The Circus ★ Afiliación Normal

Nuestra Historia

El Circo Dominé ha vivido muchas vidas. Hay que remontarse al siglo XIX para descubrir sus comienzos, de la mano de Jacques Dominé. El señor Dominé era un domador de caballos de origen Irlandés, con ascendencia francesa, perteneciente a una antigua estirpe de acróbatas, que regresó a París en 1847.

Por aquel entonces, la ciudad vivía un auténtico apogeo de las artes circenses, decenas de anfiteatros, que también alojaban espectáculos de ópera, muchos de ellos llegados de todos los rincones de Europa. Esta pasión del público por el espectáculo se extendía también a otros géneros; era de tener en cuenta la gran cantidad de teatros que ofrecían dramas, comedias o variedades. Jacques Dominé, que se había instalado en la ciudad desde 1858, era popular gracias a su barracón cercano a la antigua Plaza de la Bastille, donde actuaban célebres compañías acrobáticas. La buena acogida del público lleva al señor Dominé a levantar su propio circo. Así, en 1868, en un París alborotado por el crecimiento demográfico y la amplia oferta lúdica y cultural, nace el Primer Circo de Dominé, obra de un conocido arquitecto parisino con el que tenía una estrecha amistad. El anfiteatro era de madera y tenía una única pista central.


El éxito fue tal, que en 1879 toma forma el proyecto de un nuevo circo de la familia Dominé. Mejor dotado y capaz de acoger los números más espectaculares. Por aquel entonces Jacques Dominé ya había fallecido y sería su hijo, Jules Dominé, quien se haría cargo del nuevo circo.

La noche del 5 de diciembre de 1880, Jules inaugura el nuevo Circo de idéntico nombre. Y aquí comienza otra de las vidas de este circo único. Tuvo lugar a las afueras de la ciudad de la luz debido a la necesidad de un espacio mayor para ampliar su estructura, añadiendo varias carpas. A lo largo de su historia cambió varias veces de nombre: desde el inicial Circo Teatro de Dominé, hasta el definitivo Circo de la luz (“Lumière Cirque”), dada su procedencia.

El circo continuó activo durante varias décadas, con algunos cambios en sus instalaciones y espectáculos, pero estando siempre bajo la dirección de los sucesores de la familia Dominé y sus personas de confianza. Llegó a ser uno de los mayores puntos de referencia a nivel lúdico del continente.


A pesar de haber superado las penurias de la primera guerra mundial, en la cual sus instalaciones fueron usadas como almacenes y muchos de sus animales usados como portacargas por los diferentes ejércitos, llegado el año 39, con el inicio de la segunda guerra mundial, el Circo de la luz bajó su telón de forma aparentemente definitiva y se perdió la pista a la familia Dominé.


El Circo de la luz renace en una época y sociedad completamente distintas. Bajo el amparo de Anne Dominé, una de las ultimas descendientes de la familia, y su esposo Takeshi Morishima, de origen nipon. El circo de antaño se traslada a las afueras de la ciudad de Tokyo, con instalaciones tradicionales pero mejoradas con elementos modernos, espectáculos apasionantes y el mismo espíritu que el señor Jacques le infundó en sus comienzos, o eso es lo que el matrimonio esperaba...

La dirección del circo en realidad está en manos del misterioso hijo de los dueños, Ryuuichi, quien organiza los espectáculos y da las ordenes dentro y fuera de la pista. Su fama entre los miembros del circo y las personas del mundillo es importante, pero sobretodo por tratarse de alguien frío y calculador, cuya forma de lograr sus objetivos no es siempre la más correcta. Desde que él ha tomado las riendas son muchos los artistas que han abandonado la pista, unos dicen que efectivamente se han marchado por su propio pie, otros en cambio aseguran que han "desaparecido", pero lo que si es cierto, es que el Circo de la luz tiene un grandioso éxito ahora y estas historias solo hacen que su fama se extienda y atraiga a más público.

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