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(R) La excepción.
Music is War :: Sucesos :: Memorias
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(R) La excepción.
Aún estaba en búsqueda de comprender las emociones humanas y había finalmente decidido vivir como uno, por lo que consiguió un pequeño trabajo en una librería. No solo era perfecto porque no habían muchos que se tomasen el tiempo en entrar a aquel lugar, sino porque bien podía dedicar la mayoría del día a leer libros y comprender desde aquella perspectiva moderna el pensamiento antiguo que había conocido personalmente.
El hastío del día para unos, era la bendición para Elliot, quién disfrutaba de uno de sus libros favoritos. Si tan solo hubiese conocido a su autor, si tan solo le hubiese salvado de aquella desdicha de ser incomprendido, ¡Era un espécimen único! y sin embargo, ya estaba muerto desde hacía mucho.
Divagando en aquellos pensamientos no notó como el tiempo se le escapaba sin más, el dueño se despidió de él con un asentimiento, le pidió que fuera cuidadoso, y que terminara de organizar el resto de los libros cuando pudiese.
Pero nada le arrebataba los ojos de aquel libro, excepto los pocos clientes que entraban de vez en cuando, vigilándolos con sus afilados ojos.
Pasaron días y semanas en las cuales trabajó diligentemente, en silencio la mayoría del tiempo. Tal como una epidemia, el rumor se expandió, muchachas jóvenes comenzaron a visitar a aquel lugar cuando se comenzó a hablar del misterioso joven de ojos dorados que solía atender con suma amabilidad y una sonrisa la mayoría del tiempo, algunas decían que lo habían visto tocar la guitarra en algunos clubes, pero siempre solo, y hasta ese punto, pocas personas se habían atrevido a intentar entablar una conversación con él.
El hastío del día para unos, era la bendición para Elliot, quién disfrutaba de uno de sus libros favoritos. Si tan solo hubiese conocido a su autor, si tan solo le hubiese salvado de aquella desdicha de ser incomprendido, ¡Era un espécimen único! y sin embargo, ya estaba muerto desde hacía mucho.
Divagando en aquellos pensamientos no notó como el tiempo se le escapaba sin más, el dueño se despidió de él con un asentimiento, le pidió que fuera cuidadoso, y que terminara de organizar el resto de los libros cuando pudiese.
Pero nada le arrebataba los ojos de aquel libro, excepto los pocos clientes que entraban de vez en cuando, vigilándolos con sus afilados ojos.
Pasaron días y semanas en las cuales trabajó diligentemente, en silencio la mayoría del tiempo. Tal como una epidemia, el rumor se expandió, muchachas jóvenes comenzaron a visitar a aquel lugar cuando se comenzó a hablar del misterioso joven de ojos dorados que solía atender con suma amabilidad y una sonrisa la mayoría del tiempo, algunas decían que lo habían visto tocar la guitarra en algunos clubes, pero siempre solo, y hasta ese punto, pocas personas se habían atrevido a intentar entablar una conversación con él.
Invitado- Invitado
Re: (R) La excepción.
- Aria Ainsley:
- Librería:
La biblioteca siempre había sido para ella un excelente lugar para leer y nutrirse de conocimientos, pero simplemente habían momentos en que no la llenaba, aun cuando en aquel lugar se podía encontrar gran sabiduría de toda índole, sobre todo si se hablaba de una de las bibliotecas más grandes de Inglaterra a la cual podía tener acceso en la ciudad que se encontraba. Pero fue casi algo caído del cielo cuando escuchó a unas compañeras de su salón cuchicheando sobre una pequeña librería que se había hecho popular no sólo por la variedad de libros que parecía estar trayendo, sino que el personal parecía ser sumamente eficiente, y sus sugerencias de lectura eran muy acertadas. "¡Casi como si me leyera la mente!", había dicho una de ellas. Pues bien, se había decidido a comprobar qué tan así podía ser, por lo que al final de clases tomó sus cosas para ir caminando a la tan famosa librería.
-Bueno, al menos se ve bastante acogedora -dijo cuando se había parado afuera para contemplar su exterior y los escaparates antes de entrar, causando que sonara una campanilla por sobre su cabeza. Miraba a su alrededor como buscando algo que le llamara la atención para dirigirse, no, zambullirse en uno de los sectores: Clásicos y libros antiguos. Ese encuadernado antiguo y estampado dorado en los libros de aquella época le fascinaba, le encantaba pasar los dedos por sobre las letras una y otra vez, sentir el aroma de esas hojas de color marrón, como si aquello pudiera hablarle- Dorian Grey. -murmuró al reconocer el libro, buscando alguna fecha entre sus páginas.
-Bueno, al menos se ve bastante acogedora -dijo cuando se había parado afuera para contemplar su exterior y los escaparates antes de entrar, causando que sonara una campanilla por sobre su cabeza. Miraba a su alrededor como buscando algo que le llamara la atención para dirigirse, no, zambullirse en uno de los sectores: Clásicos y libros antiguos. Ese encuadernado antiguo y estampado dorado en los libros de aquella época le fascinaba, le encantaba pasar los dedos por sobre las letras una y otra vez, sentir el aroma de esas hojas de color marrón, como si aquello pudiera hablarle- Dorian Grey. -murmuró al reconocer el libro, buscando alguna fecha entre sus páginas.
Última edición por Aria Ainsley el Mar Dic 31, 2013 5:29 am, editado 1 vez
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
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Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: (R) La excepción.
El libro que había tomado Aria había sido impreso en los años 60, era una copia illustrada y finamente adornada con letras doradas en aquella portada de cuero.
Las muchachas últimamente venían y se distraían con novelas de amor, nada que le interesara demasiado, como si aquello fuera simplemente una excusa para hablarle.
Obviamente Elliot respondía con su cinismo a flor de piel, tan propio de él que parecía verdadera y desinteresada amabilidad con el resto con el fin de vender y complacer a su empleador, solo para poder mantenerse allí.
Esa tarde era lo mismo, y su bien había logrado vender bastante en la creciente popularidad del lugar, no pudo evitar sentirse fastidiado por las hormonales mujeres que siempre venían a asediarle. Hasta que... sus ojos se encontraron con ella.
Nunca antes había visto a esa muchacha vestida de uniforme, y su figura se le hacía similar a las antiguas pinturas, aquel pelo dorado le recordaba a las musas retratadas en aquellos tiempos. Dejó de ordenar por un momento para acercarse a ella y mirar por sobre su hombro, ¿Qué leía?. Al notar que era uno de sus favoritos, su corazón se aceleró ligeramente, atreviéndose a decir.
"Esa...es una buena edición, bastante fiel a Oscar Wilde... debo decir. "
Las muchachas últimamente venían y se distraían con novelas de amor, nada que le interesara demasiado, como si aquello fuera simplemente una excusa para hablarle.
Obviamente Elliot respondía con su cinismo a flor de piel, tan propio de él que parecía verdadera y desinteresada amabilidad con el resto con el fin de vender y complacer a su empleador, solo para poder mantenerse allí.
Esa tarde era lo mismo, y su bien había logrado vender bastante en la creciente popularidad del lugar, no pudo evitar sentirse fastidiado por las hormonales mujeres que siempre venían a asediarle. Hasta que... sus ojos se encontraron con ella.
Nunca antes había visto a esa muchacha vestida de uniforme, y su figura se le hacía similar a las antiguas pinturas, aquel pelo dorado le recordaba a las musas retratadas en aquellos tiempos. Dejó de ordenar por un momento para acercarse a ella y mirar por sobre su hombro, ¿Qué leía?. Al notar que era uno de sus favoritos, su corazón se aceleró ligeramente, atreviéndose a decir.
"Esa...es una buena edición, bastante fiel a Oscar Wilde... debo decir. "
Invitado- Invitado
Re: (R) La excepción.
Acarició de forma apreciativa la portada del libro estaba encuadernada en cuero y con repujos en color dorado, los cuales delineó con sus dedos, haciendo lo mismo a ojos cerrados, como jugando a adivinar su forma cual ciego que lee braille. Al abrirlo no pudo contener un gesto de asombro, comprobando que tenia magníficas ilustraciones, repasándolas también con el dedo, pero no queriendo ver más allá para no echar a perder la diversión. Quería sorprenderse.
Se había perdido tanto contemplando aquel libro, que ni siquiera prestaba atención a la multitud a su alrededor que cuchicheaba entre las estanterías, hablaba por teléfono o iba en busca de quienes atendían el lugar para llevarse un libro o sólo conseguir alguna recomendación interesante. ¿Ella? Ella prefería ir por aquellos libros que parecían llamarla casi con una voz que no podía escuchar pero sí sentir, ya en otra ocasión se dedicaría a prestar atención a sugerencias ajenas.
Cuando siguió examinando el libro, encontró en la contraportada una frase que parecía ser un extracto del libro- ...If it were I who was to be always young, and the picture that was to grow old!... For that...for that... I would give everything.... -murmuró para sí, repasando las líneas en color dorado con su dedo- ¡Ah...! -dejó escapar un suave chillido, volteándose hacia donde había oído la voz de alguien, descubriendo a un joven bastante más alto que ella y de cabellos clarísimos- ¿Será albino? -se preguntó algo curiosa- "Podría ser... digo, se ve bastante pálido, ¿no?" -y fue entonces cuando se dio cuenta que no había dicho nada y que se le había quedado mirando como una idiota- "¿No es esta la parte donde uno dice algo?"
Parpadeó unas cuantas veces, reaccionando con una sacudida de su cabeza- Ah... Perdón... me... asusté un poco... -dijo con voz suave, cerrando el libro con delicadeza- ¿Es en serio eso de la edición? ¿Las... las has leído todas? -preguntó con curiosidad.
Se había perdido tanto contemplando aquel libro, que ni siquiera prestaba atención a la multitud a su alrededor que cuchicheaba entre las estanterías, hablaba por teléfono o iba en busca de quienes atendían el lugar para llevarse un libro o sólo conseguir alguna recomendación interesante. ¿Ella? Ella prefería ir por aquellos libros que parecían llamarla casi con una voz que no podía escuchar pero sí sentir, ya en otra ocasión se dedicaría a prestar atención a sugerencias ajenas.
Cuando siguió examinando el libro, encontró en la contraportada una frase que parecía ser un extracto del libro- ...If it were I who was to be always young, and the picture that was to grow old!... For that...for that... I would give everything.... -murmuró para sí, repasando las líneas en color dorado con su dedo- ¡Ah...! -dejó escapar un suave chillido, volteándose hacia donde había oído la voz de alguien, descubriendo a un joven bastante más alto que ella y de cabellos clarísimos- ¿Será albino? -se preguntó algo curiosa- "Podría ser... digo, se ve bastante pálido, ¿no?" -y fue entonces cuando se dio cuenta que no había dicho nada y que se le había quedado mirando como una idiota- "¿No es esta la parte donde uno dice algo?"
Parpadeó unas cuantas veces, reaccionando con una sacudida de su cabeza- Ah... Perdón... me... asusté un poco... -dijo con voz suave, cerrando el libro con delicadeza- ¿Es en serio eso de la edición? ¿Las... las has leído todas? -preguntó con curiosidad.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: (R) La excepción.
-Eh... no todas... pero sí una gran cantidad. El señor Dorian Gray me relató personalmente su tediosa existencia- bromeó con lo último y miró fijo aquel libro, que aún mantenía entre sus manos aquella muchacha.
-Me extraña que haya nacido de ti el tomar ese libro... normalmente las chicas de tu edad buscan otra clase de distracciones.- confesó y se apartó un poco, asintiendo con lentitud, mirándole fijo a los ojos con aquel par dorado. Ladeó ligeramente el rostro al ver que otra muchacha se acercaba, una cliente frecuente, a pedir una recomendación.
-Ah... ¿Me disculpas?- se excusó con Aria para sonreír ampliamente ante la otra muchacha, y finalmente señalándole la zona de novelas de amor, se giró para enfrentar a la rubia nuevamente.
-No le digas a nadie... pero si lo quieres, puedes llevártelo prestado... es algo caro, sí, pero nadie tiene porque saber que te lo has llevado.- le ofreció, incluso si su jefe se enteraba de la falta del libro, podría pagarlo sin problemas.
Se acercó a los libros apilados a un lado, ordenándolos distraídamente antes de ser llamado nuevamente, lo cual le causó un suspiro algo exhausto, eso era cosa de todos los días... se giró con lentitud y la miró antes de apartarse del todo, añadiendo.
-Mi nombre es Elliot Vane, señorita... espero podamos hablar cuando... sea menos requerido.- aquella era la hora en la que la mayoría de los estudiantes salían de clases, era por ello que tantas muchachas de la edad de Aria rondaban el lugar, requiriendo siempre la presencia de ese trabajador en particular.
-Me extraña que haya nacido de ti el tomar ese libro... normalmente las chicas de tu edad buscan otra clase de distracciones.- confesó y se apartó un poco, asintiendo con lentitud, mirándole fijo a los ojos con aquel par dorado. Ladeó ligeramente el rostro al ver que otra muchacha se acercaba, una cliente frecuente, a pedir una recomendación.
-Ah... ¿Me disculpas?- se excusó con Aria para sonreír ampliamente ante la otra muchacha, y finalmente señalándole la zona de novelas de amor, se giró para enfrentar a la rubia nuevamente.
-No le digas a nadie... pero si lo quieres, puedes llevártelo prestado... es algo caro, sí, pero nadie tiene porque saber que te lo has llevado.- le ofreció, incluso si su jefe se enteraba de la falta del libro, podría pagarlo sin problemas.
Se acercó a los libros apilados a un lado, ordenándolos distraídamente antes de ser llamado nuevamente, lo cual le causó un suspiro algo exhausto, eso era cosa de todos los días... se giró con lentitud y la miró antes de apartarse del todo, añadiendo.
-Mi nombre es Elliot Vane, señorita... espero podamos hablar cuando... sea menos requerido.- aquella era la hora en la que la mayoría de los estudiantes salían de clases, era por ello que tantas muchachas de la edad de Aria rondaban el lugar, requiriendo siempre la presencia de ese trabajador en particular.
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Re: (R) La excepción.
Le miraba con la ingenuidad propia de aquella edad y por lo mismo sus ojos se llenaban de ilusión por haberse encontrado con alguien tan culto y letrado- Wow, eso sí que debe haber sido tedioso… -comentó no con poca sorna, aun así riendo al captar su chiste- Bueno, señor… debo admitir que no se ve nada mal para tener más de cien años –bromeó, aún sujetando el libro entre sus manos- ¿Acaso oculta un retrato en su hogar? ¿O será que…? –abrió la boca en sorpresa, poco notándose si era fingida o real- ¿Será que usted es Dorian Grey en persona?
Tras eso le miró con curiosidad, ladeando su cabeza con extrañeza por lo que acababa de decir- ¿Por qué es extraño que no sea como las demás que buscan libros con dibujos, letras grandes y palabras sin complicaciones? ¿No son ellas las raras por no querer llenar su cabeza de algo más que solo aire? –aquella pregunta pareció morir en el aire en el momento en que una chica se acercaba a hablarle, sin siquiera saber si el joven había alcanzado a escucharla o no- Uhm… sí, claro, no hay problema… -dijo con una voz algo tímida inclusive.
Mientras el peliblanco (¿realmente su cabello era blanco? ¿se lo decoloraría o era albino? Imposible, sus ojos eran dorados…) se dedicaba a hablar con la chica, seguía mirando el estante y el resto de sus libros, sin soltar por un instante el que sostenía entre sus brazos, volteando en cuanto le volvían a dirigir la palabra- ¿¡Qué…!? –exclamó sin poder creer lo que escuchaba- ¿¡Llevarlo prestado..!? –alcanzó a tiempo a cubrir su boca, sonrojándose de vergüenza al percatarse que lo había dicho en voz muy alta- Lo siento… ¿es en serio? Pero… ¿por qué…? ¿Por qué harías eso…? –preguntó cohibida, abrazando el libro con cariño, como si el chico más guapo de la escuela se lo hubiera obsequiado como regalo de San Valentín.
Se acomodó las mechas de su cabello detrás de su oreja, pareciendo una chica coqueta cualquiera, intencionalmente o no- Muchas… muchas gracias Elliot… -dijo con timidez antes de atreverse a volver a hablar- Mi… mi nombre es Aria… Aria Ainsley… Yo… yo siempre suelo venir aquí… quizás… hablemos cuando venga en otra ocasión… Uhm… -miró a todos lados antes de acercarse y darle un rápido y corto beso en su mejilla- G-gracias… no tenías por qué… ¡Lo devolveré en cuanto lo termine, lo prometo…! –dijo, sosteniendo el libro con fuerzas contra su pecho antes de marcharse corriendo, antes que alguien más notara que lo cargaba sin una bolsa de la tienda de por medio y la acusaran de ladrona.
Tras eso le miró con curiosidad, ladeando su cabeza con extrañeza por lo que acababa de decir- ¿Por qué es extraño que no sea como las demás que buscan libros con dibujos, letras grandes y palabras sin complicaciones? ¿No son ellas las raras por no querer llenar su cabeza de algo más que solo aire? –aquella pregunta pareció morir en el aire en el momento en que una chica se acercaba a hablarle, sin siquiera saber si el joven había alcanzado a escucharla o no- Uhm… sí, claro, no hay problema… -dijo con una voz algo tímida inclusive.
Mientras el peliblanco (¿realmente su cabello era blanco? ¿se lo decoloraría o era albino? Imposible, sus ojos eran dorados…) se dedicaba a hablar con la chica, seguía mirando el estante y el resto de sus libros, sin soltar por un instante el que sostenía entre sus brazos, volteando en cuanto le volvían a dirigir la palabra- ¿¡Qué…!? –exclamó sin poder creer lo que escuchaba- ¿¡Llevarlo prestado..!? –alcanzó a tiempo a cubrir su boca, sonrojándose de vergüenza al percatarse que lo había dicho en voz muy alta- Lo siento… ¿es en serio? Pero… ¿por qué…? ¿Por qué harías eso…? –preguntó cohibida, abrazando el libro con cariño, como si el chico más guapo de la escuela se lo hubiera obsequiado como regalo de San Valentín.
Se acomodó las mechas de su cabello detrás de su oreja, pareciendo una chica coqueta cualquiera, intencionalmente o no- Muchas… muchas gracias Elliot… -dijo con timidez antes de atreverse a volver a hablar- Mi… mi nombre es Aria… Aria Ainsley… Yo… yo siempre suelo venir aquí… quizás… hablemos cuando venga en otra ocasión… Uhm… -miró a todos lados antes de acercarse y darle un rápido y corto beso en su mejilla- G-gracias… no tenías por qué… ¡Lo devolveré en cuanto lo termine, lo prometo…! –dijo, sosteniendo el libro con fuerzas contra su pecho antes de marcharse corriendo, antes que alguien más notara que lo cargaba sin una bolsa de la tienda de por medio y la acusaran de ladrona.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: (R) La excepción.
Sonrió levemente ante sus palabras, esa muchacha era encantadora y había algo que le recordaba a la más pura inocencia en ella. Sintió su corazón acelerarse un poco, ¿Qué era eso? .
Pero lo que realmente le sorprendió fue el beso en su mejilla, aquello le hizo congelar por un instante antes de suspirar y asentir. -Aria.- Repitió para si mismo antes de quedarse quieto, viéndola marchar.
Los días que siguieron se tornaron interesantes, aquella muchacha solía aparecer y tomarse el tiempo para hablar con él, lo que siempre terminaba en recomendaciones de libros antiguos y una que otra discreta sonrisa.
Aquella tarde la tenía libre, pero aún así se dirigió a la librería a esperarla, y así lo hizo... bien vestido con una camisa blanca, el collar que siempre usaba y jeans, con el cabello algo desarreglado. Un par de personas intentaron charlar con él, pero Elliot simplemente no lucía demasiado interesado, dando respuestas cordiales pero nada más.
Pero lo que realmente le sorprendió fue el beso en su mejilla, aquello le hizo congelar por un instante antes de suspirar y asentir. -Aria.- Repitió para si mismo antes de quedarse quieto, viéndola marchar.
Los días que siguieron se tornaron interesantes, aquella muchacha solía aparecer y tomarse el tiempo para hablar con él, lo que siempre terminaba en recomendaciones de libros antiguos y una que otra discreta sonrisa.
Aquella tarde la tenía libre, pero aún así se dirigió a la librería a esperarla, y así lo hizo... bien vestido con una camisa blanca, el collar que siempre usaba y jeans, con el cabello algo desarreglado. Un par de personas intentaron charlar con él, pero Elliot simplemente no lucía demasiado interesado, dando respuestas cordiales pero nada más.
Invitado- Invitado
Re: (R) La excepción.
Así como ese primer encuentro entre ambos, los días iban y venían, incluso no había tardado prácticamente nada en devolverle aquel ejemplar de Dorian Grey, hasta casi presumiendo de tal proeza, y para sorpresa de sí misma, Elliot le había prestado otro libro, así sucesivamente se fue repitiendo dicha rutina entre ambos, algunas veces hasta charlaba disimuladamente con él como un buen amigo o comentaban y discutían el último libro leído por ambos, lo cual le hacía sentir sumamente feliz: nunca había tenido a alguien así de cercano con quien hablar de tal forma, en lo que a términos intelectuales se refiere.
Llevando entre sus brazos una copia de Orgullo y Prejuicio que había acabado de leer la noche anterior, se pasó directamente desde su academia hasta la librería que quedaba de camino a donde solían recogerla. Entró con su usual curiosidad y entusiasmo a la tienda, buscando a su “asesor literario” con la mirada, sonriente en espera de poder hablar con él una vez más.
Llevando entre sus brazos una copia de Orgullo y Prejuicio que había acabado de leer la noche anterior, se pasó directamente desde su academia hasta la librería que quedaba de camino a donde solían recogerla. Entró con su usual curiosidad y entusiasmo a la tienda, buscando a su “asesor literario” con la mirada, sonriente en espera de poder hablar con él una vez más.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: (R) La excepción.
Al ver a Aria aproximarse a la librería a la distancia, se excusó entre las muchachas que intentaban mantener una conversación con él, solo para acercarse a la rubia y detenerse frente a ella. Observó su expresión silenciosamente y luego notó el libro que llevaba entre sus manos, era un lindo ejemplar, pero era sorprendente ... tan solo se lo había prestado el día anterior.
- No me extraña, te lo devoraste en una noche. ¿Qué voy a hacer contigo?... me vas a dejar sin recomendaciones, Ainsley. Ah... cierto... - se llevó una mano al bolsillo, solo para sacar un pequeño ejemplar, aunque algo grueso, de obras de Jane Austen, extendiéndoselo sin dar mayores explicaciones de si era solo un préstamo o un regalo...
-Hoy es mi día libre, si no tienes otros planes... ¿Qué tal si vamos por un café?- dijo sin demasiados rodeos, para la decepción de las otras muchachas, pero sus ojos dorados estaban fijos en los de Aria... nadie más.
- No me extraña, te lo devoraste en una noche. ¿Qué voy a hacer contigo?... me vas a dejar sin recomendaciones, Ainsley. Ah... cierto... - se llevó una mano al bolsillo, solo para sacar un pequeño ejemplar, aunque algo grueso, de obras de Jane Austen, extendiéndoselo sin dar mayores explicaciones de si era solo un préstamo o un regalo...
-Hoy es mi día libre, si no tienes otros planes... ¿Qué tal si vamos por un café?- dijo sin demasiados rodeos, para la decepción de las otras muchachas, pero sus ojos dorados estaban fijos en los de Aria... nadie más.
Invitado- Invitado
Re: (R) La excepción.
De alguna forma le encantaba ver que Elliot se apartaba de las chiquillas que le acosaban sin descanso sólo para poder darse un tiempo de hablar con ella, ya fueran asuntos de la librería o no. Ese constante pedir y devolver de libros a espaldas del dueño de la tienda era algo que aún no conseguía creer, ¿realmente era posible que no se diera cuenta de lo que ocurría a escondidas de él?
-¡Pues claro que lo hice! No son tantas páginas –dijo con orgullo en su voz- Además estaba interesante, la verdad no pude detenerme, tenía que pasar cada página... ¿Qué...? –parpadeó con sorpresa al ver que sacaba algo de su bolsillo, ¿es que era un pozo sin fondo o algo así?- ¿Para mí? Pero... espera, ¿es tuyo...?
Su voz iba perdiendo volumen al darse cuenta que Elliot no miraba a ningún otro lado y que tenía sus ojos fijos en ella, no le dejaba apartarlos... ¿Se estaba sonrojando? Eso sonaba a una cita...- Bueno, yo me vengo directo de la escuela, así que... no... no tengo nada que hacer... Entonces sí, me parece... –comentó con su voz algo entre tartamudeos.
-¡Pues claro que lo hice! No son tantas páginas –dijo con orgullo en su voz- Además estaba interesante, la verdad no pude detenerme, tenía que pasar cada página... ¿Qué...? –parpadeó con sorpresa al ver que sacaba algo de su bolsillo, ¿es que era un pozo sin fondo o algo así?- ¿Para mí? Pero... espera, ¿es tuyo...?
Su voz iba perdiendo volumen al darse cuenta que Elliot no miraba a ningún otro lado y que tenía sus ojos fijos en ella, no le dejaba apartarlos... ¿Se estaba sonrojando? Eso sonaba a una cita...- Bueno, yo me vengo directo de la escuela, así que... no... no tengo nada que hacer... Entonces sí, me parece... –comentó con su voz algo entre tartamudeos.
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