Rompiendo muros

-Preferiría más el término "lobo"...- Bromee. Aunque sí recuerdo que ese había sido el apodo que me dieron hace mucho tiempo, y la verdad nunca se me había hecho malo.

Riendo antes los comentarios de Ginger, solamente agarré parte de mi saco para señalarlo. -¿Esta baratja?...Lo compré hace un par de años en una pequeña tienda en Londres. Si viera la cantidad de lluvias que me ha tocado con esto....Entiendo lo que dice, aunque yo en mi juventud me acostumbré a las lluvias y todo eso...- Mi entrenamiento como soldado estaba plagado de mucha resistencia a bajas y altas temperaturas. -La verdad prefiero la lluvia. No tolero los climas demasiado calurosos, algo que no compartes con mucha gente allá. "¿Lluvia?¡Primero muerto! ¿Quieren que se me enfríe mi té?"- Bromee estereotipando el acento.

Saqué el dinero para ir pagando. -Bueno,si un poco de gotas de lluvia no le incomodan, tampoco para mí

Medite un poco sobre su comentario del perro y el lobo, me parecía mas correcto y menos vulgar.

- Uhm, lobo no suena mal, pongamoslo así entonces~

ya con todo listo escuche su comentario sobre la ropa vs la lluvia, me intuía una respuesta así, pero me dejo completamente tranquila de que no fuera uno de esos idiotas que piensa que esta hecho de azúcar y un par de gotas de agua lo desarmara. La lluvia ya había empezado, no era tan fuerte, asi que no era un peligro salir.

-pues señor mio, es un honor caminar bajo la lluvia, total, este vestido siempre puede lavarse~

Con una gran sonrisa me puse de pie y acomode mis cosas, que solo era la pequeña cartera de mano que tenia, solo con la llave del cuarto del hotel y algo de efectivo. Debería pensar en comprare un movil barato para mantenerme en contacto si conseguía trabajo.

-Todo listo por aquí, vamos?

Salimos del establecimiento. Miré a ambos lados de la banqueta para comprobar qué tan ligera o fuerte era la lluvia.]b] -Por el momento parece una ligera llovizna, aunque creo que luego se pondrá un poco más fuerte-[/b] Sin titubear ni nada continuamos el trayecto hacia el hotel mientras las ligeras gotas de agua nos mojaban.

-¿Y ha visto algún otro lugar interesante en la ciudad?- Pregunté cortando con cualquier silencio que se podría presentar. -En esta ciudad encontrará varias cosas: un museo, parque de diversiones, un acuario, mirador, playa, bosque, entre otras cosas...Perfecto para no aburrirse en un día libre.

Yo solamente usaba un vestido corto, imaginen lo que me importaba que solo fuera una lluvia fuerte, pero no, al salir era una llovizna algo molesta, esperaba que diluvio llegara pronto, eso si era un clima para apreciar. 

-uhm, espero que llegue pronto, solo pocos apreciamos un clima hermoso como ese, no cree?~

Seguí a paso tranquilo por las calles, era una compañía muy agradable, ya temía que fuera de esos estirados que por tener un traje bonito le tuviera miedo a un par de gotas de agua. Mantuve la vista variando entre el frente y su persona hasta que apenas lo veía de reojo cuando pregunto.

-Pues, como dije, llegue hace pocos días, pero eh visto bares, por el tema del trabajo, y algún que otra calle comercial, pero sinceramente aun me falta mucha ciudad que recorrer, ya tendré un día en que me dedique a caminare investigar. Tiene alguna recomendación 100% segura que me puede agradar?

Llegamos a un cruce de calle, el semáforo no estaba a nuestro favor y para mi suerte, de buena manera hablando, la llovizna se estaba volviendo mas pesada a llegar al rango de lluvia ligera.

-jajaj vine algo desprotegida, debo recordar que los vestidos no son buena compañía para la lluvia

-Jeje Bueno, tuve varios amigos igual a mí con este clima. Aunque sí, no eran muchos que digamos.

Quedé pensativo. ¿Un lugar que le convenciera al 100%? Eso, sería todavía difícil de saber. -No sabría decirle. Tendría que conocerla muy bien para saber qué recomendación darle. Podría decirle el bosque que hay cerca. Ya que puede recordarle a los tranquilos bosques británicos. Algunas personas les gusta ir de día de campo a lugares así, incluso a mí me gusta ir a meditar o relajarme allá...Cuando tengo tiempo, claro- Con esto del Sello y la escuela no he tenido tiempo para eso.

Miré hacia arriba, como supuse, la lluvia se volvía fuerte, y todavía estábamos a varias calles de cualquier del hotel donde se hospedaba. -Eso puede ser un problema...- Sí, estaba algo desprotegida para la lluvia, el vestido no era tan largo y...creo que me estoy fijando demasiado en ella. Agité la cabeza y voltee a otro lado, debo confesar que me abochorne un poco. -Bueno, habrá que apresurar un poco el paso. No querrá pescar un resfriado así.

Cuando el semáforo se puso en verde, avance un poco mas rápido, si bien AMABA la lluvia, aveces olvidaba el detalle de que me enfermaba a los pocos días... si, era algo lenta en esa parte.

-si, creo que sera mejor apurar el paso

Seguimos caminando por las calles, los negocios tenían toldos que ayudaban como paraguas y podía ver el hotel a poca distancia, capaz una o dos cuadras mas, tendría que darme una ducha de agua caliente y buen té para evitar enfermar.

-y usted? debe pensar que un joven con sus responsabilidades tampoco debe enfermarse... ay pero que idiota soy!! lo hice exponerse al clima.... ya empece mal, verdad?

en la ultima cuadra antes de llegar a destino volvimos a parar por el semáforo, pero había un toldo de una tienda de vestidos, solo desvié un momento la mirada a la vitrina y quede embobada con un hermoso vestido en azul marino y corte campana con mangas largas y escote corazón.

-wow... esta ciudad si que tiene buen gusto...

-Jeje Sí, claro..."joven"- Susurró en lo bajo. Obvio que Julius no se preocupaba por enfermarse de esa manera. -Conmigo no se preocupe, mi sistema inmunológico es muy bueno.

Julius ya se veía en su destino, pero al girar la vista vio que Ginger se había despegado de él. -Ging...¡Oh!- se acercó a donde ella, viendo el vestido. Realmente si se veía muy hermoso, aunque por unos instantes la mirada del ángel se concentró más en la pelirroja, observándola de arriba abajo. -Sí...muy buen gusto.

Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, abochornado giró su vista hacia en frente y se aclaró la garganta esperando a que no lo hayan cachado. -Eh...El vestido seguirá ahí para el día siguiente. Lo mejor es que vayamos a nuestro destino.

-ah! lo lamento!

me disculpe de golpe y volví a emprender camino antes de que el clima empeorada, debilidades por la ropa linda, pero eso no quitaba que prefería mojarme bajo la lluvia. Observe el enorme edificio que era el hotel a pocos metros, eso podía llamarse suerte.

-Llegamos! que carrera eh? aunque sin barro, sabes? el barro con agua de lluvia es excelente para la piel~

Me limite a dar un conejo serio pero con toques de broma, seguro en esa ciudad nadie era tan.... rustico como esta humilde peliroja. El techo de la entrada era perfecto para resguardase de la lluvia, aunque viendo mejor al rubio alado mio, me daba cierta pena. Una cosa es que yo me ensucie o moje, que no me molesta, tengo una resistencia de acero gracias a vivir en los lagos y eso conlleva fango, barro, cosas raras de esos lugares que fortalece las defensas pero otra era meter a una persona seguramente NO acostumbrada.

-ehmmm, creo esta demasiado empapado.... ya se! ammm si no le molesta puede quedarse un momento en mi habitación, le pido una bata y también que manden a secar su ropa.... digo! solo como gesto para que no se vaya así, se va a enfermar y la ropa se arruina tristemente

Agite las manos rápidamente para que no pensara nada extraño, pero ya de por si la propuesta es rara, dios, si alguno de mis padres, principalmente el señor papá , me hubiera escuchado, no solo me hubiera encerrado en mi cuarto si no que también hubiera metido plomo en la cara de Julius.

Apresurando el paso llegaron al lobby del hotel. Por la hora y el clima había un poco más de gente de lo que suele haber, y se notaba algo concurrido aún para ser un espacio un tanto grande. –¿Ah sí? Ahí sí debo admitir que no soy muy partidario del barro– Incómodo para maniobrar, pegajoso, y Julius tenía recuerdos -algunos un tanto vagos- de estar cubierto de barro en medio de una batalla o en los campamentos en días lluviosos iguales a estos. –No tengo problema en ensuciarme, pero creo que eso ya no va conmigo– Agregué.

Tomaron el elevador y dirigiándose hasta el piso indicado, de ahí siguió a Ginger hasta la habitación. Adentro, Julius no pudo evitar dar un silvido por lo elegante que lucía el lugar, primera vez que estaba en una habitación en ese hotel.

–Oh, descuide, realmente mi cuerpo es muy resistente a esto...– Consideró que seguir negandose sería inútil, Ginger se veía como una chica muy servicial. –Está bien. Si a usted le incomoda, a mí realmente tampoco. Además será bueno tomarme un pequeño tiempo para descansar– Le seguirían días pesados.

Sin mas que decir, le indique que me siguiera al elevador, mi habitación se hallaba en el 5 piso de ese enorme hotel, me parecía una buena ubicación, no quería estar en la cima ni nada. Fue un trayecto silencioso pero nada incomodo, cuando el tintineo de que llegamos a destino sonó nos encaminamos hasta la puerta a mitad del pasillo.

Me había hospedado en una de las habitaciones "económicas", eran de las mas accesibles pero no dejaban de ser elegante, deje mi bolso en una de las mesitas alado de la puerta y me quite los zapatos.

-espéreme un momento

Corrí al armario y revise bien, y como suponía, había un juego de batas en el interior, tome la que era mas larga y claramente era para un hombre, le cubriría perfectamente. Ya con la prenda en mano se la acerque junto a una toalla.

-El baño es allí, vaya a cambiarse mientras yo hablo con servicio a la habitación y le explicare lo que necesito~

Estaba tranquila, seguramente otra muchacha estaría avergonzada o esas cosas de novela barata, o algún idiota tipo "porque dejar entrar a un hombre extraño a tu cuarto? encima le pides que te de su ropa!!"

1º- El señor Julius demostro ser una persona de confianza
2º- Yo estaba bastante grandecita, una adulta de 22 años para ser precisos
3º- Porfavor, vi hombres con poca ropa muchas veces
4º- se defenderme
5º- no tiene que pasar nada sinceramente, es solo un favor.

Tome el teléfono y me dedique a explicar la situación, dijeron que no había problema que ya enviarían a un empleado a buscar las ropas. Ya con todo ordenado, revise en mis cosas alguna vestimenta, por la hora y situación mejor era mi cómodo pijama que consistía en pantalones largos en color azul y una blusa de mangas a los codos blancas con un estampado en el centro de un carnero. Me senté en la cama esperando a que el señor Julius saliera y poder yo ocupar el baño.

-ah! que bueno que salio, enviaran un empleado a buscar las cosas, mientras me cambio, si vienen, solo entregarlas, en dos horas mas tardar se las traerán limpias y secas~ con su permiso

Comunique al verlo salir del baño y yo dirigirme a cambiarme y secar mi cabello.

–¡Muchas gracias!– Cortésmente le contestó a Ginger antes de agarrar la bata y la toalla para dirigirse al baño. Entró, se despojó de sus prendas y se secó, no sin antes verse en el espejo, sin quitar la mirada de su rostro. –¿En qué te has convertido en estos años?– Se cuestionó así mismo, y es que más de 11 siglos de vida no eran fácilesy menos cuando estás en no una gran fachada de humano común. A veces vivir mucho tiempo podía ser malo.

Se terminó de alistar y sacó su ropa para que los encargados se dispongan a tenerla seca y limpia cuando vinieran. Asintió con la cabeza a las instrucciones de Ginger, colocó su ropa en un lugar y decidió sentarse en un pequeño sofá de la habitación, tomando el control remoto de la televisión que se encontraba en la mesa de centro, aunque no se puso a ver un canal en específico.

Ya lista y mas cómoda me dispuse a salir del baño, note que mi invitado ya había preparado su ropa y enfocado su atención en el televisor.

-Aun no se todos los canales de esta ciudad, pero el numero... uhmmm 67 tiene documentales muy buenos

Me encamine a buscar unas pantuflas que había dejado debajo de la cama y revisar mi móvil. No había llamado de mis padre ni nada, todo estaba en orden; la puerta sonó y rápidamente tome la ropa que Julius había dejado preparada y fui a abrir

-Muchas gracias, tardara mucho?
-a lo sumo 1 o 2 horas, señorita, esta bien?
-Ah.. creo que si, mientras quede bien
-no tenga cuidado de ello.

con una pequeña inclinación de cabeza se retiro, cerré la puerta y fui hasta sentarme alado de Julius. No era para nada incomoda la situación, casi podía ser hasta cómica

-en dos horas estará su ropa, a lo mucho, esta bien?

Aun seguia con el movil en mi manos y me dedique a mandarle mensajes a mis padre, contadoles, rapida y resumidamente, los acontecimientos del día, omitiendo por obvias razones, que estaba acompañada del joven que me había tomado la audición

-Mis padre exigieron que les mensajeara todos los dias, o los llame, a algunas otras chcias les molestaria eso, pero yo creo que es la mayor muestra de cariño que pueden darme ya que me estan cuidando aun ~

–¿Documentales? Tal vez encuentre algo interesante– Eso lo podría traducir en "algo que realmente le ayudara a su memoria". Por ahora, el canal estaba en comerciales, por lo que no sabía qué podía haber en este instante.

–¿Dos horas? Por mí no hay problema?– Había girado su cabeza cuando Ginger habló. No tendría inconveniente en esperar al menos dos horas en lo que estaba su ropa.

Decidió enfocarse en la televisión, donde por azares del destino, hablaba sobre la nación donde pasó su niñez, juventud y el resto de su vida humana. Solamente podía decir en su interior "malditas señales", estaba bien que tenía que recordar, pero recordar su pasado en Taygrarus más que ayudarle lo estresaba. Decidiendo ignorar eso, opinó sobre el comentario de Ginger.

–No lo dudo. Te aman y se preocupan. No veo mal que mantengas contacto con ellos. Aunque también la mejor muestra de amor es dejar que tus hijos crezcan y aceptar que no siempre estarás ahí para ellos.– Eso lo podía decir perfectamente por su experiencia. –Y bueno, en estos casos creo que lo prudente es mentirles en cuanto a lo que está haciendo en estos casos. Digo, no creo que sean de los que se tomen a la ligera que esté con un hombre en su habitación ¿verdad?

-Pues mire, mi pare es la clase de hombre que es capaz de volarle la tapa de los sesos a cualquier tipo que se me acerque en cualquier plan. Imaginese que eh tenido "pretendientes" que los ah sacado a patadas de la puerta de casa.

Y eso era poco, incluso había llamado a la "pandilla" a buscar a algún muchacho que intentara cortejarme, según el, yo era su dulce muñeca en cajita de cristal, nada ni nadie era merecedor de estar con su única y mas adorada hija.

-Ya mi madre era otro asunto, "usted se casa pura y casta, nada de cosas locas antes del matrimonio"  así que ve...un padre sobre protector y una madre muy tradicional, de no ser por mi tío, estaría en un convento por así decirlo.

Y no era broma, hasta mi madre lo estaba considerando hasta que apareciera un hombre digno de ser mi marido, hasta que me dedique a la música, y le costo horrores ver que su hija ya se estaba volviendo una adulta.

-Lo bueno, que a pesar de ser muy protectores, me dieron mis alas cuando fui creciendo, no trataron de mantenerme en la casa si no quería, siempre y cuando dijera donde estaba o cuando volvía, me parecía justo, fue un buen acuerdo. Si usted tuviera hijos haría lo mismo? yo por mi parte lo haría, no controlarlos, pero si teniendo un ojo abierto, el mundo puede ser muy peligros

–Sí, he conocido varios casos así. Algunos padres parece que no pueden soltarse de sus hijos, y otros...– Hizo una breve pausa haciendo un poco de recuento de lo que su memoría le ayudaba. –Otros simplemente no les queda de otra que aceptar lo que sucede– Aunque eso es harina de otro costal por ahora.

–Sí, el mundo es peligroso; demasiado yo lo diría. Pero no podemos controlarlo todo y a veces mejor que las cosas fluyan según su cause. Aunque estoy hablando más por mis experiencias que otra cosa– Giró un poco el rostro a ver el televisor, y dar parte de su falsa historia. –Mi madre y yo tuvimos que acostumbrarnos a las ausencias de mi hermano, y por desgracia hasta lo que la vida tuvo que reclamarlo– Inmutable sólo la miró a los ojos. –A veces uno cree que puede evitar ciertos destinos, pero al parecer no es así.

Quedándose pensativo, reflexionó sobre la palabra "destinos". –¿Usted cree en eso? ¿En el destino?