Una paleta nueva de colores[Laurence]

Quedarse encerrado en la escuela ya no era una opción, no, claro que no, no con su inestable mente debido a tanto estres y la culpa por lo que había sucedido tanto con Dante como con Beth.

En que estaba pensando...-un suspiro pesado salió de sus pálidos labios, Lucien se veía cansado, aun cuando todo rastro de la lujuria y carga que había absorbido por parte de Dante había sido removida de su cuerpo gracias a la ayuda de Beth, pero  la obra escolar se le estaba haciendo pesada...muy pesada, hacer tanto para una sola persona era inhumano, aun cuando Lucien no lo fuese completamente.

Pintaré un rato...eso ayuda...

Tomó un maletín donde solía guardar sus cosas, tales como composiciones, dibujos e instrumentos de arte varios y vistiendo un conjunto cómodo pero casualmente elegante como solía vestir se estaba listo para un recorrido a las tiendas aledañas del comercio, necesitaba nuevos pinceles, unos cuantos oleos nuevos y unas cuantas cosas más.

Era extraño...ir a comprar solo. 

Ah...ahora recuerdo porque me rehusaba a venir...- además de la muchedumbre local, el recuerdo de Lucía guiándole por cada tienda, sonriendole entusiasta no era algo que quisiera ver- inclusive ahora...-suspiró de nuevo, como si eso ayudase a volver a la realidad, cosa que en cierta forma no ayudaba mucho.

Dentro de su caminata trataba de alejar el recuerdo viendo a Mine en su cabeza, pero eso no ayudaba tampoco del todo, se sentía culpable¿Cuándo se había convertido en un ser que se dejase guiar por algo tan absurdo y básico como el instinto de reproducción?-...definitivamente debo verla, yo...debo contarle la verdad.

Ya luego de un rato llegó a la tienda de arte. "La academia" ponían de nombre al lugar. Lucien ya conocía a los vendedores, también al dueño. Se había quedado un día completo conversando con ellos mientras que Lucía miraba paciente y aprendía cada cosa que ambos decían. Hace mucho que no venía al lugar, era un lugar bastante normal, pero tenía de una gran variedad y de buena calidad.

tienda:

Al entrar cerró la puerta con delicadeza- Buenos días-un saludo cordial al primer vendedor que vio, a su vez  fue recibido con una sonrisa igual de cortés -

Señor Luarent, hace mucho que no le veía por la tienda, bienvenido- detrás del mostrador estaba el dueño, un señor ya de edad con unas cuantas canas, delgado y de lentes, tenía el cabello atado en una coleta baja que le llegaba hasta los hombros-Oh!, Lucien, es bueno tenerte de vuelta, qué buscas hoy?

Muy buenos días señor Valois, estoy buscando pinceles nuevos, lamentablemente mi siempre confiable Lonisky a encontrado su final el pasado Jueves, se que usted podría tener alguno o quizás algo igual de bueno-arregló su cabello detrás de su oreja sonriendole calmo al sujeto- quiero...pintarle algo a una persona.

Oh!, al menos ese pincel tuvo una buena vida Lucien, de seguro-el señor sonrió produciendo con esto unas cuantas arrugas en el contorno de los ojos- claro, si vas por el pasillo de la izquierda ese-apunto- el ultimo, encontrarás uno en venta, están justo al lado de los Marta Roja-tomó un pañuelo para limpiar el estante y sonrió con más confianza- Si lo compras hoy podría tratar de hacerte un descuento!y ve las acuarelas que acaban de llegar!

Eso sería muy amable de su parte, usted si que sabe tentarme jaja, le estaría muy agradecido-hizo un pequeño ademán de reverencia con la cabeza antes de retirarse a los pasillos- iré a verlos entonces, muchas gracias.

El lugar no tenía mucha gente, ya era hora casi del almuerzo quizás por eso una que otra persona no entraba a la tienda, era mejor ir a llenarse el estomago que entrar-veamos...debería estar por aquí-caminó unos cuantos pasos pasando por al lado de las acuarelas que el dueño le dijo- mmm?-se dio la vuelta algo distraído por ellas, en un estante, con el rostro meditabundo y calmo, dándose el tiempo de apreciarlas y de imaginarse alguna que otra pieza-...Podría tomar unas cuantas...-No se había percatado de que alguien más estaba en el pasillo, iluso en su propio mundo de colores que aun no existían....buscando darle una nueva paleta a su vida que pudiese acabar con aquel negro lienzo que pinto en su habitación.

Iba a tomar una caja de 24 colores cuando una mano un poco más pequeña que la de él se junto con sus dedos fríos, pudo sentir la suavidad de la piel de la otra persona-Lo siento mucho- sus labios se abrieron un poco girando el rostro hacia la persona que acaba de tocar-