Mi vida por un Mapo Tofu (Libre)

¿Hace cuanto no había tenido tiempo libre como para ir a darse una vuelta por el barrio chino (que era probablemente uno de sus lugares favoritos en Glass City)? No lo recordaba. Probablemente fue la última vez que Lu Guang lo invitó a comer Bao zi .

Ahora, luego de muchos meses y de que medio se calmara el escándalo con la prensa, por fin había tenido algo de tiempo, dinero y libertad para ir por su cuenta a almorzar a tan nostálgico lugar, por que aunque nació y creció en Corea, Cheng Xiaoshi jamás perdió su identidad China. Y es que bueno, los padres Chinos tienden a ser muy patriotas, no importa en qué lugar del mundo hayas nacido, siempre te incentivarán a amar tu patria y ese era también el caso de la familia Cheng. Tal vez por eso no podía sino agradecer ese pequeño trozo de China inserto en Glass City del que esperaba volverse un comensal recurrente ahora que sus finanzas se lo permitían.

Lamentaba que Lu Guang no hubiese podido acompañarlo en esta ocasión debido al trabajo, pero no podía culparlo, después de todo, no había forma de que sus horarios coincidieran ahora que ambos estaban dedicándose a aceptar cada pequeña oferta, invitación o proyecto que pudieran tomar (recomendación del mismo sello Merveilles tras su pequeño escándalo).

-Mmmmm. Este se ve bien. -Dijo para si mismo mientras observaba un restaurante no muy grande, pero con una cantidad de gente respetable consumiendo en su interior. Entró saludando en el idioma de sus padres, lo que hizo que los rostros del personal (evidentemente oriental), se iluminase y aligerasen su actitud hacia él. Como si simplemente decir unas cuantas palabras en Chino ya los volviera familia.

Como Cheng Xiaoshi iba solo, buscó asiento en una mesita pequeña, apenas le preguntaron que quería el respondió "Mapo Tofu Extra picante!" y té verde bien frío, claro. En su espera y sin querer (o tal vez de forma inevitable) sus ojos se fijaron en una persona que parecía tener problemas para leer la carta. Le tomó un segundo entender por qué: Normalmente en estos lugares no se esfuerzan mucho con sus cartas y si no está en chino mandarín, entonces simplemente tiene una traducción literal de google translate donde unos simples bollos dulces podían leerse como "bolsas de arena movediza".

Entendía entonces perfectamente la confusión y tal vez podía ayudar.

La puerta del restaurante se abría nuevamente, al lugar ingresaba una joven que tenia una enorme chaqueta con orejas de oso que cubría la mitad de su cuerpo impidiendo en primera instancia ver su rostro con claridad además de tener la cabeza agachada con la atención en el teléfono que usaba para escribirle a alguien, una vez termino de responder guardo su teléfono y quito la capucha que cubría su cabeza, dejando ver su rostro con una sonrisa amable para saludar dirigiéndose a una mesa desocupada, una vez alli tomo asiento y espero a que le atendieran. Una vez vinieron a tomar su orden dijo:

— Chow Mein y Jiaozi para comer aquí y otro Chow Mein para llevar por favor.

Spoiler:

No alcanzó a pararse de su mesa cuando aquella persona complicada con la carta comenzó a reclamar. Él se apuró en intentar mediar, pero pronto todo escaló a un griterío (orque bueno, así pasa cuando alguien le grita a un Chino). Incluso Cheng Xiaoshi estuvo tentado de meterse a gritonear más que a seguir de intermediario de la situación, más que nada por que él había tenido toda la disposición de ayudar. El problema fue que el cliente pasó de los gritos a los golpes realmente rápido y ahí estaba el problema, incluso si pudiera devolver los golpes y reducir al sujeto, no podía agredir a un civil justo ahora que por fin las aguas se habían calmado en el sello. Asi que el pelinegro no tuvo más opción que interponerse entre el tipo y una de las meseras. El golpe en la mejilla qué recibió lo llevó a medio tropezar con la mesa continua donde había una chica esperando su Chow mein.

-ah, lo siento... -

Se disculpó medio aturdido, agradecía que al menos ella todavía no tenía un plato servido en su mesa. Sino, lo hubiese tenido que compensar.

-Sí, estoy bien... creo -

En verdad no estaba tan bien. No sabía si era netamente porque había recibido mal el golpe o por que en verdad el sujeto tenía fuerza, pero la cabeza le quedó dando vueltas. Y es que aunque su familia era pobre y en general no tenía un mal físico, Cheng Xiaoshi no solía meterse en peleas y líos en Corea, ya que todo eso puede afectar tu expediente en una academia. Mucho menos había tenido problemas de ese tipo en Glass City, ni los quería comenzar a tener.

Se paró como pudo, agradeciendo la ayuda de la muchacha, pero el escándalo ya comenzaba a escalar cada vez más y absolutamente nadie ayudaba a calmar el ambiente.