Noche de fuga (Libre)

Momoka observo como el chico iba y se presentaba, ella respondio - no puedo decir que es un gusto conocerlo - dijo ante la situación - si lo hubiera conocido en otro lugar tal vez hubiera sido un gusto, pero en esta circunstancia... no - dijo esto ultimo con un tono apagado, vio como el señor llamado Reino iba y rompía los amarras que mantenían quieto al chico.

- Oye! que haces?? - dijo molesta, estubo a punto de ponerse a la defensiva porque el otro tenía un arma y pensó que le atacaría, pero no percibia ninguna intención que fuera amenazante, escucho sus argumentos y ella sentía que tenía razón. Momoka miro un segundo al piso mientras murmuraba algo apenada - creo que tiene razón, Revo-sama tambien pensaría lo mismo sobre esta situación - asi que se quedo ahi de pie observando, luego vio como este Señor Reino se acercaba a ella tan intimidante, ella se puso a la defensiva por si se le ocurría atacarla pero ella al observar esos ojos azulinos brillando tan amenazadores solo decidió dirigir su vista hacia el otro lado, sintiendo una gran intimidación por parte de esa persona - por...eso ya dije.... - dijo con un rubor

- que si me merezco un castigo...-dijo evitando la mirada de Reino, pero luego lo miro con ojos desafiantes - pero eso me lo dara Revo-sama! - dijo ella - no confío en el tono como usted lo dijo... - dijo ella mirándolo - pero despreocúpese... no pienso levantar un dedo contra esa persona llamado Skyle pero... - dijo con ojos amenazantes - si me veo de nuevo atacada por él o por usted, no tendré compasión- dijo esto último.

Luego escucho lo que decía el tipo llamado Skyle... lo dijo en forma de molestia y de puchero - no se que murmuras ~ ...pero el malestar debería pasarse dentro de unos minutos... asi que se paciente y espera... hombre de las dos personas... -dijo.

– ¿Tú en serio crees que Revo tendrá más consideración que yo? – Preguntó a la chiquilla, un tanto divertido por su deseo. No se sentía con el derecho de decidir el castigo pues Momoka no era su alumna, ni siquiera estaba audicionando a la obra escolar, pero se reconocía a sí mismo como un tipo excesivamente buena onda, incluso más de lo que debería; a diferencia de él, el director era muchísimo más estricto, no le sorprendería que acabara suspendida o incluso expulsada de la academia si él lo consideraba oportuno. – Te deseo suerte con eso, de todas formas le informaré de este incidente – anunció, volviendo la vista hacia ella sin prestar demasiada atención a sus berrinches pero observándola fijo. Se contentaba con que al menos estuviese teniendo una actitud ligeramente más sosegada y colaboradora, después de todo tendrían que ir los tres juntos al hospital.

Reino se inclinó por un instante, echó un rápido vistazo a las patas que sostenían la camilla, comprobando que tenía ruedas. No confiaba en las ambulancias y en su tiempo de tardanza por lo que se valdrían de ella para cargar a Skyle. Se incorporó, rascándose la nuca sumamente contrariado por la serie de extraños acontecimientos ocurridos esa noche.

La estudiante a su lado contaba con una fuerza abrumadora y la capacidad de hacer aparecer objetos de la nada, mientras que el chico efectivamente parecía tener alguna especie de problema psicológico. ¿Otra persona? Estas palabras fueron las únicas que conservó en su memoria, la muchacha las repitió bastante, comprendió que las deducciones de esa tarde no estaban del todo erróneas... ¿Acaso sería ese secreto la clave de la disputa que habían sostenido? Fuera como fuera, lo descubriría en otro momento.

– El hospital no está lejos de aquí, nos vamos – anunció, rodeando la camilla y empezando a deslizarla sobre la arena sin mayor dificultad.

Contaba con la fuerza suficiente como para cargarlo hasta el sitio en cuestión, el problema residía en la superficie irregular sobre la cual tropezaban las ruedas, lo cual no resultaba del todo cómodo para el herido. Reino se detuvo tras subir un montículo que le acercaba a la acera, volviéndose hacia Momoka para comprobar que le seguía.

Incluso cuando paulatinamente el dolor parecía ir disminuyendo en su cuerpo, no se sentía capaz de salir corriendo hacia la escuela como en su reciente y fallido intento, incluso si probaba hacerlo, estaba seguro que ese sujeto lo detendría, no, tal vez sería primero esa mujer quien le volvería a atrapar.

Según lo que la chica había dicho, la hemorragia interna y sus órganos deberían encontrarse en buenas condiciones, lo único problemático era esa costilla rota.

-Heh - Rió como si en verdad eso fuera alguna clase de medalla de la que estar orgulloso. Los parches no habían durado ni 5 minutos en su cuerpo, ¿no? Difícilmente habían regenerado algo. Y ese hecho le dejaba conforme de alguna ilógica manera.

Su mirada demostraba con claridad la frustración que sentía al oír a Rito hablar. Su tono de voz se estaba volviendo intolerable a sus oídos y mucho más sus palabras. Gracias a ella ahora no solo el secreto de skyle estaba expuesto, sino también les había condenado a un reproche que claramente al castaño no le convenía en absoluto. ¿A caso a ella le daba igual? Claro, seguramente no tenía que lidiar con ningún problema y por eso jugaba tan confiadamente en la playa en plena noche. ¡Qué idiotez!

Al menos ellos tenian la tranquilidad de que el director sabía de sus existencias y de sus “problemas”, pero dudaba que eso le ayudara demasiado. Más que servir de excusa, resultaba ello la clave de todos los inconvenientes que Skyle tenía en la escuela. Una vez llegaron cerca de la acera fue el único momento donde Zebra volvió a alzar la voz.

-No tengo porqué narrar toda la estupidez de esta mujer a nadie. Si por algo van a castigarme, que sea por escaparme de la escuela. Del resto, estamos en nuestro derecho de guardar silencio. – Sus palabras sonaron cargadas en amargura así como la expresión de su rostro. No le dirigía palabra ni mirada a la chica, solo se dirigía a Reino sin en verdad sentir mucho respeto.

A final de cuentas todo aquello había logrado el efecto contrario de lo que buscaba. Solo necesitaba relajarse aquella noche, divertirse, olvidarse y resultó que ahora tendría, seguramente, una mayor restricción en todo lo que hacía, mayor vigilancia y peor aún, una dosis fuerte de drogas que le impedirían interceder por Skyle.

-¿Es realmente necesario ir al hospital?- La respuesta era obvia en su condición, pero no soportaba la idea de estar un segundo más al lado de la chica. Su mirada se quedó fija en Reino unos momentos, pero luego simplemente la dirigió al suelo mientras intentaba sentarse en la camilla. - Al menos no me pasees de esta ridícula manera por la ciudad... Caminaré.-

Momoka apenas lo vio avanzar lo siguio por detrás de ellos, esa caminata en la arena era algo extraña, sus pies se sentían tan raros, trataba de no expresar su enorme felicidad de estar descalza y estar  caminando en esa superficie tan poco común, le parecía gracioso pero su rostro intentaba mostrar una cara de seriedad.

Al escuchar su comentario ella le cayo la teja ''es verdad, no deberia tener tantos problemas ya que no andaba con el uniforme escolar y tampoco lo conocía, asi que no podía saber que este rubio teñido era parte de la escuela, asi que este encuentro puede ser tomado como un accidente y que yo  utilice la defensa ya que me vi amenazada'' penso en su mente, mientras iba caminando y se cruzaba de manos. La pregunta de Skyle le llego pero ella le contesto como si le estuviera hablando al aire, ya que no quería verle la cara mucho menos hablarle - pues la poción que te di, para decirlo en terminos simples y pueda entenderlo tu intelecto - dijo en forma de molestia - debe haber curado esa hemorrogia completamente... pero lo de tu hueso... pues te dolera al respirar forzadamente-dijo ella mientras analizaba.

- lo único que iremos a hacer al hospital sera molestar el valioso tiempo de los doctores... - dijo ella. Luego miro a Skyle - si no quieres la camilla te la hago desaparecer y asi caminaras, señor de las dos caras ~ - dijo mientras sacaba su celular y apretaba un botón, espero que el rubio se bajara de la camilla y se pusiera de pie, no iba ser tan mala de hacer que se cayera, ya tenia suficiente con lo de la costilla, luego de eso dio un suspiro, guardo su celular en el bolsillo de su vestido y siguió caminando detrás de Reino, la sola presencia de ese Skyle le caia como una patada en su estomago.

– No le permitiré hacer uso de sus extraños artefactos – respondió de inmediato ante el comentario de Momoka, refiriéndose a lo inútil que era ir al hospital.

A él tampoco le agradaba la idea de visitar a un doctor, al considerar cuán problemático era el herido no descartaba la posibilidad de ser él mismo quien le sanara, todo con el fin de controlar cualquier percance que pudiese suceder. Pero ¿no sonaba un tanto disparatado? Sobretodo porque también había decidido hacerse cargo de la chica, ¿acaso se vería con la obligación de hacerles de niñera hasta poder contactar con Revo?

Observó en silencio cómo Skyle descendió de la camilla, desaprobando con la mirada su idea de caminar hasta el hospital sin darle algún tipo de facilidad. Al juzgar por las explicaciones que había dado la estudiante, si es que podía confiar en ella, la costilla del muchacho aún se encontraba en malas condiciones. Bueno, a su edad y después de esa paliza, ¿quién podría simplemente ponerse de pie y caminar campante las diez cuadras de distancia que los separaban de su destino? Aquello le significaría un dolor terrible que acrecentaría con cada paso que diera... Ah, le sonaba a una historia un tanto familiar.

En algún rincón de su mente podía entender esa manía de hacerle a las autoridades las cosas más difíciles, ¿sería el karma responsable de lo que ahora le sucedía?

Pero la duda más importante residía en el secreto tras la personalidad de Skyle, si es que efectivamente se trataba de otra persona viviendo en su cuerpo o era un trastorno de personalidad. Nosotros había dicho, nosotros sonaba a multitud. Quería hacerlo pero no preguntaría, su salud era lo más importante.

– Ah, ¿por qué eres tan testarudo? – Comentó más relajado, dejando escapar un pesado suspiro. Era inevitable que Skyle le recordara un poco a él mismo cuando joven, pero solo por el carácter oposicionista y fastidioso, lo demás le resultaba un completo misterio. Notó cómo la camilla desapareció de la nada, ya sin sorprenderse demasiado pero manteniendo esa duda interna con respecto a los orígenes de Momoka. Dudas, dudas y más dudas.

Ante la idea de retomar el camino en esas condiciones, Reino se acercó unos pasos al muchacho, sujetó el brazo que correspondía al lado de la costilla dañada y le forzó a rodearlo en torno a su cuello. Notó un tanto divertido que la diferencia de alturas era excesiva, así que lo retiró y acabó siendo él quien le sujetara de ambos hombros, de manera que al caminar pudiera usarle de soporte.

– Escucha, si no me dejas cuidar de ti, al menos déjame cuidar del chico tímido de esta mañana. – Pidió, esbozando una suerte de sonrisa.

Cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate.

-Nadie te preguntó nada- Se dirigió hacia la mujer una vez hubo descendido de la camilla y sus pies hubieron tocado tierra, acomodándose en una postura algo convexa, que le permitía respirar casi igual de prudente de lo que había logrado al recostarse del lado contrario a su costilla rota.

Su mirada se alzó hacia la ciudad y al borde costero, distinguiendo a lo lejos el hospital. Era cierto, no estaban si quiera un poco cerca, pero tampoco se trataba de cruzar la ciudad completa, mas en su condición aquella odisea podría durar por lo menos 40 minutos y si no más. Claro además sería, sin dudas, una caminata dolorosa.

No alcanzó a dar el primer paso cuando escuchó el cuestionamiento planteado por el ahora sabido manager, Reino. ¿De verdad debía responder al por qué de su rebeldía?   Incluso si tuviera que dar una razón cierta, sería que simplemente esa actitud era parte de él. No le gustaba que le impusieran lo que debía hacer, incluso si eso lo llevaba al borde de la muerte, la locura o de los regaños y el encierro, nada de eso parecía realmente importarle. Si alguien iba a enseñarle algo, sería él mismo. Y claro, de paso ayudaría a ese pobre muchachito.

No respondió y avanzó haciendo un gesto casi de desprecio para el sujeto, gesto que claramente fue interrumpido por una mueca dolorosa al verse obligado a alzar el brazo del mismo lado de donde estaba el daño.

-¡Ah!- Su queja se escuchó con claridad y es que el movimiento impuesto por Reino le había obligado a expandir el tórax en el lado más dañado y eso, sin dudas, generó nuevamente dolor. Tuvo que morderse los labios para no gimotear por ello, ni siquiera le dio el aliento como para reclamar o insultar al mayor, y al parecer Reino o no lo notó, era en definitiva eso o lo había hecho a propósito.

-Solo déjanos en paz.- Jadeó suavemente, tomándose el costado más adolorido con mucho cuidado, como si con ello pudiera resistir mejor al dolor, pero la verdad era que el simple y mísero roce en la zona le hacía temblar.

– Escucha... Si no voy, no podré curar este cuerpo ¿verdad?, pero si termino en el hospital el problema no hará más que agrandarse para nosotros. Deberé inscribirme como un alumno para que la escuela pague los costos y... Si ese sujeto se entera de todo esto, vamos a ir de vuelta a casa en un abrir y cerrar de ojos.- Entendiéndose por "ese sujeto" nada más ni nada menos que el padre del mismo Skyle, el cual no era un ogro ni un mal hombre, pero lamentablemente, de ser posible, el preferiría tener a Skyle dentro de una jaula donde no pudiera dañarse. Estúpido y vomitivo.

-Se que es contra las reglas salir de la escuela de noche, y no tengo problemas en que me castiguen por eso... -Ladeó la cabeza ligeramente hasta crear un segundo de una atmosfera más intima.- Pero no puedo permitir que su padre se entere de ésto ¿Entiendes?. - Esto último lo susurrólo más cerca posible del oído del moreno, aprovechándose de que Momoka era la que se mantenía caminando detrás del mayor y esperaba que difícilmente pudiera oírle.

-¿Puedes ayudarnos?- Su mirada era penetrante y sus pupilas se encontraban tan dilatadas que realmente parecía estar afectado por algo más que el dolor, pero eso no era nada más que producto del estrés que cargaba. Era como ver los ojos de alguien sobre estimulado.

Momoka iba  caminando detrás de ellos... cada paso que daba le parecía una enorme eternidad, escuchaba como las olas rompían en el mar, este sonido podía hacerle distraerse un poco y que la caminata fuera un poco más tranquila , decidió acercarse un poco hacia los dos chicos para ver si necesitaba ayudan, era fuerte podía ayudar a cargar a ese rubio teñido para llegar al hospital con más prisa pero no quería hacer algo que molestara más a ese grandisimo idiota.

...Pero aún era su culpa, ella estaba tratando de curarlo pero el muy idiota se quito los parches que le iban a curar esa costilla rota y ese manager no la dejaría ponerle de nuevo  esos parches... solo dio un suspiro pesado mientra desenvolvia su cola de su cintura y la hacía salir, se detuvo un momento y levanto un poco su vestido, luego avanzo hasta estar a la altura de esos dos, se acerco un poco a Reino

- sabes - dijo con un rubor en sus mejillas - los parches que le puse antes pueden curar su costilla rota y asi no tendría que llevarlo al hospital - dijo ella como sugerencia, para luego dar un suspiro pesado - pero se que usted dira que no... pero lo digo como una opción por si ese idiota de las dos caras no quiere ir al hospital - dijo esto con un puchero - pero si usted quiere llevarlo al hospital y que le revisen esa costilla sera su decisión, ya que usted es el superior - dijo - asi que como veo que tiene un rango alto...tendre que obedecer y no hacer nada que le parezca inapropiado, como usar mis aparatos - dijo mientras seguía avanzando, para luego mirar a ese rubio teñido - es tu decisión - dijo molesta - decidete... quieres ir al hospital o no??- dijo mientras fruncia su seño - ya que esta persona - dijo señalando a Reino - esta siendo amable al llevarte al hospital para que te curen esa herida, la cual te la mereces por las intenciones que tenías y tus acciones -dijo mirandolo con ojos llenos de frialdad -asi que habla de una vez - dijo esto último

Intentaba acomodar el cuerpo del muchacho de manera que no se le dificultara demasiado el trayecto, pero de un momento a otro él se le acercó intencionadamente, con la clara intención de negociar. No podía alejar de su mente la idea de que Skyle era, al menos en parte, víctima de la situación, por lo que le escuchó con suma atención. Reino se caracterizaba por ser un tipo condescendiente y, aunque no comprendía en absoluto la división de las entidades que poseían su cuerpo, infirió por sus palabras que quizás la ida al hospital acabaría perjudicando al otro muchacho, al "bueno".

Antes de que tomara su decisión, Momoka se le acercó por el costado opuesto, insistiendo en la propuesta de usar sus mecanismos de sanación. Pero por más que el mánager quisiera evitarse la ida al hospital, no podía confiarle la salud de un alumno de Revo a una chiquilla traviesa con poderes sobrenaturales. Al cabo de una pausa volvió la vista de un lado a otro, desde Skyle hasta Momoka, sintiéndose ligeramente atrapado entre los dos, presionado por sus respectivas miradas... ¿Y se suponía que él era el mayor allí?

– Los noto bastante reticentes ante lo de ir al hospital... Bueno, a mí tampoco me agrada la idea... – se sinceró, abandonando su tono autoritario y la tensión previa, con el fin de relajar los ánimos. No era solo su imaginación, ambos estudiantes parecían detestarse profundamente y él debía tranzar por ellos. – Quizás considere hacer uso de sus bandas medicinales, señorita Rito, pero por el momento debo manejar esto como sé hacerlo. Aún así, si es que realmente sus intenciones son buenas, se lo agradezco – agregó, dirigiéndose a la joven con una sonrisa tranquilizadora.

Bastaron unos reflexivos segundos para dirigirse a ambos con un semblante sonriente pero lleno de determinación, negado a escuchar cualquier clase de objeción.

– Bien, no iremos al hospital. Ambos irán conmigo a mi departamento, trataremos allí las heridas de Skyle – resolvió, esperando no arrepentirse de esa decisión. – Puede que no lo parezca pero tengo conocimientos básicos en medicina, sobretodo en lo que se refiere a tratamientos de torceduras, esguinces crónicos y fracturas... Hasta sé suturar... Bueno, digamos que me he visto con la obligación de aprender... – agregó, cada vez más incómodo al notar la clase de tema que estaba introduciendo de forma indirecta a la conversación.

Durante sus años de juventud Reino no contaba con los suficientes medios económicos para darse el lujo de visitar un médico, a pesar de que él y sus colegas solían acabar en estados realmente deplorables después de cada pelea, cada hueso roto, cada cicatriz les significaba un auténtico trofeo. Pero él no quería fastidiar a su madre con asuntos de dinero por lo que acabó aprendiendo por su propia cuenta a sanar sus heridas, resultado lógico de la gran violencia que vivía y provocaba a diario.

-Tres- Susurró el muchacho tan a destiempo de la chica que realmente no se entendió lo que quiso decir con aquel número y, por supuesto, no se daría el trabajo de explicárselo a la chica por la cual ya había perdido el interés. Las cosas difíciles normalmente le llamaban la atención, pero la testarudez y el carácter de la chica ya habían superado su nivel de tolerancia y se convirtió en algo así como cualquier vagabundo por el que no podría sentir menos cuidado.

Aun así debía reconocer que la flexibilidad de Reino le había parecido, por lo menos, oportuna y que incluso sería capaz de dejar su orgullo, o más bien rebeldía innecesaria , de lado con tal de que aquel incidente pudiera pasar desapercibido. Después de todo, si le era conveniente, no tenía por qué objetar.

Las últimas palabras de Reino llamaron su atención profundamente. Qué clase de vida se supone que habría llevado con tal de tener la obligación de aprender todo aquello, y es que claro, un ex estudiante de medicina, no era. Podía apostar a eso.

-No tengo objeciones. Mientras no tenga que visitar el hospital y pueda obtener alguna pastilla para dormir, estaré cómodo.- Concluyó con rapidez, acomodándose en el agarre de Reino y es que sin su ayuda no sería capaz de llegar a donde fuera que tuvieran que caminar para llegar a la morada.

Su intriga se acrecentaba por cada paso. Sentía la necesidad de ver de qué forma vivía ese sujeto, quería saber todo lo que pudiera de la manera más sutil e hipócrita, como un mal acosador.

La chica al escuchar la sugerencia de Reino se paro en seco un momento ante su decisión, trato de que no se notara mucho su impresión pero como ese chico llamado Reino era su superior tendría que hacer caso, dio otro suspiro pesado, ''espero que esta vez no termine como lo que sucedio en la casa de ayato'', penso en su mente, al recordar ese momento su cara se puso roja de par en par, coloco sus manos en su cara como tratando de disimular su rubor, se dio un par de golpes para ver si eso solucionaba, movio su cabeza de un lado a otro.

-Esta bien - dijo mientras ocultaba su semblante en su flequillo mientras seguia caminando al lado de Reino, luego dirigio su vista hacia otro lado mientras se echaba para atrás y luego se colocaba al lado del rubio teñido, levanto su brazo y lo coloco en su hombro - sera mejor asi...- dijo mientras tenía un rubor en sus mejillas - creeme que no lo hago por gusto - dijo aclarando su reacción - pero si vamos asi creo que sera menor esfuerzo para Reino y asi podremos llegar mas rápido al lugar que ha decidido el superior - dijo ella con un rubor en sus mejillas.

Miro a Reino y a Skyle - no se preocupen por mi - dijo - aunque sea una mujer puedo ser de ayuda a la hora de llevar a una persona, estoy dotada de una gran fuerza - dijo ella - asi que Reino, dejeme ayudar a cargar a este hombre llamado Skyle - para luego dirigir su vista a Skyle - se que ninguno de los dos se agrada para nada pero - dijo ella en un silencio - cuando alguien esta en problemas o herido, en tu caso, es mejor cooperar, a pesar de que yo fui la que te provoco esas heridas -hizo un silencio - asi que deja que te ayude a llegar al departamento de Reino para que el te cure, ya que no dejaste que yo lo hiciera

Reino esbozó una amplia sonrisa al recibir una afirmativa de ambas partes.

– ¡Bien! ¡De todos modos odio los hospitales! – Comentó, satisfecho por al menos evitarse las incómodas charlas con doctores, enfermeras y auxiliares que solían dirigirle miradas llenas de desconfianza y desaprobación debido a su extravagante apariencia. Tampoco consideraba del todo cómodo para un enfermo el encontrarse alejado del aroma de su propia cama, del calor de hogar y de su familia, aunque bien podía entender que en casos de gravedad era absolutamente necesario.

Consiguió recordar de manera fugaz la discusión que sostuvo con los padres de Candace cuando estos decidieran internarla al psiquiátrico de Winston, poco antes de que ella atentara contra su propia vida. Quizás su conflicto con los establecimientos de sanidad mental en general era mucho más personal de lo que él mismo estaba dispuesto a admitir.

Qué va. No interesa.

A fin de cuentas parecían haber llegado a un consenso y eso le mantenía conforme. Contempló con cierta impresión que Momoka estaba dispuesta a ayudar al estudiante herido en su trayecto, ¿dejando de lado su orgullo, tal vez? No le detuvo cuando se situó al lado opuesto de Skyle y se acomodó por su propia cuenta, incluso le dirigió una afable sonrisa, complacido por su espíritu cooperativo, mas sus facciones se endurecieron de inmediato al volverse al muchacho.

– Por mí está bien, señorita Rito. ¿Skyle? – Mantuvo la penetrante mirada fija en él, aún cuando el oscuro cristal de sus gafas de sol impedían su contemplación era fácil discernir qué quería decir con solo estudiarlo un momento.

La mirada del joven iba y venía entre ambos personajes que ahora le cargaban como si se tratara de apenas un niño débil. Y no, claro que no lo era, todo era culpa del inútil cuerpo de Skyle, pero incluso aunque eso le hiciera temblar de rabia no había forma de remediarlo. Lo era. Y en aquel momento, si quería salir vivo y más o menos bien de todo aquel rollo, lo que debía hacer era cooperar.

Un suspiro pesado y un posterior gesto con su cabeza, asintiendo, le indicó a ambos que el chico no solo estaba de acuerdo, sino que intentaría cooperar.

-De acuerdo, no me opondré, solo mantén la boca cerrada, Rito.- Y con ello una mirada fiera fue dedicada a la aludida, no quería respuestas, no quería más comentarios ni alusiones innecesarias de aquella que se creía con el derecho de ventilar los secretos de quién ni siquiera conoce. De hablar de la oscuridad de alguien como quién habla del pan de cada día. De exponer a Skyle sin la más mínima consideración por una estúpida e infante forma de confrontación. De sacarle de sus casillas y obligarlo a contenerse si es que quería mantenerse vivo.

Apartó la mirada de ella y durante el resto del camino la mantuvo baja. No tenía las fuerzas para seguir molestándose, odiando, detestando, repudiando a nadie. Necesitaba mantener consiente ese cuerpo, pues no le daría el derecho a ninguno de los dos de conocer al tercero de ellos.
¡No eran dignos!

Momoka al escuchar el comentario de ese rubio su cara expreso un ceño fruncido, estaba a punto de decirle algo pero solo dio un suspiro de resignación y guardo silencio.
Lo mejor que podía hacer, ya que el acepto su ayuda y sería mejor no molestarlo más, dio otro suspiro pesado mientra iba caminando por los calles... ''esta caminata va a ser algo larga'' penso en su mente.

Mientras iba caminando se le vinieron distintos recuerdos desde que había llegado a la tierra , sobre todo el encuentro con Ayato, ese vampiro era un ser algo interesante y a la vez peculiar por que no era humano... que extraño eso. Dio un suspiro pesado... y ahora se encontraba con estas dos personas, uno que al parecer tenía serios problema de personalidad multiple y este otro tipo llamado Reino que al parecer conoce muy bien a Revo-sama , tanto que su mirada a podido petrificar mi alma y mi cuerpo , siendo una Deviluke , podía derrotar a cualquier criatura que se le atravesara encima o la atacara pero esta persona tenía ese don , por asi decirlo, que aveces con solo mirarla puede infundir un miedo enorme... es lo que le ha dicho papa. Y ahora iba ir al departamento de este señor , al parecer no es mala persona asi que debería confiar en él por ahora y obedecer sus reglas , ya que esa persona llamada Reino infundía un aura de ser una persona amable y confiable , no como el otro tipo que emitia un aura de peligro donde quiera que le vea.

Momoka de repente se dio cuenta que el paisaje había cambiado , ya no se encontraba caminando al frente de la playa si no que se encontraba ya entrando a Glass City , cuanto tiempo había estado dentro de su mente , que no se dio cuenta cuando , el sonido del olas rompiendo en las rocas había dejado de sonar , ni tampoco como había podido caminar tanto sin poder hablar. Al parecer había caminado demasiado por lo menos una hora... por que la ida en el tren había tomado mas o menos unos 30 minutos de viaje es lo que ella podía recordar, pero esta caminata fue mucho.

¿Cómo se había metido en una situación tan engorrosa? Y pensar que la única ocurrencia que lo condujo esa noche a la playa era la de tener una caminata tranquila a la luz de la luna.

Pretendía llevar a su apartamento a dos personas que, no solamente se negaban a dirigirse la palabra, sino que parecían odiarse desde el minuto uno en el que se conocieron. Ni Skyle quería ser relacionado con Momoka, ni ella parecía querer arrepentirse de sus acciones. Suspiró, ahora entendía que jamás tendría madera de profesor.

Caminaron el largo trayecto de regreso a la ciudad durante al menos una hora, a paso lento por consideración del herido y sumidos en un silencio tan absoluto como molesto. Tal vez hubiera sido más fácil pedirle a Momoka que se reunieran la mañana del lunes a primera hora en la oficina del director, pero eso era atribuirle demasiada confianza a una chiquilla que, apesar de todo, era la agresora en cuestión. Con Skyle corría diferente, pues ya había decidido ayudarle con lo de su padre y curar sus heridas.