¿Algo que me recomiendes?

Si bien no era menor la cantidad y variedad de títulos y colecciones que se encontraban en la biblioteca de la Academia Musette (por lo cual no solía requerir de la compra de libros de forma usual), el ir a las librerías de Glass City le servía como una excusa para disfrutar un tanto más de la ciudad al pasear por los alrededores en busca de nuevos “proveedores” de literatura, aun cuando no siempre compraba algo. Hasta podría decirse que era un pasatiempo suyo, el refugiarse en mundos nuevos y desconocidos, participar de ellos como un habitante más, después de todo siempre solía escribir, letras de canciones, poesía, historias. A veces hasta llegaba a creer que si no se hubiera obsesionado con ser una vocalista para el Sello Merveilles, de seguro estaría consiguiendo algún trabajo de columnista o estudiando en una escuela de artes y letras para volverse escritora.

Aquel día iba ya de regreso a su dormitorio en la academia después de haber visitado tiendas de instrumentos y joyerías, unas de sus favoritas. No era del todo vanidosa (o eso quería creer), pero le era agradable conseguir accesorios, podría decirse que era uno de sus placeres culpables: el coleccionar joyerías, sobre todo si tenían flores o rosas en ellos. Llevaba consigo en una mano una bolsa con un poco de bebestibles para abastecerse con todo el calor que hacía en aquellos momentos, debía mantenerse bien hidratada, pues para su suerte, la habitación tenía aire acondicionado. “Ya queda poco, sólo un poco más y ya estarás tranquila en tu cuarto disfrutando de una ducha fresca y aire puro... No esta cosa densa que apenas se puede respirar...” pensó sumamente acalorada, mientras utilizaba el abanico que llevaba en su otra mano, lo cual acompañado del vestido que traía no hacían mucho para apaciguar el calor que sentía.

Y así como una polilla es atraída por la luz, de la misma forma fue llamada Aria por una tienda no mucho más delante de ella, el letrero que colgaba en el exterior señalaba que correspondía a una librería, pequeña y hasta algo oculta. “¿Será nueva...? No recuerdo haber oído de una librería por estos lados...” meditó sin detener su paso, acercándose hacia el lugar. “Me pregunto qué tendrán... Bueno, ya que está en mi camino, no puedo pasarla ya por alto”, se dijo al empujar la puerta con su mano, siendo recibida por una campaniilla y una suave brisa fresca, lo suficiente para refrescarla y no demasiado como para causar que el cambio de temperatura le diera un resfriado o peor. Suspiró con agrado, quedándose unos segundos allí de pie, disfrutando de la frescura antes de recorrer todo con la mirada.

No mucho después que hubiera entrado al lugar, se acercó hacia la entrada y a ella un joven alto y de cabellos oscuros, bastante molesto y decepcionado- ¿Eh...? –parpadeó algo confusa- Disculpa... ¿Otra tienda? –le preguntó directamente con algo de curiosidad. No solía hablar con extraños, pero para ella habían situaciones y situaciones, en la cual ayudar a alguien que estuviera en busca de algo en particular, sobre todo un libro, calificaba para “quebrantar esa regla”- ¿Buscas algo en particular? ¿Necesitas ayuda...?

Cuando el joven pasó a su lado, por un segundo creyó que no le habría oído, por lo que estuvo a punto de seguir su camino hasta que el otro volteó a devolverle la mirada, pareciendo un tanto pensativo. No pudo evitar sentirse hasta un tanto importante, o más bien emocionada, por darle una recomendación a alguien, después de todo siempre era interesante para ella el encontrar a alguien con quien compartir gustos literarios, e incluso más si podía obtener nuevos títulos para su colección o hacer lo mismo por otra persona.

Le miró con atención al seguirle entre las estanterías, deteniéndose frente a la sección de ciencia ficción- ¡Oh! ¡Ciencia ficción! Comprendo... –asintió con la cabeza, interesada- La verdad es que no es mi fuerte, pero he leído los clásicos como mínimo, y unos cuantos más... –repasó los diversos títulos con la mirada, comprobando en efecto que se encontraban todos los que ella había leído y unos cuantos más que desconocía y que tenían pinta de ser nuevos o del tipo que sólo los más acérrimos fans del género sabrían de su existencia- Claro que pueda ayudarte... mínimo puedo intentarlo... –dijo un tanto pensativa- ¿No has intentado mezclas? Hay veces en que se mezcla la ciencia ficción con... digamos, fantasía, y tienden a clasificarlos mal, asumo... –volvió a repasar con la mirada las diversas portadas, viendo uno que le llamó la atención en la estantería contigua, tomándolo en sus manos.

-Toma este, por ejemplo, ¿no lo has leído? –se lo extendió para que pudiera verle y leer la reseña en la contraportada- Este se trata de un futuro más o menos post-apocalíptico, enfermedades, cambios extremos en el planeta, innovación a un nivel extremo pero relativamente reconocible en cuanto a lo que ya sabemos –buscó las palabras para poder continuar- Tiene androides pero de una forma algo más... fantástica, no como Terminator o cosas por el estilo... –rió para sí por la elección de su ejemplo- Por ejemplo hay alas mecánicas, hologramas. También tiene algo a lo Matrix, conexiones del sistema nervioso directamente a una computadora... No digamos que es mi favorito, pero es interesante cuando quieres leer algo nuevo pero no tan llevado a la ciencia ficción tan... “pura” –dijo algo entusiasmada por seguir conversando del tema- Aunque si no te llamara la atención, no sabría qué más decirte, como dije, la ciencia ficción me agrada pero no es mi fuerte... -rió un poco, levemente avergonzada por no poder ayudarle más, ¿qué clase de literata se consideraba entonces?

Spoiler:

Se sintió algo más tranquila por la actitud relajada del joven, quien no se había molestado en absoluto por su no muy detallado conocimiento en el género de la ciencia ficción. De todos modos se hizo una nota mental de recordarse en el futuro de conseguir más libros de ese tipo, no le haría nada mal leer algo con esos tintes, para variar un rato. Cuando notó que el pelinegro se había estirado un poco para tomar un libro mientras ella hablaba, no consiguió contener una sonrisa que invadía sus labios, pues saltaba a la vista que el otro apreciaba los libros tanto o más que ella, el cariño en su mirada cuando tocaba suavemente la cubierta del libro, sólo alguien con amor por la lectura podía tratar así a un pedazo de papel lleno de historias y valiosas palabras.

-Bueno, no lo tomes tan literal –se apresuró a decir cuando el joven comentaba sobre la inspiración del libro- Es que con el calor no me funciona del todo la cabeza, por eso preferí describir lo que recuerdo con referencias y ejemplos de películas, je... –sacó levemente su lengua en un gesto travieso al admitir su error- Pero me alegro de haberte podido ayudar, de lector a lector, ya sabes... –sonrió amablemente antes de parpadear un poco sorprendida- ¿Eh? ¿Novato? ¡Pero si pareces haber leído mil veces más libros que yo! Bueno... al menos de ciencia ficción... es por eso que lo digo... –rascó igualmente su mejilla, pues así se había sentido realmente.

Entonces se desató un silencio entre ambos, sin embargo este silencio no fue incómodo, sino más bien una especie de lapso de reflexión de ambos, o al menos así lo sentía ella misma, y en parte porque tampoco sabía cómo retomar la conversación más allá de decir su nombre. Cuando sus labios se abrieron para presentarse, el joven, ahora llamado Andrew, se adelantó- Ah... mucho gusto Andrew, mi nombre es Aria –le correspondió al saludo estirando su mano para darle un gentil pero firme apretón- Me alegra poder conocer y ayudar a otro bibliófilo como yo –admitió con una leve risa- Iba a preguntar qué hacías a estas horas en un lugar como este, pero creo que es bastante evidente...

Soltó una pequeña carcajada al escuchar su comentario sobre el calor. Le gustaba encontrar a personas que pensaban y sentían el mismo repudio hacia las altas temperaturas pues la mayoría de la gente que había conocido en su estancia en Glass City gustaba de la calidez del sol – A nadie – Una pequeña sonrisa se formó en sus labios – Prefiero el invierno por mucho, y sobre eso, ten por seguro que habría hecho lo mismo por ti – Dijo ahora bastante alegre aunque no lo expresara del todo. Parecía una chica bastante amistosa he interesante cosa que le agradaba al azabache.

Estrechó su mano con la de la rubia en un amigable saludo – Un placer Aria – Le dedicó una leve sonrisa que a los pocos segundos se borró regresando a la misma expresión de siempre: Ninguna. Había pensando en tomar el libro, pagarlo y marcharse pues ya era tarde, pero le ganaba más la curiosidad de saber más sobre la joven. Le agradaba que utilizara el término ‘’ bibliófilo’’ para referirse a los dos, desvió ligeramente la mirada suspirando con algo de gracia – No creo que me pueda referir a mi persona como un bibliófilo realmente, simplemente me gusta leer … la mayor parte del tiempo – pensó un momento – Olvídalo si lo soy – llegó a esa conclusión finalmente.

Se mordió el labio inferior y miro el libro que tenía en sus manos – Pues creo que es fácil notar a que vine después de nuestra charla – suspiro – La cuestión es, quedarme aquí y disfrutar de lo fresco del lugar o ir a casa a leer mientras me derrito por el calor – Siguió hablando para evitar otro silencio incomodo – Y leer bajo una ducha con agua fría no es una buena opción, créeme – No es como que haya intentado leer mientras limpiaba su cuerpo, pero momentos desesperados requieren medidas desesperadas –Permíteme – Dijo y rodeo a la joven para ir a la caja a pagar su anhelado libro. Después de eso regreso a donde estaba la joven – Todo mío – Comento sujetando una bolsa de plástico de color blanco donde se encontraba el libro y el comprobante de que lo había pagado - ¿Vas a comprar algo? – Pregunto curioso intentando no parecer alguien que se mete en los asuntos de los demás, quizá podría ayudarle a elegir un libro como un agradecimiento extra por el tiempo que había dedicado ella para ayudar al azabache – Podría ayudarte o intentarlo – Si bien su género era la ciencia ficción pero también le llamaban la atención algo más científico o realista que le diera algún conocimiento nuevo.

En parte quería regresar a casa; pero se sentía atraído por saber si podría llevarse a casa un libro totalmente diferente de su colección – A propósito – hizo una pequeña pausa pensando en las palabras que diría a continuación – Me agrada conocer personas que sientan amor por la literatura y por lo que veo te gustan genérenos diferentes – miró la repisa -  Podrías enseñarme más de tus libros y yo a ti de los míos – Andrew no estaba totalmente seguro si lo que decía era comprensible para la rubia, el calor le había afectado bastante – Es solo una sugerencia – Dejó en claro dirigiendo su mirada nuevamente a la joven.