Yendo un poco más allá (Lucien -aka lucho-) R-18

-dejé que se moviera como quisiese y fue en ese momento cuando vi la posibilidad de usar mi percepción sobrenatural, abrí los ojos un poco más haciendo que estos por un segundo se aclararan...quizá no debí hacerlo...aquella imagen era perturbante...
Una gran sombra parecía salir de su espalda, aullante, mirándome con recelo, una silueta canina parecida a los cuentos antiguos...enorme y llena de caos...a un así parecía..Esperen...¿estaba..."sonriéndome"?.
Mi semblante se puso más serio y por un momento solo movía mi muñeca retratando aquella cosa...

*Este hombre definitivamente no es normal pero si tiene en su poder a tal bestia...¿por qué no se ha dado cuenta de que mi verdadera naturaleza?El tipo al parecer no tiene idea...de nada...*

volví a sonreír ante él sin terminar el dibujo cuando me pregunto.
¿Quiere ver? Realmente no suelo mostrar mis obras a nadie...pero como al parecer solo quiere gastar su tiempo puedo hacerlo...no está terminada si...-me levante del banquillo con cierta gracia y me acerque a la ventana tarareando sin quitarle los ojos de encima-

¿Entonces? que le parece? no suelo dibujar perros así que pensé en dibujar algo inusual debido a su inesperada visita...

Me asomé curioso luego de su amena invitación, pero enseguida supe que tal vez nunca debía haber puesto un pie ahí. Mis ojos demostraron mi asombro sin ningún disimulo y poco a poco mi mente iba digiriendo su gráfica representación.

¿Un perro? ¿Así de feo?

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, incomodándome enormemente. Me sentí ofendido sin saber por qué.

“¿Qué se supone que es?”

Pregunté con un semblante un tanto oscuro, como si dependiendo de su respuesta, sería mi siguiente acción. No entendía ni podía concluir nada con su “gran obra”, es por eso mismo que sentí como si se estuviera burlando de mi. Pues sí, soy un ignorante, y adjudiqué mi molestia a eso más que a cualquier otra cosa, sin saber realmente que aquel, a los ojos de Lucien, era mi reflejo.

“No se si lo hiciste con odio o es que siempre dibujas cosas como esta?”
No quería ser descortés, pero ni yo me daba cuenta de lo irritado que me había puesto al estar mucho tiempo en aquel lugar.

“tsk… Si no te he simpatizado simplemente deberías decirlo.” Aparté la mirada del lienzo.

Odio?-reí por lo bajo casi inaudible- oh no~ claro que no...y la verdad no suelo dibujar este tipo de...retratos...-recalqué suavemente la palabra de tal forma que el tono de mi voz sonara intrigante pero segura.

*Hey!!este tipo no sabe su verdadero yo!! juguemos con él!!Nos gustan los perros!!*
*...Ya me basta con Mine y Skyle...no quiero atormentar a un alma que está casi igual de caotica que la mia...paso de ello, váyanse..*
*Aburrido...Lucien es aburrido cuando hace de angelitoooooo!!*
-las voces desaparecieron, lo vi por unos instantes ante su reacción y continué-...Recién lo estoy conociendo, no cree que es injusto tratarme así diciendo que no me agrada? si fuese ese el caso créame que los guardias del instituto ya estarían aquí para sacarlo...ahora mi pregunta es...por qué mostrar un semblante tan frío solo por una pintura de un perro...-mis cabellos se deslizaron por mi hombro suavemente, mi naturaleza de ángel se acrecentaba mostrándome en un ambiente poco hostil y sereno...claro, eso de seguro le iba a desagradar pero ¿qué podía hacer?por alguna razón verlo sin siquiera saber que tenía dentro me daban ganas de que sacara su mascara antirealidad...

No lo odiaba a él...detestaba que no supiera lo que era y que se viese tranquilo ante ello...(o eso es lo que parecía, la verdad no debería juzgarlo, mi caso es el mismo)así es...la envidia que nunca se mostraba salía algo a flote, pero...la controlaba de buena forma por que en sí el hombre vivía en ignorancia...quería sacarlo de allí, desvelar su verdadero ser...

Si no me cree, puede ver mis otras obras...oh puede esperar a que termine, aunque déjeme decirle...-una sonrisa algo burlesca nació en mis labios sin percatarme-...no todos podrían apreciar la belleza del acabado de esa obra~

Llegué a gruñir con las respuestas que el sujeto de cabellos largos me daba, mi cuerpo se mantenía tenso, me sentía realmente fuera de lugar y tan irritado que de haber tenido algo en las manos, lo hubiese roto con tal de sacarme de encima un poco de toda esa rabia que parecía incrementar con el solo hecho de respirar o mantenerme ahí de pie.

“Tsk… joder, no es necesario que te sigas burlando!”

Al final lo único donde descargué mi furia fue en el mismo lienzo, lanzándolo a un par de metros lejos de mi.

“Argh…” Comencé a caminar prácticamente en círculos, respirando con cierta dificultad, pero al final solo me terminé sentando en la cama ajena, sin ningún permiso, tomando mi cabeza y dando un largo suspiro.

“No se a qué mierda estas jugando… No me agrada el ambiente aquí… pero tampoco es como si pudiera dejar de sentirme atraído a aquí…” Mordí mi labio, no me gustaba ser tan sincero, pero por alguna razón esto parecía más una necesidad que algo por voluntad.

“Anda… qué eres?… no hueles como el resto de las personas de este lugar… Y ya, vale, deberías llamar a los guardias, no pareces lo suficientemente estúpido como para haberme creído, no? Me rindo… ”

Dicho eso me dejé caer sobre la cama, sin ningún permiso, levantando las manos como si estuviera ante la policía. De alguna manera mi voluntad parecía volverse un simple deseo ante aquel sujeto. Qué vergüenza…

-Vi el espectáculo con cierto asombro el sujeto era violento y la verdad carezco de ser una persona que ame la violencia. Suspiré pesadamente y guié mis pasos hacía el caballete que había lazado por los aires cuando el caminaba como un perro enjaulado...literalmente.-

Primero le rogaría no hacer tales cosas como estas...este tipo de artefactos no son para nada baratos...-mis piernas se flexionaron quedando en cuclillas para arreglar el desastre del hombre-En primer lugar es libre de irse nada lo retiene...-reí un poco- al menos no algo que yo haga...No es necesario que llame a los guardias, aunque ciertamente después del ruido es más que seguro que alguien se preocupe, soy una persona muy tranquila...-terminando de arreglar las cosas volví a ponerme de pie y me giré para mirarlo en mi cama. Sonreí- 

Ah~ Una y otra vez me está preguntando...es gracioso que esas preguntas no se las haga a usted mismo-mi mano se poso sobre mi mentón mientras que mi dedo indice se estiraba en mis labios con el rostro en modo de duda, casi burlesco, más no era mi intención. Generalmente cuando mis facciones cambiaban a unas no acostumbradas se tornaban pedantes y egolatras haciendo que las personas se sintieran miradas en menos.-Veo que busca respuestas de otras personas pero no se hace preguntas de si mismo...cómo por ejemplo...-me acerqué al azabache con pasos silenciosos, suaves y elegantes hasta quedar frente a él, no fue más que un segundo y mi rostro estaba frente al suyo sonriendo calmadamente, mi cuerpo yacía inclinado hacía un lado, mi pierna izquierda entre el espacio de las del contrario y mis manos a cada costado de su rostro. Debido a la gravedad el cabello de mi largo y multicolor flequillo quedaba en el aire dejando así mi rostro expuesto y a mi obvia heterocromía. Mi voz era la temple misma-¿Qué soy yo...que su presencia solo a mi me saca de quicio...?-ladee el rostro y mis cabellos violetas cayeron al lado del rostro de Dante-...No es obvio querido can...si usted es tan agresivo y yo estoy sumido en un ambiente tan agradable y le incomoda tanto...no seré lo opuesto a usted? jaja claro~ en más de un sentido...en mucho más de un sentido...-al sonreír mostré mis dientes del lado derecho-...se ha dado cuenta que solo le he mentido una ves?...Qué solo atraerlo aquí fue una prueba para ver como se comportaba?cómo reaccionaba en mis dominios?la respuesta es más que obvia...pero que usted no vea algo obvio no es mi problema en lo absoluto...-me levanté quedando recto al apoyar mis rodillas en la cama- Vamos, que no estoy obligado a contestarle señor Dante, ¿por qué se interesa tanto en mi sin si quiera saber quien es realmente usted?-le miré con frialdad acomodando mi cabello-Quizás si tuviese conciencia de su propia ignorancia podría decirle algo~...mis ultimas palabras fueron susurrantes.

Lo miré casi incrédulo al ver como su cuerpo se posaba sobre el mio. Podía sentir el peso aun que en verdad a penas y rozaba mi cuerpo, era extraño, era la misma sensación que había percibido al entrar en su habitación. Me sofocaba pero a la vez aquella vista me parecía embriagadora. Su figura era demasiado perfecta al punto que no era creíble, y no, a mi juicio no lo era, era tan brillante como una farsa de alguna joya bien cara.

“Tsk…”

Murmuré por lo bajo, detestando todo el palabrerío que soltaba, comenzaba a marearme. Sus conjeturas no eran claras para mi, no entendía lo que quería decir o más bien, poca atención le ponía a sus palabras, mis ojos estaban más concentrados en él, en la fuerza que de él sentía, en sentirme en peligro pero a gusto bajo su cuerpo. Alcé  una mano hasta su cuerpo pero él se incorporó y se alejó, aún asi apoyé la mano en sus ropas, en su camisa de escolar y la apreté levemente.

“Joder… cállate de una vez… Tanta controversia es repugnante. Soy ignorante, nunca he pretendido aparentar lo contrario, pero no tengo ningún interés en mi mismo como lo tengo por ti.”

Contesté tan simple que parecía absurdo luego de todo el discurso. Me incorporé también, sin soltar su camisa, sentándome bajo su cuerpo sin despegar la mirada de aquellos ojos tan peculiares, tanto como los mios, como nunca los había visto.

“Eres la clase de sujeto hipócrita que más detesto.  ¿Un perro? Sí, puede que sea uno, solo como, duermo, paseo por la ciudad y follo. Así vivo y así he vivido toda la vida. Qué más tengo que saber además de cómo sobrevivir en este puto mundo?”

Alcé una ceja y entonces mi mano dejó sus ropas para intentar de nuevo ir a tocar su rostro y esas ebras de lacio cabello.

-le tomé de la muñeca con el rostro más duro al ver que trataba de tocarme, sus palabras sobre la ignorancia me molestaron-...Hipócrita?...el hipócrita aquí eres tú...-deje de hablar formal de un momento a otro-Puedes ser un ignorante toda tu vida si así lo deseas, pero no me apetece en lo más mínimo un sujeto que se niega a indagar en si mismo sobre todo cuando se encuentra con una persona como yo que ansia cada minuto dejar de hacerlo y que se ve atado de manos al no poder controlar esa introspección día a día...-tomé su rostro con mi mano derecha mirándolo directamente a los ojos- Te interesas en mi? bien, adelante, pero no encontraras nada que no conozcas...es más.-me acerqué a su rostro de forma desafiante haciendo que mi voz acariciara cada palabra que decía- No es solo lo que ves lo que nos hace distintos y al mismo tiempo iguales estimado Dante...es la propia naturaleza que me rodea o que me hace ser tan apetecido por tu pequeña y temblorosa alma...mira bien...mira bien mis ojos...-de pronto se volvieron oscuros como el abismo-...oho~ claro, se ve diferente verdad?Tal y como se reflejan tus ojos al momento de intimar con cualquier ser humano de turno...-apreté sus mejillas con mis dedos para luego soltarle y tocar su tatuaje-...Tú no eres un perro, eres solo una vil copia de eso...-lo empuje con fuerza sobre la cama y le miré divertido, el ambiente ahora seguro le era más "natural" al verme más agresivo. De mi boca salio un lenguaje que no podría entender, mi lengua natal-...Un Ángel envuelto en cicatrices demoníacas...-acomode mi camisa-...Bien, se acabo... aun cuando te dijese no me lo vas a creer. Quieres saberlo entonces?allá tú si me crees o no...-empuñe mi mano en sus ropas dejándolo frente a mi rosando sus labios con aire egolatra y una sonrisa seductora-...Un semi ángel....pequeño cachorro...eso eso es lo que tienes delante de ti...¿te apetece entonces seguir el cuento?tsk...seguro que, de nuevo evadirás todo con ignorancia

Mi muñeca dolió pese a que el agarre no había sido tan severo. Simplemente tuve la sensación de que el sitio donde este sujeto me tocaba parecía quemar, pero fue solo una cuestión de mi mente.

“Puede ser…”

Le respondí con la mirada algo confundida, como si su presencia opacara mi propia fuerza y agresividad y lograra confundirme, pero incluso así, sonreí. El comenzaba a bajar su guardia de caballero y eso nos dejaba casi iguales.

“Hablas como si en verdad te fuera a apetecer un sujeto como yo… Hablas casi como si sintieras envidia de mi patética forma de vivir.”

Mi rostro sintió la presión de sus dedos mientras él continuaba preguntándome y diciéndome cosas que vagamente podía entender, pero si entendí su orden y por un fragmento de segundo me sumergí en la oscuridad de sus ojos. Irónicamente, me pareció confortable. No contradije sus palabras, él tenía razón, mi mirada probablemente era similar cuando follaba con alguien, yo mismo era capaz de percibirlo, pero el hecho que fuera él quién lo mencionara me hizo la imagen mental del deseo de verme poseído por él, de ver el reflejo de mi mismo en esa abismante oscuridad, de hacer que por un segundo él viera su reflejo en los mios, pero tal como un perro mi instinto me decía que aquello era una mera fantasía sexual. El roce sobre mi tatuaje me produjo la misma sensación de quemadura, pero esta vez no era solo mi mente, el roce de sus manos sobre la marca dolía, molestaba tanto que entrecerré los ojos y gruñí.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa de verme de nuevo dominado sobre la cama, y aunque mi cuerpo parecía reaccionar automáticamente a la postura y a la situación, mi mente quedó amarrada a sus palabras “Una vil copia..” Y a aquellas otras que no pude entender. En mi cara se dibujó la incomprensión.

“Un semi ángel”

Repitió mi mente ante su confesión y por supuesto no procesó aquello como cierto, sino como otra de sus metáforas y formas extrañas al hablar. O al menos así me quise engañar. Su sonrisa seductora, su cuerpo sobre el mio, su ególatra sensualidad me estaba provocando al punto de sentirme avergonzado por estar reaccionando en una situación donde el instinto me decía que no había ninguna posibilidad para mi frustración sexual. Era una excitación más allá de la carne, era como si mi mente y mi cuerpo fueran por caminos totalmente aparte. Las dudas me asaltaban, mi mente intentaba trabajar rápido para saber qué es lo que él intentaba decir, pero mi cuerpo se mandaba solo. Mis manos tomaron sus caderas, acercándole para exigir presión sobre la zona de mi entrepierna, entonces mi expresión se volvió un poco ida, como si con Lucien me hundiera en las reflexiones que nunca he tenido, ni con otros ni a solas.

“¿Eres como yo? No jodas... eres un principito con cara de ángel... eres todo lo putamente contrario a mí... Es irritante pero a la vez me es tentador... Te ves pedante, pero a la vez más solitario de lo que se ve un perro en las calles... Anda, sigamos con este cuento y amarrame a tus verdades, a tus palabras. Si tu eres "un semi angel" entonces yo seré el demonio, vamos, dime que tan condenado estoy, que tan malo soy. Me hace sentir bien.” Mentí.

“Hablas como si en verdad te fuera a apetecer un sujeto como yo… Hablas casi como si sintieras envidia de mi patética forma de vivir.”

-Una de las voces que solía ser la más infantil y burlona sonaba en mi cabeza...era verdad, era envidia...envidia de ver como ese sujeto podía hacerse y deshacer su vida como él quisiera en pecados.

El contacto con mi cadera y la de él genero un leve escalofrío en mí, no había tenido tal acercamiento con nadie más que con Mine y por esa razón el sentimiento de no desearle se agravó más con cierto dejo de ese deseo leve de probar más allá, de saber que se sentía el tocar algo corrompido. Por suerte reprimí la lujuria, saber que me enfrentaba a tal ser me hacía pensar un poco más, pero era contradictorio el sentimiento de tomarle entre mis brazos…- yo no interactuó más que con personas que me parecen interesantes y que podría tomarlas entre mis brazos...-alejé un poco mis labios de los suyos y con mis dos manos sostuve el rostro de Dante observando cada detalle de este tal y como lo haría un pintor a una pieza de mármol, moviéndole de vez en cuando para mirarle de distintas perspectivas - ya cuando están allí la fachada de príncipe desaparece...lo seductor del hechizo se desvanece y no ven más que el reino completo hecho trizas. Es ilógico que un hombre con cara de ángel sea un ser repulsivo como un demonio de la peor calaña...-sonreí con malicia volviendo mis ojos hacía él- un perro vago?...digamos que soy una pantera, cazo solo, me reproduzco cuando lo deseo y necesito... acecho a mi presa cuando deseo comerla...No haces lo mismo?-lo solté con cuidado deslizando mis dedos fríos por su mejilla- Por qué no te satisfaces con alguien que es preciado?...eso es por qué lo destrozarías...o...quizás ya lo hiciste...-intenté calmarme, él no tenía la culpa, actuaba por instinto.

Tomé aire y mi rostro se relajó un poco más, no serviría de nada si perdía el control.- Para que adoptar una postura que ya tenemos dante?mirame bien...-ladee mi cabeza sin quitar la distancia entre nosotros mirando su tatuaje-

Soy irritante...soy demasiado correcto para que sea no más que una fachada ¿no es así? Eso es lo único que nos diferencia aunque no desees aceptarlo. Eres sincero contigo mismo, no puedo mentir ya te lo dije…solo puedo mentirme a mí mismo-mostré una sonrisa traviesa y cerré los ojos- eso es lo que me agrada de ti aunque no lo creas…y no sería extraño que tomara tu ser y lo atara a mis verdades… si te ligara a mi entonces ¿te imaginas nuestro destino?aun cuando no lo quisieramos la carne nos llamaría, no por un tema sexual, debes sentirlo al estar cerca de mi... –mis músculos se tensaron adoptando una postura más de ofensiva, abrí mis labios y sonreí volviendo mis ojos mucho más oscuros que antes, casi extasiado por la idea- ...Atrayente la verdad...eso es porque ambos somos incitadores de las necesidades más bajas-mi mano se deslizo por su cuello-Nunca te has preguntado de dónde salió?-mis dedos se dieron paso por la piel ennegrecida del dibujo de su mejilla, sabía que ardería- por qué quema tanto?-lleve la mano de Dante hacía mi pecho haciendo que el colgante de cristal que yacía sobre el se moviera- lo sientes? velo por ti mismo...abre mi camisa y date cuenta de la realidad...no soy muy diferente a ti...-mi voz cambio ligeramente a un tono depredador- soy peor inclusive que tú querido dante~

Mi cuerpo delataba mi condición de excitación sin poder siquiera disimularla. Incluso cuando mi naturaleza me hacía desear cambiar la postura, mi instinto percibía que a diferencia de la cercanía sexual con la mayoría de los otros, en este caso, se trataba de algo más potente y peligroso. Tal y como si la pantera fuera a morderme el pecho y devorar mi alma ahí mismo.

Gruñí cuando Lucien apartó sus labios y tomó mi rostro, me sentía patéticamente dominado y a la vez no encontraba placer más grande que esa situación. ¿Hace cuánto que mis sentidos no estaban tan alerta sobre una cama? ¿Hace cuánto que no sentía que podía correrme con solo probar el tacto de su lengua con la mía?

“¿Realmente es tan ilógico como dices?” Mis labios figuraron la sonrisa más confiada que pude entregar bajo la mezcla de sensaciones que me embriagaban el cuerpo. “Me parece que una pantera es tan seductora como lo sería el mismo diablo vestido de ángel” Reí suavemente mientras notaba cuanta malicia contenida llevaba aquel sujeto, cuanta carga que no hacía más que tentarme a desear verlo sin toda esa fachada, pero su cuestionamiento me hundió inesperadamente en mi propia oscuridad. En mi estúpida soledad. Así de brusco y repentino, tanto que por un momento pareció que no era yo mismo.

“Porque no hay nada preciado en este mundo.” Y mi respuesta fue casi automática, con una expresión tan vacía en el rostro que parecía haberlo dicho un muñeco. “Estas equivocado…” Cerré los ojos pacientemente, dando una larga inspiración. “No tengo a nadie preciado Lucien... Y no soy preciado para nadie... he vivido toda mi puta vida así, sin que realmente a alguien pueda importarle si vivo o extrañarme si muero." Abrí los ojos, di un suspiro y volví a sonreír .

"¿Destrozar a alguien? Que yo sepa solo un par de camas o probablemente sí lo he hecho y ni cuenta me he dado.” Estaba de vuelta con mi altanería común y a mi vulgar forma de hablar. Si alguien sabía llevar la tensión sexual y luego hacerla pedacitos, ese era yo.

“¿Ves? A eso me refiero. No tiendo a analizar las cosas tanto como tú. Solo sigo mis instintos, y este hoy solo me atrae a ti. No eres la clase de hombre con el que normalmente me acuesto, pero ¿te digo algo? Deberías tratar de pensar menos las cosas. ¿Qué más da si eres un pervertido o si eres más malo que el diablo o whatever? Anda, tu cuéntame que tanto oculta la pantera endemoniada dear~ Me intriga como no tienes idea.”

Y aunque me esforcé por liberar la tensión, su forma de hablar forzó a mi pensamiento volver a imaginar cómo sería que la carne llamara a dos seres tan contrarios pero a la vez tan similares. “Tsk” Salió de mis labios ante el tacto de sus largos dedos, me sentía seducido por sus palabras y gestos; y a la vez ofendido, confundido por ellos. ¿Por qué me forzaba a mirar dentro de mi cuando era lo que siempre había evadido? Ladeé la cabeza, intentando apartar su mano, pero era tan inútil mi intento como tratar de separar los polos opuestos de un imán.

Me sorprendí ante la invitación de tocar su pecho, probablemente mi expresión fue casi cómica, no respondí pero mis dedos reaccionaron por mi. Claro, no necesitaba una segunda invitación. Mis manos se abrieron paso entre sus ropas hasta dejar al descubierto todo el torso del de cabellos largos. Miré con asombro marcas conocidas, muy semejantes a mi tatuaje pero esparcidas por el torso ajeno, y mi asombro pasó a ser una especie de alegría infantil mezclada con el deseo. Sin permiso mis manos recorrieron su pecho, acariciando y delineando aquellas marcas muy lentamente.

¿Entonces yo no era el único? Me cuestionaba en silencio. Mi cuerpo se curvó hacia el suyo, buscándolo, y guiadome solo por mis instintos fue que lamí una de las marcas más craneales de su torso. Para mi sorpresa, fue a mi a quién se le escapó un jadeo de los labios.

Rápidamente se hizo paso entre mis ropas gracias a mi invitación, no podía negarlo de las sensaciones eran contradictorias...Dante era lo opuesto a mi pero a su vez el vivo reflejo de lo que me hubiese podido convertir cuando era más joven...*no, la verdad es que sería más parecido al perro que a ese hombre...*.
una pequeña mueca de dolor se ejerció en mi rostro al momento en que Dante toco con sus manos mis tatuajes-No...no eres el único Dante...
el solo contacto de una piel que no fuese la de Lucia despertaba sensaciones en mi que era preferible controlar sobre todo después de haber probado el calor de un ajeno en esa habitación atiborrada de lujos, me contuve, contuve el deseo de seguir. Pero al momento en que su lengua se posó sobre ellas en un acto instintivo abrí los ojos reprimiendo un pequeño quejido de dolor...ardía...tal y como ese día, y el otro...
Con mi mano que anteriormente había tocado el tatuaje de Dante tomé los cabellos de este y levanté su cabeza mirándolo aún con los ojos teñidos en negro en una expresión severa, no tenía buenos recuerdos del contacto humano en esas cicatrices después de que Mine lo arañara. Sabía que no se alejaría, que serían atrayentes...para los que están familiarizados con ellas es imposible que parezcan repulsivas...eso dejaba un ligero gusto de...placer*ah...de nuevo esta extraña sensación placentera...tal y como cuando presencio el rostro de alguien caer en la desesperación...*-...arde como el infierno, no vuelvas a hacer tal cosa...-solté sus cabellos y posé mi propia mano en los tatuajes- lo ves ¿verdad?...el más mínimo contacto ejerce en mi algo que no es posible ni siquiera con palabras explicar, té lo disfrutas, en mi caso es asfixiante...-apreté los dientes queriendo en un impulso transmitirle mi propio dolor y ver su rostro al hacerlo, la sola idea me extasiaba...me comencé a molestar volviendo el aire más denso-Si cometo tal acción como encamarme con alguien mi cordura se iría al demonio...como si mi propio ser dejara de existir...yo sé que lo has experimentado...

La verdad era que pese a que notaba que mi acción había sacado de quicio un poco al compuesto principito debo decir que no me arrepentía ni un milímetro de lo que había hecho, por el contrario, en mi rostro se mantenía la sonrisa y la alegría casi infantil de por fin ver marcas similares a las de mi propio tatuaje, con aquel tinte extraño que bajo ciertas circunstancias dolía como una herida abierta o incluso peor. Era como una tortura que no estaba seguro si nos merecíamos. ¿Por qué incluso notando la frustración del sujeto que me mantenía sumiso bajo su cuerpo, yo permanecía feliz? Eso simplemente era porque no era el único, era por el gusto de no sentirme un bicho raro en la faz de la tierra, así como el perro que encuentra a un compañero de toda la vida, pero sí, eso era superficial, una parte de mi era consciente de que yo no quería entender del todo lo que Lucien me decía.

“No seas dramático. Sí, es verdad, arde, pero vamos... ¿No es genial?”

Mis palabras no tenían mucha coherencia, de alguna manera sabía que la culpa era esta extraña excitación bajo la cual me encontraba. Su advertencia de poco y nada me valió. Mis ansias de volver a tocar su piel eran casi incontrolables y hubiese seguido así de no ser por la densa sensación que volvía a haber en la habitación. Traté de hacer caso omiso y alcé de nuevo mis manos hacia él, pero no alcancé a tocarlo. De un momento a otro el tatuaje de mi rostro punzó como nunca antes, ardiendo como si me hubiesen arrancado la piel y le hubiesen prendido fuego a mi carne.

“Argh!!”

Mis manos se alejaron de él y cubrieron la mejilla donde se encontraba la puta marca, como si de esa manera pudiera calmar el maldito dolor. Escuché sus últimas palabras y traté de mirarlo mientras mi respiración se agitaba y mi cuerpo se retorcía bajo el suyo por el dolor.

¡Claro que sabía lo que era perder la cabeza! Sabía lo que era simplemente perderte en tu propia desesperación, pero a diferencia de Lucien, mi cuerpo reaccionaba al revés. Si yo no mantenía mis necesidades satisfechas, entonces ocurría lo que ahora me estaba sucediendo. No solo se trataba del sexo, sino de la energía en mi cuerpo y los niveles de estrés en mi cerebro. ¡Pero esta vez no tenía lógica! ¡Era él! Estaba seguro de que Lucien estaba provocando eso de alguna manera. Llevé mis manos de nuevo hasta sus hombros, aferandome de ellos como un hombre lanzándose a un precipicio por voluntad propia. No le dejaría hacerme esto sin antes al menos hacer el intento de complicarlo un poco también.

“Ah.. Ngh..! Joder…!”

Me quejé por el dolor, sintiendo una lágrima caer por el ojo bajo el cual se encontraba el tatuaje. Era culpa del ardor. Mi cuerpo se tensó dolorosamente.

Tsk...-chasquee la lengua con desaprueba ante su contacto, aun cuando el sabía que ambos nos producíamos dolor lo buscaba emocionado- Duele...-Verlo, oírlo, sentir esa pasión por querer acercarse con vehemencia a mi al ver mis marcas me agradaba...el pecado de la soberbia, la lujuria combinados hacían que a la lejanía pudiese escuchar las voces de siempre, más sabía que no debía oírlas. Estaba molesto por la situación, molesto por sentir las voces de nuevo y más aun por ver que no entendía el verdadero significado de estas marcas. Hablé quizás demás en ese dejo de guiarme por mis propios pensamientos-...Duelen aún más cuando un ser que aprecias te las hace...y te marca como ganado...-Me enderecé apresuradamente quedando recto más mi postura no duró mucho. Tomé las muñecas de Dante dejándolo sumido contra el colchón para luego mirarlo desde arriba produciendo así una jaula más certera que antes con mi cuerpo, apreté sus muñecas con fuerza-...Abre los ojos de una vez imbécil-apreté los dientes en una forma de tratar de no ser violento, estaba realmente molesto, la ignorancia y la falta de realidad era algo que me asqueaba...*me repugna este rostro pidiendo a gritos seguir en contacto, este rostro ignorante y falto de realidad...*


-le miré con desdén, casi acusándole-crees que es normal esto?-presioné con mayor fuerza sus muñecas dejando marcas en ellas- sentir dolor cuando lo que debería generar es placer? vives la vida como si nada importara solo por que no deseas saber que ocurre con tu cuerpo, con tu mente y te niegas a ver la realidad de los hechos y eso es lo que te hace repugnante para los demás...-*me estoy dejando guiar por mis propios sentimientos...basta*
a mi no me repugna el hecho de lo que eres, si no que no haces nada para enfrentarlo... vives en la ignorancia solo porque ver la verdad no es una opción para ti...

El agarre en mis muñecas lo podía sentir con claridad, sorprendiéndome la fuerza que ese sujeto tenía pese a parecer hasta un poco “delicado” y a la vez pareciéndome una acción demasiado provocativa, sensual, como una invitación tentadora a tratar de seguir insistiendo, pero estos detalles no eran algo que en verdad pudiese procesar en el momento. El dolor de mi cuerpo era lo suficientemente desesperante como para no poder prestar atención a nada más.

“Gr..grrrr…”

Comencé a gruñir entre las agitadas y superficiales respiraciones que daba. Cada exhalación era un gruñido más y más audible, creciendo exponencialmente así como el dolor que torturaba mi cuerpo. Ninguna pelea, ninguna herida que me hubiese ganado hasta ahora, podía compararse con lo terrible que me sentía en esos momentos.

“Argh!! NGH…”

Intentaba patear a Lucien, alejarlo de mi, pero solo conseguía retorcerme bajo su poderoso agarre, mirándolo con algo de angustia. Quizás, comenzaba a comprender que estaba perdiendo el control en mi.

Mis colmillos se engrosaron, parecieron protruir de forma notoria, destacando más de lo normalmente “inusual”. A penas y lograba mantener la concentración en lo que me decía, en la recriminación de mis acciones e ignorancia, repulsión, negación, eran palabras que desde siempre había escuchado, pero oírlas de sus labios, de alguna forma, me parecieron más brutales e hirientes.

“E-Esto… es lo único… que siempre… he conocido!”

Respondí forzadamente, como quien intenta hablar luego de una maratón. Mis músculos, en todo mi cuerpo, se acalambraban y mis huesos comenzaban a doler desde la médula, sacándome jadeos dolorosos y una expresión de lucha y oposición en el rostro.

“Unf… ugh.. S-sí… tienes razón… Así he vivido siempre… esa es la forma en que me mantengo vivo y algo cuerdo…”

Respondí con una voz extrañamente grave, cual película de terror en plena escena de posesión. De a poco más tatuajes comenzaron a hacerse visibles en mi cuerpo, más allá del de mi mejilla que ahora mismo, resaltaba en un tono casi anaranjado. Rostro, cuello, brazos, costados y piernas me fueron adornados por esas marcas y cada una de ellas, dolía igual que la original. Mi cuerpo se retorcía más y más, pero ya había dejado de intentar apartar a Lucien. Mi cuerpo intentaba ir a su encuentro pese a lo prisionero que me encontraba. Mis labios anhelaban el contacto con esos finos y exquisitos. ¿Pero alguien como yo, mas aún bajo estas circunstancias, no era digno, verdad?

“Hey… E-está mal sobrevivir…?”

En mis labios se dibujó una sonrisa de resignación y angustia, pues no, no comprendia lo que estaba sucediendo, solo sabía que era algo que no debía suceder. Y era eso mismo lo que me hacía sentir como un crío caprichoso, pues aún con todo el dolor, yo buscaba seguir disfrutando ese encuentro. Aún lo anhelaba a él. Lo envidiaba.

-lo vi contornearse, suplicante por contacto aun cuando las marcas ardían como el infierno, buscando respuestas, buscando empatía*Nadie había deseado tanto en su vida tocarlas...*ese pensamiento me hizo suspirar levemente y es que nadie en el mundo me había anhelado tanto, inclusive cuando Mine estaba cerca de mi sentía repulsión.-No Dante...no está mal sobrevivir...-era lo mismo...la misma imagen de cuando hace 9 años con el hombre que me dio mi actual apellido, que cuidó de mi...ese momento en que tracé mi destino en busca de un lugar, de aceptación, cuando tomé la mano de mi tutor en medio de la rabia y la vista nublada.
De un momento a otro no pude más que volver a mi estado calmado(o al menos eso trataba), un estado que solo había vuelto a aparecer cuando trate de calmar a Skyle aunque notoriamente diferente


Si lo enfrentaba con mi otro lado no sacaría nada y me repudiaría. "Un demonio no necesita ser controlado por otro"-No está mal sobrevivir...es la forma en que lo haces lo que estás haciendo mal...-llevé la cabeza de Dante a mi propio pecho dejando que su respiración acariciara mi piel, una sensación de complicidad nació de ello, el peligro que presentaba tenerle cerca me hacía estremecer pero no podía soltarle...no quería soltarle. Sabía que si hacía esto el dolor sería agudo, pero nadie lo había echo conmigo...si podía hacerlo con alguien más lo haría-...El ser conformista contigo mismo es una estupidez...-los tatuajes comenzaron a expandirse sobre mi piel absorviendo la tensión del cuerpo de Dante. Me acerqué a la base de todas esas imagenes grabadas que se expandían, el tatuaje en su mejilla y como si fuera un amante fue deslizando sus labios por cada linea que formaba el dibujo. Las voces en mi cabeza reían a carcajadas mientras que con fuerza tomaba el cuerpo de Dante presionándolo contra el mio. Sabía que tarde o temprano lo que se ocultaba dentro de mi querría salir y no estaba dispuesto a que eso sucediera aunque debía admitir que el dolor sobre mis labios era excitante...eramos polos opuestos que se atraían-Ngh...Tú vives de esta manera porque nadie más te a mostrado otra forma de ver la vida...no te parece miserable vivir así?...-Era casi como si estuviese no solo preguntandoselo a Dante si no a mi mismo.