Diversión Nocturna (Privado Yuli)

Me detuve a penas Ash lo hizo, sin embargo, a diferencia de él mi respiración se encontraba normal, pese a haberle seguido el paso no había señales de que hubiese corrido tal distancia en tan poco tiempo, eso era, únicamente por mis facultades como vampiro. Aunque admito que la respiración de Ash cuando corre y la energía que desprende siempre me hace sentir un poco de envidia. El está lleno de vida.

Solté una pequeña risilla al notal dónde nos había traído su instinto, el cual, como siempre, parecía no fallar.

"-No, no he venido nunca, tan solo he vagado por algunas partes de esta ciudad. Creo que no he llegado a conocer siquiera la mitad de ella. Pero bueno, ahora podremos hacerlo.-" Le dediqué una mirada de interés y es que consideraba que la ciudad ahora se volvería nuestra, ahora que al menos estabamos nosotros dos.

"-Incluso si solo hay comida para ti, tu siempre serás mi cena de emergencia Ash-" Dejé escapar con un poco de malicia, dibujando una sonrisa sensual en mis labios, asunto que no podía evitar cuando comenzaba a emocionarme por algo. Cubrí mis labios con mis finos dedos para disimular y rápidamente mi giré, entrando con elegancia a aquel lugar.

Nos dieron una cabina de karaoke por algunas horas. Respecto al precio, lo pagué yo, pues suponía que Ash con suerte había recordado traer su cabeza, las baquetas y un hueso para sobrevivir.

Una vez dentro nos trajeron bebidas y comida, toda la que pedimos, mas yo, por razones obvias, no probaría bocado o de seguro comenzaría a sentirme muy mal.

Verlo comer admito que se vuelve uno de mis vicios favoritos cuando se trata de Ash. Ni yo ni Smile nos alimentamos de la misma manera como lo puede hacer él, y él lo disfruta de sobremanera aunque estoy seguro de que muchas veces ni siquiera se percata de ello. Me abría el apetito, mi apetito, por supuesto. Pero aún podía aguantar, pese a que mi cuerpo completo carecía de calor sabía que podía contenerme hasta ya no aguantar más, por ahora mi pequeño perro debía alimentarse y disfrutar, relajarse, porque la sangre con gusto a estrés es siempre más amarga.

Solté una risilla al ver como en un instante toda la mesa estaba hecha un caos, mas no le di importancia, solo tomé la libreta con las canciones y la revisé con elegancia, página tras página.

"-Mh, no parece haber algo que conozcamos. -" Dije mientras aún revisaba, encontrando algunas canciones pero nada que me apasionara mucho cantar. "-¿Hay algo que realmente quieras escuchar? Podría cantar para ti, puedes elegir.-" Le anuncié mientras le pasaba la libreta y me acercaba a su oído suavemente, susurrandole.

"- Por hoy prometo cumplir tus caprichos, mi hermoso lobo.-"

Me entraba en gracia cada vez que Ash se mostraba emocionado por mis acciones o palabras y no por burlarme de ello sino porque de esa forma notaba explicitamente que mi existencia no pasaba desapercibida y que mi eternidad podía tener sentido cuando alguien más parecía ser afectado por mí, aunque fuera por esos pequeños pero para mí grandes detalles como el que mi palabra fuese valorada.

"-Te lo mereces, consideralo un premio por ser un chico fiel.-" Le expliqué mientras lo veía acomodarse sobre mis piernas. Se lo permií e incluso acaricié su cabello por voluntad propia, apartando su espesa cabellera verde para mirar aquellos ojos tan intensos como los mios mientras oía su petición.

"-De acuerdo, entonces esa será.-" Pese a que aquella canción por supuesto no estaría en el repertorio volví a abusar de mi celular para ayudarme con la pista del karaoke para ella. Una canción, la primera que compuse y nuestra canción debut como los "Deuil" en nuestra ciudad natal.

"-Desire...-" Le susurré mientras ponía play a la pista y comenzaba a cantar, suave pero con intensidad y sentimiento, cerrando los ojos más no por eso dejando de acariciar su cabeza y dedicarle una mirada de vez en cuando y una sonrisa coqueta mientras cantaba.

Iba a responder su agradecimiento pero debo admitir que su forma de agradecer que siguió a sus palabras me tomó con la guardia baja, dejándome pasmado por algun tiempo que en verdad no supe cuantificar. Para cuando volví a mi mismo me descubrí tocandome los labios sintiendo aún en ellos la humedad que Ash había dejado, me sentí avergonzado más mi rostro, por suerte, era incapaz de sonrojarse por el momento.

Noté la discusión que comenzaba a armar mi pequeño cachorro salvaje y decidí intervenir pese a que no era algo que en verdad disfrutara hacer. Tomar responsabilidades por otros era demasiado problemático, sin embargo, pese a eso, Ash y Smile siempre han sido la excepción a cualquiera de mis reglas.

"-Disculpe, la verdad es que es dificil que no haga desorden, es como un niño, pero procuraremos dejar presentable el lugar antes de marcharnos. De lo contrario pueden cobrarnos extra por el tema de la limpieza. Con eso debería ser suficiente, ¿no?-" Sonreí dulce pero mi mirada era imponente, sabía que de querer podría hipnotizar a la muchacha pero no fue necesario, ante mi cortesía y oferta se mostró complacida, dejando de darle importancia a las contestaciones de Ash. Una vez se hubo marchado cerré la puerta con seguro y miré a Ash severo, a modo de regaño.

"-¿No se supone que querías pasar un buen rato? ¿O acaso ya quieres irte?-"

"- Lo sé, lo sé. -" Dije dando palmadas en su cabeza luego de notar como se había deprimido. Solté un suspiro y decidí no ser muy severo con él, Ash respondía facilmente a mis actitudes, quizas pareciendo un chico realmente sensible.

"- Solo no vuelvas a hacer eso, ignoralos o déja que yo me encargue, recuerda que después de todo no estamos en casa y meternos en problemas es bastante fácil.-" Le expliqué mientras yo volvía a tomar asiento a su lado mientras veía como intentaba, sin éxito, programar alguna canción.

"-De acuerdo, deja que el gran Yuli lo haga~-" Lo molesté con una sonrisa burlona para quitar el ambiente depresivo y luego programé la canción que él quería, dejándolo disfrutar esta vez a él del "escenario", y yo, quería disfrutar como espectador y es que las veces que podía escuchar a Ash cantando eran poquisimas, y eso que su voz era bastante afinada y agradable.

No pude evitar sentir una gota de sudor frío bajar por mi rostro cuando le vi volver a dejar aquel desastre, más resignadamente solté un suspiro, incapaz de interrumpir aquel momento de inspiración que había tomado el control del cuerpo de Ash y él, por supuesto, parecía estarlo disfrutando tanto como lo hacía yo.

Admito que cantando, de nosotros 3, yo soy quien mejor lo hace, después de todo, por algo soy el vocalista, pero también es cierto que Ash no se queda atrás en absoluto, más siempre he creído que la razón por la que no explota su talento en la voz es meramente por su intermitente timidez. De cualquier forma eso tiende a hacerme feliz, pues me da la certeza que nunca seremos rivales en eso.

Mientras cantaba mi mirada no se apartaba de él, de su verdosa cabellera, de sus ojos carmines, de su cuerpo masculino y bien definido, de sus rasgos salvajes, de arriba a abajo mis ojos lo devoraron al compás de la música y no pretendí esconderlo.

Una vez acabó y se sentó en la mesa terminó sentado feliz frente a mi. Yo por mi parte le aplaudí y asentí a sus palabras, por supuesto que me había gustado. Una sonrisa animada se dibujó en mi rostro más de inmediato mi expresión cambió al oír sus siguientes palabras.

Me puse de pie lentamente, dando el único paso que nos distanciaba, estirando mis manos hasta su rostro, levantandolo lo suficiente para poder ver con claridad su rostro tras su espesa cabellera.

"-Vaya... ¿Estás diciendome que no puedo tocar a nadie más?-" Creo que Ash de a ratos olvidaba que a veces sus pensamientos eran como un libro abierto para mi. Mis finos dedos se deslizaron lento por su cuello delineandolo, bajando hasta sus hombros,continuando, hasta llegar a sus brazos.

"- Si crees ser capaz de limitarme, entonces tendrás que persuadirme. -" Susurré en su oído a penas inclinando mi cuerpo. Pese a que mi estatura era logicamente menor que la de Ash, esta posición me favorecía, pudiendo mirarlo desde arriba, solo por el capricho de sentirme superior. Sí, mi orgullo otra vez.

"-Entonces estás diciendo que tú eres lo mejor? Pero vaya qué lobo más confiado.-" Mis labios pronunciaron aquellas palabras con suavidad, casi exagerando la modulación solo porque aunque intentara controlarlo, mis deseos de beber estaban ciertamente estimulados, lo suficiente como para que mis colmillos se volvieran más notorios de lo normal a la hora de hablar.

"-De acuerdo... Por hoy ganas, solo porque hace varios días que no he probado una gota y desde que entramos aquí el único aroma que he sido capaz de percibir es el de tu sangre.-" Mis brazos rodearon su cabeza y mi cuerpo, pese a no ser muy pesado, ejerció presión contra el suyo para obligarlo a recargarse en el respaldo del sillón. Mis piernas con movimientos sutiles se acomodaron al lado de sus caderas mientras yo iba volviendo más intimo aquel abrazo. Podía sentir su calor traspasando mis ropas, y lo único que eso me provocaba era más ansias, era más deseo por Ash.

"- Ha pasado un tiempo... desde la ultima vez...-" Susurré sobre la piel de su cuello, como si me autotorturase con su aroma. "-No estoy seguro de poder controlarme hoy, asi que, a penas sientas que ha sido suficiente, puedes detenerme Ash. Del modo que sea necesario.-" Aclaré conciente de que fuerza de voluntad ya casi no me quedaba.

Nuestros cuerpos acortaron toda distancia en el mismo momento en el que deposité un beso sobre aquel prominente vaso sanguineo en su cuello. Separé mis labios lentamente mientras mis manos tomaban, una su cabeza, y la otra su hombro derecho para darme el espacio suficiente para morder. De forma lenta y estoy seguro que, dolorosa, enterré mis comillos en su piel, perforándola, desgarrando las capas de esta hasta lo más profundo que podía, lentamente retiré mis colmillos, apreciando unos segundos aquellas dos hermosas perforaciones de las cuales la sangre comenzaba a brotar con rapidez. No desperdicié ni una gota, aferrándome a la herida de inmediato, comenzando a succionar aquella sustancia carmín que para mi resultaba todo un manjar.