Desayuno (libree~)

Aún era bastante temprano como para que él anduviese rondando por el sello pero a penas había abierto los ojos había decidido salir rápido del departamento aquel. No tenía ganas de notar cuan grande era no ahora, cuando estaba solo bajo esas paredes. Por ello es que prefirió tomar un grato desayuno con la compañía de desconocidos productores o con algunos compañeros de trabajo en los alrrededores. Al menos había ruido.

Como siempre su desayuno consistía en glucosa por montones. Varios pastelillos, un té my cargado de azucar y a veces una que otra cosa salada para contrarrestar. En este caso era un sandwich de miga ave-mayo. La nostalgia y todo malestar y pensamientos molestos de su mente parecían huir ante el dulzor del pie de limón o de los pequeños dulces árabes que tanto amaba. Si hasta parecía brillar por la felicidad de comerlos.

De pronto notó que alguien estaba de pie junto a su mesa, alzó la vista curioso por descubrir de quién se trataba...

El pelirojo ya tenía pastel en la boca cuando la chica que se presentó frente a él comenzó a hablar. El respeto con el que le trataba le descolocó un poco o más bien lo puso nervioso. Ya que normalmente el trato entre las personas del sello era algo muy similar a una gran familia. Exceptuando los productores y uno que otro manager que parecía tener aires de superioridad.

Si lo pensaba bien creía conocer a gran parte del staff de Merveilles, por no decir a todos ya que Kei trabajaba en el lugar desde casi sus inicios. Y con ese antecedente y todo, no recordaba haber visto antes a aquella mujer, mucho menos oído su nombre.

Parecía una chica un poco mayor que él... quizás, o quizás era el aire refinado que llevaba, el punto era que Kei no se sentía comodo con ese tipo de mujeres, en verdad con ninguna que fuera mayor que él. Pero con los años había aprendido a discimular ese particular rencor bastante bien.

Asintió mientras tragaba, dandole a entender que no había problemas en que se sentara en la misma mesa. Luego, cuando al fin pudo hablar a penas dirigió algunas palabras. - un gusto, soy Kei, Kei Houjo, sonidista.- No le sostuvo la mirada por mucho tiempo y simplemente volvió de nuevo a su plato de pasteles, dulces y galletas picoteando de todo un poco, de vez en cuando mirando de reojo a la mujer, mas que nada por la infantil curiosidad de saber quién rayos era y qué rayos hacia ahí.

Pese a que la chica había terminado su comida Kei aun no iba si quiera por la mitad de toda la montonera de cosas que había decidido comer. Pensó que la mujer se iría a penas acabara pero para su sorpresa, no fue así. Se hizo el ánimo a seguir contestando por cortesía pero realmente no se sentía cómodo al hablar con una mujer mayor que él y su inquietud se podía observar en el movimiento reiterado de su pie y su mirada nerviosa. De verdad hubiese preferido que un chico hubiese sido el que se le hubiese acercado, no, incluso una chica pero no una “mujer” como tal.

- Eh.. Ah, sí, bueno no es muy emocionante que digamos, pero me gusta. Nos encargamos de que todo funcione y suene lo mejor posible, o algo así. – Respondió sin cruzar las miradas, sino con sus ojos fijos en el chocolate caliente que tenía frente a él. Volvió a comer otra galleta mientras la chica continuaba hablando.

- Ah… Así que eres nueva. – de alguna forma pareció un poco frío al hablar.- Yo creo que lo harás bien, es decir, por algo estás aquí no? El jefe no elije a cualquiera porque sí. –Dijo esta vez con algo más de calidez y es que inconcientemente era de esas personas que por más depresivas que pudiesen ser, le gustaba animar al resto. – Amh… Estoy aquí desde el inicio del sello, ya no se cuanto tiempo ha pasado, pero era una empresa pequeña en ese entonces. –se rascó la cabeza como queriendo recordar al respecto- Es un buen lugar asi que ojalá todo te resulte bien. –Dijo de alguna forma mas relajado, quizás por haber asumido que la chica era parte del sello y en si el no solía llevarse mal con nadie.

El muchacho se sorprendió al ver como la mujer parecía retirarse, al parecer no había discimulado bien su incomodidad y aquella chica no era tonta tampoco como para no notar que algo raro sucedía. Se sintió un poco mal al respecto después de todo la mujer no tenía la culpa de ser... justamente, mujer.

Le tomó tan de sorpresa que a penas y pudo asentir con la cabeza a lo que le decía y la vio apartarse. Se sintió molesto, mas que nada consigo mismo por no poder mantener las cosas separadas, después de todo una cosa era su vida laboral y otra muy diferente eran sus no gratos recuerdos de su vida perosnal.

Con la mirada siguió a la muchacha y la notó de pie en el mismo lugar por varios minutos, al parecer, sin saber realmente dónde ir. Rápidamente Kei procuró terminar su comida, acabando con las galletas, los pasteles y cuanta cosa había decidido desayunar y tomó los platos, llendo a dejarlos al lugar asignado, acercándose de nuevo a la mujer de cabellos largos.

- Umh... Por favor sigame.- Dijo el pelirojo, avanzando hacia los pasillos, dejando atrás la cafetería...


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