantos tátara tátara tátara tátara no eran normales, por su aspecto Aomine no podía deducir a que época pertenecía Bongo pero seguramente Marceline tendría aquella información, parecía una chica lista y había demostrado cierta habilidad en lo que hacía.
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Bien, tenía que admitirlo: Era la primera vez que Bongo hacía una cosa parecida a esa y le había tomado desprevenida. Esperaba un paseo tranquilo por una feria, una aburrida visita a un ancianato a ver si espantaban a algunas abuelas de la manera tradicional… Jamás se imaginaba que alguien tan… Bongo, hiciera algo como colarse en un hospital, escabullirse hasta la morgue y despertar a las bolas de carroña que usaban para experimentar. Hubiera tomado esta ocasión para derramar una lagrimita de orgullo y aplaudirle por tanto esfuerzo, pero se había acordado que estaba acompañada por Aomine y soltarle tal vez fuese la peor decisión de su vida. No vaya a ser que a último minuto se le fuera corriendo o algo por el estilo.
- ¿Bongo? Pues… es un poco más joven que yo. Debe tirar a los… ¿700 años son los que tienes, no Bongo? No, perdón… tieeeene… ¡736 años! Nada mal para un fantasma de su clase, ¿Eh? Se ha conservado bastante bien para tratarse de un fantasma de su época. ¿Tenía que contarte los años que estuvo vivo, verdad? Si no, réstale unos treintitantos – prosiguió a explicar la vampiro, mirando al suelo cuando éste empezó a temblar – ¿Y eso que lo preguntas en un momento como éste? Pensé que me irías a preguntar algo como “¡¿Qué demonios está pasando?!” o “¡¿Dónde están las cámaras ocultas?!”. Cada vez me agradas más, Mine~ ¿Seguro que no quieres que te haga el boca-a-boca?
Pero ya habría otro momento para que la vampiro escuchara su respuesta, puesto que las camillas empezaron a levantarse de una manera sobrenatural. Más bien, los cuerpos que eran ocultos bajo una sábana, que intentaban liberarse de aquella prisión que los mantenía bien empaquetados en la camilla. Marceline se quedó mirando la escena con expectación, ¡Madre mía! ¿Qué re-carajos es lo que pasaba? Una extraña energía empezaba a emerger poco a poco de las camillas, manifestándose poco a poco como…
- ¿Ectoplasma?
- ¡VIIIIVEEEEN! ¡ESTÁN REVIVIEEEENDOOO! – gritaba Bongo con una alegría inexplicable, la habitación temblaba como si estuviera produciéndose un terremoto - Bueno, técnicamente no están reviviendo. Están…
La situación habló por si sola cuando Bongo había dejado la incógnita en el aire: De los cuerpos putrefactos de quienes correspondían a familiares sumamente lejanos de Bongo, surgieron figuras de más o menos su mismo tamaño que se moldearon a una forma brevemente parecida a la de sus cuerpos en vida. ¡Eran fantasmas!
- ¡Familia! – exclamó Bongo, acercándose a los nuevos fantasmas para abrazar a dos con cada brazo. Los fantasmas, un tanto confundidos, pronto reconocieron a Bongo y correspondieron a su brazo - ¡Qué gusto conocerlos finalmente! ¡Jajajaja!
Uno de los fantasmas que acompañaba al que usaba botas rojas se percató de que todavía habían seres vivos en la habitación (bueno, en realidad… sólo había un ser vivo en la habitación). Mirándolo con la cabeza ladeada, lo señaló con uno de sus pequeños dedos fantasmales:
- tátara-tátara-tátara-tátara-tátara... - «Oh vamos, ¿ésta también está con los "tátara-tátara"? ¡Tch!» pensó la vampiro, fastidiadísima – … tátara-tátara tío Bongo, ¿Nos trajiste la cena?
- ¿“Cena”? – preguntó extrañada la vampiro, cuando se dio cuenta de lo que se refería y volteó a mirar a Aomine.
- ¿Bongo? Pues… es un poco más joven que yo. Debe tirar a los… ¿700 años son los que tienes, no Bongo? No, perdón… tieeeene… ¡736 años! Nada mal para un fantasma de su clase, ¿Eh? Se ha conservado bastante bien para tratarse de un fantasma de su época. ¿Tenía que contarte los años que estuvo vivo, verdad? Si no, réstale unos treintitantos – prosiguió a explicar la vampiro, mirando al suelo cuando éste empezó a temblar – ¿Y eso que lo preguntas en un momento como éste? Pensé que me irías a preguntar algo como “¡¿Qué demonios está pasando?!” o “¡¿Dónde están las cámaras ocultas?!”. Cada vez me agradas más, Mine~ ¿Seguro que no quieres que te haga el boca-a-boca?
Pero ya habría otro momento para que la vampiro escuchara su respuesta, puesto que las camillas empezaron a levantarse de una manera sobrenatural. Más bien, los cuerpos que eran ocultos bajo una sábana, que intentaban liberarse de aquella prisión que los mantenía bien empaquetados en la camilla. Marceline se quedó mirando la escena con expectación, ¡Madre mía! ¿Qué re-carajos es lo que pasaba? Una extraña energía empezaba a emerger poco a poco de las camillas, manifestándose poco a poco como…
- ¿Ectoplasma?
- ¡VIIIIVEEEEN! ¡ESTÁN REVIVIEEEENDOOO! – gritaba Bongo con una alegría inexplicable, la habitación temblaba como si estuviera produciéndose un terremoto - Bueno, técnicamente no están reviviendo. Están…
La situación habló por si sola cuando Bongo había dejado la incógnita en el aire: De los cuerpos putrefactos de quienes correspondían a familiares sumamente lejanos de Bongo, surgieron figuras de más o menos su mismo tamaño que se moldearon a una forma brevemente parecida a la de sus cuerpos en vida. ¡Eran fantasmas!
- ¡Familia! – exclamó Bongo, acercándose a los nuevos fantasmas para abrazar a dos con cada brazo. Los fantasmas, un tanto confundidos, pronto reconocieron a Bongo y correspondieron a su brazo - ¡Qué gusto conocerlos finalmente! ¡Jajajaja!
Uno de los fantasmas que acompañaba al que usaba botas rojas se percató de que todavía habían seres vivos en la habitación (bueno, en realidad… sólo había un ser vivo en la habitación). Mirándolo con la cabeza ladeada, lo señaló con uno de sus pequeños dedos fantasmales:
- tátara-tátara-tátara-tátara-tátara... - «Oh vamos, ¿ésta también está con los "tátara-tátara"? ¡Tch!» pensó la vampiro, fastidiadísima – … tátara-tátara tío Bongo, ¿Nos trajiste la cena?
- ¿“Cena”? – preguntó extrañada la vampiro, cuando se dio cuenta de lo que se refería y volteó a mirar a Aomine.
- Spoiler:
- Si quieres también puedes manipular a los fantasmas que recién llegaron< 3 A todos menos a Bongo, pues (?) Saluditos :3
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 28/07/2014
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Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
El peli azul presto atención a la explicación que le daba la chica, aunque para ser realistas más que una explicación parecía el fragmento de alguna novela de ficción. Aunque claro no había por que descartar el hecho de que de alguna manera aquello fuera real, hasta el momento Marceline no había dado pauta a que Aomine desconfiara de ella sino todo lo contraria. Por lo que tomo sus palabras con seriedad y espero a que terminara de hablar, para después responder.
Eso habría querido el chico de orbes azules cuando el piso comenzó a temblar por la intensidad de los movimientos, en un principio había pensado que era otro de sus mareos a causa de su condición actual pero después de que se había prologado aquello más tiempo que sus mareos anteriores supo que no era un simple mareo. Claro estaba que las cosas solo iban a mejor ya que ahora parecía que había entrado a una especie de película paranormal ya que los cuerpos comenzaban a moverse o por lo menos eso le parecía a él.
-Bongo-
Dijo Aomine mientras contemplaba aquel raro espectáculo, por un momento pensó que se trataba de zombis pero al ver que algo se separaba de los cuerpos dejando aquellos recipientes de lado. Se percató de que tal vez era más correcto compararlos con fantasmas, si aquello hubiese pasado en noche de brujas Daiki lo hubiese dejado de lado pero que el recordara aún faltaba algo de tiempo para aquellas festividades.
La escena del abrazo familiar que había creado Bongo sin duda era un momento muy especial claro si dejábamos de lado el hecho de que eran seres sobre naturales, Aomine miraba lo que estaba ocurriendo pero sin acercarse para no arruinar el momento. Cuando uno de ellos lo señalo el chico se quedó mirando y después sonrió de lado con aquella mirada desafiante, no sabía que sería lo que vendría pero sin duda estaría listo para lo que sea.
Eso habría querido el chico de orbes azules cuando el piso comenzó a temblar por la intensidad de los movimientos, en un principio había pensado que era otro de sus mareos a causa de su condición actual pero después de que se había prologado aquello más tiempo que sus mareos anteriores supo que no era un simple mareo. Claro estaba que las cosas solo iban a mejor ya que ahora parecía que había entrado a una especie de película paranormal ya que los cuerpos comenzaban a moverse o por lo menos eso le parecía a él.
-Bongo-
Dijo Aomine mientras contemplaba aquel raro espectáculo, por un momento pensó que se trataba de zombis pero al ver que algo se separaba de los cuerpos dejando aquellos recipientes de lado. Se percató de que tal vez era más correcto compararlos con fantasmas, si aquello hubiese pasado en noche de brujas Daiki lo hubiese dejado de lado pero que el recordara aún faltaba algo de tiempo para aquellas festividades.
La escena del abrazo familiar que había creado Bongo sin duda era un momento muy especial claro si dejábamos de lado el hecho de que eran seres sobre naturales, Aomine miraba lo que estaba ocurriendo pero sin acercarse para no arruinar el momento. Cuando uno de ellos lo señalo el chico se quedó mirando y después sonrió de lado con aquella mirada desafiante, no sabía que sería lo que vendría pero sin duda estaría listo para lo que sea.
- Spoiler:
- Muchas gracias los ocupare el siguiente turno.
Invitado- Invitado
Re: {L} That it's a thriller, thriller night!
Definitivamente, eso no iba a terminar bien. Cuando un fantasma se interesaba en un humano como “cena”, era casi como tomar una regresión y hacer una secuela de Masacre en Texas. No sabía si sonreír o darle una bofetada a Aomine cuando le vio sonreírle al fantasma, ¿Es que querían que lo sirvieran con coca-cola y una ensalada aparte? De ninguna manera iba a dejar que esos bichos se lo comieran, era demasiado lindo para morir de una forma tan cruel y despiadada. Sin importar lo muy cómoda que estuviera abrazando el fornido brazo de su acompañante, se puso delante de él para que los fantasmas supieran que debían conservar la distancia.
- Lo siento, pero él no es platillo de nadie… O al menos no de ustedes, yo lo vi primero – digo, poniendo ambas manos en jarra. Antes de que continuar, se giró para ver de reojo a su acompañante y guiñarle un ojo, con una sonrisa acolmillada – ¿Por qué no mejor se dan un tour por éste nuevo mundo y Bongo les da una instrucción de cómo ser un fantasma para principiantes mientras me llevo a éste galanazo fuera de peligro? Un placer haber conocido a tu familia, Bongo, pero no veo qué emoción tie-…
- ¡Pero tenemos hambre! – protestó el mismo fantasma, antes de flotar en dirección a Marceline, Bongo le sujetó el brazo para moderar sus movimientos - Queremos comer, ¡Tenemos el derecho!
- Mira, cariño, no sé hasta qué punto viste películas de fantasma en tu vida pasada, pero creo que no estás enterado que los fantasma NO pueden comer. Que te lo diga Bongo, es el experto – y señaló al fantasma de las botas rojas, viendo cómo él mismo traslucía (ergo, sudaba fantasmalmente).
- ¡No me refiero a comer carne humana! ¡Quiero su cuerpo!
- … Perdón, ¿Qué dijiste? – le dio unos golpecitos en el abdomen a Aomine, muy disimuladamente, para que fuera retrocediendo.
- ¡Quiero volver a estar vivo, y tengo un cuerpo que puedo tomar! ¡Uno vivo!
- E-Eh… cariño, no pued-…
- ¡Dámelo ahora!
El fantasma se zafó del agarre de Bongo y en su rostro fantasmagórico se mostró una expresión sedienta de carne, como esas que usaba Marcy en el 86’ para asustar a los ingenuos que creían en cuentos de hadas a esas alturas de la humanidad. La vampiro tragó saliva, mirando alternativamente a Bongo, Aomine y al fantasma hambriento mientras daba pasos hacia atrás. Los otros compañeros “polluelos” se quedaran mirando atónitos a su compañero, que se acercaba como si fuera alguna especie de depredador de película.
- ¿Todavía quieres ver si es inofensivo o prefieres que juguemos a las escondidas un rato? – preguntó a Aomine, sin despegar la mirada del fantasma.
- Lo siento, pero él no es platillo de nadie… O al menos no de ustedes, yo lo vi primero – digo, poniendo ambas manos en jarra. Antes de que continuar, se giró para ver de reojo a su acompañante y guiñarle un ojo, con una sonrisa acolmillada – ¿Por qué no mejor se dan un tour por éste nuevo mundo y Bongo les da una instrucción de cómo ser un fantasma para principiantes mientras me llevo a éste galanazo fuera de peligro? Un placer haber conocido a tu familia, Bongo, pero no veo qué emoción tie-…
- ¡Pero tenemos hambre! – protestó el mismo fantasma, antes de flotar en dirección a Marceline, Bongo le sujetó el brazo para moderar sus movimientos - Queremos comer, ¡Tenemos el derecho!
- Mira, cariño, no sé hasta qué punto viste películas de fantasma en tu vida pasada, pero creo que no estás enterado que los fantasma NO pueden comer. Que te lo diga Bongo, es el experto – y señaló al fantasma de las botas rojas, viendo cómo él mismo traslucía (ergo, sudaba fantasmalmente).
- ¡No me refiero a comer carne humana! ¡Quiero su cuerpo!
- … Perdón, ¿Qué dijiste? – le dio unos golpecitos en el abdomen a Aomine, muy disimuladamente, para que fuera retrocediendo.
- ¡Quiero volver a estar vivo, y tengo un cuerpo que puedo tomar! ¡Uno vivo!
- E-Eh… cariño, no pued-…
- ¡Dámelo ahora!
El fantasma se zafó del agarre de Bongo y en su rostro fantasmagórico se mostró una expresión sedienta de carne, como esas que usaba Marcy en el 86’ para asustar a los ingenuos que creían en cuentos de hadas a esas alturas de la humanidad. La vampiro tragó saliva, mirando alternativamente a Bongo, Aomine y al fantasma hambriento mientras daba pasos hacia atrás. Los otros compañeros “polluelos” se quedaran mirando atónitos a su compañero, que se acercaba como si fuera alguna especie de depredador de película.
- ¿Todavía quieres ver si es inofensivo o prefieres que juguemos a las escondidas un rato? – preguntó a Aomine, sin despegar la mirada del fantasma.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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