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{ P } Cáncer en la piel
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{ P } Cáncer en la piel
Gruñía, mostrando los colmillos tal fiera enojada. Abría y cerraba los dedos dos, tres, cuatro veces, la quinta apretando estos contra la palma de la mano.
-Mowl.
-¡No, no, yo puedo! –Agite la cabeza, tomando aire por la nariz y botándolo por la boca.
-Mowl…
-Tengo todo controlado, ¿Ves? –Señale mi mano derecha con la izquierda, moviendo los dedos.
-… Mowl.
La dueña de esos maullidos solo tildo la cabeza a un lado moviendo una de sus orejas, curiosa por saber que pasará ahora. Oh rayos… Esto no va a ser bueno. Entonces, poco a poco iba sacando la mano de la seguridad de la querida sombra que proporcionaba el techo de zinc de la pequeña tienda de playa, ¿Y todo para qué? Simple, agarrar unos lentes de sol que por idiotez se cayeron al suelo.
Fuera de la tienda.
En donde el SOL ARDIENTE pegaba con fuerza.
Y ya con tener la mano hasta la muñeca fuera de la sombra, no paso ni medio segundo cuando esta misma comenzó a quemarse, la piel abriéndose hasta formarse horribles costras de color negro y por si fuera poco también salía humo; lo irónico es que sonaba como si frieras un huevo.
-¡HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSS! –Siseé. Recogí mi mano hasta la seguridad de la sombra, está volviendo a la normalidad aunque todavía humeaba con fuerza.
De todas las brillantes y geniales ideas que tengo, se me ocurrió salir en plena luz del sol. ¡Gracias cerebro! Qué bueno que te tengo. Otro maullido captó mi atención y voltee a ver que Schwabelle frotaba su cuerpo contra una de esas grandes sombrillas de playa.
-¡Hey, es una buena idea! –Acaricie la cabeza de la gata, respondiendo ella con un audible ronroneo.
¡No hay más nada que decir! Tomé la sombrilla, el resto de mis cosas y a Schwaby tal bolso, comenzando a partir hacía algún lugar de la playa.
-¡HEY, ESA SOMBRILLA NO ES GRATIS!
Termine leeeeejos de ahí, clavando la sombrilla en la arena y dejando tanto un bolso como la minina sobre la arena.
-Muy bien Schwaby, haz locuras. –Y se lo toma en serio, porqué la gata con velocidad empezó a escarbar en la arena y terminó enterrándose en ella, solo la punta de su cola sobresalía de esta y emprendió su viaje bajo la arena para causar caos y terror entre los habitantes.
Buena gatita.
-Bien, ahora veamos… -Me senté en la arena, dejándome caer con un “poof” sobre esta y buscaba entre las cosas que había traído, para sacar un pequeño pote blanco con dibujos en amarillo.
“Protector solar. 100% recomendado. Previene contra el cáncer de piel”.
-Pff… -Rodé los ojos, antes de llevar el dedo índice a mi barbilla.
¿Servirá o no servirá?
-Mowl.
-¡No, no, yo puedo! –Agite la cabeza, tomando aire por la nariz y botándolo por la boca.
-Mowl…
-Tengo todo controlado, ¿Ves? –Señale mi mano derecha con la izquierda, moviendo los dedos.
-… Mowl.
La dueña de esos maullidos solo tildo la cabeza a un lado moviendo una de sus orejas, curiosa por saber que pasará ahora. Oh rayos… Esto no va a ser bueno. Entonces, poco a poco iba sacando la mano de la seguridad de la querida sombra que proporcionaba el techo de zinc de la pequeña tienda de playa, ¿Y todo para qué? Simple, agarrar unos lentes de sol que por idiotez se cayeron al suelo.
Fuera de la tienda.
En donde el SOL ARDIENTE pegaba con fuerza.
Y ya con tener la mano hasta la muñeca fuera de la sombra, no paso ni medio segundo cuando esta misma comenzó a quemarse, la piel abriéndose hasta formarse horribles costras de color negro y por si fuera poco también salía humo; lo irónico es que sonaba como si frieras un huevo.
-¡HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSS! –Siseé. Recogí mi mano hasta la seguridad de la sombra, está volviendo a la normalidad aunque todavía humeaba con fuerza.
De todas las brillantes y geniales ideas que tengo, se me ocurrió salir en plena luz del sol. ¡Gracias cerebro! Qué bueno que te tengo. Otro maullido captó mi atención y voltee a ver que Schwabelle frotaba su cuerpo contra una de esas grandes sombrillas de playa.
-¡Hey, es una buena idea! –Acaricie la cabeza de la gata, respondiendo ella con un audible ronroneo.
¡No hay más nada que decir! Tomé la sombrilla, el resto de mis cosas y a Schwaby tal bolso, comenzando a partir hacía algún lugar de la playa.
-¡HEY, ESA SOMBRILLA NO ES GRATIS!
Termine leeeeejos de ahí, clavando la sombrilla en la arena y dejando tanto un bolso como la minina sobre la arena.
-Muy bien Schwaby, haz locuras. –Y se lo toma en serio, porqué la gata con velocidad empezó a escarbar en la arena y terminó enterrándose en ella, solo la punta de su cola sobresalía de esta y emprendió su viaje bajo la arena para causar caos y terror entre los habitantes.
Buena gatita.
-Bien, ahora veamos… -Me senté en la arena, dejándome caer con un “poof” sobre esta y buscaba entre las cosas que había traído, para sacar un pequeño pote blanco con dibujos en amarillo.
“Protector solar. 100% recomendado. Previene contra el cáncer de piel”.
-Pff… -Rodé los ojos, antes de llevar el dedo índice a mi barbilla.
¿Servirá o no servirá?
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: { P } Cáncer en la piel
Las personas comenzaban a reconocerle, no todas, solo algunas, aquellas que al menos en una ocasión habían podido tener entre sus manos alguna revista con una foto suya de portada, o quizá en medio, como esas páginas especiales para posters que daban como regalo solo para atraer más clientes, o en todo caso, a más de sus fans; Si hubiera sido en cualquier otro momento, sin duda el menor no se quejaría de ser notado, podía vivir con ello, sin embargo, ahora mismo no deseaba ser perseguido por paparazzi’s o fans buscando obtener una firma, una foto, un abrazo y, solo para ocasiones extremas, algo más. Pero no estaba fuera de su departamento, en un día libre, sin Mike tras él intentando convencerle de ir a algún bar o en su defecto, invitándole a pasar una noche su casa, con su esposa y su preciosa hija. No podía evitar el fruncir su ceño en respuesta a esas invitaciones en ocasiones, no es que continuase enamorado de Mike, estaba seguro de eso, sin embargo, en ocasiones no podía evitar sentir algo de envidia por la mujer que ahora era su esposa, por supuesto, no deseaba ningún mal para ella, ni remotamente, había resultado ser la mujer más adorable que había tenido el placer de conocer además de su propia madre, simplemente se preguntaba si él habría podido ser lo que esa mujer era ahora mismo para Mike.
Negó con su cabeza, ciertamente, de nada servía comenzar a divagar sobre ese tipo de cosas, no había nada qué hacer al respecto, él, en definitiva, no era el tipo de chico que se interponía en un matrimonio, mucho menos en uno en el cual había una niña de por medio, niña que además le consideraba un tío y agradecía enormemente por tener la oportunidad de actuar como uno, porque no tenía hermanos, no de sangre al menos. Sonrió ante el fugaz recuerdo de una pequeña de cabello negro, lacio y largo, que sonreía para él cada vez que iba de visita a esa casa. Avanzó con parsimonia evitando a personas, y ajustando la cinta del bolso que cruzaba su pecho desde su hombro derecho hasta el extremo de su cadera. Apenas enfocaba la vista dos veces en una misma persona, solo para confirmar que no se tratase de algún fotógrafo, tarea que se le hacía ligeramente molesta debido a los lentes de sol que cubrían sus ojos.
Logró avistar el imponente mar desde el lugar en el que se encontraba y paró tan solo un momento, junto a una máquina expendedora de bebidas refrescantes, hacía calor, llevaba una sudadera que cubría por completo sus brazos y había caminado lo suficiente como para que comenzara a desear una de esas, y por supuesto, sabía que cierto pelinegro agradecería por una de esas, o pasaría la tarde quejándose y molestando si no le llevaba alguna, de modo que sacó algunas monedas de uno de los bolsillos delanteros de su pantalón y las introdujo en la máquina, recibiendo al instante dos de dichas bebidas, no es que Marshall las necesitara realmente. Finalmente se encogió de hombros, resoplando y retomó su caminata hacia la calurosa playa, mientras daba sorbos cortos a su bebida.
Eventualmente logró advertir a las personas, caminando de un lugar a otro sobre la arena, dentro del mar, no tan alejados, naturalmente, sombrillas por doquier, más personas tumbadas sobre la arena, en su mayoría mujeres broceándose. Recorrió el lugar con su vista de un extremo a otro, encontrando finalmente a la persona con la cual había quedado allí… y a un pequeño bulto a su lado que reconoció como la gata del vampiro. Seriamente, ¿Quién lleva a un gato a la playa?, mejor dicho: ¿Qué vampiro acepta/seautoinvita a una salida a la playa?— Solo con eso debí saber que se trataba de él. —Masculló, mientras comenzó a avanzar hacia el pelinegro y, varias sombrillas, personas y animales después, se encontró a si mismo de pie junto al mayor.—¿No se supone que detestas esto? ¿La playa? ¿El sol, específicamente? —Interrogó, al tiempo que se agachaba al nivel del otro, extendiéndole la bebida, que aún estaba fría.
Negó con su cabeza, ciertamente, de nada servía comenzar a divagar sobre ese tipo de cosas, no había nada qué hacer al respecto, él, en definitiva, no era el tipo de chico que se interponía en un matrimonio, mucho menos en uno en el cual había una niña de por medio, niña que además le consideraba un tío y agradecía enormemente por tener la oportunidad de actuar como uno, porque no tenía hermanos, no de sangre al menos. Sonrió ante el fugaz recuerdo de una pequeña de cabello negro, lacio y largo, que sonreía para él cada vez que iba de visita a esa casa. Avanzó con parsimonia evitando a personas, y ajustando la cinta del bolso que cruzaba su pecho desde su hombro derecho hasta el extremo de su cadera. Apenas enfocaba la vista dos veces en una misma persona, solo para confirmar que no se tratase de algún fotógrafo, tarea que se le hacía ligeramente molesta debido a los lentes de sol que cubrían sus ojos.
Logró avistar el imponente mar desde el lugar en el que se encontraba y paró tan solo un momento, junto a una máquina expendedora de bebidas refrescantes, hacía calor, llevaba una sudadera que cubría por completo sus brazos y había caminado lo suficiente como para que comenzara a desear una de esas, y por supuesto, sabía que cierto pelinegro agradecería por una de esas, o pasaría la tarde quejándose y molestando si no le llevaba alguna, de modo que sacó algunas monedas de uno de los bolsillos delanteros de su pantalón y las introdujo en la máquina, recibiendo al instante dos de dichas bebidas, no es que Marshall las necesitara realmente. Finalmente se encogió de hombros, resoplando y retomó su caminata hacia la calurosa playa, mientras daba sorbos cortos a su bebida.
Eventualmente logró advertir a las personas, caminando de un lugar a otro sobre la arena, dentro del mar, no tan alejados, naturalmente, sombrillas por doquier, más personas tumbadas sobre la arena, en su mayoría mujeres broceándose. Recorrió el lugar con su vista de un extremo a otro, encontrando finalmente a la persona con la cual había quedado allí… y a un pequeño bulto a su lado que reconoció como la gata del vampiro. Seriamente, ¿Quién lleva a un gato a la playa?, mejor dicho: ¿Qué vampiro acepta/seautoinvita a una salida a la playa?— Solo con eso debí saber que se trataba de él. —Masculló, mientras comenzó a avanzar hacia el pelinegro y, varias sombrillas, personas y animales después, se encontró a si mismo de pie junto al mayor.—¿No se supone que detestas esto? ¿La playa? ¿El sol, específicamente? —Interrogó, al tiempo que se agachaba al nivel del otro, extendiéndole la bebida, que aún estaba fría.
Invitado- Invitado
Re: { P } Cáncer en la piel
Bueeeeno, dije que iba a hacer la prueba así que, ¿Ya no hay vuelta atrás? Supongo, de todas formas no es como si en verdad esto pudiera matarme ni aunque lo intentará y hablo del cáncer, y del sol claro. Abrí la tapa de aquel pequeño frasco de plástico y vertí una gran cantidad de crema blanca sobre mi mano, y dejando el pote de lado empecé a empapar ambas manos con la dichosa crema y esparcirla entre mis dedos, los nudillos, las muñecas y todo lo que compete mi brazo derecho hasta casi llegar al hombro, era solo una pequeña prueba ni que me fuera a echar todo el frasco entero al cuerpo.
El momento de la verdad.
Incline mi cuerpo hacía adelante, arrodillado en la arena ahora mientras poco a poco iba sacando la mano hacía los peligrosos rayos del sol. ¿Nervioso, yo? ¡JAH! Para nada, solo soy precavido (MUY PRECAVIDO). Comenzando primero por los dedos, no ha sucedido nada. La mano entera hasta la muñeca y poco a poco hasta sacar el brazo entero al sol. ¡Hey! No estaba mal, no ha pasado nada hasta ahora; ¡Así que la crema funcionaba!
... Oh, no.
Si es malo, es MUUUUY MALO.
Por no decir que la crema no solo NO servía de escudo sino que también también impedía que la piel se ahumará. Para hacerlo más sencillo, mi brazo se estaba quemando por dentro del protector. Como si hubiera un incendio dentro pero no sabes nada porque hay algo cubriendoló. Una sensación horrible.
-aaaaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Volví a la seguridad de las sombras, y al ver una lata a mi lado no dude en tomarla, enterrarle los colmillos para arrancar un pedazo de la lata y regar todo el contenido sobre mi brazo. Cuando ya no había más líquido lo más sensato que se me ocurrió fue agitar el brazo de un lado a otro sacando el exceso de líquido, crema y hasta piel muerta por seguro.
-¡No funciona! -Chillé.- ¿Como es que a ella le funciona las cremas pero a mí ni siquiera el bloqueador solar me sirve? ¡Esto es injusto! ¡Oooh claro, al menos no tendré cáncer de piel! ¡Y CON UNA MIERDA! ¡AGH!
Como el adulto maduro que soy tumbe el frasco de protector solar, se cerró al caerse lo cual es raro. Y me enfurruñé con los brazos cruzados mirando hacía la lejanía con el ceño fruncido. Claro, no fue sino hasta cinco minutos después de mi muy madura conversación conmigo mismo que giré lento a mi lado izquierdo y ver la cara de pocos amigos que tenía la persona que quien sabe cuanto tiempo tiene escuchandome mientras hablaba de cosas muy importantes conmigo mismo.
-Oh, hey Ian ~
El momento de la verdad.
Incline mi cuerpo hacía adelante, arrodillado en la arena ahora mientras poco a poco iba sacando la mano hacía los peligrosos rayos del sol. ¿Nervioso, yo? ¡JAH! Para nada, solo soy precavido (MUY PRECAVIDO). Comenzando primero por los dedos, no ha sucedido nada. La mano entera hasta la muñeca y poco a poco hasta sacar el brazo entero al sol. ¡Hey! No estaba mal, no ha pasado nada hasta ahora; ¡Así que la crema funcionaba!
... Oh, no.
Si es malo, es MUUUUY MALO.
Por no decir que la crema no solo NO servía de escudo sino que también también impedía que la piel se ahumará. Para hacerlo más sencillo, mi brazo se estaba quemando por dentro del protector. Como si hubiera un incendio dentro pero no sabes nada porque hay algo cubriendoló. Una sensación horrible.
-aaaaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Volví a la seguridad de las sombras, y al ver una lata a mi lado no dude en tomarla, enterrarle los colmillos para arrancar un pedazo de la lata y regar todo el contenido sobre mi brazo. Cuando ya no había más líquido lo más sensato que se me ocurrió fue agitar el brazo de un lado a otro sacando el exceso de líquido, crema y hasta piel muerta por seguro.
-¡No funciona! -Chillé.- ¿Como es que a ella le funciona las cremas pero a mí ni siquiera el bloqueador solar me sirve? ¡Esto es injusto! ¡Oooh claro, al menos no tendré cáncer de piel! ¡Y CON UNA MIERDA! ¡AGH!
Como el adulto maduro que soy tumbe el frasco de protector solar, se cerró al caerse lo cual es raro. Y me enfurruñé con los brazos cruzados mirando hacía la lejanía con el ceño fruncido. Claro, no fue sino hasta cinco minutos después de mi muy madura conversación conmigo mismo que giré lento a mi lado izquierdo y ver la cara de pocos amigos que tenía la persona que quien sabe cuanto tiempo tiene escuchandome mientras hablaba de cosas muy importantes conmigo mismo.
-Oh, hey Ian ~
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: { P } Cáncer en la piel
—¿Qué demonios, Marshall?.—Exclamó, en el momento en el que la bebida fue arrebatada de su mano con brusquedad, su ceño se frunció automáticamente y se incorporó, imponiéndose ante el vampiro, aunque su estatura resulta ser más baja que la de éste, sin embargo, estando el pelinegro sentado sobre la arena, la diferencia era, sin duda, mucha. El menor elevó una ceja y observó, incrédulo, como el mayor, desesperado, utilizaba sus colmillos para abrir la bebida que hasta hace unos segundos sostenía entre su mano derecha. Esperó unos segundos, minutos, mientras su amigo se disponía a comenzar con su habitual monólogo de infinita molestia y, se preguntó, el porqué de haber ido a la playa de día precisamente, si sabía perfectamente que cosas como esas podían ocurrir si tan solo daba un paso en falso o se movía un poco fuera de la sombrilla. Chasqueó la lengua y cruzó sus brazos sobre su pecho, contemplando con severidad al vampiro e ignorando por completo su saludo.—Nada de: «Hey, Ian~» ¿Podrías explicarme que fue eso? —Cuestionó.— No, mejor explícame por qué estamos aquí, en una playa, a medio día, siendo que tú, claramente, no soportarías ni siquiera la brisa cálida de este lugar. ¿En qué demonios estabas pensando?. —Interrogó, claramente molesto ahora. Podía sentir perfectamente las miradas de los transeúntes del lugar, la curiosidad de éstos por saber qué le había ocurrido al joven de cabello negro que había comenzado a gritar como demente hasta hace unos momentos. Si, el menor realmente podía ser perceptivo cuando de las personas se trataba, o de llamar la atención, en su defecto, y no quería llamar la atención.
Descruzó sus brazos y acercó su mano derecha hasta su rostro, cubriendo parte de éste y resoplando, resignado, si no quería llamar la atención lo primero sería dejar de discutir o, en el caso de Marshall, dejar de actuar de manera tan escandalosa. Rápidamente se giró hacia el pelinegro, entrecerrando sus ojos detrás de los lentes para el sol, señaló el lugar en el que antes estaba sentado el vampiro y habló con un tono moderadamente alto.—Siéntate, no queremos llamar más la atención. —Ordenó, mientras se sacaba el bolso que traía de encima, dentro del cual, venía algo de comida para ambos, porque sabía que Marshall terminaría robando cosas rojas en lo que comenzara a sentir hambre y, como ya había mencionado, no quería llamar la atención, en absoluto.
Tomó asiento sobre la arena, debajo de la sombrilla, y abrió rápidamente su bolso, obteniendo de éste un paquete de fresas que aún lucían frescas. Lo extendió hacia el mayor sin mirar hacia él y sacó una manzana para sí mismo.— Toma. —Susurró, antes de encoger ligeramente sus piernas, apoyando ambos brazos sobre sus rodillas y uniendo ambas manos sobre la manzana, mirándola en silencio durante un segundo antes de hablar.— Estás hecho un completo desastre, ¿Lo sabes?.
Descruzó sus brazos y acercó su mano derecha hasta su rostro, cubriendo parte de éste y resoplando, resignado, si no quería llamar la atención lo primero sería dejar de discutir o, en el caso de Marshall, dejar de actuar de manera tan escandalosa. Rápidamente se giró hacia el pelinegro, entrecerrando sus ojos detrás de los lentes para el sol, señaló el lugar en el que antes estaba sentado el vampiro y habló con un tono moderadamente alto.—Siéntate, no queremos llamar más la atención. —Ordenó, mientras se sacaba el bolso que traía de encima, dentro del cual, venía algo de comida para ambos, porque sabía que Marshall terminaría robando cosas rojas en lo que comenzara a sentir hambre y, como ya había mencionado, no quería llamar la atención, en absoluto.
Tomó asiento sobre la arena, debajo de la sombrilla, y abrió rápidamente su bolso, obteniendo de éste un paquete de fresas que aún lucían frescas. Lo extendió hacia el mayor sin mirar hacia él y sacó una manzana para sí mismo.— Toma. —Susurró, antes de encoger ligeramente sus piernas, apoyando ambos brazos sobre sus rodillas y uniendo ambas manos sobre la manzana, mirándola en silencio durante un segundo antes de hablar.— Estás hecho un completo desastre, ¿Lo sabes?.
Invitado- Invitado
Re: { P } Cáncer en la piel
-Perdona, ¿Me estas llamando débil? ¡Me subestimas, mortal!
¿Que la brisa cálida me hace mal? ¡PFFF! Ni que fuera un debilucho, si en verdad me hiciera mal no estuviera acá sentado sobre la arena caliente, ¿No?. ¡Que bonito! Le invitó a pasar un día conmigo y lo primero que hace es quejarse sobre lo que estaba haciendo, por favor, si estabamos tan alejado del bullicio como pidió. Tan solo unos pocos traseúntes que mirarón hacía acá por curiosos; nada nuevo realmente. ¡Oh! ¿Como es que le conozco? Pues es una historia bastante larga y divertida que contiene una escena de gente gritando despavorecida y un pequeño acoso no definido, lo típico de un Abadeer.
La historia será para después, por ahora estaba más concentrado en algo: En lo mucho que picaba mi brazo. Eso era lo malo de que mi piel se quemará, es que solo MI PIEL lo hace, ni mis órganos ni mis huesos son afectados al menos que me pare mucho bajo el sol y por varias horas. Y teniendo un cuerpo que se regenerá mucho más rápido lo cual en teoría hace que crezca nuevamente las células de mi "dermis" (¿O es la epidermis?).
Para hacerlo más sencillo: Piel vuelve a crecer bajó las costras, tal como si de una serpiente mudando de piel. Y si, picaba. Así que ahí me tenían, rascando mi brazo y arrancandome con muchas intenciones la piel muerta en lo que el peliaqua hablaba y hablaba sin prestarle verdadera atención a sus palabras.
-Estoy sentando, y gracias ~ -Tomé el paquete de fresa, la única cosa que si le escuche decir y ver cuando las extendió hacía mi.
Abrí el paquete, sacando una jugosa y fresca fresa llevandola a mi boca, con solo encajar uno de mis colmillos basto para absorver todo los pigmentos rojos de la fruta y luego comerme la misma.
-¡Pfff! ¡Me veo fabuloso! -Exlamé. Ignorando mi aún humeante y lleno de costras que era mi brazo derecho.- Y tu te ves amargado como usual. ¿Como lograste llegar acá sin que nadie te reconociera?
¿Que la brisa cálida me hace mal? ¡PFFF! Ni que fuera un debilucho, si en verdad me hiciera mal no estuviera acá sentado sobre la arena caliente, ¿No?. ¡Que bonito! Le invitó a pasar un día conmigo y lo primero que hace es quejarse sobre lo que estaba haciendo, por favor, si estabamos tan alejado del bullicio como pidió. Tan solo unos pocos traseúntes que mirarón hacía acá por curiosos; nada nuevo realmente. ¡Oh! ¿Como es que le conozco? Pues es una historia bastante larga y divertida que contiene una escena de gente gritando despavorecida y un pequeño acoso no definido, lo típico de un Abadeer.
La historia será para después, por ahora estaba más concentrado en algo: En lo mucho que picaba mi brazo. Eso era lo malo de que mi piel se quemará, es que solo MI PIEL lo hace, ni mis órganos ni mis huesos son afectados al menos que me pare mucho bajo el sol y por varias horas. Y teniendo un cuerpo que se regenerá mucho más rápido lo cual en teoría hace que crezca nuevamente las células de mi "dermis" (¿O es la epidermis?).
Para hacerlo más sencillo: Piel vuelve a crecer bajó las costras, tal como si de una serpiente mudando de piel. Y si, picaba. Así que ahí me tenían, rascando mi brazo y arrancandome con muchas intenciones la piel muerta en lo que el peliaqua hablaba y hablaba sin prestarle verdadera atención a sus palabras.
-Estoy sentando, y gracias ~ -Tomé el paquete de fresa, la única cosa que si le escuche decir y ver cuando las extendió hacía mi.
Abrí el paquete, sacando una jugosa y fresca fresa llevandola a mi boca, con solo encajar uno de mis colmillos basto para absorver todo los pigmentos rojos de la fruta y luego comerme la misma.
-¡Pfff! ¡Me veo fabuloso! -Exlamé. Ignorando mi aún humeante y lleno de costras que era mi brazo derecho.- Y tu te ves amargado como usual. ¿Como lograste llegar acá sin que nadie te reconociera?
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: { P } Cáncer en la piel
El menor rodó sus ojos antes de mirarlo, bufando en respuesta al MUY notable, berrinche de parte de un vampiro que aparentemente, después de miles de años siendo inmortal y con suficiente tiempo para conocerse a sí mismo, su cuerpo, habilidades y debilidades, aún no aceptaba la parte de la debilidad ante la luz solar. —Bueno, Marshall, quizá tú no estás viendo lo mismo que yo. Tus brazos por poco se incendian y ahora te ves como una serpiente. Así que… Sí, estoy diciendo que eres débil. Al menos ante un perfecto día soleado en la playa. — Elevó una ceja antes de llevar la manzana que sostenía a su boca, dando una gran mordida. Se entretuvo unos minutos observando casi con una muy asquerosa curiosidad, la manera en la que el otro se deshacía de la piel muerta. — Eso es asqueroso. —Comentó, levantando ligeramente su labio superior en una mueca de desagrado. —Me impresiona que a estas alturas aún intentes hacer algo que incluya, ya sabes, salir a la luz del sol. Eres muy valiente.., o un idiota. Y me inclino por la segunda opción. —Pronunció con una ligera sonrisa intentando aparecer en los bordes de sus labios y desvió su atención hacia la inmensidad del mar que se extendía ante ellos y para hacer más fácil y placentera la tarea deslizó los lentes de sol desde sus ojos hasta situarlos sobre su cabeza, ahora podía contemplar a la perfección la escena frente a él: El mar, imponente y descomunal. Algunos transeúntes, niños y personas que posiblemente eran parientes o simples desconocidos, aunque para él todos eran simples desconocidos.
Mordisqueó una segunda vez la manzana, mientras Marshall retomaba la palabra y sabía que no diría nada que no le hubiera escuchado decir ya en más de una ocasión, y si, efectivamente, ya le había escuchado hablar antes sobre lo “grandioso” que era. —Claro, por supuesto. ¿Cómo pude dudar siquiera de eso?. —Respondió, con un claro tono sarcástico en la oración, antes de volver a escuchar la voz del pelinegro. —Oh, gracias, nunca me habían dicho algo como eso o siquiera similar, tonto.— El menor se encogió ligeramente de hombros antes de señalar sus lentes con su mano derecha. —Te sorprendería lo que pueden hacer un par de lentes y un gran esfuerzo en INTENTAR PASAR DESAPERCIBIDO. Pero por supuesto, tú adoras ser notado, apuesto a que sí. —Expresó, al borde de otra sonrisa. Y el vampiro ni siquiera estaba intentando hacerle reír.
Mordisqueó una segunda vez la manzana, mientras Marshall retomaba la palabra y sabía que no diría nada que no le hubiera escuchado decir ya en más de una ocasión, y si, efectivamente, ya le había escuchado hablar antes sobre lo “grandioso” que era. —Claro, por supuesto. ¿Cómo pude dudar siquiera de eso?. —Respondió, con un claro tono sarcástico en la oración, antes de volver a escuchar la voz del pelinegro. —Oh, gracias, nunca me habían dicho algo como eso o siquiera similar, tonto.— El menor se encogió ligeramente de hombros antes de señalar sus lentes con su mano derecha. —Te sorprendería lo que pueden hacer un par de lentes y un gran esfuerzo en INTENTAR PASAR DESAPERCIBIDO. Pero por supuesto, tú adoras ser notado, apuesto a que sí. —Expresó, al borde de otra sonrisa. Y el vampiro ni siquiera estaba intentando hacerle reír.
Invitado- Invitado
Re: { P } Cáncer en la piel
-Sé que en algún punto me llamaste estúpido, pero lo demás lo ignoré.
Es más, ni siquiera le estuve viendo durante toda esa conversación. Había dejado las fresas de lado para seguir arrancando las costras que faltaban de mi brazo, lo bueno es que el viento se llevaba esa piel muerta quien al salir a la luz del sol se disolviá volviendosé polvo. Miré mi brazo nuevamente, sí, limpio y fresco como algodón egipcio. Agarre la bolsa de fresas para comer otras más de esta y ver ahora si al menor quien seguía hablando de algo pero solo le capté lo último: "Te encanta llamar la atención" a lo que con simpleza solo respondí sonriendo de par en par mostrando mis grandes colmillos.
-¿Quien, yo? ¡No, me gusta ser discreto! -Hice un gesto ofendido con el rostro, subiendo las cejas y arrugando un poco la nariz. Comí un par de fresas más antes de levantarme y apoyarme en la sombrilla.- Pero como solo estas aqui para insultarme pues no te quito más de tu precioso aire.
Tomé mi bolsa colgandolo al hombro y desencaje la sombrilla de la arena tomandola como si fuera paraguas, un paraguas MUY grande. Di media vuelta y comence a caminar en dirección opuesta alejandome de él, solo viendo de reojo para ver si me seguía; cosa que se que lo haría.
-El hecho de que no pueda estar bajo el sol no quiere decir que no pueda disfrutar de un día agradable en la playa -Alcé los hombros sonriendo ladino.- ¿Que puedo decir? Soy medio masoquista.
Exacto; "medio".
-Hey... ¿Has visto a mi gata?
Es más, ni siquiera le estuve viendo durante toda esa conversación. Había dejado las fresas de lado para seguir arrancando las costras que faltaban de mi brazo, lo bueno es que el viento se llevaba esa piel muerta quien al salir a la luz del sol se disolviá volviendosé polvo. Miré mi brazo nuevamente, sí, limpio y fresco como algodón egipcio. Agarre la bolsa de fresas para comer otras más de esta y ver ahora si al menor quien seguía hablando de algo pero solo le capté lo último: "Te encanta llamar la atención" a lo que con simpleza solo respondí sonriendo de par en par mostrando mis grandes colmillos.
-¿Quien, yo? ¡No, me gusta ser discreto! -Hice un gesto ofendido con el rostro, subiendo las cejas y arrugando un poco la nariz. Comí un par de fresas más antes de levantarme y apoyarme en la sombrilla.- Pero como solo estas aqui para insultarme pues no te quito más de tu precioso aire.
Tomé mi bolsa colgandolo al hombro y desencaje la sombrilla de la arena tomandola como si fuera paraguas, un paraguas MUY grande. Di media vuelta y comence a caminar en dirección opuesta alejandome de él, solo viendo de reojo para ver si me seguía; cosa que se que lo haría.
-El hecho de que no pueda estar bajo el sol no quiere decir que no pueda disfrutar de un día agradable en la playa -Alcé los hombros sonriendo ladino.- ¿Que puedo decir? Soy medio masoquista.
Exacto; "medio".
-Hey... ¿Has visto a mi gata?
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 27/07/2014
Edad : 30
Re: { P } Cáncer en la piel
Agradecía sonido de las olas llegando a la orilla de la playa, de cierta forma lo relajaba y en serio necesitaba eso si quería llegar a pasar todo su día en ese lugar, con el vampiro más increíblemente insufrible que hubiera conocido y, que aun así, le agradaba y eso era mucho decir. Finalmente, para cuando volvió a mirar al pelinegro, afortunadamente éste ya se encontraba libre de piel quemada, su estómago realmente agradeció la vista y recibió con ánimo la manzana que casi terminaba de comer, la cual acercó nuevamente a su boca para mordisquear. Entonces notó a su acompañante aparentemente ofendido por sus comentarios anteriores. Se reprimió para no rodar sus ojos en respuesta a sus comentarios, había planeado pasar un día tranquilo en la playa, no era su intención arruinarlo todo ahora y de alguna manera, prefería estar en compañía que solo. Para eso sin duda había un culpable y tenía por nombre Marshall Lee.
El menor resopló, dejando la manzana a medio terminar de lado y enfocándose en el pelinegro que avanzaba, alejándose de él y llevándose consigo la sombrilla. Sintió de inmediato el calor del sol sobre su piel, no es que odiara eso, pero lo último que quería era terminar como su muy ofendido compañero.— Oh, vamos, regresa. —Pidió y casi mordió su lengua al pronunciar dichas palabras. Hizo su gran orgullo a un lado y suspiró, cansado.— Dejaré de “insultarte”. Trae tu trasero de regreso ahora y disfruta de tu muy agradable día de playa. —Pronunció, mientras ladeaba ligeramente su cabeza, frunciendo el ceño debido al intenso sol y la brisa que traía consigo un poco de arena. Una de las sus cejas se arqueó ante la pregunta del vampiro, negó en respuesta antes de darse cuenta, como tonto, de que éste no podía verlo pues se encontraba dándole la espalda.— No. Y no me digas que la has perdido ¿Cómo pierdes a tu gata en la playa? —Hizo una leve pausa antes de continuar, y levantarse en esta ocasión para caminar hacia él. Ahora quizá llamaran un poco la atención si comenzaban una búsqueda en el lugar.— ¿Tienes alguna idea de donde pudo haber ido o cómo encontrarla?. —Inquirió, situando sus lentes nuevamente en su rostro para bloquear el sol.
El menor resopló, dejando la manzana a medio terminar de lado y enfocándose en el pelinegro que avanzaba, alejándose de él y llevándose consigo la sombrilla. Sintió de inmediato el calor del sol sobre su piel, no es que odiara eso, pero lo último que quería era terminar como su muy ofendido compañero.— Oh, vamos, regresa. —Pidió y casi mordió su lengua al pronunciar dichas palabras. Hizo su gran orgullo a un lado y suspiró, cansado.— Dejaré de “insultarte”. Trae tu trasero de regreso ahora y disfruta de tu muy agradable día de playa. —Pronunció, mientras ladeaba ligeramente su cabeza, frunciendo el ceño debido al intenso sol y la brisa que traía consigo un poco de arena. Una de las sus cejas se arqueó ante la pregunta del vampiro, negó en respuesta antes de darse cuenta, como tonto, de que éste no podía verlo pues se encontraba dándole la espalda.— No. Y no me digas que la has perdido ¿Cómo pierdes a tu gata en la playa? —Hizo una leve pausa antes de continuar, y levantarse en esta ocasión para caminar hacia él. Ahora quizá llamaran un poco la atención si comenzaban una búsqueda en el lugar.— ¿Tienes alguna idea de donde pudo haber ido o cómo encontrarla?. —Inquirió, situando sus lentes nuevamente en su rostro para bloquear el sol.
Invitado- Invitado
Re: { P } Cáncer en la piel
-Tú solo quieres la sombrilla, ¡Pues no te la daré! ¡Buscáte la tuya!
Si no estuviera de espalda a él de seguro vería que le estaba sacando la lengua en ese momento, una lengua viperina y bastante sarcástica. Pude escuchar que se levantaba de la arena y me seguía lo cual me sacó una sonrisa ganadora y de igual forma ni le deje acercarse a la sombra que me daba solo a mi bajo esa gran sombrilla porqué me movía de nuevo, así como si estuviera caminando muy casual viendo a todas partes para ver si veía a Schawbelle. ¿A donde se metió esa gatilla escurridiza? ¿Qué será lo que traerá en sus felinas fauces cuando le encuentre? Puede que un cangrejo o el zapato izquierdo de alguien.
Siempre el izquierdo.
-No la perdí, la deje que explorará toda la playa si quisiera. Ella misma se metió bajo la arena y comenzó a caminar por todo el lugar; ¿A que no es linda?
Me preguntó como el humano se tomaría escuchar eso, o sea; ¿Una gata bajo la arena? Solo Schawbie hacía, ella era única y especial. Me detuve en seco para girar sobre sí y mirar a Ian con una mano en la barbilla.
-Puede que ya se haya comido a alguien, como a un niño pequeño -Alce un hombro como restandolé importancia.- Como también puede que haya revivido a otros gatos muertos, como ella.
Schawbie NO hacía nada de lo que decía, pero eso no lo sabía Ian.
Si no estuviera de espalda a él de seguro vería que le estaba sacando la lengua en ese momento, una lengua viperina y bastante sarcástica. Pude escuchar que se levantaba de la arena y me seguía lo cual me sacó una sonrisa ganadora y de igual forma ni le deje acercarse a la sombra que me daba solo a mi bajo esa gran sombrilla porqué me movía de nuevo, así como si estuviera caminando muy casual viendo a todas partes para ver si veía a Schawbelle. ¿A donde se metió esa gatilla escurridiza? ¿Qué será lo que traerá en sus felinas fauces cuando le encuentre? Puede que un cangrejo o el zapato izquierdo de alguien.
Siempre el izquierdo.
-No la perdí, la deje que explorará toda la playa si quisiera. Ella misma se metió bajo la arena y comenzó a caminar por todo el lugar; ¿A que no es linda?
Me preguntó como el humano se tomaría escuchar eso, o sea; ¿Una gata bajo la arena? Solo Schawbie hacía, ella era única y especial. Me detuve en seco para girar sobre sí y mirar a Ian con una mano en la barbilla.
-Puede que ya se haya comido a alguien, como a un niño pequeño -Alce un hombro como restandolé importancia.- Como también puede que haya revivido a otros gatos muertos, como ella.
Schawbie NO hacía nada de lo que decía, pero eso no lo sabía Ian.
Marshall Lee- Ocupación : Vocalista
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