Retribuyo lo que me has entregado[P]

Si, es cierto, Camus es del tipo de persona que no se involucra en problemas de otros, pero también es sabido que le debía mucho a su antigua compositora y tiene cierto respeto y aprecio por el ex miembro de STARISH, Jinguji Ren.

La situación era la siguiente: el pelinaranjo estaba demasiado ocupado (y acobardado, a la vista del conde) para ir por su...prometida al aeropuerto, incluso antes de eso era demasiado para él el sólo pensar en invitar a Nanami a su concierto Debut en Glass Dome

"Por qué no lo haces tú mismo, Jinguji, nunca se me pasaría por la cabeza que fueses de la clase de hombre que no se enfrenta a una mujer...

Es más que eso, Baron...-el idol le explicó la situación con lujo detalle al conde y si bien al principio se mostró reacio a participar terminó accediendo al pensar en que el Jinguji debía estar demasiado desesperado para pedirle algo como eso-

Me deberás un favor muy grande...Jinguji. Pero si eso hará que tu debut sea más importante y te ayudará a sacar aquello que tú sabes hacer...lo haré. Lo tomaré como parte de mi trabajo como tu nuevo manager..."

Hizo los contactos necesarios, la compositora había estado bastante alejada de cualquier medio, tuvo que comunicarse con los demás miembros de STARISH y deberle un favor increiblemente grande a Reiji Kotobuki para localizarla(cosa que le recriminaría a Ren más tarde) pero dió con el paradero de la muchacha y le hizo llegar un comunicado informandole sobre el debut del idol más una entrada en primera fila para ella. La respuesta fue pronta...debía ir por ella.

Era de conocimiento que a Haruka Nanami no podías dejarla sola en un área que no conociera, menos en una ciudad tan grande como Glass City...en realidad...en ningún lugar, la torpeza de la muchacha era tan grande que para Camus aun le parecía increible que no se le olvidara como respirar...pero bueno, le tenía estima, le había enseñado lo que realmente significaba la música...le debía mucho.

No necesitaba un cartel ni nada para que le reconociera, estaba allí, esperándole vistiendo uno de sus trajes blancos junto con su perro Alexander, de seguro a Haruka le haría feliz verle.

Cuando el vuelo llegó y comenzaron a desbordar el ex idol estaba realmente extrañado, no veía a Haruka en ninguna parte, sólo a dos o tres personas y entre ellas ninguna que luciese como la compositora...

Guau!!-Alexander tiró de su correa, ladrandole y moviendo la cola a una chica de cabellos ondulados notoriamente perdida-Quieto!-Guau guau!!!- 

Y fue cuando se percató de ello...aquella mujer ahora notoriamente más madura era Haruka Nanami ¿cómo olvidar aquellos ojos dorados y cabello coral?

Pestañeo varias veces y sonrió amable, dejando que Alexander fuese en su búsqueda-...Has...cambiado mucho. Bienvenida.

Cuentas erróneas, eso era en lo que pensaba la chica, quien insistía en jugar con la mitad de su pulsera, regresando una vez más al inicio sin terminar el conteo. Haruka estaba en otro lado, en un edificio muy lejos del aeropuerto de la ciudad, bueno al menos su mente lo estaba. Había pasado ya casi cinco secciones desde que descendió por la manga del avión, estaba tan nerviosa y la búsqueda inconsciente por buscar alguna excusa la termino dejando ya un par de metros desde que vio las luces de las tiendas de souvenirs. Sin duda alguna necesitaba concentrarse mejor pero no fue hasta que chocó por accidente con una mujer de mediana edad que pudo percibir su ubicación, todos sus nervios la habían guiado a la fila para el próximo vuelo.

Pestañeó un par de veces al ver la gente acumularse por subir a su destino y el pánico volvió a hacerse presente en ella, a dónde se suponía que iba? Muy mal para llevar tan solo unos minutos en aquel lugar, la mujer a la que había interrumpido le miraba extrañada. Retrocedió un par de pasos, mientras algo alterada negaba con las manos, sin detenerse ante la replica de la persona frente a ella, reverenciándose en forma de disculpa. Lo lamento d-de verdad, lo siento mucho!

Su cabeza daba vueltas, no cabía en la vergüenza que sentía en ese momento, y antes de que uno de los guardias del lugar llamara su atención la señora termino por reír algo divertida por todo el ajetreo, para luego calmar al empleado, e interrogarla sobre si tomaría el mismo vuelo que ella. "Eh?" Ladeó su rostro abriendo los ojos con sorpresa, le tomó un par de segundos pero aclaró deprisa el mal entendido, dejando en claro el que solo buscaba la salida. Los adultos frente a ella se extrañaron cada uno con extrañas muecas en el rostro, y mirarse entre si parecían cuestionarse sobre si sería apropiado dejar a la chica a su suerte en un lugar tan grande. El uniformado después de rascar su barbilla terminó por escoltarla hasta la entrada del lugar aún con sus comentarios sobre de poder hacerlo sola.

Sin dudas tomaría más tiempo narrar su 'pequeña aventura' que lo que le tomo a ella el terminarla, miró su reloj, solo quince minutos desde que bajo del avión, no era tan malo... Empuñó sus manos por unos segundos y al levantar la vista lo pudo ver, uno de los ejemplos más complejos en convivencia de Quartet Night. En su común postura, pero no pudo mantenerse admirando la figura del Conde, pues ahí estaba el enérgico y fiel compañero de su superior. Alexander! Sin darse cuenta había alzado la voz y acelerado sus pasos rebosante de alegría llegando junto al singular par, inclinándose para saludar al can, sin dejar de sonreirle a su dueño intentando recuperar el aliento. Ha sido un largo tiempo, Camus-senpai.

Por suerte para él(no tanto para ella), Camus actuaba tal y como era delante de la compositora- Tiempo que aumento al esperarte aquí- dijo con el semblante serio y alzando una ceja mirando de arriba abajo a la muchacha con su usual mirada severa y poco sincera...aunque menos intimidante que hace muchos años si se trataba de la mujer en cuestión- Algunas cosas no cambian.

Alexander frotó su hocico en las faldas de la muchacha, buscando una caricia que siempre era bien entregada por la compositora- Hey...-un solo chasquido y el can se sentó, erguido-

bien?-Camus, analizaba a la muchacha...hasta que se percató de algo-oi...-su ceño se volvió a fruncir- dónde está tu equipaje?...-suspiró luego de cerrar los ojos- siempre en las nubes, no me digas que lo olvidaste recoger porque seguro te perdiste...-Camus llevó su mano a su frente para luego frotar sus cienes. Increíblemente se calmó con un suspiro, conociendo a la muchacha esto era menor a tener que soportar a Aijima- Vamos a buscarlo...toma-le dio la correa de Alexander, a lo cual, el can se deshizo en movimientos de cola y se posicionó al lado izquierdo de la colorina- así no te perderás...

Su rostro comenzaba a tomarle peso a todos los nervios que anteriormente dominaban cada rincón de su cuerpo, pero esta vez por cada una de las palabras que su superior dejaba caer sobre ella como bienvenida. Camus; toda persona que hubiera pasado suficiente tiempo con él podría notar la perfección con la que ejecutaba absolutamente todo lo que se le ponía por el frente, hombre de pocas palabras, y una gracia que sin duda era tan delicada como los detalles de un copo de nieve. L-lo siento Exclamó enderezando su postura tan rápido que al recibir aquel gesto por parte del can apenas pudo corresponder de forma torpe pero no menos afectiva, antes que el conde llamara su atención.

Aterriza Nanami. Ya no era una estudiante de academia, sino una profesional con el deber de responder como tal fuera donde fuera. A-ah esto, tengo el número y la ubicación para buscarlo... e-esto... Recurrió al bolsillo interior de su bolso de mano lo más rápido que le permitían sus manos, chocando las yemas de sus dedos varias veces con la tela antes de lograr sacar el pequeño documento y alzarlo a la altura de su rostro. Es en la sección continua... no muy lejos de aquí. Explicaba mientras sus orbes se concentraban en ubicar los carteles de dirección lo antes posible, debía ser eficiente ante la amabilidad de su compañero al socorrerle con esta clase de cosas, era un requisito.

Sus palabras llegaron a ella ladeando un poco su rostro, podría ser una buena pregunta el si con esto último se refería a su fiel compañero o a ella misma, pero el trabajo juntos no había sido en vano por lo cual la respuesta resultaba algo más predecible. No obstante sonrió de forma más serena al recibir la correa entre sus manos, porque independiente de sus palabras y expresión si algo había aprendido era que aquel gesto simbolizaba un gesto de confianza, a pesar de la falta de sinceridad en su exterior. Compartiendo una mirada de gratitud y cierta complicidad con Alexander apresuró sus pasos para seguir a su amo, no podía dejar que el reloj siguiera corriendo.

Podían pasar los años y la torpeza de Nanami seguía latente, pero incluso a los ojos del conde aquello era cautivante y nostálgico. Todos, tanto Quartet night como STARISH sabían que el Jinguji se había ganado la lotería enamorando a la compositora y cada uno había tenido en algún momento sentimientos diversos por ella. Los que ahora embargaban a Camus para con ella eran de extrema gratitud, por lo mismo algunas veces salía de sus patrones y le entregaba pequeños gestos a la muchacha, algo así como un antiguo sirviente que le debe mucho a su reina.

-Se inclinó ligeramente sobre el hombro de Haruka al ver el pedazo de papel que indicaba el lugar del equipaje y luego la dirección que la misma chica decía- Vamos-comenzó a caminar un poco más adelante de ella, secretamente escoltándola y cuidando el camino para que esta no se perdiera.

Hubo un breve silencio entre ambos, había cosas que deseaba preguntarle porque independiente de que Camus fuese un hombre callado había algo que deseaba siempre y eso era mantenerse informado sobre cada situación para poder abordarla mejor. Mas sabía que habría tiempo para ello, esperó.

Llegando al lugar se acercó a la recepcionista, entablo una cuantas palabras con ella y luego se giró donde Nanami- Nanami-san-dijo amablemente con su tono de mayordomo- la señorita gentilmente me ha indicado que traigas tu validación del equipaje para poder retirarlo, acércate por favor-le sonrió y luego con un suave gesto y manteniendo su suave y delicada sonrisa de caballero le dio las gracias a la mujer que lo miraba con un ligero rubor en las mejillas.

Camus se apartó un momento y esperó a que Haruka hiciera el ajetreo correspondiente.Ya de vuelta tomó el equipaje de la mujer- No conoces nada de Glass City por lo que es prudente al menos por el momento que te hospedes en mi casa, allí tendremos más privacidad y podrás estar más segura. No tienes objeción ¿verdad?

No tardaron en lelgar al lugar indicado y por su parte no hacía más que observar con atención cada gesto de la versión caballerosa de Camus, sintiendo como el can se sentaba a su lado mientras su amo continuaba la charla con la joven, cuanta nostalgia, parecía como si los meses se hubieran multiplicado y fuera una eternidad desde que compartía aquellas experiencias laborales con el conde, y todo lo que significaba aquello, su vientre se mantenía apretado ante el avanzar del reloj. Meditaba un poco cuando la correa se meció y se percato que Alexander la miraba con curiosidad, solo haciéndola sonreír en respuesta, acariciando el pelaje de su "complice" en la espera.

Unos minutos después salió por sorpresa de sus pensamientos al escuchar su nombre V-voy en seguida! Se acelero tanto en llegar al escritorio de la chica que ésta se le quedó mirando como si recordara su trabajo, mirando con cierta vergûenza a Camus. ahora era ella misma la avergonzada y le mostró el documento a la recepcionista haciendo un gesto a modo de disculpa, independiente del nerviosismo cada uno logró desenvolverse con naturalidad después, entre cada uno de los trabajos para la empresa Shining era algo a lo que ya estaba acostumbrada, independiente de si una sonrisa no dejaba sus pensamientos tranquilos.

Terminado todo le agradeció a la chica y volvió junto al que parecía su anfitrión , jugando un poco con la correa entre sus manos, intentando sonreír y mantener la compostura.  Eh? No, no... pero Vuelta al antiguo tartamudeo, una vieja y mala costum bre que la superaba cuando la situación lo ameritaba. Vine preparada para buscar hospedaje... yo Titubeó por unos segundos en que meditaba sus siguientes palabras, y se encontraba con la mirada fría y práctica de Camus, definitivamente el aspecto de todo un profesional, fue entonces que sonrío mientras a paso decidido apretaba un poco más entre sus manos el mango de la correa de Alexander. Gracias, haré lo imposible por no importunarlo. Si existía algo que había aprendido de su tiempo en práctica junto al conde, era el que el tiempo premiaba, y la decisión era una fuerte aliada, algo que sobraba en su espíritu después del viaje.

Los gestos del hombre eran más bien inexpresivos, pero Haruka entendería al ver sus ojos que tenía la aprobación del conde al no "desobedecerle".

La frase de "estar segura" no era en vano. Al parecer la compositora no estaba al tanto de las noticias amarillistas de glass city sobre u novio¿Era prudente mencionarlas?...quizás debería acallar cualquier comentario del tema.

Llegando a las puertas principales se dirigió al estacionamiento. Colocó el equipaje en la maleta y abrió la puerta para Nanami. Algunas mujeres quedaban prendadas ante la elegancia de los movimientos del conde y su particular belleza. Ya Nanami en el asiento del copiloto y Alexander atrás, Camus se sentó en el asiento del piloto.

No será la primera vez que compartamos una vivienda...-arrancó el auto y sonrió irónicamente mientras concentraba la vista en el camino a la mansion.- Aunque esta vez no tendrás que barrer vestida de maid en cuanto llegues-