(Libre) Un poco de aire nos hace bien

Bueno, ahora que soy cantante oficial de Merveilles Records no creo tener tanto tiempo libre para mí, así que uno que otro día lo tendré que aprovechar. Como escuché que el bosque cercano a la ciudad era bueno para ir a caminar, pues...decidí ir a ver si era cierto, lástima que tuve que ir sola porque no era día que mucha gente tenía libre. Ya será en otra ocasión.

Con zapatos adecuados, playera de manga corta, shorts y una mochila con almuerzo y agua -por si acaso- me encaminé para allá. Como siempre: tomé vuelo hacia las afueras de la ciudad y bajé cerca para aparentar que había tomado el camión y llegué hasta allá. Tomando la senda de tierra que me adentraba al bosque.

Observaba los árboles moverse al ritmo del viento, donde sólo se respiraba aire fresco y se escuchaban los sonidos de la naturaleza.

-Bueno Querida, No podemos llevarte mas allá de aquí, abrir el portal en medio de la ciudad llamaría mucho la atencion- Comento mi mama un poco preocupada por mi seguridad

-Si sigues los pasos de este mapa no tienes posibilidad de perderte, llegaras a la ciudad pronto. Recuerda en la zona de comer pudimos comprar un local para ti, te servira para tener un lugar donde dormir y donde trabajar- Dijo mi padre con el mismo tono de voz.

Era cierto, el día de hoy iba a comenzar mi nueva vida en la Tierra, del cual no tenia mucha idea, en la biblioteca del castillo no había libros sobre otras dimensiones o tierras, solo cosas sobre mi mundo Dolly Dulci y mas allá de nuestra galaxia Delixia no había mas. O al menos en los conocimientos básicos que habitaban en las cabezas de nuestro habitantes, incluyendome, por lo que no sabia exactamente como era los humanos, como debía de actuar y mucho menos como mover, el portal se había abierto en lo que parecía ser una especia de bosque, pero los arboles eran verdes y marrores, no acostumbrada a ese color de arboles en mi planeta me daba miedo adentrarme e ir sola. Aunque tenia de compañía a Nutella, tenia miedo de perderme y nunca llegar a mi destino ~Ah... ¡¿Que pasa si me pierdo? Nunca regresare a casa, nunca encontrare la ciudad de Glass City, no encontré mi local, me moriré de hambre, tirada en el piso frió de pasto mientras unos lobos me comen viva!~ Empezaba a temblar un poco por todos los riesgos que corría al quedarme por aquí.

-¡Melty! Reacciona, no te pongas así. Recuerda, intenta ser fuerte, ¡Venimos aquí para fortalecernos!- Comento mi mejor amiga, la cual era una hada, Nutella.
-Si, ¡Gracias Nutella! Mama... Papa... Estaré bien, muchas gracias por todo lo que han hecho-
-Eso esperamos- Expreso mi madre, la cual me dio un abraza junto con mi padre
-¿No esta Reo por ahi?- Comente un poco preocupada, quería despedirme de mi mejor amigo
-Desgraciadamente tenia una tarea importante que atender en la guardia real, lo siento- Menciono mi padre angustiado
-Esta bien... ¡Bueno, me voy!- Dije intentando ignorar los sentimientos de tristesa y melancolía que venían a mi, haciéndome la fuerte, inflando el pecho y poniendo una cara firme aunque se apreciaba una pequeña lágrima en mi ojo izquierdo.
-Creemos en ti hija, ve con cuidado y Melty... Te amamos- Fueron las ultimas palabras que mencionaron antes de que el portal se cerrara. Con la cabeza hacia abajo comenzamos avanzar hacia las profundidades del bosque.

Empecé a tararear una canción mía sin darme cuenta con la cabeza inclinada al cielo mientras Nutella flotaba a mi lado.
-Y dime, ¿Que planeas hacer una vez lleguemos a Glass City?- Dijo nutella con la esperanza de levantar mis ánimos, sonreí preocupadamente y respondí -Puede que lo mejor seria recorrer las calles y preguntar por donde se encuentra al zona comercial. De ahí tendremos que abrir nuestra propia reposteria- Dije al final con una sonrisa mas animada. Mientras pasaba el tiempo conversando se nos había olvidado confirmar nuestra ruta con el mapa, ya era mas tarde y nos encontrabamos...perdidas -¡Ah... Estamos perdidas! ¡¿Por donde era, donde era?! Parece que estoy maldita- Dije gritando, un grito de preocupación que se lograría escuchar aun lejos.

Seguí caminando con rumbo hasta una parada donde decían que podías tener una buena vista de la ciudad a lo lejos combinada con el entorno cercano de la naturaleza. En eso una grito desesperado rompió mi concentración. Juzgando por la desesperación, al parecer era alguien que se había perdido, pero no estaba muy segura de dónde se encontraba aquella persona, así que decidí desplegar mis alas para ir emprender mi búsqueda, sin descuidar el rumbo de vuelta al sendero.

Después de unos cuantos minutos precisé a una joven que al parecer ni si quiera venía al bosque a caminar. Bajé cerca de ahí para que no me viera y fue donde salí de los árboles. –¿Hola?– Pregunté a la joven en lo que me acercaba. –Escuché unos gritos. Estás perdida, ¿cierto? Le tendí mi mano para saludarla y darle seguridad. –Me llamó Andrea. Mucho gusto.