Un tentempié (Eve)

Continuación de este tema: Una tarde libre

Dando un resumen de la situación: Por asares del destino Eve terminó en el cuarto de Yuki donde conoció a la chica japonesa y esta tocó para ella, para después la chica de cabellos plateado cantara para ella, empezando a forjar una pequeña amistad. De ahí decidieron ir a tomar algo en el comedor de la escuela que todavía estaba abierto, pero tal vez en una o dos horas cerraría.

-¡Bien! Yo pediré un té de leche...- La joven de tez como la nieve había optado por esa bebida que era muy común en su tierra, mientras que Eve, su nueva amiga, decidió por tomar una limonada.

Estuvieron en silencio unos pocos minutos, sin nada de qué platicar. Yuki para tratar de no hacer tan incómodo el ambiente, y comenzar a ser un poco más extrovertida, decidió romper el silencio. -Eve...Nunca te pregunté de dónde eras, ¿o sí?- Le preguntó dudosa con ambas manos en su vaso.

En un largo silencio en el comedor, después de pedir mi limonada y Yuki su "te de leche" Yuki me pregunto si yo ya le había dicho de donde era, lo cual era cierto, no le había dicho de donde venia y porque estaba aquí porque lo que respondí.

-¿Eh?, no...- dije algo triste y con la mirada un poco decaída

-Pues... veras..., Yo vengo de un mundo llamado Elrios situado en otra dimensión completamente diferente, donde mi mundo ha sido gobernado por demonios, mis amigos y yo hemos luchado contra los diferentes monstruos y demonio que nos hemos encontrado en el camino, para recuperar la energía vital de mi planeta, que esta en unos cristales llamados El crytal, nuestro deber era llevarlos al árbol de El y restaurar la paz, hasta que un hoyo negro creado por magia maligna que me llevo a tu mundo, por suerte eh descubierto que esta ciudad tiene energía de mi mundo por lo que me eh quedado aquí para investigar-

Una vez que le dije mi historia, pensé que no me iba a creer, no la culparía, después de todo es una historia poco realista.

Se acomodó para escuchar mejor a Eve. Su mirada se vio preocupada cuando su amiga parecía desanimarse ante lo que iba a decir.

"... Elrios situado en otra dimensión completamente diferente..." No comprendía muy bien ¿en realidad estaba hablando de otra dimensión? Sí, algo difícil de creer para muchas personas, pero Yuki decidió creer. Tanto por ver la mirada desanimada de la chica de cabello plateado que no era para nada falsa, y por un pequeño detalle: hace unas semanas conoció a una vampiresa. Con eso era más que suficiente para creer en la historia de Eve.

-Wow...No creo que pueda imaginar por lo que estás pasando...Pero...- La miró y le regaló una sonrisa tomando una de las manos de Eve -...¡Aquí tienes una amiga que te apoya!

Cuando Yuki y yo estábamos en el comedor, Yuki me había preguntado de donde venia, yo algo triste y deprimida le comencé a explicar mi historia y ya a lo confusa y extraña que es no me sorprendería si Yuki no me comprende, al acabar de contar aquella historia de como llegue a Glass City y que hacia aquí, estaba casi 100% segura de que no me creyera y que nuestra amistad se iba a romper pero no fue así, Yuki me tomo de las manos y me dijo "¡Aquí tienes una amiga que te apoya!" al decir eso yo me di cuenta que pase lo que pase no íbamos a dejar de ser amigas y me dio mucha seguridad.

-¡Gracias!- Dije sonrojada y con una pequeña sonrisa -Por un momento creí que no me entenderías, que bueno que no fue así- La mire mientras también la agarraba de las manos

-Cierto, Ya que tu me preguntaste de donde vengo, me toca a mi preguntarte, ¿De donde vienes?-

Risueña le dedicó una sonrisa a Eve al verla sonreír más animada. -¡No es nada! Probablemente hace unas semanas sí me hubiera costado creerlo, pero tu mirada se veía honesta y tu dolor también...Cuando vine aquí sabía que me toparía con gente muy diferente e interesante, y al parecer fue demasiado en serio contigo - Terminó dando unas risas sin dejar de sonreírle y dándole cofianza acariciando con su pulgar la mano de Eve.

Ahora era el turno de la azabache de hablar de su origen, que era menos exótico que el de su amiga. -Pues...mi lugar de origen no creo que sea tan emocionante y fantástico como el tuyo. Yo vengo de Japón. Nací en Kyoto, pero desde los 5 años crecí junto a mi familia en una ciudad llamada Hirakata, prácticamente entre Osaka y Kyoto. Muy bonito luar, eso sí.

Le pregunte a Yuki de donde venia a lo que ella contesto que venia de un lugar llamado Japón, Kyoto que era un muy bonito lugar, aunque fue muy poca la información que me dio intente imaginar su lugar de nacimiento, aunque no pude imaginar mucho ya que no conocía este mundo, por lo que pregunte.

-Disculpa...¿Donde queda Tokio?- Dije con la cabeza inclinada y con la cara seria

-Y también... ¿como llegaste a esta ciudad?-

Sabia desde un principio que so seria su origen como el mio puesto que sabia mucho sobre este mundo, pero aun así me intrigaba quería saber como eran los humanos, por lo que cada palabra que me decía la almacenaba en mi base de datos.

-Disculpen Señoritas- Dijo alguien mientras la mirábamos a la cara cuando nos dimos cuenta que era una señora del comedor. -Deberían irse ya a sus dormitorios, el comedor esta por cerrar-

Asentí con la cabeza frente a la señora y cuando se fue regrese la mirada a Yuki pensando que hace pocas horas nos habíamos conocido, pero estaba segura que nos volveríamos a ver.

-Al parecer tenemos que irnos- Dije mirando a Yuki a los ojos

La chica de cabello plateado preguntó por la muy famosa capital del País del Sol Naciente: Tokyo, un lugar que Yuki ha visitado unas veces. Le gustaba la ciudad, pero prefería otras ciudades. -¿Tokyo?...Bueno, queda un poco más al noroeste de Kyoto. Es una gran ciudad llena de altos edificios, luces, construcciones, y esas cosas. Muy diferente a Kyoto donde es más tradicional, rodeado de montañas y con templos budistas y shinto por doquier. Ambos son bonitos lugares.
Ahora la duda de Eve recaía en su motivo por el cual llegó aquí. -¿Aquí? Llegué en avión...Pero si preguntabas del por qué estoy aquí. Fue porque descubrí que esta escuela se enfoca en música, y mi gran sueño es ser una gran bajista...- Se sonrojó debido a que aún le daba pena decirlo. De no ser por su amiga Shizuka y las palabras que le dedicó sobre su sueño, tal vez no lo hubiera dicho.

Antes de que pudiera decir otra cosa, ambas fueron interrumpidas e informadas que era hora para regresar al dormitorio. -Sí, creo que sí...- Se levantó y con una sonrisa le indicó a Eve que ya estaba lista para irse. -¡Vamos! Te acompaño a tu dormitorio si quieres.