Volviendo a viejas prácticas (libre)

Después de pensarlo seriamente el día siguiente de mi enfrentamiento con aquellos dos demonios, y de ser "regañado" por la Señorita Camille, llegué a la conclusión que tenía que continuar con mi entrenamiento. No sé si habría otro ataque a mi persona en un futuro, pero era mejor no arriesgarse. Así que aprovechando la madrugada del día sábado, decidí ir al bosque a entrenar.

Volando me fui a una zona donde se recomendaba a los turistas no entrar si no querían perderse. De ahí proseguí a pie hasta que me conduje a un lago en el cual era alimentado por una cascada, y que le seguía un río que desembocaría al mar en varios kilómetros.

Llevaba conmigo un pantalón de mezclilla, zapatos para caminata, una camisa roja, mi máscara que cubría mi boca, mejillas y nariz -por seguridad en caso de que algún despistado se adentrara a donde estaba-, y por su puesto mi espada.

Dejé mi camisa y zapatos a un lado, entré a las orillas del lago hasta donde el agua pasaba mis tobillos, y medité un poco preparando mi energía. Después de unos 5 minutos, cargué mi ataqué, y lancé una bola de hielo al cielo, que se trozó en varios pedazos filosos en el aire. Ahí desenvainé mi espada y corté todos los trozos que caerían hacia mí, destruyendo todos. Sí, esto era un típico entrenamiento mío.

Luego de estar casí 3 días en el cambio de ciudad, mi trabajo, mi tapadera de trabajo y no poder encontrar tan fácilmente unos pandas, quería por un momento distraerme y querer matar un par de cosas para poder dejar de sentirme tan frustrado de todo esto...
Así que aquí estaba, arriba de un árbol, jugando con las pequeñas bombas caceras que suelo fabricar, haciendo explotar un par de cosas, hasta que sentí un ruido a lo lejos y al mirar vi como a la distancia algo se elevó y cayó en muchos fragmentos.- ¿Pero que mierda? - por un momento casi dejo caer una de mis bombas en mi pantalón, al agarrarla lo más rápido posible y volviendo a colocarla en mi cinturón de bombas, me paré y comencé a saltar de árbol en árbol para poder llegar al lugar donde vi aquella extraña pero llamativa explosión.
- Pero mira nada más que me he encontrado - extraño pero cierto, en muchos de mis encargos como asesino me he enfrentado con criaturas como esté chico, sin duda es todo un caso y muy díficil de encontrar, también de matar, por suerte este no es para nada mi objetivo en este lugar.
Debería solo quedarme aquí mirando o podría asustarlo, la verdad no estaría mal tener un enfrentamiento amistoso para calentar.
- Quizá lo asusté un poco si salgo de la nada no? - estar aquí mirando igual es divertido jeee~

Acabando con esa "demostración", volvió a hacer el mismo procedimiento, pero esta vez, al lanzar la bola de hielo, esta parecía adquirir una forma de un dragón asiático, volviendo a explotar en fragmentos en el cielo. Mientras Julius volvía a cortar aquellos que se dirigían a su persona, sólo escuchó una voz. —Parece que te observan— Con un sobresaltó miró a donde creyó escuchar aquella voz, y es que, esta parecía sonar cerca de él, casi como si en realidad la voz fuera dentro de él. Sólo que aquel descuido lo hizo bajar la guardia y casi ser alcanzado por otro fragmento de hielo, el cual sólo logró arrojar a un lado, cosa que lo hizo preocuparse. Estaba lejos de la gente, pero igual temía dañar a alguien.

Salió corriendo hacia la dirección del cristal de hielo, después de verlo enterrado en un árbol, suspiró aliviado que no haya pasado a mayores, pero de nuevo esa voz "interior" llamó su atención. —¡Arriba!— Volvió a mirar a los lados, un poco exhaltado, pero al no ver a nadie, giró su vista adonde le había ordenado, logrando divisar un sujeto en la copa del árbol.

Por un momento sentí que podría haberme llegado una de esas cosas que aquel chico lanzaba... pudo ser bastante peligroso, pero afortunadamente solo llegó al árbol que estaba enfrente de mi. No sé si debería hacer acto de precencia o simplemente desaparecer y dejar que aquel muchacho siguiera en lo que sea que estaba haciendo.
Me disponía a dejar el lugar cuando depronto aquel sujeto comienza a mirar alrededor para acabar mirando en dirección a la copa del árbol donde me encontraba. Sus ojos hicieron contacto con los míos, yo lo sentí, a diferencia de él que seguro solo vió mi flequillo...su rostro cambió a uno de alerta, ya no sabía que hacer, esto era muy incomodo...
-Eeeh....hola? Disculpa, no quería estár espiando o algo ... .-Levante ambas manos y las moví negando, quizá así podría entender que no estaba intentando hacer algo en su contra...-por cierto, lindo dragón el que hiciste.-
El chico solo seguía ahí, quieto, observándome, no suelo ser yo al que observan de esa manera, es incómodo, mmmh... quizá debería tirar una pequeña bomba y desaparecer, esperemos a ver qué dice, si hace algún movimiento sospechoso...lo matare, ¿Cuantas bombas tendré que usar para acabar con él? Me da un poco de curiosidad...

Julius lo miraba seriamente ¿Qué hacía alguien en un lugar tan apartado? ¿Debía considerarlo amigable o una amenaza? También se preguntaba si aquel sujeto era humano. No podía divisarlo muy aún desde donde estaba, además parecía no inmutarse con uno de sus ataques. El ángel tenía que ser prudente. En especial después de la seguidilla de sujetos poco amigables que empezaban a aparecer en su ahora nueva "vida humana".

—¿Qué haces aquí?— Preguntó sin titubear, analizando cualquier movimiento que el otro podría hacer. —¿Qué haces aquí?— Volvió a preguntar, alerta, sin quitar la vista de los movimientos de aquel sujeto. Esperando a que bajara de ahí y no intentara alguna acción violenta en contra de él.

-Que haces aquí?.-

Mm...no sabia muy bien que responder a aquello, que se supone que dijera, tampoco se si me creerá lo que le vaya a decir, supongo que mostrar una versión mía más amistosa puede que ayude a no generar problemas, ahora ¿Cómo se es amigable? No tengo idea de como ser esa clase de persona.
Tome la desecación y me moví hacia donde el se encontraba, tan rápido como se suponía que me podía mover, como si pudiera teletransportarme.

Y cuando me encontraba frente a él decidí responder.- quería explotar un par de cosas, solamente eso.- cuando me encontraba ya en esa distancia con aquel rubio, me percate de su apariencia, era aún más bonito de lo que se veía a distancia, la luz de la luna no solo se reflejaba en su dorado cabello, si no que hacía que sus ojos verdes parecieran de un felino de lo verde que se veían.-eres bastante guapo so sabias? perdón si moleste pero de verdad no quiero harte daño, es más podríamos tener un combate amistoso ¿Qué te parece? -

Intente sonreír, de forma que no me viera como un enemigo, pero no tenía idea si estaba funcionando porque al momento de sonreír se puso alerta de nuevo, se me olvido que mis dientes de tiburón no se ven para nada amistosos para las personas.

-Si sientes que soy demasiado invasivo, puedes decírmelo y me iré en este momentos chico ángel .-parecía un ángel así que decidí llamarlo así, no se si sea la mejor forma, pero ya no sabia que decir para que bajara un poco la guardia, la verdad mis ganas de matar en este momento eran nulas, si no es mi objetivo no me gusta tener que luchar con la gente, sí no me pagan no utilizo mucho mis habilidades, solo hago explotar cosas cuando se me da la gana.

Julius, debjado de esa máscara, se mostraba desafiante; sus ojos claramente podían demostrar que no mostraba confianza ante aquel desconocido, menos después de ver su apariencia...

—¿Explotar?...— Esa frase que dijo lo hizo tener dudas. ¿Hablaba literalmente? ¿Metafóricamente? ¿Por qué?. Igual, Julius no se sentía en confianza para tener un "duelo amistoso", y más cuando empezó a sentir una prescencia ajena a ellos dos presente, pero...como si viviera en el mismo Julius. No quería que un día de entrenamiento acabara en un desastre.

Si giró de rumbo al lago donde estaba —No tengo idea lo que seas, pero no pienso luchar contra ti. Regresa de donde vengas y no causes problemas— Puntualizó severo.

Spoiler:

Me sorprendió, no esperaba que aquel chico con apariencia angelical me dijera tan cortante que me fuera y no causara problemas... yo soy cuidadoso, solo hago explotar zonas predeterminadas.
-Pero que aburrido, no encuentras interesante poder luchar conmigo...- hice un gesto como de dolor-¿Es por que no soy bonito verdad?-dije mientras hacia ruiditos de sollozos, solo intentaba no verme como un enemigo.

No quería irme, menos después de encontrar esta persona tan interesante, sin duda en esta ciudad hay más gente peculiar de lo que había investigado. Él chico solo me dirigía miradas extrañas, no sabia si quería golpearme o no podía creer las bromas que le acababa de hacer. Pero no conseguía que dejara de estar tenso, ni alerta, como si no confiara en lo que dije de no atracarlo, cosa que entendía pero de verdad no quería pelar, o por lo menos no a muerte...

Giró el rostro para verlo de reojo sobre la espalda. Julius no solía luchar por placer o deporte, sólo lo hace como parte de su deber, por lo que no tomó tan bien ese comentario. No era prudente dejarse llevar por él, pero tampoco dejarlo así como así. Debía entretenerlo, pero no como el sujeto quería.

—Por nuestro bien, es mejor no pelear, pero veo que parece que buscar pasar el tiempo...— Se fue junto a una roca lo suficientemente grande para sentarse, ahí se giró para poder ver a la extraña persona mientras estaba descansando —¿Qué eres exactamente? Se nota que no eres humano...al menos no del todo.

Sonreí con una extraña malicia...
-No se de que hablas, solo soy una persona que le gusta hacer explotar cosas, pero no te voy a mentir, normal no soy

No era que le mentía, hace mucho tiempo que soy consiente que normal no soy y no hablo de apariencia, si no de fuerza y de durabilidad en batalla, también la vez que sobreviví como si nada a una herida mortal, pase mi mano sobre mi pecho donde se encontraba la cicatriz.-¿y tú, que eres exactamente? esa gran demostración no es de alguien normal

No lo seguí a la roza, si no que opte por mantener mi distancia y solo sentarme en una gran rama que estaba cerca de mi, apoye una pierna en ella y deje la otra colgando al mismo tiempo que jugaba con una pequeña pero potente bomba en mi mano.

Estoico, el ángel seguía observando los movimientos del sujeto. Saber con quién o qué trataba lo haría tener una mejor forma de actuar en caso de un problema, pero no era prudente darle cuerda a este loco, ni mucho menos dejarlo correr libre si dice ser lo que es.

Hizo un corto silencio ante la pregunta. —Tienes razón, no soy normal, pero tenía que sacarle provecho a los  siglos de vida que tengo— Pausó mientras veía su mano y cómo salían unos copos de nieve antes de volverlos a desaparecer. —Soy sólo un helénico— Comentó sin mentira alguna, después de todo seguía considerándose un paladín helénico. Mencionar abiertamente que es un ángel ya le había dado problemas.

—Vuelvo a preguntar: ¿Qué eres?