Orientación.

por Invitado Vie Dic 26, 2014 8:45 pm

Qué difícil era siempre iniciar. Aquella frase destacaba bastante en el pensamiento de la Chelionni. Verdaderamente, ¡Que tan complicado era tener que comenzar! La vida sería más fácil, sencilla, siempre y cuando la conocieras como la palma de tu mano, ¿Pero eso? Ya había perdido la cuenta de las tantas veces que había cruzado y subido y bajado los escalones del departamento donde aguardaban las numerosas habitaciones para chicas. Recordó que en una escena anterior, mientras buscaba donde registrar su habitación, unas jovencitas se le quedaron viendo, reía con 'disimulo' por las tantas veces que Hela cruzó por el mismo lugar, ¡Casi llegó a creer que estaba en un laberinto sin fin! O una clase de dimensión que te lleva al mismo lugar. El clásico. "Rayos, rayos, rayos. ¿Por qué esta academia no puede ser más pequeña?" Llevó a su cabeza ambas manos, desordenando su sencillo peinado que traía para ese entonces.

Un bombillo se encendió, una idea se le había ocurrido, sonaría algo tonto pero, a Hela no se le ocurrió lo esencial para que las dudas se fulminen; Preguntar. Ahora el local donde aguardaban las numerosas puertas en orden estaban más que vacías, tendría que tocar de puerta en puerta y encontrar la solución al fin a su nueva pesadilla, pues sí, Hela encontró una nueva fobia y esa sería a los lugares nuevos. Nunca se imaginó que sería tan acomplejado hasta que se sumergió a vivirlo por experiencia, no quisiera imaginarse lo cual tan arduo sería tratar con publico nuevo cuando le toque cantar, ya se le ocurrirá que hacer para los tours en países extranjeros.

Ya habían pasado aproximadamente… Diez minutos, y Hela ya quería arrancarse todo el pelo –Si no caía solo por el estrés de estar tanto tiempo dando vueltas en círculos.– Consiguió preguntarle a unas cuantas almas caritativas, los cuales no le sirvieron nada más para burlarse de ella. Ni pensar que la inocencia se había perdido al transcurrir los años, pero bueno, ella también haría una que otra pequeñita broma si fuera a la que le preguntaran. — ¡Vamos, Hela! ¡No puedes ser tan estúpida! — Pateó un muro cercano a ésta. Aquello le sirvió solo para convertir su furia en dolor, recientemente estaba sintiendo como un estruendo recorría el pie lastimado. Comenzó a dar saltos adolorida, haciendo que retrocediera de manera rápida, y sin poder prevenirlo, chocó de espaldas contra otra figura de forma brusca. — ¡Oh! Lo siento, fue culpa mía. — Se disculpó aún sin darse la vuelta, sosteniendo el pie lastimado.

por **Hanako Fujieda** Sáb Dic 27, 2014 8:13 pm

—Vaya... ¿D-dónde podrá estar...? —volvió a mirar la hoja que llevaba en un sujetapapeles, un tanto preocupada de haberse equivocado, pero estaba más que segura de haber conseguido los datos que necesitaba. La fotografía parecía la correcta, así como la información personal y la habitación asignada a la alumna que había sido recibida en la escuela de forma reciente. Apenas supo que la jovencita estaría en su misma clase, como delegada se sintió con la responsabilidad de ayudarla y guiarla en lo que pudiera necesitar, incluso también como futura compañera era su misión permitir que se sintiera cómoda entre sus pares.

Repentinamente un estruendo la hizo ir rápidamente hacia el lugar del que provenía dicho sonido, encontrándose con una joven que pateaba bruscamente una pared, joven a la que reconoció finalmente como la alumna en cuestión.

—¡Espere, Chelionni-san! —exclamó al correr hacia ella en su auxilio, aunque la pronunciación de su apellido estuviera más que lejos de lo correcto dada su lengua madre, aun así haciendo un esfuerzo por decirlo propiamente. Para su mala suerte, apenas logró llegar a donde estaba la castaña, terminó yéndose directamente hacia el suelo al ser empujada por los saltos que la otra daba en medio de su dolor— ¡¡K-kyaaa...!! —ahora fue su turno de hacer un estruendo al caer, quejándose con un sonido que muchos calificarían como "tierno y lindo"— I-itaaaai.... —murmuró por inercia al sobarse su espalda mientras se incorporaba algo aturdida tras su caída— E-estoy bien, d-descuide... —finalmente logró ponerse de pie para poder sacudir sus ropas y acomodar sus lentes— Disculpe, ¿es Chelionni-san? Etto... yo soy la delegada de segundo año, Hanako Fujieda, ¡m-mucho gusto! —acto seguido realizó su usual reverencia a modo de saludo respetuoso, abrazando su sujetapapeles.

Volvió a acomodar sus lentes como un reflejo de cuando estaba nerviosa— Ah... y-yo... vine a ver si necesitaría algo como recién llegada... algo de ayuda con lo que pudiera necesitar, ¡d-después de todo soy la encargada y futura compañera de su clase! Espero nos podamos llevar bien —agregó con una tímida sonrisa.

por Invitado Jue Ago 13, 2015 12:46 pm

Mientras seguía sosteniéndose fuerte el pie se dio la vuelta finalmente. Se congeló durante treinta segundos intentado analizar la situación; Estaba ella y una chica, ella + una chica, ¡Una chica! Desvió la mirada con bastante velocidad mientras que con la diestra la cerró en un puño y tosía, esperaba que aquello la avispara del suceso anterior, no podía creer que se encontraría una niña, ósea, un profesor pudo ser, y tal vez una profesora podría intentar acomodarse más rápido, pero, ¿Por qué una chica? Encima parecía ser de su edad.

Lentamente paseó sus orbes miel por la joven, la miraría ahora con mayor detenimiento, tal vez aquello le serviría para repeler sus nervios, debía actuar con precisión y mucha madurez. “H-hermosa.” Fue lo único que llegó a articular mentalmente puesto a que seguía perdida entre detalles y más detalles que hacían como silueta a su figurilla. Cabellera lacia azabache, ojos rasgados que gozan de un bonito verdor, piel tan similar como la nieve… ¡Debería dejar de mirarla como si se la fuese a comer! Se palmeó cada extremo de su cara con ambas palmas para despertar de su propio trance, no se podía ver a si misma pero podría jurar que si seguía más tiempo así la contraria le propondría una bofetada. —Sí, soy Chelionni, pero puedes decirme Bela.— ¿Bela? ¡Corrige idiota! ¡Corrígete! —Bela no, digo, Helia, no- Helena Hell ¡HELA! ¡Me llamo Hela!—Sin percatarse de que estaba lo suficientemente cerca, parecería como si le estuviera reprendiendo en un grito muy ofuscado. Los nervios la hacían cada vez más tonta. —Solo… Hela.—Finalizó cambiando su rostro a uno más sereno echándose el pelo hacia atrás, como si nada hubiera pasado, mientras por dentro se estaba muriendo.

Extendió la mano con notable temblor además de que sus dedos parecían oprimir algo a cada instante, inmediatamente la pasó por su pelo disimulando el acto cuando notó que esta se presentó con una tierna reverencia. —Un placer Fujiwa- Fujieda.— Por un pelo y volvía a lo mismo que lo anterior.

Hela estuvo a punto de darse la vuelta queriendo escapar enseguida, para su infortunio, solo consiguió estamparse contra la pared, volviendo a empujar con la espalda a la contraria en un intento de retroceder. —¿A-ayuda? No necesito alguna, muchas gracias.— Se veía tan patética diciéndolo en un momento así, ahora se frotaba su tonta y amplia frente con la palma diestra. Observó por un largo tiempo los pasillos y sin pensarlo dos veces se giró hacia la contraria. —Bueno, sí. Solo un poquitito de ayuda…— Con su dedo índice y pulgar hacía un ademán de algo muy diminuto, como si sostuviera una hormiga invisible.

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