Visitando a la "familia"

Tengo que admitir que incluso empezaba a perder esperanzas de sacarle algo a este sujeto, pero creo que preguntándole algo a una monja tampoco ganaría mucho. Acompañar a Borislav por ahí no era el sueño de mi vida, mucho menos una meta que cumpliría así sea derramando sangre, ¡Pero hey! Al menos era algo. Fingí emocionarme al aceptar mi propuesta y le seguí manteniendo cierta distancia, aunque no la suficiente para hacerles creer que íbamos cada uno por nuestro lado. Tenía la cámara lista en caso de querer tomar una enésima foto. Con un poco de suerte me pedía una foto con la Virgencita de Guadalupe que tenían cerca de la salida.

- Todavía no te convence, ¿Eh? – pregunté con un deje burlón, tamborileando ligeramente sobre la cámara – Bueno, pues te digo: La arquitectura no es lo único a lo que me gusta tomarle fotos, pero tampoco es como si fuera demasiado relevante – meneé la mano como si abanicara el aire, restándole importancia al asunto.

Los suburbios de Glass City resultaban misteriosamente interesante. A simple vista me parecían como los de una ciudad cualquiera, pero había algo en ellos que me daban ganas de simplemente tomarle foto a lo que sea que se moviera. Como por ejemplo, Borislav. Pensar en eso me sacó una pequeña risa cómica, preguntándome lo que haría si le pillo una foto desprevenida. Probablemente me golpee en la cara… empezaba a creer que eso tal vez podría valer la pena si le pillo sacándose un moco o algo por el estilo. Me reiría mucho, y tal vez la matriarca también.

- … Pero respondiendo a tu pregunta – volví a abordar el tema, peinándome el cabello hacia atrás y mirando de reojo algunos edificios – : Si. No tengo un tiempo aproximado de cuánto estaré por aquí, pero tampoco creo que sea mucho. Vine aquí por intereses propios, pero si algo llegara a interesarme, no creo que suene mal la idea de permanecer aquí un poco más, ¿No lo crees?

Otra vez con una sonrisita pícara, esperando a que pillara la ironía en ella. Son ese tipo de gestos que enloquecerían a muchas mujeres, y me parecía una lástima que la persona con la que estaba no era precisamente una.

- ¿Qué hay de ti? ¿Llevas mucho tiempo en la ciudad? – volví a abanicar el aire, aunque particularmente lo hizo a mí mismo. Hacía un calor de esos por los cuales te derrites – Escuché que había una súper empresa dictadora que manipulaba toda la ciudad, ¿Cómo la hacen llamar, “El Sello”? Suena a una secta satánica en la que hacen invocaciones durante la medianoche para llamar a los demonios – reí por lo bajo imaginándome la escena. Borislav debía ser uno de esos sin duda.

¿Varios meses, eh? Mi pequeña pero diabólicamente empezaba a maquinar muchas posibilidades para Amargadoris. De sólo verlo me dan ganas de preguntarle si de casualidad era un diller, o si era el jefe de una mafia, o si podía balancear seis cigarrillos con su lengua y metérselos a la boca sin ahogarse por el humo. Sonaba un poco ridículo, pero entre tanto que le “conocía” y lo relacionaba con lo que leí en el periódico, me daban ganas de escribir una historia en base a mis sospechas y ver si alguna compañía me la compraba. Quién sabe, a lo mejor y se transformaba en un nuevo personaje de Marvel y ganaba millones.

Tomaba fotos de cada esquina que se viera artísticamente decente, viendo que a través de cada foto el ambiente se transformaba poco a poco. Habíamos ido dejando el paseo bonito de las calles de la ciudad para adentrarnos en la boca del lobo, algo que me llamaba la atención enormemente. Al señalar al edificio de a lo lejos, le seguí con la mirada, sonriendo de punta a punta de sólo imaginar cómo sería el pasar una tarde allí dentro. Así sí que me gustaría ser fotógrafo de arquitectura.

- [color=Brown]Oh, ¿Con que de allí es que salen todos los artistas de la ciudad, no?{/color] – pregunté, pero la pregunta pareció más para el aire que para mi compañero – Creo recordar que cuando llegué en el aeropuerto mencionaron algo sobre un concierto que está próximo. Me dan ganas de ir, según y que hay artistas reconocidos a nivel mundial participando en el evento – volví mi mirada hacia Borislav, cuando sentí un pequeño escalofrío al ver que el ambiente era más tétrico que hace unos segundos.

¿Dónde viviría éste sujeto? Es decir, no puedo criticar una casa humilde, después de todo yo viví en una así, pero vamos… Que me pone un poco los pelos de punta que todo se vea tan feo ya. Siento que en cualquier momento iba a saltar un gato negro que escarbaba en cubos de basura o habrán carteles de “Se Busca” en los muros, o manchas rojas de dudosa procedencia que prefería mejor no imaginar. Tragué grueso, sujetando la cámara con fuerza como si mi vida dependiera de ello (en parte).

- Ehm… no es por criticar pero… ¿A dónde dices que vamos? – pregunté, mirando a todos lados por si no me saltaba un gato.