Nunca subestimes el poder de un labial [Danielle]

Definitivamente aquel labial no le estaba quedando más, sentía como que el brillo labial ya no bastaba en algunas ocasiones y no sabía que labial escoger, había intentando llamar a uno de sus padres que era como un confidente para ella en ese tipo de cosas, siempre le decía los colores correctos y como por arte de magia siempre le quedaba bien cada cosa que él recomendaba, pero ahora mismo no podía comunicarse con él al parecer estaba trabajando. Suspiro con un poco de desilusión al ver que no podía hablar, era normal que las sesiones durasen horas a veces así que no podía pretender tanto de él.

Luego de bañarse, cepillarse los dientes y desayunar, fue a dar una pequeña vuelta por la ciudad debería intentar comprarse algún labial por cuenta propia y también intentar comprarse un adorno para el pelo, le gustaba que estuviese suelto pero aún así quería probar nuevos peinados en ese cabello, era tan largo que sería un desperdicio no hacer algún lindo peinado en él, pero lamentablemente no era buena en esas cosas, con suerte podía hacerse pony tails o trenzas, sus capacidades no alcanzaban más allá de eso. Una vez que salió del apartamento tomo el bus hasta la zona en donde supuestamente quedaban los comercios a partir de allí se armó de valor para observar cada una de las tiendas, pero cada vez que estaba a punto de entrar a una sencillamente titubeaba y no sabía qué hacer, era su primera vez comprando sola ese tipo de cosas y no pensaba que le iba a costar tanto entrar a una tienda que solo vendía cosméticos.

-Vamos, es solo comprar un labial….- dijo en voz baja intentando adentrarse a una de las tiendas, pero solo se ponía a dudar sobre lo que debía hacer- Tal vez debería dejarlo para otro día…¡no!- respiro profundo y se dio la vuelta de manera tosca caminando en otra dirección sin darse cuenta que había alguien en su camino, al final termino chocando a esa persona y cuando quiso darse cuenta de quién era se relajó un poco- Profesora, ah yo la vi en la sala de maestros dudo que me recuerde- en ese momento reacciono– Ah, lo siento ¿no te lastime? ¿No? A veces soy un poco tosca al moverme- explico mientras observaba con algo de preocupación a su “maestra”.

Ese tonto de Marcov que no había atendido el teléfono, en verdad era una emergencia de moda, si bien este al poco rato le mando un mensaje diciéndole que no podía llamarla y que lo lamentaba junto con un bonito “te amo” como firma, esos padres que tenía en verdad la hacían avergonzar un poco ¿Cómo era posible que dijesen o escribieran aquellas palabras con tanta facilidad?, si bien a ella le agradaba obviamente en ocasiones la hacían echar para atrás. Llego a leer ese mensaje después de que choco con su profesora, pero apenas tuvo que mirar el celular y ruborizarse un poco para luego fijar su vista a donde estaba su profesora, ella era sumamente bonita y sobre todo muy graciosa, eso provoco que la menor sonriese apenas de modo sutil- Que pena, aunque pensé que iba a decir que la estaba persiguiendo por ser linda- si bien la menor decía las cosas que pasaban por su cabeza sin pensarla a veces, no lo hacía para coquetear y definitivamente no era una persona de ese estilo, a veces era bastante honesta en ese sentido y no se daba cuenta de ello.

Cuando su profesora hizo aquello con sus brazos lo único que le quedo a la joven An, fue reírse por eso obviamente se sintió un poco mejor después de eso, la profesora sabía cómo hacer para que sus alumnos no se sintiesen mal o culpables- Profesora usted se ve tan pequeña y delicada que se me hace difícil ver que tenga fuerza, pero prefiero no subestimarla- confeso sincera, nunca había que juzgar a una persona por su apariencia a veces podía llegar a sorprender- Y soy Anael Sprenger, soy la nueva alumna que viene de Países Bajos. – se presentó la joven dejando de sentirse nerviosa, el comprar maquillaje por primera vez en esos lados en verdad hacia que se pusiera nerviosa y no sabía qué hacer, como hablar o como entrar esas cosas siempre las había hecho Marcov por ella y ahora estaba en esa difícil situación de no saber qué hacer, además no sabía si el color que escogería le iría bien.

-Profesora, no se vaya a reír por esto…pero, estoy aterrorizada. La verdad es que iba a pedirle a mi padre para comprar un labial nuevo, pero no sé qué hacer y no puedo interrumpir su trabajo.- era difícil que se mostrase nerviosa o insegura ante algo, pero debía aprender a comprar ese tipo de cosas. Esas cosas en verdad eran vergonzosas de decir y lo peor de todo es que no sabía que fuese tan difícil entrar a una tienda para comprar un simple labial, ahora que lo pensaba no sabía si a todas las mujeres les pasaba lo mismo que a ella, en ese momento lo ignoraba y si bien quería entrar a la tienda no podía dar ni un solo paso adentro de ella.

Se había sorprendido ante la reacción de su profesora, sinceramente no se había esperado que hiciera aquello así que se quedó en su lugar un poco sorprendida escuchando atenta a lo que decía. Y la verdad que sí, sus padres eran realmente tiernos en todo lo que ella necesitaba así que era una persona con mucha suerte o más bien una “niña” con mucha suerte- Tengo suerte de tener padres que me quieran a ese punto y sí, soy primeriza- confeso en voz alta sin tener vergüenza al admitir algo como eso, ella siempre los amaría aunque a esa edad la vergüenza le ganaba cuando debía admitir algo como eso y bueno no era para nada sencillo. Todo resultaba ser tan difícil, pero ahora estaba más calmada gracias a la presencia de aquella mujer, pero por momentos sintió algo extraño cuando le agarro de su brazo, se sorprendió al notar que su corazón palpito un poco más fuerte de lo habitual por décimas de segundo, en su interior llego a preguntarse que había sido eso y luego lo ignoro, para luego observar a la profesora que le dijo con toda seguridad que le enseñaría sobre aquello. Obviamente An se sintió un poco más tranquila y entro con ella a la tienda intentando ser un poco más valiente. Casi nadie se fijó en ellas porque seguramente parecían dos amigas que solo pasaban por allí de compras.

Estuvo atenta cuando la más grande le señalo el lugar donde estaban los labiales y allí se dio cuenta de una cosa en particular, el tono de voz de la profesora era extraño, si bien era suave y melodioso, había algo distinto, tal vez era falta de oído pero no tenía voz de mujer pero se veía completamente como una. La muchacha se quedó pensativa por unos segundos en eso y luego sacudió con suavidad la cabeza, no debía pensar en eso y debía ir por los labiales. Acompañada por su profesora camino de manera decidida hasta esa sección y se quedó observando los labiales fijamente- Yo…- con su mano libre e indecisa intento tomar uno pero comenzó a dudar de que color iría mejor. Necesitaba a su padre allí siempre se sentía segura con el ahí, si tan solo estuviese en ese lugar – No, no puedo molestarlo- pensó en voz alta y respiro con profundidad intentando decidirse con tranquilidad por un labial. El primero que escogió fue uno de tonalidad rosa bebe, el cual le pareció lindo pero no de su agrado, el segundo fue uno color cobre que le pareció muy maduro para ella, incluso el tercer color que saco no lo sintió como para usar, se había desalentado un poco hasta que casi al fondo observo un color que parecía ser el único que quedaba, lo tomo y observo bien de que se trataba- “Cherry Red”- era el color que necesitaba para salir un poco de esa rutina, aunque parecía muy llamativo tal vez debería intentar usarlo – llevare este y…- observo a los alrededores hasta notar por donde estaba la parte de perfumes- Y creo que llevare también un Tommy Girl, se me estaba acabando ese perfume-ahora que lo recordaba no le quedaba mucho del frasco y necesitaba uno nuevo.

-Ah, lo siento profesora. La estoy arrastrando aquí por capricho mío, soy bastante inmadura al solicitar por la ayuda de mi padre…creo que le moleste- en ese momento miro hacia un lado y observo un cartel con la imagen de un modelo, salía en una de las portadas de Pacco Rabanne- Ah, es papá salió bien en la nueva publicidad- era un modelo solicitado debido a su larga carrera así que era de lo más normal que lo solicitaran en algunas campañas para marcas como esas.-

La menor llego a ruborizarse de modo sutil ante la respuesta de la profesora, no debía cohibirse a la hora de preguntarle algo después de todo era la profesora que le habían asignado para ese tipo de cosas así que debía aprovechar un poco de aquella situación para aprender más sobre aquellas cosas. Sus piro y luego respiro profundo fijándose en el labial para luego escuchar lo que decía su profesora sobre aquello, a la chica se le iluminaron los ojos al escuchar aquello y sonrió de manera amplia, pues tenía una foto en su celular sobre la marca que decía ¡¿Cómo no recordarla?!, claro que lo hacía era lo que había salvado la relación de sus padres- ¡claro que lo recuerdo!- dijo sonriendo ampliamente con gran felicidad como si fuese una niña pequeña, esas cosas solo hacía que su corazón se abriese más y mostrase toda esa alegría infantil y amorosa. Cuando hablaban de su familia para ella era inevitable recordar cosas tan particulares e importantes.

- La diseñadora, una mujer hermosa… -. Si no hubiese sido por aquella campaña seguramente aquel hombre que ahora era su segundo padre hubiese pasado a ser un completo desconocido, era lo que siempre le repetían una y otra vez sus dos guardianes.- Aquí, tome- le paso su celular con una foto que parecía tener sus años, obviamente la chica la había escaneado y guardado en su móvil porque en verdad era importante.- Allí estamos mis padres y yo, en mi caso parecía un niño. No fue una buena época para mí, incluso me metía en peleas muy seguido, era toda una buscona- confeso riéndose un poco avergonzada por ese hecho, recordar momentos tan nostálgicos y sus padres siempre tan dedicados a lo suyo. Ahora vivían una vida más feliz y ambos habían progresado demasiado desde ese entonces, podría decirse que al conocerse había saltado grandes peldaños entre los dos.- Ah…algunos puede molestarles el hecho de que sean una pareja de ese estilo y respeto los ideales de algunos siempre y cuando no insulten a mis padres. Así que si a la profesora le molesta respeto su opinión- confeso la chica tranquila y amable, nunca había muchas aprobaciones cada vez que ella decía ser hija de una pareja homosexual o muy de vez en cuando la gente la compadecía, pero ella jamás había sentido que la vida fuese más difícil por tener padres del mismo género eran seres humanos, no había que darle mucha vuelta al asunto.

- Mi padre también dijo que allí hizo un amigo que le aconsejo muchas cosas que salvaron la relación de el con mi papá así que, creo que estoy agradecida con el también. Gracias a eso soy una persona muy afortunada por tener a los mejores padres del mundo- admitió completamente sincera.- Por cierto…ahora que lo recuerdo ¿usted no tenia de apellido Lavezzi?, no sabía si tenía relación con la marca y no me atrevía a preguntar. Pero gracias, de verdad gracias-