Conectarse
Últimos temas
Mejores posteadores
Reino (1266) | ||||
Mine Sagan (1143) | ||||
Regan Vosuet (1134) | ||||
Dante Rivelli (1020) | ||||
Aria Ainsley (826) | ||||
Ayato (719) | ||||
Yuki Nakayama (688) | ||||
Momoka (554) | ||||
Lucien Luarent (551) | ||||
Katherine Howell (550) |
EMERALD CLUB -libre-
Página 1 de 1.
EMERALD CLUB -libre-
- Spoiler:
Hacía bastante que el docente no se permitía un descanso, absurdamente había pasado meses con la idea de que era mejor evitar esas salidas esporádicas al casi único bar de la ciudad que solía visitar: un bar gay, por que justamente, sería un problema si alguien ahí le veía.
Hacía tiempo que conocía al dueño y era buen amigo con uno de los barman, de hecho, había sido cliente del lugar por más de una década y fue bajo la insistencia del dueño que finalmente se atrevió a dar una vuelta por el sitio, necesitaba un whisky a las rocas y una buena charla, quizás tendría suerte y algo más podría darse. Si alguien se preguntara porqué el repentino cambio de opinión, la repuesta más lógica sería: Si alguien le viera en el lugar, entonces estaría tan condenado como él. ¿O no? No tenía caso de ir en contra de la marea.
- Spoiler:
"Si no es Hara! Ha pasado un tiempo desde la última vez que te vi aquí!" Comentó un sujeto en un grupo conocido de hombres, sentados en una mesa, la misma donde hara se acomodó y comenzó a charlar con el trago en mano pero rápidamente su atención se desvió, comenzando a ignorar la charla que tenía pues sus ojos se había ido a posar a cierto pajarillo. Un muchacho evidentemente más joven, con gafas que tal vez le eran necesarias, tal vez solo eran un complemento de moda o tal vez, solo era un distractor, una forma de pasar inadvertido.
"Buenas noches" Sin en verdad notarlo el mayor se había puesto de pie y había saludado a aquel muchacho, tal vez podían al menos, entablar una conversación más amena que la que tenían los otros ebrios.
Hara Manabu- Ocupación : Profesor
Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Re: EMERALD CLUB -libre-
Vale… creo que me he perdido.
A ver voy a rebobinar lo que estuve haciendo (o al menos lo que recuerdo): Decidí ir a un karaoke, acabé encontrándome con Andrea (ustedes saben, la rubia de buena pinta y a la que le debo preguntar qué usa para el cabello de lo más cantidubi), bailé con ella, hablamos un poco de nuestras historias, me monté en una mesa, la cantinera me regañó, por poco y me desmayo por estar sofocado de respirar únicamente el sudor de los jóvenes (por no decir de los estilos de baile de hoy en día. ¿Cómo le llaman? ¿Perreo?) hasta que me arrastré a la mesa en la que me interrumpí a unos jóvenes en un momento que posiblemente haya sido importante (qué vergüenza, por cierto…), me volví a encontrar con Andrea, salimos a pasear afuera…
Y ahora tengo la cara en el piso en un lugar que me da muy mala espina.
- ¡AH, CANIJO! – dije, segundos antes de pegar la nariz y besar el suelo.
No estaba muy seguro de dónde me encontraba, todo lo que sé es que el sitio tenía cierto aroma a alcohol, algo que me daba muy mala espina. Me incorporé lentamente mientras que me sobaba la cabeza. Un sujeto me tomó del cuello de la camisa y me levantó como si de un muñeco se tratase. Me miró de pies a cabeza, y luego de intercambiar unas miradas con el señor (un tipo como de 1.90, el doble de grande que la puerta y de grandes ojos azules que me miraban de una manera extraña que me asustaba de sobremanera), me dejó pasar. Cuando di unos pasos hacia la entrada, el tipo se rió y me golpeó la retaguardia, haciéndome correr como que siguiendo el dicho “con el rabo entre las piernas” mientras que protegía mi parte trasera.
- Eh… disculpe, joven… – dije a un muchacho que estaba bebiendo en la barra, y cuando volteó a mirarme, peló los ojos. Probablemente por mi cabello (o mi apariencia en sí) – ¿Cree que podría decirme…?
- El baño queda por allá, por si quieres que vaya contigo – me dijo con una sonrisa de oreja a oreja, señalando una puertita que no parecía tener indicación alguna que era un baño.
- Eh… ¿Gracias? Pero no gracias. Se… sé ir al baño solito – sonreí, bastante nervioso, mientras caminaba en retroceso para salir a toda pastilla al baño y lo escuchaba gritar “¡Grita si quieres que te ayude con el papel!” o algo por el estilo.
¡Menudo sitio al que había terminado! ¿Por qué estará llena de hombres? Estéticamente hablando no se veía tan mal, pero… ¿No se supone que en un bar solían haber mujeres? Bueno, no todas eran alcohólicas… pero algo en éste sitio no terminaba de caerme bien, hablo en serio. Me lavé la cara y le di una rápida mirada al baño: Todo normal, supongo. Un baño de hombres común y corriente… Hasta que escuché el golpeteo de una pequeña cabina que no sonaba muy bien. Me incliné a un lado y vi que había dos pares de zapatos distintos, y el golpeteo contra la puerta y los ligeros ronquidos intensificaban la mala espina que me hicieron volver a retroceder, como quien no quiere la cosa.
Pero como el Dios de las Fiestas suele ser un poco cruel conmigo, cuando estaba a punto de salir por la puerta, tropecé con mi bufanda y me fui hacia delante, cayendo sobre un muchacho con lentes (cuales volaron por los aires y aterrizaron sobre mi cabello) hasta que en el bar se hizo un silencio espectral.
Escuché cómo el joven se quejaba, miré rápidamente a mi alrededor y me di cuenta que me había ganado un par de miradas cotillas. Riendo nervioso, me incorporé de un solo golpe y ayudé a levantar al muchacho. Le quité el polvo que traía en los hombros, y le volví a poner los lentes, ubicándolo frente al sujeto del cigarrillo con el que posiblemente haya estado hablando.
- Eh… Caballeros… – saludé con los nervios de punta, aclarándome la garganta y moviendo los brazos de manera incómoda.
A ver voy a rebobinar lo que estuve haciendo (o al menos lo que recuerdo): Decidí ir a un karaoke, acabé encontrándome con Andrea (ustedes saben, la rubia de buena pinta y a la que le debo preguntar qué usa para el cabello de lo más cantidubi), bailé con ella, hablamos un poco de nuestras historias, me monté en una mesa, la cantinera me regañó, por poco y me desmayo por estar sofocado de respirar únicamente el sudor de los jóvenes (por no decir de los estilos de baile de hoy en día. ¿Cómo le llaman? ¿Perreo?) hasta que me arrastré a la mesa en la que me interrumpí a unos jóvenes en un momento que posiblemente haya sido importante (qué vergüenza, por cierto…), me volví a encontrar con Andrea, salimos a pasear afuera…
Y ahora tengo la cara en el piso en un lugar que me da muy mala espina.
- ¡AH, CANIJO! – dije, segundos antes de pegar la nariz y besar el suelo.
No estaba muy seguro de dónde me encontraba, todo lo que sé es que el sitio tenía cierto aroma a alcohol, algo que me daba muy mala espina. Me incorporé lentamente mientras que me sobaba la cabeza. Un sujeto me tomó del cuello de la camisa y me levantó como si de un muñeco se tratase. Me miró de pies a cabeza, y luego de intercambiar unas miradas con el señor (un tipo como de 1.90, el doble de grande que la puerta y de grandes ojos azules que me miraban de una manera extraña que me asustaba de sobremanera), me dejó pasar. Cuando di unos pasos hacia la entrada, el tipo se rió y me golpeó la retaguardia, haciéndome correr como que siguiendo el dicho “con el rabo entre las piernas” mientras que protegía mi parte trasera.
- Eh… disculpe, joven… – dije a un muchacho que estaba bebiendo en la barra, y cuando volteó a mirarme, peló los ojos. Probablemente por mi cabello (o mi apariencia en sí) – ¿Cree que podría decirme…?
- El baño queda por allá, por si quieres que vaya contigo – me dijo con una sonrisa de oreja a oreja, señalando una puertita que no parecía tener indicación alguna que era un baño.
- Eh… ¿Gracias? Pero no gracias. Se… sé ir al baño solito – sonreí, bastante nervioso, mientras caminaba en retroceso para salir a toda pastilla al baño y lo escuchaba gritar “¡Grita si quieres que te ayude con el papel!” o algo por el estilo.
¡Menudo sitio al que había terminado! ¿Por qué estará llena de hombres? Estéticamente hablando no se veía tan mal, pero… ¿No se supone que en un bar solían haber mujeres? Bueno, no todas eran alcohólicas… pero algo en éste sitio no terminaba de caerme bien, hablo en serio. Me lavé la cara y le di una rápida mirada al baño: Todo normal, supongo. Un baño de hombres común y corriente… Hasta que escuché el golpeteo de una pequeña cabina que no sonaba muy bien. Me incliné a un lado y vi que había dos pares de zapatos distintos, y el golpeteo contra la puerta y los ligeros ronquidos intensificaban la mala espina que me hicieron volver a retroceder, como quien no quiere la cosa.
Pero como el Dios de las Fiestas suele ser un poco cruel conmigo, cuando estaba a punto de salir por la puerta, tropecé con mi bufanda y me fui hacia delante, cayendo sobre un muchacho con lentes (cuales volaron por los aires y aterrizaron sobre mi cabello) hasta que en el bar se hizo un silencio espectral.
Escuché cómo el joven se quejaba, miré rápidamente a mi alrededor y me di cuenta que me había ganado un par de miradas cotillas. Riendo nervioso, me incorporé de un solo golpe y ayudé a levantar al muchacho. Le quité el polvo que traía en los hombros, y le volví a poner los lentes, ubicándolo frente al sujeto del cigarrillo con el que posiblemente haya estado hablando.
- Eh… Caballeros… – saludé con los nervios de punta, aclarándome la garganta y moviendo los brazos de manera incómoda.
Invitado- Invitado
Re: EMERALD CLUB -libre-
El muchacho de gafas tenía el cabello castaño claro, y algunas pecas en la cara que le daban un toque muy particular, pero atractivo. No parecía ser menor de edad al menos (porque creanlo o no, hoy en día los polluelos se las ingenian para venir y entrar a este tipo de lugares, casi siempre, solo por curiosidad).
Su nombre era Alex.
Iban teniendo una buena charla cuando casi como si fuera obra del cruel destino queriendo opacar la dulce noche, un idiota interrumpio casi atropellando al muchacho que en estos momentos era su objetivo. Por supuesto Hara se levantó de inmediato, preocupado, queriendo ayudarlo, pero el causante se le adelantó.
"Discúlpate." Dijo levantándose y colocándo una mano sobre el hombro del chico a modo de apoyo, indicando que estaba con él. "No sé si intentas hacerte el gracioso o estas muy ebrio, o tal vez eres demasiado idiota, pero la mínima muestra de educación que puedes tener es disculparte en situaciones como estas." Tenía que admitir que en parte se estaba desquitando con el... pelagato desaliñado que tenía en frente, pero lo que decía tampoco era una mentira.
Alex intentaba bajarle el perfil al asunto, porque de un momento a otro se habian convertido en el centro de atención de gran parte del bar. Por supuesto, no estaba en los planes del mayor armar una pelea, no estaba en edad para eso y en verdad, nunca ha sido su estilo.
Miró al sujeto con la severidad propia de un docente, esperando las disculpas.
Su nombre era Alex.
Iban teniendo una buena charla cuando casi como si fuera obra del cruel destino queriendo opacar la dulce noche, un idiota interrumpio casi atropellando al muchacho que en estos momentos era su objetivo. Por supuesto Hara se levantó de inmediato, preocupado, queriendo ayudarlo, pero el causante se le adelantó.
"Discúlpate." Dijo levantándose y colocándo una mano sobre el hombro del chico a modo de apoyo, indicando que estaba con él. "No sé si intentas hacerte el gracioso o estas muy ebrio, o tal vez eres demasiado idiota, pero la mínima muestra de educación que puedes tener es disculparte en situaciones como estas." Tenía que admitir que en parte se estaba desquitando con el... pelagato desaliñado que tenía en frente, pero lo que decía tampoco era una mentira.
Alex intentaba bajarle el perfil al asunto, porque de un momento a otro se habian convertido en el centro de atención de gran parte del bar. Por supuesto, no estaba en los planes del mayor armar una pelea, no estaba en edad para eso y en verdad, nunca ha sido su estilo.
Miró al sujeto con la severidad propia de un docente, esperando las disculpas.
Hara Manabu- Ocupación : Profesor
Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Re: EMERALD CLUB -libre-
Tal y como si hubiera sentido que me caía un rayo encima (de esos que lanza el Dios del Rock cuando no perdona algo), la mirada del sujeto que tenía en frente me hacía sentir que estaba frente a un hombre que me doblaba el tamaño y los músculos, pero cuando me percaté de quién era, supongo que pude soltar el aire de nervios que se había quedado atorado en el pecho, como si me aliviara de no haberme encontrado con un sujeto que tenía músculos hasta por los ojos.
- E-Eh… venga, vamos a calmarnos un poco, ¿Si? – dije, meneando las manos rápidamente de un lado a otro y sintiendo una gota de sudor recorriéndome la nuca, como si siguiera el plan del chico al que había tumbado por accidente de no llamar excesivamente la atención (teniendo en cuenta de cómo visto… si, no llamar demasiado la atención, o al menos aquí) – No creo ser de ese tipo de sujetos ocurrentes, yo no bebo y bueno… no me considero un idiota, solamente he tropezado y lo que menos quería era el caer sobre alguien. Sobre el piso sí, que allí no lastimo a nadie, de verdad no ha sido mi intención crear tanto alboroto – sonreí de oreja a oreja, con una incomodidad puesta que se podía hasta cortar con una tijera.
Sentía, como bien decía el chico al que atropellé, las miradas puestas sobre nosotros. Una vez que parecieron perder cierto interés en nosotros, algunos hombres se voltearon para seguir con lo suyo (sea lo que sea que hagan en un bar lleno de hombres, aunque no es como si hubiese muchas mujeres en bares y… ¡No te desvíes, Jones!) pero otros parecían atentos a la cuestión. Cuando conseguí desviar la mirada hacia el chico de las gafas, le quité una mopa de polvo que traía sobre el hombro y, con movimientos casi robóticos, le tendí la mano y sonreía con la misma incomodidad que salía a modo de vapor de mi cabello.
La gente ya no nos parecía tomar demasiada atención, y sólo cuando el resto de los hombres (excepto el chico que antes me había mencionado dónde estaba el baño, me daba escalofríos el pensar que se me quedaba mirando tanto) parecían volver a lo suyo, pasados unos pocos segundos, el muchacho de las gafas terminó por aceptar mi apretón de manos.
- De verdad no ha sido mi intención, tío. He llegado aquí por mero accidente. Un segundo estaba con una amiga buscando un restaurante chino, y de repente me empujaron para acá. – dije, intentando explicarlo todo lo más claro posible aunque sonase realmente extraño. El chico me soltó la mano una vez que se mostró más comprensivo – Estando dentro sólo quería un baño, pensaba que la chica había entrado conmigo a éste lugar (o que ella me había empujado, pero no soy capaz de culpar a una señorita y más cuando ella se ve tan buena gente) así que lo más probable es que me esperara en la puerta o algo por el estilo. Iba a la salida, cuando tropecé con mi bufanda – y les mostré mi bufanda, por si no era muy creíble – y bueno, creo que el resto de la historia ya la saben, Jeje…
Volví a coger aire después de toda esa explicación, que a pesar de tratar de haberlo hecho lo más detalladamente posible, la verdad es que hablaba demasiado rápido para mi gusto. Aún así, traté de que se me entendiese bien, sólo para no conseguirme otra mala bienvenida (aunque no es como si yo haya saludado tan amigablemente que se diga).
- Bueno… ¿Estamos a mano? Ahora que lo pienso, ¿Qué lugar es éste? – pregunté, dirigiéndome a los dos sujetos con una sonrisa un poco más calmada – ¡Oh! Cierto cierto. No me he presentado. Mi nombre es Ryan, ¡Ryan P. Jones! Un placer.
- El placer es mío, tontito~ – dijo el muchacho de hace rato, que pasó por detrás de mí como si caminara a un sitio inconcluso. Al sujetarme de la bufanda, no pude evitar sentir que me ahorcaba y me incliné hacia la dirección en la que iba. Cuando finalmente me soltó y él se fue, no pude evitar volver a sentir los nervios de punta, algo que se reflejó en mi cara de completo susto por ello.
- E-Eh… venga, vamos a calmarnos un poco, ¿Si? – dije, meneando las manos rápidamente de un lado a otro y sintiendo una gota de sudor recorriéndome la nuca, como si siguiera el plan del chico al que había tumbado por accidente de no llamar excesivamente la atención (teniendo en cuenta de cómo visto… si, no llamar demasiado la atención, o al menos aquí) – No creo ser de ese tipo de sujetos ocurrentes, yo no bebo y bueno… no me considero un idiota, solamente he tropezado y lo que menos quería era el caer sobre alguien. Sobre el piso sí, que allí no lastimo a nadie, de verdad no ha sido mi intención crear tanto alboroto – sonreí de oreja a oreja, con una incomodidad puesta que se podía hasta cortar con una tijera.
Sentía, como bien decía el chico al que atropellé, las miradas puestas sobre nosotros. Una vez que parecieron perder cierto interés en nosotros, algunos hombres se voltearon para seguir con lo suyo (sea lo que sea que hagan en un bar lleno de hombres, aunque no es como si hubiese muchas mujeres en bares y… ¡No te desvíes, Jones!) pero otros parecían atentos a la cuestión. Cuando conseguí desviar la mirada hacia el chico de las gafas, le quité una mopa de polvo que traía sobre el hombro y, con movimientos casi robóticos, le tendí la mano y sonreía con la misma incomodidad que salía a modo de vapor de mi cabello.
La gente ya no nos parecía tomar demasiada atención, y sólo cuando el resto de los hombres (excepto el chico que antes me había mencionado dónde estaba el baño, me daba escalofríos el pensar que se me quedaba mirando tanto) parecían volver a lo suyo, pasados unos pocos segundos, el muchacho de las gafas terminó por aceptar mi apretón de manos.
- De verdad no ha sido mi intención, tío. He llegado aquí por mero accidente. Un segundo estaba con una amiga buscando un restaurante chino, y de repente me empujaron para acá. – dije, intentando explicarlo todo lo más claro posible aunque sonase realmente extraño. El chico me soltó la mano una vez que se mostró más comprensivo – Estando dentro sólo quería un baño, pensaba que la chica había entrado conmigo a éste lugar (o que ella me había empujado, pero no soy capaz de culpar a una señorita y más cuando ella se ve tan buena gente) así que lo más probable es que me esperara en la puerta o algo por el estilo. Iba a la salida, cuando tropecé con mi bufanda – y les mostré mi bufanda, por si no era muy creíble – y bueno, creo que el resto de la historia ya la saben, Jeje…
Volví a coger aire después de toda esa explicación, que a pesar de tratar de haberlo hecho lo más detalladamente posible, la verdad es que hablaba demasiado rápido para mi gusto. Aún así, traté de que se me entendiese bien, sólo para no conseguirme otra mala bienvenida (aunque no es como si yo haya saludado tan amigablemente que se diga).
- Bueno… ¿Estamos a mano? Ahora que lo pienso, ¿Qué lugar es éste? – pregunté, dirigiéndome a los dos sujetos con una sonrisa un poco más calmada – ¡Oh! Cierto cierto. No me he presentado. Mi nombre es Ryan, ¡Ryan P. Jones! Un placer.
- El placer es mío, tontito~ – dijo el muchacho de hace rato, que pasó por detrás de mí como si caminara a un sitio inconcluso. Al sujetarme de la bufanda, no pude evitar sentir que me ahorcaba y me incliné hacia la dirección en la que iba. Cuando finalmente me soltó y él se fue, no pude evitar volver a sentir los nervios de punta, algo que se reflejó en mi cara de completo susto por ello.
- Spoiler:
- Jope, ¡Siento la tardanza! Pero ya he avisado que estaba en periodo de exámenes (y sigo hasta la semana que viene). Prometo no tardar para la próxima
Invitado- Invitado
Re: EMERALD CLUB -libre-
Aquella sonrisa idiota que evidentemente no venía al caso comenzaba a sacar de quisio a Manabu. ¿Pero desde cuando él era un viejo amargado? Era severo sí, pero incluso dentro de la misma academia, solía siempre ser catalogado de los docentes más amables y tolerantes de la escuela. A imaginar como eran los otros entonces.
Suspiró pesadamente mientras el otro hablaba y hablaba sin llegar a decir realmente nada. Antes que Hara, el muchachito de las gafas pareció ser comprensivo y aceptar que todo aquello había sido un accidente. No era necesario más. El mayor tuvo que desviar la mirada, sintiéndo que quizás reaccionar tanto había sido nada más que una mala jugada para él mismo, pero a esas alturas ya no había mucho que hacer.
Ambos escucharon su historia, que parecía tragicómica. "Ah, bueno..." Decía Alex a lo que contaba, intentando encontrar la manera de decirle donde estaban sin llegar a provocar otra escena. Y es que si no era un cliente del local, los tipos de reacciones ante la idea podrían ser muchas.
"Esto es un bar gay. Solo hombres, homosexuales. Si llegaste aquí por mera coincidencia te recomiendo que salgas." Y es que Hara también había notado la mirada insistente de cierto sujeto a una prudente distancia que fue acortada hasta que interaccionaron. Una invitación evidente a su juicio. Aunque el no terminaba de entender qué rayos podría ver alguien en un despistado como ese.
Bien, en gustos no hay nada escrito.
"Aparentemente ya te están cazando Ryan." Lo único que quizás el profesor procuró recordar fue aquel nombre. "Bien, por lo general aquí todo es tranquilo, es dificil que si no devuelves una insinuación te hagan algo, pero considerando que este bar es de una clara inclinación, se da por asumido que todos aquí somos homos, además por lo... ingenuo que eres, podrías tener un "accidente" peor, así que te llevaremos hasta la puerta. Venga."
Dicho eso el mayor se dio la vuelta, Alex sonrió a Ryan y le hizo un gesto para que los acompañara, con eso, suponía el mayor, quedaría todo resuelto.
"Procura no tropezar con nadie más."
Suspiró pesadamente mientras el otro hablaba y hablaba sin llegar a decir realmente nada. Antes que Hara, el muchachito de las gafas pareció ser comprensivo y aceptar que todo aquello había sido un accidente. No era necesario más. El mayor tuvo que desviar la mirada, sintiéndo que quizás reaccionar tanto había sido nada más que una mala jugada para él mismo, pero a esas alturas ya no había mucho que hacer.
Ambos escucharon su historia, que parecía tragicómica. "Ah, bueno..." Decía Alex a lo que contaba, intentando encontrar la manera de decirle donde estaban sin llegar a provocar otra escena. Y es que si no era un cliente del local, los tipos de reacciones ante la idea podrían ser muchas.
"Esto es un bar gay. Solo hombres, homosexuales. Si llegaste aquí por mera coincidencia te recomiendo que salgas." Y es que Hara también había notado la mirada insistente de cierto sujeto a una prudente distancia que fue acortada hasta que interaccionaron. Una invitación evidente a su juicio. Aunque el no terminaba de entender qué rayos podría ver alguien en un despistado como ese.
Bien, en gustos no hay nada escrito.
"Aparentemente ya te están cazando Ryan." Lo único que quizás el profesor procuró recordar fue aquel nombre. "Bien, por lo general aquí todo es tranquilo, es dificil que si no devuelves una insinuación te hagan algo, pero considerando que este bar es de una clara inclinación, se da por asumido que todos aquí somos homos, además por lo... ingenuo que eres, podrías tener un "accidente" peor, así que te llevaremos hasta la puerta. Venga."
Dicho eso el mayor se dio la vuelta, Alex sonrió a Ryan y le hizo un gesto para que los acompañara, con eso, suponía el mayor, quedaría todo resuelto.
"Procura no tropezar con nadie más."
Hara Manabu- Ocupación : Profesor
Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Re: EMERALD CLUB -libre-
"Esto es un bar gay. Solo hombres, homosexuales.”
- … Excuse me? – murmuré, con una cara de tonto que creo que había hecho reír incluso al muchacho que acompañaba al otro de cara afligida.
Vale, yo creo que lo entendí todo con la severidad con la que dijo “Esto es un bar gay” pero tenía que esperar a que me lo repitieran para saber si era cierto o no. Con “hombres, homosexuales” bastaba y sobraba, haciendo que conectara todos los cables necesarios para justificar la actitud del sujeto del baño y que al mismo tiempo no dejaba mi bufanda en paz. Volteé a mirarlo de reojo, viendo que parecía poderosamente atraído hacia mi bufanda. La enrollé en mi brazo inconscientemente, casi como si fuera a abrazarla mientras decía “¡MI PRECIOSO!” cuando éste volvió la mirada a otro lado como si no me hubiese dado cuenta de que me stalkeaba.
Eso me hizo pensar también en los dos sujetos que tenía en frente: Obviamente, ellos también serían homosexuales. ¡No es como si me incomodara estar rodeado de ellos! Pero… bueno si, un poquito. Rodeado de sujetos como el del baño y el que me miraba feito si, pero no creo que me moleste mantener una conversación civilizada con el chico de las gafas. Cuando me ofrecieron llevarme hasta la salida, suspiré aliviado y les sonreí a modo de respuesta.
- ¡Oigan, chicos, muchísimas gracias! – dije mientras iba en fila, detrás del chico de lentes, rascándome la nuca – ¿Cómo podré pagarles por esto que me hicieron? Me han salvado de un lío gordísimo.
“Me pregunto si Andrea consiguió por fin ése restaurante chino… o me estará esperando en la puerta a ver si salgo como si hubiera llegado de una casa del terror de un parque de atracciones. Cualquiera de las dos me parecen viables tras conocerla un poco” pensé, torciendo el gesto. En el breve camino hacia la puerta, esquivando mesas y hombres, era imposible que no le clavara la vista a los sujetos, tratando de verme amenazante, porque muchos tenían la vista en mi bufanda y yo no paraba de moverla de allá para acá fuera de su alcance. ¡¿Qué tienen los homosexuales con las bufandas?! N-No es como si tuviera algo contra ellos pero…! Pero esos de ahí me dan grima. Lo dije.
Invitado- Invitado
Re: EMERALD CLUB -libre-
"Pues no vuelvas a meter la pata así y cuida tu trasero de aquí a la otra cuadra. Con eso nos quedamos tranquilos." Dijo Hara ya habiendo bajado su mal humor, al final era como haber tratado con otro polluelo más, no tenía por qué desquitar sus frustraciones en una persona que quien sabe en verdad como había llegado a meterse en tal panorama sin siquiera buscárselo.
El profesor suspiró y le hizo una seña al sujeto de la bufanda a modo de despedida. Algo similar, pero más dulce hizo el muchachito de las gafas.
Honestamente Manabu ya no creía que la atmósfera entre ellos resultara tan bien como pudo haber sido en un comienzo, pero bueno, al menos podria terminar por beber un trago más antes de ir de vuelta a los dormitorios de la escuela. Quién sabe cuando se animaría a volver a salir.
"Quizás ya estoy muy viejo para esto..." Murmuró para si mismo cuando ya se había dado media vuelta desde la entrada.
El profesor suspiró y le hizo una seña al sujeto de la bufanda a modo de despedida. Algo similar, pero más dulce hizo el muchachito de las gafas.
Honestamente Manabu ya no creía que la atmósfera entre ellos resultara tan bien como pudo haber sido en un comienzo, pero bueno, al menos podria terminar por beber un trago más antes de ir de vuelta a los dormitorios de la escuela. Quién sabe cuando se animaría a volver a salir.
"Quizás ya estoy muy viejo para esto..." Murmuró para si mismo cuando ya se había dado media vuelta desde la entrada.
Hara Manabu- Ocupación : Profesor
Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Re: EMERALD CLUB -libre-
- ¡P-Por supuesto que cuidaré mi trasero! ¡Lo prometo! – dije ante el comentario del sujeto de mala cara, rascándome la nuca tratando de parecer que me lo estaba tomando bastante ligero… aunque muy en el fondo quería salir corriendo “con el rabo entre las piernas”, como dicen.
Estando en la puerta no quedaba más que despedirse, o al menos así lo tomé. En el exterior, me preocupó un poco saber que Andrea no estaba por allí, así que a lo mejor se devolvió al Karaoke o decidió salir por su cuenta a buscar el restaurante chino, cosa que me desilusionaba considerando que quería compartir otro rato con ella. Sigh. Bueno, cosas de la vida.
La despedida de mis compañeros me hizo volver a la realidad, haciendo que volviera a poner mi concentración en el planeta tierra y que como mínimo me despidiera de ellos con la misma cortesía que ellos lo habían hecho (o al menos con la que lo hizo el chico de las gafas… el otro y hasta me pareció mejor que no durara mucho porque me asustaba un poco). Antes de dar la vuelta y seguir mi camino, recordé un detalle muy importante, por lo que tomé del hombro al chico de las gafas, quien volteó un poco confundido por lo que había hecho y a su vez llamó a su compañero, volviendo a mirarme con una sonrisa ladina un tanto extrañada.
- Sólo quería decir que, si necesitan algo, basta con que me llamen – dije con una sonrisa de oreja a oreja de ojos cerrados – A partir de mañana empezaré a trabajar en la escuela Musette de la ciudad, así que… si están a falta de algo o necesitan una mano, no duden en que los ayudaré. Es lo menos que puedo hacer a cambio de su cortesía – el muchacho se rió de mí y me dio unas palmaditas en el hombro, asintiendo varias veces – Pues vale, todo arreglado. ¡Cuídense!
Y al sentir la pesada mirada de los guardias, me acomodé la bufanda y salí como si el mismísimo diablo me persiguiera. No, no era nada personal pero… creo que tuve suficiente “diversión” con mi bufanda esta noche. T-Tal vez otro día.
Estando en la puerta no quedaba más que despedirse, o al menos así lo tomé. En el exterior, me preocupó un poco saber que Andrea no estaba por allí, así que a lo mejor se devolvió al Karaoke o decidió salir por su cuenta a buscar el restaurante chino, cosa que me desilusionaba considerando que quería compartir otro rato con ella. Sigh. Bueno, cosas de la vida.
La despedida de mis compañeros me hizo volver a la realidad, haciendo que volviera a poner mi concentración en el planeta tierra y que como mínimo me despidiera de ellos con la misma cortesía que ellos lo habían hecho (o al menos con la que lo hizo el chico de las gafas… el otro y hasta me pareció mejor que no durara mucho porque me asustaba un poco). Antes de dar la vuelta y seguir mi camino, recordé un detalle muy importante, por lo que tomé del hombro al chico de las gafas, quien volteó un poco confundido por lo que había hecho y a su vez llamó a su compañero, volviendo a mirarme con una sonrisa ladina un tanto extrañada.
- Sólo quería decir que, si necesitan algo, basta con que me llamen – dije con una sonrisa de oreja a oreja de ojos cerrados – A partir de mañana empezaré a trabajar en la escuela Musette de la ciudad, así que… si están a falta de algo o necesitan una mano, no duden en que los ayudaré. Es lo menos que puedo hacer a cambio de su cortesía – el muchacho se rió de mí y me dio unas palmaditas en el hombro, asintiendo varias veces – Pues vale, todo arreglado. ¡Cuídense!
Y al sentir la pesada mirada de los guardias, me acomodé la bufanda y salí como si el mismísimo diablo me persiguiera. No, no era nada personal pero… creo que tuve suficiente “diversión” con mi bufanda esta noche. T-Tal vez otro día.
Invitado- Invitado
Temas similares
» Ouran Host Club [Confirmación elite]
» HOMO CLUB , YAOI+18. ♥ CONFIRMACIÓN NORMAL!
» Una tarde libre (libre)
» I need some air [Libre]
» Voleibol (Libre)
» HOMO CLUB , YAOI+18. ♥ CONFIRMACIÓN NORMAL!
» Una tarde libre (libre)
» I need some air [Libre]
» Voleibol (Libre)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 5:02 pm por Raum
» El oro que no reluce (Pric. Raum)
Ayer a las 4:45 pm por Raum
» Volviendo a las raíces (priv. Yuli)
Ayer a las 1:36 pm por Antoinette Birdwhistle
» Lawson station24/7 -Tienda de convivencias [Libre]
Ayer a las 12:26 pm por Notus
» Entre consultas (Priv. Notus)
Ayer a las 12:04 pm por Notus
» In nomine Domini... Dissipatas alae [Priv. Yuli]
Miér Nov 20, 2024 7:10 pm por Yuli
» Una botella, dos bocas (Priv.Dante)
Miér Nov 20, 2024 2:58 pm por Dante Rivelli
» Primeros antojos
Miér Nov 20, 2024 1:39 am por Eos Inkblot
» Ratas (Priv. Dante)
Miér Nov 20, 2024 12:44 am por Eos Inkblot