¿Recogido, Reubicado o Adoptado? (Priv. Balam)

"Me gustaría que todo lo que veas se mantenga como un secreto entre los dos."

— Por supuesto señor.

Dije firme, totalmente convencido sobre no contarle a nadie sobre su gigante mansión y las cosas que vería.
Al momento de entrar a la mansión de Regan, simplemente quedé anonadado era muy amplia, con muchas luces, simplemente hermoso, creía nunca haber visto un lugar tan limpio y ordenado, era técnicamente perfecto.

Ayudando al mayor con las bolsas y cajas, dirigió la mirada donde la llevo Revo, estaba mirando un sofá, no había nada, a simple vista, por un segundo miro algo de reojo y se dio medio vuelta, al notar al animal alado quedó boquiabierto, no era uno normal.

— ¡REGAN, ES UN GATO ENORME!

El animal me olía muy enérgico, me acerque más a este y comencé acariciarlo, amaba los felinos, eran los animales más grandiosos de este planeta. El gran león como si no fuera casi de mi estatura se subió tirándome al suelo lamiéndome, por mi parte reía y acariciaba su grandiosa melena.

— ¿Cuál es tu grandioso nombre señor león?

Oí una voz desconocida para mi, comencé a reír a carcajadas.

— Perdón , perdón, no pensé que fuera algo tan obvio, Mi nombre es Balam, un gusto.  

Busque a mi tutor con la mirada, para sonreírle ampliamente.

— Regan, pensé que vivías solo, me doy cuenta que no, entonces... ¿Me darías el tour? ¿O descansaremos y luego veremos eso?

Sentado en el sofá, Regan no pudo sino soltar una carcajada con la interacción entre Balam y Leon. Intuía que el muchacho sería capaz de verlos e interactuar con ellos, pues percibía esa misma esencia en él. No todas las personas podían conectar con esos seres y eso hacía que la mansión fuera un completo mito urbano. Una mansión fantasma quizás no categorizaría del todo en su definición, pero era lo que más se le parecía en concepto, claro que a ojos normales la mansión era preciosa y tranquila.

"Necesito un descanso" Admitió el hombre de gafas. Estaba agotado y aunque a veces su espíritu era el de un joven aventurero, la cantidad de cosas hechas en solo esa mañana era bastante para drenarle la energía.

"Puedes recorrer libremente el lugar, solo procura no hacerlos enojar. ¿Quieres que prepare algo de almuerzo?" Preguntó mientras Leon se acercaba a él y lo saludaba apoyando su cabeza contra la suya y Regan por supuesto correspondía el gesto mientras le rascaba tras las orejas.

"O puedes ayudarme a cocinar y luego hacemos un recorrido juntos. Como tú prefieras." Acto seguido Revo le regaló unas palmaditas en la cabeza a Balam también.

"Necesito un descanso"

Me sorprendí un poco tras sus palabras ya que normalmente se veía como un hombre bastante enérgico a su manera, pero tras esa larga mañana lo comprendí perfectamente.

"Puedes recorrer libremente el lugar, solo procura no hacerlos enojar. ¿Quieres que prepare algo de almuerzo?"

Me dirigí hacia Revo mientras miraba como acariciaba a León, me senté cuidadosamente a su lado y le mire sonriente.

— Me encantaría

Me acerque más al mayor dejándome apoyar en el, quería que me demostrara ese cariño que hacia con León, algo dentro de mi ansiaba mucho una de esas caricias que León decía que se sentían muy cálidas.

"O puedes ayudarme a cocinar y luego hacemos un recorrido juntos. Como tú prefieras."

— ¡Si, si me encantaría ayudarte con eso y estar tiempo juntos! digo... me refiero a que me muestres tu linda mansión

La compañía de Regan me hacia sentirme más calmado de lo habitual era como si algo en mi se relajara, casi por así decirlo era bajar la guardia.

Me volví acomodar mas en el mayor y cerré mis ojos, sin darme cuenta mi boca hablo antes de que i cerebro reaccionara a lo que salió de mis labios.

— Me haces muy feliz Regan.

Fueron unas palabras a las cueles suelen decir que salen del corazón o al menos eso es lo que entendía por las cosas que había leído alguna vez por internet.

La cercanía del muchacho no le molestó. Desde el inicio él parecía ser alguien de piel, incluso algo invasivo en los espacios ajenos. Revo nunca percibió malicia en él, por lo que se lo permitía dentro de los límites que le resultaban correctos, sin embargo, lo que sorprendió al mayor fueron sus palabras o más bien, el sentimiento de honestidad y calidez que había en ellas.

No se conocían realmente hace más de un mes, pero era consciente de que el vínculo que formaron en el país del muchacho era más parecido al que tenía con las criaturas que habitaban su mansión, que el que tenía con otras personas. Un entendimiento más allá de la misma humanidad que ni siquiera Regan sabía explicar. Justificado quizás en aquella extraña facilidad para hace aliados. Una característica que muchas veces, aquellas mismas criaturas, le habían mencionado como un don suyo.

Regan sonrió cálidamente, sintiendo el mensaje no solo como un halago, sino como algo recíproco. Quizás para él era un poco más difícil verbalizar su sentir, pero esperaba en algún momento poder transmitir la importancia que Balam tenía en su vida a través de lo que mejor sabía hacer, la música. El joven nahual había llegado a darle un sentido en su torbellino emocional, una esperanza a un hombre abrumado con sus propios sentimientos y metas.

"Tu a mí, pequeño jovencito." Respondió apoyando su cabeza sobre la del muchacho, cerrando los ojos un momento, conectando con el sentir de aquella criatura para después susurrar. "Te prometo que no volverás a estar solo. Incluso si estás en la escuela, tu y yo seremos siempre aliados." Con un brazo rodeó los hombros del muchacho y le dio un medio abrazo, sacudiéndolo un poco y luego dandole unas palmaditas en la espalda antes de retomar el tema cotidiano que llevaban.

"Entonces, ¿Qué preparamos de almuerzo? ¿Algún capricho pequeño señor?"

"Tu a mí, pequeño jovencito."

Una gran sonrisa apareció en mi rostro, sentí aun más felicidad a los mutuos sentimientos, ¿Entonces eso es el querer a alguien? que lindo es querer y que te quieran de vuelta, creo que nunca me había pasado con ningún humano
Leon me dio una mirada curiosa, me dijo que Regan ha sido uno de los humanos más cálidos que había conocido, eso me dio mucha ternura, los podía ver muy juntos, era muy lindo estar en un ambiente así.

"Entonces, ¿Qué preparamos de almuerzo? ¿Algún capricho pequeño señor?"

— ¡Papas fritas! siempre he querido probar caseras, me han dicho que son aún mas ricas. oh, no se si soy muy bueno en la cocina, pero si me das instrucciones claras, creo poder llevar bien a cabo las cosas.

Me pare rápido del sofá emocionado, quería ayudar en o que más pudiera a mi tutor.

— ¿Entonces vamos?

Dije con una muy radiante sonrisa mirando al mayor el cual se vía muy a gusto en su sofá.

"Bien, papas fritas caseras será." Respondió el mayor con una sonrisa, tal y como esperaba Balam no pedía nada demasiado rebuscado.

"Pero primero ve a lavarte las manos. Hay un baño al fondo del pasillo por donde entramos." Le indicó y por su parte se levantó de su asiento para ordenar un poco las bolsas que habían traído, separando lo comestible de las cosas que Balam tenía que llevarse con él a Musette. Estas últimas quedaron sobre el sofá al cuidado de Leon, mas tarde volverían por ellas. Regan esperó paciente a que Balam regresara para ir junto a él hasta la cocina.

Spoiler:

Una vez ahí guardó en el refrigerador lo que traía en las manos y dejó las papas sobre el gran mesón.

"¿Crees que puedas lavarlas? Ya regreso." Indicó el de lentes y se fue por unos minutos para sacarse la chaquetilla, cambiar sus zapatos por sandalias para estar dentro de casa, lavar sus manos y finalmente, atar su pelo en una coleta alta para mayor comodidad e higiene al cocinar. Al volver a la cocina se puso su delantal de cocina y se acercó a Balam.

"¿Crees poder pelar las papas?"

Al escuchar a mi mayor, me dirigí hacia el baño a lavarme mis manos para así ayudar en la cocina, al volver al lugar Regan se había dedicado a ordenar todo, me acomodo en un lugar de la cocina esperando nuevas instrucciones de su parte.

"¿Crees que puedas lavarlas? Ya regreso."

—  !Por supuesto¡ ¡Enseguida lo hago!

Me puse manos a la obra, tomo todas las papas para limpiarlas, estaba bastante a gusto, aprovechando la instancia, tomé mi celular para colocar música, aun no me acostumbraba mucho al aparato pero sabia que no me costaría para nada lograrlo.

Spoiler:

Mientras dejaba cada papa limpia a un costado, gozaba de la música, para ser francos, iba cantando toda la canción, entonando bien cada cambio de voz de la misma, ya que sabia de alguna forma usar muy bien su voz.

"¿Crees poder pelar las papas?"

Salté de la impresión, ya que me encontraba muy concentrado en mi y tarea, reí a carcajadas, me causaba mucha gracia el asustarme así, era algo natural en mis. Ya que cuando me concentraba demasiado en alguna tarea o bien no escuchaba nada o me asustada con cada mínima cosa, por la impresión.

—  Claro, creo que es primera vez que lo hago, pero no será un problema para mi.

Me di vuelta para mirar al mayor así darle un gran dedo arriba en aprobación de mi nueva tarea y le sonreí ampliamente.

Procedí a pelar cada papa, para no tener una buena experiencia logre hacerlo bastante bien, orgulloso de mi, se lo mostré a Regan, me volvió a dar ciertas instrucciones, a lo cual llevo al gran resultado de unas deliciosas papas fritas.

Spoiler:

Por otro lado mi tutor estaba cocinando otras cosas, con mis papas listas y su comida lista, prosiguió a juntar todo, al final teníamos un McDonald's casero, lo cual siendo sincero, se veía mucho más apetitoso.

Spoiler:

- ¡WAAA REGAANN! eres increíble se ve todo muy apetitoso, delicioso, me encanta.

Nos sentamos en una "Isla" de la cocina, no sabia que ese lugar de la cocina, se me hacia gracioso el nombre, ya instalados nos dedicamos a comer.

Fue una completa sorpresa para Regan volver y ver que el muchacho estaba cantando tan animadamente, incluso actuando lo que escuchaba. Eso quería decir dos cosas, la primera era la confirmación de mucho potencial oculto y la segunda, era que el joven Nahual parecía lo suficientemente cómodo con su entorno como para dar rienda suelta a su performance.

Le causó gracia su reacción de sorpresa tan evidentemente felina, pero como al muchacho le causó gracia no vio necesidad de disculparse. En poco tiempo ambos lograron preparar el almuerzo que deseaban y sentarse a disfrutarlo. Regan era un buen cocinero, después de todo había vivido solo desde los dieciocho años y no siempre había tenido las grandes comodidades actuales. Solía ser rápido y práctico en la cocina, y Balam resultó ser un chico con excelentes habilidades cuando se le entregaban las instrucciones precisas.

Era agradable, Revo no lo iba a negar. El tiempo que compartían y un almuerzo como ese era algo que le encantaría mantener, sin embargo, era consiente de que su trabajo no le permitía el constante tiempo libre para llevar una vida paternal como esa, ni tampoco deseaba privar a Balam de compartir con gente de su edad, después de todo, de todas las criaturas de esa mansión él era el único que podía mezclarse con los humanos y vivir su vida de adolescente, algo que Regan sentía que el universo le debía a ese muchacho.

"Luego de almorzar podemos hacer un pequeño recorrido, pero debemos alistar tus cosas para la academia. ¿Estás nervioso?" Le preguntó mientras terminaba su hamburguesa. Leon continuaba dormido en el sofá de la sala, pero el resto de criaturas habían comenzado a asomarse en la cocina, muy curiosas del nuevo integrante. Animales alados, hadas, seres de luz y pequeñas sombras. Todos parecían atraídos por el jovencito.

"Luego de almorzar podemos hacer un pequeño recorrido, pero debemos alistar tus cosas para la academia. ¿Estás nervioso?"

Tras oír aquellas palabras sonreí del entusiasmo ante la propuesta de Regan de hacer el recorrido. Sin embargo, la mención sobre la academia, me generaba una mezcla de emoción y nerviosismo.

— Me encantaría, Regan. No estoy seguro si nervioso es la palabra...

Proseguí a soltar una risa nerviosa.

— Pero... ¡Estoy realmente emocionado por conocer la academia y aprender!, quizás de esa forma también logre tener grandes habilidades como tú.

Confesé sin darle muchas vueltas al asunto.

Observe con curiosidad a las criaturas las cuales se iban asomando tímidamente en la cocina, era reconfortante estar rodeado de tantos seres vivos que solo tenían buenas intenciones hacia mi, no sentía ninguna vibra negativas sobre la mansión y los seres que le rodeaban. Este lugar era tan pacifico y lindo que llegue a sentir algo melancolía por lo maravilloso que llegaba a ser.

— ¿Sabes? estoy muy agradecido de la oportunidad de vida que me estas entregando. ¡Me siento listo para lo que sea que el universo tenga preparado para mí!

Tras dar mi ultimo bocado, nos dispusimos a ordenar y limpiar lo que se había usado, mientras miraba a las seres de la mansión, entendía lo que hablan, me preguntaban cosas para luego discutirlas entre ellos. Era una actividad algo chistosa pero bastante entretenida, nunca me había sentido tan cómodo y feliz en años, Sonreía ante cualquier acontecimiento del espacio en el que todos estábamos compartiendo.

En aquellos últimos años donde él ya estaba consagrado como un gran artista y también como el dueño de Merveilles y el director de Musette, no era para nada ajeno oír adulaciones o grandes palabras de admiración, sin embargo, por alguna razón que no sabía muy bien explicar, la admiración de Balam hacia él y sus habilidades musicales le generaban algo que quizás solo podía describir a lo que sentía cuando sus propios padres decían estar orgullosos de él. La familiaridad que se reunía en aquella habitación, en aquel momento, con todas aquellas criaturas le hacían sentido a su existencia, le permitían encajar en un mundo donde al comienzo parecía simplemente un extraño y loco soñador.

— ¿Sabes? estoy muy agradecido de la oportunidad de vida que me estas entregando. ¡Me siento listo para lo que sea que el universo tenga preparado para mí!

Las palabras de Balam eran humildes y agradecidas, y su respuesta siempre eran unas palmaditas sobre su cabeza y una cálida sonrisa.

"Recuerda que de ti dependerá qué tanto lograrás con esta vida. Yo solo te traje a puerto, al punto de partida. Depende de ti a dónde quieras llegar. Si tu viaje te permite mantener la lealtad entre nosotros..." Y con eso se refería a él y a todos los presentes. "Entonces será suficiente."

Las criaturas parecieron estar de acuerdo, luego de terminar de limpiar todos los acompañaron por el breve tour de la casa, no podían extenderse demasiado ya que había mucho que hacer aún, pero Balam pudo tener a grandes rasgos una idea general de lo que era su hogar. El último lugar a visitar fue su estudio, ahí donde los instrumentos y un gran computador unían sus ideas musicales. El lugar era el más desastroso de todos. Habían muchos papeles sobre el escritorio, partituras a medio terminar por el suelo, un gran librero lleno de discos y referentes de todo tipo, además de muchísimos instrumentos colgados en las paredes. Las más vistosas eran sus guitarras.

"¿Qué te parece?"

referencias: