Larga Espera (Ren Jinguji)

¿Cuánto tiempo llevaba esperando ya? Miró su reloj de bolsillo, abriéndolo delicadamente: las cuatro y quince... ¡Llevaba prácticamente cincuenta minutos esperando! Muchos, no, la verdad no, nadie se estaría preguntando por qué una chica estaba sola en un rincón del café tan apodado como "Café Maid", esperando ser atendida. No, a nadie le importaba, ni siquiera a aquellos y aquellas personas que se encargaban de atender a los clientes, todo porque se encontraban fijando su mirada (y algunas otras partes de su anatomía) en el joven que había llegado poco después que ella, pero que había sido atendido de inmediato, sin mencionar que fue acosado en busca de fotografías, saludos y autógrafos. Estaba más que claro que era alguna especie de idol, modelo, lo que fuera. De todos modos no recordaba haberlo visto, después de todo no se había familiarizado con la farándula y las celebridades de Glass City (y no era como si pasara pendiente de ello en la televisión, revistas o periódicos), fuera quien fuera no le gustaba de la gente que abusaba de su popularidad para conseguir beneficios...

¿Y si no es su culpa? -dijo una vocecilla en su cabeza- ¿Qué tal si toda la gente se le abalanzó sin que pudiera evitarlo? -aquello era verdad, supuso que no era bueno juzgar sin saberlo, con esa multitud, la única forma de quitársela encima sería con un montón de guardaespaldas con cuerpo de gorila, y aquella imagen mental la hizo reír. A aquellas alturas poco le importaba estar sentada sola y riéndose como si nada, después de todo nadie le estaba prestando atención.

Y pensar que aquel día sólo había querido disfrutar de ese mini verano que se había dado en medio del invierno: el sol no calentaba del todo, mas era agradable y le daba un resplandor al día que no se veía a cada momento, sobre todo en esa época del año, y siendo que el café no era un café cualquiera, había decidido ir de forma casualmente elegante (dentro de lo posible). Suspiró pesadamente, haciendo varias señas a las maids y garzones, los cuales le hicieron señas de que esperara y moviendo su boca para decir "Un momento por favor"... Sí, un momento, dos momentos... Y así se repetía el ciclo.

A aquellas alturas ya se había cabreado de intentar captar la atención de los meseros y meseras, por lo que se puso a jugar un rato en su móvil y a leer. "Bien, creo que ya les he dado demasiado tiempo... dado que la situación no cambia, será mejor que me vaya a otro lado, ya me cansé...", pensó un tanto hastiada, comenzando a guardar sus cosas en la cartera que llevaba consigo, ya con intenciones de ponerse en pie. Qué desperdicio de día, teniendo tantos planes en mente... "Hay que aprender a tener versatilidad y saber improvisar"., fue el pensamiento de consuelo que cruzó su mente en aquel momento.

"Y claro, cuando ya planeo irme, las groupies se marchan". Aquello era el colmo, realmente aquella parecía ser una señal que le indicaba que lo mejor era marcharse, nada le garantizaba que si el joven ése volvía a abrir su boca para pedir algo, se le abalanzarían encima una vez más las mil fanáticas que parecía tener en el lugar. Aún así, cual sería su sorpresa al ser detenida por uno de los meseros que se acercaba a ella en el instante que planeaba ponerse de pie para marcharse.

-¿Sí, dígame? -preguntó con la mayor calma posible, intentando mantener la compostura para no gritarle un tanto impaciente.

-Ah, señorita, verá... se me ha dicho que le entregue esto... -indicó el garzón, tendiéndole una tarjeta.

-Ren Jinguji... -murmuró para sí al ir leyendo, arqueando una ceja mientras buscaba en su memoria por alguna pista. Ren Jinguji... ¿acaso se conocían de alguna parte? Giró la tarjeta hacia su reverso, sorprendida de ver una pulcra y caligráfica letra, digna de un caballero. Leyó con atención y cuidado lo que decía, haciendo un sonido de burla con sus labios- "Debe de ser de ese hombre... pues parece que no me equivocaba del todo... alguien que envíe una tarjeta así sólo puede ser un patán, ¿no?" -pensó con una ceja arqueada, mirando en dirección al joven del cual ahora sabía su nombre, Ren.

-Uhm, señorita... ¿va a querer pedir algo? -preguntó el mesero con la mejor sonrisa posible, incluso un tanto nervioso al no saber la reacción de la chica por su anterior ademán de querer marcharse y por las caras que estaba poniendo. Parecía a punto de explotar.

Se volteó hacia el mesero para mirarle- Sólo si ahora están realmente dispuestos a atenderme... -declaró un tanto altanera, con ganas de hacerse respetar de una vez por todas- Bien, entonces tráigame un pastel de Castella y el mejor té floral que tenga... Gracias -añadió al final, casi a regañadientes, viendo partir al mesero. Esta vez se volteó hacia el idol Ren, decidida a aclarar el asunto de una vez por todas, tarjeta en mano.

Al llegar a donde el pelinaranjo se encontraba sentado, le dejó su tarjeta en la mesa, mirándole fijamente- Disculpe, pero si en verdad quiere aclarar las cosas, lo mejor sería hablarlo a la cara y no con poesías indirectas en una tarjeta, ¿no lo cree? -preguntó con un tono calmado a pesar de cómo se sentía, hablando con cortesía. Podía estar molesta, pero no sería tan descortés de la nada con ese hombre a pesar de las molestias causadas... aún tenía esperanza que en el fondo todo fuera un malentendido y no tuviera que molestarse de veras.

Debía admitir que la forma del joven de afrontar un conflicto era loable, con expresión serena e impasible, pero aún así sus fuerzas no iban a flaquear, no se iba a dejar conquistar por un par de palabras dulces, sin ser grosera, pero en su mente se repetía una y otra vez que no debía de bajar la guardia- ¿...Ah? ¡No me refería a eso! -¿realmente le estaba preguntando eso? ¿Sería acaso una forma de desviarla del tema?- Realmente no es eso lo que quise decir, yo me refiero a que es una indirecta halagar a una chica de esa forma con poemas... ¡Claro!, una indirecta para que se te acerque y hable contigo, ¿no? -preguntó siempre desafiante pero intentando, no muy bien, mantener su calma lo más posible. Le estaba molestando esa galantería suya, bastaban más que frases poéticas como esas para causar reacción en ella- Nghm..... -en parte sentía que tenía algo de razón al escuchar su argumentación, gruñendo al sentirse algo derrotada- ¡La verdad yo habría preferido eso! Pues si ya al Señor Idol le incomoda un poco, creo que ese ya es otro asunto.... -suspiró pesadamente para liberarse de la tensión que traía encima suyo- La verdad sí, estaba molesta... no iba a gritarte si te acercabas, de todos modos... no es como si fuera un animal enjaulado como para que sugieras que era mejor darme espacio... Ya sé que no es tu culpa atraer a tu montoncito de fans cada vez que entras a un lugar, sin embargo... -volvió a suspirar, prefiriendo guardarse la conversación para otro momento, quizás incluso olvidarla, bufando al escuchar cómo se ofrecía a servirle- Si me dieran un centavo cada vez que oigo esa frase.... -negó con la cabeza, aun así teniendo una leve sonrisa en sus labios, sarcástica e incrédula. Aun más incrédula se sentía de percatarse que la estaba invitando a sentarse con él para escuchar todas sus quejas.

-De todos modos, ahora da igual seguirle dando vueltas al asunto, tomaré todo esto como una disculpa de tu parte... -dijo mientras se sentaba con la parsimonia digna de alguien con raíces británicas como ella- Gracias.... no cualquier idol o famoso como tú se digna a escuchar a sus fans y no-fans, no de esa manera... a menos que lo usen de tretas para conquistar jóvenes ingenuas... Aun así creo haber dicho ya lo que me molestaba, ¿no?.... -agregó mirando hacia otro lado, notando como muchos cuchicheaban a su alrededor sobre la chica que "descaradamente" se había sentado frente a Ren Jinguji, en la misma mesa que él.

¿Gata? ¿La había llamado gata? Bueno, sí, ahora sí que se sentía erizada como una, pero...- ¿En serio me estás llamando gata? -preguntó entre incrédula y casi ofendida, arqueando una ceja- No sé qué tanto le ves de adorable.... -quizás le molestaba que la comparara con algo adorable, de eso no tenía mucho, su concepto de adorable no calzaba con la definición que tenía de sí misma, pero realmente no quería seguir armando conflictos, por lo que suspiró pesadamente e intentó mantener la compostura, no podía ponerse grosera en aquel momento- Supongo que cada quien va con sus gustos... por mi parte, discrepo con lo que dices.... Ah, muchas gracias... -agradeció al recibir su pastel acompañado de su té- Ahh, mucho mejor... -dijo en un suspiro tras sentir claramente el aroma a flores de la bebida, casi pareciendo más relajada, como si sólo oler su té le calmara inmediatamente, reaccionando de repente- Perdón, ¿dijiste algo? Ah, bueno... una cosa es ser directo y otra cosa es no saber utilizar los poemas al hablar con una mujer... Realmente no comprendo cómo es que soy la primera que reacciona así... Será que muchas se fijan en esa apariencia que traes... -dijo como si nada, bebiendo un sorbo del té y suspirando largamente al disfrutarle, lo mismo el calor del brebaje que bajaba por su garganta, mirándole repentinamente al casi atragantarse con sus palabras- ¡¿Cómo que otro tipo de situación?!... realmente no sé si creer que eres extraño o un patán más... -dijo sin mirarle, partiendo su pastel con su tenedor y probándolo, cerrando sus ojos para degustarlo con calma- Entonces, Ren Jinguji... es mi turno de presentarme. Mi nombre es Aria Ainsley, estudiante de la Academia Musette, seguro debes haberla oído nombrar -contestó, arqueando nuevamente una ceja- ¿Koneko-chan?

-Bueno, hasta donde sé es prácticamente la única escuela de esta ciudad, por eso es tan grande. Lo más lógico es que mínimo hayas oído hablar de ella -comentó mientras seguía comiendo de lo que había pedido- Y no sé, creo que se nota que eres nuevo, de lo contrario al llegar habrías tenido una multitud mucho más grande detrás tuyo... menos mal no fue así... -masculló entre para sí y para Ren, realmente lo último que necesitaba en aquel lugar era un ataque de pánico por la aparición de una enorme multitud en el café.

-Yo también he oído nombrar de esa agencia Shining que mencionas... no sé mucho al respecto, pero me suena, ¿es bien conocida allá de donde vienes, verdad? -preguntó con su usual parsimonia al beber un poco más de su té. Prefería irlo bebiendo de a poco para disfrutar su sabor como era debido- ¿Ah? ¿Ari...? -inquirió de forma casi retórica, lo que faltaba, ahora saliéndole con apodos de la nada. Lo extraño es que el hecho que le dijera Ari le picaba más que los extraños apodos que ese chico del arcade le había dado no hacía mucho "Acchi" o algo así había dicho- ¿Qué es lo que tengo de divertida...? -a aquellas alturas ya no sabía de qué forma tomarse ese comentario, aunque lo que había dicho después era muy cierto- Sí, supongo que sí... aunque suena un tanto... raro que lo digas de esa manera, ni que fueras masoquista... Al menos has admitido que suena raro... uhm... -se quejó un poco, casi como con un gruñido al escuchar los molestos cuchicheos de las chicas, señalándola con el dedo y mirándola fijamente, con caras de desaprobación- Parece que tus fangirls no están muy contentas con mi presencia... -comentó algo amarga, revolviendo su té con la cucharilla, sin mirar a Ren.

-¿Shining Saotome? -preguntó con una ceja arqueada, algo incrédula de escucharle- ¿Realmente una escuela tan prestigiosa como dices tiene por director a un hombre con un nombre tan ridículo como ese? Aun si fuera un nombre artístico... No puedo tomar a una persona llamada así en serio... Bueno... sí, ya veo que es bien excéntrico, pero creo que hasta eso se sale de los estándares de cualquiera, ¿no? -comentó al terminarse por fin su té, probando el último bocado de su pastel-

-Pues yo digo que es masoquista preferir que te llamen patán... es como buscar que te maltraten o algo, es por eso que lo digo... -levantando sus hombros como quitándole importancia al asunto- En efecto no me conoces, y aun así vas y me lanzas piropos como una chica fácil más que puede caer a tus pies con sus dulces palabras... lamento decepcionarte pero no soy una de ellas... -bufando suavemente al comprobar que seguía hablándole con suaves palabras- "¿Acaso siempre es así con todas? Parece dar esa impresión... ni siquiera parece que hagan mella mis palabras... está loco..."

Miró algo ausente a la ventana del café por donde los transeúntes pasaban por la vereda en sus actividades cotidianas, intentando fijarse más en lo poco que podía apreciarse del cielo desde aquel lugar- Pero es verdad... nadie es sincero, ni siquiera consigo mismos... mucho menos en el ámbito del espectáculo, todos te buscan por favores, todos fingen ser amigos tuyos... En este medio no puedes confiar en nadie, absolutamente nadie... -suspiró con algo de pesar.

-¿Uhm...? -¿realmente le importaba lo que los demás cuchichearan? Bueno, sí, podrían haber papparazzis, debería preocuparse de ser vinculado con alguna mujer, no le convenía en absoluto- Me da igual... estoy algo acostumbrada... -ser la nueva en el lugar, que todos hablen a tus espaldas, para bien y mal, tener buenas calificaciones... No, no era novedad para ella... que los demás hablaran, haría oídos sordos como siempre había hecho.

Por un segundo se estremeció con un escalofrío al escuchar su forma de hablar, molesta. Por un segundo le temió de su reacción- P-pues no era lo que quería decir, quizás tú no las buscas, pero no dudo entre muchas de tus fans hayan chicas que quieran algo con alguien famoso como tú sólo porque sí... ¿o vas a decirme que crees que todas las mujeres son inocentes y puras? -contestó de brazos cruzados. Podría ser un mujeriego, pero si era así de ciego... o ingenuo... no podía ser, imposible...- Parece ser que tenemos opiniones distintas, coincido en que cada mujer es distinta, no todas son fáciles, pero no puedes negarme lo que estoy argumentando, no digo que todas lo sean... simplemente te planteo la posibilidad de que pueden haber algunas en tu grupito de seguidoras... Si te ofendió, lo lamento mucho, pero opino que esa es la realidad... -repitió, bastante segura de sus convicciones, sin dejarse intimidar por el hecho de que el otro se encontraba un tanto molesto.

Una vez Ren hubo llamado al mesero, el aire de tensión se disipó, por lo cual también suspiró para dejar ir cualquier tensión residual que hubiera quedado en su sistema, aún cruzada de brazos y mirando hacia otro lado, volteando hacia él al darse cuenta que se dirigía a ella- ¿Hmm?.... sí, puedes decir que sí.... soy algo desconfiada, pero no me faltan razones para ello... -respondió sin agregar más a aquella oración- Pues no he tenido inconvenientes hasta el momento, ¿por qué no habría de vivir bien de esa manera? -preguntó curiosa, realmente sorprendida por su pregunta- "La verdad es que tengo muchos motivos para desconfiar... no es agradable estar así y viendo sospechosos en cada esquina... supongo que es sentirme algo paranoica pero... no es como si pudiera bajar la guardia a estas alturas..." -pensó algo ensimismada tras lo dicho por Ren- ¿Qué tiene que ver el ser crítica con ver los sentimientos de los demás? -preguntó con una ceja arqueada- No sé tú, pero por lo menos a mí, el ser crítica me ha ayudado a llegar a donde estoy en este momento y no pienso dejar de serlo, no por lo pronto...

Se limitó a mirarle de reojo tras sus comentarios, sólo arqueando una ceja, luego negando con la cabeza, intentando esconder la extrañeza de su rostro por su invitación- Mira, agradezco todo el gesto de pagarme la comida y todo, pero realmente paso... creo que ya tuve suficiente con los cuchicheos de las... señoritas de este lugar... no me imagino cómo chillarían en un centro comercial, y realmente temo por mi integridad...

Poco le importaba lo que fuera a opinar el otro de lo que decía, era su opinión y tenía razones para mantenerla, y ese pelirrojo simplemente era un aparecido cualquiera en su vida como para estarle dando explicaciones, no necesitaba dárselas ni a él ni a nadie.

-Pues ya sé que será solitaria... -murmuró con igual conformismo- Pero a fin de cuentas es mejor solo que mal acompañado, ¿no piensas así? -miraba apáticamente su taza vacía de té, volteando al escucharle, un tanto sorprendida al percibir la sinceridad en sus palabras- "No, es sólo uno más de sus jueguitos de palabras... ni se te ocurra caer como las demás... No, yo soy fuerte..." -pensó para sí, frunciendo un tanto sus labios- Pues creo que de momento tendré que pasar de darte el gusto por hoy... -comentó con una sonrisa ladina en sus labios- Hasta luego entonces, Ren Jinguji... -se despidió de él, esperando que saliera para coger sus cosas y marcharse del lugar antes que las chicas se le lanzaran encima o comenzaran a arrojarle cuchillos.