♫ Music Fest ♫ Concierto de Ren Jinguji

- Qué estupidez... - comentó mientras desplazaba una caja llena de micrófonos hacia la planta baja del escenario. Se había detenido sólo para ver la televisión.

Si él fuera un idol también tendría muchas fans a cuestas gritando su nombre...¡por supuesto! Esto pensaba cuando uno de sus colegas le llamó:

- Rokujo, ¿puedes ocuparte de eso? Estamos con las manos ocupadas.
- Ah, vale.

Los miembros del staff tenían mucho trabajo esa noche, después de todo era la inauguración del aclamado festival que se estaba realizando en la ciudad, el primero de tres conciertos. En el estudio había una gran cantidad de televisores, todos ellos apilados uno sobre otro, y cada pantalla mostraba lo mismo: el reportaje que estaban haciendo sobre Ren Jinguji. La periodista estaba buenísima, eso era lo único que de verdad atraía su atención, pero los gritos de las fans no hacían más que echar a perder su humor. Esas pantallas prontamente reflejarían todos y cada uno de los rincones del escenario, del público y del sector exterior del gigantesco Glass Dome. Debían prestar especial atención para que nada saliera mal, especialmente en lo que respectaba al sonido.

No estaba preocupado del concierto, sabía que habían tomado suficientes precauciones y que todo saldría bien. Más bien, no podía dejar de pensar en su trato con Marceline. Ya había transcurrido una semana desde aquello, pero a raíz del trabajo que tenía en ese sitio no podía escaquearse hacia el bosque y cumplir con lo acordado. Había intentado hallarse un reemplazo pero al parecer no lo hizo con suficiente antelación: todos los sonidistas del sello tenían una labor en ese mismo recital. "Ni modo, tendré que disculparme con ella después...tal vez y logro escaparme igual..." pensaba, intentando encontrar una solución.

Volver a la normalidad era su prioridad, pero nada le aseguraba que Marceline fuera a hacerlo esa misma noche, y mientras estuviera convertido en humano (aún cuando fuera de manera artificial) necesitaba su trabajo más que nunca.

Ayato movió la caja hacia su destino y comenzó a conectar los micrófonos en sus respectivos sitios, siguiendo las indicaciones de su superior. El concierto todavía no daba inicio pero las graderías estaban repletas.

Ya sólo faltaban los micros del escenario. El sonidista subió a la planta superior, caminó de un modo acelerado por el pasillo que guiaba a los camerinos y pasó de largo hasta llegar a las bambalinas. Las atravesó para subirse sobre el escenario, donde se encontraban otros compañeros suyos haciendo lo mismo: arreglando los últimos detalles técnicos para asegurar un concierto perfecto.

- Wow... - murmuró antes de ir con ellos. La vista desde el escenario era increíble...ver a toda esa gente reunida y fija en un sólo punto le puso los pelos de punta. Las luces estaban bajas en ese momento, por lo que el sonidista podía distinguir algunos rostros en el público...y fue entonces que vio a alguien conocido... - ¡...!

El día había llegado, Ren estaba presente en el lugar hace más de 6 horas, ya sea preparando la ultima prueba de sonido, los detalles con los bailarines, el meet and greet o las pequeñas entrevistas.

Luego de que el movimiento con su ex manager no fuese el adecuado, Ren tomó la iniciativa de, por el momento, ser supervisado por Camus para este concierto al menos hasta que el idol encontrase un buen manager. Gracias a eso al menos podía mantenerse tranquilo a sabiendas que todo estaría bien organizado debido a lo meticuloso y perfeccionista de la personalidad del ex miembro de Quartet Night ¿Quién mejor para organizar un concierto que un veterano de la industria y a su vez, ex idol como él?.

Pero eso no era necesariamente lo que le ponía nervioso, claro que no, eso era lo de menos. El día de hoy no sólo presentaría sus exitosas melodías de siempre, si no también se daría a conocer canciones nuevas en las cuales había estado trabajando arduamente. Teniendo en cuenta que su compositora principal era su prometida y ya no tenía aquella gran ayuda, Ren estaba completamente ansioso por esto y más aun porque...le había pedido que viniese.

Camus había hecho el favor de ayudarle en esta ocasión. Un boleto para Haruka le había sido entregado al conde en nombre del idol que ahora debutaría, netamente porque necesitaba que ella estuviese presente. No sabía si realmente la chica de ojos dorados quisiera verlo, ¿Por qué habría de querer viajar luego de haber ya pasado 6 meses fuera de Japón sin noticias suyas más que de cosas banales? Incluso venir desde Japón a presenciar su concierto sonaba como una idea completamente descabellada ahora en su cabeza...después de todo era algo sumamente caprichoso el pedir que solo viajase hasta Glass City por que él se lo había pedido mediante otra persona(algo sumamente cobarde e impropio de él) o incluso porque quería hacerle notar lo que sucedía mediante el método de siempre entre ellos...la música.

Pero no era solo eso...no tenía siquiera idea si había escuchado las noticias amarillistas, más el sabía que la función debía continuar, a pesar de los rumores. Por suerte las fans habían defendido fervientemente al idol, sobre todo las japonesas que argumentaban que la presa de Glass city no sabía nada del pelinaranjo, que él siempre era muy cariñoso con todos incluso teniendo educación japonesa y que ellas amaban ese lado de él. Aún cuando algunas se llevaron un mal pasar al leer aquellas historias por la primera impresión y algunas le recriminaron en su momento por lo dicho por la prensa, Ren manejó bien la situación. Ahora tenía que corresponderles, mostrarles un escenario como el sabía hacerlo, encendiéndolas.

Sumado a eso, Ren Hikari estaba invitada, habían sucedido variadas situaciones con ella que sinceramente el idol no esperaba y el hecho de que estuviese invitada en primera fila a unos cuantos asientos de Haruka era un factor que, si bien no le preocupaba como si fuese el peor de los hombres infieles...pues, le ponía ansioso. El publico de hoy era sumamente especial.
Aria también estaba invitada y esperaba que al verle en el escenario entendiese por fin lo que era realmente él, un idol, un profesional que entregaba amor por medio de sus canciones más pasionales, no quizás como el hombre que ella le veía.

Estaba sentado frente a un gran espejo, apoyando su espalda en el respaldo de la silla, esperando a su nueva estilista. Había sido realmente complicado todo luego de que Mathew ya no estaba por lo que había dejado el aviso y una mujer había tomado el llamado. Ahora solo debía esperar a Cindi que traería el traje para el concierto y lo maquillaría, peinaría y vestiría debidamente. Estaba poniendo toda su confianza en ella.

Respiró profundo y se levantó, preparando sus pulmones con ejercicios de respiración.

Es cierto...no he visto ni a Natsuko ni a Camus-vio su reloj con cierto cuidado. Natsuko había sido invitada como idol de entrada de Ren, eso le ayudaría a darse a conocer entre algunas fans nuevas y otras ya más antiguas que estaban familiarizadas con la música de STARISH y de el hermano de Natsuko, Shinomiya Natsuki.- Deberían estar por llegar.

-escuchó que se abría la puerta y se giró para ver quien era, Cindi Brooks hacía su aparición en el camerino- Ah, Rubi~...-le llamó de forma jovial con aquel apodo que le había asignado debido a sus hermosos ojos rojos y a sus ropajes del mismo color. Vieja costumbre del Jinguji.

Extendió la mano en forma de saludo- Por favor, te lo encargo-sonrió confiado ante ella- ¿Cómo están los ánimos afuera? ¿haz podido ver algo?

Agradecería a Jinguji el planear algo al menos con unos 5 meses de anticipación, pero no, claro que no, ahora y durante muchísimos días, más bien 1 mes y medio entero no había parado de ir de aquí a allá preparando el gran concierto de Verano del pelinaranja.

Por suerte el estar trabajando para el sello era una real ventaja, con su talento para mantener conversaciones y su gentil sonrisa, Camus había conseguido que todo lo que había planeado se cumpliese al pie de la letra.

El sonido, las luces, los guardias, todo tenía un plan B o C por si las cosas no funcionaban. Nada impediría que su trabajo se llevase a cabo, y menos con lo complicado que había sido que toda esas personas se moviesen a su ritmo. Había memorizado, como era usual en él, cada paso y cada información necesaria para mantener todo en orden.

Camus volvía de dejar a a la prometida de Ren en su asiento un: "No te muevas de aquí, llama a mi celular si sucede algo, tienes tú credencial, no es así?" Fueron advertencias que le dejó el ex quartet night a la chica de cabellos naranjas, Haruka Nanami para retirarse tranquilo.

Por otra parte, aun cuando Natsuko no era su responsabilidad procuró que los encargados prepararan una consola aparte para ella y sistemas de monitoreos independientes, si bien compartían  las luces con el Jinguji, para ella serían en las tonalidades amarillas.

Llamó a una jovencita que estaba trabajando maquillando y peinando a los bailarines para que ayudase con algo que le faltase  a Natsuko y procedió a ir con ella al camerino del protagonista de esta noche.

Ya allí notó que tímidamente una silueta con...¿rizadores? se asomaba a la puerta. Tomó desde más arriba aquello y con su profunda voz señalo- Si vas a hacer una entrada debe ser más pronunciada...sobre todo ahora que serás la telonera de Jinguji-hizo un gesto con la cabeza para que entrase allí y volviendo su rostro le sonrió a la asistente que traía- Por favor, encargase de los últimos retoques que necesite la señorita Shinomiya, me encargaré de que este trabajo especial sea recompensado.

Si señor-se acercó a la muchacha rubia mientras tomaba una silla plegable cercana- Por aquí porfavor, señorita Shinomiya.- acomodó la silla y le ofreció que se sentara.

Camus se acercó a Ren y a Cindi, observando que la estilista ya estaba en su labor. Analizó las herramientas de la mujer con su mirada y luego volvió a Ren - Cumplí con lo que me has pedido. Está todo en orden. Las mercancias se están vendiendo y las fans del meet and greet han quedado muy felices con todo el trato y el regalo especial. 

Por cierto, mis más sinceras disculpas- hizo una suave reverencia con la cabeza- Mi nombre es Camus, manager de Jinguji, es un placer conocerla, Señorita Brooks.

El lugar está repleto, Shonomiya saldrá en 30 minutos, no más, no menos, podrás cantar de 3 a 4 canciones-dijo mirando de nuevo a la rubia- Ahora se darán las informaciones necesarias con respecto a las precauciones del concierto y allí se informará sobre la preparación al concierto de Jinguji por lo que Shinomiya podrá actuar sin ningún problema. Me he tomado la libertad de tomar esta modalidad para que las fans no japonesas mantengan el orden...ya que veo que son más...pasionales que ellas-suspiró.

Volvió a mirar a Ren-...No deberías estar ya vestido?acaso tuviste algún tipo de problema?...-miró a la estilista bastante serio-

Así que éste sería el refugio para todas las seguidoras de Rem-sama El famoso Glass Dome... el lugar era E-NOR-ME parecía embobada con sus orbes brillando al ver el tamaño del lugar, y quizás podría haber estado más minutos maravillándose con cada parte de la estructura de no ser por cada una de las fans que empujaban por entrar en los minutos en que la música aún no se hacia presente, sólo un poco más y el espectáculo comenzaría, y las fans y ella lo sabían. La euforia la tenía aturdida, cuando llegó su turno entregó su entrada y comenzó a caminar por los pasillos alfombrados, quedándose viendo la pulsera que se le había dado al permitirse el acceso, accesorio que termino por distraerla de todo el ruido del lugar, era naranja por supuesto... con solo observar algo tan simple un pequeño rubor aterrizo en sus mejillas mientras acariciaba las letras en negro brillante Jinguji... Ren su pecho apretaba de forma dolorosa, y algo desesperada pero cálida como un antiguo día en que se ocultaba de aquel saxofonista para poder escuchar su voz entonando las canciones que nacían desde su garganta.

Como extrañaba oír su voz en persona... Un pequeño tropezón la hizo regresar su vista hacía el frente, encontrándose con un cartel de salida de emergencia , esperen qué, fue entonces que notó el silencio del pasillo, no podía ser, no de nuevo en tan poco tiempo! Se había perdido, miro el reloj de su muñeca de forma angustiada, solo quedaban pocos minutos, si ya había perdido tiempo en la fila ahora estaba atrapada, sus iris comenzaron a temblar junto con su labio inferior No hoy por favor, no en este momento había pasado demasiado y ahora todas esas sensaciones y sentimientos la terminaron por acorralar ahí. Intento llamar por celular al Conde aún a costa de las objeciones que sabía recibiría, pero DEBÍA estar ahí, no había opciones en ese momento, unas cuantas veces el tonó resonó a na velocidad irregular, nada, las líneas estaban saturadas y la señal a cada segundo más extinta, intento apresurar su andar por el único camino que veía tras ella, cualquier cosa podría servir, o no? comenzaron a aparecer puertas, todas selladas aunque tampoco es que haya cruzado una al llegar, al menos no estaba dentro de sus recuerdos, y fue cuando por fin después de al menos unos 5 minutos de andar acelerada pudo divisar a uno de los hombres del stuff salir de una de las puertas, él debería saber cómo llegar hasta su sitio. Espere! para entonces por la carrera de unos cuantos metros comenzaba a destartalar un poco su apariencia, pero alcanzó a agarrar la manga sin la sutileza que solía tener, algo peculiar, no recordaba haber sido tan intrépida desde el día en que hizo las pruebas para la academia, el encargado llevaba la misma chaqueta y gorra de los guardias de la entrada, rápidamente mostró su pulsera para ahorrar problemas, pero sobre todo por lo corto que era su tiempo, en los detalles grabados aparecían secciones y códigos de área pero poco podía descifrar sin estar relacionada con el edificio, y fue cuando notó lo que cargaba con si el extraño, iba sobrecargado con varías entre sus manos, su piel era extraña... sin querer ser irrespetuosa, pero entonces algo comenzó a brotar de ella B-busco la entrada... no podía despegar su mirada del hombre pausando cada vez más sus propias palabras S-se encuentra bien? Se ve algo... pálido Gris sería la palabra correcta.

"Esa mujer...ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos..." se dijo en su fuero interno cuando reconoció a Aria entre la multitud. No fue difícil identificarla: estaba en primera fila y era la única que permanecía tranquilamente en su lugar sin gritar ni avivar el escándalo predominante.

Se aseguró de volver tras bambalinas antes de que ella pudiera verle. Le hacía gracia ver a una chica tan estirada en un sitio como ese, lleno de la vida y el calor de una fanaticada. Intentó imaginarla poseída por el frenesí de ver a un tipo como Jinguji en vivo y no pudo sino retener un resoplido que quiso ser una carcajada. "¡No le queda nada el papelón!" pensó divertido mientras se sostenía el estómago y sacudía la mano libre de un lado a otro.

No, no, incluso si Aria estaba allí por Ren y enloquecía al escucharle él no podría ir y burlarse directamente. No quería que ningún otro conocido le viera en el estado que se encontraba. Con Shizuka y Momoka era más que suficiente.

Sus compañeros de trabajo y él pasaron junto al camerino principal donde el manager Camus se encontraba imponiendo orden entre las estilistas, la telonera y el propio vocalista. Ayato le vio durante un segundo mientras Camus y Natsuko entraban en sus aposentos: "No se ve tan imponente como en las pancartas de la entrada, es más, parece un humano común y corriente sin gracia ni estilo...¡já!" pensaba disgustado, viendo a Jinguji con obvia envidia.

La puerta se cerró de inmediato así que no pudo husmear mucho más.

El equipo de sonido se fue a posicionar a las gradas inferiores, donde se hallaban todos sus implementos. El concierto empezaría en 30 minutos por lo que debían estar preparados para la primera función, la de Natsuko Shinomiya. Sin embargo antes de llegar a su respectivo sitio de trabajo Ayato se cruzó con un grupo de funcionarios que no se suponía que debían de estar allí. Los sonidistas los dejaron estar pues no había nada en ellos que llamara realmente la atención.

Claro, excepto para Ayato, quien reconoció de soslayo el filo de la sonrisa que Marceline intentaba ocultar al bajar el semblante. Él volteó de golpe y se aferró a su brazo con toda la fuerza que su humanidad le pudiera permitir, deteniéndola, buscando reconocer aquél rostro bajo la gorra.

- ¡¿Tú...?! - pero Ayato no pudo acabar la frase.

Spoiler:

No, no tengo ningún problema de aquellos, procede con confianza, te lo encargo- Podía reconocer a un profesional en la forma en que se manejaba. Su estilista en esta ocasión tenía dominio sobre sus instrumentos, inclusive le ayudaba a sentirse un poco más relajado al notar que inclusive la forma en que movía sus dedos o deslizaba la brocha era delicada pero precisa.

El idol sonrió sinceramente de forma sutil ante las palabras dadas por Cindy y suspiró- Mis fans...son muy fieles, estoy muy agradecido por todo el amor que me profesan,
inclusive cuando con STARISH nos separamos nunca dejé de sentir su apoyo. Sin dudas, hoy encenderé sus corazones, más que antes.- En su mirada la determinación y confianza podía verse en el brillo que emanaban- 

Tú piel está muy bien cuidada, eso ayuda muchísimo a aplicar los productos, no necesitaré hacer mucho y gracias a su manager pude elegir que maquillaje y peinado combinaría con su outfit, gracias por las molestias.- Cindy estaba en su labor cuando, como era de esperarse del conde, hizo su aparición en la sala junto con Natsuko.-

Baron, Nat-chan, me alegra verlos ¿qué tal el...?uh- Ren pestañeo dos veces, Camus llegaba con información detallada y se había antepuesto más de lo que imaginó...de seguro esto ya se lo había tomado algo personal. El ex idol no podía ser más eficiente, de hecho dudaría si no estuvo todo este tiempo en realidad ejerciendo como manager en vez de idol- Como era de esperarse de ti, Baron. Thanks...-no iba a negar que estaba ansioso por verla entre el publico, a ella...a la razón de porque deseaba hacer todo esto. Haruka.-

Vamos, vamos, no es necesario que la pongas así de nerviosa- El pelinaranja notaba que Camus siendo manager en estas ocasiones parecía un poco más serio que su usual actuar dulce- El trafico era horrible ¿no es así, rubí? unos cuantos minutos no serán nada, además me a dicho que no será necesario tanto trabajo en mi rostro, ya sabes- guiño un ojo al hombre cerca de ellos con naturalidad- Soy del tipo que puede pelear contra los contratiempos, Ryuya debió decírtelo en algún momento.

Prefería aligerar los ánimos, sabía que el manager si se salía de sus cabales iba a ser demasiado tosco con la mujer y nadie quería ver algo como eso.
Ren sonrió ante Natsuko y con un suave pero amable "esfuérzate" en japones siguió en su posición para que su estilista prosiguiera.-Lo lograrás, sé que darás un espectáculo maravilloso.

Oh, Baron...¿Mis otras invitadas están en sus puestos? me refiero a Aria Ansley y Ren Hikari?

Tu actuar siempre es tan despreocupado, Jinguji- frunció ligeramente el ceño ante el relajado comportamiento del joven más quedó en un breve silencio cuando habló del Idol conocido por sus papeles de acción, Hyuga Ryuya- Cómo sea- suspiró suave y corto- Esfuérzate como sueles hacerlo, no perdonaré ningún fallo luego de todo el trabajo maratonico que hemos tenido que hacer el staff y yo.

Esto último no lo dijo realmente con ánimos de ofenderle, él y cualquier miembro de starish y quartet night sabía lo apasionado que era Ren para con el público, por lo mismo ahora funcionaba en solitario en una ciudad tan grande como Glass City. En silencio, una extraña sensación de nostalgia que Camus no supo definir palpitaba en su pecho y es que quizás a todos los de quartet night les podía suceder, el extrañar estar en un escenario siendo idols.

Pero ahora, Camus era como siempre devoto a lo que su reina decía y si él debía ser un manager y además debía realizar otras labores importantes en el sello, él lo haría sin chistar.


No dijo absolutamente nada sobre como Ren animaba a la rubia parecida a Shinomiya, a su vez, él no intervino con ninguna palabra, no lo creía necesario. Se acercó a los colgadores y revisó los dos atuendos que usaría el idol más uno extra, recordando la propuesta que el pelinaranja le había hecho. Suspiró, la voz suave y profunda de su ahora representado lo sacó de viejas memorias.

Las dos chicas supuestamente tenían su boleto. Estaban en frente tal y como lo dictaste, Aria Ainsley y Ren Hikari tenía un asiento al lado de la otra, mientras Haruka estaba un asiento luego de Ainsley.-tomó su celular, no tenía buena recepción allí- 20 minutos y comenzamos!!!- 

Salió de la sala con el celular en una de sus manos y ya cuando tuvo señal llamó a uno de los guardias, quería asegurarse de que las invitadas especiales de Jinguji estaban en sus sitios luego de lo preguntado por el ex starish- Revisa si el asiento A-25, A-27 Y A-28 ya tienen a sus ocupantes, cualquier problema con el sector toma las medidas correspondientes- dicho esto se apresuró a continuar con sus quehaceres, cuando de pronto.

Mmm?...


"El número "Nanami Haruka" a intentado comunicarse con usted a las XX:XX pm."


Nanami?-Las dos cejas rubias del conde se juntaron, el ceño parecía molesto- ¿Qué sucedió?- marcó el celular de vuelta buscando una respuesta y caminando por los pasillos del edificio.

Uhm, disculpe. El sujeto no reaccionaba y una vez que pudo encontrarse con su cara retrocedió un paso casi por inercia, dejémoslo en que su acompañante era alguien por lo menos con mucha presencia, y ella única espectadora, tal por lo que le permitía ver su radio visual. El lugar parecía desierto, jaja tal vez a Ittoki-kun le agradaría para una próxima casa embrujada, comenzaba a reír nerviosa en lo que tomaba una lenta distancia del sujeto que tal vez superaría en altura a su novio, cuando un estruendo les alcanzó y ella aprovechó la distracción para acelerar sus pasos al extremo del sitio.

L-lamento molestarle! Bu-buscaré alguien que pueda ayudarle. Gritó acelerada en lo que sus piernas la llevaban a un lugar donde la compañía no fuera quizás tan intimidante, de cualquier forma él parecía enfermo, no había tiempo que perder, debía encontrar alguien que pudiera auxiliarla a ella en su laberinto entre las paredes del edificio y al hombre quien por aspecto en solo una rodada de dados podría terminar desvalido.

Alicia, Alicia, hasta cuando seguirás jugando, el conejo se fue en otra dirección, y tú aquí entretenida con la música de ridículas flores, haz llegado al rincón donde la locura abunda y la fantasía es lo único legitimo a la hora de dar su veredicto, oh no,, no me refiero a ese viejo loco de sombrero ridículo ni a la liebre que canta animada celebrando el no cumpleaños, hablo  de  mí, de quién más si no, pero quién eres tú, bueno, depende del cómo lo veas.

Alzó su muñeca hasta observar la hora. ¡Oh no! oh sí, apenas le quedaba tiempo antes de que el telón subiera y comenzara el concierto y Ren-sama pisara el escenario, debía correr, deprisa! Del mismo modo en que te desenvolvías entre los edificios de las compañías que invitaban a STARISH, no, ahora incluso más importante, su corazón empezó a retumbaren un volumen lo suficientemente alto como para que cualquiera que pasara a su lado pudiera escucharlo, tenía las mejillas coloradas y había perdido uno de los accesorios con los que decidió adornar su cabello para el momento. Muy mal, y todo en el día del encuentro, como si la imagen la sumergiera en un lago con sabor cítrico, y por qué no, del mismo color naranja que ahora insistía en batir como batido de verano, eso y el toque perfecto Jinguji, hablamos de la música emitida por un solo de saxofón, al ritmo de la canción que una vez busco entre trozos rotos por los jardines de la escuela.

Pero que vergüenza, ahora fantaseaba con escucharlo. Lo siento Ren-sama… Uh? ah!! La pantalla apuntaba la llamada insistente del Conde, y ella no dejaba de correr pensando que todo era un producto de su mente. Atendió con cuidado centrando su vista en lo que alcanzaba a ver a del aparato entre su propio flequillo, agradeciendo a su ángel guardían en un tímido pensamiento, por supuesto nos referiamos al mismo que cantaba la canción de la llamada entrante. C-Camus-senpai! Si… L-lo siento, es solo, que encontré a alguien y parecía herido. Ah.. no, n-no está conmigo, la verdad es que n-no estoy muy segura de dónde estoy… Sí… s-sí… Deme un segundo, oh, estoy cerca de unos guardias de seguridad. Podría consultar a ellos, llegaré en un minuto. Varios sujetos discutían entre ellos mientras cargaban artículos de sonido con el nombre de la empresa encargada del evento bordada en insignias tanto en brazos como gorras. Parecían apurados, intentaría ser breve, cuando algo llamo su atención, alguien con una vestimenta un tanto diferente y ojos verdes, quizás él podría guiarle, parecía apresurado en sus propios asuntos pero sereno. Claro, antes de soltar un grito que casi la hace tirar todo lo que traía con ella al quedar a sus espaldas.

Marceline no estaba con su apariencia habitual: su piel se veía como la de un ser humano, su cabello estaba oculto bajo una gorra y vestía como un miembro del staff. Pero estaba seguro de que era ella. Su sonrisa era inconfundible. Estaba acompañada de otra chica misteriosa y de un grupo de funcionarios que conseguían camuflar su presencia.

- ¿Qué sucede? - preguntó uno de los tramoyas que notó la repentina detención de la chica - llevamos prisa...
- ¡Esta mujer...! - intentó explicar Ayato sin soltarla, pero fue inmediatamente interrumpido:
- ¿Otra vez estás ligando, Rokujo? ¡Coño, controla tus hormonas que el concierto está por comenzar...! - comentó burlesco uno de los chicos del equipo de sonido.
- ¡¿HAA?!

Entre la indignación y las distracciones, Marceline acabó zafándose de su agarre y se perdió rápidamente de su vista. Cuando Ayato se percató de esto ignoró a los demás y volvió a buscarla entre los trabajadores, pero ella y la chica que le acompañaba habían desaparecido.

- Hee...tú no sabes cuando detenerte - comentó su colega después de que el tramoya se fue; - también supe lo que hiciste a Misako en la fiesta de año nuevo. Eres un sinvergüenza.
- Piérdete de una vez, imbécil - respondió Ayato molesto aún buscando a la vampiresa con la mirada.
- ¿Ah, no~? ¿Qué tal si le digo a la jefa del departamento de sonido que estás perdiendo el tiempo en medio de un evento tan importante?
- ¡Haz lo que quieres! ¡Me importa una mierda! ¡Si el escenario se prende en llamas por culpa de esa loca no será mi culpa!
- ¿...?

El sonidista se mostró confundido. Ayato estaba actuando más extraño de lo normal y no lograba comprender sus palabras, por lo que decidió dejar de provocarlo y volver a sus labores. “¿Dónde se habrá metido esa desgraciada?” Necesitaba encontrarla y concretar su trato con ella, sin embargo, dudaba que ese fuera el único motivo por el que estaría allí.

En medio de estas reflexiones, notó la presencia de una muchacha de cabello color salmón que mantenía su distancia y llevaba observándole desde hace un buen rato. No parecía ser miembro del staff, de hecho, ni siquiera parecía saber dónde estaba parada.

- ¿Y tú qué miras? - le preguntó desafiante.

Spoiler: