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{ L } Ferite Superficiali
Página 1 de 1.
{ L } Ferite Superficiali
¡Agh, creo que me disloque el hombro! ¡Y mi labio lo tenía hinchado! ¡Y mi ropa era un desastre ahora!
¿Que me sucedió? Estaba lleno de golpes, mi ropa estaba entre rota y sucia, tenía la parte izquierda de la cara hinchada y el labio inferior cortado... ¡Y me estaba ocultando en una biblioteca! ¿Que paso? Pues es una historia singular, comenzando con que hoy fue un día en donde me levanté mirándome al espejo y dije: "Hoy quiero vestirme más casual" y con más casual me refería que no usaría ropa femenina, sino al contrario, la masculina. Tenía el día libre y quería empezar el mismo con mi rutina diaria de salir y perderme un rato en la calle para aprender más de Glass City; me había despertado con los ánimos tan alto hasta que un idiota quiso bajarme de esa nube.
Entonces, resumiendome un poco: Me había detenido frente a una tienda pegándome de cara al ventanal con una gran sonrisa en los labios mirando a unos hermosos vestidos que estaban de muestra; ¡No lo podía evitar, eran tan hermosos! ¿Y lo mejor? Son de los diseños de mi madre, podía reconocer esa hermosura y detallado a lo lejos. Tan ensimismado y embobado estaba que no presté atención del gruñido que tenía a mi lado hasta que un improperio salio de la apestosa boca que gruño.
Un hombre gordo que debería estar pisando sus cuarenta y pico, tomando de una botella envuelta en bolsa de papel como si fuera agua o una soda, gordo y tambaleante estaba; había notado como miraba a un par de vestidos con tanta alegría... Que eso le dio asco.
-¡Puta marica! -Ni tiempo ni sobra de nada, me había lanzado una abofeteada a la cara que hizo que me desequilibrará y sin embargo logré sostenerme para no dar de bruces al suelo.
Si fuera poco aquello no fue suficiente para calmar la rabia del hombre, porqué me había abofeteado tres veces más gritando cosas como "¡Marica, come vergas, amanerado!" y de ultimo escupiendo a mi rostro con su asquerosa baba de borracho; ¡Y eso colmo mi paciencia! Que sin pensarlo termine por encestarle un golpe en todo el rostro justo sobre su nariz.
Sí, lo sé, hice muy mal en ello... Porqué en vez de resolverlo solo lo agravie, y ahora no solo palabras grotesca sino que golpes y más golpes era lo que había entre él y yo.
Él lanzaba dos, y yo le devolvía tres.
Lo peor es que las personas a nuestro alrededor ni se preocupaban por separarnos, estaban más entusiasmado animando la pelea, o haciendo apuesta, ¡O hasta grabando con sus celulares! ¡Y claro! Si me vieran como una mujer en ese momento de seguro aquel hombre ya hasta pagaría una condena por golpear a una "damisela en peligro", pero como son dos hombres lo que se pelean (Y de paso se supone que uno es "gay") con más razón deben grabar algo que jamás olvidarán.
Realmente odio esos estigma que tienen en los géneros.
De un momento a otro aquel hombre termino por sacar un tubo de metal... ¡¿De donde mierda lo saco?! Y con ello me golpeo en el hombro derecho y en la cabeza... ¡DURO! ¡PERO AÚN NO ESTABA ACABADO! Y dado que en un momento le había quitado la botella, pues le golpee con esta en todo el rostro tan fuerte que la botella se rompió, y el alcohol cayó en sus ojos así como algunos fragmentos de vidrio se incrustaron en su piel.
-¡AAAAAH, MALDITO CHUPA PIJAS, ME HAS DEJADO CIEGO! -Y con eso di por terminada mi "obra maestra" dando media vuelta y corriendo como loco por las calles huyendo de aquel hombre.
Tanto corrí que al cruzar no me di cuenta de donde había entrado hasta verme rodeado de centenares de estantes y libros y ese aroma característico que tenían algunos libros viejos... Así fue como termine aqui, siendo un desastre de persona.
-Gordo ridicolo! Che cosa succede? Potrebbe essere che l'alcol sarà fritto cervello? Verde vecchio pazzo, avrei rotto più che la faccia! -Refunfuñaba hasta que un monuental "SHHHH" me calló, cosa que hizo que me sonrojara y sonriera nervioso.- S-Scusa...
Y aquí me iba a quedar hasta que aquel vejete dejará de buscarme, y a la vez sentía que todos los golpes comenzaban a inflamarse, en especial el de mi hombro que se había hecho una gran mancha rojiza. En mi rostro y tenia un fuerte y palpitante dolor de cabeza, al pasar mi mano sobre mis hebras rosas mordí mi lengua para no gritar de dolor, y al bajar mi mano miré mis dedos, las cuales las yemas estaban cubierta de sangre.
¿Y todo esto por ver unos hermosos vestido? ¡Bah! ¡Que poco tolerante son las personas!
-*Sniff* -¡No, no! No podía llorar, tenía que ser fuerte.
Estaba en una biblioteca, no se permitía el ruido.
¿Que me sucedió? Estaba lleno de golpes, mi ropa estaba entre rota y sucia, tenía la parte izquierda de la cara hinchada y el labio inferior cortado... ¡Y me estaba ocultando en una biblioteca! ¿Que paso? Pues es una historia singular, comenzando con que hoy fue un día en donde me levanté mirándome al espejo y dije: "Hoy quiero vestirme más casual" y con más casual me refería que no usaría ropa femenina, sino al contrario, la masculina. Tenía el día libre y quería empezar el mismo con mi rutina diaria de salir y perderme un rato en la calle para aprender más de Glass City; me había despertado con los ánimos tan alto hasta que un idiota quiso bajarme de esa nube.
Entonces, resumiendome un poco: Me había detenido frente a una tienda pegándome de cara al ventanal con una gran sonrisa en los labios mirando a unos hermosos vestidos que estaban de muestra; ¡No lo podía evitar, eran tan hermosos! ¿Y lo mejor? Son de los diseños de mi madre, podía reconocer esa hermosura y detallado a lo lejos. Tan ensimismado y embobado estaba que no presté atención del gruñido que tenía a mi lado hasta que un improperio salio de la apestosa boca que gruño.
Un hombre gordo que debería estar pisando sus cuarenta y pico, tomando de una botella envuelta en bolsa de papel como si fuera agua o una soda, gordo y tambaleante estaba; había notado como miraba a un par de vestidos con tanta alegría... Que eso le dio asco.
-¡Puta marica! -Ni tiempo ni sobra de nada, me había lanzado una abofeteada a la cara que hizo que me desequilibrará y sin embargo logré sostenerme para no dar de bruces al suelo.
Si fuera poco aquello no fue suficiente para calmar la rabia del hombre, porqué me había abofeteado tres veces más gritando cosas como "¡Marica, come vergas, amanerado!" y de ultimo escupiendo a mi rostro con su asquerosa baba de borracho; ¡Y eso colmo mi paciencia! Que sin pensarlo termine por encestarle un golpe en todo el rostro justo sobre su nariz.
Sí, lo sé, hice muy mal en ello... Porqué en vez de resolverlo solo lo agravie, y ahora no solo palabras grotesca sino que golpes y más golpes era lo que había entre él y yo.
Él lanzaba dos, y yo le devolvía tres.
Lo peor es que las personas a nuestro alrededor ni se preocupaban por separarnos, estaban más entusiasmado animando la pelea, o haciendo apuesta, ¡O hasta grabando con sus celulares! ¡Y claro! Si me vieran como una mujer en ese momento de seguro aquel hombre ya hasta pagaría una condena por golpear a una "damisela en peligro", pero como son dos hombres lo que se pelean (Y de paso se supone que uno es "gay") con más razón deben grabar algo que jamás olvidarán.
Realmente odio esos estigma que tienen en los géneros.
De un momento a otro aquel hombre termino por sacar un tubo de metal... ¡¿De donde mierda lo saco?! Y con ello me golpeo en el hombro derecho y en la cabeza... ¡DURO! ¡PERO AÚN NO ESTABA ACABADO! Y dado que en un momento le había quitado la botella, pues le golpee con esta en todo el rostro tan fuerte que la botella se rompió, y el alcohol cayó en sus ojos así como algunos fragmentos de vidrio se incrustaron en su piel.
-¡AAAAAH, MALDITO CHUPA PIJAS, ME HAS DEJADO CIEGO! -Y con eso di por terminada mi "obra maestra" dando media vuelta y corriendo como loco por las calles huyendo de aquel hombre.
Tanto corrí que al cruzar no me di cuenta de donde había entrado hasta verme rodeado de centenares de estantes y libros y ese aroma característico que tenían algunos libros viejos... Así fue como termine aqui, siendo un desastre de persona.
-Gordo ridicolo! Che cosa succede? Potrebbe essere che l'alcol sarà fritto cervello? Verde vecchio pazzo, avrei rotto più che la faccia! -Refunfuñaba hasta que un monuental "SHHHH" me calló, cosa que hizo que me sonrojara y sonriera nervioso.- S-Scusa...
Y aquí me iba a quedar hasta que aquel vejete dejará de buscarme, y a la vez sentía que todos los golpes comenzaban a inflamarse, en especial el de mi hombro que se había hecho una gran mancha rojiza. En mi rostro y tenia un fuerte y palpitante dolor de cabeza, al pasar mi mano sobre mis hebras rosas mordí mi lengua para no gritar de dolor, y al bajar mi mano miré mis dedos, las cuales las yemas estaban cubierta de sangre.
¿Y todo esto por ver unos hermosos vestido? ¡Bah! ¡Que poco tolerante son las personas!
-*Sniff* -¡No, no! No podía llorar, tenía que ser fuerte.
Estaba en una biblioteca, no se permitía el ruido.
- Vestimenta:
- Imaginen esto pero sucio y destruido(?)
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { L } Ferite Superficiali
- ¡Señor, sí señor! – dije, haciendo un saludo militar, siendo silenciado por el bibliotecario, quien me golpeó con un libro en la cabeza – ¡Ay! L-Lo siento…
¿Se acuerdan de mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tía Gertrudis? Pues me he encontrado con ella, y me pidió si podría ayudar a su esposo en la biblioteca. Claro que no me negué, ¡La familia se ayuda entre sí! Por eso, cuando me reuní con mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez, le dije que estaba dispuesto a colaborar con organizar libros y todo eso. A fin de cuentas no es tan difícil, él me lo había explicado: Archívalos según su género, color, tamaño y letra, según el autor y el año de publicación. ¡Fácil!
Lo único que me incomodaba de todo era que al bibliotecario no le gustaba mi ropa, ¿Qué tenía de mala? Bajé la mirada para verla, extrañadísimo por la manera en que la criticaba. Me dio un par de harapos para que me cambiase, tirándome a un baño pequeño en la que apenas y cabía para así cambiarme. Al salir, aplaudió, diciendo “¡Qué cambio! Pero hay que hacer algo con ése cabello” cosa que me hizo tragar saliva de sobremanera. Ya podían imaginarse mis chillidos, gritando “¡Ay, ay, AAAAYYY!” a cada jalón que hacía para sujetar tooooodo mi cabello y echarlo hacia atrás, amarrándolo en una cola. La corbata me apretaba, sentía que la cabeza me palpitaba… ¿Éste era el precio por ser un bibliotecario?
Suspiré, empezando a guardar libros sin mucho ánimo. Fue entonces cuando escuché la puerta abrirse bruscamente. Pensé que se trataba del bibliotecario que intentaba echar mi ropa por un camión de basura o algo así, pero luego me acordé que lo tenía guardado (o mejor dicho, escondido) en una gaveta que parecía tener siglos sin abrirse (se podrán haber imaginado del por qué tardé tanto en ponerme el traje, limpiando todo y… pues… poniéndome el traje) así que estaría a salvo, porque hasta tenía la llave en el bolsillo. Lo dejé pasar hasta escuchar que alguien gritaba algo que no entendía, haciéndome apartar la mirada de la enorme pila de libros que tenía por guardar para ver cómo esta persona pasaba frente a mí, pero parecía no notarme.
El tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez lo mandó a callar en seguida, justo como me había pasado a mí. Reí un poco por eso, sintiéndome en la necesidad de acercarme un poco al sujeto para ver si necesitaba ayuda… Y vaya que lo necesiaba.
- ¡WOOOOOOOOW! – dije, siendo callado inmediatamente por el El tátara-tátara-tátara… bueno, por el tío Pérez. Me acerqué a toda prisa y me arrodillé frente al sujeto, mirando sus heridas – ¿Estás bien? ¡¿Qué demonios estoy diciendo?! ¡Claro que no lo estás! – dije, buscando rápidamente un kit de primeros auxilios que estaba cerca de nosotros (muy convenientemente, por no decir extraño) – ¿Qué te pasó, amigo? Parece como si te hubieras metido en una pelea muy dura.
¿Se acuerdan de mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tía Gertrudis? Pues me he encontrado con ella, y me pidió si podría ayudar a su esposo en la biblioteca. Claro que no me negué, ¡La familia se ayuda entre sí! Por eso, cuando me reuní con mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez, le dije que estaba dispuesto a colaborar con organizar libros y todo eso. A fin de cuentas no es tan difícil, él me lo había explicado: Archívalos según su género, color, tamaño y letra, según el autor y el año de publicación. ¡Fácil!
Lo único que me incomodaba de todo era que al bibliotecario no le gustaba mi ropa, ¿Qué tenía de mala? Bajé la mirada para verla, extrañadísimo por la manera en que la criticaba. Me dio un par de harapos para que me cambiase, tirándome a un baño pequeño en la que apenas y cabía para así cambiarme. Al salir, aplaudió, diciendo “¡Qué cambio! Pero hay que hacer algo con ése cabello” cosa que me hizo tragar saliva de sobremanera. Ya podían imaginarse mis chillidos, gritando “¡Ay, ay, AAAAYYY!” a cada jalón que hacía para sujetar tooooodo mi cabello y echarlo hacia atrás, amarrándolo en una cola. La corbata me apretaba, sentía que la cabeza me palpitaba… ¿Éste era el precio por ser un bibliotecario?
Suspiré, empezando a guardar libros sin mucho ánimo. Fue entonces cuando escuché la puerta abrirse bruscamente. Pensé que se trataba del bibliotecario que intentaba echar mi ropa por un camión de basura o algo así, pero luego me acordé que lo tenía guardado (o mejor dicho, escondido) en una gaveta que parecía tener siglos sin abrirse (se podrán haber imaginado del por qué tardé tanto en ponerme el traje, limpiando todo y… pues… poniéndome el traje) así que estaría a salvo, porque hasta tenía la llave en el bolsillo. Lo dejé pasar hasta escuchar que alguien gritaba algo que no entendía, haciéndome apartar la mirada de la enorme pila de libros que tenía por guardar para ver cómo esta persona pasaba frente a mí, pero parecía no notarme.
El tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez lo mandó a callar en seguida, justo como me había pasado a mí. Reí un poco por eso, sintiéndome en la necesidad de acercarme un poco al sujeto para ver si necesitaba ayuda… Y vaya que lo necesiaba.
- ¡WOOOOOOOOW! – dije, siendo callado inmediatamente por el El tátara-tátara-tátara… bueno, por el tío Pérez. Me acerqué a toda prisa y me arrodillé frente al sujeto, mirando sus heridas – ¿Estás bien? ¡¿Qué demonios estoy diciendo?! ¡Claro que no lo estás! – dije, buscando rápidamente un kit de primeros auxilios que estaba cerca de nosotros (muy convenientemente, por no decir extraño) – ¿Qué te pasó, amigo? Parece como si te hubieras metido en una pelea muy dura.
- Se me olvidó poner la ropa (?):
- MUAHAHAHAHAHA (?)
Invitado- Invitado
Re: { L } Ferite Superficiali
Oiga... ¿No debería, no sé... Tener una contusión u algo así? O empezar a convulsionar o que se yo. Es que fui golpeado en la cabeza -Y en otras partes- Con un tubo, fuerte y varias veces, y sin embargo estaba del todo normal -Claro, solo ignorando el TERRIBLE Y HORRIBLE dolor.- O sea, no tenía la vista borrosa ni nada y hasta ahora todo estaba "normal". Tenía un mal presentimiento por eso, será que... ¿Será que caeré me desmayaré en algún momento y despertaré 30 años en el futuro y en medio de un apocalipsis zombie? ¿O tendré un cuerpo robótico? ¿La ropa del futuro será mucho más bonita que la de ahora o será de color cromo? Porqué todo en el futuro es de color cromo.
¡El cromo no combina con nada!
Pasé mis manos sobre mis ojos quitando las pocas lágrimas que no dudaban en salir de mis párpados, claro que al final dije un "Auch" muy bajito porque no olvidaba que tenía la cara totalmente hinchada, hipaba y sorbía lo más silencioso posible para que no fuera regañado por el encargado de acá -Un viejito muy raro, con cara de pocos amigos.- Y las pocas personas que se encontraban leyendo afable un libro o de vez en cuando mirando en dirección hacía la persona que más llamaba la atención: Yo, con esas heridas y ese intento de no llorar como si hubiera visto "Bajo la misma estrella" por décimo quinta vez.
¿Aquel gordo estúpido me estará buscando? ¡De seguro que sí! Capaz y su misión en este mundo es erradicar a toda la gente con gustos diferentes a los suyos, dígase de orientación sexual NO heterosexual; ugh... ¡¿Como puede ver gente así?! Sorbí una vez más, volviendo a tallar mis ojos con lentitud soltando otro "Auch" leve. "¡WOOOOOW!" Fue lo que escuché antes de que saltará de golpe en mi asiento, volviera a caer de sentón y me paralizará completamente... ¡OH NO, ES MI FIN!
Leeeeeento, levanté mi vista para encontrarme no con mi agresor/agredido... Sino con un hombre vestido en saco, con su cabello atado en una cola...
... Esa mirada... Y ESA VOZ... ¡ESA VOZ LA PODÍA RECONOCER A KILOMETROS DE DISTANCIA!
¡YO SOY SU MÁS GRANDE FAN!
-¡¡¿GYAH, RYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- -Ahí callé, llevandome ambas manos a mi boca, cubriendo esta evitando gritar además de que fui reprendido de nuevo por el ancianito.
¡AH! ¡¿QUE ESTABA HACIENDO AQUÍ?! ¡¿POR QUÉ DE TODOS LOS LUGARES TENÍA QUE SER AQUÍ?! ¡¿POR QUÉ ESTABA VESTIDO DE ESA MANERA?! ¡¿DE DONDE SACO UN KIT DE PRIMEROS AUXILIOS TAN RÁPIDO?!... ¡¿Y PORQUÉ SE VE TAN GUAPO ASÍ?!
-A-Ahhh... -¿Que podía decir en ese momento? Solo giraba mi mirada hacía otra parte mientras dejaba que el pelirrojo hablasé todo lo que quisiese. Y por la forma en que me hablaba, NO me reconocía...
... Él ni siquiera SOSPECHA nada... Mejor así, siendo que es un profesor de Musette me complicaría las cosas... Podría ser que me delatará, y terminaría en la calle, solo... Si ningún céntimo ni nada... Viviendo de pizzas viejas y helado de fresa...
¡¿POR QUÉ SE VE TAN GUAPO EN TRAJE?! ¡¿POR QUÉÉÉÉÉÉÉ?!
-S-Supongo q-que s-s-s-sí... -Decía nerviosamente sin atreverme a mirarle a los ojos. ¿Me puedo desmayar ahora, verdad? ¡Ya no me importa usar ropa de cromo!
¡El cromo no combina con nada!
Pasé mis manos sobre mis ojos quitando las pocas lágrimas que no dudaban en salir de mis párpados, claro que al final dije un "Auch" muy bajito porque no olvidaba que tenía la cara totalmente hinchada, hipaba y sorbía lo más silencioso posible para que no fuera regañado por el encargado de acá -Un viejito muy raro, con cara de pocos amigos.- Y las pocas personas que se encontraban leyendo afable un libro o de vez en cuando mirando en dirección hacía la persona que más llamaba la atención: Yo, con esas heridas y ese intento de no llorar como si hubiera visto "Bajo la misma estrella" por décimo quinta vez.
¿Aquel gordo estúpido me estará buscando? ¡De seguro que sí! Capaz y su misión en este mundo es erradicar a toda la gente con gustos diferentes a los suyos, dígase de orientación sexual NO heterosexual; ugh... ¡¿Como puede ver gente así?! Sorbí una vez más, volviendo a tallar mis ojos con lentitud soltando otro "Auch" leve. "¡WOOOOOW!" Fue lo que escuché antes de que saltará de golpe en mi asiento, volviera a caer de sentón y me paralizará completamente... ¡OH NO, ES MI FIN!
Leeeeeento, levanté mi vista para encontrarme no con mi agresor/agredido... Sino con un hombre vestido en saco, con su cabello atado en una cola...
... Esa mirada... Y ESA VOZ... ¡ESA VOZ LA PODÍA RECONOCER A KILOMETROS DE DISTANCIA!
¡YO SOY SU MÁS GRANDE FAN!
-¡¡¿GYAH, RYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- -Ahí callé, llevandome ambas manos a mi boca, cubriendo esta evitando gritar además de que fui reprendido de nuevo por el ancianito.
¡AH! ¡¿QUE ESTABA HACIENDO AQUÍ?! ¡¿POR QUÉ DE TODOS LOS LUGARES TENÍA QUE SER AQUÍ?! ¡¿POR QUÉ ESTABA VESTIDO DE ESA MANERA?! ¡¿DE DONDE SACO UN KIT DE PRIMEROS AUXILIOS TAN RÁPIDO?!... ¡¿Y PORQUÉ SE VE TAN GUAPO ASÍ?!
-A-Ahhh... -¿Que podía decir en ese momento? Solo giraba mi mirada hacía otra parte mientras dejaba que el pelirrojo hablasé todo lo que quisiese. Y por la forma en que me hablaba, NO me reconocía...
... Él ni siquiera SOSPECHA nada... Mejor así, siendo que es un profesor de Musette me complicaría las cosas... Podría ser que me delatará, y terminaría en la calle, solo... Si ningún céntimo ni nada... Viviendo de pizzas viejas y helado de fresa...
¡¿POR QUÉ SE VE TAN GUAPO EN TRAJE?! ¡¿POR QUÉÉÉÉÉÉÉ?!
-S-Supongo q-que s-s-s-sí... -Decía nerviosamente sin atreverme a mirarle a los ojos. ¿Me puedo desmayar ahora, verdad? ¡Ya no me importa usar ropa de cromo!
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { L } Ferite Superficiali
Su grito me había hecho sentir que iba a sangrar los tímpanos, ¡Vaya pulmones tenía ese sujeto! Se me hacía muy vagamente familiar. Parpadeé unos segundos al asimilar la frecuencia de sonido de su voz, limpiándome las orejas con un dedo para asegurarme de que no me quedé sordo. Tarareé una vieja canción de las mías, y al percatarme que todavía podía escuchar perfectamente, sonreí. Me daba un poco de pena el chico, es decir, ¡Sólo mírenlo! No me imagino con lo que se habrá metido para acabar de aquella forma.
- Anda, mejor vamos a atenderte, o al menos intentarlo. No me gustaría saber que te has roto algún hueso y tengamos que llevarte al hospital – dije preocupado, mirándolo de pies a cabeza. Al encontrarme con sus enormes y brillantes ojos azules, parpadeé, obligándome a mí mismo a ponerme de pie y quedármele mirando. Ladeé la cabeza, como dudoso – ¿De casualidad… no nos conocemos?
Me le acerqué un poco, queriendo detallar su rostro. Sin duda, esos ojos me suenan bastante familiares. Aunque el chico no parecía muy dispuesto a fraternizar conmigo, me mantuve insistente en querer adivinar en dónde lo había visto. Levanté la mirad un segundo para ver su cabello, llamándome poderosamente la atención el color tan bonito que tenía. Si, definitivamente había visto a ese sujeto antes, pero… ¿Dónde?
Me le acerqué otro poco, casi juntando nuestras narices mientras entornaba los ojos forzando mi cabeza a hacer memoria. Justo cuando iba a separar los labios para hacer la interrogativa, el tío Pérez me llamó con un grito, preguntándome qué demonios hacía que miraba tan fijamente a un cliente y que dejara de intimidarlo. Me puse derecho de sólo reconocer su voz, haciendo un saludo militar mientras miraba fijamente hacia la mismísima nada. Sólo cuando parecía desaparecer, bajé los hombros dando un suspiro para tranquilizarme, volviendo la mirada hacia el sujeto:
- Bueno, tiene razón… No fue apropiado de mi parte el hacerlo. Perdona, viejo – me encogí de hombros, mirándole con una pequeña sonrisa – Pero bueno, volvamos a lo que de verdad importa: Tus heridas – reí suavemente, volviendo a tomar el kit para ponerlo a su lado y posicionarme detrás de él, asomándome a mirarlo de reojo – Voy a empezar por tu cabeza, ¿Te parece? Tal vez quieras contarme lo que te ha pasado.
- Anda, mejor vamos a atenderte, o al menos intentarlo. No me gustaría saber que te has roto algún hueso y tengamos que llevarte al hospital – dije preocupado, mirándolo de pies a cabeza. Al encontrarme con sus enormes y brillantes ojos azules, parpadeé, obligándome a mí mismo a ponerme de pie y quedármele mirando. Ladeé la cabeza, como dudoso – ¿De casualidad… no nos conocemos?
Me le acerqué un poco, queriendo detallar su rostro. Sin duda, esos ojos me suenan bastante familiares. Aunque el chico no parecía muy dispuesto a fraternizar conmigo, me mantuve insistente en querer adivinar en dónde lo había visto. Levanté la mirad un segundo para ver su cabello, llamándome poderosamente la atención el color tan bonito que tenía. Si, definitivamente había visto a ese sujeto antes, pero… ¿Dónde?
Me le acerqué otro poco, casi juntando nuestras narices mientras entornaba los ojos forzando mi cabeza a hacer memoria. Justo cuando iba a separar los labios para hacer la interrogativa, el tío Pérez me llamó con un grito, preguntándome qué demonios hacía que miraba tan fijamente a un cliente y que dejara de intimidarlo. Me puse derecho de sólo reconocer su voz, haciendo un saludo militar mientras miraba fijamente hacia la mismísima nada. Sólo cuando parecía desaparecer, bajé los hombros dando un suspiro para tranquilizarme, volviendo la mirada hacia el sujeto:
- Bueno, tiene razón… No fue apropiado de mi parte el hacerlo. Perdona, viejo – me encogí de hombros, mirándole con una pequeña sonrisa – Pero bueno, volvamos a lo que de verdad importa: Tus heridas – reí suavemente, volviendo a tomar el kit para ponerlo a su lado y posicionarme detrás de él, asomándome a mirarlo de reojo – Voy a empezar por tu cabeza, ¿Te parece? Tal vez quieras contarme lo que te ha pasado.
Invitado- Invitado
Re: { L } Ferite Superficiali
Poco a poco fui apartando la mano de mi boca aún evitando el contacto directo con la mirada del pelirrojo, relamiendo mis labios y con la punta de la lengua tocando aquella cortada sobre el inferior sintiendo el sabor metálico de mi propia sangre soltando un leve quejido por ello. ¿Que podía hacer ahora? No es como si pudiera levantare y salir corriendo de la biblioteca a otra parte porqué en primera estaba Ryan pendiente de mi y mi bienestar (Por muy lindo que fuera eso, ahora mismo no podía mantenerme tranquilo) y lo segundo es que de seguro ese viejo borracho aún seguía buscandome para proclamar venganza en nombre de la comunidad de borrachos anónimos, mantenía la pequeña esperanza de que se haya olvidado de mí y que este peleando ahora es con un maní o con su propio reflejo.
Escogí un mal día para ser un hombre, pude haber tomado otro día para ello pero NOOO, tenía que ser precisamente HOY, aunque bien... Tampoco me sentía del todo femenina hoy... Creo que simplemente me hubiera quedado con un hoodie y en shorts comiendo helado con patatas fritas mientras buscaba algo bueno que ver en netflix en mi querido y humilde departamento, sí, ese hubiera sido una excelente idea. Por un segundo sentí una extraña cercanía y la voz del mayor a la par, solo para girar y encontrarme con la cara del profesor Jones muy, pero MUY cerca de la mía... Y eso me hizo tragar muy en seco y toda la sangre que tenía acumulada en mi boca.
-¿C-C-Conocernos? -¿Acaso estaba empezando a reconocerme? ¡OH NO! ¡Puede reconocerme! No es como si tuviera mucha diferencia, salvo la ropa, la peluca y el maquillaje claro... ¡PERO PUEDE RECONOCERME!
¿QUE HAGO? ¡DIOS DEL ROCK 'ND ROLL, AYUDAME!
Y mis plegarias me ayudarón en algo, porque aquel viejito regaño al pelirrojo para que callará y siguierá haciendo lo suyo. De alguna forma le tengo que agradecer por ello.
-A-Ah, bueno... ¿C-Como decirlo? -¿Podría contarle lo que ocurrió o tener que finjir nuevamente?.- T-Tuve una pelea... ¡M-Más bien f-fui involucrado en una pelea, si, eso! Una pelea... Con un viejo baboso...
Aquello último lo dije muy bajito, alcé un poco la cabeza como si tratará de adivinar lo que estaba haciendo detrás de mí, e intente sonreír a pesar de lo demacrada que pueda tener el rostro con tantos moretones y cortes.
-Los moretones no me preocupan tanto... -Nada que no se pueda resolver con la magia de los cosméticos.- S-Solo que me duele algo la cabeza... Y mi hombro... Y un poco los costados.
Escogí un mal día para ser un hombre, pude haber tomado otro día para ello pero NOOO, tenía que ser precisamente HOY, aunque bien... Tampoco me sentía del todo femenina hoy... Creo que simplemente me hubiera quedado con un hoodie y en shorts comiendo helado con patatas fritas mientras buscaba algo bueno que ver en netflix en mi querido y humilde departamento, sí, ese hubiera sido una excelente idea. Por un segundo sentí una extraña cercanía y la voz del mayor a la par, solo para girar y encontrarme con la cara del profesor Jones muy, pero MUY cerca de la mía... Y eso me hizo tragar muy en seco y toda la sangre que tenía acumulada en mi boca.
-¿C-C-Conocernos? -¿Acaso estaba empezando a reconocerme? ¡OH NO! ¡Puede reconocerme! No es como si tuviera mucha diferencia, salvo la ropa, la peluca y el maquillaje claro... ¡PERO PUEDE RECONOCERME!
¿QUE HAGO? ¡DIOS DEL ROCK 'ND ROLL, AYUDAME!
Y mis plegarias me ayudarón en algo, porque aquel viejito regaño al pelirrojo para que callará y siguierá haciendo lo suyo. De alguna forma le tengo que agradecer por ello.
-A-Ah, bueno... ¿C-Como decirlo? -¿Podría contarle lo que ocurrió o tener que finjir nuevamente?.- T-Tuve una pelea... ¡M-Más bien f-fui involucrado en una pelea, si, eso! Una pelea... Con un viejo baboso...
Aquello último lo dije muy bajito, alcé un poco la cabeza como si tratará de adivinar lo que estaba haciendo detrás de mí, e intente sonreír a pesar de lo demacrada que pueda tener el rostro con tantos moretones y cortes.
-Los moretones no me preocupan tanto... -Nada que no se pueda resolver con la magia de los cosméticos.- S-Solo que me duele algo la cabeza... Y mi hombro... Y un poco los costados.
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { L } Ferite Superficiali
- Spoiler:
- Para mayor placer en la lectura (?) Pueden leer esta respuesta acompañado de la siguiente melodía: https://www.youtube.com/watch?v=gpqmoBYkQfc
¡Válgame Goron! No esperaba escuchar de su parte que fue involucrado en una pelea. ¿Qué habrá sucedido exactamente para que terminase en aquel estado? A lo mejor y se metió con alguien que no debía… o le hicieron meterse con alguien que no debía. De cualquier modo, supongo que el recordárselo le haría mal. Hay quienes dicen que recordando lo que les produce dolor (por muy dramático que suene) produce que los viejos dolores vuelvan, o en éste caso, que duelan más, y lo que menos quería era que mi compañero se sintiera más dolido de lo que de por sí debería estarlo.
No soy enfermero ni nada, pero hasta yo sé que si una herida sangra, lo mejor es atenderla. Sujeté su barbilla con mucho cuidado tratando de no incomodarle, con mi otra mano tomé un pañuelo que sirvió para limpiar los rastros de sangre de su cara, se sentía un poco extraño hacer se tipo de labores de las que no estaba acostumbrado (aunque bueno, ser bibliotecario por un día de por sí ya se me hacía raro). Una vez hecho esto, volteé hacia el kit para saber con qué disponía para al menos ayudarle con los moretones. Me di cuenta que tenía el labio roto, cosa que me obligaba a descartar el hielo, así que tuve que hacerle una pequeña señal a mi compañero para que esperara porque se me había ocurrido otro método que solía ayudar con los moretones.
Al volver con el chico, tenía dos huevos en mi mano… y uno en mi cabeza.
- Le pregunté si podría prestarme uno… pero parece que fue generoso y me dio tres – dije, dejando que el líquido baboso se esparciera un poco por mi rostro mientras le sonreía, pretendiendo hacerle reír con eso.
Limpiándome los restos de huevo de mi cara y de mi cabello (me desagradaba un poco cargar el olor encima, pero supongo que puedo aguantar por un rato antes de ir a casa y echarme una ducha… o encontrar un baño), rompí uno de los que tenía en mano sobre un recipiente limpio, lo mezclé para que quedara como cuando querías hacer huevos batidos, introduje un dedo sobre la mezcla y lo acerqué al rostro de mi compañero dándole la advertencia:
- Puede que no sea muy cómodo, pero el huevo ayuda bastante con la hinchazón de moretones – dije con total confianza, manteniendo mi sonrisa – . Cuando la hinchazón baje, puedes lavarte sin ningún problema, pero vas a tener que dejártelo un rato si quieres mejorar. – y sin más, empecé a aplicar el ungüento improvisado sobre los moretones de su cara, pasando los dedos con sumo cuidado de no causarle cualquier otra dolencia.
Una vez atendido eso, me limpié las manos y dejé el recipiente con el huevo batido a un lado, tomando un frasco cerrado que llamó mi atención, por lo que lo abrí para averiguar su contenido. ¡Qué oportuno! Aloe Vera, justo lo que pensaba para su labio. Volví a sujetarlo por la barbilla y le advertí sobre lo que planeaba hacer, untando dos de mis dedos con dicho humectante para pasarlo por su labio con sumo cuidado. Ser enfermero no es tan malo como lo pintan.
- ¿Todo bien? Asiente para un sí, niega para un no – dije a mi compañero con una sonrisa, sintiendo que decía algo excesivamente obvio lo que me hizo reír un tanto nervioso – Lo mejor… lo mejor es que no hables demasiado, no vaya a ser que te tragues el aloe o algo por el estilo, je. Necesito que te quites la camisa para ver lo que tienes en el hombro y costados, ¿Podrías hacerlo? También puedo intentar llamar una ambulancia o algo, aunque no sé si me dejen usar el teléfono local de aquí… – me encogí de hombros, mirando al suelo un tanto pensativo y avergonzado. No quería que mi tárata-tátara-tárata etcétera tío Pérez me lanzara otro huevo.
Invitado- Invitado
Re: { L } Ferite Superficiali
¿Que hacer ahora? No podía simplemente levantarme y salir de acá como si nada hubiera pasado, porqué el mayor no se detenia por nada del mundo en seguir hablandome y ayudandome con este predicamento, estaba todo determinado en querer sanar mis heridas y si esta fuera otra ocasión diferente le estuviera agradeciendo... Una en donde el de cabellera roja aceptaba lo que soy y no me cuestionaba con ello (¿Existirá acaso un universo paralelo en donde escuchar la palabra "Homosexual" no causará una conmosión? Algo así como el atentado de las torres gemelas o cuando se enteraron que el hijo de Kanye West se llama North West). Ahí estaba yo, con la cabeza gacha y mis manos apretando mis rodillas mientras que mi mirada solo se detenía a ver las grietas y manchas en el suelo... Esa mancha de sangre es más vieja, esa sí no la hice yo.
La verdad no me gustaba dar ese aire lastimero, usualmente hubiera ido a un médico para que me recetarán algo para el dolor y tratado de esconder lo mejor que podía las heridas con el maquillaje, seguir mi vida como si nada y con la cabeza en alto; ¡Y entonces esto paso! ¿Como se supone que debo comportarme? ¡Frente a mí estaba Ryan Jones! Mi ídolo y mi compañero de trabajo... Tenía miedo de que no pudiera aceptar lo que soy...
¡Tenía miedo de que Ryan me juzgará!
Nada pude hacer cuando este me tomó del mentón tan sorpresivo que sin querer mis mejillas se habían entintado de rojo por la vergüenza. Sus manos son cayosas, ¿Se debe porqué toca la guitarra? Al menos son cálidas. También me daba gracia sus intentos de hacerme reírme, lo intentaba en verdad... Lo más que podía dar una cara llena de moretones y un labio cortado. Luego, lo del huevo, tuve que reprimir un chillido cuando veía aquella cosa pegajosa resbalar por su rostro.
-¿Saben? Dicen que el huevo es bueno para el cabello, lo pone más firme y fuerte -Y algo que ver con el brillo también, pero la melena de Ryan no necesitaba más brillo o voluminosidad. Ya con que se ponga bajo un farol es suficiente para encegecerme.
Y en lo que él se encargaba de hacer el mejungue con el huevo, yo giré a ver al ancianito que de vez en vez rondaba por acá a ver que tanto estaba pasando y con solo tener nuestras miradas conectada fue lo suficiente para que le asustará, eso y la expresión de amenaza en mi rostro. Con los moretones y los cortes fue suficiente para darle un "NO" bien claro, y aquel anciano solo miro hacía otro lado y comenzo a caminar lo más rápido que podía hasta desaparecer a la siguiente esquina.
-¿Eh? ¡Oh sí! -Había girado otra vez, siendo que ahora trataba de darle una sonrisa lo más cómoda y amena posible en lo que atendía mis heridas con ese ungüento de huevo batido.- Bah ~ No se preocupe por ello, a fin y al cabo el huevo se quita con agua, y el aroma no se queda por mucho tiempo.
Que bueno es tener como tres clases de perfumes distintos para esos casos olorosos. Todos los moretones de mi rostro fueron tratados con ese ungüento lactoso (¿Como un huevo puede ser un lácteo? Misterios de la vida). Y ahora le tocaba a mi labio cortado, con el cual se trataría con el magnífico aloe vera.
-¡Ouch! -Solté cuando lo pasaba sobre ello y sin querer tragué un poco, tenía un sabor... Ok, era horrible pero podía aguantarlo.
... Y ahora me pedía que me quitará la camisa. ¿Alguien alguna vez ha sentido lo que es gritar por dentro? Imagina estar sonriendo con algo de nerviosismo, las mejillas un poco rojas de solo pensar en ello mientras que por dentro se esta desatando la Cuarta Gran Guerra Ninja.
-S-Seguro -¡Vamos, controlate Danna! ¡Eres un hombre! ¡Ni que fuera a mirar algo más!
Poco a poco fui despojandome de cada prenda, dejando en la mesa la corbata y bajando hasta mis codos el suéter. En lo que podía darme mis hombros fui desabotonando la camisa hasta en su totalidad y fui sacandome esta hasta llevarla a los codos al igual que la otra prenda.
-¡TSK! -Encorvandome, llevando la siniestra sobre mi hombro diestro. Este estaba totalmente rojo y parecía hasta palpitante. También había algunos manchones rojos por mis costados, manchones largos... Cualquiera que lo viera bien sabría que fueron hechos por un tubo.
-¿Se ve muy lamentable, doctor? -Tratando de hacer un chiste, con un ojo cerrado, la cara llena de huevo y aloe vera y unas cuantas lágrimas que se retenian en mis parpados.
¿Y mi cabeza? Seguía palpitando, probablemente aún sangrando y manchando más mi cabello.
La verdad no me gustaba dar ese aire lastimero, usualmente hubiera ido a un médico para que me recetarán algo para el dolor y tratado de esconder lo mejor que podía las heridas con el maquillaje, seguir mi vida como si nada y con la cabeza en alto; ¡Y entonces esto paso! ¿Como se supone que debo comportarme? ¡Frente a mí estaba Ryan Jones! Mi ídolo y mi compañero de trabajo... Tenía miedo de que no pudiera aceptar lo que soy...
¡Tenía miedo de que Ryan me juzgará!
Nada pude hacer cuando este me tomó del mentón tan sorpresivo que sin querer mis mejillas se habían entintado de rojo por la vergüenza. Sus manos son cayosas, ¿Se debe porqué toca la guitarra? Al menos son cálidas. También me daba gracia sus intentos de hacerme reírme, lo intentaba en verdad... Lo más que podía dar una cara llena de moretones y un labio cortado. Luego, lo del huevo, tuve que reprimir un chillido cuando veía aquella cosa pegajosa resbalar por su rostro.
-¿Saben? Dicen que el huevo es bueno para el cabello, lo pone más firme y fuerte -Y algo que ver con el brillo también, pero la melena de Ryan no necesitaba más brillo o voluminosidad. Ya con que se ponga bajo un farol es suficiente para encegecerme.
Y en lo que él se encargaba de hacer el mejungue con el huevo, yo giré a ver al ancianito que de vez en vez rondaba por acá a ver que tanto estaba pasando y con solo tener nuestras miradas conectada fue lo suficiente para que le asustará, eso y la expresión de amenaza en mi rostro. Con los moretones y los cortes fue suficiente para darle un "NO" bien claro, y aquel anciano solo miro hacía otro lado y comenzo a caminar lo más rápido que podía hasta desaparecer a la siguiente esquina.
-¿Eh? ¡Oh sí! -Había girado otra vez, siendo que ahora trataba de darle una sonrisa lo más cómoda y amena posible en lo que atendía mis heridas con ese ungüento de huevo batido.- Bah ~ No se preocupe por ello, a fin y al cabo el huevo se quita con agua, y el aroma no se queda por mucho tiempo.
Que bueno es tener como tres clases de perfumes distintos para esos casos olorosos. Todos los moretones de mi rostro fueron tratados con ese ungüento lactoso (¿Como un huevo puede ser un lácteo? Misterios de la vida). Y ahora le tocaba a mi labio cortado, con el cual se trataría con el magnífico aloe vera.
-¡Ouch! -Solté cuando lo pasaba sobre ello y sin querer tragué un poco, tenía un sabor... Ok, era horrible pero podía aguantarlo.
... Y ahora me pedía que me quitará la camisa. ¿Alguien alguna vez ha sentido lo que es gritar por dentro? Imagina estar sonriendo con algo de nerviosismo, las mejillas un poco rojas de solo pensar en ello mientras que por dentro se esta desatando la Cuarta Gran Guerra Ninja.
-S-Seguro -¡Vamos, controlate Danna! ¡Eres un hombre! ¡Ni que fuera a mirar algo más!
Poco a poco fui despojandome de cada prenda, dejando en la mesa la corbata y bajando hasta mis codos el suéter. En lo que podía darme mis hombros fui desabotonando la camisa hasta en su totalidad y fui sacandome esta hasta llevarla a los codos al igual que la otra prenda.
-¡TSK! -Encorvandome, llevando la siniestra sobre mi hombro diestro. Este estaba totalmente rojo y parecía hasta palpitante. También había algunos manchones rojos por mis costados, manchones largos... Cualquiera que lo viera bien sabría que fueron hechos por un tubo.
-¿Se ve muy lamentable, doctor? -Tratando de hacer un chiste, con un ojo cerrado, la cara llena de huevo y aloe vera y unas cuantas lágrimas que se retenian en mis parpados.
¿Y mi cabeza? Seguía palpitando, probablemente aún sangrando y manchando más mi cabello.
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { L } Ferite Superficiali
Era difícil ser el sujeto que mantuviera la energía positiva en éste sitio, teniendo en cuenta que mi compañero parecía en un estado realmente lamentable (y no voy a mentirles, parecía un aguacate viejo que había sido estrellado por otro aguacate viejo) no quería hacerle sentir mal así que me di la labor de ser lo más energético posible. Mientras mejor se sintiera, menos le dolerían las demás cosas, y hasta donde puedo ver mientras se quitaba la camisa, necesitaba todo el apoyo posible para estar mejor. Es una lástima que yo no tuviera un monociclo ni que supiera hacer tartas, porque con todo el gusto del mundo me habría hecho pasar por un payaso infantil y lanzarme la tarta en la cara con tal de sacarle una sonrisa.
Una vez fuera, me acerqué al pelirrosado y examiné su hombro. Muy al contrario de todas las intensiones de los que había dicho antes, mi gesto cambió a uno casi adolorido, torciendo el gesto y cerrando un ojo como si estuviera comiendo limón:
- Tsssss-eh quiero decir… eh… etto… – le miré de reojo, peinándome el cabello hacia atrás para luego sonreírle de oreja a oreja (forzadamente, claro) con los ojos cerrados y las mejillas coloradas – ¡No… no luce tan mal! Esto… esto lo arreglaremos en un segundo.
Busqué algo como una toalla que nos sirviera para la inflamación de su hombro, mojándolo sobre un bol con agua (es sorprendente todas las cosas que puedes encontrarte en esta biblioteca) para exprimirlo un poco y luego ir hacia el chico. Traté de ser lo más gentil posible, conociendo que no me caracterizo por ser “delicado”, estaba tratando con las heridas de una persona y sería peligroso si me pusiera torpe en estos momentos. No digo que de un segundo a otro me había convertido en un cirujano de Grey’s Anatomy o algo por el estilo, ya que al fin de cuentas, mi “conocimiento en medicina” lo he ganado por los monjes con los que estuve hace varios años, y ellos usan técnicas muy distintas a la medicina moderna.
- ¿Te golpearon con un tubo o algo? Porque te lastimaron bastante feo, amigo – torcí el gesto, esta vez más preocupado, tratando de ir con cuidado con el moretón del hombro – No sé muy bien si te lo movieron de sitio o algo, y no quiero lastimarte. Tendrás que ir con un doctor para que se asegure de que no te haya pasado algo realmente grave por aquí.
Puse una mano sobre su pecho y la otra sobre su espalda para que pudiera ponerse derecho, empujándolo con suavidad por ambos lados de manera que mantuviera el rostro cerca del mío, además de prevenir el que se vaya hacia delante o algo (“No te encorves demasiado, que después te quedará una joroba“ le dije, riendo con suavidad). Seguí manteniendo mi buenos gestos y le sonreí ladino, siguiendo con el “procedimiento” hasta que hubo terminado. Se veía bastante mal, en serio, me preocupara que todo ese asunto de la pelea le trajera una consecuencia mayor.
Me puse de pie luego de rato estar encorvado, me limpié los pocos restos de sangre de mis manos y volví a sonreírle mirándole por encima de mi hombro al estar de espaldas:
- No creo que puedas salir de nuevo a la calle con la ropa llena de sangre. Aquí cerca hay una lavandería, la dueña del local es amiga mía así que no creo que tenga problemas en encargarse de eso. Puedo prestarte algo de ropa… No es tan bonita como la que llevabas puesta, pero al menos estarás vestido – reí con una mano puesta en mi nuca, me volví para quedar frente al chico y mirarle a los ojos – Estarás bien, lo de tu cabeza no es tan grave como parece. Cuando lleguemos al hospital estoy seguro de que te darán un tratamiento para que te sientas mejor en pocos días.
Cerré los ojos ofreciéndole otra sonrisa ladina, cuando una chispa dentro de mi cabeza me hizo recordar un detalle muy importante:
- Oh, casi lo olvido – parpadeé varias veces como sorprendido, luego me busqué una banca rápidamente y me senté frente al muchacho – Mi nombre es Ryan. Es un placer conocerte.
Una vez fuera, me acerqué al pelirrosado y examiné su hombro. Muy al contrario de todas las intensiones de los que había dicho antes, mi gesto cambió a uno casi adolorido, torciendo el gesto y cerrando un ojo como si estuviera comiendo limón:
- Tsssss-eh quiero decir… eh… etto… – le miré de reojo, peinándome el cabello hacia atrás para luego sonreírle de oreja a oreja (forzadamente, claro) con los ojos cerrados y las mejillas coloradas – ¡No… no luce tan mal! Esto… esto lo arreglaremos en un segundo.
Busqué algo como una toalla que nos sirviera para la inflamación de su hombro, mojándolo sobre un bol con agua (es sorprendente todas las cosas que puedes encontrarte en esta biblioteca) para exprimirlo un poco y luego ir hacia el chico. Traté de ser lo más gentil posible, conociendo que no me caracterizo por ser “delicado”, estaba tratando con las heridas de una persona y sería peligroso si me pusiera torpe en estos momentos. No digo que de un segundo a otro me había convertido en un cirujano de Grey’s Anatomy o algo por el estilo, ya que al fin de cuentas, mi “conocimiento en medicina” lo he ganado por los monjes con los que estuve hace varios años, y ellos usan técnicas muy distintas a la medicina moderna.
- ¿Te golpearon con un tubo o algo? Porque te lastimaron bastante feo, amigo – torcí el gesto, esta vez más preocupado, tratando de ir con cuidado con el moretón del hombro – No sé muy bien si te lo movieron de sitio o algo, y no quiero lastimarte. Tendrás que ir con un doctor para que se asegure de que no te haya pasado algo realmente grave por aquí.
Puse una mano sobre su pecho y la otra sobre su espalda para que pudiera ponerse derecho, empujándolo con suavidad por ambos lados de manera que mantuviera el rostro cerca del mío, además de prevenir el que se vaya hacia delante o algo (“No te encorves demasiado, que después te quedará una joroba“ le dije, riendo con suavidad). Seguí manteniendo mi buenos gestos y le sonreí ladino, siguiendo con el “procedimiento” hasta que hubo terminado. Se veía bastante mal, en serio, me preocupara que todo ese asunto de la pelea le trajera una consecuencia mayor.
Me puse de pie luego de rato estar encorvado, me limpié los pocos restos de sangre de mis manos y volví a sonreírle mirándole por encima de mi hombro al estar de espaldas:
- No creo que puedas salir de nuevo a la calle con la ropa llena de sangre. Aquí cerca hay una lavandería, la dueña del local es amiga mía así que no creo que tenga problemas en encargarse de eso. Puedo prestarte algo de ropa… No es tan bonita como la que llevabas puesta, pero al menos estarás vestido – reí con una mano puesta en mi nuca, me volví para quedar frente al chico y mirarle a los ojos – Estarás bien, lo de tu cabeza no es tan grave como parece. Cuando lleguemos al hospital estoy seguro de que te darán un tratamiento para que te sientas mejor en pocos días.
Cerré los ojos ofreciéndole otra sonrisa ladina, cuando una chispa dentro de mi cabeza me hizo recordar un detalle muy importante:
- Oh, casi lo olvido – parpadeé varias veces como sorprendido, luego me busqué una banca rápidamente y me senté frente al muchacho – Mi nombre es Ryan. Es un placer conocerte.
Invitado- Invitado
Re: { L } Ferite Superficiali
-Vamos, debe lucir horrible para poner esa expresión.
Reí por lo bajo, con un ojo cerrado y poniendo una expresión de dolor; hasta reír dolía. Se que mi apariencia actual debe ser muy deplorable; es decir, aparte de que mi ropa estaba manchada de tierra y sangre pues los moretones que habían en mi cuerpo de una manera muy extraña hacía combinación con todo. Sentía las ganas de morder mi labio inferior pero entre el dolor y el sabor a metal y aloe vera me detuvo de hacer y aún así, como pude logré hacer una pequeña sonrisa para el hombre que me atendía. Ryan estaba siendo bastante bueno y amable conmigo en toda esta alocada situación, ¡Ahora sentía que se lo debía! ¡Le compraré una pizza margarita mucho más grande que las normales! O hasta podría invitarle a tomar algo... Solo que, no sabía si la próxima vez que me viera fuera como Daniel o Daniella...
Sí, es algo cómplicado eso.
-¡TSK! -Chisté fuerte, cuando el mayor intentó ponerme recto otra vez sintiendo el automático "CRACK" en mi hombro el cual aún tenía tomado con mi siniestra, y de nuevo salió el viejo queriendo callarme y otra vez bastó con mirarle con una expresión de "Vete de aquí" para que se tragará lo que tenía que decir y largarsé hacía donde sea. ¡HNG! Que molesto era todo esto, ¿Por qué demonios le dio a ese gordo rastrero por ponerse a pelear en plena calle? ¿Y por qué tuve que contestarle la pelea? ¡AAAGH! Estuviera más calmado ahora si nada de eso hubiera pasado.
-Sí, me golpearon con un tubo -Respondí molestó, frunciendo el ceño lo más que podía con ese dolor en mi rostro.- Un estúpido creyó que se podía pasar de listo conmigo, y bueno... Me defendí, así que por eso estoy acá.
Bajé la cabeza, en ese momento no quería ver a la cara de Ryan, no quería saber de su expresión; de seguro sería una lástimera a pesar de intentar mucho en no ponerla. Pequeños gemidos soltaba mientras el otro limpiaba mi hombro con la intención de bajar la inflamación, y al escuchar su propuesta abrí los ojos de par en par y levante la cabeza mirandolé esa vez.
-¿QUÉ? ¡NOOO! -Negué varias veces, deteniendome al sentir que mi cabeza retumbaba y comenzaba a marearme.- No tienes porque hacer eso, y-yo me encargaré de mi ropa después, por ahora... Ehmmm, me gustaría seguir pues... Ocultandome acá, si no es problema.
Se que debía ir a un hospital pero aún no es seguro de que salga afuera si el idiota seguía buscandome para vengarse de sus ojos.
-Y soy ehmm... -¿Que le digo? ¡¿QUE LE DIGO?!- S-Soy... Dan.
Cuanto quisiera golpearme la cara en ese momento por mis pobres habilidades de mentir.
-M-Muchas gracias, por ayudarme y pues... Iré al hospital cuando todo este más despejado.
Reí por lo bajo, con un ojo cerrado y poniendo una expresión de dolor; hasta reír dolía. Se que mi apariencia actual debe ser muy deplorable; es decir, aparte de que mi ropa estaba manchada de tierra y sangre pues los moretones que habían en mi cuerpo de una manera muy extraña hacía combinación con todo. Sentía las ganas de morder mi labio inferior pero entre el dolor y el sabor a metal y aloe vera me detuvo de hacer y aún así, como pude logré hacer una pequeña sonrisa para el hombre que me atendía. Ryan estaba siendo bastante bueno y amable conmigo en toda esta alocada situación, ¡Ahora sentía que se lo debía! ¡Le compraré una pizza margarita mucho más grande que las normales! O hasta podría invitarle a tomar algo... Solo que, no sabía si la próxima vez que me viera fuera como Daniel o Daniella...
Sí, es algo cómplicado eso.
-¡TSK! -Chisté fuerte, cuando el mayor intentó ponerme recto otra vez sintiendo el automático "CRACK" en mi hombro el cual aún tenía tomado con mi siniestra, y de nuevo salió el viejo queriendo callarme y otra vez bastó con mirarle con una expresión de "Vete de aquí" para que se tragará lo que tenía que decir y largarsé hacía donde sea. ¡HNG! Que molesto era todo esto, ¿Por qué demonios le dio a ese gordo rastrero por ponerse a pelear en plena calle? ¿Y por qué tuve que contestarle la pelea? ¡AAAGH! Estuviera más calmado ahora si nada de eso hubiera pasado.
-Sí, me golpearon con un tubo -Respondí molestó, frunciendo el ceño lo más que podía con ese dolor en mi rostro.- Un estúpido creyó que se podía pasar de listo conmigo, y bueno... Me defendí, así que por eso estoy acá.
Bajé la cabeza, en ese momento no quería ver a la cara de Ryan, no quería saber de su expresión; de seguro sería una lástimera a pesar de intentar mucho en no ponerla. Pequeños gemidos soltaba mientras el otro limpiaba mi hombro con la intención de bajar la inflamación, y al escuchar su propuesta abrí los ojos de par en par y levante la cabeza mirandolé esa vez.
-¿QUÉ? ¡NOOO! -Negué varias veces, deteniendome al sentir que mi cabeza retumbaba y comenzaba a marearme.- No tienes porque hacer eso, y-yo me encargaré de mi ropa después, por ahora... Ehmmm, me gustaría seguir pues... Ocultandome acá, si no es problema.
Se que debía ir a un hospital pero aún no es seguro de que salga afuera si el idiota seguía buscandome para vengarse de sus ojos.
-Y soy ehmm... -¿Que le digo? ¡¿QUE LE DIGO?!- S-Soy... Dan.
Cuanto quisiera golpearme la cara en ese momento por mis pobres habilidades de mentir.
-M-Muchas gracias, por ayudarme y pues... Iré al hospital cuando todo este más despejado.
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { L } Ferite Superficiali
- Muy bien…, Dan – en un principio me sentía extrañado por su escándalo con la idea de cambiarse, pero decidí ignorarlo para sonreírle con tal de hacerlo sentir mejor – , como tú quieras. Me alegra saber que te he sido de ayuda, seguiré por aquí para cuidarte si necesitas algo, ¿Te parece? – me levanté de la banca para tomar una pila de libros que estaba en una mesa a pocos metros de nosotros. Había ignorado por mucho tiempo la mirada asesina de tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez, y sabía que si lo ignoraba por otro segundo más mataría a alguno de los dos (o mejor dicho a mí, que se supone que soy su empleado por un día).
Justo como le había dicho a mi compañero, traté de permanecer a su lado lo más pronto posible entre lo que organizaba libros. No era muy ardua la tarea, sólo tenía que clasificarlos según el género, color, tamaño, tipo de papel, última letra del nombre del autor, nacionalidad del autor, cantidad de páginas, editorial y la fecha de impresión. Sonaba infinito, pero realmente no era tan complicado considerando que llevaba todo el día estudiando las estanterías de libros y recibiendo los escobazos de parte del dueño (mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez, por si no había quedado claro). Entre tanto que montaba libros, miraba de reojo a Dan, acercándome poco después a él al terminar de guardar la primera pila de libros… de veinte que se me acumularon mientras atendía al pobre:
- Oye… perdón si te incomodo pero, ¿Seguro que no nos hemos visto antes? – dije, tomando la segunda pila de libros y subiéndome a una escalera para guardar unos libros en una de los niveles más altos de la estantería – Es que no deja de darme vueltas en la cabeza. Te pareces mucho a alguien que conocí hace poco. Una chica, de hecho – reí con los ojos cerrados, sin percatarme que estaba haciendo equilibrio con un pie en la escalera – Su nombre es Danielle. Trabaja conmigo en la Escuela Musette, aunque ella da Estética. Yo soy profesor de Improvisación en la escuela – lo miré de reojo, terminando de apilar los libros.
En ese momento la escalera parecía con ganas de desarmarse y yo me di cuenta muy tarde, teniendo que pegar un brinco y poner el último libro en cámara lenta. Cualquiera lo vería como una escena de Matrix, yo lo veía como uno de mis viejos días entrenando con los monjes en lo alto de la montaña… Cuántos dulces recuerdos. Al caer al suelo, levantando un poco el polvo de la alfombra, me sacudí las ropas y me peiné el cabello hacia atrás. No se me veía tan mal, aunque resultaba realmente incómodo y me daba mucha picazón en la nuca…
- ¿De casualidad no la conoces de algún lado? – pregunté, volviendo al tema de Dan-Danielle… hasta sus nombres eran parecidos. Qué raro.
Justo como le había dicho a mi compañero, traté de permanecer a su lado lo más pronto posible entre lo que organizaba libros. No era muy ardua la tarea, sólo tenía que clasificarlos según el género, color, tamaño, tipo de papel, última letra del nombre del autor, nacionalidad del autor, cantidad de páginas, editorial y la fecha de impresión. Sonaba infinito, pero realmente no era tan complicado considerando que llevaba todo el día estudiando las estanterías de libros y recibiendo los escobazos de parte del dueño (mi tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tío Pérez, por si no había quedado claro). Entre tanto que montaba libros, miraba de reojo a Dan, acercándome poco después a él al terminar de guardar la primera pila de libros… de veinte que se me acumularon mientras atendía al pobre:
- Oye… perdón si te incomodo pero, ¿Seguro que no nos hemos visto antes? – dije, tomando la segunda pila de libros y subiéndome a una escalera para guardar unos libros en una de los niveles más altos de la estantería – Es que no deja de darme vueltas en la cabeza. Te pareces mucho a alguien que conocí hace poco. Una chica, de hecho – reí con los ojos cerrados, sin percatarme que estaba haciendo equilibrio con un pie en la escalera – Su nombre es Danielle. Trabaja conmigo en la Escuela Musette, aunque ella da Estética. Yo soy profesor de Improvisación en la escuela – lo miré de reojo, terminando de apilar los libros.
En ese momento la escalera parecía con ganas de desarmarse y yo me di cuenta muy tarde, teniendo que pegar un brinco y poner el último libro en cámara lenta. Cualquiera lo vería como una escena de Matrix, yo lo veía como uno de mis viejos días entrenando con los monjes en lo alto de la montaña… Cuántos dulces recuerdos. Al caer al suelo, levantando un poco el polvo de la alfombra, me sacudí las ropas y me peiné el cabello hacia atrás. No se me veía tan mal, aunque resultaba realmente incómodo y me daba mucha picazón en la nuca…
- ¿De casualidad no la conoces de algún lado? – pregunté, volviendo al tema de Dan-Danielle… hasta sus nombres eran parecidos. Qué raro.
Invitado- Invitado
Re: { L } Ferite Superficiali
-Oki-doki ~
Hice la seña del "OK" con la mano izquierda sonriendo lo más que podía entre los moretones y las cortadas de mi rostro viendo como el mayor se alejaba, solté el aire que ni siquiera sabía que contenía. No podía estar del todo tranquilo porque aún con Ryan alejado seguía encima de mi, con un ojo vigilante como si de un águila a su presa se tratasé. ¿Que haré ahora? Al menos le agradecía por haberme tratado los moretones del rostro y eso, aún así había otras cosas más de que preocuparme; comenzando con que lleve la siniestra a mi cabeza, en esa parte retumbante de la misma donde sentía que se había formado algo grande entre mis hebras rosas, cuando vi mis dedos en los mismo había un poco de sangre.
Sí, eso y mi hombro debían ver un médico con urgencia.
Ojalá y ese idiota no este por la calle buscandome, tendré que esperar un par de horas antes de sentir que toda la marea había bajado. Si, le tomaría la palabra de ir al hospital para que me den lo más fuerte para el dolor. Ryan seguía cerca, moviendosé de aqui para allá acomodando los libros (... ¿Por qué es que esta haciendo eso?), hablando de libros me fije en una pila a mi lado y leía los nombres de ellos, no había uno que me llamará la atención... Todos eran libros de física y matemáticas.
Así que apoye mi hombro izquierdo sobre la mesa y recargué mi mejilla en mi mano con sumo cuidado. Estaba comenzando a sentirme muy cansado, suponiendo que es porqué mi cuerpo ya no se impulsa por la adrenalina del momento y pues, ahora estan más calmado es normal que el dolor y el cansancio se haga presente. Mis ojos empezaban a sentirse pesados y luchaba por mantenerlos abiertos, si no fuera por la voz del mayo no hubiera abierto los ojos para ver una escena que solo se ven en las películas de espías.
Me reí por lo bajo, fue gracioso verle saltar de tal manera.
-Debe ser un buen profesor -Mencioné mientras que con los dedos restregaba uno de mis ojos, el que no debería estar hinchandose.- ¡Haha...! No le conozco, l-lo siento.
Oh dio, ¿Por qué seguimos hablando de ese tema?
-O quizá si, -Internamente me golpee el rostro.- Q-Quiero decir, Danielle es un nombre muy común ¿No? P-Puede que si le conozca.
Rascaba mi cabeza buscando las palabras correctas de que hablar mientras tragaba en seco, sintiendo la garganta rasposa.
-P-Pero hipotéticamente h-hablando, si yo supiera algo s-sobre esa Danielle... -Bostece- N-No es nada grave pero... Si... Creo que... Puede... Asustarle...
Mi voz fue haciendose más suave a medida que fui hablando, hasta llegar al punto en el que simplemente me detuve... Porque caí dormido. Sí, en la misma posición. No fue cuestion de tiempo en que cabeceará y cayerá de cara a la mesa...
Y luego despertará de golpe.
-¡Un secreto! -Miré a todas parte y carraspeé al ver a Ryan.- Bueno, no es un secreto muy grande o muy feo, pero es algo que a muchas personas no le agradan. ¿Me creería si se lo digo?
Hice la seña del "OK" con la mano izquierda sonriendo lo más que podía entre los moretones y las cortadas de mi rostro viendo como el mayor se alejaba, solté el aire que ni siquiera sabía que contenía. No podía estar del todo tranquilo porque aún con Ryan alejado seguía encima de mi, con un ojo vigilante como si de un águila a su presa se tratasé. ¿Que haré ahora? Al menos le agradecía por haberme tratado los moretones del rostro y eso, aún así había otras cosas más de que preocuparme; comenzando con que lleve la siniestra a mi cabeza, en esa parte retumbante de la misma donde sentía que se había formado algo grande entre mis hebras rosas, cuando vi mis dedos en los mismo había un poco de sangre.
Sí, eso y mi hombro debían ver un médico con urgencia.
Ojalá y ese idiota no este por la calle buscandome, tendré que esperar un par de horas antes de sentir que toda la marea había bajado. Si, le tomaría la palabra de ir al hospital para que me den lo más fuerte para el dolor. Ryan seguía cerca, moviendosé de aqui para allá acomodando los libros (... ¿Por qué es que esta haciendo eso?), hablando de libros me fije en una pila a mi lado y leía los nombres de ellos, no había uno que me llamará la atención... Todos eran libros de física y matemáticas.
Así que apoye mi hombro izquierdo sobre la mesa y recargué mi mejilla en mi mano con sumo cuidado. Estaba comenzando a sentirme muy cansado, suponiendo que es porqué mi cuerpo ya no se impulsa por la adrenalina del momento y pues, ahora estan más calmado es normal que el dolor y el cansancio se haga presente. Mis ojos empezaban a sentirse pesados y luchaba por mantenerlos abiertos, si no fuera por la voz del mayo no hubiera abierto los ojos para ver una escena que solo se ven en las películas de espías.
Me reí por lo bajo, fue gracioso verle saltar de tal manera.
-Debe ser un buen profesor -Mencioné mientras que con los dedos restregaba uno de mis ojos, el que no debería estar hinchandose.- ¡Haha...! No le conozco, l-lo siento.
Oh dio, ¿Por qué seguimos hablando de ese tema?
-O quizá si, -Internamente me golpee el rostro.- Q-Quiero decir, Danielle es un nombre muy común ¿No? P-Puede que si le conozca.
Rascaba mi cabeza buscando las palabras correctas de que hablar mientras tragaba en seco, sintiendo la garganta rasposa.
-P-Pero hipotéticamente h-hablando, si yo supiera algo s-sobre esa Danielle... -Bostece- N-No es nada grave pero... Si... Creo que... Puede... Asustarle...
Mi voz fue haciendose más suave a medida que fui hablando, hasta llegar al punto en el que simplemente me detuve... Porque caí dormido. Sí, en la misma posición. No fue cuestion de tiempo en que cabeceará y cayerá de cara a la mesa...
Y luego despertará de golpe.
-¡Un secreto! -Miré a todas parte y carraspeé al ver a Ryan.- Bueno, no es un secreto muy grande o muy feo, pero es algo que a muchas personas no le agradan. ¿Me creería si se lo digo?
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Re: { L } Ferite Superficiali
Dan era una persona bastante extraña. Tal vez por la sensación de que me era bastante familiar. Lo que me hacía sentir escalofríos eran las coincidencias que tenía con mi compañera Danielle, y ahora que le miraba bien, guardaban incluso cierto parecido. Torcí el gesto, acomodando las escalera para así subir la tercera pila y que no me matara en el siguiente intento. Ya era bastante las heridas de mi compañero, no iba a arriesgarme a lastimarme también cuando nadie parecía dispuesto a ayudarle. Suspiré por ello, pero no perderé la fe en la humanidad tan pronto. Por otro lado, era una suerte que la tercera pila fuera dos niveles más bajas que la última.
Miré de reojo al pelirrosado cuando mencionó a Danielle, atajando mi atención con suma rapidez mientras buscaba la cuarta pila y me detenía frente a la biblioteca. ¿Un secreto sobre Danielle?
¿Qué quieres decir? - pregunté, no con demanda, pero sí con una ceja levantada que delataba mi curiosidad y a la vez mi extrañeza. - No lo se… no me gusta mucho ser víctima de los rumores…
Torcí el gesto, hablaba en serio al respecto. Siendo una estrella de rock, o siendo una celebridad en general (aunque ahora mismo estaba en stand by) los chismes eran tu principal enemigo. Mi banda y yo fuimos víctimas de ellas por mucho tiempo, tuvimos varias peleas al respecto y aunque nos quedamos juntos hasta el final, sufrimos mucho por ellos. No soy amigo de los chismes, y aunque me tiente mucho el saber un poco más sobre mi compañera…
Creo que prefiero oírlo de su propia boca - respondí finalmente, empezando a apilar los libros de nuevo - Si considera que confía en mí de verdad, estoy seguro que verá el momento necesario de contarme su secreto. - asentí, volteándome hacia Dan con una sonrisa de oreja a oreja - Tendré que rechazar tu oferta, Dan. Lo siento mucho, tal vez en otra ocasión
Sonreí con los ojos cerrados, rascándome la nuca.
Miré de reojo al pelirrosado cuando mencionó a Danielle, atajando mi atención con suma rapidez mientras buscaba la cuarta pila y me detenía frente a la biblioteca. ¿Un secreto sobre Danielle?
¿Qué quieres decir? - pregunté, no con demanda, pero sí con una ceja levantada que delataba mi curiosidad y a la vez mi extrañeza. - No lo se… no me gusta mucho ser víctima de los rumores…
Torcí el gesto, hablaba en serio al respecto. Siendo una estrella de rock, o siendo una celebridad en general (aunque ahora mismo estaba en stand by) los chismes eran tu principal enemigo. Mi banda y yo fuimos víctimas de ellas por mucho tiempo, tuvimos varias peleas al respecto y aunque nos quedamos juntos hasta el final, sufrimos mucho por ellos. No soy amigo de los chismes, y aunque me tiente mucho el saber un poco más sobre mi compañera…
Creo que prefiero oírlo de su propia boca - respondí finalmente, empezando a apilar los libros de nuevo - Si considera que confía en mí de verdad, estoy seguro que verá el momento necesario de contarme su secreto. - asentí, volteándome hacia Dan con una sonrisa de oreja a oreja - Tendré que rechazar tu oferta, Dan. Lo siento mucho, tal vez en otra ocasión
Sonreí con los ojos cerrados, rascándome la nuca.
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Re: { L } Ferite Superficiali
Mordí mi lengua con insistencia sin quitar la sonrisa de mi rostro a pesar de que estaba muy seguro de que sudaba frió, muy frió, casi pequeños tempanos de hielo deslizandosé por mi rostro. No debí haber venido con eso, ahora sospecharía más de mi o sospecharía que hay algo que "Dan" sabe de "Danielle", algo muy profundo y oscuro (Bueno, oscuro no pero se entiende el sentimiento). Sin embargo, el mayor tenía un punto muy válido ante todo esto, si en verdad Danielle tenía un secreto, Danielle debería decirselo así que cerré los ojos meditando un poco, sí... Lo haría, le diría a Ryan lo que soy y solo espero, tan solo un poco que decirle eso no vaya a deteriorar ese pequeño pero significativo tramo que tenemos en nuestra amistad y compañerismo.
-Se lo dirá -Le dije, con una inusual seguridad y seriedad en mi voz, aún así mis facciones tenían una sonrisa ganadora y un ceño fruncido que se veía en parte gracioso, considerando los cortes y los moretones que tenia en el rostro.- Estoy muy seguro, que ella le dirá aquel secreto pronto.
¿Cuando será ese día? Tenía que ser un momento en donde estuvieramos a solas, uno donde no sentiría que me fueran a juzgar todos por darle aquella revelación; también tengo que buscar con que palabras decirle... O sea, no pueden esperar que simplemente llegue y le diga: "En realidad soy un hombre, pero no soy travesti... Es algo mucho más complicado que eso", y explicarle todo acerca del no-binarismo.
¡Agh! ¿Por qué la gente no puede simplemente entenderlo sin muchas explicaciones?
-Disculpa, -Me levante de la silla, tambaleandome un poco. Oh sí, el mareo seguía ahí conmigo, no se había ido. Puse mi mano en la mesa para estabilizarme y mirar hacía el mayor sonriendole apenado.- Pero necesito ir al baño, tengo que quitarme varias cosas de la cara... ¿Hay alguno por aqui o debo salir a buscar uno?
-Se lo dirá -Le dije, con una inusual seguridad y seriedad en mi voz, aún así mis facciones tenían una sonrisa ganadora y un ceño fruncido que se veía en parte gracioso, considerando los cortes y los moretones que tenia en el rostro.- Estoy muy seguro, que ella le dirá aquel secreto pronto.
¿Cuando será ese día? Tenía que ser un momento en donde estuvieramos a solas, uno donde no sentiría que me fueran a juzgar todos por darle aquella revelación; también tengo que buscar con que palabras decirle... O sea, no pueden esperar que simplemente llegue y le diga: "En realidad soy un hombre, pero no soy travesti... Es algo mucho más complicado que eso", y explicarle todo acerca del no-binarismo.
¡Agh! ¿Por qué la gente no puede simplemente entenderlo sin muchas explicaciones?
-Disculpa, -Me levante de la silla, tambaleandome un poco. Oh sí, el mareo seguía ahí conmigo, no se había ido. Puse mi mano en la mesa para estabilizarme y mirar hacía el mayor sonriendole apenado.- Pero necesito ir al baño, tengo que quitarme varias cosas de la cara... ¿Hay alguno por aqui o debo salir a buscar uno?
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Re: { L } Ferite Superficiali
Mi sonrisa se extendió ante la sentencia de Dan y la verdad es que me sentí más tranquilo. Me acerqué a la quinta pila y aproveché a tomar la sexta para guardar ambas, sin dejar de pensar en la relación Dan-Danielle. Era escalofriante la manera en la que se parecía entre sí teniendo una fotografía mental de mi compañera de profesorado, si la juntaba junto a la visión de Dan, apartando la cantidad exagerada de raspones y cosas que trae por la pelea, el parecido era innegable. Y eso del secreto de ella… ¿Qué significaba? Mi mente maquinaba mientras ponía los libros casi en automático, empezando a atar cabos por mi propia cuenta hasta que una hipótesis por poco me hace dejar caer los libros: Ellos… Dan y Danielle…
¿Serán hermanos gemelos?
- ¿Eh? ¿Qué? – negué rápidamente con la cabeza, volteando a verle con cierta confusión al salir de mi ensimismamiento – ¡Oh! ¿Un baño? Sí, hay uno por aquí. Yo te llevo – volví a sonreír, dejando la mitad de la pila a un lado para acercarme a Dan casi a zancadas al ver que estaba tambaleándose.
Aunque era de mala educación el no pedir permiso, le tomé del brazo a Dan y le hice rodear mi cuello mientras me encorvaba un poco para que así pudiéramos caminar los dos. Le sujetaba de la cintura con mi mano libre para que no trastabillara mientras andábamos, yendo a paso lento sólo por si las moscas. El camino no es que fuera mucho, el baño quedaba al final del pasillo a la derecha, en diagonal a la sección de autoayuda (me he leído unos pocos de esos, pero no es como si fueran mi género favorito) y bastaban un par de zancadas para llegar allí sin dar muchas vueltas. Mi tátara-tátara-tátara-etc. Tío Pérez nos miró al pasar, fulminando con la mirada al pelirrosado hasta que me di cuenta de lo que hacía. Por primera vez, arqueé las cejas, fuera de mi curiosidad le había visto de forma muy desaprobatoria al ver que miraba así a un necesitado. ¡Qué descortés!
Al llegar frente a la puerta, giré el picaporte y la abrí para que pudiera pasar, soltándolo de a poco en caso de que fuera a caerse por el mareo o algo por el estilo.
- Estaré por aquí cerca si me necesitas. Sólo tienes que llamarme – sonreí de oreja a oreja, girando sobre mis talones para tomar la pila de antes y volver a guardar libros.
¿Serán hermanos gemelos?
- ¿Eh? ¿Qué? – negué rápidamente con la cabeza, volteando a verle con cierta confusión al salir de mi ensimismamiento – ¡Oh! ¿Un baño? Sí, hay uno por aquí. Yo te llevo – volví a sonreír, dejando la mitad de la pila a un lado para acercarme a Dan casi a zancadas al ver que estaba tambaleándose.
Aunque era de mala educación el no pedir permiso, le tomé del brazo a Dan y le hice rodear mi cuello mientras me encorvaba un poco para que así pudiéramos caminar los dos. Le sujetaba de la cintura con mi mano libre para que no trastabillara mientras andábamos, yendo a paso lento sólo por si las moscas. El camino no es que fuera mucho, el baño quedaba al final del pasillo a la derecha, en diagonal a la sección de autoayuda (me he leído unos pocos de esos, pero no es como si fueran mi género favorito) y bastaban un par de zancadas para llegar allí sin dar muchas vueltas. Mi tátara-tátara-tátara-etc. Tío Pérez nos miró al pasar, fulminando con la mirada al pelirrosado hasta que me di cuenta de lo que hacía. Por primera vez, arqueé las cejas, fuera de mi curiosidad le había visto de forma muy desaprobatoria al ver que miraba así a un necesitado. ¡Qué descortés!
Al llegar frente a la puerta, giré el picaporte y la abrí para que pudiera pasar, soltándolo de a poco en caso de que fuera a caerse por el mareo o algo por el estilo.
- Estaré por aquí cerca si me necesitas. Sólo tienes que llamarme – sonreí de oreja a oreja, girando sobre mis talones para tomar la pila de antes y volver a guardar libros.
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Re: { L } Ferite Superficiali
A veces me gustaría saber que era lo que tanto pasaba dentro de aquella cabeza con gran melena roja, puede que muchas cosas como nada en realidad. De seguro recordaba sus buenos tiempos de leyenda del rock o estaba pensando en su querida amiga "Danielle". ¡OH NO! ¿Y si ya me descubrió sin haberselo dicho yo? ¡Ni siquiera estaba seguro de como decirselo! Necesitaba un tiempo para mediarlo, y con el mareo más el dolor de cabeza no podía pensar muy bien que digamos. No evite sonrojarme levemente ante su cercanía y como me tomaba con sumo cuidado, como si fuera algo frágil aunque con mi estado lo aparentaba.
Nos encaminamos poco a poco por el pasillo hasta el baño y por un omento me fijé en aquel anciano que me miraba feo y yo solo le devolví la misma mirada, pero Ryan no parecía sospechar de la contienda de miradas que teniamos o no se había dado cuenta de que es por mi culpa que esta así.
-L-Lo haré, no se preocupe -Le sonreí amable cuando me dejo pasar solo al baño, y una vez estuve en la seguridad de ese pequeño cuarto fue que hice lo que debía hacer.
Agacharme frente al inodoro, no sin antes levantar la tapa del mismo... Y devolver todo lo que tenía dentro del estómago en el. ¡Ugh! Ahí se fue mi buen almuerzo. El mareo era intenso y las naúseas la sentía desde hace un rato, las podía soportar con facilidad pero ya era mucho.
Me levante tambaleante y le baje al inodoro. Me acerque al lavabo donde me miré al espejo. Estaba pálido y se me notaba la cara grasosa por el huevo y eso, me la enjuagué con cuidado, pero solté un sonoro "Tsk" llevando mi mano hacía mi nuca donde sentía ese dolor pulzante, además del que tenía en el hombro.
-C-Creo que si voy a requerir ir a un médico haha... -Dije a mi propio reflejo. Volví a enguajar mi cara y salí del baño en dirección al mayor.
-R-Ryan, c-creo que si voy a...
No terminé la frase porqué de repente sentí el cuerpo ligero... Muy ligero. Todo a mi alrededor se empezó a poner borroso y oscuro, y el poco sonido que había le escuchaba lejano. Me había desmayado en medio del pasillo, cayendo boca abajo en el suelo.
Nos encaminamos poco a poco por el pasillo hasta el baño y por un omento me fijé en aquel anciano que me miraba feo y yo solo le devolví la misma mirada, pero Ryan no parecía sospechar de la contienda de miradas que teniamos o no se había dado cuenta de que es por mi culpa que esta así.
-L-Lo haré, no se preocupe -Le sonreí amable cuando me dejo pasar solo al baño, y una vez estuve en la seguridad de ese pequeño cuarto fue que hice lo que debía hacer.
Agacharme frente al inodoro, no sin antes levantar la tapa del mismo... Y devolver todo lo que tenía dentro del estómago en el. ¡Ugh! Ahí se fue mi buen almuerzo. El mareo era intenso y las naúseas la sentía desde hace un rato, las podía soportar con facilidad pero ya era mucho.
Me levante tambaleante y le baje al inodoro. Me acerque al lavabo donde me miré al espejo. Estaba pálido y se me notaba la cara grasosa por el huevo y eso, me la enjuagué con cuidado, pero solté un sonoro "Tsk" llevando mi mano hacía mi nuca donde sentía ese dolor pulzante, además del que tenía en el hombro.
-C-Creo que si voy a requerir ir a un médico haha... -Dije a mi propio reflejo. Volví a enguajar mi cara y salí del baño en dirección al mayor.
-R-Ryan, c-creo que si voy a...
No terminé la frase porqué de repente sentí el cuerpo ligero... Muy ligero. Todo a mi alrededor se empezó a poner borroso y oscuro, y el poco sonido que había le escuchaba lejano. Me había desmayado en medio del pasillo, cayendo boca abajo en el suelo.
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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