Fer. (Casper)

El enfermero estaba un poco somnoliento aquel día. Había tenido un fin de semana algo ajetreado en el hospital y si bien no tenía mucho que atender en la escuela, era su moral la que le impedía aprovechar esos tiempos muertos para descansar, mucho menos para pensar en tomar una siesta.

Cuando notó que había comenzado a cabecear en su escritorio mientras leía una novela, se obligó a espabilar, levantándose de golpe de su silla, abriendo la ventana a todo dar pues el calor del día primaveral tampoco le ayudaba. Resolvió entonces salir por un café de máquina, de esos que siempre solía beber y que ya se habían vuelto una especie de "sana" adicción en él.

Corroborando que llevaba dinero y confiado en que la calma del día se mantendría, abrió la puerta de la enfermería para dirigirse a su destino, sin embargo, su sorpresa fue enorme al terminar, de un momento a otro, en el suelo con el peso muerto de un alumno sobre él.

- ¿Pero qué...? - Apenas murmuró agradeciendo no haberse azotado la cabeza en la caída, ni haberse roto nada. Como mucho tendría algunos hematomas en el trasero al día siguiente. Más aun parecía que lo del café ya no era necesario. Tras aquel pequeño susto ¿quién no iba a despertar?

- ¿Qué te pas...? - No terminó la oración y es que los hechos hablaron por si solos. Al mover al chico logró ver inmediatamente una mancha evidente de sangre fresca en su capa blanca. Al voltear la mirada y ver el rostro del chico comprobó que esta le pertenecía y que, de hecho, estaba medio o completamente inconsciente sangrando por la nariz.

- ¡Oye! - Sin perder ni un minuto más se encargó de voltear al muchacho como pudo para evitar que la sangre pudiese ahogarlo. Al no tener nada a mano optó por ocupar, sin asco, su propia mano para frenar la hemorragia, dándose una idea de lo ocurrido al ver el estado desastroso de su cara. Una caída era lo más probable, pero ¿por qué rayos estaba apoyado en al puerta? Existía la posibilidad de que el chico se hubiese desmayado justo antes de entrar, pero de nuevo se cuestionaba ¿como era que nadie lo había visto ni nadie se había dignado a acompañarlo?

Murmuró un improperio en su idioma natal mientras miraba a su alrededor, poniendo en orden sus prioridades. Comprobó que la sangre a pesar de que estaba brotando de manera realmente exagerada, no parecía estar obstruyendo la vía aérea, al menos eso era un punto a favor. Era imposible trasladar al muchacho a una camilla por si solo en esos momentos, o más bien, no era la prioridad, por lo que Casper optó por tumbarlo en el piso boca arriba y correr por una almohada que le ayudara a mantener su cabeza en cierto ángulo. Despues de todo, si había sido un golpe directo en el rostro, la posibilidad de TEC era alta. Lo siguiente fue ir por los apósitos para mantener el sangrado controlado, mientras sujetaba estos contra su nariz y comprobaba que el muchacho atinaba a respirar por la boca, con su mano libre se concentraba en comprobaba su pulso.

"Estable" Determinó y sintió algo de alivio, por lo que intentó llamarlo. - Oye... - Dio algunas palmadas en su rostro, optando inmediatamente por sacar un pequeño puntero con linterna que sujetó con los dientes (sin todavía soltar los apósitos) para poder revisar sus ojos, quería comprobar qué tan inconsciente estaba el chico. Al comprobar que el reflejo pupilar del muchacho estaba bastante alterado, su cara se tornó a una de confusión y tal vez algo de espanto.

Maldijo en silencio y sacó de inmediato su celular. Tendría que llamar a una ambulancia.

Calcifer fue el único testigo de cómo el pobre hombre que acababa de salir de la enfermería de un momento a otro se encontraba en el piso con su dueño sobre él. Agradeció por un momento que el niño estuviese durmiendo - “porque sólo está durmiendo, ¿verdad?"- pensó, de haber estado consciente de la situación probablemente estaría preocupado de todo el desastre que estaba causando, en especial en la bata del profesional que podía identificar como el enfermero.

-Hey, te encuentras bien? – le preguntó, manteniendo una distancia prudente a la escena, pero no recibió respuesta, el hombre estaba totalmente concentrado en hacer su trabajo.

Observaba atentamente los hábiles movimientos del enfermero, pero estos no causaban respuesta en el niño, empezó a preocuparse de a poco, si algo mas grave le pasaba al mocoso la vieja iba a matarlo. Su miedo se fue mitigando al ver que inspeccionaban sus signos vitales y parecía estar estables, hasta que llego a sus ojos y pudo notar que su ansiedad aumentaba a pasos agigantados, decidió intervenir en ese momento.

-No te preocupes por sus ojos, lo que estás haciendo no funcionará con Claude- esperó a que lo visualizara para continuar con la explicación. – Es ciego, puede abrir los ojos y dirigir su mirada hacia donde quiera, pero su reflejo pupilar siempre está alterado, al menos eso es lo que dijo su doctor en Francia. Ah, y a veces se pone bizco jeje..

Levitó un poco más alto para inspeccionar la enfermería en busca de algún objeto, incluso persona, que pudiera ayudar a Casper a levantar al menor.

-Te darás cuenta por mi cuerpo de que no puedo ayudarte a llevarlo a la camilla, pero si es móvil puedo esperarte con él aquí en el piso para que puedas ir a buscarla, te aseguro de que no huirá a ningún lado- rio de forma burlesca.

Le sonrió de manera juguetona mientras esperaba una respuesta, antes de que la obtuviera sintió un gruñido por parte del niño.

-Él estará bien?, menudo golpe que ha recibido con el rostro, pero dijo que tenía sueño antes de quedarse como piedra en la puerta…-se acercó más a Claude- ha estado muy cansado últimamente, duerme más de lo normal y se ve más pálido que de costumbre.

Era cierto, días antes de entrar a la escuela había empezado a quejarse de cansancio, pesó que durmiendo las horas correspondientes se le pasaría, pero cada día se levantaba una hora más tarde que el anterior y se sentía igual o incluso más cansado, no quiso creer que se encontraba enfermo, ya que, a parte de su Amaurosis congénita casi nunca sufría resfríos. Además, de verdad detestaba ser una molestia para los demás.

Una voz le habló por lo que instintivamente llevó la mirada a la entrada de la enfermería, sin embargo, no encontró a nadie ahí. Confundido entonces comenzó a buscar al rededor de la sala hasta a dar con una pequeña... ¿Flama?

La confusión en el rostro del polaco solo aumentó hasta el límite de lo que se consideraría pánico. Su boca se abrió incrédula y la pequeña linterna cayó sin más al piso.

Se quedó inmóvil por al menos un minuto en el que sin darse cuenta incluso contuvo al respiración. Cuando aquella aparición volvió a hablar de forma casual y confiada respecto al muchacho, Casper cayó en cuenta de que (posiblemente) no estaba alucinando, sino que esa cosa, fuera lo que fuese, estaba ahí y parecía tener gran relación con el muchacho. ¿No lo había llamado por su nombre hace un rato?

Se refregó los ojos solo para estar seguro y como al volver a mirar aquella cosa seguía ahí, otro improperio polaco abandonó sus labios. Por lo general él no solía decir tantas groserías.

- Espera...- Pidió humildemente alzando la misma mano con la que ejecutaba todo para señalar una pausa (después de todo la otra mano seguía sujetando los apósitos). - Espera, espera, espera...- Su mente estaba trabajando a toda velocidad por intentar buscar dar una explicación lógica-científica a aquello que estaba viendo.

- ¿Quién.... Qué eres? -

Costó que la expresión de Casper cambiara, incluso en algún momento en medio de la explicación puede que se hubiese agravado más, sin embargo con la explicación más científica el polaco pudo deglutir con algo (solo un poco) más de facilidad la situación.

Su mirada se devolvió al chico apenas este se movió y el cerebro de Casper pareció retomar su funcionalidad normal. Repasó en su mente lo dicho antes por... por Calcifer y conectó finalmente todo. Efectivamente había sido un golpe lo que había causado el sangrado, sumado a quizás una anemia no diagnosticada hubiese hecho que el chico se quedara dormido, más por eso que por el golpe, lo que era un alivio hasta cierto punto. Sus ojos tenían una enfermedad de base como explicación y el hecho de que el muchacho se hubiese movido, murmurado e incluso acurrucado contra su cuerpo ya le dejaba más tranquilo. Así que solo dejó que se acurrucara y soltó un suave suspiro.

- Menos mal no fue nada peor. - Removió con cuidado los apósitos de su nariz para comprobar que el sangrado se había detenido.

- Claude... ¿Verdad? - Preguntó alzando la vista con duda hacia la llamita que decía ser un fantasma.- Estás en la enfermería de la escuela. Mi nombre es Casper y soy el enfermero. ¿En qué curso vas? - Preguntó para saber si el chico había despertado y si era capaz de comunicarse pese a todo.

Por un momento fue capaz de notar el pánico en la cara del alumno mientras este se intentaba aferrar a él con todas sus fuerzas. Inevitablemente él también se asustó, pero al ver que en poco el chico parecía relajarse imaginó que más que nada se había tratado del shock al despertar luego de un desmayo.

La queja lo alertó, instintivamente preguntó qué pasaba, pero luego vino la respuesta a su anterior pregunta que logró desconcentrarlo un momento.

-Tercer año. Bien. -Lo recordaría para rellenar la ficha más tarde y avisaría del incidente al profesor a cargo. Lo más probable era que el chico necesitara reposo por algunos días si es que efectivamente su sospecha respecto a su anemia estaba correcta.

La siguiente frase lo dejó un tanto perplejo. No se esperaba que el alumno se preocupara de algo como eso, mucho menos al recién despertar. Quizás el fantasma llamita tenía razón respecto al chico, pero eso solo le sacó una sonrisa suave de los labios, bastante cálida como si a quien tuviese en los brazos fuese un niño pequeño y él un buen pediatra.

-No te preocupes por eso, creo que el mayor desastre está dentro de tu nariz. -Se permitió bromear un poco antes de retomar su deber como enfermero. - ¿Cómo te sientes? Imagino que el dolor debe ser fuerte, pero no te preocupes, ya nos encargaremos de eso. Necesito saber si estás mareado o te duele algo más que el rostro. Quédate tendido un momento, acercaré una camilla para que puedas recostarte. El suelo está bastante frío. -Dijo tomando una de sus manos que todavía sujetaba su bata blanca y la apartó con mucha amabilidad. Esperó su respuesta antes de ponerse de pie. Por el momento prefirió no hacer comentario alguno respecto a calcifer, pero le dedicó una sonrisa cómplice al fantasma.

No pudo evitar reir ante la broma del enfermero -Así que, ¿Aún tengo nariz? – preguntó aún sonriendo, a pesar del dolor que causaba la acción. Se tomo su tiempo para analizar la situación, si mentía y decía que se sentía bien, probablemente Calcifer lo delataría de inmediato, ya que al ser su familiar ambos eran conscientes de las sensaciones físicas y emocionales del otro. Por otra parte, la situación se percibía complicada, el dolor iba en aumento y el mareo se hacía peor, el cuerpo del mayor le aportaba calor constante, pero si no fuera por eso probablemente el frío empezaría a apoderarse de él.

Despertó de su trance apenas Casper soltó su mano y alejó un poco, a pesar de que pudo sentir amabilidad en el gesto (el cual comprendía por completo, no podían estar tumbados en el piso durante toda la tarde) no pudo evitar querer alcanzarlo de nuevo, estaba actuando de forma instintiva; pudo detener el impulso a mitad de camino, evidenciando su vergüenza al girar la cabeza tratando de esconderse. - lo siento – expresó de forma casi inaudible.

-No se preocupe, yo acompañare al niño mientras va por la camilla. – Miro de reojo a Claude sin poder evitar soltar una risa burlesca. -No es como si pueda llegar muy lejos en caso de que quiera escapar. -

Suspiro algo angustiado, el espíritu tenía razón, a pesar de que no quería convertirse en una carga probablemente iba a causar más problemas si se hacía el valiente – Siento muchas cosas al mismo tiempo, el dolor de mi nariz se extiende por todo el rostro en el exterior y al mismo tiempo es muy profundo, constante…-trato de dirigir nuevamente su rostro hacia Casper para continuar con la explicación. – hace frío…y tengo mucho sueño. – luchaba contra la pesadez de sus parpados mientras trataba de acomodarse para la llegada de la camilla, fue cuando movió sus piernas que se dio cuenta de que también se habían dañado en la caída- Esto no lo recordaba…aunque el dolor no se compara con el del rostro-

-Es obvio que tengas dañadas tus piernas, después de todo te tropezaste con un montón de ladrillos…cabezota. – golpeó suavemente el hombro del joven.

-hnn..- fue lo único que pudo responder. La posición en la que los rayos del sol llegaban a su piel le anunciaban que ya se estaba haciendo tarde, ya ni siquiera le entregaban calor suficiente como para poder sentirse cómodo. ¿Cuánto tiempo estuvo dormido?

-Disculpe, pero ¿Qué hora es? -su expresión se notaba confundida, si era tarde ¿será que el turno del enfermero estaría llegando a su fin?.

Por algún motivo la forma de actuar de Claude le parecía más similar a la de un animalito que a la de un estudiante de tercero, sin buscar desmerecerlo u ofenderlo. Tal vez era solamente su impresión o tal vez, por el asunto de su ceguera, Claude era mucho más instintivo que la media de sus compañeros. Notó perfectamente cómo sus acciones no eran calculadas, también notó la vergüenza con la que se disculpaba y trataba de esconderse. Casper solo le dio una palmadita en la espalda y le indicó que esperara un momento.

Tal y como Calcifer decía, era poco probable que el muchacho pudiese huir, así que estando un poco más tranquilo, el enfermero sacó con cuidado una de las camillas más cercanas y la trasladó hasta donde estaba Claude mientras este indicaba qué partes dolían.

-¿Ladrillos? Vaya... - La sorpresa en Casper era evidente, se había imaginado quizás una caída por las escaleras o un tropezón simple en el patio, pero si se cayó por unos ladrillos la verdad era que o el chiquillo había tenido mucha suerte o no... en verdad todavía cabía la posibilidad de que se tratase de un TEC.

- Son casi las 6 de la tarde. - Le indicó el enfermero mientras ponía el freno en la camilla y se arrodillaba de nuevo al lado del muchacho. - Necesitaré tu ayuda. - Con cuidado tomó uno de sus brazos y lo pasó por alrededor de su cuello, sujetando con la otra mano el pantalón del muchacho para así poder alzarlo con mayor facilidad.- Vamos. Un, dos, tres... Eso, siéntate con cuidado. Espera. - Las indicaciones de Casper buscaban acomodar al muchacho lo mejor posible.

-Dime Claude ¿Has estado comiendo bien? ¿Sufres de anemia? Seguramente eso te está haciendo sentir un tanto somnoliento, sin embargo, al haber sufrido un golpe directo en la cara lo mejor sería que te llevásemos al hospital. ¿Quién es tu apoderado? -Consultó una vez el chico ya estuvo recostado en la camilla, y lo trasladó de vuelta a donde esta estaba originalmente. - Por ahora administraré algunos antinflamatorios y analgésicos y algo que nos ayude a controlar la hemorragia, aunque ya se ve mucho mejor que cuando llegaste. - Volvió a reír, tampoco quería poner demasiado nervioso al chico.

Siguió las indicaciones del enfermero y coopero  pesar del dolor que causaban los movimientos, el cambio de posición le hizo sentir como si se encontrara en otra dimensión y el mareo aumentaba, pidió amablemente permiso para recostarse, su cabeza empezaba a doler de forma distinta, como si su cerebro se estuviera congelando.

– ¿Anemia?, no me la habían diagnosticado antes de llegar, la verdad es que he estado comiendo menos que antes, pero simplemente no tengo hambre.- dirigió su mirada hacia Casper y continuó. -Mi tutora legal es mi abuela, pero vive en Francia, por el momento se podría decir que yo mismo soy mi apoderado. – dijo mientras cubría sus ojos con sus manos. Hizo una pequeña mueca de dolor, esperando pasar desapercibido. –Puedo ir al hospital si es necesario, tengo un seguro…-

-Muchas gracias, eso me hace sentir mucho más tranquilo- sonrió con sinceridad y posicionó su brazo para que pudiera instalar la intravenosa, Nunca había sido cobarde con las agujas, además ya ni siquiera podía verlas. –Usted es muy amable, disculpe las molestias, probablemente su turno está por terminar.
Buscó el calor del sol que aún entraba por la ventana de la enfermería mientras luchaba por ignorar las señales de su cuerpo que anunciaban un nuevo colapso, con la fuerza que aún le quedaba retiró sus fríos dedos de sus ojos y limpió sus manos con su ropa, volvió a levantarlas, ahora en dirección al mayor. –Señor Casper, disculpe la invasión de su espacio personal pero, ¿me dejaría conocerlo para que cuando esto pase pueda al menos agradecerle decentemente?-

Lo llamó señor esperando no haberlo ofendido, su familia lo había educado para nunca tutear a alguien sin permiso. Antes de acercar más sus manos al enfermero sintió la necesidad de explicar su actuar.

-Oh, no puedo ver su rostro, pero me enseñaron a reconocer a las personas según sus facciones, ¿Puedo conocerlo? – volvió preguntar, su tono de voz iba disminuyendo de forma casi desapercibida.

Escuchó atento las respuestas del alumno, pero aparentemente nada estaba demasiado a su favor. El hecho de que no tuviera un tutor cercano era de por sí un problema, más en circunstancias como esta. Tal vez no era de su incumbencia pero más tarde hablaría con los profesores de la escuela respecto a ese detalle, porque dudaba mucho que este fuese el primer y último accidente del muchacho.

- Lo más prudente es que te lleve al hospital... -Murmuró para sí mismo. Y es que si ponía fluído y medicamentos solo perdería tiempo y lo más importante en ese momento era la monitorización, pero tampoco quería mover al muchacho, las posibilidades de que volviera a sangrar profusamente frente al movimiento eran altas.

¿Llamar a una ambulancia? Tal vez esa era la mejor opción.

El polaco se ensimismó tanto en sus pensamientos que la petición del alumno lo tomó completamente por sorpresa, descolocándolo por un momento, pero comprendiendo al instante siguiente el por qué de la petición.

- Claro que puedes, si es la forma que tienes para reconocer a las personas, no tengo problemas, pero antes de eso llamaré a una ambulancia y avisaré a algún docente. Nos iremos al hospital. Quiero que te chequeen bien ¿de acuerdo? Solo espera un momento. - Se alejó un minuto para tomar el telefono inalámbrico de la enfermería. Marcaba el número a la sala de profesores a la vez que intentaba cambiarse la bata, tenía varias más limpias y planchadas para casos como ese. Aprovechó la misma bata ya sucia y la lanzó al piso, en el lugar donde estaba el mayor desastre. Habló con uno de los profesores y le explicó la situación de manera breve, explicó que por seguridad lo mejor era llevar al muchacho al hospital y por suerte su criterio fue aprobado, por lo que la siguiente llamada fue al hospital solicitando una ambulancia. Para cuando la estaba pidiendo ya había vuelto al lado de Claude.

- Bien, vendrán por nosotros.- Le anunció tomando una de sus manos, llevándola sin reparos hasta su propio rostro.- Ahora sí puedes conocerme.

Casper se dejó tocar aunque la situación fuese algo extraña, el enfermero entendía que de para alguien ciego el tacto era una de las únicas formas de acercarse al mundo de "los demás". Imaginaba lo dificil que era vivir así y le sorprendía mucho el valor de Claude para asistir a una academia como Musette pese a su discapacidad.

Se sorprendió cuando el muchacho soltó una lágrima. Incluso se tensó un poco y no pudo evitar preguntar - ¿Estás bien? - Pero la sonrisa que el chico le entregó lo tranquilizó de inmediato. Suponía que el chico estaba agradecido, aunque para él en verdad no había sido mucho.

- No tienes que llorar o el sangrado podría volver. - Le advirtió y le dio una suave caricia en la cabeza, tal y como a veces hacía con los alumnos más pequeños.

- La ambulancia llegará pronto. Te acompañaré hasta que nos aseguremos que todo está bien ¿De acuerdo? Eso sí, procura que nadie vea a calcifer o las cosas podrían complicarse...- Y tal como dijo, la ambulancia no tardó en llegar. Sacaron a Claude en camilla, más que nada por seguridad. Casper se subió con él en la ambulancia y durante todo el trayecto mantuvo una mano sobre uno de los brazos del alumno, en forma de apoyo y compañía.