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{P} Pandas.
Music is War :: Glass City :: Centro de la Ciudad :: Calles
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{P} Pandas.
- Recuérdamelo de nuevo… ¿Cómo dices que se pasea esta cosa?
- ¡Tenle respeto! Que no se pueda mover y no ladre no significa que sea una “cosa”. Ahora, ¿Me vas a pasar la correa o no?
- Eh… vale vale, pero es que no me gusta cómo me mira.
- Claro que no, si tú le miras como si fuera un chucho, te devolverá la mirada.
- … ¿Segura que está viva?
- ¡Bongo!
- ¡Yaaa, yaa! ¡Te paso la correa!
¿Qué? ¿Ahora nadie podía pasear a su perro disecado en la calle? Qué descorteses.
Era extraño el decirlo, pero esta mascota de Marceline, “Schwable”, parecía mucho más viva que el propio Bongo. Schwable es un pequeño poddle blanco de Marceline, pero el pequeño, además de adorable, tenía una particularidad. Es decir, ¿Dónde y cuándo encontrabas a un perro disecado tan adorable como ése? El día de hoy su labor era presumirlo ante los demás perros de por ahí, tan chuchos y raros con la lengua afuera. Schwable también la llevaba afuera, pero era tan pequeña y adorable que su apariencia se le hacía más adorable a la vampiro.
¿Cabía mencionar que al ser disecado no se movía? En efecto, de por sí no podía hacerlo. Marceline iba arrastrando al pequeño animal como para disimular como quien no quiere la coas. Al llegar al parque, se encontró con un pequeño grupo de caninos que eran llevados por sus respectivos amos, de todas las razas y pues… ¿Colores? Venga, ver un perro con pelaje verde era casi igual de interesante que pasear a Keilla, pero hoy el día era enterito para su Schwable.
- Bueno chico, como veo que no tienes ganas de buscar la pelota o enterrar otros perros – dijo a su perro, echada en el pasto junto con el perrito blanco que tenía los ojos puestos sobre ella – ¿Se te ocurre hacer algo interesante, Schwable? – le miró sonriente, cuando vio que el perrito parecía echarse a un lado (ya fuera por equilibrio o porque “él lo haya hecho”) hasta caerse – Ah… vale, quieres dormir. ¡Bueno, no hay problema! Mami irá a por una botana, ¿Te parece?
El perro no le respondió, pero la muchacha parecía haber entendido “su mensaje” antes de levantarse del pasto, levantarlo a él y dejarlo debajo de la sombra de un árbol, acariciándole la cabeza antes de marcharse para buscarle una botana.
- ¡Tenle respeto! Que no se pueda mover y no ladre no significa que sea una “cosa”. Ahora, ¿Me vas a pasar la correa o no?
- Eh… vale vale, pero es que no me gusta cómo me mira.
- Claro que no, si tú le miras como si fuera un chucho, te devolverá la mirada.
- … ¿Segura que está viva?
- ¡Bongo!
- ¡Yaaa, yaa! ¡Te paso la correa!
¿Qué? ¿Ahora nadie podía pasear a su perro disecado en la calle? Qué descorteses.
Era extraño el decirlo, pero esta mascota de Marceline, “Schwable”, parecía mucho más viva que el propio Bongo. Schwable es un pequeño poddle blanco de Marceline, pero el pequeño, además de adorable, tenía una particularidad. Es decir, ¿Dónde y cuándo encontrabas a un perro disecado tan adorable como ése? El día de hoy su labor era presumirlo ante los demás perros de por ahí, tan chuchos y raros con la lengua afuera. Schwable también la llevaba afuera, pero era tan pequeña y adorable que su apariencia se le hacía más adorable a la vampiro.
¿Cabía mencionar que al ser disecado no se movía? En efecto, de por sí no podía hacerlo. Marceline iba arrastrando al pequeño animal como para disimular como quien no quiere la coas. Al llegar al parque, se encontró con un pequeño grupo de caninos que eran llevados por sus respectivos amos, de todas las razas y pues… ¿Colores? Venga, ver un perro con pelaje verde era casi igual de interesante que pasear a Keilla, pero hoy el día era enterito para su Schwable.
- Bueno chico, como veo que no tienes ganas de buscar la pelota o enterrar otros perros – dijo a su perro, echada en el pasto junto con el perrito blanco que tenía los ojos puestos sobre ella – ¿Se te ocurre hacer algo interesante, Schwable? – le miró sonriente, cuando vio que el perrito parecía echarse a un lado (ya fuera por equilibrio o porque “él lo haya hecho”) hasta caerse – Ah… vale, quieres dormir. ¡Bueno, no hay problema! Mami irá a por una botana, ¿Te parece?
El perro no le respondió, pero la muchacha parecía haber entendido “su mensaje” antes de levantarse del pasto, levantarlo a él y dejarlo debajo de la sombra de un árbol, acariciándole la cabeza antes de marcharse para buscarle una botana.
- Clothes:
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Pandas.
Era un día soleado, bonito y agradable... Al parecer Glass City estaba lleno de esos días. Quizás demasiado soleado.. y gradable. Esta bien, ver el lado bueno de las cosas no era su fuerte y es que, le molestaba un poco la presencia del sol. Pero estaba lo suficiente aceptable como para tirarse a dormir un rato al aire libre y dejarse llevar por las sensaciones. Al parecer Haru no lo podía evitar. Para él era una especie de "llamado de la naturaleza" que lo incitaba a no hacer nada productivo durante esos días.
¿Cómo era que se llamaba ese lugar? .. Que importaba, había un lugar cómodo y estaba cerca de uno de los pocos árboles que daba sombra suficiente a esa hora y era tranquilo. Entonces vagando, pero esta vez en sus pensamientos, pensó seriamente en la posibilidad de que sus horarios serían drásticamente cambiados y pronto se vería obligado a buscar residencia fija y todas esas molestias por el estilo.
-Nghhh.. - El gutural sonido daba una negativa ante la posibilidad de aquello e hizo que se moviera en el sitio, como si aquello le sacara de encima esos pensamientos. Tendiéndose a gusto en una zona que estaba seguro, no lo molestarían. Poner su mente en blanco. Sentir la brisa acaricandole la piel y de paso respirar profundo esa frescura. Sentir a unos perros jugando por ahí. Escuchar una discusión a la distancia. La disución estaba subiendo de volumen. Al parecer ya no estaba tan a la distancia. Al parecer el lugar predilecto no era a prueba de gente fastidiosa.
Estaba un poco más curioso acerca de qué podría tratar la disputa, que molesto como para ir directamente y calmar los ánimos por sí mismo. Entonces se dió cuenta que lo que al principio se escuchaba lejos, tan sólo se encontraba a la vuelta del árbol en el que él se apoyaba.
Según escuchaba, el tema era un perrito. Entonces se acomodó divertido, levantando ligeramente las rodillas y apoyando en ellas sus manos, para enterarse qué ocurría. Los involucrados eran una mujer y un hombre que no sabía tratar a los animales. Aunque quizá el animal fuera especial. Ya sólo el nombre lo sonaba; "Schwable".
La chica fué a buscarle comida a su perro, de manera que el momento ideal para curiosear y ver al perro por su propia cuenta, era ahora. Si quiere tanto a su mascota ¿Porqué lo habría dejado ahí solo triste y con hambre? Eso no era normal. Aunque, después de sacudirse un poco unas hojas caídas y rodear el árbol se dió cuenta de la particularidad del can y lo poco que tenía que ver con "normal". Pero, había algo en él que lo seguía haciendo "[i]Lindo[i/]".
Se acercó para comprobar lo que veía y se sorprendió un poco al notar que no estaba del todo muerto, pero a la vez tampoco vivo. En el fondo Haru se puso a jugar con el perro tirándolo al aire con poca delicadeza, olvidándose que no era suyo y que la dueña no se demoraría mucho en traerle una botana. Fuera lo que comiera esa criatura. A fin de cuentas el perro si resultaba entretenido para perder el tiempo. Casi como un muñeco.
¿Cómo era que se llamaba ese lugar? .. Que importaba, había un lugar cómodo y estaba cerca de uno de los pocos árboles que daba sombra suficiente a esa hora y era tranquilo. Entonces vagando, pero esta vez en sus pensamientos, pensó seriamente en la posibilidad de que sus horarios serían drásticamente cambiados y pronto se vería obligado a buscar residencia fija y todas esas molestias por el estilo.
-Nghhh.. - El gutural sonido daba una negativa ante la posibilidad de aquello e hizo que se moviera en el sitio, como si aquello le sacara de encima esos pensamientos. Tendiéndose a gusto en una zona que estaba seguro, no lo molestarían. Poner su mente en blanco. Sentir la brisa acaricandole la piel y de paso respirar profundo esa frescura. Sentir a unos perros jugando por ahí. Escuchar una discusión a la distancia. La disución estaba subiendo de volumen. Al parecer ya no estaba tan a la distancia. Al parecer el lugar predilecto no era a prueba de gente fastidiosa.
Estaba un poco más curioso acerca de qué podría tratar la disputa, que molesto como para ir directamente y calmar los ánimos por sí mismo. Entonces se dió cuenta que lo que al principio se escuchaba lejos, tan sólo se encontraba a la vuelta del árbol en el que él se apoyaba.
Según escuchaba, el tema era un perrito. Entonces se acomodó divertido, levantando ligeramente las rodillas y apoyando en ellas sus manos, para enterarse qué ocurría. Los involucrados eran una mujer y un hombre que no sabía tratar a los animales. Aunque quizá el animal fuera especial. Ya sólo el nombre lo sonaba; "Schwable".
La chica fué a buscarle comida a su perro, de manera que el momento ideal para curiosear y ver al perro por su propia cuenta, era ahora. Si quiere tanto a su mascota ¿Porqué lo habría dejado ahí solo triste y con hambre? Eso no era normal. Aunque, después de sacudirse un poco unas hojas caídas y rodear el árbol se dió cuenta de la particularidad del can y lo poco que tenía que ver con "normal". Pero, había algo en él que lo seguía haciendo "[i]Lindo[i/]".
Se acercó para comprobar lo que veía y se sorprendió un poco al notar que no estaba del todo muerto, pero a la vez tampoco vivo. En el fondo Haru se puso a jugar con el perro tirándolo al aire con poca delicadeza, olvidándose que no era suyo y que la dueña no se demoraría mucho en traerle una botana. Fuera lo que comiera esa criatura. A fin de cuentas el perro si resultaba entretenido para perder el tiempo. Casi como un muñeco.
- /e-e/:
- u: Sooo soorry dear marcy por la demora ;-; .. Soy de lo pior, más encima me tomó tiempo encontrar dónde habías puesto el post u-u . Suerte en tus cosas :'D
Invitado- Invitado
Re: {P} Pandas.
- Si, me escuchó bien: Para un perro zombie. Bueno, hipotéticamente hablando parece más disecado que un zombie, nadie puede ver que se mueve, lo hace cuando nadie lo mira. Lo que pasa es que es muy tímido~ – decía la muchacha acomodándose la boina, tratando de explicarle al señor al que trataba de comprarle lo que “era” su mascota – ¿Cómo que no tienen ese tipo de comida para canes? ¡¿Qué no ves la cantidad de muertos que caminan al lado de toda esta gente?! Si, ya se, los chihuahuas no están muertos, pero parecen ratas traídas del inframundo – y en ése momento, el chihuahua de una señora regordeta (como cosa rara) le empezó a ladrar de mala gana, y Marceline le devolvió el gesto desfigurando su rostro al de una criatura terrorífica para que el perro saliera huyendo. La vampiro se volteó hacia el hombre nuevamente con su rostro gris y encantador – Vale, pues dame la comida que sea, mientras sea para perro por supuesto.
Luego de salir de la tienda riéndose a carcajadas por la cara de póker que llevaba el hombre ante semejante escena, la vampiro se fue caminando de lo más feliz y contenta para ir con su pequeño y adorable Schwable nuevamente. Se le podía escuchar que estaba divertida por aquella salida con un perro de dudosa respiración, es decir, ¿Cuándo en tu vida habías visto a un perro zombie que resultaba tan adorable como lo era su pequeño, adorable, esponjoso y sobretodo muerto amigo Schwa…?
Se detuvo de golpe, viendo extrañadísima lo que estaba a varios metros de distancia: Un joven de cabellos blancos, que sujetaba a su pequeño poodle, ¡Y lo lanzaba por los aires como si de un juguete se tratara! La sangre (hipotéticamente hablando, claro está) hirvió como un caldero de bruja, haciendo que su rostro empezara a distorsionarse como el de una especie de serpiente/demonio malévola al ver lo que le hacía a su pobre mascota. ¡Nadie lo trataba como si fuera una cosa! Cerró sus puños con fuerza, casi haciendo trizas la bolsa con comida para Schwable. Esa no se la perdonaba al chiquillo, no señor.
De pronto, la vampiro separó los pies de la tierra y flotó casi a la velocidad de la luz hasta donde estaba el muchacho, situándose peligrosamente cerca, de espaldas al chico, acercando su cabeza hasta uno de sus hombros, donde asomó la cabeza y dejó escapar un siseo peligroso entre sus colmillos, con la lengua viperina afuera como si estuviera sedienta de sangre.
- ¡¿Qué… te crees… que haces?! – preguntó con una voz de ultratumba, mirando de forma asesina al muchacho.
Luego de salir de la tienda riéndose a carcajadas por la cara de póker que llevaba el hombre ante semejante escena, la vampiro se fue caminando de lo más feliz y contenta para ir con su pequeño y adorable Schwable nuevamente. Se le podía escuchar que estaba divertida por aquella salida con un perro de dudosa respiración, es decir, ¿Cuándo en tu vida habías visto a un perro zombie que resultaba tan adorable como lo era su pequeño, adorable, esponjoso y sobretodo muerto amigo Schwa…?
Se detuvo de golpe, viendo extrañadísima lo que estaba a varios metros de distancia: Un joven de cabellos blancos, que sujetaba a su pequeño poodle, ¡Y lo lanzaba por los aires como si de un juguete se tratara! La sangre (hipotéticamente hablando, claro está) hirvió como un caldero de bruja, haciendo que su rostro empezara a distorsionarse como el de una especie de serpiente/demonio malévola al ver lo que le hacía a su pobre mascota. ¡Nadie lo trataba como si fuera una cosa! Cerró sus puños con fuerza, casi haciendo trizas la bolsa con comida para Schwable. Esa no se la perdonaba al chiquillo, no señor.
De pronto, la vampiro separó los pies de la tierra y flotó casi a la velocidad de la luz hasta donde estaba el muchacho, situándose peligrosamente cerca, de espaldas al chico, acercando su cabeza hasta uno de sus hombros, donde asomó la cabeza y dejó escapar un siseo peligroso entre sus colmillos, con la lengua viperina afuera como si estuviera sedienta de sangre.
- ¡¿Qué… te crees… que haces?! – preguntó con una voz de ultratumba, mirando de forma asesina al muchacho.
- Spoiler:
- Tranqui, yo también me di mi postín LARGUÍSIMO< / 3 Perdóname, las clases me tienen verde ;W;
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Pandas.
Se estaba divirtiendo como nunca, ya que después de todo en su casa jamás tuvieron mascotas. Era perfecto era.. lo que siempre quiso tener. Por supuesto que en estos momentos no cabía la menor posibilidad de tener una mascota. Solo, sin trabajo y sin dónde poder dormir. Tremendo imbécil. Pensando que podría tener un animal. Con lo irresponsable y distraído que era de seguro se le moriría antes de poder alimentarlo apropiadamente.
Entonces aún con el "perro" entre sus brazos se puso a jugar como si fuera una marioneta. -No podrás tener una mascota mientras vivas bajo mi techo. No no y no.- Decía su mano izquierda al perro -¿Ah si? ¡Woof woof! Pues mírame acabar con tu paz- Ahora el can atacaba salvajemente a su zurda -Nooooghhhn... Hahaha, de seguro con eso habrías conquistado sus corazones- Agregó con desdén. -Mhh, ¿Cómo era que te llamabas? La chica dijo .. Algo como.. No me acuerdo.- Dijo llevándose la mano libre a la nuca para rascarse. -Mhhh..Un nombre especial.-
Cuando la retiró sintió una incomodidad en el hombro. Puesto que ya no le picaba la nuca, se extrañó y volteándose a ver qué era, se llevó un susto de muerte al escuchar un siseo, retirándose en el acto. -¡PERO QUE RAYOS!- Le gritó a la chica mientras abrazaba al perro posesivamente en respuesta a la pérdida de equilibrio.
-¿Y quién te crees que eres como para... para venir a hacer cosas raras con tu lengua en el cuello de cualquiera?- Dijo mientras la señalaba y se acordó de la mascota- ... ¿Estás bien perrito?- Acaricio al animal suponiendo que también él se habría asustado. -No te preocupes, yo te cuido- Le besó en la cabeza para "tranquilizarlo". -Tu dueña fue muy descuidada al dejarte aquí solo. Quizá deba ir a buscarla a donde quiera que haya ido- Dijo ignorando un poco a la pelinegra que estaba furiosa justo frente a él mientras pensaba en cómo encontraría a la chica. Como él estaba del otro lado del árbol cuando ella se había ido, no vió siquiera su rostro, por lo que jamás se habría imaginado que estaba frente a la verdadera dueña.
-A todo esto, ¿Podrías decirme quién rayos eres tú? No es normal hacer esas cosas de la nada. Son bromas muy pesadas las que hacen las chicas de hoy en día y por si no te das cuenta necesito devolver a este adorable animal a su dueña- Enfrentó a la chica sintiéndose hasta ofendido por ella. Estaba algo confundido pero jamás lo admitiría a alguien que acababa de conocer.
Entonces aún con el "perro" entre sus brazos se puso a jugar como si fuera una marioneta. -No podrás tener una mascota mientras vivas bajo mi techo. No no y no.- Decía su mano izquierda al perro -¿Ah si? ¡Woof woof! Pues mírame acabar con tu paz- Ahora el can atacaba salvajemente a su zurda -Nooooghhhn... Hahaha, de seguro con eso habrías conquistado sus corazones- Agregó con desdén. -Mhh, ¿Cómo era que te llamabas? La chica dijo .. Algo como.. No me acuerdo.- Dijo llevándose la mano libre a la nuca para rascarse. -Mhhh..Un nombre especial.-
Cuando la retiró sintió una incomodidad en el hombro. Puesto que ya no le picaba la nuca, se extrañó y volteándose a ver qué era, se llevó un susto de muerte al escuchar un siseo, retirándose en el acto. -¡PERO QUE RAYOS!- Le gritó a la chica mientras abrazaba al perro posesivamente en respuesta a la pérdida de equilibrio.
-¿Y quién te crees que eres como para... para venir a hacer cosas raras con tu lengua en el cuello de cualquiera?- Dijo mientras la señalaba y se acordó de la mascota- ... ¿Estás bien perrito?- Acaricio al animal suponiendo que también él se habría asustado. -No te preocupes, yo te cuido- Le besó en la cabeza para "tranquilizarlo". -Tu dueña fue muy descuidada al dejarte aquí solo. Quizá deba ir a buscarla a donde quiera que haya ido- Dijo ignorando un poco a la pelinegra que estaba furiosa justo frente a él mientras pensaba en cómo encontraría a la chica. Como él estaba del otro lado del árbol cuando ella se había ido, no vió siquiera su rostro, por lo que jamás se habría imaginado que estaba frente a la verdadera dueña.
-A todo esto, ¿Podrías decirme quién rayos eres tú? No es normal hacer esas cosas de la nada. Son bromas muy pesadas las que hacen las chicas de hoy en día y por si no te das cuenta necesito devolver a este adorable animal a su dueña- Enfrentó a la chica sintiéndose hasta ofendido por ella. Estaba algo confundido pero jamás lo admitiría a alguien que acababa de conocer.
Invitado- Invitado
Re: {P} Pandas.
Era de esperarse que ése chiquillo se asustara de aquella manera, ¡Eso era justamente lo que quería! Que se asustara, dejara a su querida mascota y se alejara de ella y de su amor con pelo. ¡Pero no! El muy imbécil tenía que seguir con Schwable, SU-SCHWABLE. El fuego del mismísimo infierno se reflejaba en los ojos de Marceline al ver que se atrevía a besarle la cabeza frente a ella, queriendo arrancarle el corazón con todas sus fuerzas al no poder soportar ni un segundo más a ese muchacho con su mascota. Por otro lado, Schwable no parecía percatarse del enojo de su dueña, más bien, parecía a gusto con el chico.
- Oh, no soy nadie importante – dijo, con un tono tan fingido de dulzura que hasta se hacía empalagoso – , solamente soy la dueña de Schwable. ¿Verdad, chico? – miró hacia el poodle, quien parpadeó a modo de respuesta. – Ahora, ¿Serías tan amable de devolverme a MI PERRO, si fueras tan amable? Ven, Schwabie, ven con mamá~
Chasqueó los dedos y su voz parecía amansarse de nuevo, o al menos, ya no era tan violenta como cuando se dirigía al muchacho. Sin previo aviso, el perro ya se encontraba a los pies de su ama (a saber cómo demonios lo hacía, porque ni la misma Marceline sabía cómo demonios podía aparecerse de un lado a otro) y lo cargó entre sus brazos, restregando mejillas con su adorable cachorro. La ira desapareció por completo, cuando recién y se había acordado que tenía comida para él, y no dudó un instante en sacar la pequeña bolsa y darle de comer a Schwable, acercándole el interior de la bolsita a su hocico. Podía escuchar unos sonidos raros provenientes de ese interior, por lo que supuso que sí estaba comiendo.
- ¿Quién es un buen chico? – dijo con una voz acaramelada hacia su compañero, restregando mejillas sobre la cabeza del perro. Cuando volvió a abrir los ojos, se percató de que el chico seguía allí. Se aclaró la garganta, volviéndole a mirar con recelo – Había dejado dos segundos a mi querido Schwable para ir a buscarle comida, ¿Qué tiene de malo? Él puede cuidarse sólo, y si quería, me acompañaba. Más bien, ¿Quién rayos eres tú para creer que puedes tomar perros ajenos y lanzarlos al aire como si fueran un juguete? ¿Sabes lo delicado que es mi pequeño Schwable? ¿Qué crees que le hubiera pasado si de repente se te caía al suelo? ¡Podía romperse a la mitad, y conseguir un médico zombie es casi imposible!
- Oh, no soy nadie importante – dijo, con un tono tan fingido de dulzura que hasta se hacía empalagoso – , solamente soy la dueña de Schwable. ¿Verdad, chico? – miró hacia el poodle, quien parpadeó a modo de respuesta. – Ahora, ¿Serías tan amable de devolverme a MI PERRO, si fueras tan amable? Ven, Schwabie, ven con mamá~
Chasqueó los dedos y su voz parecía amansarse de nuevo, o al menos, ya no era tan violenta como cuando se dirigía al muchacho. Sin previo aviso, el perro ya se encontraba a los pies de su ama (a saber cómo demonios lo hacía, porque ni la misma Marceline sabía cómo demonios podía aparecerse de un lado a otro) y lo cargó entre sus brazos, restregando mejillas con su adorable cachorro. La ira desapareció por completo, cuando recién y se había acordado que tenía comida para él, y no dudó un instante en sacar la pequeña bolsa y darle de comer a Schwable, acercándole el interior de la bolsita a su hocico. Podía escuchar unos sonidos raros provenientes de ese interior, por lo que supuso que sí estaba comiendo.
- ¿Quién es un buen chico? – dijo con una voz acaramelada hacia su compañero, restregando mejillas sobre la cabeza del perro. Cuando volvió a abrir los ojos, se percató de que el chico seguía allí. Se aclaró la garganta, volviéndole a mirar con recelo – Había dejado dos segundos a mi querido Schwable para ir a buscarle comida, ¿Qué tiene de malo? Él puede cuidarse sólo, y si quería, me acompañaba. Más bien, ¿Quién rayos eres tú para creer que puedes tomar perros ajenos y lanzarlos al aire como si fueran un juguete? ¿Sabes lo delicado que es mi pequeño Schwable? ¿Qué crees que le hubiera pasado si de repente se te caía al suelo? ¡Podía romperse a la mitad, y conseguir un médico zombie es casi imposible!
- Spoiler:
- ¡SIGO VIVA, ES QUE ESTABA ENFERMA! (?)
Marceline- Ocupación : Vocalista
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